Las especies que han colonizado la gigantesca «isla» de plástico que flota en el Pacífico.

Los investigadores colaboraron con el Instituto Ocean Voyages para recolectar los residuos del océano.

Un grupo de científicos ha descubierto animales marinos que viven entre desechos plásticos en un área del océano abierto denominada «la gran mancha de basura del Pacífico».

Muchas de las criaturas son especies costeras, que viven a kilómetros de sus hábitats habituales, en un parche a medio camino entre la costa de California y Hawái.

Los científicos encontraron plantas y animales, incluidas anémonas, pequeños insectos marinos, moluscos y cangrejos, en el 90% de los desechos.

Lo que les preocupa es que el plástico pueda ayudar a transportar especies invasoras.

El estudio examinó artículos de plástico de más de 5 cm (2 pulgadas) de diámetro recolectados de un «giro», un área donde las corrientes circulantes provocan la acumulación de escombros flotantes, en el Pacífico.

«Los plásticos son más permanentes que muchos de los desechos naturales que se han visto anteriormente en el océano abierto. Están creando un hábitat más permanente en esta área», dice Linsey Haram, del Centro de Investigación Ambiental del Smithsonian, quien encabeza el estudio.

Haram trabajó con el Ocean Voyages Institute, una ONG lleva a cabo expediciones para recolectar contaminación plástica, y con oceanógrafos de la Universidad de Hawái en Manoa.

Residuos del océano con vida marina creciendo en ellos.

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Más de la mitad de los artículos que examinaron los investigadores contenían especies que generalmente se encuentran en la costa.

El mundo tiene al menos cinco giros oceánicos infestados de plástico. Se cree que este contiene la mayor cantidad de plástico flotante: un estimado de 79.000 toneladas en una región de más de 1,6 millones de kilómetros cuadrados.

«Todo tipo de cosas terminan ahí», dijo la doctora Haram. «No es una isla de plástico, pero definitivamente hay una gran cantidad de plástico allí».

Gran parte es micro plástico, muy difícil de identificar a simple vista.

Pero también hay artículos más grandes, incluidas redes de pesca abandonadas, boyas e incluso embarcaciones que han estado flotando en el giro desde el tsunami que azotó Japón en 2011.

Los investigadores, que publicaron sus hallazgos en la revista Nature Communications, se embarcaron inicialmente en la investigación tras ese devastador tsunami.

El desastre provocó la expulsión de toneladas de escombros al océano Pacífico y se encontraron vivas cientos de especies marinas costeras de Japón en artículos que aterrizaron en las costas del Pacífico de América del Norte y las islas hawaianas.

«Queremos entender cómo los plásticos pueden ser un medio de transporte para las especies invasoras hasta las costas», dijo Haram a la BBC.

Una mujer llora en una carretera en la prefectura de Miyagi después del terremoto de 2011 en Japón

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La investigación comenzó tras el devastador tsunami de 2011 en Japón, que envió toneladas de escombros al océano Pacífico.

Algunos de los organismos que los investigadores encontraron en los artículos de plástico que examinaron eran especies de mar abierto, organismos que sobreviven «haciendo rafting» en escombros flotantes. Pero el hallazgo más revelador, dijo Haram, fue la diversidad de especies costeras en el plástico.

«Más de la mitad de los artículos tenían especies costeras», dijo. «Eso genera muchas preguntas sobre lo que significa ser una especie costera».

Una masa de artes de pesca abandonados, compuestos de redes de plástico, cuerdas y boyas, en el giro subtropical del Pacífico norte

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Una masa de artes de pesca abandonados, compuestos de redes de plástico, cuerdas y boyas, en el giro subtropical del Pacífico Norte.

Los científicos dijeron que el descubrimiento destacó otra «consecuencia involuntaria» de la contaminación plástica, un problema que se espera que crezca.

Un estudio anterior estimó que para 2050 se generarían un total de 25.000 millones de toneladas de residuos plásticos.

Imagen de portada: Gentileza de OCEAN VOYAGES INSTITUTE

FUENTE RESPONSABLE: Victoria Gill Corresponsal de Ciencia de la BBC. Diciembre 2021.

Sociedad y Cultura/Contaminación marina/Medio ambiente/Ecología sustentable.

Kiribati, el país superpoblado del Pacífico Sur que será inhabitable en menos de 15 años.

El futuro incierto de sus habitantes ha hecho que muchos se pregunten qué pasará con todas estas personas una vez que el Pacífico haya reclamado sus hogares.

Perdido en medio del océano Pacífico, las islas que conforman el archipiélago de Kiribati están en peligro de desaparecer debido a la subida del nivel del mar vinculada al cambio climático.

Este archipiélago, conformado por 33 islas de las cuales solamente 20 están habitadas, tiene una extensión de 811 kilómetros cuadrados, menor que la de ciudades como Londres o Ciudad de México.

Pero en algunas partes la densidad de su población es extrema. Como en el atolón de Tarawa, donde reside más de la mitad de los habitantes de esta nación.

No es solo uno de los países más pequeños y aislados del mundo, también uno de los vulnerables al aumento de las temperaturas.

De hecho, se espera que sus islas sean sepultadas por el océano dentro de 10 o 15 años, dejando sin hogar a las más de 100.000 personas que hacen vida en ellas.

Durante años, las autoridades kiribatianas han estado alertando a líderes mundiales sobre la difícil situación de su nación, cuyos residentes pronto se verán obligados a abandonar su tierra natal.

Y según un estudio de la Environmental Justice Foundation (EJF) realizado en 2017, el cambio climático creará la mayor crisis de refugiados que haya visto el mundo en la próxima década.

Tarawa.

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Tarawa, la capital, pasó de tener poco más de 1.600 habitantes en 1947 a más de 50.000 en la actualidad.

Refugiados climáticos

Kiribati depende económicamente de las exportaciones de copra y cocos, la pesca, la ayuda exterior y las remesas enviadas por sus trabajadores en el extranjero.

Debido a la precariedad de su economía, pero también a condiciones climáticas y ambientales, este pequeño país comparte los mismos problemas que muchas naciones en desarrollo, como dificultades para proporcionarles agua, comida y servicios a sus habitantes.

Esto ya ha hecho que ciudadanos kiribatianos generen solicitudes de asilo por motivos medioambientales en otros países.

Ioane Teitiota, un kiribatiano que pudo haberse convertido en el primer refugiado víctima del cambio climático en el mundo, emprendió durante cuatro años una batalla legal contra el gobierno de Nueva Zelanda tras solicitar refugio en ese país en 2013, alegando que su vida y la de su familia estaban en peligro.

Una vivienda en Kiribati parcialmente bajo el agua.

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Estudios aseguran que el cambio climático podría crear la mayor crisis de refugiados que haya visto el mundo en la próxima década.

Pero las autoridades neozelandesas rechazaron su solicitud indicando que «el aumento del nivel del mar puede hacer que la república de Kiribati sea inhabitable en un plazo de 10 a 15 años, como lo señala (Teitiota), (pero) este tiempo podría permitirle a la República de Kiribati intervenir, con la asistencia de la comunidad internacional, para tomar medidas destinadas a proteger y, cuando sea necesario, reubicar a su población».

En su discurso, Teitiota mencionó problemas como la sobrepoblación de Tarawa Sur -que ha hecho que la violencia y la inseguridad aumenten- además de la escasez de agua potable y la erosión,

Esto no evitó que el hombre fuera deportado de Nueva Zelanda en septiembre de 2015.

Panorámica de Kiribati.

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Kiribati alberga la reserva marina más importante del Pacífico Sur.

Sobrepoblación

Tarawa Sur es la capital de Kiribati y su población pasó de poco más de 1.600 en 1947 a más de 50.000 en la actualidad, el éxodo de personas hacia esta localidad se ha debido principalmente a que otras islas de la nación se volvieron inhabitables por la subida del nivel del mar.

Esto la ha convertido en uno de los lugares más densamente poblados de la Tierra.

Si bien en Kiribati llueve frecuentemente, los tanques necesarios para recolectar agua de lluvia son escasos.

Y gran parte de la población local depende de acuíferos para beber agua y la existencia de estos también está en peligro.

«Si el agua de mar llegara a la cima, tendría un efecto inmediato y catastrófico, causando salinidad durante 15 meses a dos años; esto podría hacer que el agua no se pueda beber», le explicó Peter Sinclair, asesor de recursos hídricos de la Comunidad del Pacífico a la BBC en 2014.

La deportación de Ioane Teitiota es ilegal para la ONU

Ioane Teitiota.

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Ioane Teitiota pudo haberse convertido en el primer refugiado víctima del cambio climático en el mundo.

Pero en lo que fue una decisión histórica, el Comité de Derechos Humanos consideró ilegal que gobiernos devuelvan a personas a países donde, debido a los efectos del cambio climático, se exponen a factores que pueden poner en peligro sus vidas o puedan ser sometidas a un trato inhumano o degradante.

También sostuvo que «los efectos del cambio climático en estados receptores pueden exponer a las personas a una violación de sus derechos».

Para Kate Schuetze, investigadora sobre Oceanía de la organización Amnistía Internacional, la decisión «sienta un precedente global»,

«El mensaje es claro: no es preciso esperar a que los Estados insulares del Pacífico desaparezcan bajo las aguas para comenzar a cumplir con la obligación de proteger el derecho a la vida», explica.

Otras naciones también están en peligro

Esta resolución del comité sugiere que las futuras denuncias podrían prosperar cuando haya suficiente evidencia de que los efectos del cambio climático en los países afectados pueden «exponer a las personas a una violación de sus derechos».

Maldivas.

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Otras naciones como Maldivas también están en peligro de volverse inhabitables.

Estados como Kiribati y Tuvalu solo están a un par de metros sobre el nivel del mar, por lo que Schuetze cree que su población «está expuesta a graves impactos climáticos, como el acceso limitado a tierras habitables, agua potable y medios de subsistencia».

Por tal razón, según ella, los gobiernos deben tener en cuenta esta peligrosa realidad y la amenaza inminente que el calentamiento del planeta supone para las vidas y los medios de subsistencia de los pueblos del Pacífico».

Kiribati también alberga la reserva marina más importante del Pacífico Sur.

Pero la decoloración severa y frecuente de sus corales debido al calentamiento global en los océanos dificulta la reproducción de los arrecifes en la zona, lo que empeora aún más los peligros del aumento del nivel del mar.

Aunque las islas del Pacífico se encuentran entre los emisores más pequeños de gases de efecto invernadero, sufren desproporcionadamente las consecuencias del cambio climático.

Y la falta de acción de varios países de participar en debates ambientales podría dar paso a que no solo Kiribati desaparezca, sino otras naciones como Maldivas y Tuvalu.

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FUENTE RESPONSABLE: Redacción BBC News Mundo. Enero 2020

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