Natural de Almería, pionero en el color y con una mirada capaz de mezclar la crítica de la realidad de su tiempo con sentido del humor, Fundación MAPFRE nos regala un viaje al pasado a través de la mirada de uno de los grandes profesionales del medio.
Una tierra llena de contrastes, a caballo entre la tradición y la incipiente modernidad que se respiraba más allá de sus fronteras. Una España que se maquilla de cambio y renovación en los últimos años del franquismo, pero donde se mantienen las desigualdades sociales. Una dualidad que el fotógrafo Pérez Siquier supo capturar en sus fotografías, siempre crítico, siempre al lado de los suyos y con una mirada a contracorriente de su tiempo.
Ya desde sus primeras series comienza a perfilarse su aguda crítica social en sus retratos a su Almería natal y más adelante envuelta en una atmósfera kitsch con series como La Playa, una mirada que terminará por replegarse para observar(se) por dentro, en sus trabajos finales.
Del 1 de junio al 28 de agosto, Fundación MAPFRE nos ofrece una retrospectiva de Pérez Siquier en una exposición homónima que puede visitarse en la Sala Recoletos de Madrid.
Comisariada por Carlos Gollonet y Carlos Martín, la muestra repasa la obra de Carlos Pérez Siquier (Almería, 1930-2021) y ensalza su figura como un artista periférico que nunca abandonó su tierra por los grandes focos del país, Madrid y Barcelona.

La Chanca, Almería, 1958. © Carlos Pérez Siquier, VEGAP, Madrid, 2022. Colecciones Fundación MAPFRE
Durante toda su carrera mantuvo una conversación constante con sus coetáneos, especialmente como miembro del Grupo AFAL (1956-1963) y su revista homónima, provocando con obras intensas que se oponían al presente establecido de la época.
La muestra de Fundación MAPFRE, enmarcada dentro del de la sección oficial del Festival PHotoESPAÑA, recorre las obras realizadas por el autor entre 1957 y 2018, con más de 170 fotografías, imágenes inéditas y archivos documentales divididos en siete series cronológicas que reconocen al Premio Nacional de Fotografía del año 2003.
El viaje comienza con La Chanca y La Chanca en color (1957-1965), series que se adentran en el marginal barrio almeriense y su peculiar arquitectura. Siquier describe y dignifica este modelo de vida anterior al éxodo rural hacia las grandes capitales, mostrando el costumbrismo en la cotidianeidad (bodas, embarazos, juegos infantiles) y escenas donde se respira la desolación, pero siempre con un toque de humor.

La Chanca, Almería, 1965. © Carlos Pérez Siquier, VEGAP, Madrid, 2022. Colecciones Fundación MAPFRE.
Ese interés por el color se desarrolla en los años posteriores, con Informalismos (1965), donde captura las paredes desconchadas de las casas y los muros de las cuevas de su barrio. Las fotografías muestran las cicatrices de un proceso iniciado por el ayuntamiento de la ciudad para intervenir el barrio y fomentar el turismo. Como consecuencia, algunas infraviviendas de la zona alta de La Chanca desaparecieron y solo quedaron sus muros como testigos de lo que alguna vez fueron.
«Me di cuenta de que las paredes, que habían sido pintadas por sus anteriores moradores con cal, con distintos colores, desconchándolas tenían unas texturas muy interesantes. […] Era una especie de lectura del paso del tiempo. Una familia había pasado por esa casa, y la mujer la había pintado, por ejemplo, de color amarillo. Pero al cabo de los diez años, había pasado otra familia que la había pintado de otro color. Yo iba y arañaba y salían una especie de estratos, como si fueran tiempos geológicos».
Convertido en voyeur tras ser contratado por el Ministerio de Información y Turismo, Pérez Siquier comienza a viajar por el litoral español para promocionar el turismo. Sus imágenes nos hablan de la promesa de sol y playa, de un Spain is Different donde el color ensalza el toque kitsch de unas escenas donde el culto al biquini y a la juventud convive con los cuerpos no normativos que reclaman su posición en la playa. La playa (1972-1980) exuda humor, surrealismo y una oda a la vida plástica y a la relajación de las normas morales.

Roquetas de Mar, 1975. © Carlos Pérez Siquier, VEGAP, Madrid, 2022. Colecciones Fundación MAPFRE.
A partir de entonces, Pérez Siquier se centra en la superficialidad de un mundo congelado en escenarios, escaparates, maniquíes, parasoles y vallas publicitarias. Trampas para incautos (1980-2001) recoge escenas de alta saturación de color, contrastes entre lo irreal, la despoblación, lo ajeno y el hiperrealismo en un país que opta por el consumismo para abrirse al mundo.
Su experiencia le llevará a una serie de Encuentros (1991-2002) con el paisaje deshabitado, donde entiende la fuerza del silencio. Esa calma continúa en La Briseña (2015-2017), el trabajo más reciente de Pérez Siquier, que realizó con casi 90 años.
En sus últimos años observamos un repliegue hacia el interior del fotógrafo, que nos muestra su residencia veraniega en el desierto almeriense. En estas imágenes, la intimidad es la protagonista en cada encuadre, reivindicando la identidad territorial del autor, con un aliento poético.
Pérez Siquier siempre será recordado como el fotógrafo de la crítica social en un tiempo en el que España estaba despertando de un letargo que el resto del mundo quería que abandonara. El color y el hiperrealismo conviven con las desigualdades. Maquillaje que el almeriense retrató para, al final, mostrarnos su rostro al natural.
Imagen de portada: La Chanca, Almería, 1960. © Carlos Pérez Siquier, VEGAP, Madrid, 2022. Colecciones Fundación MAPFRE
FUENTE RESPONSABLE: Cultura Inquieta. Por María Toro. 30 de junio 2022.
Sociedad y Cultura/Fotografía documental/Fundación Mapfre/Crítica social/España.