Lo que tienes que saber de la edad de tu perro y las etapas de su vida.

Mucho se ha dicho que un año en la vida de tu perro equivale a siete años de vida de un humano. Sin embargo, esta equivalencia únicamente era usada por los veterinarios para poder tener una referencia aproximada del tiempo vivido por el can y así poder medicarlo o recomendar atención médica específica.

Era algo común escuchar que un perro viviría la séptima parte de la vida de su dueño, pero esto tiene más de mito que de sustento científico. Para clarificarlo, desde el 2012, un estudio realizado por de «Journal of the American Animal Hospital Association» determinó que en realidad solamente existen seis etapas de vida de un perro.

Estas son las siguientes: Cachorro lactante (puppy) de 0 a 0.5 del nacimiento a la maduración. Cachorro (junior) de 0.5 a 0.75 cuando continúa en crecimiento y adquiere madurez reproductiva. Adulto de 0.75 hasta 6.5 cuando terminan de crecer física y reproductivamente. Maduro de 6.5 a 9.75 que ya está en la segunda mitad al último 25% de su esperanza de vida.

Senior de 9.75 a 13 que es su último periodo de vida. Geriátrico de 13 en adelante, que es cuando ha superado la esperanza de vida.

Claro, esto depende de muchas circunstancias. Es decir, no solo va de acuerdo a los cuidados, hábitos alimenticios y de salud que tenga o de los padecimientos que aparezcan en el camino, sino también de su raza y del tamaño. Los perros pequeños tiene una esperanza de vida mayor que también algunos medianos logran. Sin embargo, es importante saber que los perros grandes no tienen una esperanza de vida tan alta y por lo tanto esta tabla puede varias por varias cantidades.

Por lo tanto, las etapas nos da una visión más amplia no solo de su cuidado, sino de entender su comportamiento, su capacidad reproductiva y su expectativa de vida que, para bien o para mal, no ayudará a adaptarnos a ellos tanto en actividades del día a día hasta esperar su partida.

Ahora que ya lo sabes podrás ser más consiente con tu can, darle prioridad a los chequeos constantes que debe tener con el veterinario para que pueda tener más tiempo contigo y, por supuesto, aprovecharlo al máximo.

Imagen de portada: The Happening

FUENTE RESPONSABLE: The Happening. Por Cristina Chamorro. 26 de agosto 2022.

Animales/Canes/Ciclos de vida.

 

¿Los perros ven en blanco y negro o en color? Responden los expertos

CONOS O CELDAS VISUALES

Muchas personas creen que nuestros mejores amigos son daltónicos y solo observan el mundo en escalas grises: se equivocan.

Los perros son nuestros mejores amigos y los compañeros más fieles, aquellos que siempre están dispuestos a esperarnos, jugar con nosotros o animarnos en un día particularmente malo. 

Cómo han evolucionado con nosotros, (adiestrandolos cambiamos su estructura cerebral, según las investigaciones) , hay muchas preguntas que nos hacemos sobre ellos: parece que sonríen, pero, ¿realmente lo hacen? ¿Sueñan? 

Y, una de las más frecuentes, ¿ven colores como nosotros? 

Algunas personas piensan que ven (y también sueñan) en blanco y negro, mientras que otras optan por creer que lo hacen en el mismo grado de colores que nosotros. 

En realidad, ni una ni otra. 

Según explica el psicólogo Stanley Coren en un artículo publicado en «Psychology Today» : «Muchas personas han malinterpretado que los canes son daltónicos y piensan que solo ven en escalas de gris. 

La verdad es que sí ven colores, pero los colores que ven no son tan vívidos ni variados como los que ven los humanos». 

Las personas contienen celdas o conos especiales para capturar la luz. Los perros tienen menos, y por eso su visión no es tan rica o intensa.

Los ojos tanto de los perros como de las personas contienen celdas especiales para capturar la luz, conocidas como ‘conos’, que responden al color. Los perros tienen menos conos que la mayoría de los humanos, lo que sugiere que su visión del color no será tan rica o intensa como la nuestra. 

Sin embargo, el truco para ver colores no se basa solamente en tener conos, sino en tener diferentes tipos, cada uno sintonizado a diferentes longitudes de onda de luz. Los seres humanos tienen tres diferentes tipos de conos y la actividad combinada de estos les da su rango completo de visión a color.

Cuando a una persona le falta uno de esos tres tipos de conos, se produce alguno de los tipos más comunes de daltonismo. Acromatismo. Muy poco habitual. 

El sujeto no posee ningún pigmento o los conos en cuestión no son en ningún caso funcionales y solo ve en escalas de grises, negro y blanco. Dicromatismo.

En el que solemos pensar cuando hablamos de este problema. Se produce la ausencia de uno de los tipos de pigmentos, con lo que no es posible percibir un color en cuestión ni aquellos colores asociados a él (por ejemplo, el rojo y en consecuencia también el naranja). Tricromatismo anómalo. 

La persona en cuestión posee los mismos tres tipos de pigmentos que la mayor parte de la población, pero sin embargo al menos uno está alterado y no es funcional. 

Aunque no vean tan bien como nosotros, no significa que su escala sea solo de grises. 

Su mundo es, básicamente, amarillo, azul y gris Con solo dos conos, el individuo aún puede ver colores, pero muchos menos que alguien con una visión normal del color. Esta es la situación de los perros, que también tienen solamente dos tipos de conos. 

En un estudio realizado por Jay Neitz en la Universidad de California, investigó cuánto veían exactamente. La muestra consistía en varias pruebas en las que se les mostraba a un grupo de estos animales tres paneles de luz, uno tras otro. Dos eran del mismo color, pero el tercero era distinto. 

La tarea de los perros consistía en encontrar el que era distinto y presionarlo. Si lo hacía bien, recibía un premio. Neitz confirmó que los perros sí ven colores, pero en muchos menos que nosotros.

Ven el mundo en, básicamente, amarillo, azul y gris. Otros colores que nosotros distinguimos perfectamente, como el verde o el naranja, los ven amarillentos, y también confunden el violeta como azul. 

Es bastante irónico, por tanto porque, como señala Coren, muchos de los juguetes más populares para estos animales son rojos y naranjas, unos colores que en realidad no pueden ver bien, y a veces puede costarles distinguir. 

Quizá, por tanto, se trate de un problema de visión y no de indiferencia cuando no te hacen caso en esos momentos en que decides lanzarlo en el jardín, con la intención de jugar.

FUENTE: El Confidencial – Alma, Corazón y Vida – Mascotas-