Miradas diabólicas.

Un par de caballitos del diablo de un verde vibrante parecen estar posando para la cámara y mirar directamente al fotógrafo con sus saltones ojos verdes.

El fotógrafo Alberto Ghizzi Panizza, especializado en fotografía macro capturó la imagen de los insectos en Pianura Padana, un valle en el norte de Italia.

«Los caballitos del diablo descansaban sobre una hoja para secarse las alas bajo el sol de verano antes de volar y cazar insectos más pequeños», cuenta Panizza. «Siempre es un placer observar y fotografiar estos divertidos insectos».

La belleza de los ojos de las arañas y otros insectos.

Ojo de efímeras

Los ojos en turbante posibilitan la visión en condiciones de baja iluminación. Son exclusivos del macho de algunas efímeras.

FOTO: MARTIN OEGGERLI

Ojos de mosca de la fruta

La mosca de la fruta presenta un ojo compuesto, una apretada colección de lentes independientes que le suministran una visión panelada del mundo. La ciencia sospecha que los pelos están ahí para proteger las lentes –que carecen de párpados– del polvo y las impurezas.

FOTO: MARTIN OEGGERLI

Ojo de ofiura

La especie de ofiura Ophiocoma wendtii de, una criatura estrechamente relacionada con la estrella de mar, tiene en su esqueleto unas microlentes cristalinas. Los nervios situados debajo de las microlentes transmiten la información óptica detectada hacia el resto del cuerpo.

FOTO: MARTIN OEGGERLI

Ojos de langostinos

Los langostinos tienen ojos compuestos de superposición reflectante. Antes los científicos pensaban que estos animales eran ciegos. Hoy se sabe que, aunque no forman imágenes definidas porque carecen de lentes que curven la luz como hacen los ojos de los insectos, suplen esta carencia con los diedros: unos espejos diminutos dispuestos en ángulo.

FOTO: MARTIN OEGGERLI

Ojos de arañas rojas

Las «arañas rojas», que son arácnidos pero no arañas, tienen un par de ojos en cada lado de su cuerpo que pueden detectar los colores y la luz ultravioleta. Estos ácaros se valen de su vista para localizar el envés de las hojas de sus plantas huésped y así evitar la radiación ultravioleta, que puede ser letal para ellos.

FOTO: MARTIN OEGGERLI

Ojos de pseudoescorpión

El pseudoescorpión tiene unos ojos primitivos dotados de apenas unos cuantos receptores. Algunas especies carecen totalmente de ellos y detectan la luz con unos receptores situados justo debajo de la cutícula del exoesqueleto.

FOTO: MARTIN OEGGERLI

Ojos compuestos de pentatomidae

Cada vez que la ninfa de un pentatomidae muda de piel sus ojos compuestos añaden más lentes. Los ojos compuestos son más grandes en los insectos voladores y depredadores, y más pequeños en los insectos que pasan la mayor parte del tiempo en el suelo.

FOTO: MARTIN OEGGERLI

Ojos de araña saltadora

La araña saltadora tiene un total de ocho ojos que le ofrecen un ángulo de visión de casi 360 grados. Presenta un tipo único de retina que le ayuda a calibrar las distancias. Este pequeño depredador salta distancias que superan más de diez veces su tamaño.

FOTO: MARTIN OEGGERLI

Imagen de portada: National Geographic

FUENTE RESPONSABLE: National Geographic España. Por Héctor Rodríguez. 4 de febrero 2023.

Sociedad y Cultura/Fotografía/Insectos/Animales/Ojos.

Esta ‘hada robótica’ se mueve gracias al poder de la luz y el viento.

Impulsada con energía solar y eólica, este nuevo concepto de robot podría amortiguar la pérdida de polinizadores, como las abejas.

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El avance en polímeros sensibles a estímulos ha abierto nuevas posibilidades en materiales para robots blandos controlados inalámbricamente a pequeña escala.

Y, aunque ya existen robots pequeños que caminan, nadan y saltan, hasta la fecha hay pocos prototipos capaces de volar. 

Sin embargo, el equipo de Light Robots de la Universidad de Tampere está investigando cómo conseguirlo con su proyecto FAIRY: Aero-robots voladores basados en materiales sensibles a la luz.

De este modo, han creado un robot de ensamblaje de polímeros que vuelan con el viento y se controlan con la luz. 

UN ROBOT VOLADOR ULTRALIGERO

Este primer robot volador pasivo equipado con músculo artificial es extremadamente ligero (1,2 mg) debido a su estructura altamente porosa. Por ello, puede flotar fácilmente gracias al viento. Además, la luz se puede utilizar para cambiar la forma de su diminuta estructura, similar a una semilla de diente de león. 

De esta manera, el ‘hada’ puede adaptarse manualmente a la dirección y fuerza del viento, cambiando su forma. También se puede usar un haz de luz para controlar las acciones de despegue y aterrizaje

OPORTUNIDADES PARA LA AGRICULTURA

Los investigadores quieren centrarse en mejorar la sensibilidad del material para operar con luz solar.

Además, ampliarán la estructura para transportar dispositivos electrónicos como GPS y diversos sensores, así como compuestos bioquímicos. 

Gracias a ello, existe un gran potencial para aplicaciones en el campo de la agricultura, como la polinización artificial.

En el futuro, pues, los vientos naturales podrían dispersar libremente millones de estos robots provistos con semillas para, luego, dirigirlas mediante la luz hacia áreas específicas con árboles que esperan ser polinizados.

Imagen de portada: Gentileza de Light Robots

FUENTE RESPONSABLE: National Geographic España. Por Sergio Parra. 3 de febrero 2023.

Sociedad y Cultura/Insectos/Robot/Robótica/Tecnología.

Momento y lugar

-En foto de portada- Cuando este depredador del Jurásico salió bajo el agua de color marrón verdoso de Corroboree Billabong, en el extremo superior de Australia, estaba claro que estaba allí para hacerse con la propiedad de esta comida. Estar en el lugar y momento equivocado puede resultar fatal, como fue el caso para este herbívoro. Para el cocodrilo, sin embargo, se trataba de lugar y momento perfecto en el que estar. Y es que su técnica de caza se basa en el sigilo, la paciencia y la oportunidad.

«La pandemia nos obligó a reducir la velocidad e inspirarnos en la naturaleza, reconectar con ella y recordar su belleza”, cuenta el director del Museo de Australia del Sur, Brian Oldman. “A medida que regresa todo a la normalidad y el mundo se abre, estas imágenes son la inspiración perfecta para continuar profundizando nuestra relación con el mundo natural y reflexionar sobre nuestro impacto», añade.

Las fotografías a las que Oldman se refiere son las del prestigioso certamen Australian Geographic Nature Photographer of the Year, el cual, desde su nacimiento en el año 2004 viene recopilando una fantástica selección de las mejores imágenes de fauna, flora o paisajes de las regiones de Australia, Nueva Zelanda, La Antártida y Nueva Guinea.

Debido al crecimiento de la competición a lo largo de dos décadas, este año el concurso incorpora tres nuevas categorías centradas en la astrofotografía, los animales en la naturaleza y los animales urbanos, que se unen a las ya existentes, ofreciendo una impresionante selección de finalistas que os mostramos en esta galería fotográfica.

Algunas Fotografías finalistas en la categoría Animals in Nature del certamen Australian Geographic Nature Photographer of the Year 2022.

Fotografía finalista en la categoría: Animals in Nature

Tras meses de confiar en papá, observarlo y aprender a tomar los alimentos de la selva tropical, un polluelo de casuario intenta tragarse una gran ciruela de casuario (Cerbera floribunda). A pesar de la técnica precisa del joven, la foto capturada posteriormente muestra que el joven polluelo no pudo tragarse la fruta entera en esta etapa tan temprana de su vida. Foto: Ethan Mann / Australian Geographic Nature Photographer of the Year 2022-

Diving Duck

Fotografía finalista en la categoría: Animals in Nature

Una de las características únicas del pato almizclero -Biziura lobata- son las plumas rígidas de su cola. Estas aves pueden desplegarlas, lo que ayuda a convertirlas en grandes sujetos de fotografía. Esta imagen de la también conocida como malvasía papuda muestra las rígidas plumas de su cola agitando el agua mientras se sumerge en busca de peces. Foto: James White / Australian Geographic Nature Photographer of the Year 2022.

The Long Lady

Fotografía finalista en la categoría: Animals in Nature

Esta avispa solo está haciendo lo mejor para sus hijos. Les está proporcionando un lugar seguro para crecer y comida para el proceso. Eso significa que la propia avispa debe morir, pero un parasitoide tiene que hacer lo correcto por su descendencia. Foto: James Dorey/ Australian Geographic Nature Photographer of the Year 2022.

Night Light Dining

Fotografía finalista en la categoría: Animals in Nature

Cada primavera, la Gran Cordillera Divisoria alberga un acontecimiento mágico. Después del atardecer, las luciérnagas bioluminiscentes emergen de los rincones más oscuros del bosque por un corto periodo de tiempo. Sin embargo, no están del todo seguras. Los oscuros murciélagos insectívoros de nariz de hoja que salen de su nido capturan luciérnagas en pleno vuelo, mostrando una impresionante y acrobática batalla aérea. Foto: Jannico Kelk / Australian Geographic Nature Photographer of the Year 2022.

The Red Indian

Fotografía finalista en la categoría: Animals in Nature

El pez indio rojo debe su nombre a la forma en que se parece a los penachos de guerra de los líderes nativos de América del Norte. Quería enfatizar la apariencia noble de este animal y experimenté con varias técnicas de iluminación para producir este retrato temperamental. Este efecto fotográfico se obtiene en la cámara con una sola exposición. Foto: Nicolas Remy/ Australian Geographic Nature Photographer of the Year 2022.

Bugged Out

Fotografía finalista en la categoría: Animals in Nature

La silueta de un pequeño pájaro que hace breves y repetidas incursiones desde un árbol hacia una nube de insectos. Logré capturarla configurando una velocidad de obturación rápida y enfocando el árbol con un zoom lo suficientemente amplio. Foto: Paul Weston / Australian Geographic Nature Photographer of the Year 2022.

Jelly Floss

Fotografía finalista en la categoría: Animals in Nature

Esta joven tortuga verde se estaba comiendo ansiosamente una medusa melena de león en Julian Rocks como un niño comiendo algodón de azúcar. Tomó un bocado tan grande que la medusa envolvió su rostro como un velo mientras seguía nadando a ciegas hacia la superficie. Foto: Simone Caprodossi / Australian Geographic Nature Photographer of the Year 2022

The Silence

Fotografía finalista en la categoría: Astrophotography

Fotografía tomada justo antes de que la Vía Láctea desapareciera en la hora azul en una mañana nublada y silenciosa. Los árboles muertos dispersos por todo el lago Toolondo crean una escena inquietante pero hermosa bajo las estrellas. Foto: Jason Perry / Australian Geographic Nature Photographer of the Year 2022.

Thunder in the Deep

Fotografía finalista en la categoría: Landscape

Un rayo colosal se lanza desde de una tormenta oceánica y atraviesa la corriente ascendente, dividiéndose finalmente en siete puntos de impacto separados. Captada a una distancia de 100 kilómetros, la base de esta tormenta está oscurecida por la curvatura de la Tierra. Foto: Will Eades / Australian Geographic Nature Photographer of the Year 2022.

Release the Devil!

Fotografía finalista en la categoría: Our Impact

Este demonio adulto sano acaba de someterse a un control de salud rutinrio. Con las observaciones anotadas y algunas muestras de ADN extraídas, el equipo del programa Save the Tasmanian Devil puede liberar al marsupial de vuelta a la naturaleza. El trabajo es fundamental para comprender, manejar y, con suerte, desarrollar una cura para la devastadora enfermedad del tumor facial del diablo. Foto: Michael Eastwell / Australian Geographic Nature Photographer of the Year 2022.

Octo-Loo

Fotografía finalista en la categoría: Our Impact

No toda la basura y el impacto humano en nuestros océanos son negativos. Los buzos locales construyeron este arrecife artificial con carritos de compras e inodoros, y en unos días se convirtió en el hogar de una cantidad significativa de pulpos pálidos, muchos de los cuales se aparearon y pusieron huevos dentro del sistema. Foto: Sam Glenn / Australian Geographic Nature Photographer of the Year 2022.

Head On

Fotografía finalista en la categoría: Threatened Species

Para hacer esta carismática foto del gran tiburón blanco, necesitaba un tiburón que mostrara un comportamiento no agresivo para evitar el riesgo para ambos. Inicialmente (con licencia) había usado una mezcla fina de aceite de atún y hojuelas para dejar un rastro de olor para atraer al tiburón, pero el tiburón nunca fue realmente alimentado. Foto: Matty Smith/ Australian Geographic Nature Photographer of the Year 2022.

Family Portrait, 2021

Fotografía finalista en la categoría: Urban Animals

Nos mudamos a Adelaide Hills recientemente, y las cámaras de vigilancia revelaron una guarida de zorros debajo de la casa. Configuré una cámara exterior para ayudarnos a resolver problemas. Descubrimos que nuestro jardín era su patio de recreo y despensa: una zorra y ocho cachorros. Este retrato familiar fue tomado justo afuera de la habitación de mi hijo a la 1:05 am. Foto: Sam Oster / Australian Geographic Nature Photographer of the Year 2022.

Dance of the Damselflies

Fotografía finalista en la categoría: Junior

«Me aventuré en una reserva local temprano en la mañana y me encontré con un par de caballitos del diablo apareándose». Los caballitos del diablo machos y hembras se unen en una posición de rueda cuando se aparean y comúnmente vuelan en tándem de esta manera; la forma que contraen se interpreta comúnmente como un corazón. Foto: Rosa Dunbar / Australian Geographic Nature Photographer of the Year 2022.

Flinders Rise

Fotografía finalista en la categoría: Astrophotography

Una de las cosas más sorprendentes para ver en el interior de Australia son los colores del paisaje al atardecer y al amanecer. Me encanta cómo la Vía Láctea está perfectamente posicionada aquí con la silueta de la línea de la cordillera. Empecé a fotografiar la imagen justo antes del crepúsculo astronómico y terminé justo antes de la hora azul. Foto: William Godward / Australian Geographic Nature Photographer of the Year 2022.

Imagen de portada: Corroboree Billabong, Australia. Foto: Jayden O’Neill/ Australian Geographic Nature Photographer of the Year 2022

FUENTE RESPONSABLE: National Geographic en Español. Por Héctor Rodríguez. Editor y periodista especializado en ciencia y naturaleza.

Sociedad y Cultura/Naturaleza/Animales/Cosmos/Arte fotográfico.

Luz contra sonido

Cada primavera, la Gran Cordillera Divisoria alberga un acontecimiento mágico. Después del atardecer, las luciérnagas bioluminiscentes emergen de los rincones más oscuros del bosque por un corto periodo de tiempo. Sin embargo, no están solas ni del todo seguras. Los oscuros murciélagos insectívoros de nariz de hoja que salen de su nido capturan luciérnagas en pleno vuelo, mostrando, entre destellos de luz y ultrasonidos, un impresionante y acrobático espectáculo aéreo.

Estas luciérnagas cuentan con una «armadura musical»

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Un nuevo estudio de la Universidad de Tel Aviv plantea una peculiar hipótesis: la de un mecanismo que permite a las luciérnagas defenderse de los murciélagos gracias a ultrasonidos.

Las luciérnagas producen ultrasonidos que potencialmente podrían disuadir a los murciélagos

Las luciérnagas producen ultrasonidos que potencialmente podrían disuadir a los murciélagos. Foto: Brandon Alm

Desde que la vida es vida, asistimos, aunque a veces sin darnos cuenta, a la mayor carrera armamentística que jamás pasará delante de nuestros ojos. Puede resultar una visión un tanto particular de la biología, pero en la naturaleza nada es casualidad, y como si de una guerra que se viene librando desde el principio de los tiempos se tratara, a mi a veces me gusta imaginarme el mundo natural como un inmenso y eterno campo de batalla donde el enemigo acecha en cualquier esquina, y las alianzas se tejen en los lugares más inesperados.

Allá donde miremos podemos encontrar multitud ejemplos de ello: algunos tan evidentes como el veneno desarrollado por diversas especies de plantas y animales, o la coloración críptica y la habilidad para camuflarse de otras. Y es que bien hablemos de sofisticados sistemas de comunicación o de estrategias de caza especializadas hasta la perfección, se trata tan solo de las diferentes formas que tiene la vida de adaptarse a un mundo en constante pie de guerra

Un mundo en el que la máxima imperante es la de matar o morir; sobrevivir o perecer; comer o ser comido, y en el que para ello vale todo, desde la fuerza más bruta, hasta la más sutil seducción.

Como vemos, los ejemplos son innumerables. En otras ocasiones, sin embargo, como si fuéramos incapaces de entender una tecnología que en secreto se desarrolla en los búnkeres subterráneos en los que la evolución planea su próximo golpe, estos sofisticados mecanismos destinados a la supervivencia pueden pasar desapercibidos a nuestros ojos, o como en el caso que veremos a continuación, a nuestros oídos.

Iridiscencia, el lenguaje secreto, y engañoso, de los animales

IRIDISCENCIA, EL LENGUAJE SECRETO DE LOS ANIMALES

Para tratar de ilustrar estas palabras vamos a hablar de las luciérnagas. Las luciérnagas son conocidas por su brillo único y la luz que emiten gracias a una reacción química mediada por una encima llamada luciferasa. La luz en las luciérnagas tiene un papel central en la vida de estos insectos, ya que pueden utilizarla con diferentes fines como el apareamiento o para atraer a sus presas. Y dado que sus cuerpos contienen veneno, otros investigadores también han barajado la posibilidad de que estos destellos de luz también sirvan a las luciérnagas como una señal aposemática, es decir, una advertencia a los depredadores potenciales.

Sin embargo, entre los depredadores más habituales de las luciérnagas se encuentran los murciélagos, animales de sobra conocidos por su desarrollado sentido del oído, más también por su deficiente visión, lo que motiva que la señal luminosa e intermitente de las luciérnagas resulte un tanto ineficaz a la hora de disuadir a los murciélagos de acabar entre sus fauces. Esto precisamente fue lo que llevó a un equipo de investigadores de la Universidad Tel Aviv a preguntarse si además de la luz, las luciérnagas podían disponer de otros mecanismos de defensa ante los murciélagos.

Contramedidas sonoras para un insecto que emite luz.

«La idea de este trabajo surgió accidentalmente durante una investigación sobre la ecolocalización de los murciélagos» cuenta Yossi Yovel director de la Escuela de Neurociencia de Sagol, miembro de las Escuelas de Ingeniería Mecánica y de Zoología de la Facultad de Ciencias de la Vida George S. Wise y autor principal de un estudio que se publica esta semana en la revista iScience. «Estábamos deambulando por un bosque tropical con micrófonos capaces de grabar las altas frecuencias de los murciélagos, cuando de repente detectamos unos sonidos desconocidos en frecuencias similares procedentes de luciérnagas”, recuerda.

«Una mirada en profundidad utilizando vídeo de alta velocidad reveló que eran las luciérnagas las que producían estos sonidos mediante el movimiento de sus alas», continúa explicando Ksenia Krivoruchko, la estudiante de doctorado que codirigió el estudio. Un ultrasonido que ni los seres humanos ni las propias luciérnagas pueden escuchar según se recoge en el trabajo titulado Fireflies produce ultrasonic clicks during flight as a potential aposematic anti-bat signal. 

Esto llevó a los investigadores a plantear la hipótesis de que estos sonidos están destinados a los oídos de los murciélagos; concretamente a mantenerlos alejados de las luciérnagas venenosas, y por lo que les sirven como una especie de «armadura musical». «Las mismas luciérnagas no podían detectar sus propios sonidos, lo que nos hizo descartar que este mecanismo estuviera destinado a la comunicación interna dentro de la especie», aclara Krivoruchku.

Tras el descubrimiento accidental, el equipo del laboratorio del profesor Yovel examinó tres géneros diferentes de luciérnagas comunes en Vietnam (Curtos Luciola y Sclerotia), además de una especie israelí del género Lampyroidea , y así constataron que todas ellas producen estos tipos de ultrasónicos únicos, pero que en ninguno de los casos podían escucharlos. Entonces, ¿se puede concluir que las luciérnagas han desarrollado un mecanismo de defensa especial específicamente para murciélagos?, plantean los investigadores.

Los investigadores hipotetizan que estos sonidos están destinados a los oídos de los murciélagos; concretamente a mantenerlos alejados de las luciérnagas

Yovel enfatiza que esta afirmación no fue probada en el estudio, pero varias características apuntan a esta conclusión. En primer lugar, el hecho de que las luciérnagas no puedan escuchar el sonido, mientras que los murciélagos si que pueden hacerlo, y lo que es más, emplearlo para encontrar a las luciérnagas, hace intuir a los investigadores que es más que probable que estos ultrasonidos sirvan a los insectos como una especie de señal de advertencia o medida disuasoria.

Krivoruochku añade que el descubrimiento de ultrasonidos en las luciérnagas es en sí mismo una contribución importante al estudio de las relaciones depredador-presa: «la idea de señales de advertencia que el propio remitente no puede detectar es conocida en el mundo de las plantas, pero es bastante rara entre los animales», cuenta la investigadora. «Encontrarnos con esta ‘batalla musical’ entre luciérnagas y murciélagos puede allanar el camino para futuras investigaciones y posiblemente dar pie al descubrimiento de toda una gama de mecanismos de defensa basados en el sonido y desarrollados por animales contra posibles depredadores«, añade sobre un hallazgo que podría asemejarse al descubrimiento de la pólvora. La investigación sobre los límites de este nuevo tipo de escalada tecnológica que escapaba a nuestros sentidos, promete ser apasionante.

Imagen de portada: Hipposideros bicolor. Foto: Jannico Kelk / Australian Geographic Nature Photographer of the Year 2022

FUENTE RESPONSABLE: National Geographic en Español. Por Héctor Rodriguez. 23 de septiembre 2022.

Animales/Murciélagos/Insectos

 

 

 

 

Serpientes de cascabel y otros animales obsesionados con la limpieza.

Desde aves que retiran los pañales sucios de sus crías hasta cuervos que guardan sus herramientas. La naturaleza está repleta de especies prolijas.

Presten atención: hasta las serpientes de cascabel mantienen limpios y ordenados sus entornos.

Un nuevo estudio informa que las cascabeles del oeste usan sus cabezas triangulares y musculosos cuellos para apartar la maleza de sus territorios de caza.

Nadie sabe por qué se toman la molestia. Pero un camino despejado para acceder a presas potenciales sería de gran ventaja para los reptiles, que no pueden cambiar de dirección durante un ataque.

Una cascabel que embiste solo tiene una oportunidad. No puede repetir el ataque dice Bree Putman, estudiante de posgrado de la Universidad Estatal de San Diego, y coautora del nuevo estudio publicado en The Southwestern Naturalist-. Es probable que sea beneficioso tener menos vegetación.

Durante su investigación, Putman observó solo a dos cascabeles machos que limpiaban sus escondites. Pero otros estudios demuestran que, al parecer, varias otras especies de cascabeles hacen lo mismo.

Se necesitan más experimentos para esclarecer porqué las serpientes apartan la maleza, señala Putman.

Si bien es admirable que un animal sin extremidades pueda poner en orden su escondite, hay muchos otros animales que hacen la limpieza.

Aves canoras

Estas especies musicales sacan del nido paquetes de popó de sus polluelos y dejan los bultos apestosos en otra parte.

Por ejemplo, se han visto azulejos adornando cables eléctricos, postes de cercados, y hasta postes de servicios públicos con los llamados sacos fecales.

Los nidos de los recién nacidos están bastante limpios, de hecho informa Mélanie Guigueno, ecóloga conductual de la Universidad McGill, Canadá-. Las aves son muy, muy estrictas en cuanto a eliminar los sacos fecales inmediatamente?.

Al sacar o a veces, ingerir- esos pañales sucios, los padres vuelven sus nidos menos visibles a los depredadores.

Las aves canoras también retiran de sus nidos los alimentos no consumidos, los polluelos muertos, y los cascarones, agrega Guigueno.

Hormigas

Muchas hormigas sacan los cadáveres de las colonias, en vez de dejar que se pudran en los túneles. Un estudio reciente demostró que las hormigas tienen más posibilidades de morir cuando algo les impide sacar los cadáveres, debido a la mayor probabilidad de adquirir enfermedades.

El nido de las hormigas saltarinas de la India incluye una cámara de basura repleta de hormigas muertas y desechos de presas, donde un equipo de depuración integrado por larvas come los desperdicios, y de esa manera [impide] que obstruyan la cámara, explica en un correo electrónico Bert Hölldobler, sociobiólogo de la Universidad Estatal de Arizona.

Ratas topo lampiñas

Estos roedores construyen sanitarios especiales en sus enormes madrigueras subterráneas.

Cuando los desperdicios obstruyen una letrina, las obreras la rellenan con tierra y excavan una nueva.

Las ratas topo lampiñas son muy melindrosas con sus túneles, y echan fuera raíces, piedrecillas, o cualquier basura que encuentren en sus pasadizos.

En un estudio, los científicos pusieron cables y un termómetro en una madriguera. El equipo de limpieza de la colonia retiró todo rápidamente.

Cuervos de Nueva Caledonia

Según un nuevo estudio, estos artesanos emplumados no solo hacen herramientas, sino que también las guardan cuando terminan alguna tarea.

Usan palitos para fabricar ganchos, con los que extraen presas del interior de las ramas.

Producir una herramienta lleva tiempo, y las aves que dejan caer sus herramientas se muestran notablemente frustradas, informa el estudio.

Cuando el ave termina de usar la herramienta, simplemente la coloca bajo una de sus patas.

Pero si el cuervo está cazando a gran altura, donde dejar caer su herramienta significa que, seguramente, la perderá para siempre, lo más probable es que la guarde en un agujero, lista para usarla otra vez.

Imagen de portada: Gentileza de NATIONAL GEOGRAPHIC

FUENTE RESPONSABLE: NATIONAL GEOGRAPHIC en Español. Agosto 2018.

Animales/Insectos/Aves/Curiosidades de la naturaleza.