A los 89 años, Luis Felipe Noé invita a reflexionar sobre la vida en una nueva muestra.

Se trata de la «Vida es una palabra abstracta», donde el artista plástico reflexiona sobre los múltiples significados de la vida y ese pasaje hacia una mayor abstracción narrativa propuesta en las doce pinturas seleccionadas.

Como es habitual, el artista plástico Luis Felipe «Yuyo» Noé cierra a sus 89 años otro ciclo de intenso trabajo con su tradicional muestra en la Galería Rubbers que inaugura este miércoles bajo el título «Vida es una palabra abstracta», en donde reflexiona sobre los múltiples significados de la vida y ese pasaje hacia una mayor abstracción narrativa propuesta en las doce pinturas seleccionadas, que no dejan de girar en torno a esa constante de su obra que es el «caos».

 

«Vida es una palabra abstracta» es el título de la muestra que le dedica como hace más de 20 años la galería al artista plástico, escritor y periodista «Yuyo» Noé (Buenos Aires, 1933), y que nace como tradición para los fines de año desde esa primera de 1997 en el Centro Cultural Recoleta, llamada «Errores, omisiones y otras desprolijidades» y a partir de 1999 se instala en el espacio donde funciona Rubbers. Como anécdota, en los últimos tiempos, Noé mira sus obras exhibidas y afirma que «cada muestra es mejor», según refiere la galerista Mariana Povarché.

 

La exhibición presenta doce obras inéditas realizadas en sólo tres meses de intenso trabajo, porque como refiere, antes de julio tenía un cuadro que no estaba terminado aún y su tiempo estaba confiscado por la escritura de un libro sobre el caos, su gran tema, con un título probable pero aún no definido y que desvela en los últimos tiempos al artista que desde niño supo que quería ser pintor.

 

Agosto, septiembre y octubre son testigos de esa intensidad expuesta. «Cuando estoy apurado por el tiempo, me pasa lo mismo que con la escritura: no me hace hacer las cosas rápido, al contrario, enfermo de obsesión soy capaz de escribir la misma página 10 veces, volver y volver, y corregir y volver», ejemplifica Noé en diálogo con Télam. Lo mismo le sucede con la pintura, dice mientras señala «Todo es posible a condición de que sea lo suficientemente absurdo», una obra que lleva como título la frase del filósofo y físico danés Nils Bohr, como juego de intertextualidades y guiños escritos en el centro del gran lienzo. «Como ustedes verán esto tiene muchas cosas, pero todo este trabajito de líneas lleva tiempo, no apelo los brochazos», apunta.

 

Y modesto explica: «Creo que uno no vive al cohete, por suerte como todavía no estoy gagá -desliza- que es el gran peligro de los viejos», algo que le produce «pánico», reitera como el año pasado en diálogo con Télam: «no le tengo ningún miedo a la muerte, pero le tengo pánico a la muerte en vida». Y continúa: «por suerte todavía estoy lúcido y espero que cada vez más -arriesga-. Creo que cada vez más porque uno aprende el juego del sí mismo, tanto para pensar como para pintar».

«Vida es una palabra abstracta» es el título de la muestra:// Foto: Eliana Obregon

Noé presenta títulos tan variados e impactantes como los colores y las líneas que habitan sus lienzos e incluso se desmarcan de los límites expandiéndose en el espacio, chorrean tela, pintura, o convertidos en collages hechos de «carajillos» -como los llama el artista según refiere la curadora y artista Natalia Revale-, configura a partir de estos recortes de obras de distintas épocas como «Vivir vidas ajenas» que también incluye las palabras de Paul Valery y anclan sentido a la obra: «si cada hombre no pudiera vivir una cantidad de vidas que no fueran la suya,. no podría vivir la suya».

 

Entre los nombres de las obras, que aparecen de puño y letra del maestro, están «Más allá… ¿de qué?», «Divagaciones», «Para el otro lado» o la misteriosa «Aparezco» con sus sutilezas violáceas y una pequeña figura recortada entre tanto color diáfano, en ese juego de abstracciones y figuración.

 

Otros títulos ilustran otras concepciones como «Complejo romance» o «El imprevisto destino», que son parte de esa gran reflexión sobre la vida y la abstracción como juego de palabras para alguien que durante 2023 tendrá «El año Noé», un nombre tentativo para todos los proyectos pensados como homenaje por los 90 años que cumplirá a finales de mayo el artista, uno de los exponentes más importantes del arte contemporáneo que fuera parte de la Nueva Figuración en los años 1960.

 

¿Por qué poner frases en las pinturas? «No es una costumbre, le pongo títulos porque cuando estoy haciendo un cuadro no sé bien a dónde voy, pero en la mitad de la obra me nace el título como este que es un título vago, un título que me recordaba una frase que había leído hace mucho, pero que me pareció divertida, entonces me apareció porque el cuadro es un despelote», sonríe Noé hablando sobre la tela con la frase de Bohr, cuyo texto ordena y da sentido a esas tensiones que surgen en el trabajo compositivo.

 

Y, crítico, expresa que no le gusta trabajar con bocetos: «yo nunca trabajo con bocetos porque lo bocetos son estupideces, porque es pensar en un espacio chiquito para proyectarlo a uno grande y ahí es totalmente distinto, es como ver una batalla en un cuarto de baño, -ríe por la comparación- la batalla se da en el campo». Y continúa explicando: «es más fácil entender lo que quiero en un cuadro grande que en un cuadro chico por la simple razón, que si alguno de ustedes tiene pasión por el baile, se baila mejor en un espacio grande que en un espacio chico -vuelve a sonreír-, porque uno se mueve más libremente en el espacio. Pero también se producen más desafíos que salen naturalmente, que se van encarando y enriqueciendo la obra», afirma.

La exhibición presenta doce obras inéditas realizadas en sólo tres meses de intenso trabajo.//Foto: Eliana Obregon

 

Sus telas comienzan con manchas generalmente, pero a lo largo de su vida, refiere, «son muchas maneras» las que utiliza, y le interesa poner «muchos colores y luego empezar a dibujar los colores, dibujar el contorno de estos y después hacer un tejido de ellos», o bien, diferencia como estrategia, «partir de la línea y ver cómo se controlan los espacios».

 

A veces entre esas manchas y líneas aparece la figura de una persona, es «algo que surge, lo dejo y a veces veo como una cara, pero si en la lógica que venía haciendo la obra no tiene lugar entonces lo tapo, y en otro momento, sí le veo sentido que aparezca, entonces lo dejo», detalla sobre esas siluetas que se definen en algunas de las pinturas.

 

¿Por qué el título de la muestra? «Vida es una palabra abstracta, es un modo de decir que es figurativa aunque se vean cuadros abstractos es una pintura figurativa», y metaforiza «la vida no es un señor es una abstracción». Y agrega, «no veo ninguna separación entre figurativo y abstracto, son palabras, hay sustantivos que denominan cosas concretas mesa, pero si digo la mesa es hermosa ya ahí sonamos, qué quiere decir con hermosa, cada uno lo entiende por distintos sentidos», explica.

 

¿Afectan las crisis globales su obra? «¿Qué crisis, la mía subjetiva o la crisis general de todos?» pregunta. «Es que a veces unas tienen que ver con otras porque todo es un tejido», dice y ejemplifica con una observación sobre su ensayo en proceso: «para mi libro estaba escribiendo sobre lo que se llama modernidad-posmodernidad, hay tanto libro sobre la posmodernidad que me enredé la cabeza mil veces sobre eso, pero de repente, leyendo otro libro, vi una referencia que me parece fundamental cuando recuerda que en el año 1971 el gobierno de (Richard) Nixon anuncia que el dólar ya no va a tener respaldo oro, y ahí el capitalismo se sacó la careta, ya no hay referencia, el dinero no representa algo sino que se representa a sí mismo», explica. Y continúa: «La modernidad como fruto del desarrollo del capitalismo se transforma ya en una posmodernidad» ejemplifica sobre una «explicación de posmodernidad» que pudo relacionar ahora.

 

Entre sus deseos está concretar el sueño de publicar el libro sobre el caos del que no tiene aún editorial, el año próximo, aunque el deseo no signifique que se cumpla, aclara.

Noé, artista plástico, escritor y periodista. //Foto: Eliana Obregon

 

«El caos es mi tema. Por caos no entiendo desorden, sino el ritmo mismo de la vida. Creo que al caos lo constituimos entre todos nosotros desde que el ser humano existe. La prueba está en que el ser humano nunca ha podido vivir sin guerra», señala.

 

«El caos es la vida misma y hay muchas cosas en la vida que son maravillosas, porque en el caos está todo hasta lo bueno, lo que pasa es que no nos damos cuenta porque creemos que es solamente lo malo, está todo mezclado y en los momentos de orden y tranquilidad se está gestando todo el desborde, porque el escenario del caos es el tiempo», dice un Noé autodidacta que tras intentar seguir los pasos de su padre estudiando abogacía, a los 23 años fue periodista y crítico de arte y a sus 26 tuvo su primera muestra y se formó en parte en el taller de Horacio Butler.

 

Este fue un año con muchas cosas, además de salidas y muestras: «Otra vez ¡Me arruinaste el dibujo!» en el Centro Cultural Borges con Eduardo Stupía en marzo, la curaduría amorosa en el Pabellón de Bellas Artes de la UCA de «Obertura: una historia musical se inicia» de las tres artistas Andrea Allen, Andrea Lamas y Florencia Wagner.

 

También este año significó la instalación de la primera parte del vitral en el tercer piso de Muntref, sede del Hotel de los Inmigrantes que se completará el año próximo, además del paso por arteBA con la Galería Rubbers que lo representa y el encuentro virtual sobre «Arte, «educación, infancia» realizado por la Fundación Luis Felipe Noé, integrada entre otras personas por Cecilia Ivancevich, Natalia Revalia y Lorena Alfonso.

 

Y sin embargo aún falta descubrir en Cañuelas, provincia de Buenos Aires, más concretamente el 17 de diciembre, la escultura de cinco metros de altura que proyecta el artista en la sede campestre y a cielo abierto del Museo Marco La Boca.

Foto: Eliana Obregon

 

Mientras tanto, la exposición «Vida es una palabra abstracta» se presenta desde este miércoles en Galería Rubbers Internacional, en avenida Alvear 1640, Recoleta, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y se podrá visitar de lunes a viernes de 12 a 18.

Imagen de portada: Luis Felipe Yuyo Noe presenta CAOS en Galeria Rubbers. // Foto: Eliana Obregon

FUENTE RESPONSABLE: Télam. Por Marina Sepúlveda. 8 de noviembre 2022.

Sociedad y Cultura/Arte abstracto/Muestra/Luis Felipe Noe.

 

 

 

LA PLENITUD DEL VACÍO

Un acercamiento a las obras espirituales de Mark Rothko.

Marcus Rothkowitz, más conocido como Mark Rothko, fue uno de los artistas expresionistas y abstractos más importantes e influyentes de la historia del arte. Hoy se cumplen 119 años de su nacimiento, y nos pareció importante hacer un breve recorrido por su vida y obra a modo de homenaje a este gran artista. El gran Rothko.

Mark Rothko fue un pintor y grabador nacido en Letonia en el año 1903. Supo desarrollar su carrera artística en la ciudad de Nueva York en los años 40, dentro de la corriente del expresionismo abstracto, a la cual pertenecía también su entonces colega, y por momentos su rival, Jackson Pollock.

Formación

Mas allá de destacarse en áreas artísticas como la mandolina, el piano y la escritura, sorprendentemente Rothko ingresó becado en 1921 a la universidad de Yale para estudiar Derecho e Ingeniería. Sin embargo, su beca fue cancelada al año de cursar sus estudios, lo que lo obligó a trabajar como ayudante de lavandería y también como mensajero para costearse los estudios.

En Yale recibió todo tipo de ataques antisemitas, lo que llevó al artista a abandonar la Universidad dos años más tarde, aunque 46 años después, lo llamaron para entregarle un título honorario.

Habiendo abandonado Yale, en 1925 Rothko inicia con 22 años y de manera autodidacta su carrera como artista visual. En un principio abordaba estéticas surrealistas influenciado por Adolph Gottlieb, pero ya para 1947 se podría decir que encontró su camino propio, en el que mediante composiciones rectangulares en obras de gran formato y buscando un sentido religioso para su pintura, su intención era ofrecer al espectador una experiencia mística y transcendental.

Estar frente a una de sus flamantes obras de este período, es en sí una experiencia única. Es un misterio cómo composiciones de dos rectángulos con bordes difuminados por veladuras pueden transmitir una sensación de plenitud y de abismo al mismo tiempo a quienes las contemplan. Transmiten vacío y plenitud. Te disuelve el ego y te vuelve uno con el universo, algo que puede ser muy fuerte de experimentar.

Pero no sólo la sensibilidad, el talento y su entrega espiritual hacen de sus obras un arte sumamente movilizante. Rothko había desarrollado algunas técnicas que acompañaban este propósito, como mezclar pigmentos con cola de conejo para que a la hora de volcar la mezcla en los lienzos gigantes no se vean las vetas del pincel, lo que aporta ese toque sumamente sutil, etéreo y mágico que definen sus pinturas.

Su carrera artística

Siguiendo por el camino de la pintura, Rothko se mudó a Nueva York e integró por primera vez la Liga de estudiantes de Arte de Nueva York, donde conoció a Adolph Gottlieb, y formaron junto a otros artistas un grupo que seguía las enseñanzas del maestro Milton Avery, de quien Mark aprendería un vasto conocimiento de la forma y el color, elementos que son de suma importancia en su corpus de obra.

Para este entonces su familia no lo acompañaba más, al no comprender su elección de ser artista en un momento en que Estados Unidos atravesaba la crisis económica de la Gran Depresión. Pero esta situación no frenó a Rotkho, quien con un objetivo muy claro de la función de experiencia espiritual que quería para sus pinturas, realizó una exposición individual de 15 pinturas al óleo que llamaron la atención de críticos de arte por la riqueza y sensibilidad del color.

Capilla Rothko

En 1971 se funda la Capilla Rotkho, un espacio en Houston, Texas, abierto a todas las creencias y religiones que ofrece un santuario espiritual y un espacio de meditación con luz cenital donde uno se puede conectar con las catorce pinturas de gran formato del artista, dispuestas en un espacio octogonal, y donde trabajó a su lado el reconocido arquitecto Philip Johnson. Es tan fuerte lo que ocurre a nivel energético al presenciar sus obras dentro de la capilla, que el compositor Peter Gabriel nombró a una de sus canciones «Catorce pinturas negras» luego de visitarla, así como monjes tibetanos tántricos ejecutaron cantos armónicos en 1986. Aunque en la otra cara de la moneda, un vandalista pintó unos años más tarde con una brocha negra sobre una obra gigante de la serie del artista llamada «Seagram» en la Tate Modern de Londres. Allí la muestra se encontraba en un espacio completamente condicionado como lugar de meditación y capilla para poder contemplar sus obras de arte desde bancos dispuestos a cierta distancia. Nunca falta aquél espectador que está sentado con lágrimas en los ojos atravesado por tanta sensibilidad, viviendo su propia experiencia.

La Capilla de Rothko recibió importantes premios debido al diálogo que se genera entre arte y espiritualidad: El Premio a la Paz de la Comunidad de Houston en 1998, el Premio James L. Tucker de los Ministerios Interconfesionales en el 2004, y reconocimientos del Centro de Paz y Justicia de Houston en el 2008, entre otros.

Desenlace

El 25 de febrero de 1970 tras una ingesta de barbitúricos con alcohol, Rothko se quita la vida trágicamente inmerso en una profunda depresión. Para este entonces sus obras habían comenzado a volverse más oscuras en cuanto a las tonalidades que utilizaba. Hay quienes sostienen que su suicidio formó parte en cierto modo de su praxis artística, culminando el oscuro desenlace de sus obras.

Otros analizan que le fue muy difícil dejar de recibir llamados para nuevos encargos, mientras que su colega Jackson Pollock no paraba de crecer al haber sido apadrinado por Peggy Guggenheim.

Lamentablemente, Rothko no vivió para disfrutarlo, pero actualmente sus obras se subastan en un promedio de 80 millones de dólares y es uno de los artistas abstractos más respetados e influyentes en la historia del arte.

Lo espiritual en su arte

Rothko fue siempre fiel a su premisa: el arte debe transmitir una experiencia espiritual al espectador. En 1958 recibió la comisión para pintar los murales «Seagram» en el restaurante Four Seasons de Manhattan. Al llegar y ver que se perdía la experiencia espiritual por la disposición de las mesas donde se cenaría, devolvió el dinero y pidió que le regresen las pinturas. Dinero que necesitaba, pero no a cualquier costo.

No se pueden describir con palabras las obras de Rothko. Y cualquier imagen o fotografía de las mismas, no le hace justicia a aquello que te generan.

Lo espiritual es intangible, es una fuerza que te atraviesa, te sana, te interpela, te hace reflexionar sobre la existencia humana, y sobre todo te genera una emoción y un sentimiento en el cuerpo y en el alma. No hay nada intelectual allí. Definir su arte con palabras resulta imposible, porque se trata de una experiencia espiritual que hay que vivirla.

Feliz aniversario de nacimiento al trascendental Mark Rothko, y sólo palabras de agradecimiento por ofrecernos honestamente, como lo hacen los grandes, su alma descarnada en esos inmensos lienzos con composiciones simples y a la vez complejas, que nos tocan el espíritu.

Imagen de portada: ROTHKO FRENTE A UNO DE SUS LIENZOS.

FUENTE RESPONSABLE: Época. Pcia. de Corrientes. Argentina. Por Sonsoles Romero Noya. 25 de septiembre 2022.

Sociedad y Cultura/Arte abstracto/Impresionismo/Pintura/Grabado/En memoria.