Una escalinata e inscripciones escritas en griego fueron encontradas en el templo a Zeus, encontrado al nordeste de Egipto.
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A fuerza de ostentarse como el líder de los dioses en el Olimpo, Zeus se abrió camino como conquistador entre múltiples mortales. A veces en forma de cisne; otras, como toro: toda Grecia sabía que el dios del rayo tenía un apetito sexual voraz. Sin embargo, parece que sus influencias se expandieron más allá de los límites helenos.
Un equipo de arqueólogos del Ministerio de Turismo y Antigüedades en Egipto descubrió restos de un antiguo templo a Zeus, construido en el actual sitio de la Colina de Farma. Ubicado en el área del Sinaí del Norte, es el primer vestigio de un espacio sagrado griego que se ha encontrado en la región. Esto es lo que han desenterrado hasta ahora.
Debajo de la arena, después de un sismo
Egyptian Ministry of Tourism and Antiquities
Los restos del templo a Zeus encontrados en Egipto son parte de los hallazgos que se han logrado «durante los trabajos de excavación realizados por la misión en el sitio dentro del Proyecto de Desarrollo del Sinaí«, explicó el ministerio desde sus cuentas en redes sociales. El proyecto empezó en 2021, y se espera que concluya este año.
El más notable de los descubrimientos hasta ahora son las ruinas de un templo dedicado a Zeus Casio, en el sitio de Tel Farma. Hasta ahora, se ha encontrado lo siguiente:
«[…] LOS RESTOS DE UNA GRAN PUERTA EN LA SUPERFICIE DEL SUELO QUE SE DERRUMBÓ ANTES DEBIDO A UN FUERTE TERREMOTO QUE AZOTÓ LA CIUDAD, Y LA PUERTA ERA DOS PILARES DE GRANITO ROSA», SEGÚN DESCRIBIÓ MUSTAFA Y ZIRI, SECRETARIO GENERAL DEL CONSEJO SUPREMO DE ARQUEOLOGÍA.
Según los científicos que exploraron el espacio, el templo a Zeus en Egipto se vino abajo después de un terremoto que azotó la zona. Este espacio sagrado es único, porque está dedicado a «una deidad que fusiona al dios griego Zeus y al monte Kasios«, explica Smithsonian Magazine. Con el tiempo, el sitio quedó completamente recubierto de arena.
Reconstruyendo un templo caído
Egyptian Ministry of Tourism and Antiquities
No es la primera vez que el sitio ha sido excavado. Por el contrario, en 2020, el egiptólogo francés Jean Clédat encontró restos de granito rosa ahí mismo. Se sorprendió que los bloques tenían inscripciones griegas. Los hallazgos no fueron publicados en ese entonces. Sin embargo, este antecedente sirvió para nutrir este nuevo esfuerzo de investigación.
«[LOS ARQUEÓLOGOS] REDESCUBRIERON LA PIEDRA QUE ENCONTRÓ CLÉDAT Y DESCUBRIERON UNA PIEDRA SIMILAR CON TALLAS GRIEGAS, JUNTO CON EVIDENCIA DE QUE LAS PIEDRAS ROSADAS DEL TEMPLO SE REUTILIZARON EN OTRAS ESTRUCTURAS», EXPLICA SMITHSONIAN MAGAZINE.
Dos años después de Cledat, los arqueólogos egipcios han reportado el hallazgo de bloques de granito. Según sus análisis, lo más probable es que hayan formado parte de una amplia escalinata, que condujo a los feligreses hasta el interior del templo. Para poder saber exactamente cuál era su ubicación, Hisham Hussein, Director General de Sinai Architects, tomó fotografías para después realizar una reconstrucción digital del espacio.
La reconstrucción del lugar sagrado se realizará con programas de computadora especializados en arquitectura. Este hallazgo se suma a otros templos dedicados a Zeus encontrados fuera de Grecia.
Imagen de portada: Egyptian Ministry of Tourism and Antiquities.
FUENTE RESPONSABLE: National Geographic en Español. Por Andra Fischer. 3 de mayo 2022.
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Los ‘crannog’ fueron islas hechas por los seres humanos en la Edad de Bronce. Principalmente, sugiere un estudio, para celebrar fiestas de élite.
En la actualidad, sólo un porcentaje mínimo de la población puede festejar sus eventos especiales en islas privadas. Parece que no es la primera vez en la historia que estos festejos de élite suceden. Por el contrario, en las costas de Gran Bretaña, parece ser que los pobladores prehistóricos hacían lo mismo en ‘crannogs’.
De acuerdo con Antony Brown, investigador de UiT Arctic University of Norway, un crannog es «una isla artificial dentro de un lago, humedal o estuario». Principalmente, explica su equipo de científicos, distribuidos entre Escocia, Gales e Irlanda. Se estima que el más antiguo data del año 4000 a.C., construido en un arrecife superficial a base de piedra y manera. Esto es lo que sabemos.
Islotes artificiales en Escocia e Irlanda.
GETTY IMAGES
De acuerdo con un estudio publicado en Antiquity, los crannogs eran construcciones erigidas en «una parte elevada del lecho de un lago con cualquier material natural disponible«. De hecho, el término viene de ‘crann’, que en irlandés quiere decir árbol. Los pobladores prehistóricos de Gran Bretaña tejían una cama de piedra, madera o turba, que podía sostener casas completas.
Aún a pesar de que la estructura de un crannong se ha estudiado ampliamente, los asentamientos lacustres en el Reino Unido «plantean varias contradicciones«, escriben los autores:
«[Un crannog es] visible pero inaccesible, generalizada pero geográficamente restringida, persistente pero vulnerable», según los describen en el estudio.
Para entenderlas mejor, los científicos escanearon polen, esporas y otras evidencias biológicas, especialmente de los islotes artificiales al suroeste Escocia e Irlanda. Con ello, tuvieron más claridad sobre «cronologías de ocupación e identificar actividades y prácticas en crannog». Entre ellas, qué tipo de animales se usaban con fines sacrificiales y alimentarios.
Esto fue lo que encontraron.
Crannogs: ¿había islas para eventos privados en la Prehistoria?
Réplica de crannog junto al lago en Graggaunowen. | Crédito: Werner Forman / Universal Images Group / Getty Images
Con ello, los investigadores descubrieron que los crannogs fueron escenario de banquetes cuantiosos. Se estima que la mayoría de ellos se dieron en la Edad de Bronce, cuando estas construcciones vieron un auge. Algunos de ellos, sin embargo, se siguieron usando hasta bien entrada la Edad Media.
A partir de los restos encontrados en los crannogs escoceses, los investigadores determinaron que «los crannogs se convirtieron en lugares de reunión de élite» hacia el medioevo, explica Live Science. Más que nada, por la cantidad de restos de animales y artefactos de lujo, como cerámica y otros bienes preciosos.
Ante la duda sobre si los crannogs sirvieron como espacios funerarios, los investigadores sugieren exactamente lo contrario: parece ser que fueron lugares de fiesta y excesos para la élite en el poder. Por ello, el motivo del abandono de estos sitios permanece como un misterio.
Imagen de portada: VISTA DEL CRANNOG DE FAIR HEAD EN IRLANDA DEL NORTE. | CRÉDITO: BROWN, A.G. ET AL (2022); ANTIQUITY PUBLICATIONS LTD.
FUENTE RESPONSABLE: National Geographic en Español. 30 de septiembre 2022.
Los antiguos mayas creían que los cenotes eran lugares sagrados. Te decimos que son y por qué se cree que es la puerta al inframundo maya.
Los antiguos mayas creían que Chaak, el dios de la lluvia, habitaba en cuevas y cenotes. Hoy, los agricultores nativos de la península de Yucatán aún imploran a Chaak el regalo de la lluvia, mientras los cenotes aportan nuevos conocimientos a los arqueólogos sobre los paisajes sagrados de los mayas ancestrales.
¿Qué son los cenotes?
A la orilla de un pequeño maizal cerca de las ruinas de la ciudad maya de Chichén Itzá, bajo la sombra escasa de un árbol tropical, una voz frenética rebota desde el interior de un cenote.
¡Lo vi! ¡Lo vi! –proclama el grito–. ¡Sí, es verdad!”. Inclinado sobre la boca del cenote, el arqueólogo subacuático Guillermo de Anda necesita asegurarse de que en efecto se trata de lo que lleva tantos meses deseando escuchar.
“¿Qué cosa es verdad, Arturo?”, pregunta, y su colega, el arqueólogo Arturo Montero, que flota abajo en el fondo del cenote, vuelve a gritar: “¡La luz del cenit! ¡En verdad funciona! ¡Baja!”. Luego grita de alegría.
Lo que De Anda ha estado esperando con ansias es que su amigo Montero determine si el agua en el fondo de esta anodina caverna inundada, o cenote, les había servido de reloj solar y cronómetro sagrado a los antiguos mayas durante los dos días del año, el 23 de mayo y el 19 de julio, en que el sol alcanza su cenit.
¿Qué es el cenit?
En ese momento, el sol está justo arriba y no proyecta ninguna sombra. El hecho de que el cenote se encuentre exactamente al noroeste de la escalera principal de El Castillo, la famosa pirámide central de Chichén Itzá, y dentro de los límites urbanos de esa misteriosa ciudad hacía que la duda de De Anda fuera en particular intrigante.
¿Acaso siglos antes los sacerdotes mayas habían esperado en este mismo cenote para observar y corregir sus estimaciones respecto al ángulo del sol al alcanzar su cenit, como solo sucede en los trópicos? ¿Venían aquí, ansiosos, a entregar sus ofrendas durante tiempos de sequía o, en otras ocasiones, para agradecer una cosecha abundante? ¿Creían que en este lugar se unían el sol y las aguas generosas para generar la vida?
Foto: Pexels
Estas y otras interrogantes sobre la relación del pueblo maya con sus dioses, su ciudad sagrada y su calendario de una exactitud extraordinaria era lo que ambos arqueólogos investigaban.
Cenotes: La entrada al inframundo
De Anda, reconocido por su destreza como arqueólogo subacuático, solo ha podido trabajar ocasionalmente en el cenote Holtún y con un financiamiento mínimo.
Debajo de la angosta boca del cenote, las paredes se abrían para convertirse en un domo gigante. Enfocado por la pequeña apertura. en forma de rectángulo, quizá con el propósito de relejar las cuatro esquinas del cosmos maya, el rayo de luz solar danzaba como fuego sobre las florituras delicadas de las estalactitas circundantes.
El borde del agua también pareció encenderse cuando lo tocó la luz y, debajo de la superficie, normalmente oscura, las aguas se tornaron de un azul turquesa transparente.
Los rayos del sol estuvieron tan cerca de quedar totalmente verticales que Montero ahora sabía que el día anterior, en el momento del cenit, un pilar de luz se había clavado justo en el agua. No hacía falta ser maya para sentir asombro.
La importancia de los cenotes en la cultura Maya
Durante el último par de décadas, los arqueólogos han comenzado a prestar mucha atención al papel de las cuevas, del cenit solar y, ahora –gracias a De Anda–, de los cenotes en las creencias y la visión del mundo de los antiguos mayas de la península de Yucatán.
Los arqueólogos ya sabían que los mayas consideraban tanto las cuevas como los cenotes bocas que se abren a otro mundo habitado por Chaak, el dios de la lluvia dadora de vida, pero las consecuencias de este hecho para la arquitectura y la planeación urbana solo han comenzado a aclararse recientemente.
En 2010, De Anda, que para entonces había buceado en decenas de cenotes, comenzó a explorar Holtún por invitación de Rafael Cobos, un arqueólogo reconocido y director de proyecto que había estado ocupado investigando y mapeando cientos de estructuras, promontorios y cenotes en la región de Chichén Itzá.
¿Qué hay en los cenotes?
De Anda también obtuvo el apoyo del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Al examinar las paredes de la poza natural a unos metros de la superficie, emergió de un pequeño hueco y sintió una protuberancia sobre su cabeza.
Se quedó atónito al encontrarse con una repisa de roca natural que sostenía la ofrenda de un cráneo humano, cerámica, el cráneo de un perro, huesos de venado y un cuchillo de doble filo tal vez utilizado para sacrificios, todo cuidadosamente colocado ahí siglos antes.
Su lámpara de buceo, que apuntaba justo hacia abajo, a las profundidades del cenote, revelaba columnas rotas, un jaguar antropomórfico tallado y una figura similar a uno de los pequeños hombres de piedra del Templo de los Guerreros de Chichén Itzá, esculpidos de forma que parecieran sostener el cielo. Este cenote en medio de un maizal sin duda era un sitio sagrado.
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Ahora, tres años después, De Anda y Montero no solo habían descubierto una conexión entre el cenit solar y Holtún, sino que al parecer también el papel del sol y del cenote en el emplazamiento y la orientación de la pirámide de El Castillo en Chichén Itzá.
Ya se sabía que durante el equinoccio de primavera una serpiente de luz solar se desliza hacia abajo por un costado de las escaleras centrales de la pirámide, espectáculo que presencian cada año miles de turistas.
Su influencia en la construcción de las pirámides (centros arqueológicos)
Temprano el 23 de mayo, el día del cenit, Montero fue hasta la pirámide central y descubrió que el sol, K’inich Ajaw, sale alineado con la esquina noreste de la pirámide. Luego se pone, alineado con la escalera occidental de la pirámide y Holtn, ese cenote inadvertido.
Para calibrar su calendario, merecidamente famoso hasta nuestros días, los mayas tenían que determinar los días del año en que el sol brillaba justo por encima de sus cabezas, ni una fracción de grado más arriba o más abajo.
Montero y De Anda suponían que los astrónomos mayas esperaban dentro del cenote Holtún esos dos momentos del cenit en el año, cuando un pilar vertical de luz solar perfora el agua sin relejarse en el domo.
Para los mayas, la astronomía era una actividad sagrada, lo mismo que la arquitectura y la planeación urbana.
De Anda y Montero ahora creen que, además de Holtún, otros cenotes pueden haber tenido un papel importante para determinar la ubicación de los edificios. El Cenote Sagrado yace al norte de El Castillo; otros dos cenotes descansan al sur y sureste de este.
El cenote Holtún, directamente al noroeste de la pirámide, podría haber completado la configuración rectangular que permitió a los itzaes determinar dónde debían construir su ciudad sagrada y con qué ángulo colocarían su pirámide principal.
Si más estudios corroboran esto, las coordenadas más importantes del diseño dominante de Chichén Itzá encajarán por fin en su sitio.
Vínculos con el Cosmos
La pirámide de Chichen Itzá se planeó con precisión. Los expertos creen que está alineada según los equinoccios de marzo y septiembre, cuando el paso del sol hace que una sombra en forma de serpiente se deslice hacia abajo por uno de sus costados.
Guillermo de Anda descubrió recientemente que la estructura tambíen se alza en medio de cuatro cenotes lo que probablemente simboliza la montaña sagrada en el centro del universo maya.
También estaba orientada de acuerdo con los momentos en que el sol alcanza su punto más alto en el cielo conectándola más con los ciclos de los cielos.
Dos veces al año el sol sale directamente al noreste de El Castillo y se desplaza sobre su cima. Luego se traslada en arco hacia el noroeste, donde pasa sobre el cenote Holtún antes de sumirse en el horizonte.
Rituales de los mayas en los cenotes
El explorador de cuevas, Donald Slater, supone que los sacerdotes solares pasaban la noche anterior al cenit ayunando, danzando y cantando al ritmo de los tambores y las flautas dobles de barro, como las que halló en las profundidades de la cueva, alabando al dios del sol por haber traído una vez más el cenit y, con él, las lluvias.
Hace siglos, durante los dos días del cenit, me explicó Slater, el sol habría hecho su danza esférica en lo que ahora son las ruinas de una plataforma en la esquina suroeste de la estructura.
Para los mayas, observadores perpetuos del cielo, las pirámides de la península de Yucatán, varias de las cuales estaban alineadas con la salida y la puesta del sol en los días del equinoccio y el cenit, no eran montones de piedra pegados a la tierra sino cronómetros cósmicos: estructuras con la intención de ascender a lo más alto, en interacción constante con los cielos.
Y la interacción entre K’inich Ajaw, el Sol, y las aguas sagradas de Chaak representaba la danza de la vida que hacía posible los campos de maíz.
Imagen de portada: Gentileza de
FUENTE RESPONSABLE: NATIONAL GEOGRAPHIC en Español. Por Melisa Velazquez. Enero 2021.