Jasenko Đorđević convierte las minas de los lápices en imposibles esculturas en miniatura.

Paradójicamente, hay talentos que son tan inmensos que tienen cabida en los sitios más ínfimos. 

Los lápices son la herramienta y el vehículo más conocido para empezar esas obras de arte que han hecho famosos y famosas a innumerables pintores y pintoras a lo largo de la historia. Pero para el artista bosnio Jasenko Đorđević, los lápices no son el vehículo para desarrollar su arte, son el soporte.

Sus intrincadas e imposibles esculturas de mina de lápiz están detalladas y toman forma en el frágil núcleo de grafito que hay en la punta. Atraído por el arte a pequeña escala desde que era niño, Đorđević experimentó con una variedad de medios antes de decidirse por la mina de lápiz.

Inspirándose en las miniaturas del artista Dalton Ghetti, pionero en esta forma de arte, Jasenko ha desarrollado un estilo propio que ha conseguido y perfeccionado a través de mucho ensayo y error.

«Desde que tengo memoria, siempre he mostrado interés por el arte, especialmente por las miniaturas. En preescolar y primaria tuve mis primeros encuentros con el dibujo y las formas, y ya entonces mis dibujos eran muy pequeños en comparación con el papel». 

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El artista confiesa que cuando empezó a interesarse por esta disciplina artística, Ghetti era el único que hacía estas esculturas y que, después de que él también se animara, otros artistas comenzaron a hacer lo mismo.

Su inspiración va desde el pop art o la naturaleza y obras famosas en el mundo de la arquitectura, hasta reproducciones de obras de arte conocidas. Aunque sus primeras piezas eran sencillas, hoy en día son mucho más complejas y requieren determinación.

Su proceso comienza con un boceto de cómo se supone que debe verse en el lápiz. En segundo lugar, estima cuáles son los puntos débiles de la escultura, los lugares donde podría romperse fácilmente.

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Según el diseño que elija y el tipo de lápiz (redondo o cuadrado), prepara las herramientas adecuadas (varios tipos de «bisturís quirúrgicos») y luego se pone manos a la obra. El proceso de tallado se divide en dos fases.

Durante la primera fase, que dura entre cinco y diez horas, trata de obtener el contorno aproximado de la escultura que implica cómo se verá el producto terminado. Después, toma un par de imágenes de alta resolución para ver si necesita correcciones adicionales. Las esculturas tienen aproximadamente 4 mm de diámetro y pueden ser de entre 10 y 20 mm.

En la segunda fase se realizan todos los detalles finos. Esta parte requiere un microscopio y puede alargarse hasta dos días, dependiendo de la complejidad de la escultura.

Como último paso, Jasenko hace un par de fotografías para su archivo y les asigna un número de serie. Un proceso tan minucioso como cada una de las impresionantes piezas que realiza.

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Imagen de portada: Miniatura de Jasenko Dordevic.Jasenko Đorđević: Instagram

FUENTE RESPONSABLE: Cultura Inquieta. Por Luiki Alonso. 3 de octubre 2022.

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Alejandro, el artesano del cuero que resguarda un patrimonio cultural único.

Alejandro Paiva es puestero y artesano del cuero. Vive en Villavicencio, un lugar único en la montaña de Mendoza. Las claves de un oficio que es patrimonio cultural.

El hombre tiene 51 años y hace 50 que vive en el puesto Santa Clara, ubicado en la precordillera de Los Andes, cerca de la Reserva Provincial Villavicencio. Se llama Alejandro Paiva, aunque nos cuenta que le dicen “El Guatón” mientras sonríe mirando a su abdomen sin esperar que alguien haga alguna alusión, un rasgo de inteligencia que solo demuestran las personas que saben reírse de sí mismas. Vive con su mujer, Mabel Alejandra Nievas, con la que tiene tres hijos: dos mujeres y un varón, que ya no viven en el puesto pero ”vienen cada tanto a darles una mano”, dice. Ahora los acompañan un yerno, Alexis, y su sobrino Nahuel, quienes ayudan en las tareas del campo: la crianza de chivas, vacas y caballos.

Esta actividad conforma el sustento de la familia aunque con la sequía, que cada año es peor, y los depredadores como el puma, la tarea se hace muy difícil. “Cuando anda la leona con los cachorros te matan una tropillita de quince, veinte cabras porque les enseña a cazar”, se lamenta Alejandro. También los guanacos representan un problema ya que comen el pasto y su raíz lo que hace que la planta no vuelva a crecer. Para combatir las dificultades económicas también reciben a turistas y a amantes de la montaña que van a practicar senderismo. Allí se puede dormir y disfrutar de exquisitos asados y empanadas que ellos mismos preparan. También recorrer el campo a caballo por huellas que se adentran entre los cerros majestuosos.

Pero entre las tareas del campo nos queremos detener en una muy especial que aún no hemos mencionado: el trabajo del cuero, “los trenzados” como le dicen por allí. Una práctica transmitida de generación en generación que sobrevive en los campos del país y que aquí, Alejandro, nos cuenta que lo aprendió de su padre y mirando. “Más mirando porque, vos mirás y aprendés muchas cosas”, reafirma. Al decir esto, entrecierra levemente los ojos y asiente con la cabeza como afirmando una certeza aprendida de la vida.

Con los “trenzados” nos referimos a la confección de diferentes elementos indispensables para el trabajo en el campo como lazos, boleadoras, bozales, riendas, cabestros, entre otros elementos que se hacen con cuero de animales, principalmente de vaca. La producción de estas piezas que constituyen verdaderas herramientas para el trabajo y la supervivencia, requiere de una aguda concentración, habilidad y paciencia.

NAHUEL AGUILERA Y ALEXIS MERCADO, PELAN EL CUERO DE VACA.

Ha que hay que tratar el cuero durante varios días. Se comienza por “estaquearlo” hasta que se seque. Esto es extenderlo en el suelo agarrado de los extremos de manera que no haga contacto con la tierra para que circule el aire durante tres o cuatro días, depende de las condiciones climáticas. Una vez seco hay que pelarlo para después poder cortar “los tientos” que son las lonjas o tiras más o menos finas de cuero para finalmente trenzarlas. De la diferente cantidad de tientos a unir dependerá el tipo trenzado. Podrá ser de 4, 5, 6, 8, 12, y de la forma en que se haga será redondo, cuadrado; la llamada “patria” o la “lomo de yacaré” por dar algunos ejemplos, según nos explican Alejandro y su sobrino Nahuel con una seguridad digna de docentes experimentados pero sin alarde, porque hablan con naturalidad y transparencia, atributos que es común ver en la gente de campo.

Al lugar se accede tomando la ruta provincial 52 desde la Ciudad de Mendoza , luego de unos 30 km. hay que tomar a la derecha por un camino de tierra y andar otros 25 km más. Al final se llega al puesto que está enclavado entre los cerros y posee dos viviendas, corrales y un bosque de sauces y álamos blancos en donde la tarde, de esta primavera incipiente, se tiñe de un verde tenue que transmite calma y reposo.

LAS MANOS DE ALEJANDRO, EL ARTESANO DEL CUERO. 

Pero no siempre los días son como esta tarde preciosa que un visitante puede disfrutar plenamente. Vivir allí es otra cosa. El rigor de los inviernos se hace sentir con crudeza según nos cuenta Alejandro. “El verano es lindo porque no hay tanto trabajo, el invierno tenés mucho trabajo porque es cuando las cabras paren. Tenés que andar con nieve, lloviendo, atrás de las cabras. Juntando los chivatitos que no se te mueran”.

DETALLE DE UN BOZAL MIENTRAS ALEJANDRO TRABAJA EN OTRO TRENZADO 

La tarde ya se termina y Alejandro nos deja para ir a tomar unos mates con sus vecinos del puesto El Carrizal, que recién han llegado de visita y con quienes, asegura, “hay que llevarse bien porque con los vecinos nos damos una mano mirando los bichos, siempre tenemos que andar bien los unos a los otros”. Deja caer este concepto claro de solidaridad con la misma sabiduría con que nos ha explicado las labores del campo y los misterios del trenzado. Quizás Alejandro y su familia no sepan que son portadores de un conocimiento que constituye un verdadero patrimonio cultural y que perdura en el tiempo gracias a personas como ellas.

Imagen de portada: Gentileza de mdz

FUENTE RESPONSABLE: mdz Por Maximiliano Ríos. 2 de octubre 2022.

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