Cómo en física cuántica están logrando lo que hasta ahora parecía imposible: revertir el tiempo.

Si deseas profundizar en esta entrada; por favor cliquea adonde se encuentre escrito en “azul”. Muchas gracias.

La frontera entre la ciencia y la ciencia ficción es en ocasiones casi imperceptible. Y se lo debemos, cómo no, a nuestra cada vez más precisa comprensión del mundo en el que vivimos. Ese mundo macroscópico que podemos ver con nuestros ojos y en el que los procesos parecen discurrir en un único sentido en el tiempo: del presente hacia el futuro.

Estamos tan íntimamente acostumbrados a observar este fenómeno que nos resulta muy difícil aceptar la posibilidad de revertir un proceso en el tiempo. De recuperarlo tal y como era antes de haber sufrido algún cambio que podríamos considerar permanente. Pero no es imposible. La física cuántica acaba de demostrarnos que es factible tanto en el ámbito teórico como en el práctico.

La física cuántica y nuestra intuición están, una vez más, a punto de chocar

Nuestra intuición nos invita a concluir que la irreversibilidad de los procesos es una ley fundamental. Y el segundo principio de la termodinámica nos da la razón. Se puede formular de muchas maneras diferentes, pero todas ellas, si son correctas, nos invitan a concluir que los fenómenos físicos son irreversibles.

Si colocamos un recipiente con agua muy caliente en la encimera de nuestra cocina y no hacemos nada con él, el agua se enfriará. Y si se nos cae un vaso y estalla al golpearse con el suelo, no volverá a recomponerse por sí solo. Precisamente el intercambio de calor y la entropía son dos propiedades íntimamente ligadas al segundo principio de la termodinámica.

La entropía suele definirse como la magnitud que mide el grado de desorden de un sistema físico. Es una simplificación quizá excesiva, pero puede ayudarnos a entender de qué estamos hablando sin que nos veamos obligados a recurrir a conceptos complejos. En cualquier caso, este principio termodinámico es de naturaleza estadística, y, además, la física clásica es determinista.

Esto significa que es posible predecir la evolución de un sistema físico a lo largo del tiempo si conocemos su estado inicial y las ecuaciones diferenciales que describen su comportamiento. Sin embargo, en el dominio de la física cuántica, en el mundo de lo muy pequeño, de las partículas, la reversibilidad de los procesos físicos es posible. Lo es desde un punto de vista teórico desde hace mucho tiempo, y ahora lo es también en la práctica.

La física cuántica lo permite: un fotón ha retrocedido en el tiempo

Los físicos coquetean con la posibilidad de revertir procesos en el tiempo desde hace muchos años. De hecho, algunos teóricos trabajan en unas herramientas muy peculiares que la mecánica cuántica ha colocado en sus manos: los protocolos de reversión o rebobinado universal. No necesitamos conocer con detalle cómo funcionan estos mecanismos, pero nos viene de perlas saber que sirven para revertir los cambios que ha sufrido un sistema cuántico sin conocer cuál era su estado inicial. Y sin saber tampoco en qué consistieron esos cambios.

Casi parece magia, pero no lo es. Es ciencia. Y, precisamente, el físico teórico español Miguel Navascués lidera un equipo de investigación en el Instituto de Óptica Cuántica e Información Cuántica de la Academia de las Ciencias de Austria experto en esta disciplina. Miguel y sus colaboradores han diseñado un innovador protocolo teórico de reversión que propone, a grandes rasgos, qué procedimiento es posible utilizar para conseguir que un sistema cuántico recupere su estado inicial sin conocer qué cambios ha sufrido.

Llevar algo así a la práctica no es nada sencillo, lo que ha provocado que los físicos experimentales que trabajan en esta área no hayan tenido demasiado éxito. Afortunadamente, el panorama ha cambiado. Y es que el equipo de físicos experimentales de la Universidad de Viena dirigido por Philip Walther ha conseguido implementar con éxito el protocolo de reversión universal diseñado por Miguel Navascués y su equipo.

El corazón de su experimento es un sofisticado equipo óptico constituido por varios interferómetros y enlaces de fibra óptica que se comportan de forma conjunta como un interruptor cuántico. Conocer con detalle cómo funciona este ingenio queda fuera del propósito de este artículo porque, como podemos intuir, su complejidad es extraordinaria. Aun así, quien no se deje intimidar fácilmente y tenga curiosidad puede consultar el artículo que han publicado Navascués, Walther y sus equipos en la revista Óptica. Merece mucho la pena.

Un apunte antes de seguir adelante: un interferómetro es un dispositivo óptico que emplea una fuente de luz (habitualmente un láser) para medir con muchísima precisión los cambios introducidos en un sistema físico. Descrito de esta forma parece algo muy complicado, y sí, es complicado, pero podemos recurrir a un ejemplo cercano en el tiempo para ilustrar de qué estamos hablando.

Los experimentos LIGO, en Estados Unidos, y Virgo, en Italia, utilizados para identificar y analizar ondas gravitacionales son interferómetros. Y, como acabamos de ver, ambos incorporan un sofisticado equipo óptico y un láser que les permite medir las perturbaciones gravitatorias generadas por los objetos masivos del cosmos que están sometidos a una cierta aceleración. Estas perturbaciones se propagan por el continuo espacio-tiempo a la velocidad de la luz bajo la forma de ondas, y los interferómetros las recogen.

De alguna forma el interruptor cuántico que han construido los equipos de Navascués y Walther es parecido a LIGO o Virgo, pero a una escala infinitamente menor debido a que su propósito es identificar y medir los cambios introducidos en un sistema cuántico. Lo que han conseguido es asombroso: han revertido con éxito la evolución en el tiempo de un fotón sin conocer previamente ni su estado inicial ni qué cambios había experimentado. En la práctica es lo mismo que viajar hacia atrás en el tiempo.

Sistemacuantico

Este esquema describe el ingenioso equipo óptico diseñado por los investigadores de la Universidad de Viena y el Instituto de Óptica Cuántica e Información Cuántica de la Academia de las Ciencias de Austria.

Parece razonable pensar que conseguir esto con una sola partícula, con un fotón, no es demasiado interesante, pero nada más lejos de la realidad. El resultado que han obtenido estos investigadores, que ya ha sido revisado por pares, es extraordinario porque abre de par en par las puertas que probablemente van a permitirnos entender mucho mejor las reglas que subyacen en el mundo en el que vivimos. Las reglas, en definitiva, de la mecánica cuántica.

Lo que permite a este experimento desmarcarse de otros anteriores que también pretendían demostrar la posibilidad de revertir el estado de un sistema cuántico es que el protocolo de reversión universal de Navascués y Walther ha conseguido hacerlo sin tener ningún tipo de información previa acerca del estado del sistema cuántico. Podemos verlo como si hubiesen conseguido recomponer a la perfección un jarrón de porcelana sin conocer el número de fragmentos que tenían inicialmente, su forma, y mucho menos que pertenecían a un jarrón y eran de porcelana.

En las conclusiones de su artículo estos investigadores insisten en algo muy importante: los resultados que han obtenido no son válidos únicamente en los sistemas cuánticos de naturaleza fotónica, que son los que trabajan con luz; son coherentes con otros sistemas cuánticos. Por esta razón, las aplicaciones de esta tecnología pueden ser muy numerosas, especialmente en el ámbito de la computación cuántica.

Y es que los protocolos de reversión universal pueden en teoría ser utilizados para resolver uno de los mayores desafios que plantean los ordenadores cuánticos: la corrección de errores. De hecho, este es probablemente el muro más alto que los investigadores en computación cuántica tendrán que derribar para conseguir que los ordenadores cuánticos sean capaces de resolver los tipos de problemas complejos en los que en teoría son muy superiores a los superordenadores clásicos.

Imagen de portada: Giallo. 

FUENTE RESPONSABLE: Xataka. Por Juan Carlos López. 24 de febrero 2023.

Sociedad/Tecnología/Ordenador cuántico/Computación Cuántica/Física cuántica/Mecánica cuántica/Procesador cuántico/Entrelazamiento cuántico.

Se rompe por fin la barrera del tiempo en el mundo cuántico.

Una investigación consigue retrotraer un fotón al estado temporal en el que se encontraba antes del experimento.

Una nueva investigación ha conseguido por primera vez la reversión real del tiempo en un sistema cuántico, más allá de una especulación matemática o de una simulación. 

Llevó un fotón al estado que estaba antes del experimento, sin saber cómo cambiaba en el tiempo, ni tampoco cuáles eran sus estados inicial y final.

Sabemos positivamente que a escala atómica es imposible volver hacia atrás en el tiempo: una vez que batimos un huevo, no sabemos cómo devolverlo a su estado anterior.

Hipotéticamente sería posible, pero necesitaríamos conocer en detalle cómo se movió cada molécula del huevo a lo largo del proceso temporal que modificó su estado natural en otro diferente.

En el mundo cuántico, que es el mundo de lo infinitamente pequeño, rigen otras leyes diferentes que permiten hipotéticamente revertir los procesos físicos, como se ha comprobado mediante simulaciones o especulaciones matemáticas.

Se pueden revertir esos procesos porque el tiempo cuántico está en una superposición de estados en la que pasado, presente y futuro se funden, y en la que los procesos de causa y efecto se invierten.

Primeros pasos

Siguiendo esta línea de investigación, en 2019 científicos rusos consiguieron simular la inversión del tiempo en un ordenador cuántico: crearon un estado que evoluciona en sentido contrario a la flecha del tiempo.

Lo que hicieron estos científicos fue desarrollar unos cubits (la unidad básica de información de la computación cuántica) en el seno de uno de los ordenadores cuánticos creados por IBM y los hicieron evolucionar, es decir, les cambiaron su estado siguiendo la flecha del tiempo del presente al futuro, y luego los volvieron al estado en el que se encontraban antes del experimento, que duró una fracción de segundo.

Siguientes pasos

Los autores de esta investigación aseguran que crearon artificialmente un estado cuántico que se movía en la dirección opuesta a la flecha de tiempo termodinámico.

Una segunda investigación, publicada en 2020, aseguró que es posible no solo simular, sino también revertir, la dinámica cronológica de un sistema cuántico.

Esta investigación estableció incluso los pasos teóricos para realizar un viaje en el tiempo que en realidad consiste en crear una copia “invertida” de un sistema cuántico que sigue las mismas leyes de la evolución, pero a la inversa: retrocede hacia el pasado, en vez de avanzar hacia el futuro.

Paso concreto

Una nueva investigación, esta vez desarrollada por físicos de la Universidad de Viena y del IQOQI de Viena, ha conseguido lo que podría ser el paso definitivo para llevar a la práctica la reversión del tiempo en el mundo cuántico.

Los autores de esta investigación, de la que es primer autor Peter Schiansky, han desarrollado un protocolo que, actuando sobre cualquier cúbit, lo propaga al estado temporal que tenía antes de empezar el experimento.

Explican que este protocolo funciona colocando el cúbit (que ya está naturalmente en una superposición de estados) en una superposición adicional de trayectorias de vuelo, donde se actúa sobre él mediante operaciones cuánticas no caracterizadas, pero repetibles.

Rebobinando el tiempo

Ese protocolo combina por un lado lo que se conoce a nivel teórico como rebobinado universal (porque rebobina el tiempo como si fuera una película), con una configuración óptica compleja, y demuestra, por primera vez experimentalmente, que es posible revertir los cambios temporales de un sistema cuántico.

Para ello, según se explica en un comunicado, emplearon componentes de fibra óptica ultrarrápidos e interferómetros de espacio libre dispuestos como un interruptor cuántico.

Revirtieron con éxito la evolución temporal de un único fotón sin saber cómo cambiaba en el tiempo, ni tampoco cuáles eran sus estados inicial y final.

Garantía de éxito

«Sorprendentemente, este protocolo ni siquiera requiere que se conozca la naturaleza de las interacciones con el sistema cuántico», dice Schiansky.

Este protocolo de rebobinado universal es óptimamente eficiente en su tiempo de ejecución y se puede ampliar para tener éxito con una probabilidad arbitrariamente alta, aseguran los investigadores.

La prueba de que los protocolos de rebobinado existen en esta forma general y que son técnicamente factibles contribuye a nuestra comprensión de la mecánica cuántica fundamental, según los científicos.

Mejorar la computación cuántica

En el futuro, estos protocolos podrían convertirse en una herramienta útil en las tecnologías de la información cuántica, concluyen los investigadores.

Hay que tener en cuenta que todas estas investigaciones no están pretendiendo poner los cimientos de una futura nave que pueda viajar a través del tiempo basándose en tecnologías cuánticas, sino más bien posibilitar que un ordenador cuántico regrese periódicamente al pasado inmediato para corregir posibles errores y desarrollar nuevas funciones como si nada hubiera ocurrido, sin arrastrar las consecuencias de los fallos anteriores.

Referencia: Demonstration of universal time-reversal for qubit processes. P. Schiansky et al. Optica, vol. 10, número 2, págs. 200-205 (2023). DOI:10.1364/OPTICA.469109

Imagen de portada: Es imposible revertir la metamorfosis que sufre una planta de un diente de león cuando soplamos sobre ella. C: CHRISTINE SCHIANSKY @FREOWYNART

FUENTE RESPONSABLE: Levante. El Mercantil Valenciano.España. Por Eduardo Martinez de la Fe. 13 de febrero 2023.

Sociedad/Física cuántica/Mecánica cuántica/Ensayos/Investigación.

El avance cuántico que podría revolucionar la computación.

Los científicos han dado un paso más hacia la fabricación de ordenadores «cuánticos» multitarea, más potentes que los superordenadores más avanzados de la actualidad.

Los ordenadores cuánticos aprovechan las extrañas cualidades de las partículas subatómicas.

Las llamadas partículas cuánticas pueden estar en dos lugares al mismo tiempo y también extrañamente conectadas, aunque las separen millones de kilómetros.

Un equipo de la Universidad de Sussex transfirió información cuántica entre chips de ordenador a una velocidad y con una precisión récord.

Chip

Los investigadores conectaron dos chips y enviaron cantidades récord de información cuántica a una velocidad y con una fiabilidad sin precedentes.

Los informáticos llevan más de 20 años intentando fabricar un ordenador cuántico eficaz. Empresas como Google, IBM y Microsoft han desarrollado máquinas sencillas.

Pero, según el profesor Winfried Hensinger, quien dirigió la investigación en la Universidad de Sussex, el nuevo avance abre el camino a sistemas capaces de resolver problemas complejos del mundo real de los que son incapaces los mejores ordenadores que tenemos hoy.

«Ahora mismo contamos con ordenadores cuánticos con microchips muy sencillos», explica. «Lo que hemos conseguido aquí es la capacidad de realizar ordenadores cuánticos potentes capaces de resolver algunos de los problemas más importantes para las industrias y la sociedad».

Rolls Royce

FUENTE DE LA IMAGEN. ROLLS-ROYCE. Rolls-Royce está invirtiendo en la investigación de la computación cuántica para ver si puede acelerar el proceso de diseño de sus motores aeronáuticos.

En dos lugares a la vez

En la actualidad, los ordenadores resuelven los problemas de forma lineal, un cálculo cada vez.

En el reino cuántico, las partículas pueden estar en dos lugares al mismo tiempo y los investigadores quieren aprovechar esta propiedad para desarrollar ordenadores capaces de realizar múltiples cálculos en simultáneo.

Las partículas cuánticas también pueden encontrarse a millones de kilómetros de distancia y estar extrañamente conectadas, reflejando las acciones de las demás de forma instantánea. De nuevo, esto podría utilizarse para desarrollar ordenadores más potentes.

Los chips de los ordenadores cuánticos deben instalarse en una sala limpia

Los chips de los ordenadores cuánticos deben instalarse en una sala limpia y colocarse en un contenedor al vacío, ya que la más mínima contaminación puede reducir su rendimiento.

Un problema ha sido la necesidad de transferir información cuántica entre chips de forma rápida y fiable: la información se degrada y se introducen errores.

Pero el equipo del profesor Hensinger ha logrado un avance, publicado en la revista Nature Communications, que puede haber superado ese obstáculo.

El equipo ha desarrollado un sistema capaz de transportar información de un chip a otro con una fiabilidad de 99,999993% a velocidades récord.

Según los investigadores, esto demuestra que, en principio, los chips podrían unirse para crear un ordenador cuántico más potente.

Investigadoras observan átomos individuales flotando sobre sus chips mientras prueban su ordenador cuántico.

FUENTE DE LA IMAGEN,SAHRA. El equipo de investigadores puede ver átomos individuales flotando sobre sus chips mientras prueban su ordenador cuántico.

El profesor Michael Cuthbert, director del recién creado Centro Nacional de Computación Cuántica de Didcot (Oxfordshire) e independiente del grupo de investigación de Sussex, calificó el avance como «un paso realmente importante».

No obstante, precisó que es necesario seguir trabajando para desarrollar sistemas prácticos.

«Para construir el tipo de ordenador cuántico que se necesitará en el futuro, hay que empezar conectando chips del tamaño de la uña del pulgar hasta conseguir algo del tamaño de un plato. El grupo de Sussex ha demostrado que se puede conseguir la estabilidad y velocidad necesarias para dar ese paso».

«Pero luego se necesita un mecanismo para conectar estos platos y escalar una máquina, potencialmente tan grande como un campo de fútbol, con el fin de realizar cálculos realistas y útiles, y la tecnología de comunicaciones para esa escala aún no está disponible».

Partículas entrelazadas

FUENTE DE LA IMAGEN,SPL. Los ordenadores cuánticos aprovechan dos extrañas propiedades de las partículas a escala muy pequeña: pueden estar en dos lugares al mismo tiempo y estar extrañamente conectadas aunque estén a millones de kilómetros de distancia.

La estudiante de doctorado, Sahra Kulmiya, quien realizó el experimento de Sussex, afirmó que el equipo está preparado para el reto de llevar la tecnología al siguiente nivel.

«Ya no se trata solo de un problema de física», declaró a BBC News.

«Es un problema de ingeniería, de informática y también de matemáticas».

«Es difícil decir lo cerca que estamos de la realización de la computación cuántica, pero soy optimista en cuanto a cómo puede llegar a ser relevante para nosotros en nuestra vida cotidiana».

Rolls Royce, una de las principales empresas de ingeniería del Reino Unido, también es optimista respecto a esta tecnología. Colabora con los investigadores de Sussex en el desarrollo de máquinas que podrían ayudarles a diseñar motores a reacción aún mejores.

Los potentes superordenadores se utilizan para modelar el flujo de aire en simulaciones para probar nuevos diseños de motores de avión.

Transformación de la ingeniería

Un ordenador cuántico podría, en principio, seguir el flujo de aire con una precisión aún mayor y hacerlo rápido, según el profesor Leigh Lapworth, quien dirige el desarrollo de la informática cuántica para Rolls-Royce.

«Los ordenadores cuánticos podrían obtener cálculos que ahora no podemos hacer y otros que llevarían meses o años. La posibilidad de hacerlos en días transformaría nuestros sistemas de diseño y daría lugar a motores aún mejores».

La tecnología también podría utilizarse para diseñar fármacos de manera más rápida simulando con precisión sus reacciones químicas, un cálculo demasiado difícil para los superordenadores actuales. Además podrían proporcionar sistemas más precisos para predecir el tiempo y proyectar el impacto del cambio climático.

El profesor Hensinger explica que tuvo la idea de desarrollar un ordenador cuántico hace más de 20 años.

«La gente ponía los ojos en blanco y decía: ‘es imposible'».

«Y cuando la gente me dice que algo no se puede hacer, me encanta intentarlo. 

Así que he pasado los últimos 20 años eliminando las barreras una a una hasta un punto en el que ahora se puede construir un ordenador cuántico práctico».

Imagen de portada:  Hace 20 años, otros científicos dijeron a Winfried Hensinger que desarrollar un ordenador cuántico potente era imposible. Ahora ha fabricado el sistema que cree que demostrará que estaban equivocados.

FUENTE RESPONSABLE: Pallab Ghosh; Corresponsal de Ciencia, BBC News. 10 de febrero 2023.

Sociedad y Cultura/Ciencia/Física cuántica/Tecnología.

La teleportación cuántica de energía revolucionará la física y la economía.

Un equipo de investigadores japoneses han teleportado energía por primera vez, confirmando una teoría publicada originalmente en 2014.

Revolución potencial

Por primera vez en la historia se ha conseguido teleportar energía, confirmando una teoría formulada a principios de siglo a partir del descubrimiento de la teleportación de información cuántica. Según el científico que ha realizado el experimento, “la capacidad de transferir energía cuántica a largas distancias provocará una nueva revolución en la tecnología de comunicación cuántica” y será vital para el desarrollo de una nueva era tecnológica y económica.

Si deseas profundizar en esta entrada; cliquea por favor adonde se encuentre escrito en color “azul”. Muchas gracias.

La teleportación instantánea de información usando partículas cuánticas entrelazada a grandes distancias es posible desde hace décadas. La experiencia más notable fue la teleportación a 1.400 kilómetros usando el satélite Micius, parte del programa chino-europeo Quess, del que ya hemos hablado en estas páginas. Ése fue el récord de la distancia más larga jamás conseguida. 

La demostración de teleportación de energía funciona de forma similar y no tendrá limitación en la distancia de teleportación, por lo menos según el estudio pendiente de revisión por pares publicado en el servidor Arxiv.

El experimento

La primera vez que se formuló la posibilidad de teleportar energía sin ningún límite de distancia fue en 2010, cuando un equipo de científicos japoneses liderados por Masahiro Hotta publicó un artículo científico detallando los cálculos que lo demostraban. 

Su trabajo estaba basado en la labor que Charlie Bennett desarrolló en 1993, cuando demostró por primera vez que la teleportación de información a nivel cuántico era posible en el Centro de investigación Watson de IBM en Nueva York.

El físico Masahiro Hotta junto a Stephen Hawking.

Hotta concluyó que los fundamentos de aquel experimento podrían aplicarse a la teleportación de energía sobre distancias ilimitadas y sin reducción del nivel energético, algo que la revista Technology Review del Instituto Tecnológico de Massachusetts calificó en su día como una técnica que tendría profundas consecuencias para el futuro de la física”.

Ahora, el también japonés Kazuki Ikeda ha demostrado que Hotta tenía razón, realizando el experimento en uno de los ordenadores cuánticos que la propia IBM tiene a disposición de empresas e instituciones educativas. Desde su laboratorios en la Universidad de Stony Brook, Nueva York, Ikeda dice que ha logrado teletransportar energía usando un par de partículas cuánticas entrelazadas dentro de uno de los chips cuánticos de IBM.

El centro de investigación de IBM en Yorktown Heights, Nueva York. (Simon Greig/CC)

Ikeda escribió un algoritmo para esa máquina siguiendo la teoría de Hotta, que afirma que la medición de un sistema cuántico inyecta energía en el sistema y que esa energía puede ser extraída del mismo sistema en una localización diferente sin que la energía tenga que atravesar ninguna distancia ni usar un canal físico. La energía es siempre la misma, teletransportandose sin pérdida alguna ni tampoco ganancia. Sencillamente desaparece en un sitio y aparece en el otro gracias a las fluctuaciones de los sistemas cuánticos.

Una revolución de consecuencias impredecibles

Aunque la distancia entre los dos puntos fue básicamente el tamaño del chip de IBM, Ikeda afirma que la teoría de Hotta tenía razón y los resultados del experimento confirman punto por punto sus cálculos.

Según Ikeda, “la teletransportación de energía cuántica no tiene límite de distancia”. Ikeda asegura que “la realización de un QET (teletransporte cuántico de energía) de largo alcance tendrá implicaciones importantes más allá del desarrollo de la tecnología de la información y la comunicación y la física cuántica. La información y la energía son físicas, pero también [tienen una dimensión] económica”. 

Esto, dice, permitirá que las cantidades físicas se negocien concretamente en la red cuántica y significa que nacerá un nuevo mercado económico. La teletransportación cuántica de energía se podrá utilizar como energía, asegura, así como para otros usos. 

Pone un ejemplo: “En un mercado cuántico donde existen Alice, Bob y Charlie, si Bob puede obtener más energía de Charlie que de Alice, Bob puede elegir hacer negocios con Charlie en lugar de con Alice, y puede que prefiera un estado de entrelazamiento con Charlie. Sin embargo, dependiendo de los costos de transacción, Bob podría elegir a Alice”. Así, afirma, se pueden crear muchas de esas situaciones teóricas en “una economía de la información cuántica que aún no existe”.

El chip cuántico IBM Osprey de 433 cubits. (IBM)

Esto último es importante: nadie sabe todavía las implicaciones que este descubrimiento y el establecimiento de una red internet cuántica podrán tener. Se espera que la red se consolide y se haga mundial en la década del 2030, pero nadie puede imaginar cuáles serán las consecuencias de este tipo de comunicaciones y transacciones más allá de conseguir comunicaciones instantáneas imposibles de interceptar.

La carrera de la teleportación cuántica

Pero, a pesar de no conocer sus ramificaciones y aplicaciones de esta nueva tecnología ahora en desarrollo, las potencias mundiales están corriendo una nueva carrera para conseguir dominar el sector, algo que los expertos dicen que es vital para conseguir la futura hegemonía mundial. 

Por el momento sabemos que China está a la cabeza, dejando atrás a los Estados Unidos por ahora. Los chinos llevan años construyendo este tipo de redes y, según los expertos, su impresionante avance en los últimos seis años tendrá graves consecuencias estratégicas a nivel comercial y militar. 

Es lo que cuenta Arthur Herman, historiador, experto en computación cuántica, inteligencia artificial y director de la Iniciativa de la Alianza Cuántica del think tank internacional Hudson Institute.

Parte del sistema Quess para la teleportación cuántica de información.

Herman también afirma que, ante el éxito chino, Europa ha pegado un acelerón con tres iniciativas público-privadas cuyo objetivo es establecer redes de comunicación cuánticas apoyados por satélites.

Sorprendentemente, EEUU ahora mismo está fuera de esta nueva carrera tecnológica que ellos mismos iniciaron en 2003, cuando DARPA — el brazo de investigación avanzada del Pentágono que desarrolló Internet y el GPS, entre otras muchas tecnologías claves — puso en marcha la primera red de comunicación cuántica. 

Todavía queda mucho partido pero, de confirmarse, este experimento habría pegado un acelerón más en una carrera cuyo final todavía es imprevisible.

Imagen de portada:Un ordenador cuántico de IBM. (IBM)

FUENTE RESPONSABLE: El Confidencial. Por Jesús Díaz. 20 de enero 2023.

Sociedad/Ciencia/Actualidad/Computación cuántica/Física cuántica/ Teleportación cuántica/Plusvalía de la Información/Energía.

Richard Feynman, creador de la física cuántica, la nanotecnología y participó en el desarrollo de la bomba nuclear.

Richard Phillips Feynman, premio Nobel de Física en 1965, fue un físico teórico estadounidense.

Conocido por su trabajo en la formulación integral de la mecánica cuántica, la teoría de la electrodinámica cuántica, la física de la superfluidez del helio líquido sobreenfriado, así como su trabajo en física de partículas para el que propuso el modelo parton. Por sus contribuciones al desarrollo de la electrodinámica cuántica, Feynman recibió el Premio Nobel de Física en 1965.

Feynman desarrolló un esquema de representación pictórica ampliamente utilizado para las expresiones matemáticas que describen el comportamiento de las partículas subatómicas, que más tarde se conoció como diagramas de Feynman.

Durante su vida, Feynman se convirtió en uno de los científicos más conocidos del mundo. En una encuesta de 1999 de 130 físicos líderes en todo el mundo realizada por la revista británica Physics World, fue clasificado como el séptimo físico más grande de todos los tiempos.

Ayudó en el desarrollo de la bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial y se hizo conocido por un amplio público en la década de 1980 como miembro de la Comisión Rogers, el panel que investigó el desastre del transbordador espacial Challenger.

Junto con su trabajo en física teórica, a Feynman se le atribuye ser pionero en el campo de la computación cuántica y crear el concepto de nanotecnología. Ocupó la cátedra Richard C. Tolman de física teórica en el Instituto de Tecnología de California.

Feynman fue un entusiasta divulgador de la física a través de libros y conferencias, incluida una charla de 1959 sobre nanotecnología y la publicación de tres volúmenes, The Feynman Lectures on Physics. Feynman también se dio a conocer a través de sus libros autobiográficos ¡Seguro que está bromeando, Sr. Feynman! y ¿Qué te importa lo que piensen los demás? y libros escritos sobre él como Tuva o Bust! de Ralph Leighton y la biografía Genius: The Life and Science of Richard Feynman de James Gleick .

Feynman nació el 11 de mayo de 1918 en Queens, ciudad de Nueva York. Si padre era originario de Minsk en Bielorrusia (entonces parte del Imperio Ruso). Su familia era judía.

El joven Feynman estuvo fuertemente influenciado por su padre, quien lo alentó a hacer preguntas para desafiar el pensamiento ortodoxo, y quien siempre estaba listo para enseñarle algo nuevo a Feynman. De su madre obtuvo el sentido del humor que tuvo a lo largo de su vida. Cuando era niño, tenía talento para la ingeniería, mantenía un laboratorio experimental en su casa y le encantaba reparar radios.

Esta reparación de radio fue probablemente el primer trabajo que tuvo Feynman, y durante este tiempo mostró signos tempranos de aptitud para su carrera posterior en física teórica, cuando analizaría los problemas teóricamente y llegaría a las soluciones.

Cuando estaba en la escuela primaria, creó un sistema de alarma contra robos en el hogar mientras sus padres estaban fuera durante el día haciendo mandados.

En 1941, con la Segunda Guerra Mundial arrasando en Europa, pero Estados Unidos aún sin entrar en guerra, Feynman pasó el verano trabajando en problemas de balística en el Arsenal de Frankford en Pensilvania. Después de que el ataque a Pearl Harbor llevara a los Estados Unidos a la guerra, Feynman fue reclutado por Robert R. Wilson, quien estaba trabajando en medios para producir uranio enriquecido para usar en una bomba atómica, como parte de lo que sería convertirse en el Proyecto Manhattan.

En este momento, a principios de 1943, Robert Oppenheimer estaba estableciendo el Laboratorio de Los Álamos, un laboratorio secreto en una meseta en Nuevo México donde se diseñarían y construirían bombas atómicas. Se hizo una oferta al equipo de Princeton para que se redistribuya allí. “Como un grupo de soldados profesionales”, recordó Wilson más tarde, “nos inscribimos, en masa, para ir a Los Álamos”.

Como muchos otros físicos jóvenes, Feynman pronto cayó bajo el hechizo del carismático Oppenheimer.

En Los Álamos, Feynman fue asignado a la División Teórica y terminó en convertirse en el líder del grupo. Él y Bethe desarrollaron la fórmula Bethe-Feynman para calcular el rendimiento de una bomba de fisión.

Administró el grupo de cómputo de computadoras humanas en la división teórica. Con Stanley Frankel y Nicholas Metropolis, ayudó a establecer un sistema para usar tarjetas perforadas de IBM para computación. Inventó un nuevo método para calcular logaritmos que luego usó en Connection Machine.

Otro trabajo en Los Alamos incluyó el cálculo de ecuaciones de neutrones para la «Caldera de agua» de Los Alamos, un pequeño reactor nuclear, para medir qué tan cerca estaba de la criticidad un conjunto de material fisible.

Ayudó a los ingenieros a idear procedimientos de seguridad para el almacenamiento de uranio a fin de evitar accidentes de criticidad, especialmente cuando el uranio enriquecido entraba en contacto con el agua.

Insistió en dar a la base una conferencia sobre física nuclear para que se dieran cuenta de los peligros. Explicó que, si bien cualquier cantidad de uranio no enriquecido podía almacenarse de manera segura, el uranio enriquecido debía manipularse con cuidado.

Desarrolló una serie de recomendaciones de seguridad para los distintos grados de enriquecimiento.

Feynman fue el responsable del trabajo teórico y los cálculos sobre la bomba de hidruro de uranio propuesta, que finalmente resultó ser inviable.

Fue buscado por el físico Niels Bohr para discusiones individuales. Más tarde descubrió la razón: la mayoría de los otros físicos idealizaban demasiado a Bohr como para discutir con él. Feynman no tenía tales inhibiciones, señalando enérgicamente todo lo que consideraba defectuoso en el pensamiento de Bohr. Dijo que sentía tanto respeto por Bohr como por cualquier otra persona, pero una vez que alguien lo hacía hablar sobre física, se concentraba tanto que se olvidaba de las sutilezas sociales.

Estuvo presente en la prueba nuclear de Trinity.

La vida de Feynman fue retratada en numerosas películas y libros y recibió muchos homenajes, aquí van algunos:

Feynman fue interpretado por Matthew Broderick en la película biográfica Infinity de 1996.

El actor Alan Alda encargó al dramaturgo Peter Parnell que escribiera una obra de dos personajes sobre un día ficticio en la vida de Feynman. La obra, QED, se estrenó en el Mark Taper Forum de Los Ángeles en 2001 y luego se presentó en el Teatro Vivian Beaumont de Broadway, con ambas presentaciones protagonizadas por Alda como Richard Feynman.

Real Time Opera estrenó su ópera Feynman en el Festival de Música de Cámara de Norfolk (CT) en junio de 2005.

En 2011, Feynman fue objeto de una novela gráfica biográfica titulada simplemente Feynman, escrita por Jim Ottaviani e ilustrada por Leland Myrick.

En 2013, el papel de Feynman en la Comisión Rogers fue dramatizado por la BBC en The Challenger (título estadounidense: The Challenger Disaster), con William Hurt interpretando a Feynman.

La vida de Feynman se conmemora de varias maneras. El 4 de mayo de 2005, el Servicio Postal de los Estados Unidos emitió el juego conmemorativo “Científicos estadounidenses” de cuatro sellos autoadhesivos de 37 centavos en varias configuraciones. Los científicos representados fueron Richard Feynman, John von Neumann, Barbara McClintock y Josiah Willard Gibbs.

El sello de Feynman, en tonos sepia, presenta una fotografía de un Feynman de treinta y tantos años y ocho pequeños diagramas de Feynman.

El edificio principal de la División de Computación en Fermilabrecibe el nombre de “Centro de Cómputo Feynman” en su honor.

Se utilizaron dos fotografías de Feynman en la campaña publicitaria “Piensa diferente” de Apple Inc., que se lanzó en 1997.

Sheldon Cooper, un físico teórico ficticio de la serie de televisión The Big Bang Theory, es un fanático de Feynman que lo ha emulado en varias ocasiones, una vez tocando los bongos.

El 27 de enero de 2016, Bill Gates escribió un artículo “El mejor maestro que nunca tuve” describiendo los talentos de Feynman como maestro que inspiró a Gates a crear el Proyecto Tuva para colocar los videos de Feynman “El carácter de la ley física”, en un sitio web para visualización pública.

En 2015, Gates hizo un video sobre por qué pensaba que Feynman era especial. El video se realizó para el 50 aniversario del Premio Nobel de 1965 de Feynman en el CERN, hogar del Gran Colisionador de Hadrones. Una calle en el sitio de Meyrin se llama » Ruta Feynman» en honor al físico.

Imagen de portada: Fotografía de Richard Feynman, tomada en 1984 en los bosques de Robert Treat Paine Estate en Waltham, MA, mientras él y el fotógrafo trabajaban en Thinking Machines Corporation en el diseño de la supercomputadora Connection Machine CM-1/CM-2. / Foto> Wikipedia – CC BY-SA 3.0

FUENTE RESPONSABLE: Aurora. Israel. 27 de agosto 2022.

Sociedad y Cultura/Física cuántica/Ciencia/Homenaje/Richard Feynman.

 

¿Simetría temporal? Científicos crean fase de la materia en la que el tiempo tiene 2 dimensiones.

Si deseas profundizar sobre esta entrada; cliquea donde se encuentre escrito en “azul”. Muchas gracias.

Al someter los qubits de un ordenador cuántico a pulsos láser basados en la secuencia de Fibonacci, los físicos demostraron una forma de almacenar información cuántica menos propensa a errores.

Para evitar la pérdida de información en los ordenadores cuánticos, los físicos han creado una posible vía utilizando pulsos láser sobre sus qubits –con un patrón inspirado en la secuencia de Fibonacci en los átomos dentro de un ordenador cuántico– que crean una simetría en el tiempo y no en el espacio, y lo hacen en dos dimensiones temporales.

Así, la notable y extraña fase de la materia, nunca antes vista, tiene las ventajas de dos dimensiones temporales a pesar de que solo existe un flujo de tiempo singular. Así informaron los físicos en Nature.

Según los científicos, el rasgo de esta peculiaridad de la mecánica cuántica hace que los qubits sean más robustos. Así se vuelven capaces de permanecer estables durante todo el experimento, donde la información puede existir sin confundirse durante mucho más tiempo. Este sería un hito importante para hacer viable la computación cuántica.

Coherencia cuántica en el tiempo

Esta estabilidad se denomina coherencia cuántica y es uno de los principales objetivos de un ordenador cuántico sin errores, y uno de los más difíciles de conseguir. Así, este avance podría suponer una gran a mejoría en comparación con las configuraciones convencionales utilizadas actualmente en los ordenadores cuánticos.

El trabajo representa “una forma completamente diferente de pensar en las fases de la materia”, afirmó el físico cuántico computacional Philipp Dumitrescu, del Instituto Flatiron, autor principal de un nuevo artículo que describe el fenómeno.

“Llevo más de cinco años trabajando en estas ideas teóricas, y ver que se hacen realidad en los experimentos es emocionante”, agregó.

Dumitrescu y sus colegas crearon una línea de 10 iones de iterbio. Cada uno de los cuales es mantenido por campos eléctricos en una trampa de iones y puede servir como un “qubit” individual.

Como en todos los ordenadores cuánticos, los qubits pueden, al igual que los bits de ordenador ordinarios, estar en un estado 1 o 0. Pero además pueden existir en una superposición de ambos, con el estado manipulado por los pulsos de láser.

Difícil coherencia en qubits actuales

No obstante, hay un problema con los actuales qubits para almacenar y manejar la información: la interacción entre qubits y su entorno puede alterar sus estados, lo que provoca problemas y errores.

En otras palabras, la naturaleza borrosa e inestable de una serie de qubits depende, entre otras, de cómo se relacionan sus estados indecisos entre sí, una relación llamada entrelazamiento.

“Aunque se mantengan todos los átomos bajo un estricto control, pueden perder su carácter cuántico al hablar con su entorno, calentarse o interactuar con cosas de forma no prevista”, explica Dumitrescu. “En la práctica, los dispositivos experimentales tienen muchas fuentes de error que pueden degradar la coherencia tras unos pocos pulsos de láser”.

Por ello, los científicos buscaban formas de hacer más robustos estos qubits. Para conseguirlo, los físicos pueden utilizar propiedades que aguanten los cambios, como las “simetrías”.

Simetría extra: cuasicristal en el tiempo y no en el espacio

Dumitrescu y su equipo utilizaron la creación de un cuasicristal en el tiempo y no en el espacio y procedieron a desarrollar un régimen de pulsos láser cuasiperiódicos basado en la secuencia de Fibonacci.

“En dicha secuencia, cada parte de la misma es la suma de las dos partes anteriores (A, AB, ABA, ABAAB, ABAABABA, etc.). Esta disposición, al igual que un cuasicristal, se ordena sin repetirse. Y, al igual que un cuasicristal, es un patrón 2D aplastado en una sola dimensión”, dice el comunicado de la institución.

Ese aplanamiento dimensional resulta teóricamente en dos simetrías temporales en lugar de una sola: el sistema obtiene esencialmente una simetría extra de una dimensión temporal adicional inexistente”, explican

Progreso significativo

Cuando los iones de iterbio se expusieron a esta secuencia similar a la de Fibonacci –la secuencia original de Fibonacci suele representarse como 1, 1, 2, 3, 5, 8…, mientras que el equipo utilizó una serie de pulsos A, AB, ABA, ABAAB, ABAABABA–, los qubits de cada extremo de la línea mantuvieron sus superposiciones durante 5,5 segundos, un progreso significativo en el mundo de los tiempos de coherencia.

“Con esta secuencia casi periódica, hay una evolución complicada que anula todos los errores que viven en el borde”, dijo Dumitrescu. “Por eso, el borde se mantiene coherente desde el punto de vista mecánico-cuántico mucho, mucho más tiempo de lo que cabría esperar”.

Otras pruebas realizadas por los físicos demostraron que la nueva fase de la materia puede actuar como almacenamiento de información cuántica a largo plazo. Sin embargo, los investigadores todavía tienen que integrar funcionalmente la fase con la parte computacional de la informática cuántica.

Imagen de portada: Pixabay

FUENTE RESPONSABLE: biobioChile.cl – Información brindada por Deutsche Welle. Por Sara Jerez. 22 de julio 2022

Física/Física cuántica/Ciencia/Tecnología/Simetría temporal.

Un grupo de físicos han ideado una forma de ver el escurridizo ‘efecto Unruh’ en un laboratorio.

Este efecto análogo de la radiación de Hawking ha sido predicho pero nunca se ha visto en la realidad.

Si deseas profundizar esta entrada; cliquea por favor donde se encuentre escrito en “azul”. Muchas gracias.

Un equipo de físicos dice que ha descubierto dos propiedades de la materia acelerada que creen que podrían hacer visible un tipo de radiación nunca antes observado. Estas propiedades descritas recientemente implican que la observación de la radiación, llamada efecto Unruh, podría hacerse en un laboratorio normal.

En teoría, el efecto Unruh en la naturaleza requeriría una cantidad ridícula de aceleración para ser visible, y debido a que solo es visible desde la perspectiva del objeto que acelera en el vacío, es esencialmente imposible de ver. Pero gracias a unos nuevos avances, podría ser factible presenciar el efecto Unruh en un laboratorio.

En esta nueva investigación, un equipo de científicos describe dos aspectos previamente desconocidos del campo cuántico que podrían significar que el efecto Unruh podría ser observado directamente. La primera es que el efecto puede ser estimulado, lo que significa que este débil efecto podría volverse visible bajo ciertas condiciones. El segundo fenómeno es que un átomo acelerado lo suficientemente excitado puede volverse transparente. La investigación ha sido publicada esta primavera en Physical Review Letters.

El efecto Unruh (también llamado efecto Fulling-Davies-Unruh, por los físicos que propusieron por primera vez su existencia en la década de 1970) es un fenómeno predicho por la teoría cuántica de campos, que establece que una entidad (ya sea una partícula o una nave espacial) acelerando en el vacío brillará, aunque ese brillo no sería visible para ningún observador externo que no esté acelerando también en el vacío.

“Lo que significa la transparencia inducida por la aceleración es que hace que el detector de efectos Unruh sea transparente para las transiciones cotidianas, debido a la naturaleza de su movimiento”, nos explicaba Barbara Šoda, física de la Universidad de Waterloo y autora principal del estudio. Así como los agujeros negros emiten radiación de Hawking cuando su gravedad atrae partículas, los objetos emiten el efecto Unruh cuando aceleran en el espacio.

Hay un par de razones por las que el efecto Unruh nunca se ha observado directamente. Por un lado, el efecto requiere una cantidad ridícula de aceleración lineal para que tenga lugar: para alcanzar una temperatura de 1 kelvin, a la que el observador que acelera vería un resplandor, el observador tendría que estar acelerando a 100 quintillones de metros por segundo al cuadrado. El brillo del efecto Unruh es térmico; si un objeto acelera más rápido, la temperatura del resplandor será mayor.

Se han sugerido métodos anteriores para observar el efecto Unruh. Pero este equipo cree que tiene una gran oportunidad de observar el efecto, gracias a sus hallazgos sobre las propiedades del campo cuántico.

“Nos gustaría construir un experimento dedicado que pueda detectar inequívocamente el efecto Unruh y luego proporcionar una plataforma para estudiar varios aspectos asociados”, dijo Vivishek Sudhir, físico del MIT y coautor del trabajo. “Inequívoco es el adjetivo clave aquí: en un acelerador de partículas, son realmente montones de partículas las que se aceleran, lo que significa que inferir el sutil efecto Unruh de entre todas las interacciones entre partículas en un grupo se vuelve muy difícil”.

“En cierto sentido”, concluyó Sudhir, “necesitamos hacer una medición más precisa de las propiedades de una sola partícula acelerada bien identificada, que no es para lo que están hechos los aceleradores de partículas”.

Predecimos que la radiación de Hawking es emitida por los agujeros negros, como estos dos fotografiados por el Telescopio del Horizonte de Sucesos. Imagen: EHT Collaboration

La esencia de su experimento propuesto es provocar el efecto Unruh en un entorno de laboratorio, utilizando un átomo como detector del efecto Unruh. Al acribillar a un solo átomo con fotones, el equipo elevaría la partícula a un estado de mayor energía, y su transparencia inducida por la aceleración silenciaría la partícula ante cualquier ruido cotidiano que opacaría la presencia del efecto Unruh.

Al golpear la partícula con un láser, “aumentará la probabilidad de ver el efecto Unruh, y la probabilidad aumentará según la cantidad de fotones que tengas en marcha”, dijo Šoda. “Y ese número puede ser enorme, dependiendo de cómo de fuerte fuerte sea el láser que tengas”. En otras palabras, debido a que los investigadores podrían acribillar una partícula con un billón de fotones, aumentaría mucho la probabilidad de que tenga lugar el efecto Unruh.

Debido a que el efecto Unruh es análogo a la radiación de Hawking en muchos aspectos, los investigadores creen que las dos propiedades del campo cuántico que han descrito recientemente podrían usarse para estimular la radiación de Hawking e implicar la existencia de transparencia inducida por la gravedad. Dado que nunca se ha observado la radiación de Hawking, desentrañar el efecto Unruh podría ser un paso que nos ayudase a comprender mejor el brillo teórico alrededor de los agujeros negros.

Por supuesto, estos hallazgos se quedarían un poco en agua de borrajas si finalmente el efecto Unruh no se puede observar directamente en un laboratorio como habían predicho. Pero ahora queda por ver cuándo llevarán a cabo este experimento y si han acertado o no con sus cálculos.

Imagen de portada: Karl Gustafson

FUENTE RESPONSABLE: Gizmodo. Por Bylsaac Schultz. 20 de julio 2022.

Sociedad/Ciencia/Física cuántica/Investigación

 

 

El tiempo corre en dos sentidos, según Julian Barbour.

Si deseas profundizar esta entrada; cliquea por favor donde se encuentre escrito en “azul”. Muchas gracias.

Las tesis de Julian Barbour son tan sorprendentes como fascinantes. Sin coger la lupa puede darnos la sensación de que su discurso no es más que un cuento, pero si la cogemos no podremos evitar sorprendernos al ver cómo la realidad encaja con sus hipótesis…

Desde que la física cuántica hizo su aparición no ha dejado de sorprendernos.

Julian Barbour es un digno representante de este enfoque y desde hace varias décadas estudia uno de los conceptos más enigmáticos del universo: el tiempo. Su teoría es fascinante.

Según Julian Barbour, el tiempo corre en dos sentidos a la vez

Imaginemos que cada sentido es una flecha cuyo origen es el cero. Mientras la flecha de la derecha aumenta paulatinamente hasta el infinito, la de la izquierda apuntaría hacia un infinito negativo.

Dicho de una forma más simple, lo que Julian Barbour propone es que hay un universo en el que el tiempo corre desde lo que llamamos el pasado hacia lo que llamamos el futuro. Mientras tanto, en otro universo ocurre lo contrario: el tiempo avanza desde el futuro hacia el pasado. ¿Ciencia ficción? No, es una teoría científica seria.

“Si no pasara nada, si nada cambiara, el tiempo se detendría. Porque el tiempo no es más que cambio. Es el cambio que vemos que ocurre a nuestro alrededor, no el tiempo. De hecho, el tiempo no existe”.

-Julian Barbour-

Vídeo

Julian Barbour – What is Time?

El universo y la gran explosión

La teoría más aceptada sobre el comienzo del universo postula que se originó hace poco menos de 14 mil millones de años a partir de un elemento más minúsculo que un átomo. Así se formaría toda la materia que compone el universo.

Esa materia comenzó a expandirse, una tendencia que hoy se mantiene. La explosión también habría dado origen al tiempo, que desde entonces habría comenzado a contar. Las partículas de materia, disparadas en múltiples direcciones, fueron agrupándolos y formaron las estrellas, los planetas y las galaxias.

Según esta teoría, el tiempo se mueve en una sola dirección: hacia adelante. Al respecto, Julian Barbour y otros físicos se han preguntado: ¿por qué si el universo se expande hacia todas partes, el tiempo solo avanza en una dirección? Las posibles respuestas a esta pregunta dieron origen a la tesis de que el tiempo corre en dos sentidos.

Julian Barbour y el tiempo

Julian Barbour es un físico veterano, profesor de la Universidad de Oxford y autor de varios libros de divulgación. Su prestigio es incuestionable. Ha estudiado a fondo el tema del tiempo y a partir de esto ha planteado su interesante teoría. El postulado básico que propone dice que el tiempo corre en dos direcciones a la vez.

Barbour dice que la gran explosión original hizo que comenzara a avanzar en sentidos opuestos, ya que eso es lo propio de una explosión semejante. Su idea se basa en dos principios de la física: la entropía y la segunda ley de la termodinámica.

La entropía es un concepto equivalente al caos. La física señala que la realidad, o más bien los sistemas que la componen, avanzan hacia el caos. A su vez, el caos es irreversible. Un ejemplo de esto sería una casa que es abandonada y se cae. El proceso va hasta que se derrumba y es imposible volver atrás. El derrumbe es el estado más caótico posible.

Ahora bien, la segunda ley de la termodinámica dice que la entropía solo puede aumentar, pero nunca disminuir. A su vez, el tiempo avanza en el mismo sentido en el que aumenta la entropía. Así, en el ejemplo anterior, una vez la casa es abandonada y comienza a deteriorarse, cada vez es más probable que se derrumbe.

Hombre debajo de un reloj

El incremento de la complejidad

Julian Barbour dice que todo lo anterior se ha establecido así porque se ha observado en un contexto, podríamos decir, “normal”. El de nuestro planeta, nuestra materia, nuestras dimensiones, etc. Si se mira en términos del universo como un todo, aparece un nuevo enfoque.

Supongamos que la casa derruida de la que hablamos está en el marco de un espacio infinito. Al derrumbarse, las partículas que la componen viajarían en diferentes direcciones, se juntarían con otras partículas y formarían nuevas estructuras. Estas serían más complejas.

Barbour trabaja con dos ideas básicas. El Big-Bang produjo que la materia y el tiempo se desplazaran en dos direcciones opuestas. Por lo tanto, existiría una especie de “universo espejo”. Lo que se espera en ese universo es el pasado, porque todo ocurre al revés de nuestro universo. De una forma simple, lo que hay en ese horizonte es un avance hacia el año cero.

De otra parte, y a diferencia de lo que la física plantea habitualmente, todo el universo no avanza hacia el caos definitivo, hacia el desorden total. Más bien, dicho universo será cada vez más complejo y estructurado. Quizás tenga razón.

Imagen de portada: Ilustración del tiempo.

FUENTE RESPONSABLE: La Mente es Maravillosa. Por Edith Sanchez. 3 de julio 2022.

Sociedad y Cultura/Física cuántica/El tiempo/Teorias

 

 

 

 

 

 

 

Investigadores australianos crean el primer chip cuántico de la historia: está hecho de silicio.

Dirigidos por la física Michelle Simmons, constituye un paso trascendental en el trabajo cuántico para comprender el mundo que nos rodea.

Si deseas profundizar sobre esta entrada; cliquea por favor adonde se encuentre escrito en azul. Muchas gracias.

Un grupo de investigadores australianos, dirigidos por la física Michelle Simmons, creó el primer chip cuántico de la historia.

Gracias a él, podrá analizarse incluso en la escala más pequeña el mundo que nos rodea.

La física cuántica explica el átomo, el enlace químico, las moléculas y la interacción de la luz con las partículas, pero cuenta también con importantes aplicaciones tecnológicas, como la labor con computadoras.

El chip cuántico de Silicon Quantum Computing está hecho con silicio, debido a la facilidad con la que se puede mantener controlado un qubit en él.

Michelle Simmons, la científica detrás del logro.

“Las computadoras clásicas de hoy luchan para simular incluso moléculas relativamente pequeñas debido a la gran cantidad de posibles interacciones entre los átomos”, afirmó Simmons en un comunicado citado por Information Age.

“El desarrollo de la tecnología de circuitos a escala atómica de SQC permitirá a la empresa y a sus clientes construir modelos cuánticos para una gama de nuevos materiales, ya sean productos farmacéuticos, materiales para baterías o catalizadores”.

Y advierte la investigadora: “No pasará mucho tiempo antes de que podamos comenzar a darnos cuenta de nuevos materiales que nunca antes habían existido”.

El trabajo con el chip cuántico

Simmons y sus compañeros tienen más de 20 años trabajando en la tecnología cuántica, y nueve específicamente en el chip cuántico mostrado esta semana en la revista Nature.

El equipo no solo creó el procesador cuántico funcional, sino que también lo probó exitosamente, modelando una molécula en la que cada átomo posee múltiples estados cuánticos, algo muy difícil de lograr con una computadora tradicional.

En 2012 se construyó el primer transistor cuántico: este es un dispositivo pequeño que controla las señales electrónicas, formando una parte de un circuito de computadora. Lo alcanzado por Simmons y compañía es un circuito integrado, mucho más complejo, ya que une varios transistores.

Para lograr el primer circuito integrado cuántico, explica la compañía en su portal, SQC requirió la realización de tres hazañas tecnológicas separadas de la ingeniería atómica.

  1. Crear puntos tan pequeños de átomos de tamaño uniforme para que sus niveles de energía se alinearan y los electrones pudieran atravesarlos fácilmente.
  2. Lograr la capacidad de ajustar los niveles de energía de cada punto individualmente, pero también de todos los puntos colectivamente, para controlar el paso de la información cuántica.
  3. La capacidad de los equipos para controlar las distancias entre los puntos con precisión sub nanométrica para que los puntos estuvieran lo suficientemente cerca pero permanecieran independientes para el transporte cuántico coherente de electrones a través de la cadena.

“Uno de los santos griales siempre ha sido hacer un superconductor de alta temperatura”, señala Simmons en entrevista con Science Alert. “La gente simplemente no conoce el mecanismo de cómo funciona”.

Ahora se abre una nueva puerta en el mundo de la física cuántica. En pocos años, según subrayan los investigadores, se conocerán mayores resultados.

Imagen de portada: El chip cuántico de SQC

FUENTE RESPONSABLE: Fayer Wayer. Por Kiko Perozo. Junio 2022

Sociedad/Ciencia/Tecnología/Física cuántica

La física de los viajes en el tiempo explicada por dos de los mejores físicos teóricos. PARTE 2/2

Si deseas profundizar en esta entrada; cliquea por favor donde esta escrito en “negrita”. Muchas gracias.

Las ecuaciones de Einstein permiten los atajos en el continuo espacio-tiempo.

«Para hablar de los agujeros de gusano tenemos que recurrir, además de a la geometría, a algo aún más perverso llamado topología. Supongamos que tengo una hoja de papel y que la enrollo para darle forma de cilindro. Si inicialmente hubiese dibujado un triángulo en la hoja de papel sus ángulos después de enrollarla para constituir con ella un cilindro continuarán sumando 180 grados. Esto me está indicando que este espacio parece curvo porque lo he metido en un espacio tridimensional, que es el que tengo en mi cilindro. Lo más curioso es que puedo hacer una cosa todavía más perversa: convertir el cilindro en una rosquilla, cerrándolo», nos explica Álvaro.

«Al hacerlo me daré cuenta de que ahora tiene un agujero, y este orificio es importante porque es una propiedad topológica del objeto con el que estamos trabajando que no puedo borrar. Es obvio que hay una diferencia importante entre espacios planos y espacios como el de nuestra rosquilla, que, a pesar de ser planos, tienen agujeros. Los agujeros de gusano tienen mucho que ver con esto. Si tomo de nuevo una hoja de papel, que es un espacio plano, y le dibujo dos puntos separados por una cierta distancia, de manera que representen dos puntos del espacio-tiempo, puedo doblarlo con el propósito de que un punto quede encima del otro».

«Ahora dos puntos que estaban muy alejados en el espacio-tiempo resulta que están muy cerca, uno encima del otro. Si cojo una aguja y hago un agujero en la hoja para que un punto llegue al otro habré construido una especie de puente entre ellos. Desde un punto de vista geométrico esto es un agujero de gusano, de modo que se trata de un objeto que pone en contacto cercano dos puntos que inicialmente podían estar muy distantes en el espacio-tiempo. En realidad lo que he hecho es darle una topología nueva, de modo que mi espacio-tiempo ya no tiene una topología sencillísima; tiene una más complicada».

«Si ahora extiendo el plano de nuevo lo que sucederá es que el agujero de gusano se transformará en una especie de asa, y esta asa tiene un agujero. Todas las ideas en las que podemos indagar acerca de los agujeros de gusano tienen que ver con estas topologías complicadas en las que hay asas y agujeros. La teoría de la relatividad general consiste en una ecuación fundamental que todo el mundo ha visto en algún lugar, y esta ecuación tiene varias soluciones. Precisamente, algunas de estas soluciones describen los agujeros de gusano, y han sido comprobadas con mucha precisión, pero siempre localmente. Alrededor de un punto. Hasta ahora los físicos no hemos podido comprobar las soluciones de la ecuación que tienen que ver con estos espacios que conectan puntos a gran distancia».

José Luis recoge el testigo de Álvaro recordándonos la descomunal cantidad de energía que necesitamos para acelerar un objeto macroscópico con el propósito de que alcance una velocidad cercana a la de la luz. Solo así podríamos observar un desfase temporal claramente perceptible:

«La fórmula que describe este fenómeno requiere que para que el retraso temporal sea apreciable te acerques mucho a la velocidad de la luz. Y hacerlo con un objeto material y macroscópico es muy difícil porque necesitas unas energías bestiales. Ningún objeto con estas características consigue acercarse a la velocidad de la luz excepto cuando tienes dos agujeros negros que están a punto de colisionar, o una estrella de neutrones. Pero son sistemas muy extremos. Además, cuando desarrollas la teoría te das cuenta de que esa velocidad absoluta es también una velocidad límite. Para alcanzar la velocidad de la luz necesitas energía infinita».

«Esto quiere decir que cada vez cuesta más acelerar un objeto, de manera que el último 1% es mucho más costoso que el primer 1%, por lo que la velocidad de la luz establece un límite para los objetos con masa. Lo interesante es que si pudieses enviar una señal de información más rápido que la velocidad de la luz la teoría nos dice que otro observador que se está moviendo con una cierta velocidad respecto a ti podría verlo invertido en el tiempo. Podría ver que la información va hacia atrás en el tiempo. Este fenómeno tiene una consecuencia muy significativa: si fuésemos capaces de superar la velocidad de la luz podríamos enviar señales al pasado», puntualiza José Luis.

El experimento Muon g-2 encuentra fuertes evidencias de una nueva física – Vídeo Dailymotion

«En este contexto el método obvio de enviar señales al pasado, o la forma ‘pobre’ de viajar al pasado debido a que si no puedes hacerlo tú al menos podrías enviar una señal para que ocurra algo que te afecte, requeriría superar la velocidad de la luz. El problema es que la teoría no nos permite hacerlo utilizando este método de ‘fuerza bruta’ debido a que, como hemos visto, necesitamos energía infinita. Todo lo que acabamos de ver describe el funcionamiento del espacio-tiempo normal y corriente, que es plano y tiene una geometría trivial en la que los triángulos rectángulos satisfacen el teorema de Pitágoras».

«Lo que sucede es que cuando tienes campos gravitacionales muy intensos el espacio se deforma, por lo que nos podemos preguntar si ese grado de deformación puede ser tan radical para crear atajos que te permitan ir de un sitio a otro más rápido. Incluso es razonable preguntarse si esos atajos pueden llevarnos al pasado. Estas ideas son muy especulativas, pero se apoyan en unas soluciones de las ecuaciones de Einstein que lo permiten. El problema es que esta propuesta no puede ser utilizada para escribir el guion de una película de ciencia ficción que sea interesante».

«De todas las soluciones de las ecuaciones de Einstein que sugieren la aparición de un bucle temporal que puede ser utilizado por una partícula para regresar al pasado se desprende que la partícula olvida que viene del futuro. Son unas soluciones tan especiales, tan cristalinas, que si las tocas un poco se desmoronan. Son como un castillo de naipes. De esta forma, ninguna solución de las ecuaciones permite que la partícula haga algo diferente más allá de repetirse a sí misma, como, por ejemplo, recordar que viene del futuro gracias a su propio mecanismo interno, debido a que cada copia tiene una energía ligeramente diferente. La partícula es distinta cada vez que recorre el bucle».

«La energía de cada copia de la partícula curva el espacio de una forma ligeramente diferente, y al hacerlo el bucle se desmorona porque ya no estamos frente a un fenómeno periódico. De alguna forma es como si el bucle no se cerrara. Es como si tienes un rollo de papel higiénico que está constantemente enrollándose porque en cada vuelta es ligeramente diferente. No lo puedes pegar y decir que es el mismo. En definitiva, todas las soluciones de las ecuaciones de Einstein que permiten la existencia de estos objetos, conocidos como curvas temporales cerradas, que es lo más próximo que tenemos a un viaje en el tiempo, provocan que la partícula o el objeto que viaja se esté repitiendo a sí mismo continuamente», concluye José Luis.

Los agujeros de gusano no sirven para viajar al pasado

José Luis continúa su explicación invitándonos a adentrarnos en el inquietante mundo de las paradojas desencadenado por la posibilidad de viajar a nuestro pasado:

«Lo que hemos visto hasta ahora no se opone a algunas posibilidades interesantes. Si realmente viajas al pasado te puedes encontrar contigo mismo cuando eras más joven. Te encuentras con una copia de ti mismo, de manera que si decides matarla se produciría una inconsistencia con el hecho de que tú hayas podido venir del futuro. Si todo lo que vas a hacer es periódico, es trivial, como lo que sucede en la película ‘Atrapado en el tiempo, no hay ninguna contradicción. La cuestión es si hay situaciones en las que puedes hacer algo interesante que sea consistente».

«El número de posibles historias consistentes si tienes bucles cerrados en el tiempo es mucho más pequeño que si no los tienes. Y cuanto más complicado sea el sistema más difícil va a ser que sean consistentes con el viaje en el tiempo»

«Una posibilidad sería que al viajar al pasado y encontrarte con tu yo más joven rebusques en tus recuerdos para ver si te acuerdas de haber visto a un tipo que se parecía mucho a ti, solo que parecía más viejo, te llamó la atención, y luego te olvidaste de él. Podrías llegar a recordarlo, hipotéticamente, y esta sería una historia posible y compatible. No ha pasado nada. No hay ninguna contradicción. El recuerdo estaba ahí. Lo habías olvidado, pero lo puedes recuperar», puntualiza José Luis.

«Lo interesante de este tipo de viajes en el tiempo es que no son inconsistentes. Sin embargo, el número de historias que son compatibles y no son inconsistentes es mucho más pequeño si tienes el fenómeno de los bucles debido a que hay miles de maneras de estropearlos. O bien de generar una pequeña perturbación que tenga un efecto futuro que impida que entres en el bucle».

Esta ilustración de Álvaro nos muestra la peculiar topología que adquiere un cilindro si lo cerramos sobre sí mismo. Indagar en la geometría del espacio-tiempo es importante para entender mejor las propiedades de los agujeros de gusano.

«El número de posibles historias consistentes si tienes bucles cerrados en el tiempo es mucho más pequeño que si no los tienes. Y cuanto más complicado sea el sistema más difícil va a ser que sean consistentes con el viaje en el tiempo. Para una partícula elemental puede ser fácil porque es tan simple que hace muy pocas cosas. Básicamente lo único que hace es girar sobre sí misma e ir de un lado para otro. Por esta razón, para una partícula viajar hacia atrás en el tiempo es, en vez de ir de A a B, ir de B a A. Y en vez de girar en el sentido de las agujas del reloj, girar en sentido contrario».

«En cualquier caso, no es la misma sensación que tienes cuando ves que una taza de café se cae de la mesa y se desparrama. Si ves este fenómeno hacia atrás en el tiempo ves una cosa muy rara en la que miles de millones de moléculas se ponen de acuerdo de una forma sincronizada para volver a constituir la taza», argumenta el director del IFT.

«Esta es la razón por la que se cree que si alguna vez se pudiesen formar este tipo de bucles para ser consistentes tendrían que dar lugar a historias como la de la película ‘Atrapado en el tiempo’. El problema es que nadie sabe cómo hacer estas cosas, y no es un problema tecnológico; es posible que las leyes de la física lo prohíban. De hecho, los agujeros de gusano que podemos describir conceptualmente no sirven para viajar al pasado. Al menos con los que trabajamos ahora mismo. Hay algunas construcciones que parecen ser compatibles con las teorías que tenemos, pero en ningún caso son atajos».

«Imaginemos que construimos un agujero de gusano para viajar de aquí a Andrómeda utilizando alguno de los modelos conceptuales que por el momento consideramos correctos. Si viajamos por fuera a la velocidad de la luz tardaríamos en llegar dos millones de años, pero si viajamos por el interior del agujero de gusano tardaríamos más tiempo. No son un atajo. Lo que sí podemos demostrar es que si fuésemos capaces de formar un atajo podríamos utilizarlo para viajar hacia atrás en el tiempo, aunque existen indicios de que esa construcción sería inconsistente. Esto significa que si modificamos el agujero de gusano para intentar que sea un atajo, para acortarlo por dentro, llegará un momento en el que colapsará. Y lo destruiremos».

«El origen de este colapso reside en la necesidad de utilizar energía negativa. Y es un recurso muy difícil de conseguir debido a que las partículas elementales tienen energía positiva si no les haces nada. Esto significa que tienes que colocarlas en unas situaciones muy especiales para que tengan energía negativa en unas zonas muy concretas. Sin embargo, la forma en que se curva el espacio cuando tienes energía negativa concentrada provoca que este sistema tienda a colapsar. Tiende a formarse un agujero negro. Cuando intentas manipular demasiado la energía negativa el objeto se precipita hacia el colapso».

En esta ilustración Álvaro ha recreado la forma en que un agujero de gusano conecta dos regiones del continuo espacio-tiempo que pueden estar extraordinariamente distantes.

«Hay un teorema aún sin demostrar conocido como ‘la conjetura de protección cronológica’, que es una hipótesis formulada por Stephen Hawking, que dice que no hay ningún método físico con energía finita que pueda generar curvas cerradas temporales estables de forma consistente. Actualmente la idea que propone suministrar muchísima energía a una máquina capaz de retorcer de algún modo el espacio-tiempo para formar un bucle, que es como funcionaría una máquina del tiempo, no es posible con energía finita».

«Todos los agujeros de gusano que podemos construir hoy de una manera puramente matemática son del tipo de los que no son atajos. Esto significa que ir por dentro es más largo que ir por fuera, por lo que no son muy útiles. Eso sí, parece que se pueden estabilizar. Otra opción son los agujeros de gusano que descubrieron Einstein y Rosen, conocidos como puente Einstein-Rosen, que unen dos agujeros negros. De alguna forma es como si el interior de dos agujeros negros estuviese enganchado por dentro como si fuesen dos hermanos siameses. El problema es que tampoco podemos hacer cosas divertidas con ellas porque no son atravesables. Son agujeros negros, por lo que podemos entrar por uno, pero no podríamos salir por el otro».

«Hay una conjetura, probablemente acertada, que propone que cualquier intento de construir un atajo real en el espacio-tiempo que podamos transformar en un bucle temporal está condenado al fracaso porque toda la zona colapsaría en un agujero negro antes de lograrlo. No habría una forma físicamente correcta de hacerlo a partir de un estado en el que antes no había un bucle y tienes energía finita para conseguirlo. Actualmente hay físicos teóricos que están intentando demostrar este teorema», concluye José Luis con convicción.

El cine de ciencia ficción (a veces) respeta algunas leyes de la física.

No podía concluir mi conversación con estos dos físicos teóricos dejando escapar la oportunidad de preguntarles si hay alguna película de ciencia ficción que les parece razonablemente respetuosa con las leyes de la física. Y sí, como sospechaba, las hay. De hecho, las que nos proponen son algunas de las que los entusiastas de este género cinematográfico más hemos aclamado durante los últimos años. Lo que nos cuenta José Luis es muy interesante:

«Yo creo que la película que está mejor hecha es ‘Interstellar’. Todo lo que sucede en la parte final, cuando el protagonista entra en el interior del agujero negro, es una pura elucubración. No obstante, utiliza un lenguaje que no es del todo trivial gracias en gran medida al asesoramiento de Kip Thorne».

«Yo creo que la película que está mejor hecha es ‘Interstellar’. Hay partes muy bien calculadas, aunque otras no tanto»

«Hay muchas partes de la película que están muy bien calculadas, aunque otras no tanto, como, por ejemplo, las fuerzas de marea que actúan sobre el planeta que está sometido al intenso campo gravitacional del agujero negro. Si asumimos que ese planeta lleva ahí millones de años lo natural es que esté sometido al mismo efecto que actúa sobre la Luna, por lo que siempre ofrecería la misma cara al agujero negro y no habría mareas».

«Otra película que está muy bien es Gravity’ porque la física de la microgravedad está muy bien hecha, aunque hay partes en las que también le han echado mucha imaginación. También me gusta ‘Marte’ porque la parte de los cálculos que tiene que hacer para sobrevivir tiene sentido, aunque, de nuevo, hay otras partes que no se pueden justificar desde un punto de vista científico. Incluso ‘Atrapado en el tiempo’ ilustra bastante bien la idea de que si tuviésemos una máquina del tiempo casi con toda seguridad sería aburridísima porque estaríamos repitiendo lo mismo constantemente», sentencia José Luis soltando una sonora carcajada.

Imagen de portada: Jordan Benton

FUENTE RESPONSABLE: Xataka. Por Álvaro de Rújula y José Luis F. Barbón.

Ciencia/Investigación/Espacio/Física/Cosmos/Viajes en el tiempo

Física Cuántica/Astrofísica/Universo/

Agujero de gusano/ Puente de Einstein-Rosen.