Periplo del Mar Eritreo, la obra que describe la navegación y las rutas comerciales entre el mundo romano y Asía en el Siglo I d.C

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En varios artículos anteriores, caso del dedicado al navegante heleno Eudoxo de Cícico o el de la colonia romana en el puerto indio de Muziris, reseñamos, como una de las principales fuentes documentales para conocer los hechos, una obra anónima escrita en la Antigüedad y titulada Periplous tî̄s ̓Erythrâs thalássīs. Se traduce del griego antiguo como «Periplo del mar Eritreo» y ya va siendo hora de echarle un vistazo algo más detallado, tanto por su importancia geográfica como por su propia historia.

La RAE (Real Academia Española) define el término periplo como un «viaje o recorrido, por lo común con regreso al punto de partida», aunque aquí nos atañen también -y especialmente- otras acepciones complementarias que cita, como la que dice «en la geografía antigua, circunnavegación» o la que reza «en la Antigüedad clásica, obra en que se cuenta o refiere un viaje de circunnavegación». Es decir, la palabra se aplica, por extensión, a las narraciones de esas singladuras navales, que pasaron a constituir una especie de subgénero literario náutico, con sentido eminentemente práctico y didáctico; de hecho se conserva un buen puñado de periplo, unos en mejor estado que otros: el del cartaginés Hannón, el del macedonio Nearco, el del griego Piteas, el Estadiasmo, etc.

El que nos ocupa describe las rutas comerciales marítimas que operaban los navegantes egipcio-romanos entre los puertos de la costa del mar Rojo hasta el litoral occidental de la India, pasando por el Cuerno de África, el golfo Pérsico, el mar Arábigo y el océano Índico. Una combinación de guía viajera y atlas de geografía que, como se puede deducir, proporciona a los historiadores una valiosa información histórica sobre itinerarios, localizaciones, costumbres y descripciones de sitios de los que, de no ser por ese texto, tendríamos muy pocos datos. Tengamos en cuenta que, antiguamente, la expresión mar Eritreo no tenía exactamente el mismo significado que hoy, ya que entonces abarcaba una extensión mayor.

Mapa del Periplo del mar Eritreo/Imagen: PHGCOM en Wikimedia Commons

Actualmente se aplica -desde finales del siglo XIX ya sólo extraoficialmente- a las costas meridionales del mar Rojo, pues eso significa de forma literal, al fin y al cabo, aunque una leyenda persa recogida por el geógrafo griego Agatárquides de Cnido atribuye el nombre a un comerciante medo llamado Eritras, quien, después de que una manada de leones desbaratase su caravana, se estableció allí y construyó una fortaleza en una isla, gobernando desde ella. En concreto hoy hablamos de mar Eritreo para referirnos a las aguas situadas entre Eritrea y Yemen, mientras que antaño incluía la zona sur inmediata, es decir, el golfo de Adén, bañando la Arabia Felix por el norte y lo que ahora es Etiopía por el sur.

Por tanto, el Periplo abarca una extensión considerablemente mayor, lo que nos lleva a la cuestión de su autoría. Tradicionalmente se atribuía a Lucio Flavio Arriano, también conocido como Arriano de Nicomedia por su lugar de nacimiento. Era un griego bitinio que vivió entre finales del siglo I d.C. y mediados del II d.C., de familia noble y, tal como indica su nombre, poseedor de la ciudadanía romana. Como tantos eruditos de su tiempo, estudió filosofía -con el estoico Epicteto, nada menos- y ejerció destacados cargos durante los mandatos de Trajano y Adriano, entre ellos los de procónsul de la Hispania Bética, cónsul sufecto y gobernador de Capadocia. Luego se retiró para escribir, siendo su obra maestra la Anábasis alejandrina.

El Periplo del mar Eritreo representado en el Theatrum orbus terrarum de Abraham Ortelius, 1597/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

Calificamos de tradicional esa identificación como autor porque hoy en día las cosas han cambiado. Los estudios filológicos aplicados al estilo de Flavio Arriano revelan diferencias estilísticas -probablemente un egipcio escribiendo en griego- que apuntan a que él no pudo hacer el Periplo del mar Eritreo. En realidad, todo se debe a un manuscrito bizantino que en el siglo X le adjudicó la responsabilidad creativa sin más razón que el hecho de que su primera obra reconocida sea también del género, el Períplous toû Euxeínou Póntou («Periplo del Ponto Euxino»), una descripción de la región del Mar Negro -desde Trebisonda a Bizancio- escrita para el emperador Adriano en forma de carta.

Dicho manuscrito estaba repleto de errores de traducción y, lamentablemente, fue el que sirvió de modelo para copias posteriores, especialmente para una del siglo XIV o XV que hoy conserva el British Museum. El original bizantino acabó en Heidelberg y durante la Guerra de los Treinta Años fue trasladado a Roma. La rapiña napoleónica se lo llevó a París a finales del XVIII, cuando el corso conquistó los estados Pontificios y los convirtió en república, pero en 1816, tras su destierro a Santa Helena y el inicio del proceso de devolución de lo incautado, se restituyó a la biblioteca de la universidad alemana.

En suma, la autoría del Periplo del mar Eritreo permanece anónima y en lo único que se ha avanzado es en desentrañar la fecha de su redacción. Si antes se databa en un lapso cronológico más o menos amplio, entre los siglos I y III d.C., un estudio realizado en 1912 por Wilfred Harvey Schoff (un erudito estadounidense especializado en el mundo clásico que trabajó especialmente en dos periplos, el que nos ocupa y el del cartaginés Hannón) concretó situándolo entre los años 59 y 62 d.C. Schoff, por cierto, también concluyó que fue escrito por un griego o romano de Egipto, quizá de la época en que el greco-romano Tiberio Claudio Balbilo dirigió la Biblioteca de su ciudad natal, Alejandría.

El Imperio romano a finales del reinado de Trajano, al alcanzar su máxima extensión/Imagen: Tataryn en Wikimedia Commons

El problema es que muchas de las copias que se hicieron desde muy temprano del Periplo se basaban en traducciones erróneas, como pasó con la primera impresa (realizada en 1533 por el suizo Hieronymus Froben a partir del trabajo del humanista pragués Sigismund Gelenius), y sabemos que Schoff también empleó una versión llena de equivocaciones, lo que pudo provocarle errores de apreciación. Por eso otros expertos en literatura clásica e historia naval proponen fechas alternativas para la escritura de la obra. Por ejemplo, en su libro Through the Jade Gate to Rome, Jonh E. Hill adelanta la redacción al segmento entre el 40 y el 70 d.C., el mismo que el neoyorkino Lionel Casson en su The Periplus Maris Erythraei, aunque el primero se decanta personalmente por la más temprana dentro de la propuesta: del 40 al 50 d.C.

En cuanto al relato en sí, está en griego y consta de sesenta y seis capítulos, la mayoría de los cuales ocupa un párrafo, siendo éstos de extensión variable. La precisión de las descripciones induce a sospechar que el autor conocía bien esas regiones, de ahí que la hipótesis inicial que apuntaba a un alejandrino se haya cambiado en favor de un natural de Berenice Troglodytica, la actual Medinet-el Haras, un antiguo puerto marítimo en la costa egipcia del mar Rojo fundado por Ptolomeo II como base del comercio marítimo por el Índico y conectado con el Bajo Egipto a partir del año 137 d.C. mediante la Vía Hadriana. Ese conocimiento del medio permite descripciones lo bastante precisas como para que los historiadores pueden identificar las ubicaciones.

El mar Eritreo y el sudeste asiático, por Jan Janssonius (1658). Los mapas pequeños de las esquinas superiores representan el periplo de Hannón por el noroeste africano y la región Hiperbórea, o sea el Polo Norte y sus inmediaciones, respectivamente/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

No obstante, no siempre están tan claras las cosas y un ejemplo típico es Rafta, al que se alude como el mercado más al sur de la costa africana de Azania; ésta, según el capítulo 15, correspondería al área litoral meridional de la actual Somalia y hoy nos consta que Azania era el nombre clásico del sudeste de África tropical, entre Kenia y Somalia. El problema de Rafta es que se sabe de al menos cinco lugares entre Tanga (el norte de la actual Tanzania) y el río Rufiji que responderían a la descripción reflejada en el Periplo en el capítulo 16, según la cual está a dos días de viaje al sur después de las islas Pyralaoi (posiblemente el archipiélago keniata de Lamu) o de Menouthis (quizá Zanzíbar), al final de los «acantilados menores y mayores», las «hebras menores y mayores» y los «siete cursos» de Azania.

Recientes descubrimientos arqueológicos han sacado a la luz numerosos artículos comerciales y monedas romanas en la desembocadura del Rufiji y las islas tanzanas de Mafia y Pemba, lo que puede ser un indicio de la situación de Rafta. Según el capítulo veintisiete, estaría sometida indirectamente a la autoridad de Charibael, o sea, Karab Il, descrito como el monarca legítimo de los homeritas y de «aquellos que vivían junto a ellos, llamados sabaites», sendas referencias a Himyar y Saba (que, curiosamente, no se unificarían bajo la misma corona hasta finales del siglo III d.C.), en el actual Yemen, que mantenían una relación diplomática y comercial con el Imperio Romano.

Entre otras curiosidades, no menciona que haya «etíopes» de piel oscura en Azania (eran gentes afroasiáticas que no fueron sustituidas por los vecinos bantúes mozambiqueños hasta el siglo X d.C.), como curioso es que hable asimismo de una gran ciudad interior de Asia productora de seda a la que llama Thina, uno de los nombres clásicos de China. Hasta allí se llegaría seguramente siguiendo la ruta marítima abierta en el siglo I a.C. por el marino griego Hípalo, quien alcanzó la India navegando desde el mar Rojo (se especula que pudo ser el capitán del barco de Eudoxo de Cícico, explorador del mar Arábigo en tiempos de Ptolomeo VIII).

Por supuesto, el Periplo trata muchos más reinos y tierras que sí son reconocibles. Por ejemplo, en el sur de la península arábiga estaba el reino del incienso, gobernado por un tal Eleazus -que probablemente sería Iliazz Yalit I- según el capítulo trece. Enfrente, el cabo Hafun (el punto más occidental de África), acogía la ciudad de Opone, punto estratégico para el comercio intercontinental, productora de incienso, canela, carey, marfil, animales salvajes y esclavos. También allí estaba Malao, hoy Berbera, exportadora de los mismos productos más artesanía, macir (una planta medicinal árabe) y copal indio.

Algo más al norte, el Periplo ubica al Imperio Aksumita, el más importante del noreste africano entre los siglos I d.C. y VII d.C., punto de encuentro entre el subcontinente indio y el ámbito de dominio de Roma. Dice que por entonces estaba gobernado por Zoskales, al que tilda de «tacaño (…) pero por lo demás recto y familiarizado con la literatura griega», añadiendo que tenía bajo su control dos puertos del mar Rojo: Adulis y Avalites. Algunos lo identifican con el rey Za Haqala, aunque no está claro.

Cambiando de continente, los capítulos cuarenta y uno y cuarenta y nueve reseñan un punto de la geografía de la India: Barígaza (hoy Bharuch, puerto del estado de Guyarat), donde reinaba Nambanus, que se cree que era el sátrapa occidental Nahapana y que también mantenía comercio con Roma. Allí habla de unos pozos excavados por Alejandro Magno (en realidad no llegó tan lejos) y señala la existencia de edificios y dracmas. A propósito del macedonio, también señala que al norte, en el río Jhelum (en el Punjab paquistaní), estaba Alejandría Bucéfala, la ciudad que fundó en honor de su caballo muerto tras la batalla del Hidaspes.

Mapa del Periplo del mar Eritreo con rutas, ubicaciones y productos comerciales/Imagen: George Tsiagalakis en Wikimedia Commons

El capítulo cuarenta y ocho reseña Ujjain, en el actual estado de Madhia Pradesh, cerca de la cual -tierra adentro- se ubicaba la capital real, Ozene, rica en piedras semipreciosas y telas. Y continuando por el litoral indio hacia el sur, en la costa Malabar, se enumeran otras urbes, como Muziris, en el oeste de Tamilakam (actual Tamil Nadu), gobernada por la dinastía Chera o Keralaputra, y Damirica (hoy Limyrike, región costera de Kerala), que servía de enlace con la llanura del Ganges.

Antes hablábamos de las dificultades que presenta el Periplo del mar Eritreo en lo referente a traducciones. Otra más es entender el significado de algunos términos relacionados con el comercio, ya que no tienen equivalente en otras fuentes documentales de la época y obligan a los historiadores a conjeturar. Por ejemplo, lakkos chromatinos, que se supone alude a una resina rojiza india utilizada como laca y colorante, deducción basada en la palabra en latín medieval lacca, tomada del árabe medieval lakk, que a su vez procede del sánscrito lakh. En cualquier caso, rara vez hay documentos tan antiguos que resulten fáciles y su valor testimonial es impagable para los historiadores.

Imagen de portada: Popa de un barco arrocero birmano, mostrando el método de gobierno, idéntico a los timones egipcios y romanos de la época del Periplo | foto dominio público en Wikimedia Commons

FUENTE RESPONSABLE: La Brújula Verde. Magazine Cultural Independiente. Wilfred Harvey Schoff (trad.), The Periplus of the Erythraean Sea | Francisco Pina Polo, Viajes, peregrinos y aventureros en el mundo antiguo: El periplo del mar Eritreo y la presencia romana en el Índico | Wilfred H. Schoff, The Periplus of the Erythræan Sea. Travel and trade in the Indian Ocean | Lionel Casson, The Periplus Maris Erythraei | Ignacio Gómez de Liaño, El círculo de la sabiduría | Francisco José González Ponce, Periplógrafos griegos | Wikipedia.

Antigua Roma/Asía/Navegación/Historia.

 

 

Qué papel jugó la agricultura orgánica en la grave crisis económica que llevó a la caída del gobierno de Sri Lanka.

Tras varios días de protestas, desafiando a las tropas que intentaron detenerlos con ráfagas de gas lacrimógeno, miles de personas en Sri Lanka forzaron la dimisión del presidente, Gotabaya Rajapaksa, en medio de una grave crisis económica que sufre la isla del sudeste asiático.

«Hay escasez de combustible, de gas para cocinar, de muchos alimentos y los precios han subido drásticamente. El precio del pan se ha triplicado en los últimos seis meses. El precio del arroz se ha duplicado con creces, y hay grandes colas. A veces la gente espera durante días para conseguir unos pocos litros de gasolina o diesel para subsistir. Toda la economía está paralizada», le dijo al programa de la BBC The Inquiry Ahilan Kadirgamar, profesor de Sociología de la Universidad de Jaffna.

Algunos de los problemas económicos de la isla tienen los mismos orígenes que los problemas que enfrentan otros países, como la salida de la pandemia de covid o el aumento de los precios mundiales de los productos que escasean debido a la guerra en Ucrania, pero Kadirgamar dice que una parte sustancial de este descalabro financiero podría haberse evitado.

Gran parte de la indignación de los manifestantes que asaltaron el palacio presidencial estaba relacionada con el ambicioso -pero profundamente defectuoso- plan del mandatario para modificar la forma de cultivar en el país.

En abril de 2021, el presidente Rajapaksa anunció su intención de que el país produjera alimentos totalmente orgánicos en un plazo de 10 años. Esto marcó el fin del uso de fertilizantes sintéticos en los cultivos»Fue la prohibición de los fertilizantes lo que nos ha llevado a la crisis alimentaria. Además de la crisis económica. Si no hubiera prohibido los fertilizantes, al menos ahora tendríamos suficientes alimentos para comer. Y el gobierno tiene que asumir toda la responsabilidad por haber creado esta crisis alimentaria mediante la prohibición de los fertilizantes químicos», opinó el profesor de Sociología.

GETTY IMAGES – Los problemas en la agricultura derivaron en aumento del precio de los alimentos y colas en las tiendas para adquirirlos.

Para Kadirgamar, la prohibición -sumada a la escasez de combustible- provocó una situación insostenible para la agricultura del país:

«Los agricultores casi han abandonado la agricultura. Muchos de ellos están dejando sus campos, lo que no solo afecta a sus medios de vida sino también la vida de los jornaleros que trabajan en esas plantaciones».

Pero, ¿causó realmente la agricultura ecológica el colapso de Sri Lanka?

La «Revolución verde»

«La agricultura es muy importante, sobre todo en lo que respecta al empleo», le dijo a la BBC Jeevika Weerahewa, profesora de Economía Agrícola en la Universidad de Peradeniya, quien indicó que el 25% de la mano de obra del país se dedica al sector agrícola: unos dos millones de personas.

«En lo que respecta al Producto Bruto Interno (PBI), la agricultura contribuye en torno al 7%. Otro 6% lo aporta la fabricación de alimentos. Por tanto, la agricultura y la alimentación constituyen una parte bastante importante de los ingresos».

Campo de arroz en Sri Lanka

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. Los pequeños agricultores son la base de la economía rural del país.

Sri Lanka depende de sus pequeños agricultores para alrededor del 80% de su suministro nacional de alimentos.

«El principal es el arroz. Es nuestro alimento básico y necesitamos unos 10 kilogramos por persona al mes. Y éramos más que autosuficientes en arroz y también en verduras, frutas tropicales, carne de coco y huevos», describió Weerahewa.

Para llegar a esta autosuficiencia se necesitaron muchos años. En la década de 1960 se puso en marcha una iniciativa mundial para aliviar la desnutrición en las naciones en desarrollo, entre ellas Sri Lanka. Se denominó «Revolución verde».

La idea era impulsar la producción utilizando variedades de alto rendimiento de los cultivos tradicionales junto con técnicas de cultivo modernas, como los métodos de cultivo con alto contenido en nutrientes.

«Tuvimos que animar a los agricultores a utilizar cada vez más fertilizantes químicos porque sólo podíamos obtener una buena cosecha de estas variedades mejoradas si aplicamos dosis suficientes de fertilizantes químicos. Así que empezamos a subvencionar a los agricultores a partir de 1962», recordó la profesora de Economía Agrícola.

Las subvenciones fueron necesarias porque la mayoría de los pequeños agricultores del país no podían permitirse los fertilizantes químicos sin ayuda del Estado. Por eso se introdujeron importantes descuentos, a veces de hasta el 90% sobre los precios de mercado.

A esto se sumó el costo de importación, porque Sri Lanka no produce fertilizantes químicos. A pesar de los gastos, poner fin a esta práctica era una medida que ningún político se atrevía a tomar.

Gotabaya Rajapaksa

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

El expresidente de Sri Lanka Gotabaya Rajapaksa en la conferencia sobre el cambio climático COP 26.

Sin embargo, décadas después de que la revolución verde hubiera aumentado sustancialmente el rendimiento de los cultivos, llegaron los informes sobre enfermedades.

A mediados de los años 90, muchos agricultores en el norte de la isla comenzaron a sufrir la enfermedad renal crónica de origen desconocido (CKDU por sus siglas en inglés). Para 2021, Sri Lanka se había convertido en un foco de esta enfermedad.

«Y algunas personas sospechaban que se debía a los fertilizantes químicos aplicados por estos agricultores, porque los agricultores tampoco toman precauciones o no siguen las directrices de seguridad cuando aplican productos químicos, fertilizantes y también pesticidas», dijo Weerahewa y añadió:

«Sin embargo, estas eran hipótesis. No hay pruebas científicas para decir que la enfermedad se debe al cadmio y al arsénico que están presentes en los fertilizantes químicos. Sin embargo, esta afirmación se popularizó, así como la idea de una agricultura sin fertilizantes químicos».

Al mismo tiempo, los problemas de la cadena de suministro mundial provocaron una escasez de ingredientes para fertilizantes. La demanda -y los precios- se dispararon. Las finanzas de Sri Lanka recibieron otro revés, sumado al golpe a las divisas internacionales debido al fin de los ingresos por el turismo, por culpa de la pandemia.

En este contexto, el gobierno decidió que era hora de otra revolución agrícola.

El gran sueño

«La gente se preocupa mucho cuando les dicen que en los alimentos hay sustancias tóxicas que reducirán su esperanza de vida, y que sus hijos enfermarán por la enfermedad renal crónica», le dijo a la BBC el profesor Buddhi Marambe, científico agrícola de la Universidad de Peradeniya.

En abril de 2021, el presidente Rajapaksa anunció que enfrentaría estos problemas de salud con una política radical de cultivo 100% orgánico. En ese momento, se cuestionaron las pruebas científicas que respaldaban el plan, pero Marambe dice que ciertos intereses habían estado presionando al mandatario durante algún tiempo:

«Había gente de la Salud, gente de las ciencias agrícolas y también clérigos, clérigos budistas, y había muchas otras personas del sector privado que han estado haciendo esta agricultura orgánica a determinados niveles en Sri Lanka».

Granjero en Sri Lanka

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. El tamaño del país dificulta la extensión de la agricultura.

El mercado mundial de productos ecológicos de alta calidad puede ser lucrativo, pero no todos estaban convencidos de que ese fuera el caso en el país.

«Todos sabemos, claramente, que se trata de nichos de mercado muy pequeños; pero esa fue una especie de zanahoria que se utilizó para decirnos que podíamos ganar muchas divisas con esto. Pero originalmente, la idea era la salud humana», indicó el científico agrícola.

La agricultura ecológica no es nueva en Sri Lanka. Los cultivadores de té y verduras llevan años haciéndolo a una escala mucho menor. Pero tras la decisión presidencial, todo el país encaró esta senda.

Sri Lanka no ha sido el primero en intentar una agricultura totalmente ecológica. Bután anunció años atrás que planeaba convertirse en la primera nación 100% ecológica del mundo, pero ha tenido problemas para conseguirlo,

«Bután empezó a prepararse para esta actividad desde 2003. Pero se encontraron con un gran problema y estaban en una situación en la que más del 50% de los alimentos básicos que consumían tenía que ser importados», explicó Marambe.

Las señales de advertencia indicaban que el paso a una producción 100% orgánica, incluso con años de planificación, era inviable. En Sri Lanka, los expertos en agricultura plantearon preocupaciones similares.

«Siempre le dijimos al gobierno que era una decisión nefasta la que había tomado. Yo mismo, al igual que otros científicos agrícolas de diferentes universidades, escribimos a su excelencia pidiendo una audiencia, aunque fuera de media hora, para explicarle los impactos perjudiciales. Pero esas cosas no fueron escuchadas, lamentablemente», añadió el profesor de la Universidad de Peradeniya.

Con el mundo tambaleándose por la pandemia de covid y la economía de Sri Lanka perdiendo los ingresos por los turistas ausentes, esta revolución orgánica no podía llegar en peor momento.

El sueño se convierte en desastre

«A los agricultores les pilló por sorpresa, y al resto del país también», le dijo a la BBC Saloni Shah, analista de Alimentos y Agricultura en el Instituto Breakthrough, un grupo de reflexión medioambiental con sede en California.

Ella sostiene que los problemas del plan orgánico fueron evidentes desde el principio. El gobierno se apresuró a prohibir los fertilizantes químicos, pero no pensó en lo que se necesitaba para sustituirlos:

«Tampoco hay suficiente capacidad en el país para producir su propio abono orgánico. Se necesitaría entre cinco y siete veces más de estiércol orgánico para cubrir los nutrientes que aportan los fertilizantes sintéticos. Se necesitan más animales para producir esa cantidad de estiércol.

La agricultura orgánica tiene un menor rendimiento, por lo que se necesita más tierra para producir la misma cantidad de cultivos y, por tanto, en una pequeña y diminuta nación insular, no hay suficiente tierra para producir tanto estiércol, pero tampoco para alcanzar la cantidad de producción que se podría lograr con los fertilizantes sintéticos».

Producción de arroz en Sri Lanka

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. La producción de arroz habría caído alrededor de un 40%.

El rédito de la iniciativa también generó dudas.

«Para ponerlo en perspectiva, el país cultiva más té que todo el té orgánico mundial combinado. Por tanto, si la producción de té se convirtiera por completo en orgánica, acabaría inundando el mercado del té orgánico y eso podría hacer que los precios cayeran en espiral», señaló Shah.

La producción y venta de alimentos ecológicos en todo el mundo requiere, además, inspecciones detalladas y pruebas a lo largo del tiempo para cumplir las estrictas normas legales.

Según la experta en Alimentos y Agricultura, nada de eso existía en el país, ni un marco normativo que asesorara a los agricultores sobre qué tipos de abono orgánico utilizar y cuáles eran seguros, ni una orientación técnica ni asesoramiento sobre qué tipo de prácticas debían aplicar.

La prohibición también supuso el fin de la subvención a los fertilizantes justo cuando los precios mundiales se disparaban. Pronto quedó claro que los agricultores se enfrentaban a la pérdida de sus cosechas y de sus medios de vida por falta de fertilizantes.

A los pocos meses de su introducción, el plan orgánico se desmoronó. Según Shah, un 40% de la cosecha de arroz se habría perdido, lo que implicó un duro golpe a la seguridad alimentaria del país. La reacción pública no se hizo esperar ante la escasez de alimentos y el aumento de los precios.

La fuerte caída de la producción de arroz obligó Sri Lanka a tomar medidas drásticas y costosas. Según le dijo a la BBC Saloni Shah, el gobierno debió importar 400.000 toneladas métricas de arroz de India y Myanmar.

El fantasma del hambre

A principios de noviembre del año pasado, el presidente Rajapaksa reforzó su compromiso con la agricultura ecológica en la conferencia sobre el cambio climático COP 26 celebrada en Glasgow, Escocia.

Apenas unas semanas después de ese discurso, y siete meses después de que comenzara la prohibición, el gobierno de Sri Lanka se vio obligado a dar marcha atrás.

«El gobierno revocó parcialmente la prohibición a finales de noviembre para permitir la importación de fertilizantes sintéticos sólo para los cultivos de exportación clave, como el caucho, el coco y el té, ya que estos cultivos son también una fuente fundamental de divisas», dijo Saloni Shah.

Producción de té en Sri Lanka

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. La producción de té también se vio afectada para la política de agricultura sin fertilizantes químicos.

«Sabemos que en febrero de 2022 la producción de té fue un 20% inferior a la de febrero de 2020, por lo que combinado habría un impacto económico y de seguridad alimentaria», añadió el profesor de Sociología de la Universidad de Jaffna, Ahilan Kadirgamar.

Entonces, ¿la agricultura ecológica causó el colapso de Sri Lanka?

Hubo problemas económicos que escapaban al control directo del gobierno, como los precios récord a nivel mundial de los productos importados que compra con sus menguantes fondos en divisas.

Pero la prohibición y sus posteriores consecuencias fueron autoinfligidas.

No se tuvieron en cuenta consideraciones básicas: la escasez de fertilizantes naturales, la falta de tiempo de preparación de los agricultores y la ausencia de planes de contingencia para cubrir el vacío que supone la disminución de los rendimientos orgánicos.

Fue una medida que agravó una crisis financiera más amplia y resultó desastrosa para el suministro de alimentos del país.

Protestas en Sri Lanka

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. La incertidumbre en el país no se termina con el fin del gobierno.

Ahora, los ingresos de los productores de alimentos han disminuido y las consecuencias continúan. Sin combustible para la maquinaria, las granjas no pueden funcionar.

Con el presidente Rajapaksa fuera del gobierno, la incertidumbre continúa y, como señala Ahilan Kadirgamar, el hambre es una aterradora posibilidad.

«Está por verse si el nuevo gobierno y los nuevos dirigentes dan a la agricultura la importancia que necesita y se centran en el sistema alimentario para poder evitar una hambruna durante el próximo año».

Imagen de portada:GETTY IMAGES. Las protestas en Sri Lanka se tomaron el palacio presidencial.

FUENTE RESPONSABLE: Charmaine Cozier, Christopher Blake y Louise Clarke-Rowbotham. BBC The Inquiry. 16 de julio 2022.

Asia/Economía/Alimentación

La tecnología que ayudó a encontrar a 3.000 niños en tan solo 4 días en un país donde cada año desaparecen medio millón.

Que desaparezca un hijo es la peor pesadilla para un padre. Y en India ocurre aproximadamente cada seis minutos.

Un gran número de ellos son secuestrados. Muchos acaban cayendo en redes de tráfico sexual y prostitución. Otros terminan muriendo en las calles o son vendidos como esclavos.

Según la ONG local Bachpan Bachao Andolan (BBA Save Childhood Movement), cada año desaparecen unos 500.000 niños en la nación asiática, la segunda más poblada del mundo después de China, con más de 1.300 millones de habitantes.

Encontrar a los desaparecidos requiere tiempo, recursos y dinero, tres cosas que escasean en India, donde muchas estaciones policiales ni siquiera disponen de teléfono.

Pero el gobierno del país ha puesto en marcha una nueva estrategia para lidiar con el problema.

niño en India

FUENTE DE LA IMAGEN – URIEL SINAI/GETTY IMAGES

En India desaparecen cada año medio millón de niños.

Reconocimiento facial

En primer lugar, el Ministerio de Desarrollo de la Mujer y el Niño creó TrackChild, una enorme base de datos a nivel nacional con fotografías de los menores desaparecidos.

En ese sitio web se pueden consultar qué menores desaparecieron, cuáles han sido encontrados, denunciar nuevos casos y hacer consultas legales.

La segunda parte de este programa tiene que ver con la tecnología de reconocimiento facial (FRS, por su sigla en inglés).

reconocimiento facial

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

Tecnologías avanzadas como el reconocimiento facial pueden ser clave a la hora de encontrar a los menores.

A través de un software, la organización BBA es capaz de comparar de manera automática las imágenes de los niños desaparecidos con las de quienes llegan a hospitales, orfanatos y otras instituciones del país.

Los resultados son asombrosos: en tal solo cuatro días, el departamento de policía de Delhi logró ubicar a 2.930 niños y reunirlos de nuevo con sus familias durante el pasado mes de abril.

Pero ¿cómo funciona esta tecnología?

Según el periódico local The Times of India, las autoridades usaron una base de datos con fotografías de más de 60.000 niños desaparecidos y las compararon con cerca de 45.000 imágenes de niños «no identificados».

Y esta tecnología fue clave para encontrarlos. «Es casi imposible que alguien, de forma manual, revise las fotografías para ubicar a los niños desaparecidos», explicó Bhuwan Ribhu, activista de BBA, a medios locales.

Los sistemas de reconocimiento facial realizan primero un mapeo de los rostros, analizando las características y proporciones de cada uno de ellos. Después, el algoritmo elabora en modelo en base a las fotografías disponibles.

niño

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

La base de datos es útil para la búsqueda, pero despierta algunas críticas.

BBA no especificó si su sistema es geométrico (basado en rasgos) o fotométrico (basado en lo visual).

«Si este tipo de software ayuda a encontrar el rastro de niños perdidos y reunirlos con sus familias, nada puede hacerlo mejor», declaró Yashwant Jain, miembro de la Comisión Nacional para la Protección de los Derechos del Niño (NPCR, por su sigla en inglés).

Pero no todo son ventajas.

Sus críticos aseguran que este tipo de tecnologías pueden ser usadas por instituciones privadas y fuerzas gubernamentales para espiar a los ciudadanos.

China implementó recientemente un sistema similar para identificar y capturar a posibles criminales, y también lo usa para avergonzar a los peatones imprudentes y a los ladrones de papel higiénico.

Otros argumentan que la privacidad de los menores puede quedar al descubierto al almacenar y exponer las fotos públicamente, lo cual podría ponerlos en peligro.

«El problema es que no todo el mundo cumple las normas y es muy difícil saber si las imágenes respetan en todo momento el derecho a la privacidad», dijo Matthew Wall, corresponsal de tecnología de la BBC.

«La vigilancia digital es como un genio que se salió de la botella, y muchos activistas por la privacidad tienen poca fe en que los reguladores lo vayan a controlar».

reconocimiento facial

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BBC

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FUENTE RESPONSABLE: Redacción BBC Mundo. Mayo 2018

India/Asía/Infancia/Tecnologia/Sociedad y Cultura