Una semana antes del Oscar. El impacto global de Argentina, 1985: ¿cómo la ven en el resto del mundo?

En festivales, salas y a través del streaming, audiencias de los más diversos rincones del globo se sorprenden y emocionan con la película. 

Darín, la defensa de los valores democráticos y tres o cuatro claves más para entender el fenómeno.

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Los nueve minutos de ovación que recibió tras su proyección en el Festival de Venecia fueron el primer indicio. Luego siguió el Premio del Público en el Festival de San Sebastián, el Globo de Oro a la mejor película hablada en lengua no inglesa, el Goya a la película iberoamericana, la nominación en el rubro mejor película internacional para los Premios Oscar que se entregarán el próximo domingo.

Alfombra roja de la presentación de "Argentina, 1985" en el Festival de Venecia

Alfombra roja de la presentación de «Argentina, 1985» en el Festival de Venecia. Prensa Festival de Venecia

Algo viene generando Argentina, 1985, y ese algo no parece ser pequeño ni querer circunscribirse al selecto circuito de los festivales de cine.

Emiko Yamaguchi la vio en Tokio, con subtítulos en japonés y doblada al inglés. “No pude escuchar la linda voz de Ricardo Darín”, se lamenta

Con dirección de Santiago Mitre y guion de Mitre y Mariano Llinás, la película viaja a la década del ochenta, al segundo año de recuperación democrática tras la victoria de Raúl Alfonsín en las urnas; recrea el aspecto que Buenos Aires –en especial la zona de Tribunales– tenía en esa época y reconstruye el juicio a las Juntas Militares con el foco puesto en la figura del fiscal Julio César Strassera. Tema, locación y personajes locales, muy locales. Sin embargo, Argentina, 1985 no solo viene ganando los premios cinematográficos más prestigiosos del mundo, sino que está siendo vista, en salas o a través del streaming, por audiencias de Madrid, Roma, Nueva Delhi, Tokio. ¿Por qué captura la atención de los extranjeros? O, en todo caso, ¿qué ven quienes la ven más allá de las fronteras de nuestro país?

Cuando en septiembre del año pasado la película se estrenó en la Argentina, protagonizó un suceso que fue más allá de lo puramente cinematográfico. En el cine Lorca de la capital, las largas filas de espectadores, que llegaban hasta casi la esquina de Avenida Corrientes y Paraná, parecían una postal sacada de los mismos años ochenta retratados en el film. En la mayoría de las salas donde se proyectó se repetían escenas similares: familias que llevaban a sus hijos adolescentes a verla –como una suerte de iniciación ciudadana–, llantos contenidos durante la función, algún tarareo de canción ochentosa. 

Y aplausos en los momentos culminantes, sobre todo tras el célebre “Señores Jueces, nunca más” del alegato del fiscal Strassera encarnado por Ricardo Darín. “La película fue recibida con mucho entusiasmo no solo porque es buena sino porque recupera una experiencia nacional que tuvo éxito, en un momento en que la Argentina está en una profunda crisis”, escribió el crítico Gonzalo Aguilar en un medio uruguayo.

“Es una película perfecta para esta época en que la democracia está amenazada en todo el mundo”, dice Margaret Sobel, profesora de Lengua Inglesa, desde Nueva York

Por esos mismos días Argentina, 1985 también se había presentado en España. El periodista Juan Pedro Velázquez (66) la fue a ver a un cine de Madrid. “La sala estaba abarrotada–describe–; durante la proyección se sentía la conmoción en el público”. Cuenta que, tras verla, pensó que hubiera estado bien llevar a su sobrino, parte de una generación para la que la década del ochenta es algo así como la prehistoria. Y no tiene reparos en confesar lo que sintió al salir de la función: envidia.

Ricardo Darín y Santiago Mitre, actor y director de "Argentina, 1985" reciben el Globo de Oro a la mejor película hablada en lengua no inglesa

Ricardo Darín y Santiago Mitre, actor y director de «Argentina, 1985» reciben el Globo de Oro a la mejor película hablada en lengua no inglesa. Amy Sussman

“Para quienes fuimos jóvenes en los setenta, las Madres de Plaza de Mayo, el golpe de Estado en la Argentina, son temas conocidos. Nosotros salíamos de una dictadura, vosotros ibáis en la dirección opuesta –se explaya–. Y entonces dices ostras, ¿por qué no ha sido posible hacer algo así en España, ver cómo los responsables de la dictadura se sientan en el banquillo y enfrentan a la Justicia?”.

Juan Pedro no es el único. El mes pasado, durante la entrega de los Goya, el presentador de la gala, Carlos del Amor, lanzó un comentario que pronto se volvió viral (y generó no poco revuelo mediático en su país): “¡Qué envidia ver esta película, con el dictador juzgado y no muerto en la cama!”.

“Es difícil saber por qué la película gusta tanto, además de la atracción de figuras como Darín que está en camino de convertirse en un actor global –reflexiona Aguilar, en un intercambio de mails con La Nación–, creo que hay una dimensión internacional de lo que fue el Juicio a las Juntas que es solo comparable con la resolución que tuvieron las violaciones de los derechos humanos o el terrorismo de Estado en Sudáfrica. Fueron dos resoluciones muy diferentes, que en la Argentina tuvo en contra el hecho de que los militares nunca admitieron sus crímenes (al contrario de lo que pasó en Sudáfrica) y que fue una resolución increíble para poner fin a un ciclo (los países que no lo hicieron como Brasil o Chile todavía están sufriendo las consecuencias)”. Aguilar destaca la destreza y capacidad narrativa que se pusieron en juego en Argentina, 1985: “Para quienes no tienen mucha idea, ya el título de la película y las redes dan mucha información y entonces la historia de cómo hacer justicia en un caso tan excepcional y cómo fueron sus entretelones se transforma en una historia apasionante y, paradójicamente, en íntima y épica a la vez”.

Argentina 1985

Argentina 1985. Daniel, Maria Florencia (EDITORA FOTOGRAFICA)

Lo cierto es que, a poco de ser presentada en Venecia, la película se proyectó en salas y festivales de Suiza, Alemania, Andorra, Gran Bretaña, Uruguay, Brasil y Estados Unidos, entre otros países. En octubre comenzó su difusión a través de la plataforma Amazon Prime Video y ese fue el gran salto hacia el exterior: en este momento Argentina, 1985 está al alcance de espectadores de Tailandia, Turquía, Polonia, Singapur, Taiwán, Egipto, Sudáfrica, Japón.

“En Madrid, la vi en un cine común. Durante la proyección se sentía la conmoción del público”, describe el periodista Juan Pedro Velázquez

En este último país, en Tokio, vive Emiko Yamaguchi (51). Casada con un uruguayo, Emiko cuenta que hace treinta años, cuando vio La historia oficial [película de Luis Puenzo que obtuvo el Oscar en 1986] tuvo su primer e “impactante” contacto con la historia reciente de América del Sur. A Argentina, 1985 la vio con subtítulos en japonés y doblada al inglés. “No pude escuchar la linda voz de Ricardo Darín”, se lamenta. Pero también señala: “muestra que la democracia argentina se inició en el respeto a las instituciones, la ley, la división de poderes, el respeto a los derechos humanos, algo que todo el mundo necesita continuar valorando, en especial en este momento, cuando está cambiando drásticamente el orden internacional”.

La actriz Laura Paredes recrea el testimonio de Adriana Calvo de Laborde en "Argentina, 1985"

La actriz Laura Paredes recrea el testimonio de Adriana Calvo de Laborde en «Argentina, 1985»

Pensada para el mundo

A comienzos de este año, durante una entrevista realizada por CNN, Agustina Llambi-Campbell, productora de la película, revelaba parte del misterio. Sí, Argentina, 1985, pese a tratar un tema estrictamente local, tiene componentes –reivindicación de la democracia, de los derechos humanos y de quienes los defienden– que son universales y que por eso mismo la hacen comprensible para cualquier persona en cualquier parte del mundo. Y sí, también, desde un inicio estuvo pensada para la proyección internacional.

“Queríamos hacer una película que tuviera un eco en una audiencia internacional sobre un tema muy argentino, pero con una forma, una narrativa de thriller clásico –explica Llambi Campbell en esa entrevista–. Para que justamente los temas más importantes se puedan transmitir”.

"Cine civil en su mejor momento": así definió el Corriere della Sera a "Argentina, 1985" luego de su estreno en las salas italianas

«Cine civil en su mejor momento»: así definió el Corriere della Sera a «Argentina, 1985» luego de su estreno en las salas italianas.

Desde Long Island, Nueva York, la profesora en Lengua Inglesa Margaret Sobel no tiene dudas: “Es una película perfecta para esta época en que la democracia está amenazada en todo el mundo”, afirma. Entre las escenas que más la conmovieron, está la desenfrenada carrera de Peter Lanzani –Luis Moreno Ocampo en la ficción– por las calles de Buenos Aires cuando teme ser perseguido. “Podés sentir su miedo y su sensación de aislamiento”, describe Margaret.

"Me impresionó que solo gente joven se acercara a ayudarlos", comenta desde Nueva York la comerciante Anastasia Portnoy, tras ver la película.

«Me impresionó que solo gente joven se acercara a ayudarlos», comenta desde Nueva York la comerciante Anastasia Portnoy, tras ver la película.

También neoyorquina, la comerciante Anastasia Portnoy (55) cuenta que no conocía la historia del Juicio a las Juntas, y que la visión de la película la llevó a buscar en Wikipedia más detalles sobre ese suceso y la vida de Strassera y Moreno Ocampo. “Me impresionó que solo gente joven se acercara a ayudarlos”, comenta, en relación al equipo de profesionales que aceptó trabajar con Strassera pese al miedo imperante en aquellos años.

También en Estados Unidos, pero en la costa del Pacífico, en San Francisco, James Mitchell (59) dice que, aunque conocía la historia de la dictadura y del movimiento de derechos humanos, nunca, hasta ver la película, había oído hablar del Juicio a las Juntas. “Me encantó ver las fotos de los protagonistas reales que se proyectan al final –cuenta–. Creo que para el público no argentino es un momento muy instructivo. Humaniza a los personajes; los espectadores salimos del cine sabiendo que esa fue gente real y que ese fue un horror real”.

En la película se recreó cuidadosamente el Buenos Aires de la década del ochenta

En la película se recreó cuidadosamente el Buenos Aires de la década del ochenta.

Hace unos diez días, un posteo en una red social hizo que se multiplicaran las reproducciones de Argentina 1985 en Amazon Prime. No era cualquier posteo: el mismísimo Lionel Messi, tras elogiar la película, había lanzado: “¡Vamos por el tercero!”, en alusión a los dos Oscars que ya obtuvo la Argentina (la mencionada La historia oficial y, en 2010, El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella).

Bastante antes de que el líder de la Scaloneta reactivara el interés por este film, Juan Carlos Tovar (48), ingeniero venezolano que llegó a la Argentina en julio de 2016, ya la había visto dos veces: una en sala, otra por streaming. “Es que soy muy maniático con el cine”, admite, risueño.

Juan Carlos está haciendo los trámites para adquirir la ciudadanía, por lo que la zona de Tribunales tan presente en Argentina, 1985 le resulta más que conocida. La historia local no tanto, aunque la película lo movió a pensar varios contrapuntos y analogías con sucesos de su propio país. “Lo que me parece interesante es que en cierta medida se hizo justicia”, asegura.

–¿Hubo algo que te resultara difícil de entender?

–Tuve que googlear la palabra “facho” (risas).

Algún que otro término de la jerga local, algún que otro detalle muy específico… más allá de eso, cualquier espectador de más de 40 años y medianamente informado, accede de inmediato a la esencia de la película, viva en la ciudad del mundo en que viva. ¿Las claves de esa empatía? La vieja narrativa del personaje pequeño, vulnerable, que se enfrenta casi en soledad a un poder que lo supera, la afición global por los docudramas, la defensa de los valores democráticos (“cine civil en su mejor momento” la definió hace unos días el Corriere della Sera, además de calificarla por encima de La Ballena, estrenada en Italia la misma semana). Argentina,1985 cuenta, además, con un arma secreta: Darín. La mayoría de los extranjeros consultados por la Nación lo mencionan con cariño y devoción.

Santiago Mitre, director de "Argentina, 1985"

Santiago Mitre, director de «Argentina, 1985»

“Mi grado de conocimiento de la historia de la Argentina es muy poco profundo –admite Noemí Morales (49), asesora en Marketing y Comunicación que vive en Vilajuïga, Cataluña–. En 1985 tenía 11 años, pero sí que había oído hablar de las Madres de Mayo y tenía en mente su imagen, con los pañuelos atados a la cabeza, en la Plaza de Mayo. Imágenes que aparecían en el Telenoticias”. Por su parte, Soraya Constante (44), periodista ecuatoriana que vive en Madrid, comenta: “La vi porque quería saber más de esa historia tan oscura”.

¿Y qué de la película los sorprendió más? Responde Emiko Yamaguchi, doce horas de diferencia horaria: “La canción del final”.

El arte y su eficacia para tocar las fibras más universales. Nacida y criada en Japón, Emiko conoce la historia contemporánea, está al tanto de ciertos eventos que marcaron a nuestro país, habla español. Pero jamás había escuchado hablar de un tal Charly García ni oído cierta canción llamada “Inconsciente colectivo”: los acordes que se escuchan mientras pasan las últimas escenas del film, un golpe al corazón, aquello de que “es necesario cantar de nuevo una vez más”. En el idioma que sea, en el rincón del mundo que lo necesite.

Imagen de portada: Afiche con el que Amazon Prime Video promociona «Argentina, 1985» en Japón

FUENTE RESPONSABLE. La Nación. Argentina. Por Diana Fernández Irusta. 5 de marzo 2023.

Sociedad y Cultura/Cinematografía/Premios Oscar 2023/ Competencia.

Google responde a la amenaza de ChatGPT y estrena Bard, su propio chat ‘inteligente’.

DISPONIBLE PRONTO PARA TODO EL MUNDO

Google acaba de anunciar el lanzamiento de Bard, un ‘chatbot’ similar a Chat GPT que estará muy pronto disponible para todo el mundo. La batalla entre Microsoft y Google por la IA no ha hecho más que empezar.

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Acción y reacción. Apenas dos meses después de que OpenAI anunciara al mundo ChatGPT y solo dos semanas tras la inversión de Microsoft de 10.000 millones de dólares en OpenAL, Google ha movido ficha para no quedarse atrás en la carrera por la inteligencia artificial. 

La compañía acaba de anunciar el lanzamiento de Bard, un chat de inteligencia artificial muy parecido en concepto a Chat GPT, pero más preciso y potente, según la compañía. 

«Bard toma información de internet y la emplea para ofrecer respuestas actuales y de alta calidad», ha explicado el jefe de Google y Alphabet, Sundar Pichai. Bard, de momento, estará solo disponible para «testers de confianza antes de ponerla a disposición del público en las próximas semanas». 

El chat se basa en LaMDA (language model for dialogue applications), un modelo lingüístico creado por Google hace dos años. 

¿Recuerdan la polémica generada hace unos meses cuando un ingeniero de Google, Blake Lemoine, aseguró que uno de los programas de la compañía tenía sentimientos humanos? Exacto. 

Ese programa era LaMDA. Por supuesto, la IA de Google no tenía conciencia ni ningún tipo de sentimientos (Lemoine, de hecho, fue despedido), pero ahora regresa en forma de chatbot para competir con su primo-hermano Chat GPT.

«El objetivo de Bard es combinar la base de conocimientos del mundo con la potencia, inteligencia y creatividad de nuestros grandes modelos lingüísticos. Puede servir para saciar la curiosidad o para dar rienda suelta a la creatividad. 

Puede emplearse para explicarle a un niño de nueve años los últimos descubrimientos del telescopio espacial James Webb o para aprender cosas sobre los mejores goleadores del panorama futbolístico actual y crear después rutinas de entrenamiento que te ayuden a mejorar tus habilidades», explica Google en un comunicado. 

La compañía aclara que, en un primer momento, lanzará Bard con un modelo de LaMDA reducido, es decir, más pequeño y menos complejo, con la ventaja de que requiere una potencia de cálculo mucho menor. «Con ello, podrá llegar a más usuarios, permitiendo así más comentarios. 

Combinaremos estos comentarios externos con nuestras propias pruebas internas para ajustar las respuestas de Bard, de modo que ofrezcan un alto nivel de calidad, seguridad y basadas en la información del mundo real». 

Dicho de otra forma: Google quiere ser mucho más cauteloso en comparación con OpenAI y, sobre todo, con Facebook, que hace unos meses tuvo que retirar su IA Galactica solo tres días después de estrenarla debido a los fallos tan clamorosos que cometía (entre ellos, diversos comentarios racistas).

Bard, el nuevo Chat GPT, pero de Google.

El lanzamiento de Bard se produce en un momento de auténtica locura desatada alrededor de la IA. 

Chat GPT ha creado una fascinación similar a la que vivimos en 2007 con el lanzamiento del primer iPhone, o en 1994, cuando el navegador Netscape revolucionó una internet aún naciente y se hizo con el 75% de cuota de mercado en solo cuatro meses desde de su estreno. 

Durante los últimos años, se han presentado herramientas de IA muy parecidas a Chat GPT, algunas incluso similares en resultados y funcionamiento. Chat GPT (su versión 3.5) incluso no era el chatbot más avanzado de la compañía, pero OpenAI ha sabido capturar la imaginación de millones de personas a golpe de marketing y tecnología mostrando las posibilidades que se abren con una IA avanzada.

Google quiere ahora contrarrestar esa condición de supuesto líder de IA de OpenAI y está intentando reaccionar a toda velocidad. El pasado viernes, se confirmó que la compañía había invertido 300 millones de dólares en Anthropic, otra de las startups de IA más punteras del momento. Queda lejos de los 10.000 millones que Microsoft ha invertido en OpenIA, pero Google promete una avalancha de novedades en 2023 en este frente. Y lo siguiente será el buscador.

Un Google en esteroides con IA

La compañía ha aprovechado el lanzamiento oficial de Bard para confirmar que próximamente estarán disponibles nuevas funciones del buscador alimentadas directamente con IA. «Pronto, se podrá ver en la Búsqueda estas funciones potenciadas por IA que ofrecen información compleja y múltiples puntos de vista en formatos fáciles de digerir, para comprender rápidamente el panorama general y aprender más de la web: ya sea buscando perspectivas adicionales, como blogs y creadores», explica. Y da algunos ejemplos.

Así se verán las nuevas funciones de IA integradas en el buscador de Google.

«Cuando uno piensa en el Buscador de Google, lo primero que diría es que es útil para proporcionar datos objetivos. 

Por ejemplo, si le preguntamos, «¿cuántas teclas tiene un piano?». Pero, cada vez más, la gente recurre a Google en busca de un nivel más profundo de conocimiento. 

Cosas del tipo, «¿qué es más fácil, aprender a tocar el piano o la guitarra?, ¿y cuánta práctica requiere cada uno de estos instrumentos?», explican. 

Esta semana, la compañía presentará en un evento global en París buena parte de estas novedades. Si alguien dudaba de que en Google habían apretado el botón de alerta roja tras el furor mundial generado por Chat GPT, aquí tiene la confirmación. 

Esto es solo el principio», zanjan desde la compañía.

Imagen de portada: Reuters/Charles Platiau.

FUENTE RESPONSABLE: El Confidencial. Por M.A.MendeZ. 6 de febrero 2023.

Sociedad y Cultura/Inteligencia Artificial/Competencia/Actualidad.

El fin de Tesla: cómo la industria está derribando al gigante con pies de barro.

COMIENZA SU CAÍDA ANUNCIADA

Tesla se enfrenta a una amenaza existencial, impotente ante el tsunami de modelos de otros fabricantes y sus propios errores: mal diseño, pésima calidad, terrible servicio y tecnología del montón.

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Tesla no morirá por el hundimiento de su cotización bursátil ni por la brusca desaceleración de sus ventas. Tampoco por el escándalo de sus mentiras sobre su tecnología autónoma, sus graves problemas en la cadena de suministro, el pésimo servicio de atención al cliente, demandas cada vez más numerosas, investigaciones criminales, el éxodo de talento o los desvaríos de Elon Musk en Twitter. Todo eso (¿quizá?) puede arreglarse. La amenaza real para su supervivencia está en el núcleo de su negocio: la estrategia de diseño y ejecución de Tesla es sencillamente mala.

Después de una década siendo prácticamente su único participante, Tesla se enfrenta ahora a una nueva era, la de la guerra de los vehículos eléctricos, que empezó en serio en 2022, pero que se intensificará en 2023 y los años siguientes. 

En la actualidad, Tesla sigue dominando el mercado de vehículos eléctricos en Estados Unidos, pero su ventaja ha disminuido de forma constante y se espera que se destruya rápidamente a medida que los fabricantes de automóviles tradicionales lancen sus propios modelos eléctricos. 

La avalancha de nuevos modelos de vehículos eléctricos sin duda amplificará las deficiencias fundamentales de Tesla, muchas de las cuales se derivan de un mal diseño industrial y sus terribles decisiones en la experiencia del cliente. Los BMW, Ford y Kia de este mundo llegan dispuestos a arrasar la atribulada empresa de Musk más rápido de lo que se puede convertir un hyperloop en un aparcamiento.

El Tesla Model S original de 2012.

El diseño de Tesla nunca fue especialmente impresionante, pero eso era una ventaja en 2012, cuando se lanzó el Model S. «Yo lo llamaría insipidamente atractivo», explica a este diario Adrian Clarke, diseñador profesional de coches que ahora escribe críticas de diseño para la publicación automovilística The Autopian. «Estaban bien, no eran alucinantes, pero no asustaron a la gente, algo que creo es realmente importante».

El hecho es que la mayoría de quienes compran coches no quiere estar a la última en diseño. «Quiere un coche que se adapte a su vida», dice Clarke, y por eso no se pueden diseñar lo que él llama “coches espaciales del futuro”. Un diseño atrevido podría haber alejado a los posibles primeros compradores de Tesla, que ya se estaban arriesgando con una tecnología nueva y no probada que sustituía por completo al motor de combustión interna. Es un error que empresas como General Motors —con el EV1 de 1996— cometieron en el pasado. «Su estilo era muy muy avanzado», dice Clarke. Demasiado avanzado para que los consumidores se lo tragaran: el EV1 vendió unas 1.000 unidades.

El GM EV1. (Rick Rowen/Creative Commons)

Pero no Tesla. Tras lanzar la empresa en 2008 con el Roadster —un deportivo corriente basado en el Lotus Elise del que solo se vendieron unas 2.400 unidades—, el Model S de 2012 introdujo el diseño que la gente identifica ahora con el fabricante de automóviles de Austin. 

«Era sorprendentemente conservador, con ecos del Jaguar XF y de algunos modelos muy queridos de Lexus», me dice Jeremy Newman, que antes diseñaba coches para Jaguar Land Rover y ahora trabaja como diseñador independiente en Barcelona. 

Newman señala la rejilla delantera del Model S como una decisión de diseño deliberada para dar al coche una característica familiar. Las rejillas existen para permitir el flujo de aire que refrigera el radiador que previene el sobrecalentamiento de un motor de combustión. El vehículo eléctrico de Tesla no necesitaba esta característica para enfriar su batería ni sus motores eléctricos, pero tenía una rejilla de todos modos. 

Finalmente, el fabricante la eliminó en 2016, pero solo después de que el mercado se hubiera familiarizado con los VE. Otros fabricantes, dice, “han tenido la ventaja de masajear sus identidades visuales para adaptarse al formato del vehículo eléctrico». Pueden resultar llamativos y reconocibles al mismo tiempo. Tesla no pudo permitirse ese lujo cuando empezó, de ahí su aspecto genérico y anodino.

El Model S actual.

Pero eso era antes. Ahora, el diseño de Tesla parece anticuado. 

«El Model S tiene ya 10 años», dice Clarke. Sus otros coches —los Model 3, X e Y— están hechos a imagen y semejanza del Model S; en realidad, son el mismo coche con proporciones ligeramente diferentes. Aunque la empresa actualiza habitualmente las piezas mecánicas y el software, Clarke afirma que el diseño es «esencialmente, exactamente el mismo coche que en 2013.» Ese tipo de estancamiento es inaudito en la industria, que refresca el aspecto de los modelos de automóviles cada año, además de realizar grandes renovaciones planificadas cada cierto tiempo. «La mayoría de los fabricantes rediseñan cada siete u ocho años», afirma.

La industria contraataca

La falta de innovación en el diseño de Tesla sería un gran problema para cualquier empresa, pero se convierte en una amenaza existencial con la inminente explosión de modelos de vehículos eléctricos que están a punto de llegar al mercado desde las fábricas de todos los fabricantes de automóviles del mundo.

El Ford F-150 Lightning en los cuarteles de Ford Motor Company World Headquarters en Dearborn, Míchigan.

En Estados Unidos, General Motors y Ford están en plena ofensiva. En 2020, GM anunció que invertiría 35.000 millones de dólares en VE entre 2020 y 2025, y los consumidores están viendo ahora el resultado de ese esfuerzo con el Hummer EV, el Cadillac Lyriq, el Chevy Volt y un montón de nuevos coches, furgonetas y camionetas anunciados para 2023. Ford —que ha invertido 22.000 millones de dólares— ha triunfado con su pickup eléctrico F-150 Lightning, que aprovecha el éxito de la camioneta más vendida de Estados Unidos para «llevar los VE al ciudadano de a pie». También ofrece el popular Mustang Mach-E y la furgoneta E-Transit.

El Cadillac Lyriq 2023. (GM)

Los fabricantes europeos, como BMW, Mercedes, Volvo, Volkswagen, Audi, Renault y Porsche, han lanzado multitud de nuevos modelos eléctricos de distintos tamaños. Lo mismo ocurre con los fabricantes japoneses, surcoreanos y chinos. Las marcas chinas —como BYD o Geely— representan el 52% del mercado mundial de VE, aunque venden sobre todo al mercado chino. Marcas como Hyundai, Nissan, Mitsubishi, Honda y Toyota siguen introduciendo nuevos modelos eléctricos, como el popular y elogiado Hyundai Ioniq 5, el Nissan Ariya, el Honda Prologue y el Toyota BZ4X, por nombrar algunos.

El Hyundai Ioniq 5.

Tesla sigue dominando el mercado de VE en EEUU, pero el crescendo de modelos de las otras empresas ya ha afectado a su cuota de mercado, que cae del 79,4% en 2020 al 65,4% en 2022. 

Mientras Tesla afirma que vendió un 40% más de vehículos en 2022, el sector de los vehículos eléctricos creció un 70%. En el extranjero, el fabricante chino BYD crece con fuerza mientras Tesla se mantiene plana, duplicando la cuota de mercado de este último. 

En Europa, el mercado de vehículos eléctricos está más fragmentado y Tesla solo ocupa la tercera posición, por detrás de BMW y Mercedes. Teniendo en cuenta que la UE se prepara para prohibir totalmente los coches con motor de combustión interna en 2035 y que esto se traducirá en más y más modelos y unidades, las cosas no pintan bien para Elon Musk. 

De hecho, según S&P Global Mobility, la cuota de mercado de vehículos eléctricos de Tesla en Estados Unidos seguirá cayendo hasta alcanzar el 20% en 2025. La caída será similar en todo el planeta. Es lógico. Si ya eres propietario de un vehículo de una marca tradicional, es probable que haya un modelo eléctrico listo para ti ahora o que lo esté más adelante, en 2023 y años siguientes. 

Este es un gran problema para la empresa de Musk porque la gente tiende a ser fiel a su marca. Empresas como BMW, Ford, Toyota, Kia o Subaru gozaban de una tasa de fidelidad en torno al 60% en 2022. Si has sido feliz con un BMW Serie 3 durante las últimas dos décadas, es muy probable que tu primer VE sea bávaro.

Volkswagen ID.Buzz.

El resultado es que se ha producido una explosión de nuevos diseños —algunos con estéticas completamente nuevas, otros con diseños conocidos— que, en conjunto, hacen que la insipidez de Tesla solo sea comparable a la de un trozo de corcho. 

Algunos de estos nuevos coches competirán directamente con Tesla a precios igualmente elevados, como el Porsche Taycan o el BMW iX. Otros se dirigen al segmento más bajo del mercado, como el Nissan Leaf, el Renault Zoe y muchos otros, un segmento que, según Clarke, Tesla no podrá tocar porque carece de los recursos humanos y la infraestructura necesarios para producir un coche asequible.

El BMW iX.

«Durante años he pensado que, en cuanto los fabricantes tradicionales entraran en el juego de los vehículos eléctricos, Tesla tendría problemas», afirma Clarke. «Cuando Tesla vendía entre 50.000 y 100.000 coches al año, no valía la pena para las marcas tradicionales. No merecía la pena su tiempo ni su inversión». 

El negocio del automóvil es extraordinariamente duro y con márgenes extremadamente ajustados que no permiten mucha experimentación. Pero, ahora, con el creciente interés del público por los vehículos eléctricos y el mandato de la UE, el estado de Nueva York y California de acabar con los motores de combustión en 2035, las cosas han cambiado. 

Bruce Greenwald, legendario inversor, el gurú de los gurús de Wall Street y profesor emérito de la Columbia Business School, señaló en 2021 que Tesla estaba perdiendo el control del mercado de los vehículos eléctricos: «Dentro de 20 años, ¿realmente crees que van a dominar el mercado automovilístico? Ni de broma». 

Michael Burry —el famoso inversor de Big Short que predijo el crack de 2008— es aún más pesimista, a juzgar por su continua apuesta contra la empresa y sus advertencias sobre la feroz competencia del mercado.

Audi Q8 e-tron 2023.

«Si Tesla no implementa nuevos modelos con bastante rapidez —añadiendo al menos uno o dos modelos en 2023-24—, no podrá competir al mismo nivel con otros grandes fabricantes, como VW, Toyota o Mercedes», afirma Adrian Schafer, profesor de movilidad y diseño industrial de la Universidad alemana de El Cairo. 

Pero producir nuevos modelos, como el Cybertruck, es notablemente difícil para Tesla, por no decir imposible, como dice el propio Elon Musk: «Si introdujeramos nuevos vehículos, nuestra producción total disminuiría». Es imposible en estos momentos, punto. El comentario de Musk es consecuencia de los graves problemas de suministro y fabricación de Tesla, que no parece que vayan a resolverse pronto.

Volvo EX90 2023.

Uno de los problemas es que el fabricante ha atascado sus capacidades de producción al mantener todos los aspectos de la fabricación en su propia casa, en lugar de asociarse con terceros para ayudar a crear y fabricar componentes. 

Musk cree que esta estrategia acabará dando a la empresa una ventaja en costes de fabricación, pero no todo el mundo está de acuerdo en que esto sea posible, como dice la Harvard Business Review. El hecho es que, en la actualidad, este enfoque ha dado lugar a problemas de calidad, como se vio en la pantalla táctil de gran tamaño que Tesla añadió al Model S en 2012. 

Tesla adquirió pantallas y componentes electrónicos no homologados para automóviles. A pesar del coraje aparente de la empresa, Musk no tuvo en cuenta que los componentes electrónicos de los coches están sometidos a condiciones extremas de temperatura y luz. 

Lógicamente, las pantallas fallaron, lo que provocó un importante programa de retiradas mundiales que llegó hasta China, además de una investigación de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de Estados Unidos y la Autoridad Federal de Transporte Motorizado de Alemania. Por eso, las compañías usan componentes probados para coches, no productos de consumo corrientes. Fabricar todo en casa siempre es una mala idea, me dice Clarke. 

La industria recurre a proveedores especializados en automóviles para ejecutar los diseños de casi todos los componentes, desde los asientos a los embellecedores de las puertas, las luces o las computadoras de a bordo. Para Tesla es imposible competir con los proveedores en precio y calidad, ya que están especializados en lo que hacen y sirven a varias marcas. La experiencia y las economías de escala no están del lado de Tesla.

El Cybertruck no es una solución, es otro problema

Estos problemas para Tesla no hacen más que agravarse cuando analizamos el Cyber Truck, un producto que Tesla necesita urgentemente para competir con los SUV, uno de los segmentos de vehículos eléctricos de mayor crecimiento en la actualidad. Los expertos del sector se muestran escépticos ante la posibilidad de que el camión de Tesla llegue a comercializarse, sobre todo en su forma actual, o de una manera en la que pueda competir realmente con las opciones de Ford, RAM o GM.

Tesla Cybertruck.Con el Cybertruck, Tesla tomó una ruta de diseño completamente diferente a la de sus otros coches. Fabricado con paneles rectos y ángulos duros, también es completamente diferente de sus competidores, como el Ford F-150 y el Chevrolet Silverado, que tienen las curvas suaves estándar que se ven en todos los demás vehículos modernos. Musk dijo que tenía un estilo «ciberpunk o Blade Runner». Pero la leyenda del diseño Frank Stephenson —considerado uno de los diseñadores de automóviles más influyentes de nuestro tiempo— criticó el Cybertruck, describiéndolo como «frío, estéril y casi repulsivo», entre otras lindezas.

El Chevy Silverado.

Sabemos que Tesla es un régimen autoritario en el que todo lo que dice Musk se hace. Y sabemos que cree tener buen ojo para el diseño. 

Musk ha hablado de intentar encontrar los elementos que «desencadenan la emoción de apreciar la belleza en tu mente». 

Al parecer, según dicen, estaba «tan decidido a hacer que las puertas de ala de gaviota del Model X se abrieran y se elevaran como el movimiento de ballet de los brazos del cisne que, de hecho, hizo que los ingenieros vieran vídeos de ballet». 

Sin embargo, Newman, antiguo diseñador de Jaguar Land Rover, cree que el diseño del Cyber Truck no es solo de mal gusto. Cree que es «estratégicamente irresponsable». No considera que su ostentoso estilo sea la solución a la anodina uniformidad actual de Tesla. «Si lo fuera —dice— representaría un alejamiento repentino de donde está establecida su base de clientes».

El Ram 1500 Revolution ha sido un éxito de crítica y público.

Aunque a los fanboys de Tesla les encantó el Cyber Truck cuando Musk lo mostró por primera vez en 2019, su diseño está resultando considerablemente difícil de materializar. Musk prometió una fecha de entrega en 2021, pero ahora dice que el camión se empezará a fabricar a «finales de 2023«. 

Tesla culpó a la cadena de suministro, pero Clarke y otros en la industria sospechan que solo se podrá producir con un serio rediseño.

«En cuanto vimos [el Cyber Truck], todo el mundo que conozco en el sector se echó a reír. Pensamos que era imposible que pudieran fabricarlo», afirma. Clarke cree que el Cyber Truck no superará las normativas sobre choques o impactos a peatones; y, lo que es más importante, va a ser extremadamente difícil hacer «esos paneles rectos muertos». 

Clarke explica que los paneles de los coches se fabrican estampándolos con grandes prensas hidráulicas de metal, por eso siempre son curvos: «Siempre tienen una cierta cantidad de curvas porque tienen que ser capaces de mantener la forma cuando la pieza sale de la prensa». Pero, si los ángulos de los paneles son rectos, Clarke dice que no funcionará: «Va a vibrar, y van a tener enormes problemas para estampar esos paneles y hacer que mantengan su forma». 

También cree que el ruido que generarán los ángulos de los paneles reverberaba en el interior de las cavidades del vehículo. Esto obligará a Tesla a utilizar «algún tipo de espuma o amortiguador de sonido» en el interior de la carrocería, o a rediseñarla parcialmente o por completo. Al final, Clarke cree que Tesla se encontrará con tantos problemas cuando empiece a producir el camión que muy pocos llegarán a fabricarse a menos que hagan un rediseño importante.

El Rivian RT1.

Estos errores se pueden esperar de novatos como Rivian, que está teniendo múltiples problemas de calidad y ahora se enfrenta a «la dura realidad de la fabricación», como señaló recientemente el Wall Street Journal

Aunque los fans de Rivian hablan maravillas de sus camionetas RT1 —tanto como los propietarios de Tesla hablan maravillas de sus coches—, la empresa ya ha emitido tres retiradas de estos vehículos desde su lanzamiento limitado a 2021, y algunos clientes están acusando a la empresa de caídas de calidad a medida que aumenta el volumen de producción. 

Y, aunque todos los fabricantes tienen retiradas y revisiones, el caso Rivian es un déjà vu de Tesla. Es lamentable ver cómo Musk repite y amplifica en el Cyber Truck errores de diseño similares que cometió con sus anteriores coches. Tesla ya no es una startup como Rivian. «Esta narrativa de que Detroit y los fabricantes tradicionales no saben lo que hacen, y que estas nuevas empresas de Silicon Valley están aquí para disrumpir la fabricación de automóviles, no tiene sentido», dice Clarke.

Pero ¿podría Tesla morir realmente?

Tanto la marca como el negocio de Tesla tienen serios problemas que se están manifestando ya. En una encuesta reciente, solo el 13,4% de los adultos estadounidenses tiene una opinión favorable de Tesla, frente al 28,4% de enero de 2022. La empresa de análisis de mercado J. D. Power sitúa a la empresa casi al final de su encuesta sobre la calidad de los coches en 2022, realizada con 84.165 propietarios estadounidenses verificados. 

La encuesta de 2022 de la influyente revista de análisis de productos Consumer Reports sitúa la fiabilidad de Tesla en el puesto 19 de 28 marcas en Estados Unidos. Para empeorar las cosas, el modelo de tiendas de la empresa, que reduce costes sobre las redes de concesionarios, hace que Tesla tenga muchas dificultades para atender a los clientes que sufren problemas. «No pueden llevarte el coche, darte un coche de cortesía y un buen café mientras te arreglan tu vehículo», dice Clarke. 

La gente valora los concesionarios por eso, porque valora su tiempo, sobre todo en el segmento de mercado de gama alta al que se dirige Tesla. Todo lo anterior equivale a una experiencia terrible para el cliente, desde el diseño del coche hasta su calidad, pasando por la forma en que los conductores tienen que comprarlos. «Dudo en llamarlo comportamiento anti consumidor, pero Tesla tiene un comportamiento muy poco amistoso con el consumidor», afirma Clarke.

Nueva variante 4×4 del Mercedes EQA eléctrico con 228 y 292 caballos de potencia.

Pero tal vez el golpe de gracia en este desastre en desarrollo sea la promesa incumplida de Tesla de una conducción totalmente autónoma —un coche que te llevaría con seguridad a cualquier lugar y en cualquier condición de la carretera sin que toques el volante— a pesar de que Musk ha prometido que llegará «el año que viene» todos los años desde 2014

Mientras tanto, empresas como Volvoque utiliza la tecnología de Waymo— o Mercedes han ganado a Tesla en este juego. Tesla no solo va por detrás, sino que las falsas afirmaciones de Musk sobre la autonomía son ahora objeto de demandas de los consumidores y de una investigación penal federal. 

El resultado de todo esto es que la empresa que una vez fue considerada un disruptor, un faro de innovación y un rebelde contra la vieja y anticuada industria del automóvil ha perdido su ventaja en todo lo que la hacía especial. 

Con la ventaja de la innovación de Tesla eliminada, no hay nada que impida a los grandes fabricantes hacerse con el mercado de los vehículos eléctricos. Sobre todo porque Tesla no puede igualar su enorme poder industrial, producto de décadas de perfeccionamiento de sus capacidades de diseño, fabricación y experiencia en la atención al cliente.

En el mejor de los casos, parece que Tesla solo puede aspirar a sobrevivir y convertirse en un fabricante de automóviles más. La otra opción es que una de las grandes marcas chinas la termine comprando o, sencillamente, colgar el cartel de cerrado en un par de décadas, como antes lo hicieron otras empresas de automóviles que no resistieron los retos de la industria más difícil del mundo. 

Actualización: Ayer Tesla hizo público que 2022 fue un récord de ventas para la compañía. Sin embargo, como dice el artículo, esos resultados están por debajo de las estimaciones y el crecimiento del resto del mercado. Como afirma la publicación económica Bloomberg esta mañana, los resultados son malos: «El pronóstico de la compañía para la producción de vehículos está por debajo de las estimaciones y su enfoque en el crecimiento anual compuesto oscurece la fuerte desaceleración de 2023». 

El Wall Street Journal repite lo mismo, llamando la atención al aumento de la competencia y la ralentización de las ventas de Tesla el año pasado, por debajo de las estimaciones de la propia Tesla. 

La prestigiosa publicación Axios hace un análisis demoledor: «A medida que la competencia se calienta, Tesla está empezando a parecerse cada vez más a una empresa de automóviles tradicional que debe hacer cosas como bajar los precios o aumentar los incentivos cuando la demanda se ralentiza». 

Parte del problema, afirma, es que «no ha introducido un nuevo vehículo de consumo en años a pesar del aumento de la competencia de General Motors, Ford, Volkswagen, Hyundai, Rivian, Lucid y otros». En el mismo reportaje, el analista de la industria automovilística Michelle Krebs afirma que Tesla «tiene una línea de productos envejecida, una línea de productos muy limitada, y una camioneta prometida que aún no hemos visto».

Imagen de portada: El Model S en la exposición Auto China 2016. En 2022, el fabricante local BYD ya dobla la cuota de mercado de Tesla.

FUENTE RESPONSABLE: El Confidencial. Por Jesús Díaz.

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El millonario negocio de las muestras inmersivas: del furor por Van Gogh a Miguel Ángel, Frida Kahlo y Banksy.

En alianza con Bloomberg Businessweek

Las exhibiciones inmersivas de Van Gogh recaudaron cientos de millones de dólares el año pasado. Ahora le toca al maestro impresionista hacer que el dinero siga fluyendo.

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Lejos del parisino Musée d’Orsay, los lirios de agua de Claude Monet florecen. El lugar no es la National Gallery of Art de Londres, ni el Metropolitan Museum de Nueva York. 

Es el cavernoso Castillo Saunders, en Park Plaza, Boston, a diez minutos a pie del barrio chino. Allí 40 proyectores inundan los 1400 metros cuadrados del antiguo arsenal con imágenes de las obras maestras del pintor impresionista. Durante los 40 minutos que lleva recorrerla, la música de fondo empareja melodías suaves con brillantes amapolas, y crescendos de grandes oberturas con siluetas oscuras.

Inaugurada el 16 de junio, Immersive Monet & the Impressionists cubre paredes de siete metros de alto con obras del pintor del título, junto con los remeros de Pierre-Auguste Renoir, Niña en un sillón azúl de Mary Cassatt y las bailarinas de Edgar Degas. Los visitantes pueden comportarse como quieran en el lugar: mantenerse de pie en el centro, sentarse en bancos o descansar en el piso. No hay una forma única de experimentar la inmersión.

Los lirios de Monet también han florecido en el este de Los Ángeles, enfrente de un In-N-Out Burger cruzando la autopista, donde Monet: The Immersive Experience, organizada en parte por la startup neoyorquina Fever Labs Inc., estuvo meses en exhibición. La muestra prometía una «inmersión artística total» en 360 grados por la cual las obras del artista se extendían del piso al techo en 1900 metros cuadrados de «luz y sonidos espectaculares». La exposición concluyó el mes pasado.

Y también florecen en Canadá. En junio Encore Productions, con sede en París, inauguró Imagine Monet: The Immersive Exhibition en Edmonton, Ottawa y Quebec.

«Frida Kahlo Inmersiva». Lighthouse Immersive pagó un arancel para utilizar las obras de Frida Kahlo

Todas estas muestras competidoras apuestan a que Monet imite el éxito de Van Gogh. Las exposiciones inmersivas del año pasado del holandés de una sola oreja atrajeron a consumidores cansados de la pandemia que querían una alternativa a Netflix con distancia social. (Recibieron un estímulo cuando aparecieron en la trama de la exitosa serie Emily en París). Desde entonces se inauguraron unos 40 salones de Van Gogh en los Estados Unidos. En 18 meses, Lighthouse Immersive, que organiza la exposición de Boston, vendió 5 millones de entradas -a un promedio de US$ 50 cada una- de su Immersive Van Gogh, que sigue en exhibición en Chicago, Los Ángeles y Pittsburgh.

«Somos muy optimistas sobre el futuro del negocio», señala Corey Ross, presidente de la empresa radicada en Toronto. «Lo que me entusiasma de ser productora es la conexión, estar en el punto central entre los artistas y el arte de un lado, y el público del otro». Ross se niega a dar un cálculo de la facturación general, pero una simple multiplicación ubica en US$ 250 millones las ventas de entradas para su experiencia Van Gogh. Ese monto de dinero también entusiasma.

Martin Biallas, fundador y director ejecutivo de SEE Global Entertainment, en Los Ángeles, afirma que cada una de las exhibiciones de Monet by the Water, que ahora se expone en Río de Janeiro, puede generar unos US$ 4,5 millones. La venta de alimentos, bebidas y artículos representa el 25 por ciento de los ingresos. La instalación se trasladó a San Pablo en julio, y luego irá a San Francisco en diciembre.

INVERSORES CAUTIVADOS

Wall Street empezó a prestar atención. En enero, Fever Labs, que maneja las «experiencias inmersivas» de Van Gogh y Monet, además de otras basadas en programas populares como Friends o Bridgerton y Stranger Things, de Netflix, recaudó US$ 227 millones en una ronda de financiamiento dirigida por Goldman Sachs Group Inc.. En aquel momento, el CEO de Fever, Ignacio Bachiller Ströhlein, declaró que la compañía tiene una «senda muy clara» camino a la oferta pública inicial. «La demanda de experiencias en vivo es más alta que nunca, a pesar de la pandemia«, agregó.

Los visitantes pueden recorrer el Louvre en París por menos de US$ 20, mientras que el ingreso al British Museum de Londres es gratuito. Pero estas exhibiciones son más baratas que un pasaje en avión: durante su primer mes en Boston, la entrada para Immersive Monet & the Impressionists fue de apenas US$ 30, en tanto las experiencias VIP, que incluyen acceso prioritario y artículos de recuerdo, pueden llegar a los US$ 80.

En Buenos Aires, la muestra Imagine Van Gogh vendió 50.000 entradas en solo 10 días.

Estos precios moderados implican la llegada a un mercado vasto en muchas ciudades. Lo cual, junto con el costo relativamente bajo de ingresar en el sector, explica por qué surge tanta competencia. Buena parte de la inversión inicial se destina a equipos: Pascal Bernardin, presidente de Encore Productions, que produce las muestras Imagine, dice que la compañía puede gastar US$ 900.000 en la compra de los 90 proyectores que utiliza en algunas de sus experiencias Imagine Picasso. Las exhibiciones se organizan por lo general en vueltas de 30 minutos que destacan cientos de obras de arte en muros de hasta siete metros de altura.

Después está el real estate. El alquiler vigente de Light Immersive en Boston se extiende solo por un año, pero la compañía por lo general trata de cerrar alquileres a más largo plazo, de hasta diez años. Los pagos mensuales van desde los US$ 20.000 a casi US$ 300.000. «En gran medida hay una relación entre el costo del alquiler y el tamaño de la ciudad, y la magnitud de la audiencia en cada ciudad», explica Ross, su presidente.

Biallas apunta que cada instalación de Monet by the Water demanda gastos por US$ 2,5 millones por cada permanencia. La exposición de 75 minutos incluye puentes y estanques construidos para cada salón.

EL DOMINIO PÚBLICO

El motivo de que tantos de los proyectos se concentren en artistas muertos no obedece solo a la belleza de sus obras o a su amplio atractivo. Sucede que no están vivos para reclamar que les paguen. Según Jacob Victor, profesor adjunto en la Escuela de Derecho de Rutgers, las obras de muchos de estos artistas son de dominio público en vista del tiempo que transcurrió desde las muertes de Van Gogh, Monet, Klimt y demás. Lighthouse Immersive y Encore pagaron un arancel para utilizar respectivamente las obras de Frida Kahlo y Picasso. (Ninguno reveló la cantidad).

Las empresas ya buscan el próximo éxito. Ross afirma que podría ver una experiencia Misión imposible, con personas corriendo por almacenes junto con hologramas de Tom Cruise.

«Michelangelo’s Sistine Chapel: The Exhibition» reproduce 34 de los famosos frescos del Vaticano

El pasado otoño boreal en Toronto, Lighthouse produjo Touch, un espectáculo de ballet en vivo en el que los movimientos de los bailarines activaban distintos efectos de luz y video. Los visitantes se sentaban en sillas giratorias mientras los bailarines se movían a su alrededor. Según Ross, el espectáculo vendió casi 10.000 entradas a US$ 60 cada una. «Estamos al borde de algo interesante», comentó.

La mayor dificultad es el aumento de la competencia. «¿Está sobresaturado el mercado? Sin dudas«, opinó Ross. «Lo que al final sucederá es que las personas que hagan trabajos interesantes y de calidad quedarán en la cima, y los que no lo hagan serán menos interesantes para el público y menos exitosos».

Por lo demás, el año pasado la gente tenía menos opciones de actividades recreativas en general. Este verano boreal los predios deportivos están a la máxima capacidad y las fronteras internacionales están abiertas de nuevo. Regresaron los conciertos. Los museos también reciben visitantes en sus propias muestras.

De momento, las ventas de entradas de SEE Global Entertainment para sus exhibiciones de Monet son la mitad de lo que eran el año pasado. «Ahora la gente tiene opciones -admite Biallas. Los números promedio de ventas siguen siendo buenos. No me malinterpreten. Pero el año pasado estábamos delirando».

SEGUNDAS IMPRESIONES

Cuatro exhibiciones gigantes que recorrerán el mundo:

1. Miguel Ángel

«Michelangelo’s Sistine Chapel: The Exhibition» reproduce 34 de los famosos frescos del Vaticano, incluidos La creación de Adán y El juicio final, con un sorprendente detalle de gran tamaño. Ahora está en exhibición en Michigan y su gira seguirá por otros estados de Estados Unidos y Australia.

«The Art of Banksy: Without Limits»recopila unas 150 de las obras del grafiti guerrillero del artista inglés

2. Pablo Picasso

Después de pasar por Vancouver y San Francisco, donde la visitaron 1000 personas al día, «Imagine Picasso» cerró, por ahora, sus puertas. Más de 200 obras del maestro cubista fueron otorgadas bajo licencia a Annabelle Mauger y Julien Baron de Encore. El texto del historiador de Picasso, Androula Michael, complementó las proyecciones en paredes y otras superficies.

3. Frida Kahlo

Para aquellos que no pueden hacer el peregrinaje a la Ciudad de México, el «Immersive Frida Kahlo» cuenta con más de 1,2 millones de fotogramas de video representados en imponentes proyecciones. Actualmente se puede visitar en Boston, Chicago, Dallas, Denver, Houston y Los Ángeles, donde incluso se ofrece una clase de yoga de 35 minutos en el espacio patrocinado por el fabricante de kéfir Lifeway Foods.

4. Banksy

Este mes se inaugura «The Art of Banksy: Without Limits»que recopila unas 150 de las obras monumentales del grafiti guerrillero del artista inglés. Se trata de una producción conjunta entre Fever y SEE, autorizada por la organización de Banksy, Pest Control, y prestada por coleccionistas privados. 

Imagen de portada: Noche estrellada de Van Gogh.

FUENTE RESPONSABLE: El Cronista. Apertura. Por Carly Wanna. 28 de septiembre 2022.

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