Las andanzas de Albert Einstein por una Buenos Aires que aún no tenía Obelisco.

El autor de la Teoría de la Relatividad pasó dos meses en la Argentina en 1925, cuatro años después de haber ganado el Premio Nobel de Física.

En el templado otoño de 1925, el físico más popular de todos los tiempos, Albert Einstein, sintió durante una prolongada visita a la Argentina el verdadero peso de la fama, que le pareció excesivo, pero se fue de aquí con la certeza de que había colaborado, y no se equivocaba, con el futuro de la investigación científica argentina.

   En los dos meses que duró aquella estadía con base en la Capital Federal, el responsable de la Teoría de la Relatividad brindó doce conferencias en instituciones educativas públicas, a las que terminó agradeciéndoles por haberle permitido el encuentro con un público en general profano, pero lleno de ganas de comprender ideas científicas complejas.

   Aquella ciudad de Buenos Aires que se auto percibía como el ombligo del granero del mundo aún no había construido el Obelisco su señal de identificación en el cruce de “la avenida más ancha del mundo” con “la calle que nunca duerme”, pero estaba orgullosa de haber inaugurado en 1913 el primer subterráneo de Latinoamérica, la actual Línea A.

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Albert Einstein en Buenos Aires – Por la ciudad

El físico arribó a la Argentina cuatro años después de haber obtenido el Premio Nobel, pero como consecuencia de una relación de amistad forjada en 1922 en el Instituto Politécnico de Zürich con el francés Jorge Duclot, que lo invitó a conocer el Sur de América cuando ya ejercía como profesor en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires.

Para la historia de la ciencia en la Argentina aquella visita resultó fundamental, porque inspiró a muchos futuros colegas, entre ellos a Bernardo A. Houssay, que años más tarde sería Premio Nobel de Medicina, e instaló a las universidades públicas del país en el centro de la difusión en Latinoamérica de una teoría que aun suscitaba controversias en el mundo.

   Los cinco argentinos que ganaron el Nobel fueron estudiantes de la UBA y entre ellos hay tres vinculados a la investigación científica, aquello en que Einstein fue el gran ejemplo: Houssay fue galardonado con el de Medicina en 1947, siendo el primer latinoamericano laureado en Ciencias, Luis Federico Leloir obtuvo en 1970 el de Química y César Milstein cosechó el suyo en Medicina en 1984.

La Teoría de la Relatividad, que discutía con la famosa pero añeja Teoría de la Gravedad, postulada dos siglos antes por Isaac Newton, sostenía desde 1905, entre otras cosas, que el movimiento es relativo al observador, mientras la velocidad de la luz siempre es constante.

El segundo de sus grandes aportes, la Teoría de la Relatividad General, publicada en 1915, afirmaba que el espacio se curvaba por la fuerza gravitatoria de la Tierra, pero que por el brillo solar eso resultaba invisible a los ojos humanos, salvo en ocasiones especialisimas.

Cuatro años más tarde esa ocasión llegó: durante un eclipse, el astrofísico inglés Arthur Stanley Eddington pudo fotografiar la luz de las estrellas en torno al sol, comprobando la curvatura de la luz, desde un laboratorio montado en la Isla Príncipe, frente a Guinea Ecuatorial, en África, en la prueba empírica de que Einstein tenía razón.

 A partir de 1919, entonces aquel hombre de mirada pícara e inteligencia suprema, nacido en Alemania en el seno de una familia judía, pero luego nacionalizado suizo, austríaco y estadounidense, se convirtió en una estrella de rock, antes de que el rock existiera, y tuvo que acostumbrarse a convivir con el interés periodístico por su día a día.

   Eso aumentó cuando en 1921 le concedieron el Premio Nobel de Física, aunque no por su Teoría de la Relatividad, que todavía era discutida en los círculos académicos pero le había dado una insólita popularidad en un mundo mucho menos conectado que el actual, que él mismo abonaba con su estilo desacartonado –su foto más famosa lo muestra sacándole la lengua a la cámara- y hasta la desprolijidad de su cabellera.

   Su triunfo como científico era también una victoria política frente a los influyentes sectores conservadores de las sociedades europeas, que habían tildado su teoría de poco seria, en rigor porque estaban molestos con las ideas socialistas a la que Einstein adhería después de haber estudiado muchos años los textos de Baruch Spinoza, David Hume, Immanuel Kant y Karl Marx, entre otros.

   El choque entre las ideas científicas y sus detractores, que tenía una larga historia a partir del modo en que la Iglesia Católica se comportó siglos antes con Galileo Galilei por haber demostrado que la Tierra giraba en derredor del Sol, no era menor en aquel momento europeo, ya que iba construyéndose un panorama general que redundaría en el acceso posterior al poder de líderes de ultra derecha, como Hitler, Mussolini y Franco, entre otros.

   El supuesto básico de la teoría de la relatividad, que siempre molestó a los fundamentalistas y a los dogmas religiosos, es que la localización de los sucesos físicos, tanto en el tiempo como en el espacio, es relativa al estado de movimiento del observador, lo que cambiaba muchos dogmas e incluso aportaba un punto de discusión interesante para la filosofía.

   La visita a la Argentina, a la que llegó en el barco Cap Polonio, se dio en el marco de una de sus extenuantes pero habituales giras previas a la Segunda Guerra Mundial, que en este caso incluía también muchas semanas en Uruguay y Brasil, cuyos detalles fue reportando al estilo de la época en cartas a su familia, además de las anotaciones que hacía en su diario personal.

   “En el momento en que les llegue esta pequeña nota, yo ya estaré en Montevideo o en Rio, desde donde saldré, el 12 de mayo, de regreso hacia Hamburgo», escribió por ejemplo a su esposa Elsa y a su hijastra Margot desde Buenos Aires, en una misiva fechada el 25 de marzo de 1925.

   Einstein, que era afable en público y llegó a plegarse a una fiesta de estudiantes para tocar el violín, instrumento cuya técnica dominaba como un profesional, reportaba en esas cartas que tenía la agenda demasiado llena de compromisos, por lo que se sentía un comediante obligado a representar un papel acorde con las expectativas que su genialidad despertaba,

   En los dos meses argentinos, tuvo actividades en Córdoba, Rosario y La Plata, pasó unos días de descanso en Llavallol, se reunió con el presidente Marcelo T. de Alvear y con el famoso escritor Leopoldo Lugones, con el que además cenó, tuvo encuentro con organizaciones judías e incluso sobrevoló Buenos Aires a bordo de un hidroavión Junker de una empresa alemana, cuando la aviación estaba en sus albores.

   Además de sus conferencias en el Colegio Nacional de Buenos Aires, en la Facultad de Filosofía y Letras y en el Hotel Savoy, recorrió escuelas públicas, visitó, hospitales y orfanatos, paseó por los Bosques de Palermo y el Mercado del Abasto, visitó Tigre, caminó por la peatonal Florida, publicó artículos en el diario La Prensa y se encantó con el ambiente del café Tortoni, el más antiguo de la ciudad.

   En aquellos días agotadores, las anotaciones en su diario personal, la mayoría de ellas con ideas que no prosperaron, incluyeron una “aproximación a una teoría sobre la relación entra la gravitación y la electricidad”, mientras en su país natal estaba instalándose el escenario persecutorio de las ideas que el cineasta Ingmar Bergman describió en la película El huevo de la serpiente.

   Unos años después de su visita a la Argentina, Einstein se iría de Alemania mientras el nazismo iba construyendo su llegada al poder, para dedicarse a la docencia en Princeton, Nueva Jersey, y avanzar en el intento de integrar en una misma teoría la fuerza gravitatoria y la electromagnética, antes de nacionalizarse como estadounidense en 1940.

   El científico vanguardista que ayudó a difundir la idea de que todo en el universo, y en la vida, es relativo, murió en Princeton a los 76 años, en 1955, de una hemorragia interna causada por la ruptura de un aneurisma en la aorta abdominal, luego de rechazar una cirugía de urgencia que le propuso el médico Rudolph Nissen, que ya lo había operado en 1948.

 “Quiero irme cuando quiero”, precisó aquel hombre que pidió que su cuerpo fuera incinerado sin velatorio, ante apenas 12 personas, y que sus cenizas fueran arrojadas al cercano río Delaware, intentando evitar las pompas del funeral de un famoso. “Considero de mal gusto prolongar artificialmente la vida”, había explicado antes. “He hecho mi trabajo, es hora de irme. Lo haré con elegancia”. (NA)

Imagen de portada: Gentileza de La Nueva. Bahía Blanca. Argentina

FUENTE RESPONSABLE: La Nueva. Bahía Blanca. Argentina. Abril 2022

Sociedad/Ciencia/Albert Einstein/Buenos Aires/

Teoría de la relatividad.

 

La primera milonga que escribió Borges.

En un epílogo reproducido en ‘Textos recobrados’ su amigo Carlos Guastavino, le sugirió escribir milongas: “si usted me entrega una milonga, yo le pongo música”

No sé si la escribí o la escribieron los muertos que andan por mi sangre.

“Lo representativo de veras es la milonga. Su versión corriente es un infinito saludo, una ceremoniosa gestación de ripios zalameros, corroborados por el grave latido de la guitarra. Alguna vez narra sin apuro cosas de sangre, duelos que tienen tiempo, muertes de valerosa charlada provocación: otra, le da por simular el tema del destino.(…)” Así escribía Jorge Luis Borges en Evaristo Carriego.

Parece que son muchas las personas que hablan de la incursión de Borges en el tango, unos acertados, otros, no sé; pero lo que sí tengo muy seguro es que el escritor disfrutaba con las milongas, y consultaba sobre sus héroes, el de esta nota se llama Jacinto Chiclana.

Estamos pues frente a la primera milonga que escribió Borges y se sabe por un Epílogo reproducido en Textos recobrados (1956-1986) que su amigo Carlos Guastavino, alguna vez le sugirió escribir milongas:  “si usted me entrega una milonga, yo le pongo música”.

Pasa algún tiempo y cuenta el escritor la génesis de esta milonga con palabras que llevan a darnos cuenta del sentido y la emoción con que la plasmó en versos: “No sé si la escribí o la escribieron los muertos que andan por mi sangre. Casi puedo afirmar que se escribió sola. Di con la tranquila entonación y con el tranquilo vocabulario de la primera copla: lo demás ya estaba hecho”. Y vamos a acercarnos a ella:

“Me acuerdo. Fue en Balvanera,

en una noche lejana

que alguien dejó caer el nombre

de un tal Jacinto Chiclana.(…)”

Encuentro una estrofa que le da un matiz al poema, y hablo de la sombra proyectada en esta historia bajo el farol amarillo que además señala la hora del día, o mejor el instante, la noche, y como si fueran sombras chinescas las siluetas se baten en el duelo, y la penumbra resalta el brillo del cuchillo refulgiendo en sus movimientos o lances inesperados como se deslizan las víboras, un símil acertado para este momento de la lucha y para quienes fueron diestros en el manejo de la daga.

“No veo los rasgos. Veo,

Bajo el farol amarillo,

El choque de hombres o sombras

Y esa víbora, el cuchillo.(…)”

Quienes hayan pasado por la lectura cuidadosa del compadraje contado por Borges tendrán que coincidir con el autor en que los duelos son recuerdos y hechos de valentía de un pasado que resulta elegíaco y que sin embargo, vive en el presente, ya lo dijo en su poema, “una fábula al tiempo” que hoy se busca en la leyenda.

“Algo se dijo también

de una esquina y un cuchillo;

los años nos dejan ver

el entrevero(1) y el brillo. (…)”

Ahora hay que ver el verso “lo que se cifra en el nombre” y para esto debo remitirme al cuento El Sur con su protagonista Juan Dahlmann quien resolvió comer en un almacén a su regreso a casa convaleciente de una septicemia y acompañado de un ejemplar de Las Mil y una noches. 

Allí al pie de la ventana estaba su mesa y hasta él llegaban bolitas de miga que alguien del lugar le había tirado, sin embargo, los ignoró y abrió su libro, después volvió a sentir el mismo objeto  para molestarlo, Dahlmann vio hombres que reían en otra mesa y pensó que habiendo superado una enfermedad no era prudente enfrentarlos, entonces salió tranquilo del almacén, digo yo, pero cuando el dueño del local pronunció su nombre: Dahlmann, para advertirle de no dejarse provocar de esos mozos, hay una  reacción: “Antes, la provocación de los peones era una cara accidental, casi a nadie; ahora iba contra él y contra su nombre y lo sabrían los vecinos”.(2)

Dahalmann , secretario de una biblioteca municipal recibe la daga que le ha tirado un gaucho viejo “como para que aceptara el duelo” la recoge, después de pensar lo que podría pasar “Empuña con firmeza el cuchillo que acaso no sabrá manejar, y sale a la llanura”.

Volvamos a la milonga:

“Sólo Dios puede saber

la laya fiel de aquel hombre;

señores, yo estoy cantando

lo que se cifra en el nombre. (…)”

Borges cuenta el germen de esta primera milonga y es el hecho de haber recordado el nombre Jacinto Chiclana en “una vaga historia de que lo mataron peleando con muchos”.

“Entre las cosas hay una

de la que no se arrepiente

nadie en la tierra. Esa cosa

es haber sido valiente.(…)”

Y ya de salida de esta nota insisto en subrayar la importancia de la valentía para Jorge Luis Borges, puesto que con ese imaginario cierra su poema El tango donde invita a participar en un verso el acto de morir peleando, como lo hubiera soñado Dahlmann, y como le ocurrió al héroe de esta milonga.

“Siempre el coraje es mejor,

la esperanza nunca es vana;

vaya pues esta milonga

para Jacinto Chiclana”

(1) Enfrentamiento, combate.

(2) El Sur. Borges, Jorge Luis. Obras completas. Editorial Emecé.

Imagen de portada:Wikimedia

FUENTE RESPONSABLE: Las 2 orillas. Por Laura Cecilia Bedoya Ángel. Noviembre 2021.

Argentina/Artes/Buenos Aires/Cultura/Jorge Luis Borges/ Literatura/ Milonga

No es la soledad…es la vida.

Soledad infinita
que ya pesa
un poco más
que ayer
y menos
que mañana,
sobre
las espaldas
exhaustas
por haber vivido
de pie
equivocado
o no,
pero jamás
de rodillas.

Orgullo, no
no es orgullo,
es lo que uno
mamo de chico,
ejemplos de vidas
sin dobleces
ni trampa alguna.

No conseguiré
el cielo fácilmente
porque me equivoqué
fiero algunas veces,
he pedido perdón
a aquellos que lastime
por esos impulsos
que uno no los sujeta.
 
Pero no me quejo
vida bien vivida,
con momentos
únicos e
inolvidables,
mi único amor,
mis hijos, mis nietos
y también
de los otros
las pérdidas
algunas que aún
duelen en el Alma,
y que uno guarda
para cuando
se acerque
el camino
del reencuentro.

Como cantaba
la «negra» Sosa,
gracias a la vida
que me ha dado tanto.

Frente al Obelisco se vivió el cierre simbólico del Festival Tango BA.

Mundial de tango: las parejas ganadoras.

Celebraron Agustín Agnez y Barbara Ferreyra en la categoría Pista y Emmanuel Casal y Yanina Muzyka en Tango Escenario. La ceremonia incluyó homenajes a Juan Carlos Copes, a María Nieves, a Claudio Segovia, y varias presentaciones musicales.

Con el Obelisco de fondo, anoche se coronaron las parejas ganadoras del Mundial de Tango. Los galardones fueron para Agustín Agnez y Barbara Ferreyra (de San Fernando, Buenos Aires, y San Rafael, Mendoza) en la categoría pista y para Emmanuel Casal y Yanina Muzyka (de Valentín Alsina) en Tango Escenario. 

Además, en esta categoría hubo un segundo puesto para los porteños Federico Carrizo y Juan Francisco Seguí, lo que significa el puesto más alto hasta el momento para una pareja de bailarines del mismo género. Aunque la competencia mantuvo la doble modalidad presencial/virtual, todas las parejas premiadas se subieron al escenario cercano al Obelisco.

La ceremonia –una celebración extensa de más de siete horas- incluyó homenajes a Juan Carlos Copes, a María Nieves, a Claudio Segovia, y varias presentaciones musicales. Además, en la competencia hubo un detalle inédito: por primera vez sonó una orquesta actual en la final (la Orquesta Típica Misteriosa Buenos Aires), además de un par de versiones de clásicos del espectáculo de Broadway Forever Tango.

Aunque todavía queda actividad para disfrutar durante el domingo, las finales del Mundial suelen marcar el cierre simbólico del Festival Tango BA, que tras más de un año y medio de pandemia, volvió a la presencialidad. La organización podrá anotarse algunos porotos a favor en el balance. Tras años de discusiones con distintos sectores del tango, la organización de los artistas en distintas agrupaciones que pudieron reunirse con la nueva directora –la bailarina Natacha Poberaj-, dio sus frutos. El resultado final alcanzó un balance entre los reconocimientos a figuras históricas (“los homenajes hay que hacerlos en vida”, sostuvo ante Página/12 Poberaj) y los espacios reclamados por las expresiones más renovadoras del género. Y un mínimo histórico de protestas en redes sociales.

Desde luego, la pandemia afectó y no sólo por el cambio de escenario (tradicionalmente las finales se celebraban en el Luna Park). Los testimonios de los bailarines finalistas y los ganadores daban cuenta del impacto. Agnez y Ferreyra, por ejemplo, vieron frustradas sus respectivas giras por Europa a causa del coronavirus. Según contaron a la prensa, como vivían cerca y sabían que eran rigurosos en sus cuidados, se animaron a comenzar a bailar juntos, para mantenerse en actividad. Conectaron y se convirtieron en pareja por partida doble: en la pista y en la vida. Casal y Muzyka, en tanto, perdieron sus ingresos como bailarines. Él tomó el volante para una app de radiotaxis. Ella se puso a atender el negocio familiar de artículos de limpieza. Que ambos vivan en un barrio tradicionalmente obrero y de larga tradición tanguera como Valentín Alsina completa el cuadro.

En cuanto a los homenajes, hubo un pequeño documental dedicado a Copes, figura emblemática de la profesionalización de la danza, y una entrevista pública a María Nieves, con la que él se hizo famoso. Del primero se reveló una placa en su memoria, que cuando finalmente se reinaugure se instalará en el Teatro Alvear, ya que era la sala porteña favorita del bailarín. De Segovia, presente y con bastón en la platea, se ofreció un pequeño documental matizado por parejas actuales retomando el emblemático show Tango argentino. De Tango argentino quedó flotando una definición notable de su creador: “era un espectáculo de exaltación romántica del tango en sus distintas variantes”.

Finalmente, el homenaje a Nieves corrió por cuenta de Silvia “Cachorra” Toscano, quien la entrevistó en público. Nieves no sólo recordó a Copes y los años iniciales, en los que recorrían los clubes de barrio dando exhibiciones y participando de campeonatos en los que inexorablemente terminaban segundos, también ofreció algunos consejos a los jóvenes bailarines, que abundaban en los 150 metros de sillas apostadas frente al escenario. “Sueño que los chicos jóvenes sigan bailando el tango. Hay grandes bailarinas y bailarines. Pero ellos se van a dar cuenta que el tango no es para la pirueta, sino para la elegancia. Sueño con que los pibes se cansen de bailar por el aire y bajen al piso. Que tengan paciencia: por un campeonato no te llenás de guita”. Además, contó cómo impactó el coronavirus en su vida. “El tango no se olvida. Yo con la pandemia me vine abajo y no puedo bailar más. Pero di todo lo que podía. Ahora les dejo mi corazón de tango”.

Imagen de portada: Gentileza de Página 12 – Julio Martín Mancini

FUENTE RESPONSABLE: Página 12 – 

Mundial de Tango/Cultura/Buenos Aires-Argentina

ORO NEGRO

Ruta del chocolate: las mejores tortas, dulces y postres para probar en Buenos Aires

Argentina es el país con mayor consumo per cápita de chocolate de la región: cada argentino consume alrededor de 3 kilos por año. Dónde probar los mejores en Buenos Aires.

El 13 de septiembre se celebró el Día Internacional del Chocolate, fecha elegida en 1995 en honor al nacimiento del escritor Roald Dahl, autor de «Charlie y la Fábrica de Chocolate» (1964), y Milton Hershey, fundador de la fábrica de chocolates más grande de Estados Unidos (1857-1945).

El chocolate es uno de los dulces más consumidos en el mundo y Argentina es el país que más lo consume Latinoamérica con casi tres kilos al año promedio.Negros, blancos, con leche, rellenos, aireados, crocantes… El chocolate se elabora a partir del grano de cacao y su consumo está asociado al placer y la felicidad. Dónde probar los mejores postres, dulces y tortas con chocolate en Buenos Aires.

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El nuevo polo gastronómico de la calle Corrientes: desde un brunch en altura a una pizzería neoyorquina.

1. MOSHU

En su propuesta de tortas no falta el chocolate y las favoritas son la torta Choco Power by Matilda que, inspirada en la película homónima, lleva un bizcochuelo de chocolate belga relleno y cubierto de un cremoso fudge de chocolate y dulce de leche; la Marquise de Chocolate, con una base súper «chocolatosa» sin harinas, dulce de leche, crema chantilly, merengue italiano y lluvia de granas de chocolate; la Cheese & Oreo, una reversión del clásico cheesecake al estilo New York con una base de galletitas Oreo y un cream-cheese de dulce de leche; y el clásico e infaltable brownie de chocolate belga, bien húmedo y compacto.

Además, sumaron a su propuesta tabletas de chocolate con Rocklets de chocolate blanco, con leche o semiamargo. Todas estas opciones se pueden compartir en su pintoresca esquina sobre el boulevard de Av. García del Río, para take away o con delivery propio. Dirección: Moldes 3802, Saavedra, CABA.

2. MADA PATISSERIE

La boutique de la chef Juliana Herrera Dappe ofrece creaciones de la pastelería clásica y moderna que se destacan por su presentación, sabor y calidad. Para festejar el Día del Chocolate, el 13 de septiembre se preparó una mini-cake exclusiva de mousse de chocolate y mousse de Nutella sobre una base crocante de cereales y chocolate, terminada con un macaron de Nutella en su superficie.

Los amantes del chocolate también podrán degustar las tortas y mini cakes de su propuesta habitual, como la torta mousse de chocolate con base de brownie, decorada con monedas de chocolate y rulos de chocolate; la torta mousse de chocolate con mousse de pistachos, biscuit de chocolate y glaseado de chocolate; la torta Chocolate y Caramelo con masa sablé de cacao, caramelo y maní, cubierta de ganache de chocolate y decorada con macarons y maní; la mini cake de lingote de chocolate con café y almendras acarameladas y la mini cake de marquise de chocolate con dulce de leche, brownie, crema y rulos de chocolate.

Éstos y todos sus productos están disponibles para retirar por el local o recibir a través de su servicio de delivery. Se recomienda hacer los pedidos con antelación. Dirección: 3 de Febrero 1064, Belgrano, CABA

3. TIGRE MORADO

La cevichería Tigre Morado le rinde tributo a esta fecha con su postre «Chocoteja«, una creación majestuosa que combina los sabores y las tradiciones más importantes de la cultura peruana. Esta creación gastronómica forma parte de la carta de Tigre Morado desde sus comienzos y está pensada para que sea una explosión de sabores y texturas en cada bocado. 

Compuesta por una mousse fría de chocolate amargo, este postre presenta una cremosidad única que se combina a la perfección con el sabor que brinda el maíz chulpi. Para resaltar todos los sabores, la inclusión de aceite de oliva y destellos de sal marina confirman que este postre presenta un mix atrevido y dulce que abraza el alma. 

La «Chocoteja» se encuentra disponible únicamente en formato «restaurante» y es una excelente manera de terminar una velada, acompañando este postre con una copa de vino seco o un brut para la ocasión. Dirección: Dr. Emilio Ravignani 1691, Palermo.

4. NININA

El restaurante cuenta con una amplia variedad de tortas protagonizadas por chocolate 70% cacao, que se ofrecen enteras (grandes o medianas) y en porciones del día. Algunas favoritas son la Charlie Brown, con tres capas de genoise de vainilla rellenas de mousse de chocolate y mousse de dulce de leche, cubierta con ganache de chocolate; la torta Ivonne, un biscuit de chocolate con dulce de leche y ganache de chocolate; la Tartufo, una marquise de chocolate con mousse de chocolate, dulce de leche y merengue italiano; y la Amadeus, otra marquise de chocolate con mousse de dulce de leche y ganache de chocolate.

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El choripán, entre los mejores sándwiches del mundo: dónde comer y cuáles más integran el prestigioso ranking.

Durante estos días las opciones por porción serán la torta Lola Mora, con delgadas capas de base de avellanas intercaladas con mousse de chocolate, cubierta con moras y frambuesas; y la torta Perdición con base de merengue, mousse de chocolate, biscuit de chocolate, creme chantilly y frutillas.

Además, su menú incluye otras delicias para fans del chocolate, como el pain au chocolat clásico de la pastelería francesa (de masa hojaldre, crujiente por fuera y muy aireado por dentro con centro de chocolate), cookies de vainilla con chips de chocolate y barras de chocolate Fénix 70% cacao. Para disfrutar en sus diferentes locales con espacios al aire libre o pedir con entrega a domicilio en toda CABA y GBA.

5. GONTRAN CHERRIER

Gontran Cherrier, frente a la Plaza Armenia de Palermo, se especializa en recetas de Francia con ingredientes del mundo e invita a deleitarse con productos artesanales con el chocolate como ingrediente estrella.

En el marco del Día del Chocolate, del 11 al 13 de septiembre se preparó un exclusivo «kouign amann», un manjar oriundo de la comuna de Douarnenez en el Finisterre (Bretaña), de masa hojaldrada rellena de chocolate de primera calidad, manteca, azúcar y sal, que se sirve acompañado de bananas caramelizadas.

Además, en su sección de viennoiserie se destaca el pain au chocolat (hojaldre relleno de chocolate semi amargo), el pain au chocolat con almendras (relleno de chocolate semi amargo y crema de almendras cubierto de almendras fileteadas) y el croissant relleno de dulce de leche, cubierto con baño de chocolate con leche y frutos secos.

A su vez, de su patisserie sobresale el eclair de chocolate (masa bomba rellena con crema pastelera de chocolate y cubierta de glacage de chocolate semi amargo), el lingote de chocolate (base de crocante de almendras con mousse de chocolate, crema chantilly de chocolate y baño crocante de almendras y chocolate), el mi cuit (budín de chocolate, similar a un volcán), el financier de chocolate (budín de harina de almendras con chips de chocolate, relleno de ganache de chocolate) y el original domo chocolate y banana (sablée de cacao y almendras con ganache de chocolate cocida, bananas, mousse de chocolate semi amargo, glacage de chocolate y crumble de cacao).

Estos manjares de la culinaria francesa están disponibles en la vereda o terraza parisina del local, para realizar take away o pedir con entrega a domicilio. Dirección: Malabia 1805, Palermo.

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6. USINA CAFETERA 

Usina propuso celebrar el Día del Chocolate con una nueva versión de una de sus tortas más hiteras: la «Chocousina», húmeda por dentro, cremosa por fuera y terminada con una lluvia de estrellas, diseñada para deleitar todos los sentidos con diversas capas de chocolate de la más alta calidad. 

Se trata de una torta súper húmeda de chocolate, untuosa, con el sabor intenso de un cacao al 70% de altísima calidad, aireada por el efecto de las claras de merengue batidas a punto y con una nueva terminación de cobertura cremosa como solo un riquísimo ganache le puede dar. A partir de ahora llega en formato circular, con el tamaño justo para devorarla en un par de bocados. Bañada en un irresistible ganache con extra chocolate para continuar endulzando y un final con una lluvia de polvo dorado. Puede ser acompañada por un exquisito café de especialidad en cualquiera de sus seis locales distribuidos entre la Ciudad de Buenos Aires y San Isidro.

Otras opciones chocolatosas son el Alfajor triple de choco maní, con masa de chocolate y maní, con relleno de dulce de leche y mantequilla de maní con baño de chocolate semiamargo; budines, tan originales como ricos, de chocolate y cerveza o de chocolate blanco y calabaza, brownies, marquise, torta Golosina, un lingote de cookies artesanales de chocolate rellenas de ganache de dulce de leche con crema de queso, entre otros.

7. COCU

El lunes 13/9 para celebrar el Día Internacional del Chocolate, la panadería francesa COCU Boulangerie ofreció una «choco-box» que incluye: 1 Eclair de Chocolate (masa bomba rellena de crema pastelera de chocolate y glasé de chocolate); 1 Eclair de Café, Caramelo y Chocolate (masa bomba rellena de crema pastelera, crema de caramelo, barra de chocolate, bomboncito de chocolate y dulce de leche); 1 Lingote de Chocolate (brownie cubierto de praliné, ganache de chocolate y dulce de leche); 1 Muffin de Chocolate relleno de Frutos Rojos Sin Tacc (no apto celíaco); 1 Pan de Chocolate (clásico hojaldre relleno de chocolate); 1 Pan de Chocolate con Almendras (pan de chocolate sumergido en almíbar, relleno de crema de almendras y espolvoreado con azúcar impalpable); y 1 Cookie Vegana de Chocolate y Algarroba con Frutos Secos.

Imagen de portada: Gentileza de  CLASE Gourmet Break

FUENTE: CLASE Gourmet Break – Chocolate/Gastronomia/Buenos Aires/República Argentina

Bello pero malicioso…

Estornino Pinto, el ave de los Bosques de Ciudad de Buenos Aires.

abril, 2021 Ciudad / Noticias / Turismo

Estornino Pinto, el ave de los Bosques de Ciudad de Buenos Aires

Publicado por Ian Marfort

Estornino Pinto, el ave icónica de los Bosques de Palermo en la Ciudad de Buenos Aires

En los Bosques de Palermo, cuyo nombre formal es Parque 3 de Febrero, son el espacio verde más grande de la ciudad. Dentro de las 370 hectáreas que conforman al lugar preferido de los turistas, habitan más de 190 especies distintas de aves.

Pero dentro de esta hermosa variedad, existe una peculiar.

Es el pajarito negro de los bosques. Con su brillo azulado, púrpura o verdoso, roba todo el protagonismo.

Puesto que claro, es un plumaje hermoso para disfrutar con la vista. Bueno, el nombre de estos pequeños es Estornino Pinto.

Especie originaria de Europa y Asia, la teoría más aceptada respecto a su llegada a la Argentina dice que éstos vinieron a fines de la década de 1980; de la mano de vendedores de aves exóticas.

Ante la dificulta de poder ubicar a los ejemplares que hayan poseído en el mercado, se cree que estos vendedores los liberaron.

En la localidad bonaerense de Bernal fueron avistadas las primeras parejas de Estorninos.

Hoy, con aproximadamente tres décadas de estadía en la nación, se extienden en toda la llanura pampeana.

Esto es resultado de tres factores fundamentales. Primero, al ser una especie exótica a nuestros ecosistemas, no tienen predadores naturales.

Segundo, poseen una gran capacidad reproductiva; son capaces de duplicar su población año tras año. Tercero, la adaptabilidad de su dieta.

Ahondando en qué pueden comer estas bellas pero invasivas aves, cabe decir que pueden aprovechar desde insectos hasta basura humana.

La información que brinda la Dirección de Flora y Fauna es que la mitad de la alimentación de los Estorninos proviene de insectos.

La otra mitad se compone de todo tipo de recursos alimenticios; granos, basura, frutales, leguminosas y gramíneas.

Si bien resultan muy bellos a la vista, con un canto imponente casi ensordecedor y una danza al atardecer que ofrece un espectáculo espléndido; lo cierto es que estas aves son plaga.

Tanto en Argentina como, por ejemplo, en Estados Unidos, se han tomado diversas iniciativas para contener las consecuencias de la presencia de los estorninos en los respectivos ecosistemas.

Pero ¿es muy grave lo que hacen estos pájaros? Pues la respuesta es que sí.

En Estados Unidos, para seguir con el mismo ejemplo, fueron introducidos a fines del siglo XIX.

A esta altura, luego de infructuosos intentos para exterminarlos, optaron por dejar de perseguirlos.

Ahora no hacen más que aplicar medidas paliativas para reducir las pérdidas en el sector agropecuario, que se cuentan en millones de dólares.

En Argentina, ni bien detectan un tambo o un feedlot, se precipitan sobre los alimentos y todo parece cubrirse con un inmenso manto negro.

Luego de retirarse, lo negro se transforma en blanco. Dejan comederos, pisos y vallados cubiertos con sus heces.

Por si esto fuera poco, ni siquiera se comportan muy bien con sus pares.

En los Bosques de Palermo se observa que son agresivos, corpulentos y están en constante competencia con otros pájaros.

Se mueven en grupos y cuando bajan de los árboles ya no quedan aves; escapan despavoridas.

De hecho también lo afirma Julio Milat, director del Museo Ornitológico de Berisso al decir: «Son un poco como ‘barrabravas’, ya que no sólo compiten con las especies autóctonas por el alimento sino también por los espacios de nidificación; y no encuentran barreras naturales, porque las aves rapaces que se alimentan de palomas no suelen atacarlos porque no están acostumbradas».

Aquí en Argentina, en mayo de 2018, el Ministerio de Agroindustria de la Provincia de Buenos Aires, por medio de la Dirección de Flora y Fauna, actualizó el listado de las especies susceptibles de caza deportiva, comercial, plaguicida y especies dañinas o perjudiciales, con el que se autorizó la caza de estorninos.

El sueño…

Era el distinto en ese lugar
donde predominaba el delito,
barrio pobre si lo hubiera
en el conurbano de la provincia
de la gran ciudad y a la vez tan lejana.

Padre changarin, madre domestica
que de bus a bus, casa a casa
llevaban los escasos pesos
para mantener seis bocas,
dándoles un plato de comida
por razón alguna nunca les faltara.

Julián era su nombre soñaba
con salir de ese lugar pero sabía,
que solo con su esfuerzo sin dobleces
en un año apenas tendría su título,
luego de un lustro de estudios
que lo convertirían en letrado.

Ya trabajaba medio tiempo
en un Tribunal como auxiliar,
para ir a la salida a la universidad
esa que le abrió un nuevo mundo
pleno de desafíos y oportunidades.

No buscaba solo su éxito personal,
pero bien sabía que él lograría
una mejor vida para su familia,
imaginando otro lugar donde vivir
sin sobresaltos ni droga, ni mas el miedo por disparos en la noche.

Sueña…sueña Julián que tu tesón
hará que tu vida y la de los otros,
merezca la pena vivirla a través
de tu esfuerzo y logrando con ello
convertir tu sueño en realidad.

El genio verde…

21 04 21 Argentina. Paisajimo. Turismo

Éste aporte, quedó reflejado en su libro Les Fôrets naturelles de la République Argentine (1913), el cual escribió en base a sus numerosas expediciones científicas a lo largo y ancho del país.

Thays fue una persona ejemplar, trabajó para la humanidad sin distinción alguna. Su pensamiento y compromiso con la sociedad y las generaciones futuras, quedan plasmados y sintetizados en la siguiente cita célebre de Carlos:

«El hombre, sobre todo el que trabaja, necesita distracción y ¿acaso hay alguna cosa más sana, más noble, más verdadera, cuando se sabe apreciarla, que la contemplación de los árboles, de las hermosas flores, cuando son cuando son dispuestas con gusto?

El espíritu entonces descansa, las penas se olvidan monentánamente por lo menos, y el aspecto de lo bello, de lo puro, produce un efecto inmediato sobre el corazón.

El hombre vuelve enseguida ora al trabajo, ora en su familia, bajo el imperio de disposiciones más favorables que las que hubiera tenido sin esos momentos de contemplación encantadora».

Trabajo en la Ciudad de Buenos Aires

Carlos Thays llegó a Argentina en 1889, contratado por un año, para diseñar y ejecutar la construcción del Parque Sarmiento en la ciudad de Córdoba. Originalmente su estadía en el país no iba a ir más allá de ese plazo, pero en Buenos Aires el intendente Francisco Bollini lo retuvo para hacerle una propuesta.

La obra del gran paisajista la continuó su hijo, quien siguió la especial y maravillosa obra de crear espacios verdes, junto a la arquitectura con resabios de la románica, china o francesa.