Dejar el tabaco puede contribuir a la adquisición de hábitos saludables.
La memoria es un proceso psicológico que sirve para codificar información, almacenarla en el cerebro y recuperarla cuando la persona requiera. Existen diferentes tipos de memoria humana, entre los que se encuentra la que es a largo plazo, a corto y la llamada fotográfica.
Desde el momento del nacimiento, el cerebro humano recibe información para ser almacenada. Cómo caminar, cómo hablar y cada etapa de enseñanza es exitosa gracias a la memoria. Esta es la función cerebral que participa en todos los aprendizajes de los individuos. Cuando el ser humano conoce cómo hacer algo, debe buscar en su cerebro la información que obtuvo en una primera vez para poder realizarlo de nuevo.
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La investigación se realizó durante 17 años con personas que rondaban los 35 y 55 años. Más tarde, en pruebas relacionadas con la memoria, aquellos que fumaban obtuvieron peores resultados que los demás.
Así mismo, fueron poco destacados en pruebas de razonamiento deductivo, vocabulario y fluidez.
Ese mismo estudio afirma que quienes dejan el tabaco pueden llegar a adquirir hábitos saludables con facilidad como beber menos, más actividad física y comer más fruta y verdura.
La psiquiatra nutricional y miembro de la facultad de Medicina de Harvard, Uma Naidoo, habló con CNBC Make It y le enumeró varios alimentos que ayudan a mejorar la memoria, como, por ejemplo, el chocolate extra amargo.
También señaló que las bayas son buenas para la memoria, pues tienen antioxidantes, fitonutrientes, fibra, vitaminas y minerales.
Además, recomendó consumir cúrcuma pues sus compuestos “llamados curcuminoides (la curcumina, la demetoxicurcumina y la bisdemetoxicurcumina), le otorgan grandes propiedades medicinales a esta especia. Sus aceites volátiles (turmerone, atlantone y zingiberene), proteínas, resinas y azúcares también contribuyen a la sanación”.
Sobre la misma línea, la especialista dijo que las hojas verdes también son buenas para la memoria, ya que “las verduras de hoja son un alimento básico en las dietas saludables para el cerebro porque contienen ácido fólico, que es una vitamina B que apoya el desarrollo neurológico y la función de los neurotransmisores”. Las hojas que recomendó Naidoo son: rúcula, dientes de león, espinacas, acelga y berro.
Parecen inofensivos, pero afectan negativamente a nuestra salud.
Cada vez estamos más concienciados con llevar un estilo de vida saludable, especialmente cuando nos vamos haciendo mayores. Sin embargo, hay pequeños hábitos que aunque parezcan inofensivos, afectan negativamente a nuestro cuerpo y por lo tanto a nuestra salud. Aunque no notemos su efecto inmediato, con el tiempo puede que parezcamos más mayores de lo que en realidad somos.
1. No usar crema solar a diario
La exposición excesiva al sol es peligrosa ya que puede provocar cáncer de piel, pero además aumenta el riesgo de envejecimiento. Desde la página web de Elixian recuerda que la luz ultravioleta hacen que nuestra piel se vuelva más frágil y flácida.
Y aunque en las pieles jóvenes las fibras se regeneren con más facilidad, con el paso de los años, las personas que se expongan de manera excesiva al sol, parecerán más mayores.
2. Falta de relaciones sociales
«Las investigaciones han demostrado que aquellos que tienen fuertes lazos sociales tienen un 50% más de probabilidades de vivir más tiempo que aquellos que tienen relaciones sociales pobres o insuficientes», comenta el doctor Smith.
3. Pasar mucho tiempo con el teléfono móvil
Uno de los grandes problemas del siglo XXI: pasar demasiado tiempo pegado a la pantalla. Según un ensayo publicado en la revista Plos One, la media de horas que pasamos delante del móvil podría llegar a las ocho horas.
«Esto hace que sea muy difícil escapar de las luces azules, que se ha demostrado que cambian las células de la piel y causan un envejecimiento prematuro», explica el doctor Smith a la revista Eat This, Not That.
4. La actitud
La actitud ante las diferentes situaciones a las que tenemos que hacer frente es muy importante, y ya son varias las investigaciones que aseguran que las personas que se sienten o actúan como si fueran más mayores de lo que realmente son, tienen más posibilidades de ser hospitalizados, que los que actúan como si fueran más jóvenes, ha comentado el doctor Smith a la revista Eat This, Not That.
5. La alimentación y el ejercicio
Estos dos aspectos son importantes a cualquier edad.
Es importante adoptar hábitos de vida saludables como tener una rutina de ejercicios o cuidar la alimentación, ya que de lo contrario nuestro cuerpo se deteriora más rápido.
El Doctor Ul explicó en la revista que «el mal control de las porciones y el consumo crónico excesivo, junto con el crecimiento del tejido adiposo (a través de la proliferación de células grasas), de alguna manera gravan los procesos corporales de manera que agravan los efectos del envejecimiento en la piel y los órganos internos».
Del mismo modo la hidratación es esencial para tener una buena salud.
En cuanto al ejercicio el experto señaló que «las formas regulares y vigorosas de ejercicio, tanto aeróbico como de entrenamiento de resistencia, ayudan a defenderse de este proceso, mientras que la inactividad física predispone a las personas al envejecimiento problemático y a una serie de problemas de salud crónicos».
6. El alcohol y el tabaco
Una investigación publicada en Journal of Epidemiology & Community Health reveló que el consumo excesivo de alcohol y el tabaquismo están relacionados con signos visibles de envejecimiento físico y te hace parecer más mayor de lo que realmente eres.
Beber entre leve y moderadamente no se asocia con envejecimiento biológico, según informa Europa Press.
7. El estrés
El estrés altera el sueño, daña la vista y hace que tengamos mal aspecto. A todo este desgaste emocional hay que añadir la aceleración de los signos del envejecimiento, que en algunos casos tardarían entre 10 y 20 años en aparecer: patas de gallo en las esquinas de los ojos, líneas finas en la frente, manchas en la piel y círculos oscuros debajo de los ojos.
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FUENTE RESPONSABLE: 65YMAS.COM SOCIEDAD Por Laura Moro – noviembre 2021.
Vejez/Hábitos saludables/Sociedad/Calidad de Vida.
La mayoría de la gente quiere vivir una vida larga y feliz, o al menos evitar una corta y miserable. Si te encuentras en esa mayoría, estás de suerte. Durante la última década, se ha producido una revolución silenciosa en la investigación sobre nuestra comprensión de la biología del envejecimiento.
El desafío es convertir este conocimiento en consejos y tratamientos de los que podamos beneficiarnos. Aquí rompemos el mito de que alargar la esperanza de vida saludable es ciencia ficción y mostramos que, en cambio, es un hecho científico.
1. Nutrición y estilo de vida
Hay mucha evidencia de los beneficios de hacer las cosas aburridas, como comer bien.
Un estudio de grupos grandes de personas comunes muestra que mantener el peso, no fumar, restringir el alcohol a cantidades moderadas y comer al menos cinco porciones de frutas y verduras al día puede aumentar tu esperanza de vida de siete a 14 años en comparación con alguien que fuma, bebe demasiado y tiene sobrepeso.
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Reducir aún más las calorías, en aproximadamente un tercio, la llamada restricción dietética, mejora la salud y prolonga la vida en ratones y monos, siempre que coman las cosas correctas, aunque eso es algo difícil de pedir a lo seres humanos, que están expuestos constantemente a la tentación de la comida.
Se cree que las versiones menos extremas del ayuno intermitente o de tiempo restringido (solo comer durante un período de ocho horas cada día o ayunar durante dos días a la semana) reducen el riesgo de que las personas de mediana edad contraigan enfermedades relacionadas con la edad.
2. Actividad física
A nivel mundial, la inactividad causa directamente aproximadamente el 10% de todas las muertes prematuras por enfermedades crónicas, como la enfermedad coronaria, la diabetes tipo 2 y varios cánceres.
Si todos en la Tierra hicieran suficiente ejercicio mañana, el efecto probablemente sería un aumento de la esperanza de vida humana saludable en casi un año.
Pero ¿cuánto ejercicio es óptimo?
Los niveles muy altos son de hecho malos para ti, no solo en términos de músculos desgarrados o esguinces de ligamentos. Pueden inhibir el sistema inmunológico y aumentar el riesgo de enfermedad de las vías respiratorias superiores.
Un poco más de 30 minutos al día de actividad física de moderada a intensa es suficiente para la mayoría de las personas. Eso no solo te hace más fuerte y te pone en forma, se ha demostrado que reduce la inflamación dañina e incluso mejora el estado de ánimo.
3. Estimular el sistema inmunológico
Por muy en forma que estés y por más que comas bien, tu sistema inmunológico, desafortunadamente, se vuelve menos efectivo a medida que envejeces. Las malas respuestas a la vacunación y la incapacidad para combatir las infecciones son consecuencias de esta «inmunosenescencia».
Todo comienza a ir cuesta abajo a principios de la edad adulta cuando el timo, un órgano en forma de corbatín en la garganta, comienza a marchitarse.
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Eso suena mal, pero es aún más alarmante cuando te das cuenta de que el timo es donde los agentes inmunes llamados células T aprenden a combatir las infecciones.
El cierre de un centro educativo tan importante para las células T significa que no pueden aprender a reconocer nuevas infecciones o combatir el cáncer de manera eficaz en las personas mayores.
Puedes ayudar, un poco, asegurándose de tener en tu cuerpo suficientes vitaminas clave, especialmente A y D.
Un área de investigación prometedora está analizando las señales que el cuerpo envía para ayudar a producir más células inmunes, particularmente una molécula llamada IL-7.
Es posible que pronto seamos capaces de producir medicamentos que contengan esta molécula, lo que podría estimular el sistema inmunológico en las personas mayores.
Otro enfoque es utilizar el suplemento alimenticio espermidina para activar las células inmunitarias para eliminar su basura interna, como las proteínas dañadas. Esto mejora tanto el sistema inmunológico de los ancianos que ahora se está probando como una forma de obtener mejores respuestas a las vacunas contra la covid-19 en las personas mayores.
4. Rejuvenecimiento de células
La senescencia es un estado tóxico en el que entran las células a medida que envejecemos, causando estragos en todo el cuerpo y generando inflamación y enfermedad crónica de bajo grado, lo que esencialmente causa el envejecimiento biológico.
En 2009, científicos demostraron que los ratones de mediana edad vivían más y se mantenían más saludables si se les administraba pequeñas cantidades de un medicamento llamado rapamicina, que inhibe una proteína clave llamada mTOR que ayuda a regular la respuesta de las células a los nutrientes, el estrés, las hormonas y el daño.
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En el laboratorio, medicamentos como la rapamicina (llamados inhibidores de mTOR) hacen que las células humanas senescentes (envejecidas) se vean y se comporten como si fueran más jóvenes.
Aunque es demasiado pronto para recetar estos medicamentos para uso general, acaba de empezar un nuevo ensayo clínico para probar si la rapamicina en dosis bajas realmente puede retrasar el envejecimiento en las personas.
Descubierta en el suelo de la isla de Pascua, en Chile, la rapamicina tiene una mística significativa y ha sido aclamada en la prensa popular como un posible «elixir de juventud». Incluso puede mejorar la memoria de ratones con una enfermedad similar a la demencia.
Pero todos los medicamentos tienen sus pros y sus contras, y dado que demasiada rapamicina inhibe el sistema inmunológico, muchos médicos son reacios a considerarla incluso para evitar enfermedades relacionadas con la edad.
Sin embargo, la dosis es fundamental y los medicamentos más nuevos, como el RTB 101, que funcionan de manera similar a la rapamicina, refuerzan el sistema inmunológico en las personas mayores e incluso pueden reducir las tasas y la gravedad de la infección por covid.
5. Deshacerse de las células viejas
Deshacerse por completo de las células senescentes es otro camino prometedor.
Un número creciente de estudios de laboratorio en ratones que usan medicamentos para matar células senescentes, las llamadas «senolíticas», muestran mejoras generales en la salud y, como los ratones no mueren de enfermedades, también terminan viviendo más tiempo.
La eliminación de células senescentes también ayuda a las personas. En un pequeño ensayo clínico, personas con fibrosis pulmonar grave informaron una mejoría general, incluida la distancia y la rapidez con la que podían caminar, después de haber sido tratadas con fármacos senolíticos.
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Pero esto es solo la punta del iceberg.
La diabetes y la obesidad, así como la infección con algunas bacterias y virus, pueden desencadenar la formación de más células senescentes.
Las células senescentes también hacen que los pulmones sean más susceptibles a la infección por covid, y la covid hace que más células se vuelvan senescentes.
Es importante destacar que deshacerse de las células senescentes en ratones viejos les ayuda a sobrevivir a la infección por covid.
El envejecimiento y la infección son una vía de doble sentido. Las personas mayores contraen más enfermedades infecciosas a medida que su sistema inmunológico comienza a perder fuerza, mientras que la infección acelera el envejecimiento a través de la senescencia.
Dado que el envejecimiento y la senescencia están indisolublemente vinculados con enfermedades crónicas e infecciosas en las personas mayores, es probable que el tratamiento de la senescencia mejore la salud en todos los ámbitos.
Es emocionante que algunos de estos nuevos tratamientos ya se vean bien en los ensayos clínicos y puedan estar disponibles pronto para todos nosotros.
*Richard Faragher es profesor de biogerontología de la Universidad de Brighton, en Reino Unido. Lynne Cox es profesora de bioquímica de la Universidad de Oxford, Reino Unido
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FUENTE RESPONSABLE: The Conversation por Richard Faragher y Lynne Cox.