Traemos hoy a esta Galería Virtual, al famoso escultor mairenero de nacimiento, trianero de adopción.
Decir que Jesús Gavira Alba es aficionado al flamenco, no es nada o no lo suficiente, porque el flamenco y sobre todo “lo jondo” ha sido y es prácticamente casi todo para él, una gran parte que ha formado su biografía sentimental y artística desde los primeros instantes de su vida.
Mausoleo a Antonio Mairena, en el Camposanto de Mairena del Alcor, diseñado por Jesús Gavira con su efigie y algunas alegorías simbólicas de él y de su hermano Antonio. FOTO: T.L.
De él, ha hecho su propio arte hermano, interpretado sus palos en escultura, sentido en ella profundamente el quejío, el pellizco, el estremecimiento, el drama, el erotismo, el frenesí,… que se produce y siente al son de las guitarras, las castañuelas, el “palillear” con los dedos de la mano, los “zapateos”, las “danzas” orgiásticas y catárticas de bailaores y bailaoras, las voces desgarradas de los o las cantaoras, esas Diosas y Dioses de un Olimpo ancestral, los sonidos profundos del cajón, las palmas a compás, el roce de los faralaes o las batas de cola en los tablaos,… tantas y tantas cosas que se viven desde dentro, que a un profano le sería difícil de explicar porque se desenvuelven en el terreno íntimo de la emoción.
Cartel de la Velá de Triana, a partir de su Monumento al Flamenco, en el Altozano. FOTO: facilitada por el autor.
Me pregunto que ¿y cómo no? habiendo nacido en una de las cunas que vive con mayor intensidad lo que supone el flamenco como es Mairena del Alcor.
Monumento a la Cultura Milenaria Andaluza, diseñado por él: con fuente, mármoles, piedras, bronces, relieves, bulto redondos, arquitectura del pedestal y elementos de la arqueología marinense, como la mujer y el niño recibiendo la transmisión del saber/de los saberes. FOTO: T.L.
Por ello mismo una de sus grandes líneas –si no la principal- que recorre la ya ingente producción artística de Jesús Gavira Alba (Mairena del Alcor, Sevilla, 1943), con 53 años de profesión detrás, no va a ser otra que reflejar en barro, en madera, en bronce o en piedra, en cartelería, etc. a los grandes intérpretes que ha conocido personal y casi generacionalmente, visto u oído en directo en cualquiera de los teatros, escenarios y peñas, allá por cuantas localidades organizaran Festivales, Concursos de cante, baile o toque.
Monumento a la Feria Antigua de Mairena del Alcor. Diseño arquitectónico, caballo y relieves de Jesús Gavira. Caballistas y otros relieves de su hermano Antonio. FOTO: T.L.
También vertida en sus homenajes a los maestros de estos Maestros, y por último, a las idealizaciones, metáforas, simbolismos que surgen a través de formas y figuras que representan las labores agrícolas, la siembra, la trilla, …y sobre todo de las fraguas, ese arte del fuego como el de la fundición en el que se vertirán muchas de sus obras.
Trofeo Giraldillo de la Bienal de Flamenco de Sevilla. Obra en bronce de Jesús Gavira. FOTO: del autor
Artes gitanas que tienen en la seguiriya, la soleá, los tientos, los tangos y las tonás sus pilares mayores. Artes payas que conforman el riquísimo árbol del flamenco y que Jesús Gavira modela como si los trazara al mismo ritmo que su interpretación.
Trofeo de la Bienal de Flamenco de Málaga, obra de Jesús Gavira. FOTO: proporcionada por el autor.
Mairena del Alcor, la localidad donde vio nacer al genial D. Antonio y a tantos y a tantos otros que serán o son inmortales, los ha retratado en vivo y en directo, y pocas veces, valiéndose de la documentación gráfica.
Estilización y una cierta abstracción en una de sus figuras femeninas.
Pero Jesús Gavira no se conforma con eso, sino que el Archivo y la Documentación forman parte de la investigación previa a algunas de sus obras, de la misma manera que los dibujos, las maquetas a escala y a escala real, los bocetos, los moldes, vaciados, la fundición: todos “los palos” que da en su taller, cuya arquitectura como la de sus monumentos, ha sido diseñada por él adaptándolo a las necesidades de los materiales que incluyen el modelado y moldeado con ceras, escayolas, fibra de vidrio, poliéster, ferralla, mármoles para las peanas y soportes y estructuras en las que debe realizar e incluso transportar sus obras monumentales.
La recovera antigua que sintetiza la relevancia de la mujer en muchos ámbitos incluido el económico. FOTO: Proporcionada por el autor
Otras veces parece que su obra es un arrebato que obedece al mismo origen espontáneo, como si la figura ya la tuviera dentro de su cabeza o de sus manos. Una sabiduría mitad innata, mitad adquirida pues desde su infancia ya mostró destreza en los otros palillos, en los de modelar y esculpir.
Monumento ecuestre a Fernando de Antequera de Jesús Gavira, en Antequera (Málaga). FOTO: proporcionada por él
Después, sus Becas para Perugia y Florencia, gracias a Piero Vanucci y a la Diputación de Sevilla, sus estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes, sus experimentaciones propias, libros, viajes, técnicas,…todo lo que llevó a Manuel Marín Marín y tantos otros flamencólogos comparten, a incluirlo dentro de lo que llaman “La Razón Incorpórea” como la sangre que recorre el interior del artista, la transmisión a través de generaciones tanto en artes plásticas como en el flamenco. Mito, esencia, metafísica, lo inmaterial, lo eterno, …o como quisiéramos llamarlo porque estamos dentro de un contexto común, todo un mundo y una filosofía de vida.
El autor mostrando su diseño para el Trofeo Puerta del Príncipe, realizado para la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. FOTO: T.L.
Una gran parte de su producción la volcó en retratar a los flamencos como se dijo, y en interpretar a través de ellos, los diferentes “palos”. Otra parte, la dedicó a la obra civil, monumental, religiosa, tauromáquica, funeraria, sedente, ecuestre, de cabeza, busto, torso, cuerpo entero, en bulto redondo, exenta, adosada, relieves, medallones, trofeos, … y en todos los géneros de los que se sirve un escultor para hacerla según su voluntad o del que se la encarga, predominando el bronce a la cera perdida, aunque viendo su estudio, y su extensísima opera omnia allí, en su santuario, sería difícil decantarse por alguna de estas piezas o técnicas que van emergiendo del fuego de su imaginación, de la fundición y de la fragua.
Excepcional retrato de la cabeza de Santa Ángela de la Cruz, en su versión en barro. FOTO: del autor
Según él mismo nos dice en las entrevistas para esta sección: en la cara tenemos veinticuatro músculos faciales, los cuales dan muchísimas posibilidades de expresión tanto para la alegría como para la tristeza, la sorpresa, la indiferencia, el placer, el dolor,…por eso no será nunca igual la representación plástica de una bulería que de una soleá, etc.
Retrato de Alberto Lista para su monumento instalado en Triana, cuya réplica se encuentra en los Jardines de la Fábrica de Tabacos de la Universidad de Sevilla. FOTO: del autor
Excepcional retratista, fue también profesor universitario, por eso enseñaba que debe empezarse a modelar la cabeza desde el cráneo, para pasar a los músculos del cuerpo (si es figura completa) y los aspectos característicos de la cara.
Una de sus últimas obras, que homenajea al flamenco y lo jondo que ama. FOTO: del autor
Entre los muchos que podemos citar aquí, porque son innumerables, destacan además de los dedicados a D. Antonio, al guitarrista “Niño Ricardo”, al gran pintor carmonense José Arpa Perea, a Aurora Pavón, al Defensor del Pueblo José Chamizo, a Álvarez Gámez, ….a Miguel Mañara, basándose para su efigie como tradicionalmente se ha hecho, en su mascarilla mortuoria.
Monumento al gran maestro de la guitarra Niño Ricardo. FOTO: del autor.
Muchas cosas se pueden seguir diciendo de Jesús Gavira –y de hecho lo han hecho ya personalidades como el actual Delegado del Gobierno Ricardo Sánchez, mairenense de pro y ex alcalde de la localidad sevillana, Manuel Curao, José Manuel Suárez-Japón, Paco Solís, … además de Manuel Martrín Martín, pues él tiene su peculiar filosofía, hecha con el trabajo continuo en donde vida y obra se imbrican.
Nos despedimos con esos homenajes a la mujer –a las mujeres- como pueden ser sus monumentos a “Las Espigadoras”, “Aire Andaluz”, a “La Razón Incorpórea”, a la “Semblanza evolutiva de la Cultura Milenaria Andaluza” y a tantas obras que se sitúan en plazas públicas o colecciones particulares, de manera que a través de ellas puedan verse la multifacialidad de sus puntos de vista, otro de sus principios fundamentales que ha tenido en cuenta, como la distancia desde donde van a apreciarse los detalles. Por todo ello Sastipen tah mestipen!: Salud y Libertad, Hermanos.
Imagen de portada: El autor junto a su monumento al atleta olímpico Miguel Ángel Gómez Campuzano. FOTO: T.L.
FUENTE RESPONSABLE: Correo. Sevilla; España. Por Teresa Lafita Gordillo. Actualizado el 6 de febrero 2023.
Sociedad y Cultura/Arte/Escultura/Sevilla; España/Jesús Gavira Alba.