Resulta que el libro más misterioso de la historia humana tiene un museo en el sitio más inesperado: Burgos.

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Fabricado entre 1404 y 1438 en Centroeuropa, el manuscrito Voynich («el libro que nadie ha podido leer») tiene una de las historias más apasionantes del mundo. Se cree que el emperador Rodolfo II pagó 600 ducados de oro por él, pero sobre lo que no hay duda es que su consejero, el médico y farmacéutico Jacobo de Tepenec, lo atesoró como oro en paño.

A su muerte, pasó por muchas manos y recabó en el siglo XVIII en el Colegio Romano donde el polaco Wilfrid Voynich lo compró en 1912. 

Medio siglo después y tras varios intentos infructuosos de venta, acabó en la Biblioteca Beinecke de libros raros y manuscritos de la Universidad de  Yale. Es decir, Europa Central, Italia, Polonia, Estados Unidos… ¿Qué hace un museo sobre el libro más misterioso del mundo en Burgos?

¿Qué es exactamente el manuscrito Voynich? En primer lugar, se trata de un manuscrito. Uno lleno de ilustraciones de plantas raras o inexistentes, símbolos astrológicos, criaturas extrañas y mujeres desnudas. Y texto, mucho texto. De hecho eso es lo más interesante.

Porque, desde los años 60, sabemos que se trata de una lengua natural (o de un código relacionado con una lengua natural) porque cumple la Ley de Zipf, una regularidad empírica que solo se da en las lenguas naturales y que describe la frecuencia aparición de las palabras. 

Los lenguajes  inventados (sobre todo, los lenguajes inventados en el siglo XV – cuando esta ley se desconocía) no la  cumplen.

Resumiendo: el manuscrito Voynich es sencillamente uno de los misterios criptográficos más exigentes del mundo.

¿Y qué pinta Burgos en todo esto? La historia es muy curiosa. Como decía, el manuscrito está en la Universidad de Yale. 

De allí no sale y, de hecho, prácticamente nadie puede acceder a él. No es de extrañar: debido al fandom que genera, las peticiones de acceso se cuentan por miles. El celo de Yale es tal que, en 60 años, la Universidad no había dejado ni siquiera que se hicieran reproducciones del manuscrito.

Hasta 2015, cuando Yale seleccionó a una editorial para permitirle hacer una edición facsímil de las 246 páginas de pergamino manuscritas que lo conformaban. Esa editorial se llamaSiloéy tiene su sede en Burgos.

Una superpotencia del facsímil. Aunque no es muy conocida fuera del ámbito de la bibliofilia, Siloé es un gigante de la edición de facsímiles (y atesora 14 premios nacionales). 

Aunque pueda sorprendernos es un colaborador habitual de las Bibliotecas de España, Francia y Austria, la Abadía de Westminster o la Universidad de Ginebra. Allá donde hay un manuscrito raro y difícil, allá es una referencia la gente de Siloé.

Vale, pero ¿un museo? Así que, tras once años de trabajo en el proyecto (con el que lograron convencer a Yale) y dos completamente dedicados a la reproducción del Voynich, la editorial tenía mucho material sobre el manuscrito: hacer un museo era un movimiento lógico. 

Sobre todo, porque lleva años metida en el desarrollo de museos: el del Libro de Covarrubias o el del Cid de la capital burgalesa.

Un hito para la voynichología. Es decir, para los que buscan descifrar el manuscrito. Porque, más allá del museo, el trabajo de Siloé ha permitido en los últimos años un acceso mucho más masivo a uno de los enigmas irresueltos más fascinantes del presente. Para los que somos aficionados, es algo fantástico. 

Imagen de portada: El manuscrito Voynich (Por Yalebooks)

FUENTE RESPONSABLE: Magnet. Por Javier Jímenez. 28 de febrero 2023.

Sociedad y Cultura/Un mundo fascinante/Idiomas

El museo poco conocido de Buenos Aires que cuenta con esculturas de primer nivel y no tiene nada que envidiarle a una galería de arte europea.

El museo de Calcos y Escultura Comparada más importante de Sudamérica se encuentra en Buenos Aires y no tiene nada que envidiarle a los del resto del mundo.

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«Ernesto de La Cárcova» está ubicado en las cercanías de la Reserva Ecológica, en el barrio de Puerto Madero, y es considerado uno de los museos más importantes de su género en Sudamérica.

En él se exhiben una colección histórica de calcos, reproducciones en yeso, de manifestaciones escultóricas de distintas épocas, que están expuestas en los grandes museos del mundo, como el Louvre, el museo Británico y el Nacional de Antropología de México.

La colección recorre más de 4000 años de historia. Asimismo, cuenta con uno de los conjuntos de reproducciones de obras de América Prehispánica más completo del mundo.

El establecimiento depende de la Universidad Nacional de la Artes y busca visibilizar al arte argentino mediante la exposición de Esculturas de artistas de nuestro país.

Colección del museo

En la sala principal se encuentran las esculturas relacionadas con el arte del Antiguo Egipto, el período mesopotámico y oriental. Entre ellas se destaca el «Escriba Dersenez» y la escultura del dios hindú «Shiva Natajara»

La segunda sala contiene esculturas del Arte Griego y se encuentran increíbles expresiones del arte helenístico. A su vez, ofrece un conjunto de esculturas del Partenón.

La tercera sala engloba las expresiones romanas, románticas y góticas. Mientras que la cuarta sala tiene reproducciones de esculturas propias del Renacimiento, con un increíble calco de Miguel Ángel.

Por último, la sala cinco esta dedicaba al arte mesoamericano y andino.

El museo también posee un hermoso jardín para disfrutar del sol y el aire fresco tras su recorrido.

Historia del museo

En 1923 el edificio comenzó a funcionar como Escuela Superior de Bellas Artes de la Nación, con la iniciativa de Ernesto de la Cárcova -destacado pintor argentino-. Cinco años después, la Comisión Nacional de Bellas Artes instaló el Museo de Calcos con fines didácticos.

Actualmente, el museo contiene más de 700 esculturas, pero conserva sus fines educacionales ofreciendo cursos. Algunos de ellos son «Seminario: cerámica expandida» y «Taller de investigación y experimentación en litografía».

Para más información el museo invita a comunicarse a través de @carcova.museodecalcos@una.edu.ar

Imagen de portada: Sala de exhibición del Museo de la Cárcova.

FUENTE RESPONSABLE: El Cronista. Infoarte. 10 de septiembre 2022.

Sociedad y Cultura/Arte/Museos/Esculturas/Actualidad/Buenos Aires; Argentina.

 

Israel recuperó una histórica y millonaria moneda tras años de búsqueda.

Patrimonio cultural

La moneda forma parte la historia de Israel y le demandó más de dos décadas poder hallar en dónde estaba oculta.

Una moneda valiosísima regresa a Israel, como parte de su patrimonio cultural recuperado. Demandó 20 años de complejas investigaciones por todo el mundo para poder ser hallada. Luego de un periodo de luchas y reclamos judiciales, Israel logró que la valiosa moneda regrese a su poder. Así como hace poco un museo del Reino Unido restituyó piezas a varios países de oriente.

Israel buscó durante 20 años por todo el mundo esta moneda del 69 D.C. (Foto: Gentileza The Jerusalem Post)

Una moneda antiquísima, de las que solo quedan cuatro ejemplares

«Una pieza preciada de la historia finalmente se va a casa«, dijo un funcionario estadounidense en la ceremonia que marcó el inicio del regreso de esa moneda tan valorada por Israel.

Su historia se remonta a casi 2.000 años de historia. Es una pequeña moneda de plata, pero su valor excede sobradamente el elemento en el que está hecha. Se trata de un shekel, acuñada durante una revuelta judía en el inicio de nuestra era. Se estima, alrededor del año 69 D.C. (después de Cristo).

La moneda, que se guardaba como un tesoro, ya que solo hay cuatro como ella, fue saqueada en el año 2002. La búsqueda comenzó cuando Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA) se enteró por informantes confiables que los palestinos habían tomado la moneda de un tesoro desenterrado en el Valle de Ella, al sur de Jerusalén.

La moneda estaba por ser subastada en los Estados Unidos (Foto: Gentileza The Denver Post)

Una tenaz y paciente búsqueda de 20 años

Comenzó ese mismo año (2002) una investigación que siguió el rastro de la moneda del Valle de Ella por varios continentes. En sus expedientes acumulados durante dos décadas, la IAA dice que la moneda pasó por mercados ilícitos de antigüedades en Israel, Jordania y el Reino Unido. Parecía perdida hasta que un golpe de suerte, permitió recuperar su rastro final. Apareció en un catálogo para la venta en una subasta al otro lado del mundo. En una agencia de Denver Colorado, en los Estados Unidos. Era el año 2017 y la autoridad israelí de antigüedades debió correr contra reloj para frenar esa subasta.

La IAA alertó a Investigaciones de Seguridad Nacional (ISN) de Estados Unidos. La ISN intervino e impidió la subasta. La moneda, ese pequeño shekel 1,5 cm de diámetro quedó bajo custodia. Luego, la investigación y el reclamo de Israel, logró que la pequeña moneda pasara a depender de la custodia de la Unidad de Tráfico de Antigüedades (ATU) del Fiscal de Distrito de Manhattan.

Allí, en la ciudad de Nueva York, se obtuvo una orden judicial para repatriar la moneda basada en información de informantes en cinco países junto con la ayuda de autoridades en Europa y Medio Oriente.

La moneda fue entregada este lunes en una ceremonia en la oficina del fiscal de distrito de Manhattan a la que asistieron funcionarios estadounidenses e israelíes, incluido el embajador de Israel ante la ONU, Gilad Erdan.

Hoy nos unimos a nuestros socios para devolver una pieza increíblemente rara de la historia de Israel, la moneda de un cuarto de shekel, un símbolo de independencia de la época de la presencia romana en lo que ahora es el Israel moderno”, fueron las palabras al recuperar la moneda.

La moneda recuperada por Israel es una de solo 4 existentes en la actualidad (Foto: Gentileza The Jerusalem Post)

La moneda de plata, grabada con motivos judíos, es una de las cuatro de su tipo que se sabe que existen.

La acuñación de tal moneda fue «de hecho, una declaración de independencia de los judíos en la tierra de Israel, una declaración contra el poderoso imperio que se les presentó», dijo el responsable de la agencia de antigüedades de Israel

El levantamiento culminó con la destrucción de Jerusalén y el segundo templo judío por parte de los romanos en el año 70 después de Cristo. El cuarto de shekel se acuñó para ese momento.

La moneda vale más de un millón de dólares. Pero su real importancia patrimonial para Israel es muchísimo mayor.

Imagen de portada: Gentileza BBC

FUENTE RESPONSABLE: A24. Por Roberto Adrián Maidana. 13 de septiembre 2022.

Sociedad y Cultura/Israel/Museos/Historia

La única casa de Borges que es museo reabre sus puertas con murales, fotos y enciclopedias.

Un típico chalet de la década 40 fue comprado por la madre de Borges, Leonor Acevedo, para vivir con su hija Norah. Allí pasaba los veranos el autor de «El Aleph», y será reinagurada el próximo 28 de agosto.

Única vivienda que habitó el autor de “Ficciones” recuperada para ser exhibida al público, la Casa Borges ubicada en la localidad bonaerense de Adrogué será reinaugurada el próximo 28 de agosto en un nuevo ciclo que permitirá sumergirse en un Borges retratado como un «vecino de Adrogué», conocer el lugar que inspiró varios de sus cuentos, recorrer su habitación, contemplar llamativos murales y hasta una intervención artística realizada con enciclopedias, esos tomos condensadores de conocimiento que el escritor solía definir como «selva de selvas».

Se trata de un típico chalet de la década del 40, ubicado en Diagonal Brown 301 de Adrogué, en el municipio de Almirante Brown, que fue comprado por la madre de Borges, Leonor Acevedo, para vivir con su hija Norah. Allí pasaba los veranos el autor de «El Aleph», quien amaba esa localidad que había disfrutado en su infancia y en la que comenzaron a definirse elementos característicos de su obra, como su obsesión por los laberintos y los espejos.

«En cualquier parte del mundo que me encuentre, cuando siento el olor de los eucaliptus, estoy en Adrogué (…) Adrogué era eso: un largo laberinto tranquilo, de quintas, un laberinto de vastas noches quietas (…) Así es mi recuerdo de Adrogué: las quintas, los coches en la plaza, las largas verjas, lo fácil que era perderse», relataría Borges en la conferencia titulada «Adrogué en mis libros», que brindó el 19 de marzo de 1977 en la localidad de Burzaco y que fue publicada en el suplemento cultural del diario Tribuna de Adrogué el 7 de abril de ese año.

Era rotundo al afirmar también que «muchos argumentos, muchas escenas, muchos poemas que he imaginado, nacieron en Adrogué o se sitúan en ella».

 Foto Camila Godoy

/ Foto Camila Godoy

Quien recorra la Casa Borges podrá conocer más sobre este vínculo que el escritor tenía con esta localidad del sur bonaerense, donde de niño había aprendido a andar en bicicleta y ya adulto supo construir amistades que lo recordaban por su particular sentido del humor y sus respuestas rápidas e irónicas.

«La Casa Borges es la única casa en el mundo que habiendo sido habitada por el escritor abrió sus puertas a la comunidad», explica a Télam Sandra Agis, directora de Patrimonio Cultural del municipio de Almirante Brown.

Cuenta que el chalet «es una casa muy austera, muy de la época, está ubicado enfrente de la plaza principal, donde está el Palacio Municipal, la Iglesia, la escuela. La habitación que da frente a esa plaza fue fuente de inspiración en Borges cuando habla de las anclas, ya que desde esa ventana se ve la estatua en honor a Almirante Brown».

Durante la infancia del escritor, la familia alquilaba en los veranos la quinta «La Rosalinda», en Adrogué. Más adelante se alojaron en un establecimiento que ya no está en pie, el Hotel La Delicia, que Borges gustaba de nombrar en plural -«Las Delicias»-, donde había un salón de espejos que llamó la atención del escritor.

«Las estatuas de tan mal gusto y tan cursis que ya resultaban lindas. Recuerdo la terraza y un gran salón de espejos. Los espejos son otro tema que vuelve continuamente a mi obra. Sin duda me miré en aquellos espejos infinitos», recordó el escritor en otro tramo de aquella charla.

Sobre la casa

En 1944 Leonor Acevedo compró el chalet de Adrogué para vivir con su hija Norah y en él se alojaba Borges cuando las visitaba. «Posteriormente la casa fue vendida a un marino, que lo dejaba ingresar y lo llevaba a su cuarto cuando el escritor volvía a Adrogué», apunta Agis.

En el 2011 el municipio compró la propiedad con la finalidad de convertirla en Museo y visibilizar desde allí el vínculo real y afectivo que Borges tuvo con Adrogué. Lo inauguró en el 2014 y tras una puesta en valor será reinaugurado el próximo 28 de agosto, en el marco del festejo por el natalicio del escritor.

«Quien visite la Casa Borges verá un recorrido visual, una línea de tiempo con fotos del escritor, algunas de Sara Facio, de Julie Méndez Ezcurra; entrás y vas leyendo en las paredes esas fotografías que relacionan a Borges con Almirante Brown», detalla Agis, en alusión a fotos que lo retratan frente a la municipalidad de Almirante Brown, en el chalet, o paseando con amigos, entre otras.

En la sala principal de la casa, el visitante se encontrará con una foto gigante de Borges junto a la única estatua que quedó del hotel La Delicia, de Diana la Cazadora, hoy emplazada en el Paseo La Delicia y ubicado en el centro de Adrogué.

 Foto Camila Godoy

/ Foto Camila Godoy

«La gente queda impactada. Luego hay una habitación, una sala audiovisual, donde uno puede sentarse y ver el video institucional de la casa y hay una biblioteca con libros donados por la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, la Biblioteca Nacional Mariano Moreno y por María Kodama», asegura Agis y destaca que en la biblioteca de la casa «hay una computadora que conecta con el Borges Center de la Universidad de Pittsburgh».

«Afuera el visitante verá una estatua de Borges y los 4 murales pintados por artistas plásticos y una estatua del escritor, que están en el frente y el patio, que serán restaurados el domingo 28 de agosto», precisa.

Especialmente impactante es uno de esos murales donde se ve a Borges caminando, de espaldas y con su bastón, por un sendero rodeado de árboles junto a un tigre de Bengala. Imposible no recordar los versos de «El oro de los tigres».

Agis precisa que el próximo 28 de agosto, organizado por el Instituto de Estudios Históricos y Patrimonio Cultural del municipio, cuyo presidente es Emilio Klubus, será inaugurada una galería construida en un sector de la propiedad con el objetivo, de potenciar «la visibilización del lugar, ya que se ve de muchos ángulos. 

También la idea de que haya muestras artísticas trae otro público que de esta forma lo amplía. Una galería que invita a acercarse, como un llamador que se verá desde la plaza».

 Foto Camila Godoy

/ Foto Camila Godoy

«Muchas veces notamos que algunos se sienten inhibidos de ingresar a la Casa Borges, pensando que van a tener que pasar un cuestionario sobre Borges y no es así», dice.

El sábado 27 de agosto, previo a la reinauguración de la Casa Borges, se abrirá la muestra Diccionar, que se extenderá hasta octubre próximo y podrá ser recorrida de lunes a viernes de 8 a 14. «Es una muestra que traje del Centro Cultural San Martín, 12 artistas, entre ellos Carlos Kravetz, Néstor Goyanes, Florencia Salas, Diego Cossettini, que en pandemia intervinieron 12 enciclopedias», se entusiasma. Y acota: «qué mejor que poner enciclopedias en la casa de Borges».

En aquella conferencia de marzo de 1977, el escritor explica su amor por las enciclopedias y afirma que «si tuviera que elegir un libro para una isla desierta haría trampa y me llevaría la Enciclopedia Británica: ahí hay lectura para siempre (…) pensé que la lectura de una enciclopedia es la más grata que puede haber. No hablo de las de ahora, que son libros de consulta sino de las del siglo XIX, que eran obras de lectura, selva de selvas».

Esa fascinación por las enciclopedias fue plasmada en el cuento «Tlon, Uqbar, Orbis tertius».

«Pensé si una enciclopedia es grata, mucho más lo será una que en lugar de revelarnos la historia o la geografía reales nos enseñara la historia, la geografía, y la filosofía, la metafísica y las religiones y herejías de un país imaginario», se explaya Borges en esa conferencia, donde también dice que ese cuento lo escribió en Adrogué.

 Foto Camila Godoy

/ Foto Camila Godoy

También reconoce influencias de esa localidad en su cuento «La muerte y la brújula», que describe una serie de crímenes en puntos cardinales, el último de los cuales, lo sitúa en Adrogué.

«Cuando llegué al sur pensé en Adrogué. Triste Le Roy es el lugar donde se desarrolló la última escena del cuento. Era el hotel Las Delicias de Adrogué. ́La muerte y la brújula ́se sitúa pues en Adrogué», relata Borges sobre ese cuento donde no faltan los eucaliptus y la referencias a la estatua de Diana, las escalinatas y la terraza de ese hotel adroguense.

El mismo domingo 28, el Instituto de la Cultura de la provincia de Buenos Aires colocará un placa, también escrita en sistema Braille, que recordará la remodelación.

Con narradoras que recorrerán el patio, música, danzas gauchescas y tangos la Casa Borges, volverá a abrir sus puertas para revivir al escritor en los años que habitó en Adrogué y hacer presente lo que él sentía sobre esta ciudad.

«De algún modo siempre estuve aquí, siempre estoy aquí. Los lugares se llevan, los lugares están en uno. Sigo entre los eucaliptus y en el laberinto», afirmaba Borges en aquella conferencia.

Imagen de portada: Borges; «muchos argumentos, muchas escenas, muchos poemas que he imaginado, nacieron en Adrogué o se sitúan en ella» / Foto Camila Godoy

FUENTE RESPONSABLE: Télam. Por DIANA LÓPEZ GIJSBERTS. 20 de agosto 2022.

Sociedad y Cultura/Argentina/Literatura/Museos/Jorge Luis Borges

 

El Museo del Prado nos invita a oler la maravillosa pintura de Jan Brueghel en una de las exposiciones del año.

‘La esencia de un cuadro, una exposición olfativa’ es una innovadora muestra en la que disfrutar de una obra de arte de otra manera. Ahora, en el Museo del Prado podemos oler el arte.

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El Museo del Prado nos sorprende con una exposición pionera en la institución y protagonizada por El Olfato, una pintura de Jan Brueghel el Viejo en colaboración con su amigo Rubens. Revivir momentos, transportarnos a lugares o recordar a una persona. 

Todo es posible a través del olfato, el más evocador de nuestros sentidos. Y ahora, gracias a él y a través de 10 perfumes, podemos acercarnos, por primera vez y de una manera totalmente diferente al arte.

Detalle de la obra El Olfato para la fragancia “Alegoría”.

Detalle de la obra El Olfato para la fragancia “Alegoría”.  © Museo Nacional del Prado 

Esta obra de Brueghel, que forma parte de la serie Los cinco sentidos, expuesta también en la sala, representa con minucioso detalle, el jardín que Isabel Clara Eugenia y su marido tenían en Bruselas a principios del siglo XVII. 

Más de 80 especies de plantas y flores, como si de un exhaustivo manual de botánica se tratase, aparecen representados en el cuadro. En este paisaje imaginario, una mujer desnuda, alegoría del olfato, huele el ramillete que le ofrece un querubín. 

La escena se completa con animales relacionados con el olfato, como el perro sabueso o la civeta, y diferentes objetos del mundo del perfume: frascos, matraces, alambiques para destilar las esencias o guantes perfumados.

‘El ofato Pedro Pablo Rubens y Jan Brueghel el Viejo 1617  1618.

‘El olfato’, Pedro Pablo Rubens y Jan Brueghel el Viejo, 1617 – 1618.© Museo Nacional del Prado

Un universo repleto de aromas que no solo es posible ver sino también oler gracias a la colaboración entre el Prado, La Academia del Perfume y el grupo Puig. 

Alejandro Vergara, Jefe de Conservación de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte del Museo Nacional del Prado ha trabajado mano a mano con Gregorio Sola, Perfumista senior de Puig y Académico de Número en la Academia del Perfume para acercarnos a la pintura como nunca antes lo habíamos hecho: a través de los olores que la componen.

Detalle de la obra El Olfato para la fragancia “Flor de naranjo”.

Detalle de la obra El Olfato para la fragancia “Flor de naranjo”.  © Museo Nacional del Prado 

Para ello, ha sido necesaria una minuciosa investigación con ayuda del CSIC que ha permitido identificar las especies vegetales representadas en la obra

A partir de aquí, con elementos presentes en el cuadro, el maestro perfumista ha creado 10 fragancias diferentes con la que viajar olfativamente al siglo XVII. Alegoría, inspirado en el ramillete de flores de la figura femenina. 

Guantes, para el que se ha recuperado una fórmula de 1696 que consigue reproducir el olor de un guante perfumado de ámbar. Civeta, un animal del que se obtiene una sustancia que sirve como fijador y que aquí se ha recreado de manera sintética.

Detalle de la obra El Olfato para la fragancia “Flor de naranjo”.

Detalle de la obra El Olfato para la fragancia “Guantes de ámbar “.  © Museo Nacional del Prado 

Higuera, un aroma que nos transporta a su refrescante sombra en un día de verano. 

Flor de naranjo, de donde se extrae la esencia de neroli. Jazmín, un olor delicado e intenso. Rosa, la más usada para hacer perfumes de la que se necesitan trescientas mil flores, recogidas a mano al amanecer, para obtener un kilo de su esencia. Lirio, la materia prima más cara de la perfumería (cuesta el doble que el oro). Narciso, original, fuerte y embriagador. Y, por último, Nardo, capaz de realzar las notas florales de un perfume. 

Detalle de la obra El Olfato para la fragancia “Higuera”.

Detalle de la obra El Olfato para la fragancia “Higuera”.  © Museo Nacional del Prado 

Millones de matices olfativos que podemos disfrutar gracias a la exclusiva tecnología Air Perfum, desarrollada por Puig y con la que se pueden oler hasta 100 fragancias distintas sin saturar el olfato y respetando la identidad y matices de cada perfume. 

Imagen de los difusores disponibles en la sala de la exposición olfativa “La esencia de un cuadro”.

Imagen de los difusores disponibles en la sala de la exposición olfativa “La esencia de un cuadro”. © Museo Nacional del Prado.

La esencia de un cuadro. Una exposición olfativa nos permite, hasta el 3 de julio, sumergirnos en la pintura y los olores del siglo XVII. Toda una experiencia sensorial en la que olfato y vista se unen y complementan, potenciando una vivencia que, seguro, permanecerá durante mucho tiempo en nuestra memoria.

Imagen de portada: ‘El olfato’, Pedro Pablo Rubens y Jan Brueghel el Viejo, 1617 – 1618.© Museo Nacional del Prado

FUENTE RESPONSABLE: AD Arte- Por Alexandra Muñoz. Abril 2022.

Sociedad y Cultura/Arte/Exposiciones/Madrid/Museos

 

El museo de astronomía más grande del mundo abre sus puertas.

Si pudieses elegir, qué preferirías ¿visitar el espacio o el mundo submarino? Es difícil elegir, ambas opciones tan misteriosas que decantarse por una u otra sería dejar de lado un gran conocimiento. Pero si tuviésemos que elegir… yo creo que me quedo con el espacio, con sus galaxias, estrellas, secretos y profundidad ¿y tú?

Todavía quedan unos años para que podamos vivir estas experiencias, por ahora solo podemos observar desde la distancia, bien descubrir el océano con una plataforma submarina dentro de tu yate , o bien observar las estrellas desde el museo de astronomía más grande del mundo.

Sobre este último hablamos hoy en COOL, ¿sabrías adivinar dónde está?

El museo de astronomía más grande del mundo

Shanghái. La capital económica de China será la cuna que albergará al museo de astronomía más grande del mundo. Podrás admirar las maravillas de la galaxia en la tierra, seguir el camino del sol con tus propios ojos.

Foto: Ennead Architects

El museo está dedicado en su totalidad a la exploración del espacio. Destaca principalmente por su tamaño, pero a su vez por su diseño de otro mundo, ya que parece haber sido sacado directamente de una película sobre el espacio.

Diseño

El museo muestra una estructura elíptica que abarca un espacio de alrededor de 128 mil metros cuadrados. Sus formas angulares describen algunas de las leyes básicas de la astrofísica, según el diseñador del propio edificio, Thomas J. Wong, socio de diseño de Ennead Architects. 

Foto: Ennead Architects

Cada esquina y recoveco de la construcción del museo, fue pensado con el cosmos de la mente. En palabras de Wong, la idea era «infundir una experiencia visceral de astronomía en el diseño que se pueda vivir incluso antes de entrar al museo’. El edificio en sí está concebido como ‘un instrumento astronómico que está en coordinación con la trayectoria del Sol a lo largo del día y la altitud solar cambiantes a través de las estaciones».

Foto: Ennead Architects

En todo el edificio no podrás encontrar ni líneas ni ángulos rectos, lo que da una sensación de movimiento constante en el interior del edificio. La compleja construcción se forma a partir de tres arcos superpuestos, los cuales simbolizan una celebración del «continuo espacio-tiempo», la geometría del universo y la energía dinámica del movimiento celeste.

Estructura

El gigantesco Museo Astronómico de Shanghái se compone de tres estancias: Oculus, Esfera y Cúpula Invertida

Foto: Ennead Architects

El Oculus, es un reloj solar te da la bienvenida al museo. Es una estructura que produce un círculo de luz solar que se mueve a lo largo del suelo y sobre una zona reflectante. Al mediodía durante el solsticio de verano es cuando se forma el círculo de luz completo de manera alineada con la plaza de entrada.

Foto: Ennead Architects

La esfera alberga el teatro planetario medio sumergido, el cual evoca una ilusión de ingravidez. A medida que se sube por los pisos, la esfera es cada vez más visible como si se representara el efecto de la salida de la luz en el horizonte de la Tierra.

Foto: Ennead Architects

El Inverted Dome o Cúpula Invertida, una especie de anfiteatro en la azotea, te permitirá conectar con la inmensidad del cielo. Para llegar hasta aquí tendrás que ascender a través de una rampa en espiral que imita la órbita de un planeta.

Foto: Ennead Architects

Dentro podremos encontrar desde un telescopio solar de 23 metros hasta una enorme pantalla IMAX.

Foto: Ennead Architects

El museo alberga entre otras muchas cosas: 120 colecciones de instrumentos y obras originales de grandes astrónomos, 70 meteoritos, experimentos con realidad aumentada, realidad virtual y demostraciones astronómicas.

Foto: Ennead Architects

Imagen de la portada: Gentileza de COOL Lifestyle

FUENTE: COOL – Lifestyle – CULTURA – ARQUITECTURA – MUSEOS – ASTRONOMÍA – Por Rocío Álvarez.

 

TESOROS DE LA ARQUEOLOGÍA

Las 10 joyas arqueológicas imprescindibles del museo arqueológico nacional.

El Museo Arqueológico Nacional (MAN) alberga tantas piezas excepcionales que no cabrían en una lista completa. Por esto hemos preparado esta selección con 10 joyas que no pueden faltar en una visita a este museo madrileño.

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El tesoro de la Aliseda

Un impresionante conjunto de joyas y otros enseres del siglo VII o VI a.C. pertenecientes a la cultura tartésica, una de las primeras civilizaciones de la península Ibérica. Se cree que fue el ajuar funerario de una mujer de la élite, ya que hay varios adornos personales femeninos y están fabricados con materiales preciosos como el oro. Resulta interesante en ellos la influencia orientalizante, fruto del contacto con la cultura fenicia.

La Dama de Baza

Museo Arqueológico Nacional. Foto: Fundación ITMA, autor: Relanzón, Santiago

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La Dama de Baza

Esta urna funeraria del siglo IV a.C. representa a una dama de la aristocracia ibera. Además de la información que da sobre la vestimenta de la élite, resulta especialmente valiosa por la representación de los símbolos de esta cultura, como el pichon, que representa el nexo entre la mujer y la divinidad. La urna va acompañada de un ajuar compuesto por panoplias de un guerrero, una representación de las luchas que se celebraban en las honras fúnebres, algo que también da pistas sobre los rituales funerarios y la influencia de la cultura fenicia.

La Dama de Elche

Museo Arqueológico Nacional. Foto: Fundación ITMA, autor: Relanzón, Santiago

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La Dama de Elche

Seguramente una de las piezas arqueológicas más famosas de la cultura íbera, la Dama de Elche está datada en los siglos V o IV a.C. y representa el busto de una mujer de la aristocracia. Una oquedad en la espalda sugiere un uso como urna funeraria, mientras que el gran detalle de las facciones y del tocado que luce podría interpretarse como una especie de divinización de la difunta. La delicada factura de los adornos apuntan a un alto estatus y al comercio de bienes de lujo con otros pueblos del Mediterráneo.

El monumento de Pozo Moro

Museo Arqueológico Nacional. Foto: Ángel Martínez Levas

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El monumento de Pozo Moro

Este impresionante monumento funerario de la cultura íbera consta de sillares de piedra arenisca dispuestos en forma de torre, acompañados de estatuas de leones y relieves de los que se conservan fragmentos. El monumento, del siglo VI a.C., es un magnífico ejemplo de mestizaje cultural: los relieves representan escenas que se han asociado con la historia del héroe Heracles, mientras que los leones son un símbolo muy presente en las culturas del Oriente Próximo antiguo.

Los toros de Costitx

Museo Arqueológico Nacional. Foto: Lorenzo Plana.

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Los toros de Costitx

Estas tres cabezas de toro fabricadas con bronce, entre los siglos V y III a.C., son un ejemplo exquisito de la artesanía de la cultura talayótica, nativa de las islas Baleares. Se encontraron en el santuario de son Corró (Mallorca), por lo que han sido interpretadas como la representación de una divinidad. El toro era un animal venerado por varias culturas prehistóricas del Mediterráneo como un símbolo de fuerza, vitalidad y fertilidad.

Las estatuas de Livia y Tiberio

Museo Arqueológico Nacional. Foto: Gabriel López Pérez

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Las estatuas de Livia y Tiberio

Colocadas en el patio romano del museo, esta pareja de estatuas de mármol representan a Livia Drusila, esposa del emperador Augusto, y su sucesor Tiberio, hijo de la primera. Durante la época del Imperio Romano, este tipo de efigies tenían una gran importancia política como representación del poder, especialmente en territorios de frontera donde la institución imperial era percibida como algo lejano. El hecho de que una mujer como Livia tuviera una estatua que la ponía a la par con el emperador demuestra el gran poder que ostentó en vida.

La sala de los mosaicos romanos

Museo Arqueológico Nacional. 

Foto: Gabriel López Pérez (www.fotoespacios.com)

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La sala de los mosaicos romanos

Los magníficos mosaicos que adornan las salas de la colección romana son una de las grandes joyas de esta sección del museo. Proceden de diversas villas de la antigua Hispania y dan una buena idea de los ambientes en los que vivía la élite. Los mosaicos destacan por su excepcional estado de conservación y su gran detalle, que refleja el punto álgido de este arte romano. La colección se completa con una gran variedad de objetos de época imperial, tanto monumentales como del ámbito cotidiano.

El tesoro de Guarrazar

Archivo Museo Arqueológico Nacional

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El tesoro de Guarrazar

Uno de los hallazgos más famosos de la historia de la arqueología española, descubierto por casualidad y recuperado parcialmente tras muchos periplos. Este conjunto de coronas votivas y cruces, fabricadas con oro y piedras preciosas, es un bellísimo ejemplo de la artesanía visigoda y de las influencias bizantinas en la misma. La pieza más famosa es la corona votiva del rey Recesvinto (siglo VII d.C.), aunque todas las demás son de factura igual de exquisita.

El bote califal de Zamora

Museo Arqueológico Nacional. Foto: Fundación ITMA, autor: Relanzón, Santiago

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El bote califal de Zamora

Este bote de marfil de elefante data del año 964 d.C., durante el reinado del califa Alhakén II, uno de los periodos más prósperos del Califato de Córdoba. El bote aprovecha la forma cilíndrica del colmillo y está decorado con motivos vegetales y animales que recrean el ambiente de un jardín palatino. Fue fabricado para Zoa, la concubina favorita del califa; además del gran detalle en su elaboración, destaca por tratarse de un material muy costoso y difícil de obtener en al-Ándalus, lo que implica una gran importancia de las relaciones comerciales del Califato de Córdoba con otros imperios del norte de África.

Los jarrones de la Alhambra

Archivo Museo Arqueológico Nacional

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Los jarrones de la Alhambra

Estos jarrones, fabricados durante el siglo XIV en el reino nazarí de Granada -aunque el centro de producción era Málaga- representan uno de los últimos grandes ejemplos del arte andalusí. Su proceso de elaboración era muy laborioso, ya que requería cocer las piezas tres veces, y tuvieron tanto renombre que se exportaron por todo el Mediterráneo. Su elevado coste, su fragilidad y su precaria estabilidad indican que no estaban destinados a un uso práctico sino a decorar los espacios palatinos como símbolos de lujo y riqueza.

 FUENTE: Abel de Medici 

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