Bajo un sol abrasador, Francisco Elvira recorre su plantación de olivos, donde inspecciona los frutos resecos brotados de árboles casi desnudos.
«Míralos», dice, desesperado. «Deberían estar repletos de aceitunas ahora que se acerca la cosecha. Pero están vacíos. Y esta es la cosecha para el aceite que llegará a los supermercados el próximo año».
Las fértiles llanuras de olivares que se extienden por el sur de España han convertido a este país en el mayor productor de aceite de oliva en el mundo, con alrededor de la mitad del suministro global.
Pero, devastado por la peor sequía jamás registrada, el llamado «oro verde» de España es cada vez más escaso.
La producción de este año ya se ha reducido en aproximadamente un tercio y aún no hay señales de lluvia.
En la fábrica de Interóleo en Jaén, la provincia donde se elabora la mitad de todo el aceite español, las bombas vierten el líquido en botellas de vidrio y plástico que pasan por la cinta transportadora para recibir la etiqueta de «producto de España».
Pero esta planta, que exporta a países de todo el mundo, está sufriendo un desplome de la producción mientras los precios aumentan de forma vertiginosa, lo que agrava la crisis alimentaria mundial.
Juan Gadeo cree que este sector de vital importancia para España está en peligro.
«Los compradores ya están pagando un tercio más que el año pasado, pero la sequía lo encarecerá aún más», afirma Juan Gadeo, director de la cooperativa, quien cree que este sector vital para España ahora está en peligro.
«Con la recesión es posible que tengamos que despedir a algunos trabajadores. Hay un sentimiento de depresión e incertidumbre. Otro año como este sería una auténtica catástrofe».
«Tirar dinero a la tierra»
La situación es similar en todo el sector agrícola e investigaciones recientes revelan que algunas partes de la Península Ibérica atraviesan su peor sequía en 1.200 años.
Los agricultores españoles han plantado más girasoles desde la primavera en un intento de compensar la escasez de aceite de girasol de Ucrania, el mayor productor mundial, donde la guerra ha desplomado la producción.
Pero una flor que venera al sol también necesita la bendición de la lluvia, y no la hay, lo que resulta en extensiones de cultivos marchitos que no producen semillas ni aceite.
Los agricultores de girasoles como Isabel Villegas pasan por un difícil momento.
Mientras arranca girasoles muertos de sus campos secos, Isabel Villegas se cuestiona si intentarlo de nuevo.
«Si no llueve para fin de año, no tiene sentido plantar más», lamenta.
«Sería como tirar el dinero a la tierra sin cosecha. Y no hay pronóstico de lluvia por ahora».
Reservas de agua en mínimos
Un reciente informe del Observatorio Mundial de la Sequía concluyó que Europa está sufriendo su peor sequía en 500 años.
Varios países del continente han sufrido con incendios forestales y olas de calor, y España se ha visto particularmente afectada.
Este año se han quemado más de 270.000 hectáreas, según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales.
El calor extremo y la falta de lluvia han reducido de forma drástica los niveles de las reservas naturales de agua de España.
El embalse de Viñuela, cerca de Málaga, está a poco más del 10% de su capacidad.
En otros lugares, pueblos costeros medievales enterrados desde hace décadas bajo ríos y pantanos han quedado expuestos al evaporarse el agua.
FUENTE DE LA IMAGEN – AFP VIA GETTY IMAGES. Las reservas de agua de Viñuela, cerca de Málaga, se encuentran en mínimos peligrosos.
Apuesta por la desalinización
El gobierno español está ampliando las plantas de desalinización y construyendo otras nuevas, aprovechando el agua de mar para aliviar la escasez.
En Campo de Dalias, cerca de la ciudad costera de Almería, visitamos la instalación cavernosa en la que se bombea y procesa el agua de mar.
Aquí se extrae la sal de la mitad del agua para producir agua dulce, mientras la otra mitad absorbe la sal adicional y luego se devuelve al océano, donde no causa daños ambientales.
La planta produce 90.000 metros cúbicos de agua dulce cada día, pero se ha programado que alcance hasta 130.000 metros cúbicos en cuatro años.
En sus alrededores los campos están cubiertos por láminas de plástico, creando invernaderos para las frutas y verduras que crecen debajo.
La mitad del agua que aporta la desaladora se utiliza para regar los cultivos de la zona.
España produce más frutas y verduras que cualquier otro país de la Unión Europea.
Eso es, según algunos científicos, parte del problema: en tiempos de grave escasez de agua este país ya no puede permitirse el lujo de ser «el jardín de Europa», como se le suele llamar.
«La superficie total de regadío en España ha ido aumentando en las últimas décadas, tanto de forma legal como ilegal», señala Julia Martínez, de la Fundación Nueva Cultura del Agua.
Julia Martínez. Martínez cree que el actual modelo de gestión del agua del país es insostenible.
«Las tierras de regadío consumen el 85% de todos los recursos hídricos. Con el 15% restante no es posible satisfacer todas las demandas de agua restantes, algunas de ellas más prioritarias».
«A menos que cambiemos el equilibrio, no podremos mejorar el estado de nuestros ríos ni adaptarnos al cambio climático».
Suelos agrietados, ríos secos, cultivos marchitos: la fértil tierra de España está extenuada por una emergencia climática provocada por el hombre.
En nuestro planeta, y en nuestros bolsillos, el costo es cada vez más alto.
Y, en las hermosas pero resecas llanuras de Andalucía, todavía no hay pronóstico de lluvia.
Imagen de portada: BBC News
FUENTE RESPONSABLE: Mark Lowen; Andalucía (España), BBC News. 29 de agosto 2022.
Que el cambio climático está cambiando nuestras vidas cada vez es más evidente.
Pero ahora, un equipo de la Universidad de Hawái (Estados Unidos) ha sacado un estudio donde aseveran que este ha influido en más de 200 enfermedades.
El estudio, publicado este mes de agosto en la revista científica Nature, tenía como motivación inicial encontrar si el cambio climático había influido en la aparición y expansión de la covid-19 pero se amplió y cruzaron datos con más de 70.000 artículos científicos y su incidencia en más de 200 enfermedades.
Camilo Mora, colombiano, profesor asociado en el Departamento de Geografía y Medio Ambiente de la Universidad de Hawái, ha liderado este estudio de cómo se han visto afectadas hasta 200 enfermedades por el cambio climático.
«El cambio climático ha complicado el 58% de todas las enfermedades que hay en la humanidad», cuenta Mora. «Muchas enfermedades que ya están ahí, pero puede hacer que empeoren».
Para esto, explica con un ejemplo: «Yo me puedo sentir fuerte, pero de repente viene Mike Tyson. Puedo aguantar, pero me va a pegar una trilla (paliza). Pero si en ese mismo escenario se meten 3 más como él, no voy a sobrevivir».
«Es fuerte la vulnerabilidad que tenemos respecto a esto», añade.
En la investigación, los autores exponen que encontraron 3.213 ejemplos empíricos en los que los peligros climáticos estaban implicados en enfermedades patógenas.
Entre los principales fenómenos que causa el cambio climático, señalaron cuatro como los que afectan a más enfermedades: el calentamiento global, que incide en 160 enfermedades distintas, el aumento de las precipitaciones (en 122), las inundaciones (121) y la sequía (81).
FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. Las inundaciones hacen que entremos en contacto con diversos patógenos que provocan enfermedades.
Encontraron más de 1.000 vías únicas en las que «las amenazas climáticas, a través de diferentes tipos de transmisión, dieron como resultado casos de enfermedades patógenas» pero las englobaron en cuatro procesos generales y que tienen que ver con cómo se comportan el patógeno (lo que nos infecta de un modo o de otro) y quien se infecta, es decir, las personas.
1. Acercamiento de los patógenos al ser humano
Esto se refiere al cambio geográfico de las especies debido al cambio climático.
Cambia la zona en la que normalmente habitan por algo que esté relacionado con el cambio climático, como un aumento de lluvias, sequía o el deshielo de zonas de nieve y, debido a ello, los animales y todos los patógenos que traen con ellos, se desplazan.
Por ejemplo, explica Mora, los murciélagos que están en mitad de la selva y viven allí con sus patógenos. «Resultado, por ejemplo, de un incendio, el murciélago tiene que moverse, se acerca a nosotros y con él, todos sus patógenos».
«Se afecta su hábitat, estamos tirándole el rancho a los animales», sostiene.
Y ahí aumenta la probabilidad de contacto entre ambos y, por lo tanto, el contagio de cualquier enfermedad.
2. Acercamiento de las personas a los patógenos
Con el cambio climático ha habido fenómenos meteorológicos que se han incrementado y esto ha derivado en el desplazamiento de los seres humanos tanto de modo provisional como permanente a lugares donde se concentran los patógenos que nos causan diversas enfermedades.
Un caso es el incremento de huracanes, o las inundaciones. «Tienes que caminar por ahí (en el agua, en medio de una inundación) y eso está lleno de bacterias y virus. Tú te metes en el patógeno», apunta Mora.
FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. El incremento de lluvias ha hecho que haya más mosquitos y, por ende, enfermedades relacionadas con ellos.
Así, aumenta el contacto entre humano y patógenos y, por ende, la probabilidad de tener enfermedades asociadas a ello.
La sequía también ha hecho que las personas se desplacen.
«Por ejemplo, en África, la gente debe migrar donde hay agua. En el desplazamiento transportan animales y con ellos sus patógenos y todos se aglomeran en el mismo sitio donde está el agua».
Y, de nuevo, esto hace que la probabilidad de enfermarse por el aumento del contacto con los patógenos, aumente.
3. El cambio climático está haciendo que algunas enfermedades sean peores
Al cambiar las condiciones climáticas en algunos lugares, los organismos y patógenos o mueren o se adaptan. Por selección natural, sobreviven los más fuertes. Y esto tiene su incidencia en las enfermedades.
Por ejemplo, explica Mora, nosotros tenemos la fiebre como mecanismo para pelear contra algunas enfermedades y «esta genera unas condiciones que no gusta a los patógenos».
Pero a consecuencia de las olas de calor, los patógenos están tolerando temperaturas más altas.
«Si hay una ola de calor de 40 o 42 grados centígrados, mata a ciertos patógenos, pero los que sobreviven tienen la capacidad para soportar eso, que es una temperatura más alta que la fiebre humana normal. Así que el patógeno ya tiene la capacidad de contrarrestar tus defensas naturales», explica.
Este mismo incremento de la temperatura hace que se acelere el ciclo de reproducción en algunas especies.
También pasa con el incremento de las temporadas de lluvias en algunas zonas y, en su caso, con los mosquitos, importantes vectores de enfermedades como el chikungunya, la fiebre amarilla o el dengue.
FUENTE DE LA IMAGEN-GETTY IMAGES. Con el aumento de la sequía, tanto animales como personas tienen a aglomerarse en lugares con agua y esto aumenta las probabilidades de contagios.
«Si las condiciones óptimas de la cría de los mosquitos se extiende, por ejemplo, por dos meses, hay más oportunidades de que se reproduzcan», cuenta.
4. El cambio climático nos está haciendo más débiles y con peores defensas
Esto ocurre a través de varios mecanismos.
Uno tiene que ver con las infraestructuras y el acceso a ellas. Por ejemplo, «ante un huracán o una inundación, la caída de infraestructuras hace que no tengamos acceso a servicios de salud».
Pero también nos afecta a nivel corporal.
Por nombrar solo uno de ellos, este tipo de cambios generan una alteración del cortisol, la hormona que se activa ante los peligros para, a su vez, activar el mecanismo de «defensa» o de «huida».
«Esto afecta a nuestro sistema inmune y, si te infectas, tienes menor capacidad para pelear», señala Mora.
Los más «beneficiados»
Las enfermedades, que van desde diarrea hasta enfermedades cardiovasculares, encefalitis o dermatitis, tienen unos causantes principales: virus y bacterias, «los que más sobreviven», explica Mora.
La transmisión se hizo, principalmente, por el agua, aire, por contacto directo o por consumo de alimentos.
FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. Otro de los efectos es sobre nuestro cuerpo y el estrés que el cambio de las condiciones climáticas nos genera.
«Analizamos el efecto del cambio climático en cada enfermedad, pero no la magnitud, cómo se expande. Porque eso ya depende de muchas condiciones, como la cultura del país, condiciones socioeconómicas o las leyes y su apreciación que es complicado calcular», sostiene Mora.
Pero señala que cuantificar eso «quita responsabilidad al responsable real», el cambio climático.
«No se va al origen y hay que mirar qué enfermedades se podrían haber evitado desde el principio», apunta.
Sobre las enfermedades que contiene el estudio, dice que normalmente se pone el ojo en aquellas que son infecciosas pero hay otras como alergia -incide, una de las más comunes es la alergia al polen-, enfermedades respiratorias o conjuntivitis que se han agravado con el cambio climático y hay que prestarle atención.
Aunque en el estudio se señala que hay algunas enfermedades (algo más de 60) que en algunos casos mejoraron, «es complicado buscar esperanza».
Desde su casa en Valle del Cauca, Mora confiesa: «Esto es muy miedoso, la cantidad de sufrimiento que vimos en nuestro artículo».
Apunta que lo que han estudiado son casos que ya existieron pero que aún queda por ver «lo que se nos va a venir encima» si no se actúa y los políticos» dejan de pensar con el cerebro y le ponen corazón».
Imagen de portada: HUW EVANS PICTURE AGENCY. La sequía es un efecto del cambio climático que ha incidido en algunas enfermedades.
FUENTE RESPONSABLE: Alicia Hernández; BBC News Mundo. 25 de agosto 2022.
La sequía que sufre Europa está dejando al descubierto una siniestra advertencia de nuestros antepasados presagiando periodos de miseria.
Las conocidas como «piedras del hambre» son rocas en el lecho de los ríos que solo son visibles cuando los niveles del agua son extremadamente bajos.
Esculpidos en ellas, antiguos pueblos dejaron mensajes sobre las catástrofes desencadenadas por la falta de agua y recordatorios de las dificultades sufridas durante las sequías.
Las inscripciones se remontan a décadas y siglos atrás, explicó el usuario @Batallitass en un hilo de tuiter que se ha hecho viral estos días.
La inscripción más antigua encontrada en la cuenca del río Elba data de 1616 y está en alemán.
Su traducción es «Si me ves, llora».
BERND GROSS/CC-BY-SA-3.0-DE. Inscripción en la piedra del hambre de Děčín: «Wenn du mich siehst, dann weine» («Si me ves, llora»).
Es particularmente famosa porque sus habitantes cincelaron en su superficie las fechas de severas sequías.
Según un estudio llevado a cabo en 2013 por un equipo checo, en ella se pueden leer los años 1417, 1616, 1707, 1746, 1790, 1800, 1811, 1830, 1842, 1868, 1892 y 1893.
«La vida volverá a florecer una vez que esta piedra desaparezca», se lee en otra de las rocas talladas.
«El que una vez me vio, lloró. El que me vea ahora llorará», augura una más.
«Si vuelves a ver esta piedra, llorarás. Así de superficial fue el agua en el año 1417», dice otra.
Piedras que anuncian la pobreza
Y es que en el pasado, que el agua llegara a esos niveles tan bajos significaba pobreza y carencia para muchas ciudades.
La sequía acarreaba la ruina en los cultivos pero también cortaba las vías fluviales por las que llegaban alimentos, suministros de todo tipo y carbón para cocinar, amenazando el sustento de las familias que vivían a lo largo de la costa.
Y tras eso llegaban las hambrunas.
Antiguamente, el área de Europa Central, que incluye partes de Alemania, República Checa, Eslovaquia, Austria y Hungría, dependía de la tierra fértil en la margen de los ríos para producir alimentos.
FUENTE DE LA IMAGEN – BERND GROSS/CC-BY-SA-3.0-DE. En esta piedra aparecen los años 1893, 1899, 2003, 2015.
De hecho, en Alemania estas piedras se las conoce como «Hungersteine».
Cuenta el usuario de tuiter que el nombre procede de una inscripción en una de ellas, «Hungerjahr 1947» o Año del hambre 1947.
«Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, Alemania sufrió una gran hambruna en el invierno de 1946-1947. Tres grandes olas de frío dificultaron la vida de la población. En enero de 1947, 60 kilómetros del Rin se congelaron», explica @Batallitass.
La navegación fluvial se paralizó, cortando una ruta de transporte vital por la que llegaba carbón para la calefacción y alimentos.
Muchas personas murieron de hambre y frío.
FUENTE DE LA IMAGEN – BERND GROSS/CC-BY-SA-3.0-DE. Roca en Dresden, Alemania.
En los últimos años, el fenómeno de la sequía se ha convertido en la manifestación más destacada del cambio climático en Europa central.
Recordatorios del pasado
Una de las localidades en dejar al descubierto más piedras es Děčín, una ciudad al norte de la República Checa, donde confluyen los ríos Elba y Ploučnice y muy cerca de la frontera con Alemania.
El río Elba nace en la República Checa y fluye a través de Alemania hacia el Mar del Norte.
En su caudal asoman hasta una docena de estas piedras, recordando a la población local un período duro en el pasado.
FUENTE DE LA IMAGEN – CC-BY-SA-3.0-DE. Piedra en el museo de la ciudad de Schönebeck.
Otra piedra del hambre se exhibe en el museo de la ciudad de Schönebeck, una antigua lápida que yacía en una dársena del puerto y en la que se tallaron niveles de agua particularmente bajos.
En 1904 el agua bajó hasta los 47 cm y la visibilidad de esta piedra indicaba a los barcos que el caudal no era suficiente para navegar.
Además de las piedras, en el cauce del río se han encontrado varias bombas de la Segunda Guerra Mundial sin explotar.
La mayoría de las «piedras del hambre» se encuentran en el río Elba, aunque también han aparecido en el Rin, el Mosel, el Mün Desee o el Weser.
En respuesta a @BatallitassLa navegación fluvial se paralizó, cortando una ruta de transporte vital. Ni el carbón para la calefacción ni los alimentos llegaron a la población. Muchas personas murieron de hambre y frío.
Para concienciar sobre los terribles efectos del cambio climático y siguiendo la tradición secular de las piedras del hambre, en 2018 Greenpeace colocó una piedra del hambre en el lecho del río Elba, con una inscripción que reza: “Si me ves es que la crisis climática ha llegado”.
Un hecho muy inusual sucedió en el desértico Valle de la Muerte.
Las precipitaciones en los últimos días fueron tan intensas en este parque nacional ubicado en los estados de California y Nevada (EE.UU.) que provocaron una gran inundación y unas mil personas quedaron varadas, la mitad de ellas visitantes y la otra mitad trabajadores.
Pero lo llamativo fue la cantidad de agua que cayó el fin de semana en Furnace Creek, donde se encuentra la oficina central del Valle de la Muerte, en un lapso de tres horas: 37,1 milímetros. Eso prácticamente equivale a lo que llueve en todo un año de promedio en este lugar, según dijo el Servicio de Parques Nacionales (NPS, por su sigla en inglés).
«La fuerte lluvia que causó las inundaciones devastadoras en el Valle de la Muerte fue un evento extremadamente raro, que ocurre una vez cada 1.000 años», señaló Daniel Berc, meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos.
El especialista aclaró que no es que suceda exactamente cada 1.000 años, sino que «hay un 0,1% de probabilidad de que ocurra en cualquier año».
REUTERS. Las carreteras internas del parque quedaron bloqueadas y destruidas.
El desastre climático provocó daños generalizados en el Valle de la Muerte y el cierre de todas las carreteras internas. Además, unos 60 autos quedaron varados, informó el NPS.
«El Valle de la Muerte es un lugar increíble de extremos», dijo el superintendente del parque, Mike Reynolds, en una nota publicada por el NPS.
«Es el lugar más cálido del mundo y el lugar más seco de América del Norte. La inundación de 1.000 años de esta semana es otro ejemplo de este ambiente extremo. Con modelos de cambio climático que predicen tormentas más frecuentes e intensas, ¡este es un lugar donde puedes ver el cambio climático en acción!», añadió.
El Valle de la Muerte, en el desierto del Mojave, se encuentra en su punto más profundo a 86 metros por debajo del nivel del mar y ha registrado temperaturas máximas de 56,7 ºC. Esa marca la consiguió el 10 de julio de 1913 y jamás fue superada en el mundo.
FUENTE DE LA IMAGEN – JOHN SIRLIN/REUTERS
Unas 1.000 personas quedaron varadas en el Valle de la Muerte debido a las copiosas lluvias.
Este valle fue habitado por al menos 1.000 años por la tribu de los Timbisha.
Su nombre se lo pusieron los aventureros que se atrevieron a cruzarlo a principios del siglo XIX, atraídos por la fiebre del oro.
En 1994 fue declarado parque nacional -es el más grande del país después de los de Alaska- y cada año lo visitan más de un millón de personas.
Imagen de portada: REUTERS. La cantidad de agua que cayó casi iguala el récord de 37,3 milímetros.
FUENTE RESPONSABLE: Redacción BBC News Mundo. Hace 4 horas.
Reino Unido declaró emergencia nacional por la ola de calor que afecta al país ante la posibilidad de que las temperaturas alcancen los 40ºC el lunes 18 y martes 19 de julio.
La Oficina Meteorológica emitió por primera vez en la historia una alerta roja, lo que implica riesgo para la vida, en un área que incluye las ciudades de Londres, Manchester y York.
Por otra parte, la alerta ámbar estará vigente en la mayor parte de Inglaterra el domingo y en toda Inglaterra, Gales y el sur de Escocia el lunes y el martes.
El gobierno británico informó que sus funcionarios estarán reunidos este viernes y durante el fin de semana para discutir la respuesta a la ola de calor.
El portavoz de la Oficina Meteorológica, Grahame Madge, dijo que era «una situación potencialmente muy grave», con un 50% de posibilidades de que las temperaturas alcancen los 40ºC en algún lugar del Reino Unido.
El presentador del tiempo de la BBC, Matt Taylor, señaló que era «cada vez más probable» que se bata el récord de temperatura en el territorio británico.
La temperatura más alta jamás registrada en Reino Unido fue de 38,7ºC en Cambridge en 2019.
Taylor dijo que, aunque no era seguro, es la primera vez que existe la posibilidad de alcanzar los 40ºC en Reino Unido.
«Eso es excepcionalmente caliente. Son el tipo de temperaturas que si usted está de vacaciones puede ser capaz de manejar, pero en la vida cotidiana puede tener impactos severos en la salud y es probable que veamos impactos en el transporte y la energía la próxima semana también», añadió.
FUENTE DE LA IMAGEN – PA MEDIA
El pasto verde de Londres se ha tornado marrón por el calor y la falta de lluvia.
La situación en el continente
La Oficina Meteorológica dijo que el calor es causado por una alta presión sobre el Reino Unido y el aire caliente que fluye desde el sur de Europa.
La ola de calor que se extiende por Europa ha desatado graves incendios forestales en Portugal, Francia y España.
En estos países, residentes y turistas han huido de ciudades y pueblos mientras los incendios son avivados por los fuertes vientos y las condiciones de sequedad.
FUENTE DE LA IMAGEN – SDIS33/FRENCH FIRE SERVICE
Bomberos franceses luchan contra el fuego en la localidad de Teste-de-Buch.
Más de 10.000 personas se han visto obligadas a abandonar la región suroccidental de la Gironde, en Francia, en los últimos días.
Decenas de incendios arden en Portugal y España, donde las temperaturas han superado los 40ºC.
Varias ciudades del oeste de España han sido evacuadas.
Las olas de calor son cada vez más frecuentes, más intensas y más duraderas debido al cambio climático inducido por el hombre.
El mundo ya se ha calentado alrededor de 1,1ºC desde el comienzo de la era industrial y las temperaturas seguirán aumentando.
Italia y Croacia también han informado de incendios forestales esta semana, y los fuertes vientos han aumentado considerablemente el riesgo de incendios forestales en cinco regiones de Grecia, según han advertido los funcionarios de protección civil.
Imagen de portada: PA MEDIA
FUENTE RESPONSABLE: BBC News. Por Doug Faulkner y Paul Kirby. 15 de julio 2022.
Reino Unido/Clima extremo/España/Cambio climático/Francia/Europa
Con apenas 920 habitantes, en Oymyakon las mañanas amanecen a -50ºC casi todos los días de invierno. Así es la vida en el pueblo más frío del mundo.
Si deseas profundizar sobre esta entrada; cliquea por favor donde se encuentra escrito en azul. Muchas gracias.
En Oymyakon, ni siquiera los rayos del Sol a medio día son suficientes para calentar a las personas en invierno. Al este de Siberia, la región más fría de todo Rusia, las bajas temperaturas típicas de este poblado llegan a congelar las lágrimas y pestañas de sus habitantes.
«Todo lo que no esté cubierto«, explicala Oficina de Turismo local, corre peligro de quedar cubierto de hielo. Esto también incluye a los animales y a las personas que, si no observan las medidas básicas de seguridad en invierno, pueden morir de frío en poco tiempo.
En el corazón congelado de Siberia
Durante los meses más crudos de invierno, los habitantes de Oymyakon deben de tener cuidado hasta con el papel de baño. De no mantener sus hogares a una temperatura adecuada, incluso estos suministros básicos de higiene quedan completamente congelados, según reportanlos habitantes.
Para evitar que los motores de los coches queden inservibles, los habitantes tuvieron que adaptar espacios con calefacción especial. Esto es así porque, al llegar a los -20ºC, el corazón de los vehículos se detiene. Por ello, deben de resguardarse en un entorno controlado artificialmente, así como los electrodomésticos y otras herramientas de uso diario.
Aún a pesar de los climas extremos, Oymyakon atrae un volumen considerable de turismo a esta región helada de Rusia. En los alrededores, donde típicamente irían los camposantos en cualquier otro lado del país, los pobladores no pueden cavar tumbas, porque el suelo ha quedado macizo por el hielo.
«SI ALGUIEN FALLECE, PRIMERO TIENEN QUE HACER HOGUERAS PARA PODER DERRETIR EL HIELO ANTES DE METER EL PICO Y LA PALA», EXPLICA GLORIA RODRÍGUEZ-PIÑA, CORRESPONSAL INTERNACIONAL DE VERNE.
A lo largo de 5 meses, los pobladores de esta ciudad en Siberia sólo tienen luz solar durante 6 horas al día. Según los registros de The Weather Channel, el peor invierno se vivió en 1924, con un récord de -72ºC. En verano, sin embargo, las temperaturas pueden elevarse hasta los 34ºC.
Un pueblo minero en Siberia
Wikimedia Commons
Los habitantes de Oymyakon se sostienen, en su amplia mayoría, de la minería de oro y antimonio. Como un bien escaso a nivel mundial, gran parte de la economía de los pueblos aledaños está basada en la extracción de este metal raro, utilizado para la creación de energías renovables.
A inicios del siglo XX, esta región de Siberia seguía habitada principalmente por nómadas. Para terminar con esta dinámica, la Unión Soviética optó por anclar a los grupos humanos presentes ahí con este tipo de actividades económicas. Por lo cual, de ser grupos de cazadores montados en renos, los pobladores se convirtieron en mineros.
Incluso a pesar de la crisis climática global, Oymyakon ostenta el título del pueblo más frío de todo el mundo.
Imagen de portada:Wikimedia Commons
FUENTE RESPONSABLE: National Geographic en Español. Por Andrea Fischer. Junio 2022
Los ríos voladores se desplazan a una altura de hasta dos kilómetros aproximadamente.
En este mismo momento ríos poderosos llevan humedad a vastas regiones de Sudamérica. Pero no son ríos comunes. Son «ríos voladores».
Así se conoce popularmente a los flujos aéreos masivos de agua en forma de vapor que vienen del océano Atlántico tropical y son alimentados por la humedad que evapora de la Amazonía.
Estos ríos de humedad atmosférica, que se desplazan velozmente sobre el Amazonas hasta encontrarse con los Andes, causan lluvias a más de 3.000 kilómetros de distancia, en el sur de Brasil, Uruguay, Paraguay y el norte de Argentina.
Estos corredores atmosféricos se encuentran a una altura de hasta dos kilómetros aproximadamente y pueden transportar tanta agua como el Amazonas.
Son vitales para la producción agrícola y la vida de millones de personas en América Latina.
Pero también juegan un papel en tormentas devastadoras como las de esta semana en la antigua ciudad imperial brasileña de Petrópolis, en las sierras del estado de Río de Janeiro.
Las intensas lluvias causaron cerca de 200 deslizamientos de tierra y dejaron más de 100 muertos. Equipos de rescate continúan trabajando contrarreloj para encontrar sobrevivientes bajo un manto de lodo y escombros.
En BBC Mundo explicamos cómo se generan los ríos voladores, cuál es su contribución a tormentas severas en Sudamérica y en qué medida están siendo afectados por la desforestación y el cambio climático.
FUENTE DE LA IMAGEN – REUTERS. Un sobreviviente en Petrópolis que no ha logrado hallar a su familia.
¿Cómo surgen los ríos voladores?
El Atlántico tropical es un océano caliente y su evaporación es muy intensa, junto con la evaporación y transpiración de los bosques de la Amazonía a través de un reciclaje intenso de la humedad, le explica a BBC Mundo José Marengo, meteorólogo y coordinador general de investigación y desarrollo del Centro Nacional de Monitoreo y Alerta de Desastres Naturales (Cemaden) en Brasil.
«Ustedes imaginen entonces que vienen vientos más o menos fuertes, los vientos alisios, que transportan toda esa humedad en los niveles bajos de la atmósfera, y que son alimentados por la humedad reciclada por la Amazonía», señala.
«En un río cualquiera aparecen áreas muy tranquilas y otras de alta velocidad, a las que llamamos jets (chorros) del río», agrega el especialista.
En el caso del río volador, «cuando se encuentra con los Andes, adquiere una velocidad mayor en su núcleo que constituye un low level jet, un chorro de nivel bajo, que es el que transporta mayor cantidad de humedad más rápido».
Ese corredor de aire «da una curva hacia el sureste de Brasil y llega a la cuenca del Río de la Plata causando lluvias ahí».
Estal Sias, de Metsul Meteorología en Brasil, explicó que la región norte de ese país es «muy húmeda y tropical, donde hay un calentamiento constante. Solo la selva amazónica ya arroja una gran cantidad de agua a la atmósfera por evaporación.
«El relieve de América del Sur, la cordillera de los Andes, no deja escapar esta humedad del continente, obligando a este río volador a descender», agregó la meteoróloga, en declaraciones al periodista Rafael Barifouse, de BBC News Brasil.
¿Qué papel juega el bosque amazónico?
Además de la evaporación en el océano Atlántico, la humedad liberada por los árboles de la selva amazónica es otro componente esencial de los ríos voladores.
En charlas TED y por otros medios, el científico brasileño Antonio Nobre ha divulgado la maravillosa e increíble función que cumplen esos árboles.
FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. Un árbol frondoso, con una copa de 20 metros de diámetro, transpira más de 1.000 litros en un sólo día.
«Medimos la evaporación de la selva en milímetros, como si estuviéramos midiendo la espesura de una ‘lámina’ de agua acumulada sobre el suelo», señaló Nobre, profesor del curso de doctorado de Ciencia del Sistema Terrestre en el Instituto de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE).
Un árbol frondoso, con una copa de 20 metros de diámetro, transpira más de 1.000 litros en un solo día, señaló Nobre.
«En la Amazonía aún tenemos 5,5 millones de kilómetros cuadrados ocupados por bosque nativo, con aproximadamente unos 400 mil millones de árboles de los tamaños más variados.
«Hicimos la cuenta, que también fue verificada en forma independiente, y llegamos al número asombroso de 20.000 millones de toneladas (o 20 billones de litros) de agua que son transpirados cada día por los árboles de la cuenca amazónica».
¿Cómo contribuyen los ríos voladores a tormentas como la de Petrópolis?
La meteoróloga Josélia Pegorim, de Climatempo, le explicó al periodista Rafael Barifouse que tormentas como las de Petrópolis, o las de meses anteriores en los estados de Bahía y Minas Gerais, son el resultado de un fenómeno meteorológico conocido como zona de convergencia del Atlántico Sur.
Estas zonas se forman cuando la humedad traída por los ríos voladores se encuentra con un frente frío proveniente del sur.
«Prácticamente todos los años observamos la formación de estas zonas de convergencia, con mayor o menor intensidad. No es nada nuevo, no se puede decir que es un fenómeno nuevo causado por el cambio climático», dice Pegorim.
Si el corredor de humedad de los ríos voladores se encuentra con un frente frío proveniente del sur, las nubes pesadas tienden a concentrarse por algunos días en una determinada región.
La zona de convergencia del Atlántico Sur es un fenómeno recurrente durante el verano en esta región del planeta y provoca fuertes lluvias.
Eso fue lo que sucedió primero en el sur de Bahía, a fines del año pasado, y luego en Minas Gerais, el mes pasado.
Después fue el turno de las lluvias torrenciales que azotaron São Paulo y ahora Petrópolis, causando más inundaciones, deslizamientos y muertes.
FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. «Muchos de los que llegan perdieron todo o perdieron a sus parientes», señaló el párroco de la iglesia de San Antonio en Petrópolis, que acogió a unas 150 personas.
El curso y rango de los ríos voladores están influenciados por la dinámica de los vientos en la región y por el paso de otros fenómenos a lo largo del continente, según Sias.
«En invierno, un sistema de alta presión atmosférica no permite que la mayoría de los frentes fríos suban hacia el sureste o el medio oeste, por lo que es un período muy seco en esta parte del país y el río atmosférico puede ir aún más al sur», dice la experta.
«En el verano, este bloqueo va hacia el océano, alejándose del continente, y los frentes fríos logran levantarse. Cuando sube un frente frío, se conecta con la humedad amazónica, y van juntos hasta detenerse en la parte superior del sureste o noreste de Brasil y se convierten en lluvia y tormentas».
Sias agrega que la semana pasada el río volador estaba más disperso, pero que esta semana una masa de aire frío y seco llegó al sur del país y creó una barrera que no dejaba avanzar el corredor de la humedad.
El resultado de esas nubes cargadas fueron las lluvias devastadoras en Petrópolis.
¿Qué papel juega el cambio climático?
Aunque mucha gente piensa que lluvias como las de Petrópolis son excepcionales, Francisco de Assis, del Instituto Nacional de Meteorología, explica que las zonas de convergencia son algo característico de Sudamérica en verano.
«Dependiendo del año, ocurren más al sur o más al norte», señalo Assis a BBC News Brasil.
En esta época del año, el corredor de humedad que viene del Amazonas toma fuerza. «Hay una gran liberación de calor y humedad del Amazonas debido a las altas temperaturas», dice Assis.
También hay una mayor evaporación de agua de los océanos Pacífico y Atlántico, intensificando estos fenómenos meteorológicos, explica el experto.
FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES.
Los ríos voladores cruzan velozmente la atmósfera transportando agua en forma de vapor desde el océano Atlántico y la Amazonía hasta el sur de Brasil, norte de Argentina, Uruguay y Paraguay.
La meteoróloga Pegorim hace una advertencia: las zonas de convergencia explican las tormentas en Minas, São Paulo y Bahía, pero en el caso de Petrópolis, se trató de un evento diferente y excepcional.
«Los otros eventos de lluvias fuertes que tuvimos fueron lluvias acumuladas en pocos días, hubo varios episodios de lluvia intensa. Hubo varios eventos de zonas de convergencia actuando en una misma región en el transcurso de semanas. En Petrópolis llovió en tres horas más que el promedio histórico de todo el mes», dice Pegorim.
La meteoróloga señala que hubo una «combinación perfecta» de factores climáticos en la ciudad de Río de Janeiro.
El aire ya estaba húmedo por un frente frío que había pasado. Los vientos del océano trajeron aún más humedad.
Y el encuentro de este aire más frío con una masa de aire cálido en la región montañosa favoreció la formación de nubes.
Para completar, el relieve montañoso provocó que los vientos húmedos subieran por las laderas de las montañas y dejaran las nubes aún más cargadas.
El climatólogo Carlos Nobre explicó a BBC News Brasil que es raro que el cambio climático desencadene eventos nunca antes vistos.
Lo más común es ver fenómenos extremos como estos cada vez más intensos y frecuentes.
«Solo mira los reportes científicos y ves que la frecuencia de las olas de calor es de tres a cuatro veces mayor que hace 150 años, las fuertes lluvias que provocan desastres se han vuelto más frecuentes, los incendios forestales y las sequías, hemos batido récords de temperatura. esto está sucediendo debido al calentamiento global», afirmó Nobre.
¿Están cambiando los ríos voladores?
La deforestación en la Amazonía brasileña se disparó en enero de este año y batió un nuevo récord, con 430 kilómetros cuadrados de vegetación nativa perdida, cinco veces más que el área talada en el mismo mes del año pasado.
Es la cifra más alta para el mes de enero desde que se iniciaron los cálculos por monitoreos satelitales en 2016.
Los datos oficiales señalan que entre agosto de 2020 y julio de 2021 la selva amazónica brasileña perdió 13.235 kilómetros cuadrados de vegetación, la mayor área degradada para un periodo de 12 meses en los últimos 15 años.
Uno de los grandes interrogantes es qué impacto está teniendo la desforestación en la Amazonía en los ríos voladores.
«Aún no se ven cambios en los ríos voladores debido al efecto de deforestación», le explicó a BBC Mundo José Marengo.
FUENTE DE LA IMAGEN-GETTY IMAGES. La deforestación en la Amazonía brasileña batió un nuevo récord en enero, con 430 kilómetros cuadrados de vegetación nativa perdida, cinco veces más que el área talada en el mismo mes del año pasado.
«Lo que se ha observado es que en este verano de 2022 el transporte de humedad por los ríos para el sudeste de Brasil ha sido intenso, lo que ha generado lluvias intensas en la región, en la forma de extremos (lluvia abundante concentrada en pocos días), o sea el río puede haber sido mas intenso y durado pocos días, y después puede estar ausente y debilita cuando no llueve».
¿Y qué impacto está teniendo el cambio climático en estos ríos atmosféricos?
«Hasta ahora no se ve impacto en los ríos voladores. Tal vez en los escenarios climáticos del futuro eso cambie y los ríos sean mas intensos y cortos en duración (que pueden llevar a lluvias intensas concentradas en pocos días) y ausentes por varios días llevando a situaciones de días secos y calientes», señaló Marengo.
Preparación y resiliencia
Carlos Nobre señala que lo que provoca las tragedias no es precisamente la ocurrencia de tormentas, sino el hecho de que muchas personas vivan en zonas de riesgo y sigan viviendo allí incluso después de desastres como el de enero de 2011, por ejemplo, que dejó más de 900 muertos en Petrópolis, Nova Friburgo y Teresópolis.
Actualmente, dice Nobre, cinco millones de brasileños viven en áreas de riesgo.
«Lo que vemos hoy sucede en medio de un aumento de poco más de 1 grado en la temperatura del planeta y, aunque tengamos mucho éxito con las políticas ambientales, seguirá aumentando más, por lo que necesitamos poner en práctica políticas para ser más resilientes a estos desastres naturales, y la mejor es no dejar que la gente habite las zonas de riesgo».
FUENTE DE LA IMAGEN-GETTY IMAGES. La búsqueda de sobrevivientes continúa en una lucha contrarreloj.
Cinco millones de personas viven en zonas de riesgo de deslaves en Brasil.
José Marengo señaló a BBC Mundo que en el sudeste de Brasil este verano austral es muy lluvioso, con lluvias concentradas en pocos días o en horas.
«Por ejemplo, en Petrópolis esta semana llovió 240 mm en 3 horas, que es más que la climatología de febrero de 180 mm. Esa lluvia intensa puede producir desastres naturales en áreas naturales y expuestas donde hay población viviendo».
Las lluvias intensas pueden tener consecuencias devastadoras en áreas vulnerables, como son poblados cerca de lechos de ríos, de canales o en áreas cerca de pendientes o áreas de altura donde no haya vegetación.
Se necesita una predicción meteorológica buena y conocer las vulnerabilidades de las poblaciones para así poder emitir una alerta de riesgo de desastre, pero es necesario tomar medidas.
«Se puede tener la mejor predicción de tiempo, pero si nada es hecho para proteger a la población evitando vivir en áreas de riesgo siempre tendremos muertos por los desastres durante lluvias intensas».
Imagen de portada: Gentileza de GETTY IMAGES
FUENTE RESPONSABLE: Redacción BBC News Mundo. Febrero 2022.
Desde el Pacífico, cerca del Ecuador, un patrón climático rige periódicamente las lluvias, las sequías, las inundaciones y las tormentas en toda la Tierra.
Es el llamado El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), un fenómeno meteorológico que se genera por el calentamiento de las aguas oceánicas y que trastoca periódicamente el clima del planeta.
«El ENOS cambia la los patrones de circulación de la atmósfera por lo que puede causar eventos muy extremos a lo largo de todo el mundo. Desde inundaciones en India o Australia hasta diluvios en la costa oeste de Sudamérica», explica a BBC Mundo Bin Wang, jefe del Departamento de Meteorología de la Universidad de Hawái.
Pero según el experto, esta oscilación atmosférica mostró en los últimos 40 años su lado más trágico: el llamado «Súper El Niño», una versión más intensa del fenómeno con consecuencias aún más devastadoras.
«Los ‘Súper El Niño’ son una forma muy extrema del ENOS en las que la intensidad puede hacer que las aguas del Pacifico se calienten hasta 3 o 4ºC más en comparación con la temperatura normal del océano», indica Bin.
Sin embargo, según el experto, solo se reportaron tres «Súper El Niño» desde que se llevan registros en los últimos 130 años: la primera, en 1982, después en 1998 y, la última, en 2015.
Todos después de 1970.
El Niño estuvo especialmente activo entre 1997 y 1998 y entre 2015 y 2016.
Sin embargo, una investigación realizada por Bin y otro grupo de expertos y publicada esta semana en la prestigiosa revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences indica que el fenómeno extremo podría ser cada vez más frecuente… y más destructor.
Y, de acuerdo con Bin, hay un responsable detrás de esto: el calentamiento global producido por la acción humana.
«Si tenemos más «Súper El Niño» o no, depende de cómo las fuerzas antropogénicas inducen el calentamiento global», indica el meteorólogo.
Un informe de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos publicado también esta semana indica que actualmente existen las condiciones para un «El Niño» neutral, es decir, que no manifieste sus efectos en los próximos meses.
Sin embargo, Bin recuerda que la activación del fenómeno es periódica y esto no descarta que en los próximos años pueda volver con toda su fuerza.
¿Qué halló la investigación?
El estudio, que se extendió por más de dos años, analizó por primera vez los registros climáticos sobre El Niño desde 1901 hasta 2017.
«Durante ese periodo hubo 33 eventos El Niño y analizamos cuándo comenzaron, cómo se desarrollaron, qué causó su desarrollo y cuál fue su impacto», recuerda Bin.
FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES
La temperatura del planeta ya aumentó en promedio 1 ºC desde la era preindustrial.
«El principal descubrimiento fue que el lugar donde se origina el ENOS ha cambiado del este del Pacífico al oeste desde la década de 1970 y eso coincide con los eventos más extremos», agrega el académico.
De acuerdo con el estudio, antes de 1970, el fenómeno se originaba en el lejano este del Pacífico, pero en el último medio siglo su foco se desplazó hacia una región más cálida: el oeste de ese océano.
¿A qué se debe ese cambio?
El estudio, explica Bin, indica que las aguas del oeste del Pacífico se han calentado desproporcionadamente más rápido que las del Pacífico central por la acción humana.
El calentamiento en esa región ha sido el responsable de los eventos más fuertes de El Niño que se han reportado en las últimas décadas y de los que podrían manifestarse en un futuro cercano, según el experto.
«Si el oeste del Pacífico se continúa calentando más rápido que el Pacífico central, entonces El Niño será más frecuente y su intensidad se incrementará», señala.
En su criterio, la investigación evidencia cómo la acción humana puede conducir a mayores eventos extremos de El Niño en el futuro.
¿Cuáles son los efectos del «Súper El Niño»?
De acuerdo con el experto, los «Súper El Niño», como los que ocurrieron en 1982, 1998 y 2015, pueden subir de forma alarmante la temperatura global, generar más huracanes y tifones e incluso afectar ciclos naturales del planeta.
Sus daños pueden ir desde matar los arrecifes de coral hasta generar inundaciones, deslaves o grandes sequías.
FUENTE DE LA IMAGEN – NOAA/SCIENCE PHOTO LIBRARY
El último gran episodio de inundaciones en América del Sur y sequías en África y Asia causadas por El Niño se registró en 2015-2016.
«Genera eventos climáticos extremos duraderos que afectan a cientos de millones de personas y dejan miles de millones de dólares en daños», comenta Bin.
«Si las causas que han generado este calentamiento en el Pacífico continúan con motivo de la acción humana, los eventos extremos de El Niño no solo serán más frecuentes, sino que dejarán profundas consecuencias socioeconómicas», concluye.
Imagen de portada: Gentileza de
FUENTE RESPONSABLE: Redacción BBC News Mundo. Octubre 2019
¿Qué tan cerca estamos de romper el equilibrio natural y la capacidad de resiliencia de la Tierra?
Hace unos 11.000 años sucedió algo inédito en los últimos 100.000 años de historia de la Tierra: el clima del planeta se volvió estable.
Esta era geológica con temperaturas predecibles fue bautizada como Holoceno y le permitió a la humanidad desarrollar la agricultura, domesticar animales y básicamente crear el mundo moderno actual.
Sin embargo, en ese proceso también extinguimos especies y dañamos ecosistemas, contaminamos el aire, el agua y el suelo, y desatamos la crisis del cambio climático.
En otras palabras, forzamos el ingreso al Antropoceno, la actual era geológica donde los humanos somos los principales responsables de los cambios en el planeta.
Es en este contexto que un grupo internacional de científicos liderados por el sueco Johan Rockström del Centro de Resiliencia de Estocolmo comenzó a investigar qué riesgo corremos de quebrar el equilibrio natural y la capacidad de resiliencia de la Tierra.
Su influyente estudio, publicado en 2009, definió nueve límites o parámetros interconectados que son determinantes para mantener la estabilidad del planeta.
«Cada uno de esos aspectos es muy importante individualmente, pero también es muy importante verlos con el conjunto», le dice Arne Tobian, investigador del centro, a BBC Mundo.
Además de identificar esos nueve procesos, los expertos definieron medidas cuantitativas muy específicas para cada uno de ellos, que delimitan una zona segura de acción y una de riesgo, que a su vez va creciendo en peligrosidad.
Si no cruzamos esas fronteras trazadas, dicen, la humanidad va a poder seguir prosperando por generaciones.
Pero en caso de pasar tan solo una de ellas, nos exponemos a generar cambios ambientales irreversibles en todo el sistema y desencadenar el colapso de nuestra sociedad.
Los resultados de este colosal estudio fueron llevados a la pantalla en un reciente documental de Netflix titulado «Romper los límites: La ciencia de nuestro planeta» y se ha vuelto especialmente relevante en el marco de la 26ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 26), cuyo objetivo es lograr que el mundo actúe rápido ante una crisis que se conoce desde hace décadas y cuyo margen de acción es cada vez menor.
LOS 9 LÍMITES PLANETARIOS
De los nueve límites planetarios, ya cruzamos cuatro, hay tres dentro de la zona segura (por ahora) y dos que todavía son una gran incógnita.
1. Cambio climático
Uno de los cuatro límites que ya hemos sobrepasado es quizás el más conocido de todos: el cambio climático.
Desde la Revolución Industrial, la temperatura global ha subido 1,1°C. Este aumento es el responsable de los fenómenos climáticos extremos que cada vez se producen con mayor frecuencia a lo largo del mundo, como las sequías e inundaciones.
Según Naciones Unidas (ONU), hoy en día tenemos cinco veces más desastres meteorológicos que en 1970 y son siete veces más costosos. Las consecuencias son más devastación y más muertes.
La comunidad científica afirma que, para evitar que las consecuencias del cambio climático sean aún peores, es necesario que el aumento de la temperatura se mantenga en el entorno de los 1,5ºC.
FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES
Sequías como la actual del río Paraná que afecta a varios países de Sudamérica son cada vez más frecuentes debido al cambio climático.
No obstante, si seguimos tal como en la actualidad, para fines de este siglo el incremento puede llegar a los 4,4°C, lo cual sería catastrófico.
«El drama es que el desafío del cambio climático puede ser el más fácil (de resolver) si uno considera el desafío del desarrollo sostenible en conjunto», dijo Rockström al presentar su estudio en una charla TED en 2010.
Por si fuera poco, el cambio climático es uno de los dos límites planetarios considerados centrales por su influencia sobre todo el sistema.
2. Integridad de la biósfera
La integridad de la biósfera, es decir, la pérdida de biodiversidad y extinción de especies, es el otro de los límites centrales. Y también lo hemos pasado.
Sin embargo, a diferencia del cambio climático, este proceso ya pasó la zona de riesgo creciente y se encuentra directamente en la zona de riesgo alto, lo que aumenta las probabilidades de generar cambios ambientales irreversibles a gran escala.
Es tanto lo que hemos sobrepasado este umbral que algunos investigadores creen que estamos en medio de la sexta extinción masiva en la historia del planeta.
Para tener una idea, las extinciones masivas fueron periodos donde se aniquiló del 60 al 95% de las especies.
FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES
Un millón de especies animales y vegetales están ahora en peligro de extinción.
En el documental de Netflix, Rockström asegura que deberíamos perder cero biodiversidad y especies a partir del año que viene.
El desafío es monumental si se tiene en cuenta que actualmente de las 8 millones de especies animales y vegetales que habitan el planeta, 1 millón está en peligro de extinción.
No obstante, es un esfuerzo necesario: tener ecosistemas saludables nos provee de aire limpio, suelos fértiles, agua dulce, cultivos polinizados, materias primas para nuevos fármacos y un largo etcétera.
3. Cambio del uso del suelo
El uso del suelo es otro de los límites que hemos cruzado y consiste en la transformación de bosques, pastizales, humedales, la tundra y otros tipos de vegetación principalmente en tierras para la agricultura y ganadería.
La deforestación, por ejemplo, tiene un enorme impacto en la capacidad del clima para regularse, algo que los especialistas repiten cada vez que hay incendios en el Amazonas.
Pero el cambio del uso del suelo es también uno de los impulsores de las graves reducciones de la biodiversidad, sobre todo por la creciente demanda de tierra para producir comida.
De hecho, uno de los desafíos actuales de la sostenibilidad es cómo alimentar a las casi 8 mil millones de personas que viven en el planeta (y los 2 mil millones más que habrán en 2050) sin quitarle más terreno a la naturaleza.
4. Flujos biogeoquímicos
La cuarta y última frontera ya sobrepasada es la de los flujos biogeoquímicos, que abarca sobre todo a los ciclos de fósforo y nitrógeno.
FUENTE DE LA IMAGEN-GEORGE ROSE/GETTY IMAGES
La agricultura representa el 70% del uso de agua dulce en el planeta.
Si bien ambos elementos son esenciales para el crecimiento de las plantas, su uso excesivo en fertilizantes los coloca en zona de riesgo.
Uno de los problemas que esto genera es que parte del fósforo y nitrógeno aplicados a los cultivos es arrastrado al mar, donde empujan a los sistemas acuáticos a traspasar sus propios umbrales ecológicos.
5. Reducción del ozono estratosférico
De los nueve procesos, hay uno solo sobre el que la humanidad actuó con éxito al ver las señales de alerta: la reducción del ozono en la estratósfera.
Hace más de 30 años el mundo entero se puso de acuerdo en prohibir los clorofluorocarbonos (CFC), sustancias químicas que estaban provocando un «agujero» en la capa de ozono.
Las consecuencias de perder esta capa de protección iban desde la multiplicación de los casos de cáncer de piel hasta daños medioambientales irreversibles.
FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES
El Protocolo de Montreal vigente desde 1989 prohibió el uso de ciertas sustancias para proteger a la capa de ozono, vital para frenar las radiaciones ultravioletas del Sol.
Tras el famoso Protocolo de Montreal, el ozono estratosférico se ha ido recuperando, lo que hoy nos permite estar tranquilos dentro de la zona segura para este proceso.
6. Uso del agua dulce
Si bien el uso de agua dulce está actualmente dentro del área de acción segura, nos estamos moviendo de forma vertiginosa hacia la zona de riesgo, asegura Rockström en el documental.
Es que la Tierra puede verse como un punto azul desde el espacio, pero solo el 2,5% es agua dulce. Este porcentaje es cada vez menor principalmente por la ya citada creciente presión de la agricultura para producir más y más comida.
Cabe destacar que aunque la desalinización es posible, consume mucha energía que, en general, proviene de los mismos combustibles fósiles que contribuyen al cambio climático. Por si esto fuera poco, este proceso es una fuente de contaminación de los ecosistemas costeros.
7. Acidificación del océano
Con la acidificación del océano sucede algo similar que con el agua dulce: el límite no ha sido cruzado aún, pero estamos peligrosamente cerca.
FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES
El blanqueo de los corales los expone a enfermedades y ya ha desatado eventos de muertes masivas de estos organismos a lo largo del mundo.
El problema es que sus efectos quedan justamente ocultos bajo el agua, por ejemplo, con la muerte de los corales.
Este proceso en particular presenta una capa extra de riesgo, pues varias de las extinciones masivas de la historia tuvieron a la acidificación de los océanos como detonante.
En los últimos 200 años, el agua del océano se ha vuelto un 30% más ácida, una tasa de transformación química 100 veces más rápida que la registrada allí en los últimos 55 millones de años.
Este límite está tan íntimamente ligado con el cambio climático que se le suele llamar su «gemelo malvado».
Lo bueno es que si se cumplen las metas del cambio climático ratificadas en la COP 26, el pH del océano se mantendrá a raya.
8. Carga de aerosoles atmosféricos
Todavía quedan dos límites por mencionar que no están de uno ni del otro lado de la frontera. Y es que los científicos no saben cómo medirlos.
«No existe una línea base de los últimos 11.000 años para esos procesos, porque son nuevos», explica Tobian.
FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES
Respirar aire altamente contaminado es responsable de unas 800.000 muertes prematuras cada año.
Uno de ellos es la contaminación de la atmósfera con aerosoles de origen humano, es decir, partículas microscópicas generadas sobre todo por la quema de combustibles fósiles, pero también por otras actividades como los incendios forestales.
Estos aerosoles afectan tanto al clima (por ejemplo, provocan cambios en los sistemas de monzones en las regiones tropicales) como a los organismos vivos (unas 800.000 personas mueren cada año de forma prematura por respirar aire altamente contaminado).
9. Incorporación de nuevas entidades
El noveno y último proceso es la incorporación de las llamadas «nuevas entidades».
Se trata de elementos u organismos modificados por los humanos, así como sustancias enteramente nuevas. Esto incluye una lista de cientos de miles de entidades que van desde materiales radiactivos hasta microplásticos.
Pero quizás el mejor ejemplo sean los CFC, es decir, esas sustancias químicas que fueron prohibidas para salvar a la capa de ozono estratosférico.
La esperanza como acción
El trabajo del Centro de Resiliencia de Estocolmo no solo advierte sobre los problemas centrales que afectan al planeta. También da esperanza.
«Sabemos cuál es el problema y sabemos que tenemos un problema y también al mismo tiempo sabemos cuáles serían las soluciones posibles. Lo tenemos a la mano», le dice Tobian a BBC Mundo.
El desafío es grande y apremiante: en esta década que termina en 2030 la humanidad debe llevar adelante una transformación masiva para mantenerse en línea.
Sin embargo, los científicos aseguran que es posible.
FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES
«Nuestro clima está cambiando», dice este mural pintado en Glasgow, sede de la COP26.
Se precisan acciones rápidas y audaces de parte de todos y cada uno de los gobiernos del mundo, empezando por el uso de energías renovables.
«Nuestra adicción a los combustibles fósiles está llevando a la humanidad al borde del abismo», dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, esta semana en la COP26.
«Basta de quemar, perforar y excavar a mayor profundidad. Estamos cavando nuestra propia tumba», agregó.
También aseguró que «los países del G20 tienen una responsabilidad especial, ya que representan alrededor del 80% de las emisiones», recordando a los países desarrollados su compromiso (hasta ahora incumplido) de aportar «US $100.000 millones anuales de financiación climática en apoyo de los países en desarrollo».
No obstante, para lograr un mundo sostenible también se necesitan cambios en el estilo de vida de los individuos.
Comer más verduras, ahorrar energía, plantar árboles y elegir caminar, ir en bicicleta o en transporte público son medidas concretas que, según los especialistas, hacen la diferencia.
En otras palabras, lograr un desarrollo sostenible es posible y necesario, pero no fácil. Como dijo la activista sueca Greta Thunberg en un discurso previo a la COP 26 que se volvió viral: «La esperanza no es bla, bla, bla. La esperanza es decir la verdad. La esperanza es actuar».
Imagen de portada: Gentileza de GETTY IMAGES
FUENTE RESPONSABLE: BBC News Mundo por Ana País (@anapais)
Un mundo sin mareas tendría sistemas climáticos muy diferentes. Las mareas son un factor que influye en el movimiento de las corrientes oceánicas, que mueven agua caliente o fría alrededor de la Tierra.
Las corrientes oceánicas cálidas traen un clima más cálido y húmedo, mientras que las corrientes oceánicas frías traen un clima más frío y seco.
Uno de los fenómenos meteorológicos más importantes de la Tierra también puede verse afectado por el ciclo nodal lunar.
FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES
La Luna genera corrientes de marea y olas tanto en la superficie como en las profundidades del océano.
Por lo general, los fuertes vientos a lo largo del ecuador soplan el agua superficial cálida en dirección oeste desde América del Sur hacia Indonesia y en su lugar se levantan aguas profundas más frías.
Durante el evento conocido como El Niño, estos vientos alisios se debilitan o incluso se invierten, lo que afecta el clima en todo el mundo. El agua superficial cálida se acumula cerca de la costa oeste de América del Sur y el agua fría permanece en las profundidades del océano.
Por lo general, las regiones húmedas pueden verse sumidas en la sequía, mientras que las regiones secas pueden inundarse por la lluvia, lo que incluso hace que los desiertos florezcan.
La Niña, por otro lado, tiene el efecto opuesto de El Niño. Los vientos alisios son más fuertes de lo habitual, ya que empujan más agua caliente hacia Asia.
Las aguas frías que brotan de la costa de las Américas empujan la corriente en chorro hacia el norte.
El resultado son temperaturas invernales más cálidas de lo habitual en el sur y más frías de lo normal en el norte.
Juntos, los fenómenos de El Niño y La Niña hacen parte de un ciclo llamado El Niño-Oscilación del Sur, Enos. La parte «Oscilación del Sur» se refiere al cambio en la presión del aire al nivel del mar sobre el Océano Pacífico ecuatorial.
Científicos de la Universidad Estatal de Ohio han sugerido que el cambio entre El Niño y La Niña puede estar influenciado por una ola oceánica subterránea impulsada por la fuerza gravitacional de la marea lunar.
Investigadores de la Universidad de Tokio sostienen que Enos puede predecirse observando el ciclo nodal de 18,6 años de la Luna.
«Ciertamente existe un efecto nodal lunar conocido sobre las temperaturas de la superficie del mar», dice Phil Woodworth, científico del nivel del mar y miembro emérito del Centro Nacional de Oceanografía de Reino Unido.
La atracción gravitacional de la Luna influye en las corrientes de las mareas y, por lo tanto, en el movimiento y la mezcla de las capas superiores del agua del océano, dice Woodworth. «Esto se aplica especialmente al Pacífico Norte».
FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES
Las marismas son una fuente alimenticia fundamental
Hielo, tierra y aire
Si bien el ciclo nodal lunar traerá cambios marcados en las próximas décadas, en una escala de tiempo más corta, la Luna afecta a la Tierra de algunas otras formas menos conocidas.
También se cree que la Luna afecta las temperaturas polares y contribuye a las fluctuaciones en la extensión del hielo ártico. Aunque aquí, la influencia de la Luna no es su ciclo nodal de 18,6 años, sino su variación mensual más familiar en la cantidad de luz reflejada por ella a medida que crece y decrece.
Las mediciones de satélite han demostrado que los polos son 0,55 °C más cálidos durante la luna llena.
Además, las fuerzas de las mareas actúan para romper las capas de hielo y cambiar los flujos de calor del océano, alterando la cantidad de hielo en el Océano Ártico.
La Luna genera corrientes de marea y olas tanto en la superficie como en las profundidades del océano, dice Chris Wilson, experto en física marina y clima oceánico del Centro Nacional de Oceanografía.
«Estas corrientes y olas pueden derretirse o romper el hielo marino debido al transporte y la mezcla de aguas más cálidas o a los movimientos de tensión que actúan para romper el hielo en pedazos más pequeños, que luego son más susceptibles a derretirse».
GETTY IMAGES
Las mareas alteran la cantidad de hielo en el océano Ártico.
El agua y el hielo del océano no son las únicas partes del planeta que experimentan mareas. La Luna también tiene un efecto de marea tanto en tierra firme como en la atmósfera.
Las mareas terrestres son similares a las mareas oceánicas. La tierra se deforma y se hincha al igual que el mar y se cree que desencadena actividad volcánica y terremotos.
Las mareas atmosféricas provocan flujos de energía de la atmósfera superior a la inferior y cambios en la presión atmosférica.
Los cambios en la presión del aire relacionados con la posición de la Luna se detectaron por primera vez en 1847.
Las fuerzas gravitacionales de la Luna provocan protuberancias y oscilaciones en la atmósfera de la Tierra, similares a las que se observan en el agua.
«Los cambios en la presión atmosférica están relacionados con temperaturas del aire más altas, lo que significa que las moléculas de aire pueden retener más humedad en forma de vapor de agua, reduciendo la humedad y, por lo tanto, la posibilidad de lluvia», dice Liz Bentley, directora ejecutiva de la Real Sociedad Meteorológica.
Como resultado, se sabe que una presión más baja genera un clima frío y húmedo y una presión más alta, un clima más tranquilo y agradable.
El sol, un efecto no tan sutil
Pero la influencia de la Luna en la precipitación a través de las mareas atmosféricas es pequeña, ya que otros factores como el calor del Sol tienen un efecto mucho mayor.
Investigadores de la Universidad de Washington informaron que las fuerzas lunares afectan la cantidad de lluvia, pero solo alrededor del 1%.
John Wallace, profesor de ciencias atmosféricas en la Universidad de Washington, dice: «En los momentos en que el Sol y la Luna se juntan, llueve un poquito más de lo que ocurre seis horas antes o después. Así que la atracción de la Luna no afecta la cantidad de lluvia sino cuándo llueve».
La influencia de la Luna, a veces sutil y a veces profunda, ha tenido un impacto formativo en la vida en la Tierra.
Algunos científicos sostienen que es la Luna la que hizo posible la vida en primer lugar.
FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES
La Luna es el aliado más cercano de la Tierra.
La Luna estabiliza a la Tierra mientras gira sobre su eje, lo que nos ayuda a tener un clima estable. Sin ella, la Tierra se tambalearía de manera más errática. Los polos se moverían marcadamente en relación con la órbita de la Tierra. Las estaciones, los días y las noches serían muy diferentes.
Pero las mareas que pueden haber iniciado la vida en la Tierra también están alejando a nuestra luna de nosotros.
Cada año, la Luna se aleja de la Tierra casi 4 cm debido a las mareas que provoca nuestro planeta.
La Tierra gira más rápidamente que las órbitas de la Luna, por lo que el tirón gravitacional del bulto de la marea arrastra a la Luna más rápido.
A medida que la Luna acelera, tiende a lanzarse un poco hacia afuera y su órbita se agranda. Se parece a cuando te paras en la rotonda de un parque: cuanto más rápido gira, más sientes que te lanza hacia afuera desde el centro.
La Luna es nuestro aliado más cercano en la inmensidad del Universo sin el que la Tierra sería un lugar muy solitario.
Imagen de portada: Gentileza de GETTY IMAGES
FUENTE RESPONSABLE: BBC Future por Katherine Latham