harto…

A él ya nada
le sorprendía,
de que su
maravilloso
y amado país ,
estuviera
siempre
desde que
tuviera memoria,
dirigido
por políticos
corruptos,
asociados
a sus iguales
de la amplia
mafia
empresaria.

Sólo con una
amarillenta luz
que de a ratos
se desvanecía,
porque la batería
de emergencia
omitió cargarla,
procedió a escribir
usando su móvil
-aparato diabólico-
si los hay,
algo parecido a
un mal cuento
de la realidad.

Pero su teléfono
al que maldecía
según la ocasión
como ocurría
a veces con todo
aquello que usaba
en la cotidianeidad
de su vida,
le permitió
nada más
y nada menos
que desahogarse.

Imagen: Gentileza Pinterest – Perfil.com

Esta vez…ni sopa.

Vienen las elecciones
¿de segundo término
o tercero? 
da igual,
como de costumbre
el ya habitual
corte de energía,
que en época
preelectoral 
donde cada cual
hace su propio
lobby de presión,
flaco favor
le hace
al gobierno de turno.

Como siempre
el mal llamado
capitalismo,
debería decirse
a si mismo
adalid por
combatir
la democracia
de los países
en desarrollo,
es como
la parábola
del tornillo,
que tantas
veces escribí,
si lo giro
a la derecha
cierra,
a la izquierda
abre.

Soy apolítico,
pero es así,
la polarización
es el juego
que mejor
jugamos
los argentinos,
por el corazón
y no por un
programa
de gobierno.

Y seguiremos
andando
a los saltos,
con la mitad
de nuestra gente
sumergida
en la pobreza,
con los ricos
como en el mundo
haciéndose
más ricos.
Monopolios,
oligopolios,
cartelización de
competidores,
carcinomas
que hacen
metástasis
en esta
sociedad abúlica
y difícil
de comprender,
que solita
se pone
las esposas
y marcha presa,
dilapidando
el futuro
de los más jóvenes.

Cuanta vigencia
tiene aquella
“No llores por mi
Argentina”,
porque nada
puedo hacer
por ti,
ya que de día
te vacían,
y de noche
como algo
milagroso
resurges
de las cenizas.

Somos los
mejores de nada,
nuestro ego
sigue creyendo
ingenuamente
que el campo
es lo que nos salva,
cuando la educación.
la ciencia
y la tecnología,
solo con
mucha paciencia
y tiempo,
nos llevaría
por lo menos,
a no contar
como
estadística,
que uno
de cada tres niños,
come una sola
vez al día.

Llora por mi
Argentina,
que yo lo
haré por ti
.

Imagen: Gentileza Pinterest

Zygmunt Bauman sobre la ética del trabajo y la estética del consumo.

El sociólogo, filósofo y ensayista polaco-británico de origen judío Zygmunt Bauman, fallecido en 2017 a los 91 años de edad, se había convertido durante las últimas décadas en algo parecido a una estrella pop de la sociología. Le requerían en debates por todo el mundo. E incluso en festivales de música y cultura alternativa dirigidos a los más jóvenes. Y él acudía.

Era un sociólogo de referencia, el que había acuñado los conceptos de modernidad líquida, sociedad líquida o amor líquido para definir el actual momento de la historia en el que las realidades sólidas de nuestros abuelos, como el trabajo y el matrimonio para toda la vida, se han desvanecido. Y han dado paso a un mundo más precario, provisional, ansioso de novedades y, con frecuencia, agotador. Un mundo que Bauman supo explicar como pocos.

Texto del sociólogo, filósofo y ensayista polaco-británico Zygmunt Bauman, publicado en su libro «Work, Consumerism and the New Poor«.

Por Zygmunt Bauman 

La nuestra es una sociedad de consumidores.

Todos sabemos, a grandes rasgos, qué significa ser «consumidor»: usar las cosas, comerlas, vestirse con ellas, utilizarlas para jugar y, en general, satisfacer —a través de ellas— nuestras necesidades y deseos. Puesto que el dinero (en la mayoría de los casos y en casi todo el mundo) «media» entre el deseo y su satisfacción, ser consumidor también significa —y este es su significado habitual— apropiarse de las cosas destinadas al consumo: comprarlas, pagar por ellas y de este modo convertirlas en algo de nuestra exclusiva propiedad, impidiendo que los otros las usen sin nuestro consentimiento.

Consumir significa, también, destruir. A medida que las consumimos, las cosas dejan de existir, literal o espiritualmente, A veces, se las «agota» hasta su aniquilación total (como cuando comemos algo o gastamos la ropa); otras, se las despoja de su encanto hasta que dejan de despertar nuestros deseos y pierden la capacidad de satisfacer nuestros apetitos: un juguete con el que hemos jugado muchas veces, o un disco que hemos escuchado demasiado. Esas cosas ya dejan de ser aptas para el consumo.

Esto es ser consumidor; pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de una sociedad de consumo? ¿Qué tiene de específico esto de formar parte de una comunidad de consumidores? Y además, ¿no son sociedades de consumo, en mayor o menor medida, todas las comunidades humanas conocidas hasta ahora? 

Las características apuntadas en el párrafo anterior —salvo, quizás, la necesidad de entregar dinero a cambio de los objetos que vamos a consumir— se encuentran en cualquier tipo de sociedad. Desde luego, las cosas que consideramos en condiciones de ser consumidas, así como el modo como lo hacemos, varían de época en época y de un lugar a otro; pero nadie, en ningún tiempo o lugar, pudo sobrevivir sin consumir algo.

Por eso, cuando decimos que la nuestra es una sociedad de consumo debemos considerar algo más que el hecho trivial, común y poco diferenciador, de que todos consumimos. 

La nuestra es «una comunidad de consumidores» en el mismo sentido en que la sociedad de nuestros abuelos (la moderna sociedad que vio nacer a la industria y que hemos descrito en el capítulo anterior) merecía el nombre de «sociedad de productores». 

Aunque la humanidad venga produciendo desde la lejana prehistoria y vaya a hacerlo siempre, la razón para llamar «comunidad de productores» a la primera forma de la sociedad moderna se basa en el hecho de que sus miembros se dedicaron principalmente a la producción; el modo como tal sociedad formaba a sus integrantes estaba determinado por la necesidad de desempeñar el papel de productores, y la norma impuesta a sus miembros era la de adquirir la capacidad y la voluntad de producir. En su etapa presente de modernidad tardía —esta segunda modernidad, o posmodernidad—, la sociedad humana impone a sus miembros (otra vez, principalmente) la obligación de ser consumidores. 

La forma en que esta sociedad moldea a sus integrantes está regida, ante todo y en primer lugar, por la necesidad de desempeñar ese papel; la norma que les impone, la de tener capacidad y voluntad de consumir.

Pero el paso que va de una sociedad a otra no es tajante; no todos los integrantes de la comunidad tuvieron que abandonar un papel para asumir otro. Ninguna de las dos sociedades mencionadas pudo haberse sostenido sin que algunos de sus miembros, al menos, tuvieran a su cargo la producción de cosas para ser consumidas; todos ellos, por supuesto, también consumen. 

La diferencia reside en el énfasis que se ponga en cada sociedad; ese cambio de énfasis marca una enorme diferencia casi en todos los aspectos de esa sociedad, en su cultura y en el destino individual de cada uno de sus miembros. Las diferencias son tan profundas y universales que justifican plenamente el hablar de la sociedad actual como de una comunidad totalmente diferente de la anterior: una sociedad de consumo.

El paso de aquella sociedad de productores a esta del consumo significó múltiples y profundos cambios; el primero es, probablemente, el modo como se prepara y educa a la gente para satisfacer las condiciones impuestas por su identidad social (es decir, la forma en que se «integra» a hombres y mujeres al nuevo orden para adjudicarse un lugar en él). 

Las clásicas instituciones que moldeaban individuos — las instituciones panópticas, que resultaron fundamentales en la primera etapa de la sociedad industrial— cayeron en desuso. 

Con la rápida disminución de los empleos, con el reemplazo del servicio militar obligatorio por ejércitos pequeños integrados por profesionales voluntarios, es difícil que el grueso de la población reciba la influencia de aquellas instituciones. 

El progreso tecnológico llegó al punto en que la productividad crece en forma inversamente proporcional a la disminución de los empleos. Ahora se reduce el número de obreros industriales; el nuevo principio de la modernización es el downsizing [el «achicamiento» o reducción de personal].

Según los cálculos de Martin Wolf, director del Financial Times, la gente empleada en la industria se redujo en los países de la Comunidad Europea, entre 1970 y 1994, de un 30 a un 20%, y de un 28 a un 16% en los Estados Unidos. Durante el mismo período, la productividad industrial aumentó, en promedio, un 2,5% anual.

El tipo de entrenamiento en que las instituciones panópticas (*) se destacaron no sirve para la formación de nuevos consumidores. Aquellas moldeaban a la gente para un comportamiento rutinario y monótono, y lo lograban limitando o eliminando por completo toda posibilidad de elección; sin embargo, la ausencia de rutina y un estado de elección permanente constituyen las virtudes esenciales y los requisitos indispensables para convertirse en auténtico consumidor. 

(*) Instituciones panópticas: Es un tipo de organización que tiene como fin ejercer la disciplina; se trata de los nuevos mecanismos de vigilancia para la canalización productora y auto coaccionadora​ de la conducta social programada.

Por eso, además de ver reducido su papel en el mundo posindustrial posterior al servicio militar obligatorio, el adiestramiento blindado por las instituciones panópticas resulta inconciliable con una sociedad de consumo. El temperamento y las actitudes de vida moldeadas por ellas son contraproducentes para la creación de nuevos consumidores. 

Idealmente, los hábitos adquiridos deberán descansar sobre los hombros de los consumidores, del mismo modo que las vocaciones inspiradas en la religión o en la ética (así como las apasionadas ambiciones de otros tiempos) se apoyaron —tal como dijo Max Weber repitiendo palabras de Baxter— sobre los hombros del santo protestante: «como un manto liviano, listo para ser arrojado a un lado en cualquier momento ». 

Es que los hábitos son dejados de lado a la primera oportunidad y nunca llegan a alcanzar la solidez de los barrotes de una jaula. En forma ideal, por eso, un consumidor no debería aferrarse a nada, no debería comprometerse con nada, jamás debería considerar satisfecha una necesidad y ni uno solo de sus deseos podría ser considerado el último. 

A cualquier juramento de lealtad o compromiso se debería agregar esta condición: «Hasta nuevo aviso». En adelante, importará sólo la fugacidad y el carácter provisional de todo compromiso, que no durará más que el tiempo necesario para consumir el objeto del deseo (o para hacer desaparecer el deseo del objeto). Toda forma de consumo lleva su tiempo: esta es la maldición que arrastra nuestra sociedad de consumidores y la principal fuente de preocupación para quienes comercian con bienes de consumo.

zygmunt bauman etica del trabajo filosofia 2Fotografía vía GQ México.

La satisfacción del consumidor debería ser instantánea en un doble sentido: los bienes consumidos deberían satisfacer de forma inmediata, sin imponer demoras, aprendizajes o prolongadas preparaciones; pero esa satisfacción debería terminar en el preciso momento en que concluye el tiempo necesario para el consumo, tiempo que debería reducirse a su vez a su mínima expresión. 

La mejor manera de lograr esta reducción es cuando los consumidores no pueden mantener su atención en un objeto, ni focalizar sus deseos por demasiado tiempo; cuando son impacientes, impetuosos e inquietos y, sobre todo, fáciles de entusiasmar e igualmente inclinados a perder su interés en las cosas. Cuando el deseo es apartado de la espera, y la espera se separa del deseo, la capacidad de consumo puede extenderse mucho más allá de los límites impuestos por las necesidades naturales o adquiridas, o por la duración misma de los objetos del deseo. 

La relación tradicional entre las necesidades y su satisfacción queda entonces revertida: la promesa y la esperanza de satisfacción preceden a la necesidad y son siempre mayores que la necesidad preexistente, aunque no tanto que impidan desear los productos ofrecidos por aquella promesa. 

En realidad, la promesa resultará mucho más atractiva cuanto menos conocida resulte la necesidad en cuestión: vivir una experiencia que estaba disponible, y de la cual hasta se ignoraba su existencia, es siempre más seductor. 

El entusiasmo provocado por la sensación novedosa y sin precedentes constituye el meollo en el proceso del consumo. Como dicen Mark C. Taylor y Esa Saarinen, «el deseo no desea la satisfacción. Por el contrario, el deseo desea el deseo »; en todo caso, así funciona el deseo de un consumidor ideal. La perspectiva de que el deseo se disipe y nada parezca estar en condiciones de resucitar, o el panorama de un mundo en el que nada sea digno de ser deseado, conforman la más siniestra pesadilla del consumidor ideal. 

Para aumentar su capacidad de consumo, no se debe dar descanso a los consumidores. Es necesario exponerlos siempre a nuevas tentaciones manteniéndolos en un estado de ebullición continua, de permanente excitación y, en verdad, de sospecha y recelo. Los anzuelos para captar la atención deben confirmar la sospecha y disipar todo recelo: «¿Crees haberlo visto todo? ¡Pues no viste nada todavía!».

A menudo se dice que el mercado de consumo seduce a los consumidores. Para hacerlo, ha de contar con consumidores dispuestos a ser seducidos y con ganas de serlo (así como el patrón, para dirigir a sus obreros, necesitaba trabajadores con hábitos de disciplina y obediencia firmemente arraigados).

En una sociedad de consumo bien engrasada, los consumidores buscan activamente la seducción. Van de una atracción a otra, pasan de tentación en tentación, dejan un anzuelo para picar en otro.

Cada nueva atracción, tentación o carnada es, en cierto modo, diferente —y quizá más fuerte— que la anterior. Algo parecido, aunque también diferente, a lo que sucedía con sus antepasados productores: su vida era pasar de una vuelta de cinta transportadora a otra vuelta exactamente igual a la anterior.

Para los consumidores maduros y expertos, actuar de ese modo es una compulsión, una obligación impuesta; sin embargo, esa «obligación» internalizada, esa imposibilidad de vivir su propia vida de cualquier otra forma posible, se les presenta como un libre ejercicio de voluntad. 

El mercado puede haberlos preparado para ser consumidores al impedirles desoír las tentaciones ofrecidas; pero en cada nueva visita al mercado tendrán, otra vez, la entera sensación de que son ellos quienes mandan, juzgan, critican y eligen. Después de todo, entre las infinitas alternativas que se les ofrecen no le deben fidelidad a ninguna. Pero lo que no pueden es rehusarse a elegir entre ellas. Los caminos para llegar a la propia identidad, a ocupar un lugar en la sociedad humana y a vivir una vida que se reconozca como significativa exigen visitas diarias al mercado.

En la etapa industrial de la modernidad había un hecho incuestionable: antes que cualquier otra cosa, todos debían ser ante todo productores, En esta «segunda modernidad», en esta modernidad de consumidores, la primera e imperiosa obligación es ser consumidor; después, pensar en convertirse en cualquier otra cosa.

FUENTE: Por Zygmunt Bauman -CULTURA INQUIETA – Pensamiento – vía Blog Hemia – Por Juan Perrolobo

Así es el pez diablo: la especie invasora que está acabando con los peces nativos de México.

El pez diablo ha sido catalogado como «especie exótica invasora perfecta», por su increíble capacidad de adaptación y el daño ecológico que genera.

Como consecuencia de las precipitaciones cada vez más poderosas que azotan los trópicos, diversas especies invasoras se están estableciendo en los cuerpos de agua mexicanos. Quizá una de las más difíciles de combatir es el pez diablo, cada vez más común en los ríos y presas de México como consecuencia de las inundaciones extremas. Después de más de dos décadas de luchar contra la plaga, las autoridades locales todavía no logran ganar la batalla.

Cartílago, espinas y agresividad

El año pasado, la Comisión Nacional de Áreas Protegidas de México alertó a la población aledaña a las áreas naturales protegidas en Coahuila sobre las medidas necesarias para controlar la llegada del pez diablo. Con generalmente 40 centímetros de longitud en la naturaleza, el Hypostomus plecostomus chupa las algas de las cuencas mexicanas. El mismo problema se ha detectado en Quintana Roo, al sureste del país, según medios locales.

A diferencia de otros peces, esta especie no cuenta con escamas. Por el contrario, protege su cuerpo con cartílagos y espinas, que utilizan para luchar entre sí y contra otros animales. Además, es sabido que son animales particularmente agresivos. La crisis climática global ha provocado que su ecosistema natural se modifique, por lo que han buscado espacios que se adecúen más a sus necesidades biológicas.

De manera oportunista, ha utilizado las lluvias y ciclones cada vez más fuertes para invadir cuencas y cuerpos de agua salada. Además de ser una especie agresiva, han demostrado resistencia al momento de salir del agua: pueden sobrevivir hasta 14 horas fuera de la corriente. Por medio de las inundaciones, se inserta en estos nuevos espacios, terminando con las especies nativas que encuentra a su paso.

Una batalla difícil de ganar

Sólo en el estado de Quintana Roo, en colaboración con los pescadores de la localidad de La Unión, las autoridades lograron capturar 400 ejemplares de pez diablo en el año 2020. No han sido suficientes. En contraste, no existen cifras claras para el caso de la cuenca de Don Martín, al norte del país.

El problema radica en que esta especie, venida de países más australes en América Latina, aprovecha los recursos de estos ecosistemas y desestabiliza el equilibrio que antaño existía en ellos. De esta manera, incide directamente en la cadena alimentaria de las cuencas y ríos mexicanos. Además de esto, tiene una capacidad impresionante de adaptación, lo que lo vuelve todavía más resistente a sus depredadores naturales.

El control de esta especie invasora aqueja todavía a las autoridades mexicanas. Incluso lo han denominado como «especie exótica invasora perfecta«, ya que su morfología, fisiología y comportamiento acentúan su potencial para adueñarse de los ecosistemas en los que se instala. Hoy, otras especies como la tilapia son depredadas por el pez diablo, que les está dejando poco espacio para restablecer sus poblaciones de manera saludable.

El pez invasor que está dañando el Mar Caribe y los arrecifes de la Riviera Maya para siempre.

El pez diablo ha sido catalogado como «especie exótica invasora perfecta», por su increíble capacidad de adaptación y el daño ecológico que genera.

Como consecuencia de las precipitaciones cada vez más poderosas que azotan los trópicos, diversas especies invasoras se están estableciendo en los cuerpos de agua mexicanos. Quizá una de las más difíciles de combatir es el pez diablo, cada vez más común en los ríos y presas de México como consecuencia de las inundaciones extremas. Después de más de dos décadas de luchar contra la plaga, las autoridades locales todavía no logran ganar la batalla.

Cartílago, espinas y agresividad

El año pasado, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas de México alertó a la población aledaña a las áreas naturales protegidas en Coahuila sobre las medidas necesarias para controlar la llegada del pez diablo. Con generalmente 40 centímetros de longitud en la naturaleza, el Hypostomus plecostomus chupa las algas de las cuencas mexicanas. El mismo problema se ha detectado en Quintana Roo, al sureste del país, según medios locales.

A diferencia de otros peces, esta especie no cuenta con escamas. Por el contrario, protege su cuerpo con cartílagos y espinas, que utilizan para luchar entre sí y contra otros animales. Además, es sabido que son animales particularmente agresivos. La crisis climática global ha provocado que su ecosistema natural se modifique, por lo que han buscado espacios que se adecúen más a sus necesidades biológicas.

De manera oportunista, ha utilizado las lluvias y ciclones cada vez más fuertes para invadir cuencas y cuerpos de agua salada. Además de ser una especie agresiva, han demostrado resistencia al momento de salir del agua: pueden sobrevivir hasta 14 horas fuera de la corriente. Por medio de las inundaciones, se inserta en estos nuevos espacios, terminando con las especies nativas que encuentra a su paso.

pez león

Foto: Getty Images

A raíz de un cambio de ubicación, un pez invasor está terminando con el equilibrio ecológico del Mar Mediterráneo y los arrecifes de coral en el Caribe.

Rayado, puntiagudo y silencioso: un pez invasor hipnotiza a sus presas con una mirada del color de las aguas del mar, terminando con la diversidad del Mediterráneo. Pasa muchas veces desapercibido entre los arrecifes de coral, pero está al acecho constante de su próxima víctima.

Oriundo de las aguas cálidas del Pacífico sur, el pez león se alimenta generalmente de peces pequeños, moluscos e invertebrados. Su modus operandi es simple, pero efectivo: atrapa a sus presas escupiendo chorros de agua, que las desorienta antes de comérselas. Sin embargo, su hambre voraz está arrasando con la vida en los ecosistemas marinos.

Un cambio de vecindario

El pez león es fácilmente identificable por la cresta espinada que corona su aleta dorsal y aletas en forma de abanico. Las espinas tienen rayas blancas y cafés, una coloración que típicamente indican que son venenosas, incluso para el contacto humano. Por esta razón, este animal es un contrincante letal para cualquier pez de menor tamaño.

En su hábitat natural, cada una de las especies con las que el pez león convive cumple con una función ecológica definida. De esta manera, los arrecifes de coral se han mantenido en equilibrio durante milenios. Sin embargo, recientemente este depredador ha causado estragos en el ecosistema submarino.

A raíz de una inserción poco responsable de peces león en el sureste de Estados Unidos, el Caribe y el Mediterráneo, las poblaciones han adaptado su dieta a las especies endémicas de estas zonas. Para pesar de éstas, el pez león se ha adaptado muy bien a sus nuevos vecindarios, y se ha reproducido como nunca antes.

Reproducción a niveles alarmantes

Pez león captado en las inmediaciones de Xcalac, México. Foto: Getty Images

Cómodo como está en su nuevo vecindario, el pez león se ha reproducido a niveles alarmantes en la Riviera Maya y en el Caribe. Durante todo el año, es capaz de desovar cada dos días. Los huevos eclosionan entre el plancton y se asientan en los arrecifes, liberados por sus madres después del parto. Esto quiere decir que, hoy en día, hay millones de crías potenciales deambulando en las corrientes marinas.

Además de esto, este pez invasor tiene la capacidad de expandir su estómago hasta 30 veces su tamaño. Esto provoca que tenga un apetito insaciable, que atenta contra la diversidad de sus nuevos lugares de asentamiento. Esto es así porque los depredadores autóctonos se quedan sin comer, provocando un desequilibrio importante para la vida en estos ecosistemas tropicales.

El problema se acrecienta, ya que el pez león tiene pocos depredadores naturales. Una solución que se discute entre los países afectados por la situación es plantear una caza controlada de la especie, para devolver un poco de estabilidad a la vida en los arrecifes de coral.

A raíz de un cambio de ubicación, un pez invasor está terminando con el equilibrio ecológico del Mar Mediterráneo y los arrecifes de coral en el Caribe.

FUENTE: NATIONAL GEOGRAPHIC Por Andrea Fisher 

¿PSICOFARMACOS EN LOS OCÉANOS?

Los restos de antidepresivos que llegan al océano están cambiando el comportamiento de los peces

La vida marina que ha estado en contacto con residuos de antidepresivos pierde su individualidad debido a la contaminación médica.

Cuando una persona ingiere una pastilla, los efectos de ésta no terminan cuando sale del organismo humano. Por el contrario, el camino de contaminación de las sustancias apenas comienza después de ir al baño y uno de sus efectos más nocivos está relacionado con los antidepresivos y la vida marina.

¿Cómo van a dar los antidepresivos a los mares?

antidepresivos

Foto: Getty Images

Una gran parte de la contaminación de los océanos es ocasionada por la industría farmacéutica. Los residuos de plástico no son los únicos que están dañando gravemente el bienestar de las especies marinas, así como el equilibrio ecológico de los ecosistemas. 

Los medicamentos también juegan un papel importante en este desbalance.

Estas sustancias son tóxicas para la diversidad marina. Diversos sistemas de alcantarillado terminan en las olas, y acarrean este tipo de residuos hasta los animales, a quienes nunca se les prescribieron medicamentos para tratar la depresión o la ansiedad.

Un mar de fármacos

antidepresivos

Foto: Getty Images

Los residuos de antidepresivos aturden e influyen directamente en su salud. Este fenómeno se ha observado en la manera en la que sus comportamientos cambian al tener contacto con estas sustancias.

Según el ecologista evolutivo Giovanni Polverino de la Universidad de Australia Occidental, apenas estamos viendo las primeras consecuencias de esta contaminación:

«LOS EFECTOS COLATERALES DE LOS CONTAMINANTES PSICOACTIVOS EN LA VIDA SILVESTRE SON CADA VEZ MÁS PREOCUPANTES. LOS FÁRMACOS PSICOACTIVOS SE DIRIGEN A LOS RECEPTORES DEL CEREBRO HUMANO QUE SE CONSERVAN EVOLUTIVAMENTE EN TODO EL REINO ANIMAL; POR LO QUE QUIZÁS NO SEA SORPRENDENTE QUE PUEDAN AFECTAR A ESPECIES NO OBJETIVO».

Para profundizar en la problemática, Polverino y su equipo realizaron un experimento de dos años en el que sometieron a un tipo de pez específico, los Poecilia reticulata, a niveles bajos de fluoxetina, el antidepresivo del mundo. Los resultados no fueron favorables.

Repercusiones vitalicias

antidepresivos

Foto: Getty Images

Algunas de las alteraciones más importantes están relacionadas a la actividad normal de ciertos peces, a su capacidad de socializar, patrones de alimentación, rutas migratorias e incluso su apareamiento.

Sin embargo, se tiene conocimiento que estas concentraciones son muy inferiores a las que se encuentran actualmente en los océanos. Según las observaciones de Polverino, los peces pierden su capacidad de individualidad cuando se les expone a los antidepresivos, y es muy probable que otras especies también tengan repercusiones vitalicias.

La actividad humana está provocando que cada vez más especies padezcan cáncer.

Foto: Getty Images

Cada vez más animales padecen de cáncer de piel a causa de la contaminación de los mares generada por la actividad industrial humana.

Un estudio reciente conducido por la Universidad de Tartu, en Estonia, reveló que la creciente contaminación de los mares está impactando duramente en la aparición de nuevas enfermedades de animales marinos. Parece ser que la más grave —y aparentemente más extendida— de éstas, es el cáncer de piel.

Una consecuencia más de la actividad industrial desmedida

contaminación de los mares

Foto: Getty Images

Según revela el estudio, publicado recientemente en Environment International, las actividades industriales llevadas a cabo en los océanos están afectando mortalmente a una amplia diversidad de peces y mamíferos marinos. 

A raíz de la contaminación de los mares, la investigación da luz sobre el incremento en cáncer de piel en animales salvajes.

De acuerdo con las cifras que arrojó la investigación, el 10 % de los animales acuáticos diagnosticados con cáncer viven en hábitats contaminados.

Sin embargo, Ciara Baines, autora líder del proyecto, asegura que los números «que esperamos sean mucho más altos en realidad«.

El estudio considera factores relacionados a los efectos del daño oxidativo, las infecciones y los cambios en el microbioma. De la misma manera, estima qué tipos de animales son más vulnerables a este tipo de cánceres a raíz de la contaminación industrial en diversos ecosistemas marinos. 

¿Qué está ocasionando el cáncer de piel?

contaminación de los mares

Foto: Getty Images

Principalmente, según enfatiza Baines, el cáncer de piel en animales marinos se está dando como consecuencia de sustancias tóxicas. 

Entre las más importantes, están los contaminantes orgánicos persistentes, los pesticidas y los metales pesados. Sin embargo, los microplásticos y los desechos farmacéuticos son una amenaza potente para la diversidad en los océanos.

Tuul Sepp, investigador principal del grupo sobre la evolución del cáncer en la Universidad de Tartu, señaló lo siguiente con respecto a la problemática:

«POR UN LADO, SI NUESTRAS ACTIVIDADES ESTÁN CAUSANDO CÁNCER EN LOS ANIMALES ACUÁTICOS, ES NUESTRA RESPONSABILIDAD CONOCERLO PARA TRATAR DE MEJORARLO. POR OTRO LADO, LOS ANIMALES SALVAJES EN AMBIENTES CONTAMINADOS ACTÚAN COMO CENTINELAS DE LA CALIDAD AMBIENTAL PARA LOS HUMANOS «.

Estos productos residuales afectan directamente el sistema inmunológico de los organismos acuáticos. 

Por esto, se vuelven más susceptibles a ciertos patógenos que causan cáncer. De la misma manera, se almacenan en sus tejidos y eventualmente atacan a sus órganos internos más importantes.

A la fecha, se han detectado 30 especies distintas con los mismos problemas de salud.

FUENTE: NATIONAL GEOGRAPHIC en Español – Por Andrea Fischer 

UN TEMA POLÉMICO – PARTE I

¿TRABAJO O ESCLAVITUD?

Preámbulo: Parafraseando a nuestro estimado y popular escritor Alejandro Dolina, mi posición siempre ha sido coincidente con su famosa frase “ninguna mujer nace para ser puta”. Es un tema muy delicado para tratar aquí; ya que puede herir susceptibilidades como así también el dolor de toda madre, que ha perdido a su hija objeto de las aberraciones de la trata. 

Asimismo otras mujeres jóvenes de distintos países que con engaños, son exportadas a otros lugares del mundo, reteniendo sus pasaportes y en donde los proxenetas las prostituyen a su beneficio. 

Creo en lo personal; que una minoría de las mujeres que ejercen la prostitución, se pueden sentir satisfechas de la situación en que viven. Sin embargo, como bien comente al principio hay innumerables factores -desde el propio entorno familiar- hasta el psíquico de la mujer, que decide voluntariamente, jugar al juego que más le gusta, como para ser nombrada a futuro como la Señora de “…” suficiente para alcanzar tener una vida plena de lujos y más que acomodada. O bien pretender transformarse en una mujer independiente la que se supone autosuficiente para garantizarse su futuro. 

Ejemplos existen; pero no es este el espacio para mencionarlos. A pesar de llamar a un Congreso tanto a hombres como mujeres, con una heterogeneidad de profesionales y no profesionales, casi seguramente no llegaríamos a fijar una posición única e irrebatible, en cuanto  al trabajo más antiguo de la humanidad.

Cordiales saludos – Daniel Edgardo Capurro – andandotrastuencuentro.blog

Lo que dicen las feministas sobre la prostitución: un debate encendido

El enfrentamiento entre las posturas a favor o en contra del oficio más antiguo del mundo sigue candente dentro de la sociedad. Y no parece que vaya a remitir

«El trabajo sexcual» es la versión más extrema de la opresión violenta hacia las mujeres”.

Con estas contundentes palabras respondía Toni Van Pelt, la veterana presidenta de 72 años de la Organización Nacional de Mujeres estadounidense en un reciente debate político celebrado en Washington para decidir un proyecto de ley que tiene por objetivo despenalizar el trabajo sexual en la capital.

Pelt aseguró que, de hacerse definitivo dicho plan, “Washington se convertiría en el primer destino internacional de turismo sexual” y representaría “una amenaza para las mujeres y niñas”, según recoge ‘»The Daily Beast». Esto recuerda mucho a las palabras pronunciadas por Carmen Calvo, vicepresidenta del reciente gobierno de coalición, durante una entrevista el año pasado en la que reiteraba la postura firme del PSOE en cuanto a la prostitución: “Que cada hombre que diga que la prostitución es una profesión, que apunte a su hija a una academia”, espetó.

Así, se volvía a abrir el eterno debate intrafeminista en el cual hay dos bandos enfrentados: el abolicionista (en el que se encuentra Calvo y su partido, entre otras muchas asociaciones y teóricos feministas) y el regulacionista, representado por varios colectivos que piden que el oficio más antiguo del mundo se legalice y se considere como una profesión más. 

Ocho de cada diez casos de trata de seres humanos tienen como fin la explotación sexual y el 90% de las víctimas son mujeres y niñas Antes de entrar en materia, merece la pena considerar una serie de datos: España es el país europeo con mayor demanda de sexo pagado y el tercero a nivel mundial, según Naciones Unidas.  

Esto nos coloca a nivel internacional en una posición bastante sensible en lo referente al tema, ya que casi el 40% de los varones españoles ha consumido este tipo de servicios. Se debe tener en cuenta no solo el gran volumen de negocio (alegal), sino que también nuestro país es uno de los principales destinos de tráfico de mujeres del mundo. 

Es por ello que este posicionamiento de la justicia española frente al tema de la prostitución, en cierto modo neutral, es beneficioso para este tipo de organizaciones criminales, ya que ni se persigue ni se acepta, lo que coloca al país en una situación muy comprometida.

Si hay algo en lo que coinciden ambos bandos es precisamente en esta idea. Ya en el preacuerdo firmado para formar gobierno, Unidas Podemos y PSOE prometieron “erradicar la trata de mujeres con fines de explotación sexual” y una Ley integral que incorporase “medidas de prevención y persecución” contra las redes de tráfico de mujeres y niñas “que son obligadas a ejercer la prostitución”, según recogía «Europa Press».  

De algún modo, se tiende a asociar el crimen organizado con la prostitución. Y no es para menos: ocho de cada diez casos de trata de seres humanos tienen como fin la explotación sexual, según estos mismos datos de la ONU, y el 90% de las víctimas son mujeres y niñas.

Por lo tanto, es normal hacer esta asociación de ideas, pero ello no quiere decir que haya que generalizar que todas las prostitutas están subyugadas a bandas criminales o son obligadas a ejercer su trabajo.

¿Libertad individual o esclavismo?

Esta lucha entre regular o bien perseguir el trabajo sexual lleva muchísimos años dentro de la arena del feminismo.  

“Los delitos de lenocinio y explotación de la prostitución ajena son distintos e independientes de los de trata, pues castigan a los terceros que se benefician de la prostitución independientemente de las condiciones en que esa se ejerza, e incluyen casos en los que todos los participantes, de manera voluntaria, ejercen la prostitución y se benefician de ella”, explica la académica Claudia Torres, de la Universidad Autónoma de México (UAM) en un estudio sobre el tema. 

Las trabajadoras sexuales en muchas ocasiones son silenciadas o desmentidas de inmediato cuando sufren una violación En este sentido, uno de los puntos de divergencia más claros entre ambas visiones se da en 1992, cuando una famosa abogada anti-pornografía llamada Catherine MacKinnon afirmó en su libro «Prostitution and Civil Rights»:

“Las mujeres son prostituidas precisamente para ser degradadas y sometidas a un tratamiento cruel y brutal sin límites humanos; eso es lo que se intercambia cuando las mujeres son vendidas y compradas para tener sexo”, en declaraciones recogidas del excelente trabajo de Marta Llanos de la UAM. 

De este modo, equipara el oficio con una “violación repetida” o una “esclavitud sexual femenina”, planteando que una prostituta es legalmente una “no persona”.

Un asunto… ¿de clase?

A lo largo de los últimos años, se ha publicado una cantidad ingente de literatura que aborda esta problemática cuestión. 

Una de las más firmes representantes de este feminismo contrario a la abolición es Virginie Despentes, autora de la influyente » Teoría King Kong», quien ha vivido en sus propias carnes el oficio de trabajadora sexual y también ha sido víctima de una violación. 

Para ella, la prostitución no es tan diferente al resto de empleos, ya que hay otros ámbitos laborales en los que la violencia sexista está muy presente. 

Sobre todo en aquellos en los que nadie quiere y que, por ello, muchas mujeres inmigrantes se ven obligadas a aceptar, como vienen a ser los propios del terreno doméstico, de limpieza o en las zonas rurales.

Por ello, Despentes aquí hace una distinción de clase. Al igual que también existe la protitución de lujo, en la cual la mayoría de las trabajadoras son bien tratadas y están en mayor medida protegidas, también abundan ciertos empleos relegados a las clases más bajas sin ninguna connotación sexual de antemano en los que la violación es el plato de cada día. 

Pero también sucede al revés: a raíz del fenómeno del #MeToo del año pasado, hemos visto cómo muchas mujeres de las clases altas creativas con mucha posición social han declarado haber sido abusadas, por lo que bien cabría hacer una reflexión aquí. 

Las conductas sexistas y las violaciones sexuales pueden ocurrir en todas las esferas; quizás más en la de la prostitución por el riesgo que conlleva, pero el problema aquí no es la decisión individual de hacerse prostituta; sino también como siempre, el machismo que existe como telón de fondo.

Esto también nos lleva a pensar en la cantidad de víctimas sexuales que puede haber en la industria pornográfica, y a las que no se les presta la suficiente atención o son acusadas de mentirosas. 

Por ejemplo, Nikki Benz, una actriz de cine para adultos estadounidense que confesó haber sido violada en la filmación de una película por sus compañeros de rodaje. Al declararlo por Twitter, no recibió el más mínimo apoyo, ni de las instituciones ni de la opinión pública, y actualmente sus supuestos agresores siguen libres.

La división de la izquierda

De vuelta en España, actualmente existe una gran confrontación entre ambos bandos. Hay un sinfín de asociaciones que piden la abolición inmediata de la prostitución al “ir en contra de los derechos humanos” y “reproducir la jerarquía sexual patriarcal”. 

Y dentro de la izquierda, el conflicto es aún más grande. Uno de los hechos que más ejemplifica este desacuerdo ideológico y programático es el de la dimisión forzada de Concepción Pascual de su cargo de directora general de Trabajo. El desencadenante: haber firmado la inscripción en el registro del Sindicato de Organización de Trabajadoras Sexuales (Otras). Al parecer, Pascual firmó el documento sin tener en cuenta a su superior, la ministra Magdalena Valerio.

Algo parecido sucedió en Barcelona con el equipo de Ada Colau, formado por el PSC y Barcelona en Comú cuando la alcaldesa de la ciudad aprobó subvenciones a la asociación Aprosex (embrión de OTRAS), lo que no sentó nada bien al bloque abolicionista del Ayuntamiento.

Jaume Collboni, actual presidente de los socialistas de Barcelona, siempre se ha mantenido firme en su voluntad de abolir la profesión más antigua del mundo, considerándola como “la esclavitud del siglo XXI”. 

Por tanto, el enfrentamiento entre los dos bandos sigue recrudeciendo y parece que no vaya a terminar así como así. Mientras tanto, el campo de batalla sigue repleto de minas. Y en el medio, las víctimas, las de siempre, aquellas que no tienen altavoz y suplican por una vida digna.

ENTRE LOS 25 Y 35 AÑOS, EL SECTOR MAYORITARIO

‘Millennials’ y puteros: por qué los clientes de la prostitución son cada vez más jóvenes.

A pesar de la libertad sexual de esta generación y la existencia de ‘apps’ para ligar, cada vez más hombres jóvenes acuden a la prostitución. Usuarios y académicos nos cuentan sus razones.

Cuando apenas tenía 21 años, Marcos acudió por primera vez a un prostíbulo:

“Fue después de una noche de fiesta en la que estábamos celebrando el cumpleaños de un amigo. Fuimos todos a tomar una copa y bueno…”. Con estas palabras relata en conversación telefónica con El Confidencial la primera vez que el joven madrileño fue usuario de prostitución. “En ese momento me pareció algo hasta gracioso, fuimos, echamos unas risas, tomamos la última, algunos follamos y pa’ casa”, explica un segundo antes de pedir que su nombre real no aparezca en este reportaje. 

“Dos semanas después volví a un ‘puti’ y a partir de ahí más de una vez le he cogido el coche a mi padre para ir a Marconi», un polígono industrial de la capital que se caracteriza por la fuerte presencia de prostitutas, «para ver qué se cocía”, relata con un tono que va decayendo a medida que pronuncia la frase. Dos años después de su primer contacto con la prostitución, el veinteañero reconoce ser asiduo consumidor de este oscuro negocio, que cada vez atrae a más jóvenes. 

Este es el mismo caso de Miguel, que también rehúsa aparecer con su nombre real y se inició de una manera parecida. En su caso fue tras una cena con su equipo de fútbol. 

A sus 23 años, el joven, parco en palabras y sin querer revelar su procedencia, dice que recurre a estos servicios porque es «fácil, rápido, te hacen lo que quieres, no es caro y no tienes complicaciones». 

Aunque los datos son confusos por la situación legal de la prostitución, el putero ‘millennial’ existe, y acude tanto al burdel como a la calle. La percepción de un aumento del consumo de prostitución por parte de los más jóvenes ha sido señalado por la Policia Nacional, que lleva años alertando de la bajada escalonada de la edad de los consumidores de prostitución, además de sociólogos, los propios proxenetas o las asociaciones de asistencia a las víctimas de trata. 

La percepción del aumento de puteros jóvenes ha sido mostrada por la Policía, asociaciones de ayuda a víctimas de trata, sociólogos y proxenetas Los datos del foro sexual SexoMercado a los que ha tenido acceso este periódico muestran que, desde hace varios años, el segmento mayoritario de los usuarios que buscan anuncios de prostitución en su web son hombres de 25 a 35 años. 

Esto demuestra el interés de los varones jóvenes por los foros y anuncios relacionados con la prostitución, aunque las cifras no permitan saber si todos los que acceden a estas páginas acaban pagando por sexo. Por su parte, la presidenta de la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida (Apramp), Rocío Nieto, explica que llevan años alertando sobre el aumento del consumo de prostitución por parte de los jóvenes. 

Para la fundadora de esta ONG, que presta ayuda a mujeres que han sido explotadas sexualmente, «la causa principal es que los jóvenes lo están normalizando y eso es un peligro. Lo interpretan como una actividad completamente normal en la que lo pueden pasar bien, sin pensar qué hay detrás».

Foto: Reuters. 

Del mismo modo, el ex proxeneta Miguel ‘el Músico’, que explotó a casi 2.000 mujeres y para el que la Fiscalía pidió 27 años de prisión (de los que cumplió tres) cuenta en el documental ‘El proxeneta. 

Paso corto, mala leche’ cómo los clientes cada vez son más jóvenes. El ‘film’ —que procede de la novela homónima sobre las mafias de la prostitución— tiene la firma de la cineasta y actriz Mabel Lozano, que tras haber investigado este mundo también da fe de esta bajada de la edad del consumo de prostitución. 

Pero la gran pregunta, con una introducción mucho más grande, es: teniendo en cuenta la libertad sexual de este tiempo, lo fácil que lo ponen las «apps» para ligar y el conocimiento que se debería tener sobre el oscuro negocio tras la prostitución…

¿Cómo es posible que cada vez más hombres jóvenes acudan a las meretrices?

El cliente consumidor

Hay muchas razones por las que España es un país de puteros, pero hay algunas que podrían ser intrínsecas a los más jóvenes. Águeda Gómez Suárez, profesora de sociología en la Universidad de Vigo y coautora del libro ‘El putero español’ (Catarata), desgrana para El Confidencial algunos de estos motivos.

«En primer lugar el problema es que se entiende la prostitución como cualquier otro bien de consumo. Se compra lo que se vende y algunos lo ven como una alternativa de ocio más, igual que ir al cine o a tomar unas cervezas», asegura Gómez. Se trata del denominado ‘cliente consumidor’. 

En este grupo se enmarca la mayor parte de los clientes jóvenes: no son sexistas y son críticos con la herencia machista del pasado, pero comparten una ética hedonista de consumo. Intuyen que hay mujeres explotadas, pero prefieren no pensarlo, al igual que alguien que compra ropa que ha sido fabricada por niños. Para ellos, las putas son un servicio más.

La pornografía

El segundo gran problema, con el que coinciden la mayoría de los expertos consultados, es la pornografía. En gran medida estos vídeos están concebidos desde una perspectiva que no contempla el placer real de la mujer, sino que la cosifica. Al existir una ausencia de educación sexual real, los ‘millennials’ piensan que el sexo es eso que ven en páginas como ‘Pornhub’. 

El siguiente paso es recurrir a las prostitutas para satisfacer esas necesidades sexuales irreales. Las prácticas que se ven en el porno no pueden llevarlas a cabo con una igual, por lo que algunos jóvenes las llevan a un espacio prostitucional «El porno es una pequeña escuela de consumo de prostitución. 

Como las prácticas que se ven en estos vídeos, que vejan a las mujeres e invisibilizan su placer, no pueden llevarlas a cabo con una igual, algunos jóvenes las llevan a un espacio prostitucional.

Aquí sienten que al pagar pueden hacer lo que quieran», relata la socióloga de la universidad gallega, que está a punto de sacar una nueva investigación sobre la percepción de la prostitución. 

«Además esta visión sexual está reforzada en los jóvenes porque cada vez el porno está más disponible. El acceso está masificado desde la infancia y la consecuencia puede ser que se vayan construyendo puteros», añade.

En este sentido, Gómez señala que «a la generación que no tuvo tanto acceso a la pornografía no se le marcó así el imaginario sexual». «Experimentábamos para crearlo, ya que existía una ausencia de educación sexual, pero a base de ensayo y error ibas construyendo tu sexualidad , pero ahora el primer contacto que tienen los niños es a través de la pornografía y modelan su imaginario sexual de una manera muy poco saludable y perversa», recalca la socióloga aludiendo de nuevo a una de las posibilidades por las que los jóvenes acaban yendo con prostitutas. 

Por su parte, Roberto Sanza, psicólogo y sexólogo de la Fundación Sexpol, señala en la misma línea que «la adolescencia siempre ha sido una etapa bastante complicada en la que no existe una educación sexual o es muy mala. Esto se junta con el capitalismo más atroz y el machismo y hace que los adolescentes vuelvan a esas raíces tan casposas de como hombre puedo pagar». 

En el caso concreto de la pornografía, Sanza señala que «muestra prácticas sexuales que se acaban normalizando». «Pero claro, evidentemente con su pareja, sobre todo en la adolescencia donde hay muchas inseguridades y las relaciones son más complicadas, no se atreven a tener esa comunicación directa de probar cosas. 

Por lo que aplican a esa creencia rancia de tu mujer está para unas cosas y las putas para otras»,explica, y añade que pueden recurrir a meretrices simplemente para comprobar si ciertas actitudes les agradan o no.

El experto hace también hincapié en la existencia de «una camaradería mal entendida que hace que los jóvenes acaben en los clubs de alterne”. En este sentido, indica que en muchas ocasiones cuando van en grupo se vanaglorian de ello y lo comentan; pero en el caso de ir solos, lo esconden.

‘Millennials’ encerrados en casa

La juventud española de entre 15 y 29 años es cada vez más tecnológica y sale menos de fiesta, ya que un 74,6% de los jóvenes asegura que la actividad que más realiza en su tiempo libre es chatear o navegar por internet, frente a un 22,7% que apunta a salir por la noche, según un estudio realizado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD). 

Ante estos datos, cabría pensar que esta falta de socialización por parte de los jóvenes —que no dejan de tener interés en el sexo y que lo viven a través de la pornografía por tener tanto contacto con las pantallas— podría llevarles a consumir prostitución. 

Para la socióloga gallega esto «dependerá del hábitat». En ciudades pequeñas es más frecuente que los chicos salgan a la calle y se relacionen, simplemente por la comodidad que da un pequeño lugar, pero «en una gran ciudad o las periferias de estas si que se podría dar».

El primer contacto que tienen los niños con el sexo es a través del porno, modelando su imaginario sexual de una manera muy poco saludable.  

La directora de ‘El proxeneta’. Paso corto, mala leche’ cree que muchos chicos que han educado su sexualidad en la pornografía «no salen de sus zulos. Al no salir, no ligan y al final van a la solución fácil: ir a comprar mujeres». Mabel Lozano, que ha trabajado para conocer las redes de trata de mujeres, hacen hincapié en la idea de que cada vez más no salen, «cada vez ven más porno, quieren mantener relaciones sexuales y mejor que sea pagando así la puedes agarrar fuerte de la cabeza o hasta insultarla, que es lo que has visto en el porno».

Amplia oferta de los burdeles

Partiendo de la base de que sin puteros no habría prostitución, la oferta que realizan los proxenetas es un punto muy importante de la cadena para atraer a los jóvenes.

Las propias ofertas que realizan los clubes están orientadas a atraer a un público joven, según explica Lozano tras haber indagado en este mundo. «Viernes y domingos locos. Sábados sorteo de un polvo (chicas a elegir). Presentando esta tarjeta la segunda consumición gratis», dice el texto de un ‘flyer’ de publicidad de un club de alterne.

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«De lunes a viernes están los demandantes habituales, hombres casados de mediana edad que el viernes dejan de ir porque van a sus casa ya que tienen a sus hijos, mujer y sus quehaceres. 

Pero los fines de semanas los proxenetas tienen la materia prima y los cubatas y ¿qué necesitan?: hombres. Y para ellos tienen que llegar a los más jóvenes, convirtiendo sus macroburdeles en macrodiscotecas», cuenta la directora de cine.

«Y ya no solo es que vayan directamente al burdel, sino que pueden ir a armar bulla cuando se cierran las discotecas. Los chavales pueden ir un día a tomar la última a un puticlub y al final van un día y al otro», relata. «Los proxenetas se lo están currando para que vayan los jóvenes y nadie se lo ha currado tanto», concluye haciendo mención expresa a Miguel ‘el Músico’ con el que trabajó para su documental.  

En este sentido, la socióloga de la Universidad de Vigo coincide en que «hay una oferta enorme de prostitución y además se está haciendo para que los niños piensen que eso es bueno, que si van, van a ser los reyes y que es una alternativa de ocio más». 

Para los expertos la solución para que los jóvenes no acudan a la prostitución pasa por una buena educación sexual. Contra una sociedad tan sexualmente polarizada, desde los que apoyan el pin parental hasta los que sacan a procesionar el coño insumiso, recalcan como muy importante hablar de la libertad sexual, de lo que es la pornografía y de los negocios oscuros que se ocultan tras la prostitución.

FUENTE: Alma, Corazón y Vida – Por Enrique Zamorano

CIENCIA Y ECOLOGÍA

Hallan grandes cantidades de mercurio en los glaciares de Groenlandia

Este hallazgo inesperado plantea interrogantes sobre los efectos del deshielo de los glaciares en un área que es, además, una importante zona exportadora de mariscos, de acuerdo con los investigadores.

Los investigadores fueron tres veces al suroeste de Groenlandia y encontraron cifras alarmantes de mercurio disuelto en el agua.

La contaminación por mercurio es un tema de preocupación mundial debido a sus efectos tóxicos. Ahora, un nuevo estudio ha hallado mercurio en ríos y fiordos conectados a la capa de hielo de Groenlandia, en unos niveles comparables a los ríos de la China industrial, según informa el último número de la revista británica Nature Geoscience.

«Hay niveles sorprendentemente altos de mercurio en las aguas de los glaciares analizados en el suroeste de Groenlandia. Esto nos lleva a considerar ahora una gran cantidad de otras preguntas, por ejemplo, cómo podría llegar ese mercurio a la cadena alimentaria», señaló Jon Hawkings, experto de la Universidad Estatal de Florida, Estados Unidos, y del Centro Alemán de Investigación de Geociencias. .

El estudio internacional comenzó como una colaboración entre Hawkings y la experta en glaciares Jemma Wadham, profesora del Instituto Cabot para el Medio Ambiente de la Universidad de Bristol.

En un principio, los investigadores tomaron muestras de las aguas de tres ríos diferentes y dos fiordos junto a la capa de hielo para entender la calidad del agua de deshielo del glaciar y cómo los nutrientes del agua pueden sostener los ecosistemas costeros.

¿Deriva este mercurio del glaciar hacia la red alimentaria acuática?

La revista señala que uno de los elementos que midieron fue el mercurio, potencialmente tóxico, pero no tenían ninguna expectativa de encontrar concentraciones tan altas en el agua.

En los ríos de agua de deshielo de los glaciares muestreados en Groenlandia, los científicos encontraron unos niveles de mercurio disuelto más altos que en un río promedio.

«Concentraciones de mercurio tan elevadas normalmente solo se verían en sistemas bastante contaminados. Lo comparamos con los ríos contaminados de China, porque es allí donde se han encontrado antes tipos de concentraciones similares», dijo Hawkings en entrevista con DW.

Los investigadores no tienen claro si este mercurio derivado del glaciar se está abriendo camino hacia la red alimentaria acuática, donde a menudo pueden existir concentraciones más elevadas.

Más agua de deshielo de los glaciares podría significar más mercurio en los ecosistemas costeros y un mayor riesgo para la salud.

Más agua de deshielo de los glaciares podría significar más mercurio en los ecosistemas costeros y un mayor riesgo para la salud.

«¡No me lo creía! Como las cifras eran tan altas, era tan inesperado», dijo Hawkings a DW. «Como científico, había un elemento de emoción, de encontrar algo nuevo que nadie había visto antes. Pero también de preocupación», agregó.

Preguntas sin respuesta

«Naturalmente, tenemos hipótesis sobre lo que conduce a estas altas concentraciones de mercurio, pero estos hallazgos han planteado una gran cantidad de preguntas para las que aún no tenemos respuesta», dijo el experto Rob Spencer.

La pesca es la industria principal de Groenlandia y el país es un importante exportador de camarones de agua fría y bacalao.

El grupo de investigadores acampó frente al glaciar Leverett, donde recogieron algunas de las muestras.

El grupo de investigadores acampó frente al glaciar Leverett, donde recogieron algunas de las muestras.

Glaciares exportan nutrientes al océano

«Hemos aprendido de muchos años de trabajo de campo en estos sitios en el oeste de Groenlandia que los glaciares exportan nutrientes al océano, pero el descubrimiento de que también pueden transportar toxinas potenciales revela una dimensión preocupante de cómo los glaciares influyen en la calidad del agua y las comunidades río abajo, que puede alterar en un mundo que se calienta y destaca la necesidad de una mayor investigación «, dijo Wadham.

El hallazgo pone de manifiesto lo rápido que se están derritiendo las capas de hielo en todo el mundo.

Aproximadamente el 10 por ciento de la superficie terrestre del planeta está cubierta por glaciares, y estos entornos están experimentando cambios rápidos como resultado del aumento de las temperaturas.

FUENTE: Made for Minds FEW (EFE, DW, Nature Geoscience, GFZ)

BENJAMIN BUTTON Y LA SEXTA GRAN EXTINCIÓN

«Vivimos la época de la sexta gran extinción. Ya hubo cinco, pura lógica matemática, antes. Como la de los dinosaurios y el meteorito. Pero esta sexta es la gran ola».

En El curioso caso de Benjamin Button, David Fincher nos contaba la historia de un hombre que nacía envejecido, siendo un bebé anciano, más con pinta de dátil que de niño, del que su padre renegaba y al que abandonaba, y que iba haciéndose joven según crecía y después envejecía, el ciclo de la vida, pero él seguía rejuveneciendo físicamente hasta morir viejo pero siendo niño, con aire y grima de torero precoz. En vez de hacerse más alto, grande y arrugado fue haciéndose más pequeño y terso hasta extinguirse. Algo así, como el caso de Button, sucede hoy en el mundo animal, donde los científicos están detectando que cada vez son más pequeñas todas las especies.

Vivimos la época de la sexta gran extinción. Ya hubo cinco, pura lógica matemática, antes. Como la de los dinosaurios y el meteorito. Pero esta sexta es la gran ola. El ritmo de desaparición de especies es 100 veces mayor desde el siglo XX. Por el cambio climático, por la pesca salvaje, por la deforestación, por la caza furtiva… En fin, por nosotros, que nos hemos convertido en meteoritos de la Tierra desde dentro. La mayor amenaza siempre está dentro, no viene de fuera. Como los espíritus de las mansiones en las películas de terror. Como confirma cualquier psicoanalista después de diez sesiones pagadas.

Los científicos no saben aún, aunque lo intuyen, si esa disminución del tamaño de los animales está también provocada por nosotros. La conocida como regla de Bergman establece que cuanto más bajas son las temperaturas, más grandes son los animales endotermos, de sangre caliente.

Nosotros estamos entre ellos. La regla de Bergman la confirmaban las películas del destape: las suecas parecían diosas vikingas al lado de Alfredo Landa. A esa regla de Bergman atribuyen algunos la jibarización de la fauna.

También a que la naturaleza esté buscando las vueltas para sobrevivir. Cuanto más grande es un animal, mayor riesgo de desaparecer. Mermando quizá sobrevivan. Aunque, si seguimos complicando, les pasará como a Benjamin Button. Y nosotros, en cambio, cada vez más gordos.

FUENTE: David López Canales es periodista freelance colaborador de Vanity Fair y autor del libro ‘Un tablao en otro mundo’ (Alianza). 

Un visionario…

William S. Burroughs, el profeta más radical que definió nuestro mundo actual

«EL LENGUAJE ES UN VIRUS»

¿Qué tiene en común este célebre escritor de la generación beat con la Organización Mundial de la Salud? 

 Ambos advirtieron del peligro latente para la salud física y mental del lenguaje.

«Esto ya es como Black Mirror». 

Esta bien podría ser una de las frases más comunes expresadas por el inconsciente colectivo en el último año. El género de las distopías, tanto en la literatura como en la televisión y en las series, no ha dejado de ‘hacer su agosto’. 

Las reediciones de los clásicos de Orwell, Bradbury o Huxley emergen de tanto en cuando en las listas de libros más vendidos, junto a la recuperación de otros tomos menos conocidos por el público general hasta ahora, como «El cuento de la criada» de Margaret Atwood, popularizados a raíz del amplio consumo de las series en ‘streaming’. 

Hay una distopía personalizable a cada caso, y quien no ve un Gran Hermano por todas partes, espiándola hasta para cuando va a ir al baño y colocando ‘microchips’ hipodérmicos (cuando ya lo lleva en el bolsillo todos los días en su teléfono inteligente), acaba enganchado a su soma ideal o creyendo en un ‘Estado profundo’ conformado por estrellas del espectáculo y políticos progres. Quizá una de las campañas publicitarias más geniales de los últimos meses es la que precisamente idearon cuatro estudiantes de publicidad de la escuela Brother Ad Madrid, cuando en una marquesina de autobús de la capital colocaron un espejo con la frase: «Black Mirror 6th Season. Live Now, everywhere» , con el logo de Netflix.

Rubén de Blas en la recreación de un anuncio de 'Black Mirror'. (Brother Ad School)

Rubén de Blas en la recreación de un anuncio de ‘Black Mirror’. (Brother Ad School)En su momento, se viralizó muchísimo esta propuesta, algo normal dadas las circunstancias: era junio de 2020, la época en la que el término ‘nueva normalidad’ estaba en boca de todos y comenzábamos la desescalada hacia un mundo que creíamos que iba a ser totalmente diferente al que habíamos conocido. 

A pesar de que la pandemia no termina de acabarse (curiosa paradoja semántica) y haya dejado tantas muertes y secuelas, la sociedad está esforzándose en volver a la realidad previa a la crisis sanitaria, aunque como es evidente ahora llevemos mascarillas por precaución más que por obligación, mantengamos las distancias de seguridad en los espacios públicos cerrados o revisamos a diario las noticias para saber si es seguro o no viajar a tal sitio, si nos exigen estar vacunados o debemos pasar por una PCR.  

Para Burroughs, el lenguaje invade el cuerpo humano como un virus o un parásito, alineándose hasta sus últimas consecuencias Sin duda alguna, lo que dejaba de manifiesto aquel anuncio es lo que el célebre autor de documentales Adam Curtis llamó “hiper normalización” la tendencia a aceptar y normalizar de que todo está fatal y lo que es peor aún, lo va a estar, ya que nos resulta prácticamente imposible crear, ya no solo imaginar, mundos futuros mejores. No; la realidad, afortunadamente, todavía no es como Black Mirror, aunque el ingenio de los publicistas de colocar un espejo en pleno centro de Madrid nos enseñe nuestra figura apresurando el paso por la calle, haciéndonos protagonistas de un hipotético nuevo episodio que solo existe en nuestra mente.

Sin embargo, hay distopías que fueron creadas con mucha anterioridad a la serie de Netflix y que reflejan con más precisión la política y la sociedad del mundo de hoy en día. 

Uno de los autores que merece la pena releer y que no está incluido entre esa caterva inamovible de autores clásicos de ciencia ficción distópica es William S. Burroughs. 

Presente en los manuales de literatura entre nombres de la generación beat como Jack Kerouac, Allen Ginsberg o Gregory Corso, a menudo se pasa por alto algunas de sus descerebradas profecías y rabiosas proyecciones de futuro, quizás debido a la altanería de su personaje, su grotesca visión del mundo, su heterodoxia narrativa y la profunda escatología que inunda sus textos, plagados de yonkis, sexo promiscuo sin fin y atentados contra la moral dominante.

El lenguaje, los virus, la droga

El autor de «El almuerzo desnudo) (1959), un ‘cocktail molotov-novela’ que llevó magistralmente David Cronenberg a la gran pantalla, lanzó una serie de profecías entre ‘cut-up’ y ‘cut-up’, a modo de sobresalto, exabrupto literario o vómito de palabras difícil de interpretar. 

Sin embargo, desde cierta perspectiva sus predicciones fueron mínimamente más acertadas que las que construyeron de forma rigurosa y científica otros escritores más respetados por el público de masas, como Orwell o Huxley. No hace falta lanzar una proyección de futuro en el que un partido dictatorial llamado Ingsoc totalice todos los aspectos de la vida del ser humano (eso ya lo vimos en el siglo XX en cierto modo) o que toda la población se robotice y aprenda a no desear ni sentir nada, anulando cualquier sentido de libertad.

Tan solo hacía falta atender a lo más esencial, aquello que nos une y da sentido a nuestra realidad: el lenguaje. «Según Burroughs, una infección viral atacó a los homínidos del pre-paleolítico catalizando mutaciones deformantes de las neuronas, del aparato sonoro y de la estructura maxilofacial» El lenguaje es un virus». 

Esta es la cita con la que bien podría resumirse toda su obra, su ‘lied’ argumental, pues el objetivo de ‘El Hombre Invisible’ (uno de sus seudónimos) con sus novelas y escritos no fue otro que sabotear las formas sintácticas y semánticas, ya que para él la verdadera revolución no tenía una dimensión política o social, sino mental. 

En este sentido, como la droga, el otro gran tema de sus libros, el lenguaje invade el cuerpo humano como un virus o un parásito, alineándose hasta sus últimas consecuencias, poseyendo al sujeto y haciéndole carente de interioridad, pues todo su mundo gira en torno a ese «álgebra de la necesidad» que le hace consumir más y más. 

«La droga es aquí una inoculación de muerte que mantiene al cuerpo en una paradójica condición de emergencia y ralentización, donde el adicto es inmune al aburrimiento», escribe Adolfo Vásquez Rocca, investigador de la Universidad Complutense de Madrid, en un análisis sobre la obra Burroughs y sus crípticos significados. «Puede estar horas mirándose los zapatos o simplemente permanecer en la cama. Es el contagio definitivo, el de la interioridad intoxicada».

Burroughs en Tánger en 1956. (Fotógrafo desconocido) Foto: La Felguera.

Burroughs en Tánger en 1956. (Fotógrafo desconocido) Foto: La Felguera.

Al igual que la heroína, el tipo de sustancia a la que más estuvo enganchado el autor junto con el alucinógeno yagé, el lenguaje manipula y transforma a los seres humanos por proceso de contagio. «Según Burroughs, una infección viral atacó a los homínidos del pre-paleolítico catalizando mutaciones deformantes de las neuronas, del aparato sonoro y de la estructura maxilofacial», sintetiza Vásquez Rocca. 

Sus teorías son muy disparatadas desde un punto de vista científico, cierto. No por ello carecen de valor vital y filosófico, pues tuvo la intención de llevarlas hasta el final. 

La estrategia de este hombre gris de mirada encorvada era precisamente romper con la alienación impuesta por el lenguaje mediante la técnica del cut-up en sus escritos o por acciones concretas enmarcadas en el territorio de la experimentación audiovisual, la investigación acerca del control social y sus posibilidades de romperlo, o el vandalismo callejero que detalló en obras como «Manual Revisado del Boy Scout» (La Felguera, 2016) o en su ensayo de ficción «La revolución electrónica» (Caja Negra, 2009).

Infodemia y pandemia

«Lo primero, necesitas un dispositivo de codificación, una televisión, una radio, dos cámaras de vídeo, una estación de radioaficionado y un simple estudio fotográfico con unos pocos accesorios y actores», escribe Burroughs.

«Para empezar, mezcla todas las noticias y emítelas en todas direcciones, a las cadenas de radio y grabadoras callejeras. Construye transmisiones de vídeo con noticias falsas y mezclalas con las reales. 

Para las imágenes, puedes usar fotografías antiguas. La ciudad de México podría ser el escenario perfecto de una revuelta en Saigón y viceversa. Una insurrección de Santiago de Chile puede hacerse con imágenes de Londonderry (Irlanda del Norte). 

Nadie notaría la diferencia… mezclas las imágenes de ‘fake news’ con noticias reales. Así, tendrás más ventaja sobre tu oponente, que deberá ocultar sus manipulaciones. Tú no tendrás esa necesidad. En realidad, puedes promocionar que estás escribiendo noticias por adelantado sobre hechos que puedes crear por técnicas que nadie pueda usar. 

Y eso te convierte en noticia… los ‘cut-ups’ podrían inundar los medios de comunicación de masas de engaños». El lenguaje no es un mero instrumento de inocente utilidad con el que nos comunicamos, sino que permea en el organismo vivo afectando a la salud, como Burroughs avisaba Efectivamente, el Exterminador (otro de sus seudónimos) se está refiriendo a lo que hoy en día todo el mundo conoce como ‘fake news’, un fenómeno que en la época del escritor pudo ser utilizado como recurso de contrainsurgencia, en operaciones militares y por los servicios de inteligencia, pero que hoy en día y debido a la multiplicidad de canales, emisores y receptores que hay en la red, fruto de la autocomunicación de masas, ha adquirido una categoría mucho más notoria en nuestra sociedad. 

A tal punto de explosión ha llegado que los medios de comunicación han comenzado a referirse a esta profusión de noticias falsas como «infodemia», un término compuesto por las palabras ‘información’ y ‘pandemia’, que sin duda entronca muchísimo con las advertencias e hipótesis sobre el lenguaje que tenía Burroughs, ya no solo con sus técnicas para crear el caos social y político.

«Una infodemia es una sobreabundancia de información, en línea o en otros formatos, e incluye los intentos deliberados por difundir información errónea para socavar la respuesta de salud pública y promover otros intereses de determinados grupos o personas», define la OMS en una entrada del 23 de septiembre de 2020, con la clara intención de alertar sobre el alto volumen de ‘fake news’ y de teorías de la conspiración que contradecían las versiones oficiales sobre la pandemia que ellos mismos extendieron bajo un aluvión de críticas por su mala gestión. 

«La información errónea y falsa puede perjudicar la salud física y mental de las personas, incrementar la estigmatización, amenazar los valiosos logros conseguidos en materia de salud y espolear el incumplimiento de las medidas de salud pública, lo que reduce su eficacia y pone en peligro la capacidad de los países para frenar la pandemia». 

Si todavía no se entiende la asociación de ideas que Burroughs hacía entre algo tan físico como es una enfermedad o un virus y algo tan intangible como es el lenguaje que nos une y compartimos, en pleno 2020, más de dos décadas después de su muerte, llega la OMS para ratificar su teoría crítica sobre poder y control social.

Portada de la edición anglosajona del 'Manual revisado del Boy Scout' seguido de 'La revolución electrónica' en la edición de The Ohio State University Press, 2017.

Portada de la edición anglosajona del ‘Manual revisado del Boy Scout’ seguido de ‘La revolución electrónica’ en la edición de The Ohio State University Press, 2017.

El asunto va más allá: el organismo reconoce sus repercusiones en la salud individual y colectiva, pues el lenguaje no es un mero instrumento de inocente utilidad que sirve para que nos comuniquemos, sino que permea en el organismo como la droga a la que estaban enganchados la mayoría de los personajes de Burroughs, les corroe y les destruye, en los casos más visibles inundándose de odio (bajo intereses políticos), pero también diciéndoles cómo tienen que comer, qué tienen que consumir y qué es lo que deben desear. 

No en vano el término que se usa para nombrar a una información o contenido que se comparte mucho en redes sociales es «viral», el cual hace referencia directa a las enfermedades causadas por un virus. Y no, este concepto no emergió después de la pandemia como infodemia, sino que ya venía de antes.

El ‘cut-up’ informativo más inmediatamente actual

Hace apenas unos días, el periodista Miquel Ramos decidió subir a Twitter un vídeo en el que denunciaba la represión que estaban sufriendo los manifestantes de Cuba por parte de los agentes policiales. Lo curioso es que, en vez de subir imágenes reales de las protestas que están aconteciendo en la isla caribeña, lo hizo con las cargas policiales del 1 de octubre en Cataluña.

La respuesta de los usuarios no se hizo esperar. Muchos de ellos se dieron cuenta de que, efectivamente, los policías llevaban la bandera de España en el uniforme y los manifestantes hablaban catalán. Pero también hubo otros tantos que cayeron en la argucia de Ramos, quien con este curioso experimento demostró lo fácil que es colar una ‘fake news’. La maniobra del periodista, además, encaja casi punto por punto con la técnica de cut-up de Burroughs explicada al inicio del artículo. Ver para creer.

El arma definitiva de Burroughs

Regresando a la vida y obra del escritor norteamericano, cabe preguntarse cuáles fueron las fórmulas que patentó para salir de la tiranía del lenguaje y las formas de control social que el poder establecido desplegaba a partir de este. 

Los esfuerzos del Hombre Invisible pasaron, primero, por la experimentación tanto vital como literaria, trazando líneas de fuga a partir de viajes físicos (sobre todo a Tánger) y mentales (a Interzonas, ese ‘no-lugar’ al que accedía a través de las drogas entre otros muchos métodos), y escabulléndose siempre del formalismo narrativo que heredó de sus influencias literarias anteriores. 

De algún modo, soñaba con redes clandestinas de adolescentes que atentaban contra el poder establecido y los férreos códigos morales que imperaban en aquellos días. 

Su vida conyugal no es tan encomiable: disparó a su mujer en la cabeza jugando a Guillermo Tell después de consumir drogas. Tanto en ‘Los chicos salvajes’ como en ‘El almuerzo desnudo’ podemos comprobar cómo sus personajes entran y salen de la acción de la novela sin permiso, pues la obra entera puede leerse de principio a fin o de forma aleatoria. 

Esto le emparenta con las tácticas que luego desarrollaron los situacionistas franceses más adelante, como «la deriva psicogeográfica» o «détournemen» la cual consistía en hacer una especie de ‘cut-up’ cartográfico, superponiendo un mapa de una ciudad sobre otra distinta o explorando las zonas de la periferia urbana no solo física sino también mentalmente, donde los conceptos de campo y ciudad se funden y la guerra social entre clases se hace más patente. 

La influencia del autor en los movimientos de vanguardia artística y política posteriores es, por tanto, amplísima. Otro hecho biográfico reseñable al final de sus días es su encuentro con Kurt Cobain, del cual dijo que era un muchacho «con una expresión moribunda en sus mejillas». 

Un acontecimiento sobre el que Servando Rocha escribe en «Nada es verdad. Todo está permitido» (Alpha Decay, 2014). «Él no tenía intención de suicidarse. Por lo que yo sé, ya estaba muerto», dijo el escritor cuando en 1994 el líder de Nirvana decidió poner fin a su vida.

Sin embargo, y a pesar de todas sus desgracias personales, su lucha incansable contra el lenguaje y su afán de querer dinamitar el orden establecido, vale la pena rescatar las palabras que escribió en la última entrada de su diario, al poco de morir, recogidas en «Agente Provocador»: «No hay nada. No hay sabiduría final ni experiencia reveladora; ninguna jodida cosa. No hay Santo Grial. No hay Satori definitivo ni solución final. 

Solo conflicto. La única cosa que puede resolver este conflicto es el amor. Amor puro. Lo que yo siento ahora y sentí siempre por mis gatos. ¿Amor? ¿Qué es eso? El calmante más natural para el dolor que existe. AMOR».

FUENTE: Alma, corazón y vida – Por Enrique Zamorano