Kwichon: el fenómeno por el que cientos de miles de personas en Corea del Sur se están mudando al campo.

Durante décadas Seúl encarnó el espíritu de progreso y desarrollo surcoreano.

Esta megaurbe ocupa los primeros puestos de riqueza de entre todas las capitales mundiales y es epicentro de potentes industrias tecnológicas innovadoras que han conquistado el mundo.

Su magnetismo ha hecho que, solo el área metropolitana de Seúl, con casi 25 millones de habitantes, albergue a prácticamente la mitad de los surcoreanos.

Sin embargo, hay un creciente número de surcoreanos que se entregan a una nueva aventura: el kwichon.

«Kwichon significa literalmente ‘regreso a lo rural'», explica Su Min Hwang, editora del servicio coreano de la BBC.

En los últimos años, el gobierno surcoreano observó con preocupación el despoblamiento de zonas rurales en detrimento de la capital y su área metropolitana. Varias estrategias se han lanzado para motivar a que la gente vuelva al campo.

Pero parece que es ahora que el wichon vive su gran momento, con un récord de jóvenes surcoreanos entregándose a la vida rural.

La pandemia como impulsora

En 2021, la periodista Julie Yoonnyung Lee, del servicio coreano de la BBC, visitó el pequeño pueblo de Suncheon, en la provincia de Jeolla del Sur.

Campos de té en la provincia de Jeolla del Sur.

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGEN, La provincia de Jeolla del Sur se encuentra en el suroeste de Corea del Sur.

Allí conoció a Yun Sihu, de 11 años, y a su madre Oh Sujung. Frente de la puerta de casa tenían una gran parcela de verduras con papas, maíz, berenjenas, pimientos y lechuga.

Lee cuenta que antes sus vidas no podían ser más distintas.

Sihu y su familia vivían en el noveno piso de un edificio de 19 plantas enclavado en una zona de tráfico denso. Incluso antes de que llegaran los confinamientos por la pandemia de coronavirus, Sihu y su hermano se las ingeniaban para jugar béisbol dentro del apartamento debido a la falta de espacio al aire libre.

Desde que se mudaron a Suncheon, su vista de rascacielos ha sido reemplazada por montañas, el ruido del tráfico por el cacareo de gallinas y el apartamento compacto de su familia por una casa tradicional de madera y techo curvado.

«Ahora pongo un pie fuera y todo es zona de juegos. Riego los pimientos, las berenjenas y las lechugas cada día», dijo Sihu.

Sihu y su hermano jugando béisbol en Corea del Sur.

Tras mudarse al campo, Sihu y su hermano pudieron jugar béisbol en un espacio al aire libre en condiciones.

El cambio que provocó la pandemia

Con más de la mitad de la población del país viviendo en el gran Seúl, muchos temieron que el covid se expandiera rápido a través de los densamente ocupados bloques de apartamentos de la ciudad.

Cuando llegó el virus, las escuelas cerraron primero. Para Sihu, el aislamiento fue demasiado. Su salud mental se debilitó al quedar atrapado con el aprendizaje en línea y sin poder ver a sus amigos.

Para su madre era devastador verle así. Entonces aprovechó la oportunidad de emprender una idea con la que había fantaseado por años: dejar la ciudad en busca de una nueva vida en el campo.

Otros cientos de miles de surcoreanos están haciendo lo mismo.

Sihu entrevistado por la BBC.

Para Sihu, la vida en el campo «no puede ser más perfecta».

Números récord

Regresar al campo y la agricultura es una tendencia que coge fuerza en los últimos años tras el golpe de la pandemia y por la necesidad de buscar estilos de vida alternativos.

Según una encuesta de 2021 de la Oficina Nacional de Estadísticas y el Ministerio de Agricultura, Alimentos y Asuntos Rurales, un total de 515.434 personas abandonaron Seúl ese año y se mudaron a pueblos rurales o pesqueros, un 4,2% más que el año anterior.

En particular, 235.904 personas de menos de 30 años retornaron a zonas rurales, un 45,8% del total y cifra récord desde que existen registros.

Vista de Seúl.

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. Durante décadas Seúl encarnó el gran crecimiento económico surcoreano, pero muchos jóvenes de hoy en día no son muy optimistas con sus perspectivas futuras.

«Recientemente, muchos jóvenes en Seúl terminan la carrera y, descontentos con su trabajo y perspectivas, deciden mudarse al campo a probar suerte. Y parece que a muchos les está gustando», le explica a BBC Mundo Ramón Pacheco Pardo, profesor de relaciones internacionales y especialista en asuntos coreanos y el este asiático en el King ‘s College de Londres.

El descontento con el trabajo se une a otros motivos de queja en otras grandes ciudades del mundo, como los altos precios de vivienda, el estrés urbano y mucha competitividad.

Corea del Sur tiene una de las tasas de suicidio más altas del mundo y esta es la mayor causa de mortalidad en adolescentes y jóvenes, según estadísticas del gobierno. Psicólogos han atribuido estos niveles de depresión y suicidio a la intensa presión impuesta en los jóvenes para que cosechen éxitos académicos.

Éxitos que, por otra parte, un número creciente de jóvenes ve como inalcanzables debido a cómo el trabajo excesivo y el ritmo de la ciudad les consume sin darles las recompensas que esperan.

Regreso a hábitats de pasado

En la segunda mitad del siglo XX, Corea del Sur experimentó décadas de bonanza y un frenético crecimiento económico. Durante muchos años, y antes de la partición de Corea en Norte y Sur en la década de 1940 y la posterior guerra civil entre 1950-1953, una gran mayoría de coreanos se dedicaba a la agricultura.

Pero a partir de los 60 se dio una masiva migración del campo a la ciudad, con muchos escapando de la pobreza. Esta explosión urbana fue uno de los grandes contribuyentes al crecimiento económico y la creación de oportunidades y riqueza.

Muchos jóvenes hoy en día, sin embargo, ven una brecha muy grande para lograr esas oportunidades con respecto a generaciones pasadas.

En este contexto, no es de extrañar que familias con adolescentes como Sihu y otros jóvenes profesionales abandonen sus trabajo, prueben la experiencia rural y regresen al hábitat tradicional de muchos coreanos del pasado.

Impulso a la vida rural

Distintos gobiernos han buscado la forma de equilibrar el desequilibrio poblacional y económico entre el gran Seúl y las zonas rurales.

Por décadas, una falta de inversión suficiente en industrias como la agricultura o la pesca dejó al campo surcoreano en un declive económico.

«Las zonas rurales se estaban quedando sin población porque precisamente los jóvenes y sobre todo las mujeres se mudaban a la ciudad en búsqueda de oportunidades», comenta Pacheco.

Corea del Sur, además, tiene una de las tasas más bajas de nacimientos del mundo, una estadística que golpea duro al espacio rural.

La despoblación del campo se fue agravando hasta el punto de atentar contra la seguridad alimentaria. Muchos agricultores, la mayoría gente mayor, comenzó a jubilarse o morir sin jóvenes que pudieran sustituirles.

Por ello las autoridades ponen facilidades en manos de sus ciudadanos que quieren mudarse.

«El gobierno impulsa entrenamientos y programas educativos sobre la vida en el campo. Hay programas para aprender a cosechar y algunos gobiernos locales ofrecen ayudas económicas y de acceso a vivienda», dice el experto del King ‘s College.

Plantaciones de arroz en Corea del Sur.

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. En los últimos años, el ingreso medio de los hogares rurales ha alcanzado números récord gracias a los subsidios del gobierno.

Ayudas indirectas como una mayor inversión en infraestructura también están motivando el buen momento del kwichon.

«En un país pequeño, el hecho de que la gente se pueda mover de forma barata gracias a nuevas infraestructuras ayuda a que más personas se planteen este cambio de vida», dice Pacheco.

Efectos en la nueva generación

Dado el boom relativamente reciente que está teniendo el kwichon, parece todavía pronto para evaluar sus efectos y los resultados de las ayudas del gobierno.

Antes de la pandemia, por ejemplo, muchas escuelas rurales estaban a punto de cerrar.

Cuando la BBC visitó Suncheon en 2021, entrevistó a Shin Youngmi, la profesora de la escuela de Sihu.

Youngmi había enseñado antes en el gran Seúl y, tras su experiencia en el campo, considera que las escuelas rurales pueden ofrecer una oportunidad real a los coreanos para lidiar con los altos niveles de estrés y depresión de la juventud.

Shin Youngmi.

La profesora Shin Youngmi tiene experiencia enseñando en el campo y la ciudad.

Para ayudar a las escuelas rurales, las autoridades incluso ofrecieron subsidios a las familias dispuestas a abandonar Seúl.

Aquel año, la escuela de Sihu tuvo siete nuevos estudiantes y Youngmi, la profesora, asegura que toda la comunidad se ha beneficiado de los nuevos habitantes.

Queda por ver si estas generaciones jóvenes de migrantes rurales eligen mantenerse en la naturaleza o si se verán atraídos de vuelta al bullicio de la ciudad.

*Reporte adicional de Julie Yoonnyung Lee, reportera del servicio coreano de la BBC.

Imagen de portada: GETTY IMAGES

FUENTE RESPONSABLE: BBC News Mundo. Por José Carlos Cueto* 23 de septiembre 2022.

Sociedad y Cultura/Corea del Sur/Economía.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La expansión de la industria cinematográfica y audiovisual coreana.

Una nueva edición del Festival de Cine Coreano en Buenos Aires más la presentación de un libro ayudan a repensar una industria cultural prolífica y en crecimiento.

Si deseas profundizar esta entrada; cliquea por favor donde este escrito en color “azul”.

“Durante el último lustro de los noventa, mientras la República de Corea emergía de una seguidilla de gobiernos militares de corte represivo, el cine de la región salía, por primera vez, a competir en el mercado internacional. Ya no se trataba simplemente de producir películas para el consumo interno, sino de generar los mecanismos para que la producción cinematográfica encontrara un público más allá de las fronteras de la península. Corea volvía a reunir a su cine con los espectadores, al tiempo que encontraba un nuevo público dispuesto a reconocerse en la pantalla a pesar de todas las diferencias lingüísticas y culturales, además de aquellas ligadas a los modelos narrativos y genéricos. Se habló incluso de un milagro, pero lo cierto es que la historia del cine coreano es, en el fondo, un relato de muertes y resurrecciones”. 

El autor del párrafo es el periodista Diego Brodersen, especialista en el tema y pertenece al libro “Cine Coreano en Argentina, una historia de película” de muy reciente edición en el marco del Festival dedicado a esa filmografía que se lleva adelante del 1 al 7 de septiembre en el complejo Cinemark de Palermo.

infohttps://drive.google.com/drive/folders/1yVupv7srANXUD58P2srXR9IIYY2_j_7N

El Han Cine, así se llama este encuentro cinéfilo, ha llegado a su novena edición. Nueve años que coinciden con el constante avance de una industria cultural que se expande a partir de políticas claras que entendieron el valor cultural y económico que eso podría reportar. 

“La edición de Cine Coreano en Argentina, una historia de película no está terminada” comenta Gabriel Pressello, gestor del Centro Cultural Coreano en Argentina y compilador de la obra, además de sumar su mirada y experiencia aportando algunos textos. Y, como señala en su comentario en el mismo libro, espera que sea un paso adelante para afianzar y ampliar esa relación que se sostiene con el país oriental. 

El libro es un abordaje íntegro al cine coreano desde distintas variables: hay análisis de algunas películas, artículos acerca de sus directores destacados, pero también sobre el fenómeno del cine coreano en relación a otros movimientos como el K-Pop, el circuito gastronómico, series locales, el K-drama y la amplitud de su cine de género. Todos los artículos son cortos, desarrollados por varios periodistas y críticos argentinos. 

Es una hermosa edición en formato físico que no ha salido a la venta pero hay partidas que se han enviado a bibliotecas, distribuido para sorteos y como regalo en diferentes medios. Lo interesante, y muy destacable, es que la misma edición en PDF está disponible para todo el público de manera gratuita.

El texto es una introducción impecable y el acercamiento más acertado, hasta ahora, para entender un fenómeno mundial que tiene un andar de 30 años y que ha sido tremendamente influyente en el contexto de la cultura popular. 

El parásito y el calamar

En solo 17 días tuvo un visionado de más de 100 millones de personas. Así se convirtió en el estreno con mejor performance en toda la historia de la plataforma Netflix, superando a su anterior perla, Bridgerton. Obviamente se trata de El Juego del Calamar, esa visceral serie coreana que impactó en el mundo entero como una metáfora lúdica de la sociedad capitalista del nuevo siglo. 

Para muchos se trató de una sorpresa pero, para otros, un ejemplo más, un exponente de un proceso que se viene gestando con fuerza y que tuvo su expansión absoluta en los últimos veinte años. Corea es uno de los pocos países del mundo en los que se ve más cine local que tanques de Hollywood u otras filmografías extranjeras. También tiene una de las cuotas más altas de consumo de cine per cápita a nivel mundial. y eso se debe a una promoción de la industria que tuvo un programa claro de expansión a partir de la década del noventa. 

Parasite lleva recaudados desde su estreno, por taquilla, 263 millones de dólares. Su costo fue de “solo” 11 millones. Son las películas que más ama la industria y reciben la bendición de los principales productores mundiales; aquellas que multiplican por varias decenas la inversión inicial. 

Pero no solo eso, además de llevarse la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes entre otros galardones, fue la primera película de habla no inglesa en la historia en ganar un Oscar a mejor film. Su proyección fue maratónica, pero el cine de Bong Joon-ho ya había demostrado que había que prestarle atención con la coproducción con Hollywood de Snowpiecer (que protagonizan Chris Evans, Jamie Bell y Tilda Swinton) y la película para Netflix, Okja, que también tuvo su paso por Cannes. Pero, además, había llamado la atención con su ópera prima del año 2000, Barking Dogs Never Bite, la excelente Memorias de un Asesino y la obra maestra The Host, que hoy puede verse en Netflix. 

Bong es un emergente de esta ola de directores coreanos que protagonizaron este proceso de éxito durante los últimos veinte años. Junto a él se suman los nombres de Park Chan-wook, Hong Sang-soo, Lee Chang-dong y el más conocido y recientemente fallecido, Kim Ki-duk. Todos autores diferentes que abrevan en los géneros clásicos para dotarlos de identidad propia y consolidar un cine que pelea palmo a palmo con el mega imperio de la industria de Hollywood. 

El Festival Han Cine y el libro Cine Coreano en Argentina, una historia de película son una excelente oportunidad para ingresar en este fenómeno y disfrutar de una filmografía exquisita en todas las variables posibles. 

Imagen de portada: El constante avance de una industria cultural que se expande a partir de políticas claras que entendieron el valor cultural y económico que reporta

FUENTE RESPONSABLE: El Economista. Argentina. Por Pablo Manzotti. 4 de septiembre 2022.

Sociedad y Cultura/Argentina/Corea/Industria cinematográfica y audiovisual.

 

«Estamos en huelga de tener bebés»: el país con la natalidad más baja del mundo (y las consecuencias de este fenómeno).

Corea del Sur se encamina a una crisis sin precedentes. ¿La razón? Su población no crece al ritmo que debería.

En 2021 el país asiático volvió a registrar la tasa de natalidad más baja del mundo, pues la Oficina Nacional de Estadística apenas contabilizó el nacimiento de 260.600 niños, 11.800 menos que el año anterior, informó la agencia Yonhap.

Desde 2018 la tasa de natalidad en Corea del Sur es inferior a un hijo por mujer. Las últimas cifras oficiales muestran que esta tendencia lejos de revertirse tiende a agudizarse. Así, en los últimos 12 meses las mujeres tuvieron 0,81 niños en promedio, un dato que representa una disminución de tres puntos en comparación con 2020, y que supone además el sexto descenso consecutivo.

Esta caída en la tasa de natalidad amenaza con complicar los problemas que viene atravesando la economía del país, la cual apenas crece. En las economías más avanzadas del mundo el promedio de hijos por pareja es de 1,6; es decir, el doble que en el país asiático.

Las causas

En los últimos años, la presión económica y factores profesionales han sido claves a la hora de tomar la decisión de tener hijos, dicen los expertos.

Para las cifras de 2021, los analistas apuntan al costo de vida cada vez más alto, la subida del precio de las casas y el impacto de la pandemia de covid como principales factores que desaniman a la población a tener hijos.

Una mujer entre dos hombres

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

Cada vez son más las mujeres que privilegian su carrera profesional ante la posibilidad de formar una familia, una decisión impulsada por la desigualdad con los hombres que persiste en el mercado laboral.

En el caso concreto de la carrera profesional, las mujeres surcoreanas tienen una gran formación, explica la corresponsal de la BBC en Seúl, Jean Mackenzie, pero están lejos de haber logrado condiciones de igualdad en el trabajo respecto a los hombres.

«El país tiene la mayor diferencia salarial entre hombres y mujeres de todos los países ricos», señala Mackenzie.

Además, el hecho de que las tareas domésticas y el cuidado de los niños siga recayendo mayoritariamente en ellas hace que sea más común que las mujeres dejen de trabajar después de tener hijos o que sus carreras se estanquen.

En esencia, indica la corresponsal de la BBC, muchas mujeres se ven todavía forzadas a elegir entre tener una carrera o una familia. Cada vez más deciden que no quieren sacrificar sus carreras.

Como le dijo una mujer a la periodista, «estamos en huelga de procrear».

«No tengo planes de tener un niño. No quiero sufrir el dolor físico de parir ni ver cómo mi carrera se perjudica», explicó la surcoreana Jang Yun-hwa en una entrevista que concedió a la BBC en 2018.

«Prefiero vivir sola y conseguir mis sueños a ser parte de una familia», agregó Jang.

Un grupo de trabajadores en una fábrica.

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La disminución de la natalidad y el envejecimiento de la población amenazan con complicar los problemas que viene padeciendo la economía surcoreana.

Las consecuencias

Las tasas de natalidad han «disminuido notablemente» en las últimas seis décadas en las economías más grandes y avanzadas, de acuerdo a los datos manejados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Países como España también afrontan problemas demográficos similares, aunque las olas migratorias registradas en las últimas décadas, sobre todo las provenientes de África y América Latina, han paliado sus efectos.

Sin embargo, el caso de Corea del Sur es particular, porque el tamaño de sus familias se ha reducido considerablemente en unas pocas generaciones. A principios de los años 70, las mujeres tenían una media de cuatro hijos.

Esta disminución ha provocado un envejecimiento de la población y el consiguiente aumento en la tasa de mortalidad. Desde 2020 Corea del Sur ve cómo su población desciende, pues el número de muertes está superando a la cifra de recién nacidos. Solo en mayo de este año el país registró 28.859 decesos frente a 20.007 alumbramientos.

Vista de Seúl

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

El costo de la vida, en particular el de la vivienda, es otro de los factores que hace que más jóvenes surcoreanos pospongan o descarten formar una familia.

Los expertos sostienen que los países necesitan al menos dos hijos por pareja -una tasa de 2,1- para mantener su población en el mismo tamaño, sin tener que recurrir a las inmigración.

La disminución de la población puede generar múltiples problemas económicos. Por un lado, exige un mayor gasto público para responder al aumento de la demanda de los sistemas sanitarios y de las pensiones y, por el otro, el descenso de la población joven también causa una escasez de mano de obra.

Los pronósticos

Los expertos advierten que Corea del Sur podría enfrentar un «terremoto demográfico» a partir de 2030, debido al declive y rápido envejecimiento de su población.

Estudios del propio gobierno citados por la agencia Yonhap afirman que si la situación no se revierte la población en edad de trabajar caerá 35% durante los próximos 30 años.

En América Latina, Uruguay enfrenta un desafío demográfico similar al de Corea del Sur. Desde 2015 la tasa de natalidad del país sudamericano ha pasado de 1,9 hijos por mujer a 1,4 y a ello hay que sumarle la emigración de sus jóvenes, una combinación que explica por qué su población viene decreciendo.

Imagen de portada: GETTY IMAGES. 

FUENTE RESPONSABLE: Redacción BBC News Mundo. Hace 3 horas.

Sociedad y Cultura/Economía/Migraciones/Corea del Sur/Salud/ Demografía.

 

Covid en Corea del Norte: «Habrá un número de muertes mayor al habitual, pero sus ciudadanos no van a iniciar una rebelión porque están desorganizados, aterrorizados y aislados».

El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, se enfrenta a su mayor reto desde que asumió el poder hace una década.

Tras dos años sin reportar un solo caso, la covid-19 se propaga sin control con más de 3,5 millones de contagios y 70 muertes reportadas, aunque expertos estiman la cifra real en miles.

Con el país en emergencia sanitaria, Kim ha intensificado sus lanzamientos de misiles: 17 este año y tres recientemente, entre ellos uno intercontinental que pone a Estados Unidos al alcance de un ataque nuclear.

Y la tensión con Corea del Sur se ha elevado en los últimos meses, en los que Pyongyang ha amenazado a su vecino con un ataque nuclear preventivo.

Corea del Norte, un país comunista con armas atómicas cuyo gasto militar es de un tercio del PIB, donde el servicio militar dura 10 años, acusado de tener una brigada de hackers dedicada a robar activos y criptomonedas, donde es obligatorio lucir un pin con el retrato de los Kim y criticar al líder se paga con la vida según relatan los que logran salir, nunca deja de estar en el foco ni de despertar un fuerte interés, curiosidad o fascinación.

Pero es tan hermético que muy pocos saben qué ocurre dentro o, al menos, poseen conocimiento, medios y fuentes privilegiadas para asomarse a su realidad e interpretarla.

Uno de ellos es el académico ruso Andrei Lankov, profesor de Estudios Coreanos de la Universidad Kookmin en Seúl y director del medio especializado NK News.

Lankov, que en la década de 1980 estudió en la Universidad Kim Il-sung de Pyongyang, ha escrito ocho libros sobre Corea del Norte y muchos lo consideran el mayor experto en este país.

En esta entrevista telefónica nos ofrece importantes claves sobre la actualidad norcoreana, sus retos e intenciones en un momento crucial en su historia.

Kim Jong-un en un desfile

FUENTE DE LA IMAGEN . KCNA

¿Cómo cree que pudo Corea del Norte contener la covid-19 hasta hace poco?

Con el aislamiento total. Ningún otro país se aisló tanto del mundo exterior. Desde la primavera de 2020 nadie pudo ingresar a Corea del Norte y solo se permitió salir a un pequeño número de diplomáticos extranjeros y expatriados. El comercio se redujo al mínimo y cerraron las conexiones de tren con China y Rusia.

Su estrategia era mantener ese aislamiento durante algunos años hasta que acabara la pandemia en el mundo, luego obtener vacunas gratuitas para los 25 millones de norcoreanos y que el asunto quedara solucionado.

¿Qué fue lo que falló?

En algún lugar, de alguna manera, alguien con covid logró pasar. Probablemente nunca sabremos quién fue el «paciente cero». ¿Un contrabandista? ¿Un espía de regreso de una misión? ¿Un trabajador ferroviario que visitó China? La cosa es que alguien trajo la infección y comenzó a extenderse como la pólvora entre una población desnutrida y no vacunada.

¿Quién es culpable de la situación actual?

En realidad, nadie. Los altos mandos de Corea del Norte hicieron una apuesta. Sabían que podían permitirse un nivel de autoaislamiento que sería inaceptable en cualquier otro país y trataron de aprovechar esta ventaja. Podrían haber tenido éxito, pero no fue así.

Pero Kim Jong-un culpó a trabajadores «irresponsables», entre otros.

Si eres un político, necesitas chivos expiatorios, ¿verdad? Especialmente si diriges un régimen autoritario. Si hay alguien a quien culpar sería al propio Kim y sus asesores cercanos, pero yo no los culparía, ya que su estrategia no necesariamente parecía incorrecta. Apostaron al todo o nada y perdieron.

Kim Jong-un

FUENTE DE LA IMAGEN – KCNA

A Kim Jong-un le funcionó su estrategia de aislamiento total por dos años.

¿Por qué nadie está vacunado en Corea del Norte?

Tengo firmes sospechas de que el 0,01% de la élite sí se ha vacunado.

Pero, en general, su lógica es clara: no querían invitar a extranjeros para que no trajeran la enfermedad, ni siquiera de países aliados, y sin extranjeros no es posible realizar campañas de vacunación a gran escala. Y tampoco tienen capital, equipos ni experiencia para desarrollar una vacuna propia.

¿Cuán grave cree que es la situación real de la covid en Corea del Norte?

Creo que las cifras reportadas por los medios estatales son correctas, con una excepción importante: subestiman las muertes. Si la tasa de mortalidad normal de ómicron se estima en el 0,015% deberían tener miles de muertes, y más teniendo en cuenta el lamentable estado de salud de la población.

¿En qué condiciones se encuentra el sistema de salud norcoreano?

Si comparas a Corea del Norte con otros países con el mismo nivel de ingreso per cápita, está bastante bien. El problema es que hablamos de países muy pobres.

Corea del Norte tiene muchos médicos pero carece de suministros y equipos. Sus hospitales rurales funcionan esencialmente con tecnología de principios del siglo XX. Esto significa que si surge un brote, como es el caso, casi no hay acceso a recursos como ventiladores pulmonares.

Hospital norcoreano en 2002

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

Aunque esta foto de un hospital de Sinuiju (norte del país) es de 2002, el académico asegura que las condiciones en los centros de salud de las zonas rurales no han cambiado mucho desde entonces.

¿De qué modo la pandemia ha cambiado Corea del Norte?

Corea del Norte ha sufrido el doble impacto de pandemia y sanciones. En 2017 le impusieron sanciones inusualmente duras que dificultan o imposibilitan la mayoría de transacciones con el exterior.

Cuando llegó la pandemia su comercio exterior se había reducido casi a la mitad del nivel normal. La pandemia fue un golpe adicional, por lo que hoy prácticamente no tiene intercambios económicos con el mundo exterior.

¿Y cómo afecta esto a los norcoreanos de a pie?

A menudo se pasa por alto o se subestima que los primeros 6 años de Kim Jong-un (2012-2017) fueron bastante exitosos y la economía creció rápido.

Esta mejora cesó por las sanciones y luego la pandemia. Ha bajado el nivel de vida. Si no hay una hambruna generalizada es porque China está decidida a mantener a flote a Corea del Norte: le envía cereales, fertilizantes y combustible, en pequeñas cantidades pero suficientes para evitar un desastre humanitario grave.

¿Por qué China hace eso?

Pekín tiene sus diferencias con Corea del Norte y no ve con buenos ojos su desarrollo de armas nucleares. Sin embargo, la ve como un colchón que mantiene a las fuerzas estadounidenses alejadas de las fronteras chinas.

Y ahora que China mantiene una confrontación abierta con EE. UU., el valor estratégico de Corea del Norte se ha incrementado drásticamente.

misil intercontinental Hwasongpho-17

FUENTE DE LA IMAGEN – KCNA

Corea del Norte asegura que en su lanzamiento de prueba el nuevo misil intercontinental Hwasong Pho-17 recorrió más de 6.000 kilómetros.

Además de China, ¿cuáles han sido las principales fuentes de ingresos de Corea del Norte en los últimos dos años?

Su gobierno está involucrado en todo tipo de actividades ilegales. Tenemos informes recientes sobre operaciones de crimen cibernético dirigidas a los principales bancos y empresas de todo el mundo.

¿Qué evidencias apuntan al gobierno de Corea del Norte como autor de estas operaciones de ciberdelincuencia?

La piratería es conocida por los problemas a la hora de rastrear a los autores. Sin embargo, creo en los informes de los expertos en seguridad informática. Tal vez influya que mis propias computadoras sufran frecuentes ataques de piratería organizados por algunas personas que hablan mal inglés pero que están muy, muy, interesadas en robar datos relacionados con Corea del Norte.

¿Es el cibercrimen una fuente de ingresos importante para Pyongyang?

Es una contribución significativa pero nadie, excepto un pequeño grupo de personas en el gobierno de Corea del Norte, puede decir cuánto ganan con estas actividades.

Hemos sabido de atracos masivos, como el robo al banco central de Bangladesh o recientemente a una empresa vietnamita de juegos online. Sin embargo, es difícil lavar y usar ese dinero. Que yo sepa, no han logrado acceder a la mayor parte del dinero que han robado.

¿Qué sabe sobre esos dos ataques cibernéticos en específico y la implicación del gobierno de Corea del Norte?

Nada, aparte de lo que leo en periódicos y en los informes de acceso libre.

Kim Jong-un describió el brote de covid-19 como la mayor convulsión en 70 años. ¿Cree que podría conducir a cambios políticos o de otro tipo en Corea del Norte?

Corea del Norte tiene una gran cantidad de población vulnerable y habrá un número de muertes mayor al habitual.

Sin embargo, sus ciudadanos no van a iniciar una rebelión porque están desorganizados, aterrorizados y aislados. Si nos ponemos en el peor de los casos morirá el 0,5% de su población, pero hace 20 años tuvieron una hambruna masiva donde murió el 2 o 3% de la población y apenas hubo impacto político.

Personas en Pyongyang

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

El culto a los líderes de la dinastía Kim es casi una religión en Corea del Norte y la disidencia se paga con prisión o muerte.

Así, la amenaza no es la pandemia en sí sino una reacción extrema del gobierno: por ejemplo, si hacen como China y confinan las principales ciudades se podría paralizar lo poco que aún funciona en la economía, provocando graves dificultades económicas y tal vez descontento político.

Corea del Norte ha apoyado incondicionalmente a Rusia en la invasión de Ucrania. ¿Ve alguna motivación en particular?

La diplomacia de Corea del Norte no tiene una motivación ideológica sino muy pragmática. Quieren que Rusia, que es miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, les devuelva el favor vetando en ese órgano las resoluciones para sancionar a Corea del Norte por sus pruebas nucleares y de misiles.

¿Qué opina de la hipótesis planteada en algunos medios de que Corea del Norte refuerza sus capacidades nucleares y de misiles para invadir el Sur?

No es algo realista. Corea del Norte sueña con eso, pero no lo va a hacer en el corto plazo. Sin embargo, en el fondo, para Pyongyang la invasión de Ucrania es una buena lección: nunca, jamás, entregues tus armas atómicas.

Ucrania tenía muchos dispositivos nucleares tras el colapso de la Unión Soviética y accedió a entregarlos a cambio de promesas de seguridad e integridad territorial. Estas promesas se rompieron y nadie movió un dedo para defender a Ucrania.

Hablemos de Kim Jong-un, ¿hay algún desafío o amenaza a su liderazgo dentro del país?

Kim Jong-un

FUENTE DE LA IMAGEN – KCNA

Pienso que hoy es el líder indiscutible. La élite de Corea del Norte quizá nunca ha oído hablar de los padres fundadores de EE.UU. pero sus políticas se definen con una frase de Benjamin Franklin: «Debemos mantenernos unidos o, con toda certeza, nos ahorcarán por separado».

Los altos mandos norcoreanos entienden que han de mantenerse unidos porque la inestabilidad podría causar el colapso del régimen y el país probablemente sería absorbido por el Sur como le sucedió a Alemania Oriental. La élite de Corea del Norte entiende que está no ya en un barco, sino en un submarino, sin opción de escape.

Y, si estás en un submarino, no vas a matar a tu capitán.

Imagen de portada:Andrei Lankov, que vive en Seúl desde 2004, es considerado el mayor experto en Corea del Norte.

FUENTE RESPONSABLE: BBC News Mundo. Por Atahualpa Amerise. Junio 2022.

Ciberataque/Pandemia de Coronavirus/Corea del Norte/Cibercrimen/ China/Corea del Sur/Vacunas contra el coronavirus

 

 

 

Cómo Corea del Sur se convirtió en uno de los países con más insomnes del mundo.

Ji-Eun began comenzó a tener problemas para dormir cuando su horario de oficina se volvió tan extenuante que ya no podía relajarse.

Normalmente, trabajaba desde las siete de la mañana hasta las 10 de la noche, y en los días más ocupados, la agente de relaciones públicas de 29 años solía quedarse en la oficina hasta las tres de la mañana.

Su jefe a menudo la llamaba en mitad de la noche, pidiéndole tareas que debía ejecutar de manera inmediata.

«Era casi como si hubiera olvidado cómo relajarme», dice ella.

En la Dream Sleep Clinic (clínica del sueño), ubicada en el deslumbrante distrito Gangnam de Seúl, la doctora Ji-hyeon Lee, psiquiatra especializada en el sueño, dice que con frecuencia trata a clientes que toman hasta 20 pastillas para dormir por noche.

«Por lo general, lleva tiempo conciliar el sueño, pero los surcoreanos quieren dormir muy rápido y por eso toman medicamentos», explica a la BBC.

La adicción a los medicamentos para dormir es una epidemia nacional. No hay estadísticas oficiales, pero se estima que 100.000 coreanos son adictos a las pastillas para dormir.

Cuando todavía no pueden dormir, a menudo recurren al alcohol además de la medicación, lo cual tiene consecuencias peligrosas.

La doctora Ji-hyeon Lee

La doctora Ji-hyeon Lee es una una psiquiatra especializada en trastornos del sueño.

»La gente tiene sonambulismo. Van al refrigerador y comen muchas cosas inconscientemente, incluso alimentos crudos», dice Lee. «Ha habido casos de accidentes automovilísticos en el centro de Seúl causados por un paciente sonámbulo».

La doctora Lee está acostumbrada a recibir en su consulta a insomnes crónicos que sufren lo que se conoce como hiperactivación(que produce una activación cerebral y nos impide dormir bien).

Algunos de sus pacientes le cuentan que hace décadas que no duermen más de unas pocas horas por noche.

«Lloran, pero todavía les queda un hilo de esperanza (cuando vienen a la consulta). Es una situación muy triste», dice la psicóloga.

Con exceso de trabajo, estresados y soñolientos

Corea del Sur es una de las naciones más privadas de sueño del mundo.

También tiene la tasa de suicidios más alta entre las naciones desarrolladas, el consumo más alto de licor fuerte y una gran cantidad de personas que toman antidepresivos.

Hay razones históricas que explican estas estadísticas.

parejas durmiendo en una boda masiva en Corea del Sur, 2017

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La falta de sueño en Corea del Sur lidera estadísticas globales.

En solo unas pocas décadas, el país ha pasado de ser uno de los países más pobres del mundo a una de las naciones tecnológicamente más avanzadas del mundo.

Además, a través de su creciente influencia en la cultura pop, ejerce un considerable «poder blando» (en inglés, soft power – un término usado en relaciones internacionales para describir la capacidad de influir en acciones o intereses por medios culturales e ideológicos).

Naciones con una trayectoria similar, como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, podrían aprovechar sus recursos naturales, pero Corea no tiene esa riqueza oculta.

Se transformó a sí misma a través de la pura dedicación de una población impulsada por un nacionalismo colectivo que los empujaba a trabajar más duro y más rápido.

Un resultado es que su gente está sobrecargada de trabajo, estresada y privada de sueño.

Ahora, ha crecido toda una industria en torno a atender a aquellos que no pueden dormir; se estima que la industria del sueño tenía un valor de US$2.500 millones en 2019.

Líder de la oposición durmiendo en 2004

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El nacionalismo colectivo empuja a muchos surcoreanos a trabajar muchas horas y dormir muy pocas.

Una industria floreciente

En Seúl, los grandes almacenes están dedicados a los productos para dormir, desde las sábanas perfectas hasta la almohada óptima, mientras que las farmacias ofrecen estantes llenos de remedios herbales y tónicos para dormir.

Y luego están los enfoques tecnológicos para el insomnio. Hace poco más de dos años, Daniel Tudor lanzó una aplicación de meditación, Kokkiri, destinada a ayudar a los jóvenes coreanos estresados.

Aunque Corea del Sur es históricamente un país budista, los jóvenes piensan que la meditación es un pasatiempo de personas mayores, no algo que podría hacer un oficinista en Seúl. Daniel dice que tuvo que volver a»importar» y «empaquetar» la meditación como una idea occidental para que los jóvenes coreanos la encontraran atractiva.

Instituciones más tradicionales también se suman a la acción.

Hyerang Sunim es un monje budista que ayuda a organizar retiros en un templo en las afueras de Seúl donde las personas privadas de sueño pueden meditar y absorber las enseñanzas budistas.

Un grupo de hombres y mujeres se sientan con las piernas cruzadas frente a un monje en una habitación escasamente decorada en un templo budista.

Los templos budistas, que a menudo organizan retiros para dormir, han sido criticados por sacar provecho de las personas con trastornos del sueño.

En el pasado, este tipo de mini descansos estaban reservados para los jubilados que querían enseñanzas y oración. Ahora los participantes tienden a ser coreanos más jóvenes en edad laboral.

Pero estos mismos templos budistas también han sido criticados por sacar provecho de este tipo de retiros.

«Por supuesto que hay preocupaciones… pero creo que los beneficios las superan», dice Hyerang Sunim.

»Tradicionalmente, era raro ver a jóvenes venir y buscar las enseñanzas budistas. Y (ahora) están sacando mucho provecho de sus interacciones con la estancia en el templo».

La necesidad de un cambio fundamental

Lee Hye-ri, que asistió a uno de esos retiros budistas cuando la presión en su trabajo se volvió intolerable, dice que ha aprendido a hacerse responsable de su estrés.

»Todo empieza por mí; todos mis problemas parten de mí. Eso es lo que he aprendido aquí», explica la joven.

Pero enmarcar la solución al estrés y la falta de sueño como algo que debe tratarse a nivel individual puede ser problemático.

Viajeros del metro de Seúl durmiendo en 1998

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Culpar a los individuos de su falta de sueño puede tener consecuencias negativas, consideran algunos expertos.

Aquellos que creen que el problema es causado por una cultura laboral irrazonable y por las presiones sociales han criticado este enfoque individualista, diciendo que equivale a culpar a las víctimas.

Estos críticos dicen que la meditación o la relajación son un parche, y que las soluciones reales solo pueden surgir a través de cambios fundamentales en la sociedad.

Ji-Eun terminó tan privada de sueño y estresada que decidió renunciar a su trabajo.

Ahora trabaja horas mucho más razonables como autónoma y, debido a la pandemia, puede trabajar desde su casa. También ha buscado ayuda profesional en la clínica del sueño de la doctora Lee para controlar su insomnio.

«¿Cuál es el punto de trabajar tan duro ahora que logramos llegar tan alto como país?», dice Ji-Eun. «Deberíamos poder relajarnos».

Imagen de portada: Gentileza de GETTY IMAGES. Corea del Sur es uno de los paises del mundo mas privados del sueño.

FUENTE RESPONSABLE: BBC News. Por Chloe Hadjimatheou. Abril 2022

Sociedad y Cultura/Asia/Corea del Sur/Salud/Sueño

El juego del calamar: 6 cosas que la serie de Netflix muestra sobre la realidad de Corea del Sur.

«El juego del calamar» (Squid Game), un drama sangriento de Corea del Sur, se ha convertido en uno de los programas más populares de Netflix.

A principios de octubre fue la serie más vista en 90 países y su éxito está dando al mundo la idea de que la nación asiática cuenta con una sociedad compleja.

Pero aparte de ser una historia con mucho suspense, con concursantes que tienen problemas económicos que participan en juegos de vida o muerte a cambio de dinero, la serie se ha ganado aplausos por su descripción de las dificultades reales que afectan a los habitantes de Corea del Sur.

La serie sigue los pasos de Parasite, la célebre película que muestra el contraste en las vidas de dos familias en Seúl.

En 2020, fue la primera producción en un idioma diferente al inglés en ganar el Oscar a la mejor película.

Parasite también se llevó otros cinco premios Oscar, incluido el de mejor director.

Es posible que muchos espectadores extranjeros no hayan estado al tanto de los problemas sociales de Corea del Sur, pero con «El juego del calamar» esto estaría cambiando.

Estos son algunos de los temas clave que se destacan en la serie.

Advertencia: este artículo revela algunos detalles de la trama de la serie.

1. Misoginia

Mujeres surcoreanas protestan contra la desigualdad de género en una marcha de 2018

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Los surcoreanos no obtienen buenos puntajes en las evaluaciones de igualdad de género.

Corea del Sur ocupa un modesto puesto 102 en la lista de países con mayor igualdad de género, según la edición de 2021 de la Brecha de Género Global del Foro Económico Mundial.

«El juego del calamar» refleja esta característica cultural a través de discusiones sobre la idoneidad de las mujeres en tareas asignadas a los concursantes.

Cho Sang-woo, el banquero de inversiones, más de una vez intenta impedir que las mujeres participen en tareas grupales.

Pero el programa en sí recibió críticas por su interpretación de los roles de las mujeres.

Específicamente, se generó una polémica en torno al personaje Mi-nyeo, quien se involucra en relaciones sexuales con el gánster Deok-su para ingresar a su equipo.

El escritor y director de «El juego del calamar», Hwang Dong-hyuk, rechazó las acusaciones de misoginia hechas en las redes sociales.

En una entrevista con el diario coreano Hankook Ilbo, refutó esa sugerencia y dijo que imaginó a los personajes reaccionando «cuando se encuentran en la peor situación».

2. La difícil realidad de los desertores del norte

Sae-byok interpretada por la modelo Jung Ho-yeon (derecha), una desertora norcoreana, en una escena de "El juego del calamar".

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Sae-byok (derecha), una de las pocas participantes femeninas en el juego, es una desertora de Corea del Norte.

«El juego del calamar» también analiza el problema de los desertores norcoreanos.

En la serie, la concursante Sae-byok (interpretada por Jung Ho-yeon) se une al grupo con la esperanza de ganar dinero para reunir a su familia, que se separó mientras huía del régimen represivo del país vecino.

Antes de la pandemia, más de 1.000 norcoreanos buscaban refugio en Corea del Sur cada año.

Si bien Seúl cuenta con una serie de planes y beneficios de adaptación, los desertores pueden sufrir malos tratos, discriminación y sospecha por parte de los surcoreanos.

«El juego del calamar» muestra algunos aspectos de este problema, que incluye un detalle sobre el lenguaje. Como muchos otros desertores en la vida real, Sae-byok oculta su acento original norcoreano y habla en el dialecto estándar de Seúl.

Solo vuelve a su acento original en una escena cuando habla con su hermano menor que está en un orfanato.

3. Pobreza

Un hombre mayor surcoreano sentado en el barrio humilde de Guryong de Seúl con nieve en el suelo.

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Más del 16% de los surcoreanos viven en la pobreza, según cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Cualquiera levantaría una ceja si el tema en discusión es la pobreza en Corea del Sur.

El país asiático aparece en el puesto 23 en el ranking del Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, por delante de Francia, Italia y España, por ejemplo.

Pero el personaje principal de la serie, Gi-hun, fue despedido por la compañía ficticia Dragon Motors, tiene dos negocios que no funcionaron, vive con su madre enferma y no puede darse el lujo de comprarle a su hija un regalo de cumpleaños decente.

Él personifica al trabajador fracasado que no puede salir de la pobreza.

En el Índice de Gini, que mide la distribución de la riqueza nacional, Corea del Sur obtiene mejores resultados que algunos países nórdicos e incluso Estados Unidos.

Entonces, ¿por qué la pobreza es un tema en la serie?

Bueno, podría ser porque la desigualdad está en aumento en el país asiático. El 20% de los que más ganan en Corea del Sur tiene un patrimonio neto 166 veces mayor que el del 20% más pobre.

Una persona sin hogar duerme en la acera de la ciudad de Daegu.

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La falta de vivienda también es un problema que afecta a los surcoreanos más pobres.

Cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) muestran que casi el 17% de los más de 51 millones de habitantes de Corea del Sur vivían en la pobreza antes de la pandemia de la covid-19.

Las viviendas pueden ser pequeñas en forma de cubículos llamados Goshitels y Goshiwon, algunos de apenas 2 metros de ancho. Varias generaciones de una familia pueden vivir juntas en estos apartamentos.

Pero incluso aquellos con mayores recursos económicos tienen problemas: la deuda de los hogares en Corea del Sur ahora vale más que el Producto Interno Bruto (PIB) del país, el nivel más alto de toda Asia.

4. Explotación de migrantes

Una trabajadora migrante tailandesa rodeada de plantas de tabaco en una granja de Corea del Sur

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Si bien las autoridades surcoreanas han aprobado leyes de protección laboral en las últimas dos décadas, las condiciones aún pueden ser nefastas para los trabajadores migrantes, según grupos de derechos humanos.

Uno de los personajes más entrañables de «El juego del calamar» es Ali, un inmigrante paquistaní que trabaja en una fábrica y que se une a los concursantes después de que su jefe surcoreano le retuviera su salario durante meses, lo que le obliga a abandonar a su esposa y su bebé.

Los paquistaníes no son el grupo de inmigrantes más grandes de Corea del Sur, pero la historia de fondo de Ali destaca una rutina de trabajo duro y de explotación que algunos trabajadores extranjeros pueden experimentar en el país.

Si bien Corea del Sur cuenta con leyes de protección laboral aprobadas en las últimas dos décadas, las condiciones aún pueden ser nefastas para los trabajadores migrantes, según grupos de derechos humanos.

5. Amiguismo corporativo y político

Park Geun-hye (izquierda) llega para una audiencia en un tribunal de Seúl en 2016.

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Park Geun-hye, la primera mujer presidenta de Corea del Sur, fue destituida y encarcelada en 2016 por su participación en un escándalo de corrupción.

Uno de los personajes principales de la serie es Cho Sang-woo, un banquero de inversiones que se une al juego después de ser acusado de malversar fondos de la empresa para la que trabajaba.

En los últimos años, Corea del Sur se ha visto sacudida por escándalos que involucran a su élite empresarial y política, incluida una investigación de corrupción que en 2016 derrocó a su primera presidenta, Park Geun-hye.

6. Una relación complicada con China

Fila fuera de un comercio ambientado en "El juego del calamar" en Shanghái.

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«El juego del calamar» es tan popular en China que ha generado negocios temáticos como este comercio de Shanghái que vende dulces inspirados en la serie.

«El juego del calamar» hace una única referencia a China, que es el principal aliado de Corea del Norte: la madre de Sae-byok es detenida mientras intentaba llegar a Corea del Sur a través de China continental.

Fuera de la pantalla, la serie se convirtió en otro ejemplo de las tensiones entre Seúl y Pekín. Los medios chinos informaron que los uniformes verdes usados por los concursantes del juego son similares a los trajes en la película china de 2019 «Teacher, Like».

Eso dio lugar a encendidas discusiones en las redes sociales, pero hizo poco para afectar el éxito de «El juego del calamar» en el país.

A pesar de que Netflix está bloqueado en China y no hay distribución oficial, el programa está disponible a través de servicios de transmisión ilegal.

Recibió la crítica de casi 300.000 personas en Douban, la plataforma de reseñas de libros y películas más grande de China, con una respetable puntuación de 7,6 sobre 10.

Irónicamente, sitios de comercio electrónico también ofrecen productos relacionados con «El juego del calamar», incluidos los trajes verdes. En Shanghái, incluso hay tiendas que venden dalgona, un dulce coreano que aparece en un episodio.

Seong Gi-hun, uno de los personajes principales de "El juego del calamar", sostiene una dalgona.

FUENTE DE LA IMAGEN – NETFLIX

Seong Gi-hun, uno de los personajes principales de «El juego del calamar», sostiene una dalgona.

Los concursantes tienen que tallar formas en relieve en trozos de caramelo quebradizo, hecho con bicarbonato de sodio y azúcar.

También hay un «desafío de dulces dalgona» que se extiende a través de videos en TikTok, donde los fanáticos recrean el placer mortal del programa.

«El juego del calamar» puede haber creado una imagen negativa sobre un alimento tan inocuo, pero la popularidad de la serie destaca lo que parece ser una creciente fascinación mundial por la cultura coreana.

Imagen de portada: Gentileza de

FUENTE RESPONSABLE. BBC por Fernando Duarte

Sociedad y Cultura/Netflix/Corea del Sur

Espectáculos/China/Corea del Norte.

Corea del Sur y su capitalismo tecnoconfuciano: de Parasite a Byung Chul Han.

Los pasajes más destacados de la primera parte del ciclo «Las dos Coreas»

El pasado 16 de septiembre, el periodista Julián Varsavsky brindó una charla exclusiva para las y los soci@s de Página/12 a partir de sus crónicas surcoreanas en el libro Corea, dos caras extremas de una misma nación –Ediciones Continente— donde cruza miradas y vivencias son su colega Daniel Wizenberg, quien viajó a Corea del Norte y dará otra charla complementaria el 23 de septiembre. Varsavsky arrancó su investigación –y la exposición– a partir del sistema educativo surcoreano como reflejo de la sociedad del rendimiento y el cansancio, conceptos del filósofo coreano Byung Chul Han.

Uno de los ejes de ese modelo educativo es el suneung, un examen anual y común que rinde medio millón de aspirantes a ingresar a las universidades de todo el país, privadas y públicas. 

El día previo al gran examen nacional –segundo jueves de noviembre— las evaluaciones recién impresas salen de las fábricas impresoras en camiones controlados por la policía y las cámaras de TV. 

Y el día del examen –dura 8 horas y veinte minutos— la bolsa de comercio abre dos horas más tarde para atrasar las actividades laborales y alivianar el tránsito matutino, y que los alumnos puedan llegar a horario sin imprevistos: atrasarse un minuto significa perder un año.

Durante la parte oral del examen de inglés se suspenden los vuelos de avión y a lo largo del día los vigiladores del examen deben medir bien sus actitudes: podrían ser denunciados por los alumnos si acaso tuviesen un perfume muy penetrante, le clavaran la mirada a algún examinado o taconear muy fuerte, generando desconcentración. 

El 1% suele alcanzar el objetivo de los 490 puntos sobre 500, lo que les permite entrar a una de las tres mejores universidades del país, que podría garantizarles un buen trabajo en alguna empresa emblemática de los conglomerados surcoreanos como Samsung, Hyundai y LG, donde trabajarán 12 horas de lunes a viernes y a veces sábados y domingos. 

Lo que se define en ese examen es –en el fondo— el status social que tendrá esa persona a lo largo de su vida en esa sociedad estratificada socialmente a la manera confuciana, donde uno de los principales valores de reconocimiento es el nivel educativo.

Para llegar a ese examen, los niños se van preparando desde el kindergarten, cuando comienzan a ir a clases privadas de inglés, a veces antes de dominar el coreano. Estos institutos se conocen como hagwon y a medida que los adolescentes avanzan en la secundaria, pasan cada vez más horas extracurriculares allí estudiando de todo. 

Un dicho muy repetido afirma que quien duerma más de cinco horas por día, no habrá aprendido lo suficiente para sacar una buena nota en el suneung. 

Los niños transcurren su infancia jugando muy poco –esto ha sido denunciado en la ONU por no respetar su derecho a jugar– y los adolescentes casi no hacen otra cosa en su vida que estudiar. A tal punto ha llegado la obsesión por asistir al hagwon, que se tuvo que crear una ley para que los cierren a las 10 de la noche: funcionaban hasta bastante más tarde. 

Está acaso sea la única ley en el mundo que prohíbe estudiar demasiado. 

Pero muchos institutos tratan de evadir la prohibición y existen patrullas nocturnas controlando que estén cerrados. Hay otros llamados kisuke hagwon donde los alumnos se internan –de manera voluntaria– 10 meses a estudiar, literalmente incomunicados, sin TV ni teléfono, sin poder salir siquiera los domingos.

En su relato oral, Varsavsky cruzó su trabajo de campo con la obra de Byung Chul Han, quien plantea que el capitalismo post Guerra Fría ha logrado interiorizar la vigilancia laboral, instalándose en la cabeza del trabajador. 

Desde el momento en que se hace coincidir la idea de trabajo con la de libertad –apelando al “tú puedes” en lugar del “tú debes”– ser positiva el concepto de explotación, que muta en auto-explotación voluntaria, impulsada por la idea de realización, ante la promesa seductora del consumo. La estructura coactiva del trabajo se oculta tras la aparente libertad del individuo. 

Pero este “sujeto de rendimiento” entregado al éxito sigue disciplinado: trabaja hasta el límite de la resistencia de su cuerpo. En una oficina –o en la calle pedaleando con una caja en la espalda— ese sujeto tiene una productividad mayor a la de la vieja sociedad disciplinaria foucaultiana, devenida hoy en “sociedad de rendimiento”.

Casi no ve crecer a sus hijos porque llega tarde a casa e invierte gran parte del ingreso en educación. Si fracasa, al haberse diluido la idea de explotación, en lugar de rebelarse, se deprime y colapsa por recalentamiento neuronal: Corea del Sur tiene una de las tasas de suicidio más altas del mundo. 

Por eso –plantea Han– hemos pasado de la biopolítica que sujetaba los cuerpos a la cadena de montaje en la sociedad disciplinaria, a una psicopolítica individualista que interioriza el control: ya no hay otro a quien culpar.

Byung Chul Han actualiza la metáfora panóptica de Foucault conceptualizando la idea del panóptico digital. Se refiere a una nueva visibilidad total que permite verlo casi todo a través de los medios electrónicos. 

La hiperconectada Corea del Sur tiene la velocidad de navegación por internet más rápida del mundo y es el laboratorio más osado de la “sociedad de la transparencia”. 

El control panóptico de la sociedad disciplinaria funcionaba a través de una mirada lineal en perspectiva desde una torre central. Los reclusos no se veían entre sí –ni divisaban al vigilante– y hubieran preferido no ser observados para sentirse más libres. El panóptico digital pierde su carácter perspectivista: en la matrix cibernética todos ven a los demás y se exponen para ser vistos.

El punto único de control que tenía la mirada analógica desaparece: nos observan desde todos los ángulos. Pero el control continúa, de manera más efectiva: cada persona le entrega a las demás su intimidad, generando vigilancia mutua. 

Esta visión total convierte a la sociedad transparente en una sociedad de control más eficiente porque no nos sentimos vigilados: nos interconectamos de manera permanente desde un lugar de aislamiento, generando una hipercomunicación adictiva, multifocal e intermitente. 

Esto resulta en una información inconexa –sin pasado ni futuro– donde es muy difícil establecer sentidos. La sobrecarga informativa y el exceso de luminosidad tendrían un efecto cegador: el mundo termina siendo un gran panóptico donde desaparece el muro que separa el adentro y el afuera.

Este homo-digitalis alimenta el nuevo panóptico impulsado por voyeurismo y exhibicionismo: colabora con gusto en su construcción y lo usa de plataforma exhibicionista para su desnudamiento voluntario. 

Cada persona se convierte en su propio objeto de publicidad, adquiriendo valor en la medida en que se exponga y sea reconocida a través del “me gusta”. Para ello el cuerpo debe ser optimizado, de allí el auge del gimnasio y la sobrevaloración de la belleza física: Corea del Sur –en tanto Meca digital– es también el paraíso asiático de las cirugías estéticas. 

La torre de control central del viejo panóptico ha desaparecido en esta red sin centro, donde terminamos siendo nuestro propio panóptico: el smartphone deviene en confesionario móvil que suplanta a la cámara de tortura de la novela 1984 de Orwell. Allí confesamos todo y el Big Brother muta en un Big Data más amable y seductor.

La premiada película Parasite –del director Bong Joon-ho…pone de relieve los daños colaterales del llamado “milagro coreano”, donde hubo un desarrollo frenético mientras crecía una desigualdad estratosférica con familias como la del joven docente viviendo en los subsuelos: en Seúl las villas miseria son subterráneas, refugio antimisiles devenidos en casa. 

Los ricos –como la otra familia de la película— tienen sus propios búnkeres preventivos ante una conflagración nuclear. La niña rica de esta ficción más o menos verosímil, se puede dar el lujo de no asistir al hagwon: le traen los docentes a casa, quienes terminan parasitando a quienes los contratan. 

La debacle trágica de la frustrada familia pobre de Parasite, es la forma que eligió el director para hacer explotar la olla de presión surcoreana, casi siempre muy bien contenida por el confucianismo y sus tácticas para evitar el conflicto manteniendo en la tierra la armonía cósmica, mediante un respeto riguroso de las jerarquías y normas de la sociedad. 

El final de Parasite hace explotar al confucianismo por los aires.

Imagen de portada: Gentileza de Página 12

FUENTE RESPONSABLE: Página 12 Entrevista a Julián Varsavsky

Corea del Sur/Sociedad/Condiciones de trabajo/Pertenencia/Economía confucionista

 

 

Por qué Corea del Sur destronó a Alemania como el país más innovador del mundo (y qué hizo que EE.UU. saliera del top 10).

Corea del Sur retomó el liderazgo que lo ha convertido en el país más innovador del mundo.

¿Qué hace que un país sea innovador?

¿Tiene que ver con el desarrollo de tecnología de punta, el registro de patentes y la inversión en investigación y desarrollo? Sí.

¿Y la calidad de su educación superior, de sus científicos y de su ecosistema emprendedor? También.

Son decenas los indicadores que hacen que un país sea más innovador que otro. Y la carrera avanza a toda velocidad, incluso ahora que la economía global está en una de las peores crisis de las últimas décadas.

El combate contra la pandemia de covid-19 ha acelerado la innovación en distintos frentes, que van desde el desarrollo y la masificación de tecnologías para contener el virus, hasta la competencia en el mercado de las vacunas o el incremento del uso de herramientas de comunicación a distancia.

En el último Índice de Innovación de Bloomberg, Corea del Sur volvió a ubicarse en el primer lugar del ranking, destronando a Alemania, que cayó al cuarto puesto.

El país asiático retomó el liderazgo que lo ha convertido en el país más innovador del mundo durante siete de los últimos nueve años.

Singapur y Suiza subieron un lugar cada uno para ocupar el segundo y el tercer lugar, mientras que en América Latina la lista fue liderada por Brasil (en la posición 46), seguido por Argentina, Chile y Uruguay.

Corea del Sur se convirtió en el país más innovador del mundo por el aumento en su registro de patentes, además de su desempeño en áreas como investigación y desarrollo (I+D) y manufactura.

Algo que está lejos de ser casual, tras décadas de una estrategia de desarrollo que ha llevado al país a potenciar al máximo su I+D.

Se trata de una estrategia que impulsa el trabajo creativo de manera sistemática para generar nuevos conocimientos, innovación tecnológica y el desarrollo de nuevos procesos.

Robot en Corea del Sur

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Corea del Sur se convirtió en el país más innovador del mundo por el aumento en su registro de patentes, además de su desempeño en áreas como investigación y desarrollo (I+D) y manufactura.

Alemania, aunque sigue entre los países más innovadores, fue destronado de su liderazgo mundial al mostrar un retroceso en la cantidad de trabajadores calificados y la falta de una estrategia para el desarrollo de tecnología de próxima generación.

Otra nación que superó a Alemania fue Singapur, el país más pequeño del sudeste asiático, que ha invertido fuertemente para que sus trabajadores y empresas transiten hacia una economía digital.

Singapur consiguió una puntuación muy alta en manufactura y se ubicó en el primer lugar en educación superior por la excelencia de sus universidades.

Suiza, que ocupa el tercer lugar del ranking, aparece posicionado como líder en las áreas de tecnología financiera y biotecnología.

¿Qué le pasó a Estados Unidos?

Cuando Bloomberg publicó por primera vez su índice de innovación en 2013, EE.UU. ocupó el primer lugar.

Este año salió del «top ten» cayendo al lugar 11, después de retroceder dos lugares en relación al año anterior.

Estudiantes caminando

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Estados Unidos cayó al lugar 11 del ranking. Una de las causas fue su desempeño en el área de educación superior.

Sus resultados no fueron competitivos en el área de educación superior, a pesar de que las universidades estadounidenses tienen fama mundial.

«Estados Unidos fue el líder indiscutible en ciencia e ingeniería. Ahora estamos desempeñando un papel menos dominante», señala un informe de la Junta Nacional de Ciencias de ese país.

Los más innovadores del mundo. .  .

Algunos expertos dicen que uno de los motivos de la pérdida de liderazgo puede tener relación con que muchas innovaciones estadounidenses provienen de empresas pequeñas y tardan más tiempo en llegar a los consumidores como productos finales.

Una de las promesas del presidente Joe Biden es mejorar el sector de manufactura con una inversión de US$300.000 millones en investigación y desarrollo, y tecnologías de vanguardia, una política que, de llevarse a cabo, podría mejorar la competitividad de la mayor economía del mundo.

Imagen de portada: Gentileza de

FUENTE RESPONSABLE: BBC New Mundo Redacción