Desenredando el cableado de nuestras cabezas.

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Es una verdad ampliamente reconocida que el cerebro es el órgano más complejo del cuerpo humano. Por ello para hablar de él solemos recurrir a simplificaciones y centrarnos en las partes que lo componen: el hipocampo, el cerebelo, la corteza, etc.

Pero esas simplificaciones no son del todo exactas. Para empezar, el cerebro no funciona como cajones estancos, restringiendo los recuerdos y la memoria al “cajón” del hipocampo, ni todo lo relacionado con la ingesta al hipotálamo. De hecho, si lo pensamos a fondo, cuando un animal tiene hambre (apetito) también tiene que recordar (memoria) dónde había comida para encontrarla eficientemente y no comprometer su supervivencia. Todo está, por tanto, interconectado. Las distintas partes del cerebro necesitan comunicarse constantemente entre ellas para que este órgano cumpla sus funciones.

Las neuronas tampoco trabajan individualmente: la transmisión de información es su razón de ser. Continuamente, estas células reciben información mediante las dendritas, y la transmiten a otras a través de los axones.

Estos axones, que pueden ser muy largos, funcionan como cables que conectan diferentes regiones cerebrales, dando lugar a lo que llamamos circuitos neuronales. A través de este cableado se llevan a cabo las funciones del sistema nervioso.

Desenredar los cables con luz

Si el cerebro es complejo, su método de estudio requiere la misma complejidad. Comprender el funcionamiento de los circuitos neuronales ayuda a entender cómo actúa el cerebro, y cuándo falla algo. Para lograrlo, recientemente se han creado técnicas refinadas destinadas a estudiarlos, entre ellas la optogenética.

Desarrollada por los investigadores Karl Deisseroth, Ed Boyden y Gero Miesenböck, la optogenética es considerada un paso adelante tan importante que no sería de extrañar que fueran laureados, más pronto que tarde, con un premio Nobel.

Conceptualmente elegante, y técnicamente más sencilla de lo que a priori pueda parecer, consiste en utilizar unas proteínas (opsinas) capaces de reaccionar ante una luz de cierta frecuencia. Eso permite activar o inhibir las células concretas en las que se expresan usando simplemente un haz de luz.

Cuando se aplica al cerebro, esta técnica, que se mueve entre la ingeniería genética y la física óptica, nos permite activar o silenciar grupos específicos de neuronas. Es decir, adquirimos un control preciso e inmediato que otras técnicas empleadas hasta el momento no permitían. De esta manera conseguimos separar y discriminar de modo minucioso el revoltijo de neuronas dentro de cada circuito. Dicho de otro modo, desenredar los cables y probar qué hace cada uno.

Entre otras cosas, gracias a la optogenética hemos podido comprender mejor el funcionamiento del sueño, destacando el trabajo que el neurocientífico español Luis de Lecea realiza en su laboratorio de Stanford. También se ha empleado para investigar procesos de toma de decisiones, o profundizar en la formación de recuerdos. Además de entender los mecanismos de enfermedades como la epilepsia o la enfermedad de Párkinson.

Fotometría de fibra óptica

Otra técnica para el estudio de circuitos neuronales de la que muchos somos fans acérrimos es la fotometría de fibra óptica. Técnicamente algo más compleja, permite registrar señales de actividad neuronal en vivo.

¿Cómo? Cada vez que una neurona se activa, se produce un aumento de calcio en su interior. Si conseguimos medir estas variaciones de calcio dentro de las neuronas podemos relacionar la actividad neuronal de cada población concreta con una determinada función. Para esto se emplean indicadores de calcio llamados GCaMP que emiten luz fluorescente proporcional a estos cambios de calcio y que es captada por fibras ópticas.

Aplicando esta técnica es posible visualizar la actividad de poblaciones neuronales especificadas genéticamente, con una alta resolución temporal (es decir, casi a tiempo real), y durante tiempos mayores a los de técnicas como registros electrofisiológicos convencionales.

Al identificar los cables concretos que se activan, la fotometría está ayudando a realizar grandes avances en la comprensión del funcionamiento del cerebro. 

Entre otras cosas, a aclarar los mecanismos neuronales detrás del circuito de recompensa cerebral ayudará a entender problemas como la adicción.

Del mismo modo, usar esta técnica para comprender los circuitos neuronales que controlan el procesamiento del dolor permitirá avanzar en la búsqueda de nuevos analgésicos.

También ayuda a comprender mejor los mecanismos detrás de los efectos de terapias como la Estimulación cerebral profunda (DBS, por sus siglas en inglés) para aliviar la depresión, un problema médico social que afecta a millones de personas.

Shutterstock / Gorodenkoff

Entender comportamientos fundamentales con quimio genética.

Otro método a destacar sería el de la quimo genética, que con gran precisión permite estudiar la función de neuronas específicas dentro de un circuito. 

En este caso no se emplea luz, sino un fármaco o ligando inerte que activa o inhibe un grupo de receptores llamados DREADs. Al igual que ocurre con la optogenética o la fotometría, esta técnica es extremadamente precisa.

Utilizando estas técnicas aquí mencionadas, me gustaría destacar el trabajo que el neurocientífico David Anderson está realizando en CalTech para comprender la neurobiología de la emoción, llegando a revolucionar lo que sabemos sobre el miedo, la agresión animal y el apareamiento. 

Estudiar los circuitos que gobiernan comportamientos como la agresividad puede tener repercusiones importantes en nuestra sociedad.

Sin duda, todas estas técnicas (optogenética, fotometría y quimio genética) allanan el camino hacia el principal objetivo de la neurociencia: entender el modo en el que la actividad de nuestras neuronas determina nuestro comportamiento y funcionalidad, y cómo sus fallos dan lugar a patologías. 

Un objetivo que solo se consigue si desenredamos los cables de los circuitos neuronales, identificamos su función uno a uno, y podemos repararlo de un modo preciso cuando alguno se cortocircuite.

Imagen de portada: Shutterstock / nepool.

FUENTE RESPONSABLE: The Conversation. Por C. Garau. Investigación en Neurociencias – IUNICS (Institut Universitari d’Investigació en Ciències de la Salut), Universitat de les Illes Balears.

Sociedad y Cultura/Neurociencia/Cerebro/Neurología

La mente de los «super ancianos» desvela el secreto para prevenir la demencia.

Un estudio analiza el cerebro de personas de avanzada edad que no sufren demencia y disfrutan de una mente lúcida.

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El paso del tiempo hace que, generalmente, el cerebro se atrofie y las neuronas se mueran. Este proceso de degradación progresiva afecta al pensamiento, al comportamiento y a la pérdida de capacidades como la memoria.

Alrededor del 40% de personas mayores de 65 años tienen problemas de memoria asociados con la edad, y aproximadamente el 1% de estos casos progresan a la demencia cada año.

¿Quiénes son los «super ancianos»?

Sin embargo, existe un grupo singular de personas mayores que conserva una memoria pura, notable e inusual para su edad. Los llamados «super ancianos» son capaces de recordar episodios del pasado con una claridad que coincide con la de una persona mucho más joven.

Según un estudio publicado en la revista The journal of Neuroscience, las células cerebrales de los «super ancianos» son más grandes que las que puedan tener personas 20 o 30 años más jóvenes que ellos.

El equipo encargado de realizar este estudio en la Universidad estadounidense de Northwestern, afirma que las neuronas situadas en la corteza entorrinal responsables de la memoria, son considerablemente más grandes en estos ancianos, lo que podría ser la clave para prevenir la enfermedad del Alzheimer.

Los «super ancianos» son capaces de mantenerse fuertes y mentalmente saludables hasta los 80 años.

Estudio «post mortem»

«Para comprender cómo y por qué las personas pueden ser resistentes al desarrollo del Alzhéimer, es importante investigar de cerca los cerebros post mortem de personas mayores», comenta Tamar Gefen, neuropsicóloga clínica académica de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern y autora principal del estudio. 

El objetivo clave del programa de investigación que ha estado funcionando durante más de una década es descubrir qué mantiene el cerebro cognitivamente agudo y qué protege a las personas de padecer demencia con el paso de los años.

Los investigadores de Northwestern reunieron grupos de personas mayores de diferentes características para desarrollar el estudio. Todos los participantes del Programa de Investigación de Super envejecimiento debían cumplir los siguientes requisitos: tener más de 80 años, gozar de una excelente capacidad de memoria, estar dispuestos a someterse a controles y pruebas frecuentes y dar su aprobación para donar el cerebro a la ciencia después de su muerte.

Los investigadores tomaron imágenes de los cerebros de seis personas mayores que habían fallecido con un promedio de 91 años y los compararon con los cerebros de siete personas mayores cognitivamente que habían muerto después de los 80, con los de seis personas que habían fallecido a los 49 años y con los de cinco personas que tenían Alzheimer en las primeras etapas de la enfermedad.

En el análisis de los cerebros, se examino la corteza entorrinal, donde se localiza el centro de control de la memoria del cerebro y uno de los primeros puntos al que afecta el Alzheimer. Además, midieron el tamaño de las neuronas y buscaron enredos de tau, un tipo de placa asociada con la demencia.

Resultados

El estudio reveló que el tamaño de las neuronas de los super ancianos era mucho más grande, pudiendo considerarlas mega neuronas. Estas células cerebrales están predispuestas genéticamente para aumentar el tamaño y permitir un mayor procesamiento de la información intercelular e intracelular.

«La notable observación de que los super ancianos mostraron neuronas más grandes que sus pares más jóvenes puede implicar que las células grandes estaban presentes desde el nacimiento y se mantienen estructuralmente a lo largo de sus vidas. Llegamos a la conclusión de que las neuronas más grandes son una firma biológica de la trayectoria de superedad», concluyó Gefen

Aunque el tamaño de la muestra para la investigación es reducido -algo comprensible teniendo en cuenta la rareza de encontrar super ancianos-, sí que es interesante. La investigación sugiere que las neuronas sin enredos tau pueden permanecer grandes y saludables, pero la forma en que las personas mayores las obtienen sigue siendo una incógnita. 

Será necesaria más investigación para averiguar qué es lo que hace que estas neuronas sean tan grandes y estén tan bien protegidas de cara a encontrar y desarrollar nuevos tratamientos para la demencia.

Imagen de portada: Dos ancianos paseando en un parque.

FUENTE RESPONSABLE: The Objective. Por Laura Mesonero Ortiz. 28 de febrero 2023.

Cultura/Sociedad/Alzhéimer/Ancianos/Cerebro/Demencia/Enfermedad/LOM/Memoria/Neuronas/Salud/Salud Mental.

Esto explica por qué los loros son tan inteligentes.

Los científicos han comprobado además que estas aves y los primates han evolucionado las mismas características de manera convergente, desarrollando capacidades cognitivas complejas en forma independiente.

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Para analizar la inteligencia de estas aves estudiaron el cerebro de 98 especies de pájaros distintos: búhos, patos, colibríes, avestruces… de la colección de la Universidad de Lethbridge en Alberta, Canadá. Y la conclusión fue toda una sorpresa: los loros, al igual que los primates, tienen muy desarrollada una región del cerebro que conecta las dos partes más grandes del mismo: la corteza y cerebelo. En aves esta región se llama Núcleo Espiriforme Medial (SpM, por sus siglas en inglés) y es exclusiva de los pájaros.

En primates la región que transfiere información entre la corteza y el cerebelo son los núcleos pontinos. Los científicos, al contrario de lo que cabría esperar teniendo en cuenta que tanto los loros como los primates tiene una inteligencia mayor a la de otras aves y mamíferos, comprobaron que los loros tienen unos núcleos pontinos pequeños, pero que habían desarrollado enormemente otra estructura que cumplía esta función: el SpM, en el tálamo. De hecho, en los loros esta zona es entre 2 y 5 veces más grande que en otros pájaros.

Pero, ¿qué significa esto y qué implicaciones tiene?

En esencia significa que tanto los loros como los primates han desarrollado las mismas características de manera independiente, lo que se conoce como evolución convergente. Como explica Cristian Gutiérrez-Ibáñez, uno de los autores de la investigación, a National Geographic España, “la evolución convergente entre loros y primates nos sugiere que una mayor capacidad de transferir información entre estas dos regiones es importante para el desarrollo de habilidades cognitivas más desarrolladas. Lo interesante es que esto ha ocurrido de manera independiente y en regiones distintas en ambos grupos”.

Así pues, estudiando el SpM en los pájaros, los investigadores esperan descubrir principios más generales de cómo interactúan estas dos regiones del cerebro, y cuál es el rol exacto de esta interacción en la inteligencia.

Ahora, explica el propio Gutiérrrez, habrá que estudiar el tamaño de esta región en especies con cierta inteligencia, como los cuervos. Los córvidos son tan inteligentes como los loros y por lo tanto uno esperaría que también tuvieran un SpM grande”, señala. Analizar más a fondo esta estructura puede aportar luz sobre el órgano más fascinante de la naturaleza. 

Es por ello que, tal y como nos explica el propio investigador, “en el futuro planeo hacer experimentos en loros y otros pájaros para determinar la función de este núcleo. Por ejemplo, lesionándolo y ver como esto afecta el comportamiento”.

Qué convierte a los loros en las aves de compañía más populares (Por Christine Dell’Amore

Los loros y aves afines cantan, bailan, nos imitan y nos roban el corazón. Pero su popularidad es también una amenaza.

De vez en cuando los cantos de un solista que está ensayando se cuelan por los exuberantes aviarios del Umgeni River Bird Park. ¿Y quién es la prima donna en cuestión? Una amazona frentiazul llamada Molly que aprendió a hacer escalas de su antiguo dueño. Muchos de los loros y aves afines que hay en este zoo y centro de cría de Durban, en Sudáfrica, son ejemplares rescatados, abandonados por gente no preparada para las dificultades que supone tener un ave grande y delicada. Los loros y demás psittaciformes no solo son ruidosos y traviesos; algunos son tan inteligentes como un niño de tres años, y algunos pueden vivir hasta los 80 años.

Aun así, su atractivo –el ecólogo Stuart Marsden califica a los loros y afines como «los humanos del mundo de las aves»– puede ser irresistible. Son aves muy sociales e inteligentes que crean fuertes vínculos con sus propietarios. Si a eso su­mamos su capacidad para imitar las voces humanas, no es casualidad que posiblemente sean las aves de compañía más populares del mundo.

Cacatúa gangang

La cacatúa gangang es una de las más o menos 20 especies de cacatúas que existen. La mayoría vive en Australia.

Foto: Joel Sartore. Fotografías tomadas en el Zoo de Indianápolis

Lorito de Edwards

Pinceladas de vivos colores enmarcan el ojo de un lorito de Edwards, que se alimenta de higos y otros frutos, néctar y tal vez insectos. Este llamativo habitante de los bosques también se siente cómodo cerca de las poblaciones humanas de Indonesia y Papúa y Nueva Guinea.

Foto: Joel Sartore, fotografía tomada en Loro Parque Fundación, islas Canarias

Loros negros

Los loros negros tienen una vida amorosa muy ajetreada: las hembras persiguen y se aparean con múltiples machos. Esta conducta propia de la población de Madagascar podría ser una respuesta a la escasez de alimentos, dado que los machos alimentan a las hembras durante el cortejo.

Foto: Joel Sartore, fotografía tomada en el Loro Parque Fundación, islas Canarias

Sin embargo, en algunos casos esa popularidad los está perjudicando. Pese a los sólidos programas de cría que hay por todo el mundo, se siguen capturando ilegalmente del medio natural. Una razón es que las bandas criminales que han ganado miles de millones de euros con el tráfico de animales como elefantes y rinocerontes han añadido estas aves a su lista. Se sabe de cacatúas enlutadas que han alcanzado un precio de casi 25.000 euros en el mercado negro.

Lori rojo

Lori rojo

El lori rojo, de amplia área de distribución, ha logrado librarse de la extinción a pesar de que solía capturarse para el mercado internacional de mascotas

Foto: Joel Sartore

Periquito turquesa

Periquito turquesa

El periquito turquesa de Australia estuvo a punto de desaparecer a principios del siglo XX, pero ha reaparecido

Foto: Joel Sartore

«Si te compras un loro en Estados Unidos, la probabilidad de que haya sido criado en cautividad es del 99 %», dice Donald Brightsmith, zoólogo de la Universidad de Texas A & M dedicado al estudio de los guacamayos de Perú. Pero «si estás en Perú, Costa Rica o México, la probabilidad de que sea un ejemplar salvaje capturado es del 99%».

La demanda de mascotas, sumada a la deforestación y la pérdida de hábitat, es la principal causa de que los loros y afines estén en peligro de extinción. De las aproximadamente 350 especies que hay, todas menos cuatro requieren protección según la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES).

La especie más codiciada es, con diferencia, el loro yaco, el más parlanchín de todos. Según la CITES, durante las últimas cuatro décadas al me­nos 1,3 millones de estos loros africanos se han exportado legalmente desde los 18 países en donde habitan. Pero probablemente cientos de miles más hayan muerto durante el viaje o hayan sido arrebatados de los bosques lluviosos de África occidental y central.

 Aratinga de Finch

Aratinga de Finch

Debido a su preferencia por las lindes de los bosques, a la aratinga de Finsch le ha beneficiado la deforestación.

Foto: Joel Sartore

Guacamayo barbiazul

El guacamayo barbiazul, el peligro crítico, depende en gran medida de una única especie de palmera del noroeste de Bolivia.

Foto: Joel Sartore

El mercado principal se sitúa en Sudáfrica, el mayor exportador de loros yacos. Tradicionalmente, la mayoría de los pedidos llegaban desde Estados Unidos y Europa, pero el temor a la gripe aviar y las leyes que restringen el tráfico de aves han acabado con estos mercados. Y el vacío lo ha llenado Oriente Próximo, región a la que Sudáfrica exportó miles de loros yacos en 2016.

Aquel año la CITES tomó la controvertida decisión de añadir el loro yaco al Apéndice I, categoría que incluye las especies en peligro de extinción. Para seguir exportando, ahora los criadores deben demostrar a los inspectores de la CITES que sus loros yacos se han criado en cautividad y no han sido capturados en la naturaleza. La mayoría de los pollos nacidos en cautividad llevan en la pata un anillo identificador permanente. Es posible que los traficantes ilegales hayan descubierto un modo de anillar ejemplares salvajes, así que no siempre es fácil distinguir unos de otros. Pero podría haber una solución.

Papagayo alirrojo

Papagayo alirrojo

Los machos de papagayo alirrojo de Australia, Indonesia y Papúa y Nueva Guinea tienen un colorido fascinante, pero es posible que las hembras perciban aún más colores que nosotros. Al igual que muchas otras aves, esta especie puede ver la luz ultravioleta. Algunas plumas emiten fluorescencia cuando se exponen a la luz ultravioleta, lo que hace pensar que las aves usan un complejo espectro de longitudes de onda para comunicarse con sus potenciales parejas.

Foto: Joel Sartore, tomada en el Loro Parque Fundación, islas Canarias

Loro ecléctico

Una hembra de loro ecléctico dedica una burlona mirada a la cámara. Aunque entre las aves los machos suelen ser más vistosos que sus parejas, en el caso de esta especie es la hembra la que ostenta un llamativo plumaje rojo, mientras que el macho luce un color verde más apagado.

Foto: Joel Sartore, foto tomada en el Zoo de Palm Beach, Florida

Investigando diferentes perfiles genéticos, científicos de la Universidad de KwaZulu-Natal, en Sudáfrica, esperan desarrollar un método genético para determinar si un ave es salvaje o criada en cautividad. Este estudio podría conducir a un test que permita al criador, al comprador o al inspector del aeropuerto tomar una muestra de un ejemplar y descubrir su origen de forma inmediata. Un enfoque similar se basa en el uso de isótopos químicos en las plumas de los loros para descubrir su dieta y así determinar su lugar de origen.

Cotorra cariñosa

Cotorra cariñosa

Con su cabeza rosada y su llamativo canto, la cotorra cariñosa ha sido un apreciado animal de compañía durante siglos, en especial en Europa. Capturada sobre todo en los bosques de Birmania y Thailandia, hoy se la considera una especie casi amenazada de extinción.

Foto: Joel Sartore. Fotografías tomadas en Loro Parque Fundación, islas Canarias

Lori de Biak

El lori de Biak suele avistarse junto a otras especies de loros y afines en ruidosas bandadas.

Foto: Joel Sartore

Loros yacos

Loros yacos

Los loros tacos aprenden a hablar igual que los niños: utilizan la lengua para reproducir las palabras que oyen. Los experimentos realizados con Alex, un ejemplar famoso por su agudeza, demostraron que era capaz de comprender el concepto de cero.

Foto: Joel Sartore. Fotografa tomadas en Parrots in Paradise, Australia

En los últimos años se han producido algunos avances prometedores: Arabia Saudí y la Unión de Emiratos Árabes –países que al principio se negaban a implantar las restricciones de la CITES– han anunciado que dejarán de importar loros yacos salvajes.

También ha habido éxitos en el ámbito de la conservación. Un ejemplo es el de la amazona puertorriqueña, especie en peligro crítico que llegó a contar con solo 13 individuos en la década de 1970. Entonces se lanzó un programa de cría en cautividad y se instalaron cajas nido hechas con tubos de PVC. Ahora hay cientos de ejemplares salvajes y cautivos, aunque dos huracanes en 2017 causaron un retroceso en la población.

Según los conservacionistas, el desafío a largo plazo es convencer a la gente de que estas aves son algo más que esos divertidos compañeros de los piratas, en cuyos hombros van posados, o que unas mascotas que cantan canciones y sueltan tacos desde una jaula. Son cientos de especies que viven en libertad en casi todos los continentes, un conjunto de aves ruidosas y coloridas que en poco tiempo podrían desaparecer.

Imagen de portada: Loros posados sobre una rama.Foto: Gtres

FUENTE RESPONSABLE: National Geographic España. Por Javier Flores. Director Digital. 15 de noviembre 2022.

Pájaros/Aves/Cerebro/Biología/Inteligencia.

Tenemos una nueva pista para rejuvenecer al cerebro en su lucha contra el Alzhéimer: el LCR

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Un experimento realizado en ratones ha abierto una nueva vía de investigación en la lucha contra enfermedades como el Alzheimer. Se trata de un estudio llevado a cabo por un grupo de científicos en Europa y Estados Unidos que han logrado reavivar la memoria en ratones, y han dado cuenta de los resultados en la revista Nature. Según explican, la respuesta puede estar en una simple proteína.

El Alzheimer, mucho camino por recorrer. El Alzheimer es una enfermedad que afecta a millones de personas mayores y de la cual se sabe poco si se tiene en cuenta la atención que ha recibido de la comunidad científica. Uno de sus rasgos más distintivos es que causa estragos en la memoria de los pacientes. Por eso, este estudio ofrece una importante esperanza.

El equipo de investigadores logró mejorar la memoria en ratones mayores (ratones de 20 meses) tras inyectarles líquido cefalorraquídeo (LCR) extraído de ratones más jóvenes (10 semanas). Comprobaron que los ratones que habían recibido la trasfusión respondían mejor a los estímulos planteados.

LCR, un líquido clave para el cerebro y para su desarrollo. El LCR, también llamado líquido cerebroespinal, es el líquido en el que está “sumergido” el cerebro. Es el principal encargado (junto con la sangre) de proporcionarle los nutrientes que requiera. También influye en su desarrollo y crecimiento, si bien no está claro su rol en el envejecimiento del órgano.

Precisamente al estar relacionado con el desarrollo, la composición del LCR cambia con la edad. Determinadas proteínas relacionadas con este crecimiento y desarrollo desaparecen y son sustituidas por otras moléculas que componen el líquido.

Todo gracias a una simple proteína. Tras comprobar el efecto del LCR en los cerebros envejecidos el equipo trató de averiguar qué componente era el responsable, hallando la proteína Fgf7 (por Factor de crecimiento fibroblástico 17). Comprobaron no solo que la proteína tenía un efecto positivo sobre la activación cerebral en ratones mayores sino que su bloqueo también era perjudicial en ratones jóvenes.

La proteína Fcf17 es una de las 23 moléculas conocidas que componen la familia de los factores de crecimiento de fibroblastos (FCFs) involucradas, entre otras funciones, en el desarrollo normal de las células de los animales.

Resultados prometedores, como tantos otros, Aunque los resultados sean esperanzadores los expertos sugieren cautela, y que es habitual que descubrimientos sobre el Alzhéimer en ratones no logren ser transferidos a los humanos, como explica al diario El País el investigador Jesús Ávila. Por ahora hay multitud de vías abiertas pero seguimos sin remedio para esta enfermedad.

Imagen de portada: Vlad Sargu

FUENTE RESPONSABLE: Por Pablo Martínez-Juarez. Actualizado 13 de mayo 2022.

Sociedad/Salud/Alzhéimer/Medicina/Cerebro/Adultos mayores.

 

 

 

 

Tenemos una nueva arma contra la pérdida de memoria: un “disco duro” externo en forma de prótesis cerebral.

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A menudo vemos la tecnología como una amenaza para procesos cognitivos como nuestra memoria. Pero quizá también sea a través de la tecnología que podamos mejorar nuestra capacidad para retener información en nuestro cerebro. Un equipo de investigadores estadounidenses ha mostrado que unos electrodos implantados en el hipocampo han mostrado ser capaces de mejorar la memoria.

Una década de preparación. Tras un largo trabajo teórico en el estudio de cómo el cerebro forma las memorias y una fase de experimentación animal, un equipo de investigadores estadounidenses ha anunciado los primeros resultados del estudio en el que se ha logrado mejorar la memoria de participantes a través de prótesis cerebrales. Estos resultados fueron publicados en la revista Frontiers in Human Neuroscience.

Electrodos para estimular el cerebro. La prótesis consiste en unos electrodos de tamaño milimétrico que se introducen en el interior del cerebro. Concretamente en el hipocampo, una estructura en la zona central de este órgano vital, con forma de herradura y que suele ser asociada al olfato, memoria y orientación espacial.

Los electrodos tienen una doble función: por una parte, registran los impulsos eléctricos que se dan en esta región cerebral cuando se crea una nueva memoria; por otra, replican ese mismo impulso para hacer que esta memoria regrese a nuestro cerebro.

Dos modelos… Los investigadores diseñaron dos mecanismos de recuperación de memoria. Por una parte, uno “sencillo”, el Modelo de Decodificación de Memoria (MDM) que puede ser descrito como en el párrafo anterior: el implante registra la actividad cerebral en el momento en que la memoria se forma y después replica el impulso cuando ha de accederse al recuerdo.

El modelo multi-input, multi-output (MIMO) introduce un paso intermedio para así replicar más fielmente los procesos que se dan en el hipocampo: la actividad eléctrica fluye entre distintas capas esta región cerebral antes de extenderse a otras zonas del órgano.

Los investigadores estudiaron ambos modelos a través de implantes cerebrales en 24 participantes. Estos participantes eran pacientes con epilepsia que a modo de tratamiento contaban ya con electrodos implantados en el cerebro. Algunos de estos pacientes padecían lesiones cerebrales que afectaban a su memoria. Esta metodología implica que se debe ser cauteloso a la hora de extrapolar resultados a poblaciones generales.

…Y muchos tipos de cerebro. Sin embargo ésta es solo una primera aproximación. Los implantes utilizados tan solo eran capaces de compilar la información de entre 40 y 100 neuronas. Para crear una prótesis funcional, los electrodos tendrían que recabar y transmitir información entre números mucho mayores, cientos o miles de neuronas.

Otra limitación con la que se encontró el equipo es la diversidad en el funcionamiento del cerebro de los participantes. Ésta implica que las señales eléctricas compiladas por los implantes variaban de participante a participante.

Muchos detalles aún por explorar. Además de estas cuestiones, implementar estas prótesis en la práctica requerirá resolver otras incógnitas. Por ejemplo la de si los aparatos deben estar compilando información en todo momento o si tan solo deberían activarse en los momentos en los que tengamos que recordar aspectos concretos de nuestro día a día.

En relación a esto, los investigadores también plantean la cuestión de si sería conveniente que los aparatos funcionaran en nuestras horas de sueño. Todo esto implica que el camino por recorrer es largo. Más si a esto añadimos que el uso de cualquier tratamiento requiere una serie de ensayos para determinar con precisión su seguridad, eficacia y eficiencia.

Lucha contra el Alzhéimer

Los desarrolladores de esta tecnología esperan que pueda ayudar a la gente con problemas de memoria inducidos por lesiones o enfermedades como el Alzhéimer. Uno de los resultados del experimento puede interpretarse como un indicio positivo en esta dirección: los participantes con peor memoria fueron los  que más mejoraron al utilizar el aparato. 

Los investigadores aún no saben exactamente el porqué de este resultado, pero especulaban con la idea de que simplemente podría deberse a que tenían más más margen de mejora gracias al aparato. Podría ser también una buena noticia para todos, puesto que la memoria es una habilidad que todo el mundo pierde que mayor o menor medida por la edad.

El Alzhéimer es una enfermedad que se calcula afecta a 44 millones de personas en el mundo, unos 6 millones en España. No tiene cura y las últimas noticias en la lucha por erradicar esta enfermedad no han sido positivas. Por ello la medicina se centra hoy en día en atajar sus síntomas, como es precisamente el caso de la pérdida de memoria.

Imagen de portada: Mart Producción

FUENTE RESPONSABLE: Xataka.Por Pablo Martínez-Juarez. 8 de diciembre 2022.

Sociedad/Cerebro/Salud/Medicina/Alzhéimer/Implantes.

 

Cerebro: 8 maneras de aumentar el poder mental

Suelen decirse que la memoria empieza a fallar con la edad, así como otras funciones cognitivas, como el razonamiento. Pero hay esperanza: el cerebro se puede reconfigurar. Te damos 8 maneras de hacerlo.

Siempre se puede aumentar el poder del cerebro, y para ello hay actividades precisas que ejercitan la mente. Acá te proporcionamos consejos y técnicas para tener la mente en el mejor estado posible.

1. Ejercicio

Nuestro cerebro crece a medida que practicamos ejercicio. El ejercicio aumenta la sinapsis, crea más conexiones en el cerebro y ayuda a que se formen células extra. Es decir: tiene beneficios para tu cuerpo y tu mente. El consejo es hacer ejercicio mientras se explora un nuevo ambiente, una nueva forma de hacer cosas o de compartir ideas con otra gente; de esta forma las nuevas células forman un circuito. El deseo de compartir es lo que ayuda a impulsar los efectos del ejercicio y la interacción social en el cerebro.

2. Memorizar en movimiento

Esta es una técnica respaldada por investigaciones y reconocida ampliamente: si tratas de memorizar palabras e intentar aprender algo mientras te movés, es más probable que la información te quede. Consejo: cuando se tenga una presentación o discurso que aprender, lo mejor es pasear mientras se lo incorpora.

3. Comer adecuadamente

Alrededor del 20% de la ingesta de azúcar y de energía de tu cuerpo va directamente al cerebro, lo que provoca que la función cerebral dependa de los niveles de glucosa. Si estos niveles no están controlados, la mente puede sentirse confusa. Una panza saludable significa una mente saludable. Hay alrededor de 100 billones de microbios en el sistema digestivo humano, interconectado con tu cerebro mediante el llamado eje cerebro-intestino, y el equilibro de esos microbios es crucial para el bienestar del cerebro. De hecho, la barriga es normalmente llamada «el segundo cerebro». Una dieta saludable y variada ayuda a mantener esos microbios a un nivel adecuado y el cerebro saludable.

4. Desconectar

Tener algo de estrés siempre es necesario porque nos ayuda a responder rápidamente en caso de emergencia: ayuda a producir cortisol, una hormona que nos hace tener energía en un breve lapso de tiempo y nos ayuda a centrarnos. Pero la ansiedad prolongada y altos niveles de estrés resultan tóxicos para el cerebro. Por eso es clave que aprendamos a desconectar de vez en cuando, para permitir a esa parte del cerebro que descanse. Al desconectar, de hecho, estás ejercitando una diferente parte del cerebro. Tu mente necesita relajarse para llevar a cabo determinadas funciones. Tenemos una red particular en el cerebro que es la red neuronal por defecto: es la parte que nos permite fantasear (o soñar despierto) y es importante para mantener la memoria. Al desconectar de nuestro mundo, estamos activando esa parte del cerebro y permitiéndole que haga su trabajo.

5. Buscar desafíos

Una buena manera de potenciar tu cerebro es desafiarse: aprender algo nuevo ayuda a tu cerebro. Actividades como participar en una clase de arte o aprender un nuevo idioma aumenta la elasticidad de tu cerebro. Se puede probar un juego online: no solo supondrá un desafío personal, ya que competir contra otros significa una mayor interacción social y el estímulo de un nuevo desafío.

6. La música

La música estimula el cerebro de una manera única. Cuando miras las imágenes cerebrales de alguien escuchando música o tocando algún instrumento, se ve claramente que todas las partes del órgano están activas. La música estimula el cerebro, ya que puede reforzar la cognición general y la memoria musical, por ejemplo, es la última en desaparecer en casos de demencia.

7. Estudiar (y dormir)

Si se estudia algo nuevo durante el día, se forma una conexión en el cerebro entre una célula nerviosa y otra. Cuando se duerme, esa conexión se afianza y lo que se aprendió se convierte en una memoria. Por eso el sueño es un factor muy importante para la memoria. Si se le da a alguien una lista a memorizar antes de dormir, la recordará aún más a la mañana siguiente que si se la das a primera hora de la mañana.

8. Levantarse bien

Todos sabemos que el sueño es importante: si duermes menos de cinco horas, no estás tan alerta mentalmente, mientras que si sumas más de 10 horas puedes sentir un poco de jetlag. Pero la clave para ayudarte a que estés a tu mejor nivel mental durante el día es cómo te levantas. Idealmente, debes dormir en una habitación a oscuras y levantarte con luz que vaya intensificando gradualmente, como el amanecer. Despertate con una luz gradualmente más intensa y tendrás una mejor respuesta del cerebro. Esta luz penetra a través de los párpados cerrados y prepara al cerebro para que tengamos una mejor respuesta al despertar del cortisol.

Imagen de portada: Ámbito.com

FUENTE RESPONSABLE: Ámbito. Información general. 2 de septiembre 2022. 

Sociedad y Cultura/Cerebro/Ciencia/Salud.

 

Qué es la memoria episódica y cómo se activa en el cerebro.

La memoria episódica es aquella que está relacionada «con sucesos autobiográficos y otros eventos, asociados a un contexto espacial y temporal, que pueden relatarse de forma explícita.

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Especialistas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) determinaron cómo se activa lo que se conoce como “memoria episódica”, que se activa en dos regiones del cerebro: el hipocampo ventral y la corteza prefrontal.

El hallazgo, que se realizó a través de experimentos en diferentes roedores, se describe en Proceedings of the National Academy of Sciences of the USA (PNAS), publicación oficial de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

¿Qué es la memoria episódica?

La memoria episódica es aquella que está relacionada “con sucesos autobiográficos y otros eventos, asociados a un contexto espacial y temporal, que pueden relatarse de forma explícita. 

Como este proceso mental está alterado en enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer y patologías psiquiátricas, conocer los mecanismos que lo regulan puede ser útil para desarrollar tratamientos más específicos y efectivos”, explicó Camila Zold, líder del trabajo e investigadora del CONICET en el Instituto de Fisiología y Biofísica Bernardo Houssay (IFIBIO, CONICET-UBA).

La investigadora, entrevistada por el periodista Martín Suárez de Tiempo Argentino, subrayó que “reconocer los circuitos neuronales de las memorias episódicas y los mecanismos que controlan su evocación tiene relevancia para conocer mejor un proceso fundamental para la supervivencia de los seres vivos”.

La conclusión del estudio, realizado sobre roedores, fue que un aumento en la sincronización entre el hipocampo ventral y la corteza prefrontal es primordial para la evocación de la traza de memoria de mayor importancia y la correcta resolución de tareas.

Los animales utilizaban la información contextual para discriminar entre un objeto (un frasco o una botella) que ya conocían, pero que nunca habían visto previamente; y otro que ya habían visto en ese lugar. Los roedores que resolvían satisfactoriamente la situación, eran los que reconocían rápidamente el objeto que nunca habían visto con antelación. En cambio, los roedores que tuvieron un mal desempeño, la sincronización entre la corteza prefrontal medial y el hipocampo ventral era menor.

Noelia Weisstaub, investigadora del CONICET del Instituto de Neurociencia Cognitiva y Traslacional (INCYT, CONICET-Fundación INECO-Universidad Favaloro) y una de las científicas que realizó el estudio, señaló que descubrieron “que la comunicación entre el hipocampo ventral y la corteza prefrontal aumenta durante la exploración del objeto que es incongruente con el contexto y se logra establecer una nueva asociación objeto-contexto como novedosa”.

Mediante diferentes productos farmacológicos, los investigadores e investigadoras desconectaron la comunicación entre la corteza prefrontal medial y el hipocampo ventral, y comprobaron que los animales siempre tenían un mal desempeño con la tarea y la evocación de la memoria relevante.

Imagen de portada: PIXABAY

FUENTE RESPONSABLE: Página 12. LIFES STYLE. 18 de julio 2022.

Sociedad/Cerebro/Memoria/Salud/Salud Mental

 

Revelan el origen de la gran inteligencia del pulpo y su parecido con el cerebro humano.

El pulpo es un animal extremadamente inteligente. Una nueva investigación muestra que el cerebro de este invertebrado posee elementos genéticos análogos a los del órgano humano. En ambos organismos, la actividad de estos ‘genes saltarines’ se ha detectado en el área encargada del aprendizaje y las habilidades cognitivas.

Las bases moleculares de las capacidades cognitivas del pulpo siguen siendo objeto de estudio. / Pixabay

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El pulpo es un organismo excepcional con un cerebro extremadamente complejo y capacidades cognitivas únicas entre los invertebrados. Sin embargo, en cierto modo este animal tiene más en común con los vertebrados. Eso sí, la razón evolutiva de su inteligencia y los mecanismos moleculares que la determinan siguen siendo objeto de investigación.

Un nuevo estudio, publicado en la revista BMC Biology, revela que la complejidad neuronal y cognitiva del pulpo podría tener su origen en una analogía molecular con el cerebro humano. El trabajo es fruto de la colaboración entre la Escuela Internacional Superior de Estudios Avanzados (SISSA) de Trieste, la Estación Zoológica Anton Dohrn de Nápoles (SZN) y el Instituto Italiano de Tecnología de Genova (IIT).

La clave: los genes saltarines

La secuenciación del genoma humano reveló en 2001 que más del 45 % está compuesto por secuencias llamadas transposones. Conocidos como ‘genes saltarines’, se trata de secuencias de ADN capaces de moverse de un punto a otro del genoma: a través de mecanismos moleculares de ‘copiar y pegar’ o ‘cortar y pegar’ pueden duplicarse o entremezclarse.

El 45 % del genoma humano está compuesto por secuencias de ADN capaces de trasladarse de un punto a otro: los transposones o ‘genes saltarines’

En la mayoría de los casos, estos elementos móviles están inactivos. A veces, porque a lo largo de generaciones han acumulado mutaciones que han eliminado su capacidad de trasladarse, otras veces porque −aunque su secuencia esté intacta− la célula aplica mecanismos de protección que los bloquean e inhabilitan su capacidad de moverse.

La investigación muestra que los mismos ‘genes saltarines’ están activos tanto en el cerebro humano como en el mismo órgano de dos especies de este invertebrado: Octopus vulgaris, el pulpo común, y Octopus bimaculoides, el pulpo californiano. Según los expertos, este descubrimiento podría ayudar a entender el secreto de la inteligencia de estos fascinantes organismos.

“Ya se sabía que el genoma del pulpo es rico en transposones, pero nunca se había encontrado un elemento potencialmente activo en estos animales”, afirma a SINC Remo Sanges, director del laboratorio de Genómica Computacional de la SISSA.

Los transposones y su relación con la memoria.

Entre los diferentes tipos de transposones existentes, los más representados en el genoma humano son los que pertenecen a la familia denominada LINE, elementos nucleares largos intercalados (de Long Interspersed Nuclear Elements, en inglés).

Tradicionalmente se pensaba que la actividad de los LINE era solo un vestigio del pasado, una herencia de los procesos evolutivos que involucraron a estos elementos móviles. Pero en los últimos años han surgido nuevas evidencias que muestran que en el cerebro humano la actividad de los LINE está finamente regulada.

Los transposones ‘LINE’ son especialmente activos en el hipocampo, la zona del cerebro humano que es sede de la memoria y el aprendizaje.

De hecho, son particularmente activos en el hipocampo, la estructura más importante de nuestro cerebro para el control neuronal de los procesos de aprendizaje. Esta evidencia ha llevado a muchos científicos a creer que están asociados con habilidades cognitivas como la memoria.

Centrándose en aquellos transposones aún capaces de ‘copiar y pegar’, los investigadores han identificado un elemento de la familia LINE en partes del cerebro que son cruciales para las capacidades cognitivas de estos animales.

Representación gráfica de un pulpo. / Créditos: Gloria Ros

Un hallazgo significativo

El descubrimiento ha sido posible gracias a técnicas de secuenciación del genoma de última generación (next generation sequencing), que han permitido analizar la composición molecular de los transposones activos en el sistema nervioso del pulpo.

“El hallazgo de un elemento de la familia LINE activo en el cerebro de las dos especies de pulpos estudiadas es muy significativo y da apoyo a la idea de que estos elementos tienen una función específica que va más allá de ‘copiar y pegar’”, añade Sanges.

El cerebro del pulpo es funcionalmente análogo en muchas de sus características al de los mamíferos.Graziano Fiorito, Estación Zoológica Anton Dohrn

“El lóbulo vertical es la estructura del cerebro que en el pulpo es la sede del aprendizaje y las capacidades cognitivas, al igual que el hipocampo en humanos”, explica Giovanna Ponte, de la Estación Zoológica Anton Dohrn. “Literalmente salté sobre la silla cuando, bajo el microscopio, vi una señal muy fuerte de actividad de este elemento LINE en esta área”.

“El pulpo y el ser humano son los únicos organismos en los cuales se ha observado expresión de elementos LINE en los lóbulos cerebrales que controlan las capacidades cognitivas”, indica, por su parte, Sanges.

Según Stefano Gustincich, del Instituto Italiano de Tecnología, y Giuseppe Petrosino, de la Estación Zoológica Anton Dohrn, “esta similitud entre el hombre y el pulpo que muestra la actividad de un elemento LINE en el origen de las capacidades cognitivas podría explicarse como un ejemplo fascinante de evolución convergente, un fenómeno por el cual, en dos especies genéticamente distantes, se desarrolla el mismo proceso molecular de manera independiente, en respuesta a necesidades similares.”

“El cerebro del pulpo es funcionalmente análogo en muchas de sus características al de los mamíferos”, subraya Graziano Fiorito, director del Departamento de Biología y Evolución de los Organismos Marinos de la Estación Zoológica napolitana. “El elemento LINE identificado representa un candidato muy interesante a estudiar para mejorar nuestro conocimiento sobre la evolución de la inteligencia”, concluye.

Referencia: Petrosino et al., BMC Biology, “Identification of LINE retrotransposons and long non-coding RNAs expressed in the octopus brain”.

Imagen de portada: Gentileza de Astro Aventura

FUENTE RESPONSABLE: SINC -Por Astro Aventura- 16 de julio 2022

Sociedad/Pulpo/Cerebro/Investigación/Neurociencias

Cerebros flotantes: ¿Puede la ciencia conservar las mentes cuando morimos?

CIENCIA (FICCIÓN)

Pensadores y pensadoras se han preguntado en los últimos siglos si los cerebros aislados podrían mantener la conciencia cuando están separados de sus cuerpos y sentidos. Ahora la ciencia tiene una respuesta más clara.

Lo hemos visto decenas de veces en el cine y en la televisión: un cerebro flotando dentro de un bote en la repisa del laboratorio de algún científico chiflado. Sin embargo, la imagen no es tan ficticia como parece, y en el fondo lo sabemos, por eso nos preguntamos si verdaderamente puede estar ocurriendo. 

Por supuesto que hay órganos guardados en procesos específicos para su conservación, ¿pero un cerebro? ¿Es posible conservar un cerebro? Conservar, en el sentido rotundo de la palabra. Es decir, que este órgano mantenga sus peculiares y complejas funciones fuera del cráneo. ¿Puede la ciencia mantener vivo un cerebro en una cubeta?

Las experiencias de una persona se caracterizan por una red de interacciones entre el cerebro humano, el cuerpo y el entorno, así que durante mucho tiempo, la filosofía ha reflexionado sobre este supuesto escenario o escena protagonizada por un cerebro dentro de una cubeta. Pensadores y pensadoras se han preguntado así si los cerebros aislados podrían mantener la conciencia cuando están separados de sus cuerpos y sentidos. Tal vez ahora lo sepamos…

Cerebros de laboratorio

En un estudio publicado en 2020 en la revista ‘Trends in Neuroscience’, el filósofo Tim Bayne, de la Universidad de Monash en Melbourne, y los neurocientíficos Anil Seth, de la Universidad de Sussex en Inglaterra, y Marcello Massimini, de la Universidad de Milán en Italia, describieron contextos en los que, efectivamente, podrían existir tales «islas de conciencia», como lo llaman.

Mad Scientist Horror Movie – The Brain That Wouldn’t Die

No obstante, no era algo nuevo. En otra investigación previa que parece sacada de una película de terror, los investigadores pudieron restaurar con éxito el flujo sanguíneo a las células cerebrales, las funciones celulares de las neuronas y la actividad sináptica espontánea en cerebros de cerdos que se extrajeron después de su muerte y se conectaron a un sistema llamado BrainEx. 

El sistema, que está diseñado para retardar la degeneración del tejido cerebral después de la muerte, se puede conectar a la base de un cerebro post mortem, suministrando sangre oxigenada artificial caliente. Trasladado al caso humano, los científicos ya han creado mini-cerebros en laboratorio. Se trata de estructuras 3D desarrolladas a partir de células madre que muestran varias características de nuestro cerebro en desarrollo. Sobre un plato, los investigadores los observan detenidamente para comprobar cualquier detalle, y de esa forma han encontrado que tienen ondas cerebrales similares a las que se observan en los bebés prematuros.

Medir el grado de conciencia

La ciencia aún no ha podido deducir la conciencia del comportamiento en estos pequeños cerebros «inventados», ni ha podido preguntarles de algún modo si están experimentando eso que entendemos por conciencia. Este enigma ha llevado a los neurocientíficos a idear una posible medida «objetiva» en torno a la gran cuestión.

(iStock)

Así lo están averiguando, por ejemplo, en personas que sufren de epilepsia refractaria grave, para quienes han creado un tratamiento llamado hemisferectomía, que consiste en desconectar por completo la mitad dañada del cerebro del otro hemisferio, el tronco encefálico y el tálamo. En estos casos, la mitad dañada permanece dentro del cráneo y conectada al sistema vascular. Mientras que el hemisferio desconectado continúa recibiendo los nutrientes y el oxígeno necesarios para funcionar, algunos se han preguntado si este hemisferio aislado sustenta una conciencia adyacente al hemisferio conectado opuesto, según explica Conor Feely en ‘Live Science’.

Escena de los dibujos de animación ‘Dexter’s laboratory’

Llevado a cabo ese primer paso, los científicos podrían entonces emplear el llamado índice de complejidad perturbacional (PCI), que se basa en el nivel de interacciones entre las neuronas dentro de estos cerebros. «Con ello estimularían eléctricamente una parte del cerebro y luego medirían los patrones resultantes de la actividad neuronal para medir la complejidad de las interacciones entre las células del cerebro. Si la medición resultante de estas interacciones contiene mucha información, entonces se puede decir que el sistema es más consciente», dice Feely. Todo es incógnita tras incógnita, y es posible que estas técnicas no puedan responder definitivamente a la pregunta que todos nos hacemos, Pero incluso si la conciencia no resulta ser reducible a ninguna señal neuronal en el cerebro, Bayne cree que la tarea de desarrollar una medida «objetiva» de la conciencia sigue siendo necesaria para seguir avanzando en este y otros nuevos conocimientos.

Imagen de portada: Escena de la película ‘The man with two brains’.

FUENTE RESPONSABLE: Alma, Corazón y Vida. 16 de julio 2022

Sociedad y Cultura/Ciencia/Cerebro/Investigación

Revelan dónde se almacenan los fragmentos de memoria en el cerebro.

Después de una cena inolvidable en un restaurante, no es sólo la comida lo que deja huella en la mente. 

Los olores, la decoración, el sonido de la banda que toca, las conversaciones y muchos otros elementos se combinan para formar un recuerdo distintivo de la noche. Más adelante, revivir una sola de estas impresiones puede ser suficiente para revivir toda la experiencia.

Un nuevo estudio revela ahora que, en el cerebro, un recuerdo complejo se compone igualmente de un todo y sus partes. Los investigadores descubrieron que mientras la experiencia global se almacena en el hipocampo, la estructura cerebral considerada durante mucho tiempo la sede de la memoria, los detalles individuales se analizan y almacenan en otro lugar, en la corteza prefrontal.

Esta separación garantiza que, en el futuro, la exposición a cualquier pista individual sea suficiente para activar el córtex prefrontal, que a su vez accede al hipocampo para recordar la totalidad del recuerdo.

Los hallazgos, publicados en Nature, ponen de manifiesto la naturaleza distribuida del procesamiento de la memoria en el cerebro y aportan nuevos conocimientos sobre el proceso de recuperación de la memoria, que es menos conocido que el almacenamiento de la misma.

Estudiar la memoria como un proceso cerebral distribuido ha sido un reto, en parte debido a las limitaciones técnicas. Priya Rajasethupathy, neurocientífica de la Universidad Rockefeller, y sus colegas desarrollaron técnicas novedosas para registrar y manipular simultáneamente la actividad neuronal de múltiples áreas cerebrales mientras los ratones navegaban por experiencias multisensoriales, encontrando diversas vistas, sonidos y olores mientras se encontraban en un pasillo interminable en realidad virtual.

Los investigadores entrenaron a los ratones para que asociaran diferentes salas, compuestas por distintas combinaciones de señales sensoriales, como experiencias gratificantes o aversivas. Más tarde, al ser empujados por un olor o un sonido específico, los ratones eran capaces de recordar la experiencia más amplia, y sabían si debían esperar alegremente el agua azucarada o estar atentos a una molesta bocanada de aire.

Los experimentos demostraron que, aunque la vía entorrinal-hipocampal, un circuito bien estudiado en el que participan el hipocampo y su región circundante, era esencial para formar y almacenar las experiencias, las características sensoriales individuales se enviaban a las neuronas prefrontales.

Más tarde, cuando los ratones se encontraban con determinadas características sensoriales, se activaba un circuito diferente. Esta vez, las neuronas prefrontales se comunicaban con el hipocampo para evocar la memoria global correspondiente. Esto sugiere que existe una vía específica para el recuerdo, separada de la formación de la memoria, dice Nakul Yadav, primer autor del estudio y estudiante de posgrado, con la colaboración de Rajas Thu Pathy y Conor Liston, neurocientífico de Weill Cornell Medicine.

Estos resultados tienen implicaciones para el tratamiento de enfermedades como el Alzheimer, donde se cree que los déficits están más relacionados con el recuerdo que con el almacenamiento. La existencia de vías separadas de almacenamiento y recuperación en el cerebro sugiere que dirigirse a las vías prefrontales de recuerdo puede ser más prometedor desde el punto de vista terapéutico, afirma Rajasethupathy.


Fuentes

The Rockefeller University | Yadav, N., Noble, C., Niemeyer, J.E. et al. Prefrontal feature representations drive memory recall. Nature (2022). doi.org/10.1038/s41586-022-04936-2

Imagen de portada: iLexx en depositphotos.com 

FUENTE RESPONSABLE: LBV Magazine cultural independiente. Por Guillermo Carvajal. 14 de julio 2022

Ciencia/Cerebro/Memoria/Investigación