Terror laboral y despidos masivos: la era Elon Musk de Twitter. Ahora lo sufre España.

La controvertida figura del multimillonario Elon Musk ha extendido su alargada y oscura sombra al mundo de las redes sociales con un cuestionable y polémico estreno como dueño de Twitter.

Elon Musk está iniciando despidos masivos en Twitter, reduciendo drásticamente la fuerza laboral de la empresa y dando inicio a su revisión general. El pasado jueves por la noche envió un correo electrónico a los empleados de la empresa notificándoles sobre los planes para eliminar puestos de trabajo. Los trabajadores han recibido un correo electrónico con el asunto: «Su papel en Twitter».

Aquellos que mantuvieran sus trabajos serían notificados en el correo electrónico de la empresa y, el resto, serían avisados por su correo personal.

elon musk twitter redes sociales sociedad 1Elon Musk en su primer día como dueño de Twitter.

“Equipo, en un esfuerzo por colocar a Twitter en un camino saludable, pasaremos por el difícil proceso de reducir nuestra fuerza laboral global el viernes”, se puede leer en una de las versiones del correo electrónico recopilada por The Washington Post.

“Reconocemos que esto afectará a varias personas que han realizado valiosas contribuciones a Twitter, pero lamentablemente esta acción es necesaria para garantizar el éxito de la empresa en el futuro. Reconocemos que esta es una experiencia increíblemente desafiante, independientemente de si le afecta o no. Estamos agradecidos por sus contribuciones a Twitter y por su paciencia a medida que avanzamos en este proceso”.

Esa fue la primera comunicación oficial de Musk con el personal. Desde que el millonario asumiera su cargo el 28 de octubre, Twitter ha despedido aproximadamente al 50% de sus empleados.

En los últimos días, varias empresas dijeron que pausarían temporalmente su inversión publicitaria en Twitter para ver cómo cambiaban las cosas bajo la propiedad de Musk. Los competidores de Tesla, General Motors y Audi, junto al titán de los alimentos General Mills se encuentran entre las empresas que han detenido su actividad con la compañía.

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A su vez, el gigante publicitario IPG aconsejó a sus clientes que pausaran temporalmente sus planes de medios de Twitter, aunque no está claro cuántos están siguiendo este consejo. 

Musk busca eliminar alrededor de 3.700 empleados de Twitter, lo que equivale a la mitad de su fuerza laboral, mientras intenta reducir costos e imponer una nueva ética de trabajo exigente, según planes internos revelados por algunos trabajadores. 

El personal que trabaja en ingeniería, comunicaciones o productos se encuentra entre los afectados por los despidos, según los tuits del personal de Twitter.  Algunos miembros tuitearon que perdieron el acceso al correo electrónico del trabajo y a los canales de Slack antes de recibir un aviso oficial, lo que interpretaron como una señal de que habían sido despedidos.

El equipo de curación de Twitter, responsable de destacar y contextualizar los mejores eventos e historias que se desarrollan en la empresa, también ha sido eliminado, junto al equipo de comunicaciones de la empresa en India, a los que se suma un equipo que se centró en investigar cómo Twitter empleaba algoritmos, un tema que era una prioridad para Musk.

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Twitter España despide al 80% de su plantilla: «Lo han hecho tan mal que nos pagan una pasta».

Solo quedan 5 empleados.

«Hoy nos han despedido a todos», cuenta uno de los afectados. Tras casi cuatro meses de incertidumbre, la plantilla se ha quedado reducida a solo cinco personas. Los demás se llevan 33 días de indemnización por año trabajado.

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Twitter España despide al 80% de su plantilla: «Lo han hecho tan mal que nos pagan una pasta».

«Hoy nos han despedido a todos», cuenta uno de los afectados. Tras casi cuatro meses de incertidumbre, la plantilla se ha quedado reducida a solo cinco personas. Los demás se llevan 33 días de indemnización por año trabajado

Twitter España ha despedido este martes a algo más del 80% de su plantilla, según ha podido confirmar este diario a través de varios afectados.

Tres meses y medio después de que Elon Musk se pusiera al frente de la empresa y comenzara un agresivo plan de ajuste, los recortes se han confirmado en su oficina en Madrid, que ya ha sido cerrada, aunque la firma seguirá teniendo cinco empleados, enfocados a ventas y negocio. 

De este modo, el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) ha alcanzado a 24 de los 29 trabajadores y se hará efectivo el 8 de febrero. Eso sí, se han ido con una indemnización de 33 días por año trabajado, frente a los 20 que pretendía la empresa en un inicio. 

El proceso de ajuste ha sido tan caótico como todo lo que ha acompañado la gestión del multimillonario desde que el pasado 4 de noviembre se convirtiera en el dueño de Twitter. «Hoy nos han despedido por fin», celebra uno de los afectados, que prefiere mantenerse en el anonimato, en declaraciones a El Confidencial. «En el ERE no habían puesto una razón válida, solo que por productividad. Se les amenazó, han tenido que dar su brazo a torcer y no les ha hecho ninguna gracia. Esto lo ha tenido que firmar Elon Musk personalmente, porque tiene que ser así a partir de cierta cantidad», cuenta el ya exempleado, que recalca que el proceso de despido fue «muy traumático». «Me alegro de que ahora les hayan fastidiado, porque les hemos sacado lo que queríamos», incide.

El caso de la filial de Twitter en España dista mucho de lo que ha ocurrido en Estados Unidos o Reino Unido, donde los procesos de despido han acabado en los tribunales. No es el único entuerto judicial que tiene que resolver la red social.

De hecho, el acuerdo para finiquitar el ajuste en Madrid ha llegado casi a la par que la Crown Estate británica –conglomerado empresarial que gestiona propiedades de la Casa Real británica – demandara a la empresa de Musk por el impago de su sede en Londres. 

Es la consecuencia de la orden que dio Musk el pasado diciembre, cuando también dejó de pagar a varios proveedores. En España, el prestigioso bufete de abogados Sagardoy ha llevado la representación de Twitter. Tanto aquí como en el resto de países, la compañía ha tratado de actuar con los despidos lo más rápido posible, ya que a partir del 1 de febrero buena parte de la plantilla tenía que cobrar las stock options (pago en acciones), algo que Musk quería evitar a toda costa. Si eran despedidos antes, ese pago se anulaba al completo.

«Llegaron un par de días tarde para evitarlo. El proceso ha sido todo lo rocambolesco que te puedas imaginar», asegura el afectado, que remarca que finalmente también se han incluido todas las stock options que les correspondían. Otras fuentes consultadas señalan que la negociación con los abogados de Twitter ha sido impecable, pero hasta ellos tenían las manos atadas por las políticas establecidas por Musk. «Twitter lo ha hecho tan mal que si iban a juicio, como mínimo, nos daban el despido improcedente. Gracias a eso, la diferencia ha llegado a ser de 50.000 euros en el finiquito. En total, los despidos les han acabado costando unos 1,6 millones. Nosotros estamos muy contentos», asegura.

Las oficinas centrales de Twitter. (EFE / John G. Mabanglo)

La llegada de Musk a Twitter supuso echar a la calle a la mitad de la plantilla en todo el mundo, a lo que luego han ido siguiendo más recortes laborales. 

Uno de los episodios más polémicos se produjo cuando, semanas después, abrió un proceso de bajas voluntarias. Entonces, envió un correo a toda la plantilla en la que les daba un ultimátum de 36 horas: o aceptaban un modo de trabajo «extremadamente duro» o se iban a la calle. 

«¿Qué es eso de despedir por no pulsar un botón? Ni siquiera teníamos la opción de pulsar no, solo sí. Si no respondíamos, estábamos fuera», dice el exempleado, que detalla que la respuesta en Twitter España estuvo marcada por las tareas que desempeñaba cada cual. «Entre los ingenieros, solo una persona decidió continuar. La cosa cambiaba cuando se trataba de trabajadores dedicados a ventas, que sí aceptaron de forma mayoritaria.

Estuvieron currando durante las fiestas y los fines de semana para haber acabado igualmente sin empleo», lamenta, aunque celebra que la gestión de la tecnológica «ha sido tan horrible que hasta la intención de dar el mínimo posible les ha salido mal, por inútiles». 

Hace justo un mes, otro afectado contaba a este diario que el proceso estaba siendo «un limbo surrealista». «Los e-mails que nos llegan de EEUU no son vinculantes legalmente. Hasta que Musk, un abogado o alguien me envíe un burofax o una comunicación oficial de que estoy despedido, de aquí no me muevo», avisó entonces. Ese día, ha llegado.

Imagen de portada: Elon Musk (Reuters / Andrew Kelly File)

FUENTE RESPONSABLE: Cultura Inquieta (Pijama surf) 7 de noviembre 2022./ El Confidencial. Por Mario Escribano. 24 de enero 2023.

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Entrada relacionada: «El hombre ha perdido la capacidad de desobedecer», por el filósofo y psicoanalista Erich Fromm. 24/1/2023.

«El hombre ha perdido la capacidad de desobedecer», por el filósofo y psicoanalista Erich Fromm.

A pesar de la connotación peyorativa y negativa que conlleva el adjetivo «desobediente», toda revolución y toda evolución social han sido consecuencia de un acto de desobediencia, algo que cada vez ocurre menos en una sociedad que está totalmente alienada.

«Todos los mártires de la fe religiosa, de la libertad y de la ciencia han tenido que desobedecer a quienes deseaban amordazarlos, para obedecer a su propia conciencia, a las leyes de la humanidad y la razón. Si un hombre solo puede obedecer y no desobedecer, es un esclavo; si solo puede desobedecer y no obedecer, es un rebelde (no un revolucionario); actúa por cólera, despecho, resentimiento, pero no en nombre de una convicción o de un principio» – Erich Fromm 

Erich Fromm.

Reyes, sacerdotes, señores feudales, patrones de industrias y padres han insistido durante siglos en que la obediencia es una virtud y la desobediencia es un vicio. 

Para presentar otro punto de vista, enfrentamos esta posición con la formulación siguiente: la historia humana comenzó con un acto de desobediencia y es probable que termine por un acto de obediencia.

Según los mitos hebreos y griegos, la historia humana se inauguró con un acto de desobediencia. Adán y Eva, cuando vivían en el Jardín del Edén, eran parte de la naturaleza; estaban en armonía con ella, pero no la trascendían. Estaban en la naturaleza como el feto en el útero de la madre. Todo esto cambió cuando desobedecieron una orden.

Al romper vínculos con la Tierra, al cortar el cordón umbilical, el hombre emergió y fue capaz de dar el primer paso hacia la independencia y la libertad. El acto de desobediencia liberó a Adán y Eva y les abrió los ojos. 

Se reconocieron uno a otro como extraños y al mundo exterior como extraño e incluso hostil. El “pecado original”, lejos de corromper al hombre, lo liberó; fue el comienzo de la historia humana. El hombre tuvo que abandonar el Jardín del Edén para aprender a fiarse de sus propias fuerzas y llegar a ser plenamente humano.

Para los profetas, la historia es el lugar en que el hombre se vuelve humano desarrollando sus capacidades de razón y amor, hasta crear una nueva armonía entre él, sus congéneres y la naturaleza. Esta nueva armonía se describe como “el fin de los días”, ese periodo de la historia en que hay paz entre el hombre y el hombre, y entre el hombre y la naturaleza. 

Es un “nuevo” paraíso creado por el hombre mismo.

Adán y Eva de El Bosco.

También para el mito griego de Prometeo, toda la civilización humana se basa en un acto de desobediencia. Prometeo, al robar el fuego de los dioses, echó los fundamentos de la evolución del hombre. No habría historia humana si no fuera por el “crimen” de Prometeo. Él, como Adán y Eva, es castigado por su desobediencia. Pero no se arrepiente ni pide perdón. 

Por el contrario, dice orgullosamente que prefiere estar encadenado a esta roca que ser el siervo obediente de los dioses.

El hombre continuó evolucionando mediante actos de desobediencia. Su desarrollo espiritual solo fue posible porque hubo hombres que se atrevieron a decir «no». 

Pero, además, su evolución intelectual dependió de su capacidad de desobediencia (desobediencia a las autoridades que trataban de amordazar los pensamientos nuevos, y a la autoridad de acendradas opiniones según las cuales el cambio no tenía sentido).

Si la capacidad de desobediencia constituyó el comienzo de la historia humana, la obediencia bien podría provocar el fin de la historia humana. No estoy hablando en términos simbólicos o poéticos.

Existe la probabilidad de que la raza humana destruya la civilización y también toda la vida sobre la Tierra. Estamos viviendo técnicamente en la era atómica, pero la mayoría de los hombres (incluida la mayoría de los que están en el poder) viven aún emocionalmente en la Edad de Piedra.

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El mito de Prometeo. Una escultura de Nicolas-Sébastien Adam (1705-1778).

Si la humanidad se suicida, será porque la gente obedecerá a quienes le ordenan apretar los botones de la muerte; porque obedecerá a las pasiones arcaicas de temor, odio, codicia; porque obedecerá a los clichés obsoletos de soberanía estatal y honor nacional.

Pero no quiero significar que toda la desobediencia sea una virtud y toda obediencia un vicio. 

Tal punto de vista ignoraría la relación dialéctica que existe entre obediencia y desobediencia. Un acto de obediencia en un principio, es necesariamente un acto de desobediencia a su contra parte, y viceversa. Antígona constituye el ejemplo clásico de esta dicotomía.

Si obedece a las leyes inhumanas del Estado, Antígona debe desobedecer necesariamente las leyes de la humanidad. Si obedece a estas últimas, debe desobedecer a las primeras. 

Todos los mártires de la fe religiosa, de la libertad y de la ciencia han tenido que desobedecer a quienes deseaban amordazarlos, para obedecer a su propia conciencia, a las leyes de la humanidad y la razón.

Si un hombre solo puede obedecer y no desobedecer, es un esclavo; si solo puede desobedecer y no obedecer, es un rebelde (no un revolucionario); actúa por cólera, despecho, resentimiento, pero no en nombre de una convicción o de un principio.

Sin embargo, para prevenir una confusión entre términos, debemos establecer una importante diferencia. 

La obediencia a una persona, institución o poder (obediencia heterónoma) es sometimiento; implica la abdicación de mi autonomía y la aceptación de una voluntad o juicio ajenos en lugar del mío. 

La obediencia a mi propia razón o convicción (obediencia autónoma) no es un acto de sumisión, sino de afirmación. Mi convicción y mi juicio, si son auténticamente míos, forman parte de mí. Si los sigo, estoy siendo yo mismo.

Ilustración de Gerhard Haderer.

Es preciso dos precisiones más. La palabra «conciencia» se utiliza para expresar dos fenómenos que son muy distintos entre sí. Uno es la “conciencia autoritaria”, que es la voz internalizada de una autoridad a la que estamos ansiosos de complacer y temerosos de desagradar. La conciencia autoritaria es la conciencia de la que habla Freud, y a la que llamó «superyó». Este «superyó» representa las órdenes y prohibiciones del padre internalizadas y aceptadas por el hijo debido al temor.

Distinta de la conciencia autoritaria es la “conciencia humanística”; esta es la voz presente en todo ser humano e independiente de sanciones y recompensas externas. La conciencia humanística se basa en el hecho de que como seres humanos tenemos un conocimiento intuitivo de lo que es humano e inhumano, de lo que contribuye a la vida y de lo que la destruye. Es la voz que nos reconduce a nosotros mismos, a nuestra humanidad.

La conciencia autoritaria (superyó) es también obediencia a un poder exterior a mí, aunque este poder haya sido internalizado. Conscientemente creo que estoy siguiendo a mi conciencia; en realidad, sin embargo, he absorbido los principios del poder. 

La obediencia a la “conciencia autoritaria” tiende a debilitar la “conciencia humanística”, la capacidad de ser uno mismo y de juzgarse a sí mismo.

También debe precisarse, por otra parte, la afirmación de que la obediencia a otra persona es ipso facto sumisión, distinguiendo la autoridad “irracional” de la autoridad racional. Un ejemplo de autoridad racional es la relación que existe entre alumno y maestro; uno de autoridad irracional es la relación entre esclavo y dueño.

Ilustración de Gerhard Haderer.

En ambas relaciones se acepta la autoridad de la persona que ejerce el mando, pero los intereses del alumno y del maestro, en el caso ideal, se orientan en la misma dirección, es decir, el maestro se siente satisfecho si logra hacer progresar al alumno; si fracasa, ese fracaso es suyo y del alumno.

El dueño del esclavo, en cambio, desea explotarlo en la mayor medida posible. Al mismo tiempo, el esclavo trata de defender lo mejor que puede sus reclamos a un mínimo de felicidad. Los intereses del esclavo y del dueño son antagónicos.

Hay otra distinción paralela a esta: la autoridad racional lo es porque la autoridad, sea la que posee un maestro o un capitán de barco que da órdenes en una emergencia, actúa en nombre de la razón que, por ser universal, podemos aceptar sin someternos. La autoridad irracional tiene que usar la fuerza o la sugestión, pues nadie se prestaría a la explotación si dependiera de su arbitrio evitarlo. 

¿Por qué se inclina tanto el hombre a obedecer y por qué le es tan difícil desobedecer? Mientras obedezco al poder del Estado, de la Iglesia o de la opinión pública, me siento seguro y protegido. En verdad, poco importa cuál es el poder al que obedezco. Es siempre una institución u hombres que utilizan de una u otra manera la fuerza y que pretenden fraudulentamente poseer la omnisciencia y la omnipotencia.

Mi obediencia me hace participar del poder que reverencio, y por ello me siento fuerte. No puedo cometer errores, pues ese poder decide por mí; no puedo estar solo, porque él me vigila; no puedo cometer pecados, porque él no me permite hacerlo, y aunque los corneta, el castigo es solo el modo de volver al poder omnímodo. 

Para desobedecer debemos tener el coraje de estar solos, errar y pecar. Pero el coraje no basta. La capacidad de coraje depende del estado de desarrollo de una persona. 

Ilustración de Gerhard Haderer.

Solo si una persona ha emergido del regazo materno y de los mandatos de su padre, solo si ha emergido como individuo plenamente desarrollado y ha adquirido así la capacidad de pensar y sentir por sí mismo, puede tener el coraje de decir “no” al poder, puede tener el coraje de desobedecer.

Una persona puede llegar a ser libre mediante actos de desobediencia, aprendiendo a decir «no» al poder. Pero no sólo la capacidad de desobediencia es la condición de la libertad; la libertad es también la condición de la desobediencia.

Si temo a la libertad no puedo atreverme a decir “no”, no puedo tener el coraje de ser desobediente. En realidad, la libertad y la capacidad de desobediencia son inseparables, de ahí que cualquier sistema social, político y religioso que proclame la libertad pero reprima la desobediencia no puede ser sincero.

Hay otra razón por la que es tan difícil atreverse a desobedecer, a decir “no” a la autoridad. Durante la mayor parte de la historia humana la obediencia se identificó con la virtud y la desobediencia con el pecado. La razón es simple: hasta ahora, a lo largo de la mayor parte de la historia, una minoría ha gobernado a la mayoría. Este dominio fue necesario por el hecho de que las cosas buenas que existían solo bastaban para unos pocos y los más debían conformarse con las migajas.

El hombre ha perdido su capacidad de desobedecer, ni siquiera se da cuenta del hecho de que obedece. En este punto de la historia, la capacidad de dudar, de criticar y de desobedecer puede ser todo lo que media entre la posibilidad de un futuro para la humanidad y el fin de la civilización. 

Imagen de portada: Gentileza de Cultura Inquieta.

FUENTE RESPONSABLE: Cultura Inquieta. Por Erich Fromm. 23 de enero 2023.

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