Distintas épocas, pero males parecidos. Hoy analizamos los escritos de un pensador alemán muy conocido en los que alertaba sobre el peligro de estar enganchado a la última hora.
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Una de las razones es que la confianza en los medios de comunicación tradicionales ha decrecido muchísimo, a raíz de la proliferación de ‘fake news’, lo que a su vez ha desembocado en el auge de teorías de la conspiración. Pero más allá de la pandemia, otros temas candentes de la actualidad, como la invasión de Rusia en Ucrania o los efectos del cambio climático, hacen que estar al tanto de las noticias sea exponerse a una realidad amarga y apocalíptica, en la que parece que nada va bien. Ante tanta acumulación de malas noticias,es probable que muchos ciudadanos del mundo prefieran no informarse a diario.
Y aunque los tiempos son muy distintos a hace dos siglos, hay un filósofo que ya predijo los efectos negativos de una sobreabundancia de información en la sociedad. Precisamente, fue un pensador que estaba interesado en otros temas más existenciales, como el alma humana o la angustia. El alemán Arthur Schopenhauer, a quien muchos estudiosos consideranel padre del pesimismo filosófico, fue uno de los primeros en advertir de las consecuencias de estar expuestos a un ruido informativo continuo.
Lo «nuevo» no siempre es cierto
«No se puede cometer mayor error que pensar que lo último que se ha escrito siempre es lo más correcto; que lo que se escribe más adelante es una mejora de lo escrito anteriormente y que todo cambio hacia delante significa progreso», escribía en su obra ‘Sobre escritura y estilo‘, publicada en España en 2002. Este fragmento, que a simple vista no parece hablar directamente del estrés informativo, es recuperado por el escritor y pensador norteamericano Eric Wiener, en un reciente artículo de ‘Médium‘ en el que argumenta cómo más de un siglo antes de la invención de Internet, Schopenhauer ya hablaba de los peligros conceder demasiada importancia y relevancia a la literatura periodística, es decir, a estar al tanto de la actualidad, a «lo nuevo».
«Cada época tiene su propio Internet. En tiempos de Schopenhauer, era la Enciclopedia»
«Como los lectores hambrientos de Schopenhauer», esgrime Wiener, «confundimos lo nuevo con lo bueno, lo novedoso con lo valioso. Los humanos no somos máquinas de procesamiento de información, como tampoco de caza y recolección. Así como necesitamos tiempo para digerir nuestra presa o nuestra ensalada de col rizada, también necesitamos tiempo para dar sentido a la información que hemos consumido. La información no digerida es peor que la falta de información y un exceso de datos es más peligroso que una ausencia de ellos».
Estatua del filósofo Arthur Schopenhauer del artista Friedrich Schierholz en Frankfurt (Fuente: iStock)
El ‘best-seller’ norteamericano asocia el comentario de Schopenhauer a la falta de atención que produce el estrés informativo como causa directa. A raíz de consumir cantidades ingentes de información a diario, nos hemos vuelto cada vez más adictos a la nueva última hora sin tener tiempo para contrastar, investigar o corroborar si lo que leímos anteriormente era cierto. Y, por otro lado, eso hace que disfrutemos cada vez menos de la lectura pausada y la concentración atenta, pues cualquier tarea que implique un esfuerzo intelectual o cognitivo se hace muy compleja al vernos sometidos a un bombardeo continuo, ya no solo de noticias u opiniones sobre estas mismas noticias, sino de notificaciones sobre cualquier otro asunto, sea del tiempo meteorológico o de nuestros contactos sociales.
«El exceso de datos actúa como una niebla espesa que nubla nuestra visión», remarca Wiener. «Internet ha puesto al descubierto este problema fundamental, que no es nada nuevo. Cada época tiene su propio Internet, sus propias distracciones. En tiempos de Schopenhauer, era la Enciclopedia, publicada por primera vez en Francia durante el siglo XVIII. ¿Para qué pensar en un problema cuando la solución está disponible en un libro?» Esto podría aplicarse a la tarea de forjarse una opinión sobre cualquier asunto mínimamente polémico que sacude nuestra actualidad diaria. Muchos cometerán el pecado de acudir a sus líderes de opinión favoritos o en los que más confían, esperando que les den la razón a su versión de los hechos que ya está sesgada. Es por ello que el consumidor (y prosumidor) de redes sociales acaba delimitando aún más su campo de visión crítico: ve y comprende la realidad científica, social o cultural a través de los ojos de otra persona que él considera confiable, sin preguntarse si tal vez los argumentos que toma prestados están equivocados.
«La información es meramente un medio hacia la comprensión y posee poco o ningún valor en sí misma'», escribió el pensador alemán
A este respecto, Schopenhauer tiene una frase en la que deja bastante claro su postura: «Es cien veces más valioso si has llegado a la conclusión pensándola tú mismo». Y, del mismo modo, alentaba a la lectura «solo cuando tus propios pensamientos se sequen». Si sustituimos hacer ‘click’ o ‘scroll’ por «leer», quedaría aplicado a la realidad de hoy en día. «Confundimos datos con información, información con conocimiento y conocimiento con sabiduría», concluye Weiner. «‘No se les ocurrió’, escribió Schopenhauer, ‘que la información es meramente un medio hacia la comprensión y posee poco o ningún valor en sí misma'»
«Inundados por las voces de los demás, somos incapaces de escuchar la nuestra propia», concluye el escritor. La forma en la que consumimos información también puede ser muy peligrosa, puesto que cuando antes dedicábamos solo un momento concreto del día para informarnos (generalmente en la hora de la comida con el telediario), mientras que ahora lo hacemos permanentemente al vivir pegados a nuestro ‘smartphone’. De ahí que algunas autoras como Karla Starr hablen de un supuesto «derecho a la ignorancia»que esgrimir para reducir ese estrés informativo y poder esgrimir sin pudor ni vergüenza que no quieres opinar sobre la última noticia del momento. En su lugar, lo que haría Schopenhauer sería más bien sentarse a pensar sobre ella. Podemos deducir que, debido a su carácter pesimista, también utilizaría ese derecho a la ignorancia, puesto que ante tal maraña de informaciones, resulta muy difícil separar lo verdadero de lo falso. Esta, precisamente, es la tarea a la que se encomienda el buen periodismo hoy en día.
Imagen de portada:Arthur, fotografiado en 1859 por J. Schäfer (Fuente: Wikimedia).
FUENTE RESPONSABLE: Alma, Corazón y Vida. Por Enrique Zamorano. 12 de julio 2022.
Sociedad y Cultura/Filosofía/Fake news/Estrés/Pandemia/Cambio Climático/Ucrania.
Hoy repasamos los estudios que confirman la relación que tiene este trastorno mental con la memoria y, en particular, con aquellos hechos del pasado que tuvieron una significación positiva.
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En España, cerca de 2,1 millones de personas sufre un cuadro depresivo, lo que representa un 5,4% de la población. Más allá de este frío y abultado dato, hay historias humanas que se ven truncadas por una tristeza aguda que se manifiesta de diferentes formas, alterando las relaciones sociales, las perspectivas de futuro y la calidad de vida de quien la padece. Ahora más que nunca se pone el acento en la salud mental, un tema que ha adquirido mucha más notoriedad a raíz de la pandemia y que se ha visibilizado gracias, en parte, a las nuevas generaciones que cada vez están más dispuestas a hablar de ello para acabar con su doloroso estigma. Quizás, una de las particularidades del estado de ánimo depresivo, es que tiende a borrar progresivamente los recuerdos felices de quien la sufre. Como si fuera un parásito, infecta a su huésped haciendo que cada vez se acuerde menos de lo bueno que le ha pasado en la vida. Son muchos los estudios que corroboran esta relación entre depresión y memoria, hasta el punto de emparentar sus efectos al de otras enfermedades que merman la capacidad de recordar del paciente, comoel alzhéimer.
Debido a un estado de ánimo continuado de tristeza o apatía, la persona ya no puede recordar momentos en los que se sentía diferente .
«La depresión afecta negativamente a la memoria episódica, al recuerdo de los sucesos vividos», explica el neurobiólogo y catedrático de la Universidad de Salamanca, José Ramón Alonso, en una entrada en su blog. «La explicación más aceptada es que las responsables son alteraciones neuronales generadas por el estrés. El estrés es parte de nuestros mecanismos de adaptación y defensa, y en una etapa inicial prepara al organismo para una respuesta de lucha o huida. Si el estrés se vuelve crónico, si no es un suceso puntual sino algo que se mantiene en el tiempo, los glucocorticoides, como el cortisol, sobreestimulan las neuronas que están procesando la información para esa respuesta».
Entonces, «las neuronas ‘aceleradas’ entran en situación de riesgo y empiezan a desconectarse para evitar la muerte causada por una estimulación excesiva». Por tanto, «el resultado es que la memoria, con parte de sus circuitos neuronales fuera de juego, empieza a funcionar mal», asevera el neurobiólogo. «Así que la primera idea es que la depresión es una enfermedad larga que genera estrés o que puede ser favorecida por una situación de estrés, lo que a su vez altera los procesos de memoria».
La «memoria congruente con el estado de ánimo»
Otra de las explicaciones que ofrecen los psiquiatras a esta pérdida de memoria aguda relacionada con la depresión es que debido a un estado de ánimo continuado de tristeza, apatía o indefensión, la persona ya no puede recordar otros momentos en los que su ánimo era diferente, más positivo y enérgico.
A esto lo llaman en psicología «memoria congruente con el estado de ánimo»,lo que demuestra una asociación entre nuestros propios pensamientos en un momento determinado y lo que somos más proclives a recordar. «Es más probable que recuerdes momentos tristes y sientas que nunca pasa nada positivo. Pero, en realidad, solo olvidas las cosas buenas»
En cualquier caso, ambas explicaciones coinciden en que la depresión acaba derivando en una espiral de sentimientos negativos de los que parece imposible salir. «Este efecto es muy negativo, ya que es más probable que recuerdes momentos tristes y se perpetúa el ciclo de sentir que nunca pasa nada positivo cuando, en realidad, solo estás olvidando las cosas buenas», admite la periodista estadounidense Lauren Vinopal, en un artículo reciente en‘Mel Magazine’donde se explora esta problemática en este trastorno mental. Por otro lado, nuestro cerebro trata de protegerse mediante la disonancia mental, lo que puede hacer que no nos sintamos conectados del todo a nuestra mente, cuerpo y pensamientos, causando esta pérdida de memoria.
Es el argumento que esgrime Brent Metcalf en la citada revista, quien piensa que la disonancia cognitiva, a menudo presentada por personajes en películas como producto de una división de la personalidad a raíz de un trauma significativo, «en la realidad puede mostrarse como un efecto muy sutil en el cerebro», en este caso, «sentir que no estás del todo en conexión con tu cuerpo, tus pensamientos y tu entorno».
Lo bueno: se puede recuperar
La buena noticia es que, a diferencia de las enfermedades degenerativas que implican una pérdida de memoria en la mayoría de los casos irreversible, en el caso de la depresión sí que se puede tratar y poner atajo. El centro de la memoria en el cerebro es el hipocampo, que a su vez es el área más afectada por el efecto del cortisol, la hormona del estrés. Toda la toxicidad de los glucocorticoides de los que hablamos más arriba va esta zona, por lo que si la depresión se vuelve crónica, su tamaño cada vez será más reducido.
Pero tanto como se reduce, puede volver a agrandarse debido a su gran plasticidad. «Con terapia, ejercicios de memoria y estrategias cognitivas adecuadas puede volver a su tamaño original para mejorar nuestra atención y recuerdo», explican desde‘La Mente es Maravillosa’. Lo malo es que cada persona experimenta esta pérdida de memoria de manera distinta, pues no hay nada más subjetivo que la constancia que tenemos de nuestros propios recuerdos, por lo que se necesita un abordaje integral para mitigar los efectos de la depresión y a la vez recuperar los recuerdos felices perdidos.
Imagen de portada: iStock
FUENTE RESPONSABLE: Alma, Corazón y Vida. Por Enrique Zamorano. 30 de junio 2022
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A inicios de agosto de 2020, Rusia se colocó al frente de la carrera global que se había iniciado para lograr una vacuna contra el nuevo coronavirus.
El presidente Vladimir Putin dijo al mundo que su país ya tenía la primera vacuna aprobada y anunció que en octubre de ese año pondrían en marcha una campaña de vacunación masiva.
La Sputnik V, como fue bautizada, había sido desarrollada por el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología (Gamaleya) junto con el Ministerio de Defensa.
Sin embargo, poco más de un año más tarde, Rusia es el quinto país del mundo que ha registrado mayor número de contagios (más de 7,8 millones) y más muertes (217.000), de acuerdo con datos de la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos.
El país euroasiático vive en este momento una fuerte oleada de contagios que lo convierten, además, en el cuarto país del mundo con mayor número de casos acumulados en las últimas cuatro semanas: casi 663.000.
Durante 13 de las últimas 17 jornadas, el país ha registrado nuevos récords de muertes diarias causadas por el coronavirus, siendo el número más reciente el de este viernes: 999 fallecimientos.
También estableció un nuevo registro máximo de contagios confirmados: 32.196.
La dura oleada de contagios está ejerciendo gran presión sobre los servicios sanitarios disponibles.
Denis Protsenko, jefe médico del principal hospital moscovita dedicado a pacientes de covid-19, advirtió que las camas de los hospitales se están llenando con pacientes en estado crítico, según informó el diario Moscow Times.
¿Cómo es esto posible? La causa reside en el bajo número de personas vacunadas que hay en el país: solamente 31% de los habitantes de Rusia se encuentran completamente vacunados y apenas un 3% adicional se encuentra parcialmente vacunado, de acuerdo con cifras de Our World in Data de la Universidad de Oxford.
Resistencia a la vacuna
Durante el último año, la vacuna Sputnik V sirvió para apuntalar la imagen internacional de Rusia y fue acogida en muchas partes del mundo, incluida América Latina, donde su uso ha sido aprobado en Argentina, Bolivia, Paraguay, Venezuela, Nicaragua, México, Honduras, Guatemala, Panamá, Ecuador, Brasil y Chile, según informó la agencia de noticias rusa TASS.
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Argentina es uno de los países de América Latina donde se realizan vacunaciones con Sputnik V.
En algunos de esos países luego se presentaron problemas por falta de abastecimiento y hubo quejas de parte de personas que, tras recibir la primera dosis, tuvieron que esperar mucho más tiempo del previsto para recibir la segunda inyección.
En Rusia, sin embargo, el bajo número de vacunados no tiene que ver con la falta de vacunas, sino con la resistencia de la población a ponérsela.
En una encuesta del Centro Levada, un instituto especializado en estudios de opinión pública en Rusia, realizada el pasado 20 de agosto, el 54% de los consultados dijo que no se pondría la vacuna si esta no es obligatoria, mientras que 38% dijo que sí lo haría.
Las autoridades tienen claro el problema al que se enfrentan.
«Ciertamente, las cifras [la tasa actual de mortalidad por covid-19] son terribles. Es alarmante. La principal razón son los bajos niveles de vacunación», dijo el pasado 5 de octubre el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
El funcionario reconoció que el virus se estaba volviendo más agresivo y que el nivel de vacunación no es suficiente».
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Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, ha reconocido que el auge del coronavirus en Rusia se debe a los bajos niveles de vacunación.
Pese a todo, el Kremlin ha descartado de momento imponer sanciones contra aquellos ciudadanos que no se quieran vacunar.
Según dijo Peskov el pasado 11 de octubre, este tipo de medidas van en contra de la «naturaleza social» del Estado ruso, por lo que no resulta realista plantearlas.
Indicó que lo que corresponde en esta situación es apelar a la conciencia de los ciudadanos para que entiendan que «no hay otra forma de proteger sus vidas que vacunándose».
Desconfianza generalizada
Pero ¿por qué hay tantos rusos que no se quieren vacunar?
«Muchos no se han vacunado no porque sean convencidos antivacunas, sino porque han decidido esperar», dijo la antropóloga Alexandra Arkhipova, investigadora principal del Instituto de Ciencias Sociales de la Academia Presidencial Rusa de Economía Nacional y Administración Pública.
En una entrevista con el servicio ruso de la BBC, Arkhipova explicó que la decisión de estas personas se basa en su desconfianza hacia la medicina y hacia la élite política, pero también sobre la base de los consejos de sus médicos de confianza.
«En la época soviética, a los padres no se les permitía evadir las vacunaciones. Por ello, la negativa a vacunarse era una forma de disenso y, debido a ello, en algunas familias de la intelectualidad esto era aceptado e incluso estimulado», señaló.
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En la Unión Soviética, la vacunación era obligatoria.
Al mismo tiempo, el elevado nivel de desconfianza que existe en el país hacia la medicina y hacia la política se refleja también en el rechazo a la vacuna.
«Mucha gente dice que no está lista para vacunarse porque no confían en la forma como se diseñó la Sputnik V. Ellos están extremadamente molestos por la falta de información acerca de cómo se hizo, cuáles fueron sus efectos secundarios, cuánta gente enfermó, cuán severa o suave fue la enfermedad, cuántos de los vacunados fueron hospitalizados, etc», agregó Arkhipova.
Explicó que aunque los rusos no confían en la medicina, sí lo hacen en los médicos que conocen, pero esto -paradójicamente- no ha ayudado a impulsar las vacunaciones.
«Muchas personas han sido disuadidas de vacunarse por los llamados ‘médicos de familia'», apuntó.
Explicó que en Rusia no están muy desarrollados los protocolos de vacunación para las personas que tienen distintas enfermedades, algo que dificulta el trabajo de los médicos.
«Simplemente es muy intimidante para un médico asumir la responsabilidad de recomendar las vacunas. Con frecuencia ellos no saben exactamente cómo la vacuna va a afectar la enfermedad de su paciente. Es mucho más fácil decir: no te vacunes», dijo Arkhipova.
En relación con la forma como la desconfianza hacia las autoridades afecta las vacunaciones en Rusia, la experta señaló que en las entrevistas que hacen en sus estudios las personas mencionan que los funcionarios y los médicos de alto rango les pueden mentir a los ciudadanos sin tener que enfrentar ninguna consecuencia.
«Mentir no es algo que sea castigado en Rusia. Por la misma razón, algunas personas confían más en las vacunas importadas porque creen que si los fabricantes de Pfizer mienten, van a ser castigados por ello», apuntó.
Un elemento adicional que incidirá en este rechazo a las vacunas es la ignorancia de las personas acerca de cómo funciona su propio cuerpo.
«Muchas personas no entienden lo que es un virus, cómo opera y entra en el cuerpo, o qué son los anticuerpos. Por ello, una persona así tiene una reducida capacidad crítica en relación con cualquier rumor», dijo.
Y en Rusia, como en muchas otras partes del mundo, los bulos y desinformaciones contra las vacunas han sido abundantes.
Según dijo Arkhipova a la BBC, hasta julio de este año habían acumulado una base de datos con unos 314 rumores distintos sobre el coronavirus, de los cuales 83 están relacionados con las vacunas y habían sido compartidos 2,6 millones de veces en redes sociales.
Este es otro factor que dificulta la tarea de persuadir a los rusos sobre la conveniencia de ponerse la vacuna contra el covid-19.
Todo comenzó con olvidos repentinos. No encontraba las llaves del auto o dejaba la estufa encendida. Luego aparecieron cambios bruscos del comportamiento, irritabilidad, un cuadro marcado de ansiedad, insomnio…
A los 61 años, Alberto -nombre protegido- fue diagnosticado con deterioro cognitivo precoz. Al analizar la posible causa, los especialistas descubrieron que la suspensión temporal del tratamiento para la hipertensión arterial, durante el confinamiento por la pandemia, fue el detonante.
“Anatómicamente se traduce en cuadros de atrofia o lesiones. Pueden ser microinfartos o alteraciones en el cerebro, que son confundidos con depresiones y otros problemas de salud mental”, explica la psiquiatra Sara Torres.
El Instituto de Neurociencias de la Junta de Beneficencia de Guayaquil ha detectado estos cuadros en pacientes de entre 50 y 60 años de edad. Antes de la emergencia por covid-19 eran poco frecuentes, pero ahora ocupan el quinto lugar en atenciones de hospitalización.
Acuden por problemas de pérdida de memoria, déficit de atención, depresión o complicaciones en el aprendizaje. En todos los casos, el origen apunta a los días críticos de la crisis sanitaria.
Las dificultades para acceder a los servicios de salud causaron un corte en los controles y las terapias de enfermedades crónicas, como la hipertensión y la diabetes. A esto, Torres añade un desbalance en la dieta y la supresión de la actividad física, que agravaron los efectos.
“La raíz fue el aislamiento. Algunos pacientes tenían más de 10 años en tratamiento por estas enfermedades de base y al no ser tratadas correctamente surgieron los trastornos cognitivos”, dice la psiquiatra.
El cardiólogo Ernesto Peñaherrera explica que cuando la presión arterial pasa de 130 y alcanza niveles superiores a 170 se afecta la autorregulación cerebral. Bajo este mecanismo, las arterias reducen su calibre para controlar el flujo sanguíneo entre 100 y 120, valores normales.
“Cuando la presión no está en menos de 140/90, este mecanismo se deteriora porque las arterias sufren un engrosamiento, se tornan rígidas. Esto se agrava en enfermedades como la diabetes mellitus, que daña la pared arterial”, indica el también presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Cardiología – Capítulo Guayas.
La hipertensión tiene alta prevalencia en Ecuador. Para reflejar su impacto, Peñaherrera explica que cuatro de cada diez ecuatorianos mayores de 50 años son hipertensos y la mayoría no sigue el tratamiento correcto. En el mundo, cada año se registran 10,5 millones de defunciones ligadas a este mal, una cifra que es el doble de las reportadas por covid-19.
Sin embargo, la atención se enfocó en el virus, dejando en segundo plano otros males, entre ellos las patologías crónicas. Plataformas médicas de investigación como Medscape advierten que las consecuencias de esta desatención serán más evidentes a fines de 2022 e inicios de 2023.
El neurólogo Tomás Alarcón Avilés es más específico en el tipo de daños. Una diabetes no controlada afecta a las neuronas y a los nervios periféricos. Y una hipertensión sin tratamiento, explica, puede dañar los vasos sanguíneos intra y extracraneales.
“Estos pacientes tienen altas posibilidades de padecer enfermedad cerebrovascular, demencia vascular y depresión, entre las afectaciones más comunes… porque son muchas más”, indica el Jefe de Neurología del Hospital Luis Vernaza en Guayaquil.
Para dar con el diagnóstico, el especialista indica que se debe realizar una historia clínica detallada, más estudios de laboratorio, análisis de neuropsicología, estudios de resonancia magnética y tomografías.
La neuropsicóloga clínica Silvia Villacrés recomienda no dejar pasar por alto signos reiterativos como pérdida de memoria, atención, problemas de planificación, de lenguaje y toma de decisiones.
Parte del tratamiento incluye terapias neurocognitivas de estimulación y rehabilitación para mejorar las funciones que se están deteriorando. El ejercicio físico regular y la educación permanente que implique nuevos aprendizajes también son un soporte.
Consejos
Prevención
Los chequeos periódicos son esenciales para detectar factores de riesgo, como hipertensión, diabetes, colesterol, tabaquismo, sobrepeso.
Alimentación
Mantenga una dieta saludable, con variedad de frutas, vegetales, granos integrales y grasas saludables. El sueño adecuado es de mínimo 7 a 8 horas.
No aislarse
Hay que buscar apoyo en la familia e involucrarse en actividades sociales. Se debe controlar el estrés; si no es posible, buscar un profesional.
Actividades
La educación permanente es clave. Se puede optar por cursos de inglés, música, tareas ocupacionales, jardinería, cultivar la lectura.
Imagen de portada: Gentileza de El Comercio/Guayaquil/Ecuador.
FUENTE RESPONSABLE: El Comercio- Guayaquil- Ecuador por Elena Paucar (I)
Marian Rojas Estapé. Madrid, 1983. Psiquiatra. Su anterior libro, Cómo hacer que te pasen cosas buenas, fue el más vendido de no ficción en 2019. Ahora acaba de publicar Encuentra tu persona vitamina, que lleva el mismo camino.
No lo tomes a mal, pero lo de ‘tu persona vitamina’ suena a frase para taza.
No fastidies, qué horror. ¿A taza?
Un poco, ¿de verdad hay personas que curan?
Totalmente. En una conferencia en México hace ocho o nueve años estaba hablando de cómo gestionar las emociones y cómo estar con determinadas personas altera tu organismo, tu nivel bioquímico, para mal. Lo que se suele llamar personas tóxicas, aunque no me gusta el concepto. Una persona no es tóxica, es tóxico el efecto que ejerce en ti, así que dejemos de etiquetarlas como tal porque hacen mucho daño. En cualquier caso, todo el mundo te habla de personas así, que si tu pareja, tu jefe, tu suegra… Decidí que había que invertir el enfoque y hablar de personas vitaminas como contraposición a las tóxicas. No por eso de «pon felicidad en tu vida», que es un mantra que me pone muy nerviosa, sino por avanzar en la idea de que también hay gente que tiene el poder de serenarte, tranquilizarte, sacar lo mejor de ti y bajarte los niveles de cortisol [la hormona del estrés]. A partir de ahí, empecé a investigar en el concepto de persona vitamina.
¿Cómo detectar a una?
Son las personas que no te juzgan, que te tratan bien, que te sacan una sonrisa… Persona vitamina es aquella que le pasa algo bueno y lo disfruta incluso más que tú. En todo caso, puedes ser vitamina para mí y tóxico para tu cuñado. Lo que busco en el libro es que cada uno entienda por qué sucede esto. Mi primer libro trataba de cómo gestionarte a ti mismo y éste analiza de qué depende que te relaciones de una forma u otra con las personas de tu entorno. Por qué hay personas que, da igual donde las pongas, generan tensión en el ambiente y todo funciona mal, y otras que te alegran cualquier situación. Esas que en las bodas tienes como comodín para sentar en cualquier mesa. Esas son las personas vitaminas.
¿Tiene base científica este efecto sanador?
Ahí es donde entró la oxitocina en mi vida. Si yo no veo una base científica buena, me da urticaria. Si algo no lo puedo explicar desde la ciencia, no lo cuento. Este libro me costó tres años escribirlo porque tuve que investigar e investigar hasta que mis intuiciones sobre ciertas cosas tuvieron una base científica. En la carrera de Medicina, la oxitocina se limitaba al parto y la lactancia. Ahí se quedaba. Pero estando en plena lactancia de mi tercer hijo, me atracaron, salí huyendo y cuando llamé a mi marido era incapaz de articular palabra, sólo balbuceaba muy nerviosa. Tenía un ataque de pánico y no podía respirar. Llegué a casa, me puse a dar el pecho al bebé y a los cinco minutos estaba tan tranquila. Algo había pasado y empecé a pensar que igual la oxitocina bajaba el cortisol. Investigué y en efecto. Desde entonces he pasado dos años estudiando la oxitocina.
¿Cuál es la mejor manera de generar oxitocina, bebés aparte?
Simplificando, es la hormona de los abrazos. Se produce cuando alguien te presta atención en los momentos de agobio. La escucha activa provoca un subidón de oxitocina instantáneo en el prójimo. Cuando empatizas, activas la oxitocina.
Antes decías que no crees en las personas tóxicas, ¿tampoco en las relaciones?
Es un problema de palabra y no de concepto. El lenguaje tiene un impacto directo en nuestra salud y si uno habla todo el rato de relaciones tóxicas, se lo acaba creyendo. Tus palabras crean tu realidad, tu cerebro se cree que todas esas personas son tóxicas y dispara tu cortisol en cuanto estás cerca de ellas aunque no haya motivo. ¿Hay relaciones tóxicas? Hay relaciones que nos afectan mucho y hacen mucho daño a nuestro organismo. Nos inflaman, nos alteran, nos agotan. Y eso empieza antes de estar físicamente con la otra persona. Tienes una comida con alguien que te produce esa reacción y desde por la mañana estás enfadado, hablas mal a tus hijos, pitas a los otros coches… Eso significa que tu mente, tus relaciones humanas y tu cuerpo han hecho un clic, están profundamente unidos, y mi objetivo es entender por qué sucede y cómo desarticular. ¿Te he convencido un poco, pese a tu escepticismo?
Tu primer libro vendió 350.000 ejemplares y este ya es número 1, así que lo que yo piense da igual. Lo importante es lo que esas ventas de un libro de psiquiatría indican, ¿cuánta gente necesita ayuda?
Es un drama. La primera sorprendida con las ventas del libro anterior fui yo. Me quedé impresionada y, sobre todo, preocupada. Además, cada libro llega ante un problema distinto. Cuando salió el primero, en 2018, era un momento de la historia en el que había un estado de alerta mantenido: pantallas, compra compulsiva, gratificación instantánea, sin tiempo para frenar… La vida iba a una velocidad que nos abrumaba y todo eran síntomas: te tiembla el párpado, se te duerme la mano, se te hincha la tripa, se te inflaman las articulaciones… Y llegó el punto de inflexión, la pandemia.
Y lo cambia todo.
Exacto. Hiperactivo la amígdala, que es la parte del cerebro que se encarga del miedo. La incertidumbre nos hizo perder absolutamente el control, lo que choca de pleno con la que había sido una de las grandes enfermedades del siglo XXI hasta entonces: la necesidad de controlarlo todo. La pandemia nos ha enseñado que no se puede controlar nada, ni si puedes casarte este año, ir de viaje en un mes o a una cena en cinco días. En un momento de la historia donde el primer mundo vivía del control y la planificación absoluta, de golpe no sabemos nada de lo que va a pasar mañana y estamos obligados a vivir el presente. Cada día es una incógnita.
¿Y estamos preparados para ello?
Aprender a vivir en la incertidumbre es complicadísimo. Durante tres meses estuvimos en un estado de alerta generalizado sin vías de escape. En un día normal, tu cortisol tiene picos y valles, pero en un estado de alerta mantenido como aquel se genera cortisol a todas horas. Si me contagio, si mis padres, si los muertos, si el miedo… ¿Cómo se baja el cortisol? Deporte, amigos, reírte, abrazar, naturaleza… Nada que pudiéramos hacer en ese momento. No había una vía de escape durante la pandemia. Y cuando estás intoxicado de cortisol se apaga automáticamente la corteza prefrontal, que es la zona encargada de pensar y tomar decisiones. Cuando tienes miedo, te dejas llevar por la masa sin razonar y toda la sociedad desactivó a la vez la corteza prefrontal. Ahora, aunque ya hayamos vuelto a las calles y la gente, seguimos encontrando siempre un motivo para el miedo: que si las dosis de la vacuna, que si el trombo, que si la variante Delta, que si la enésima ola… Siempre pasa algo. Por eso esto sigue afectando gravemente a nivel físico y psicológico.
¿Volveremos a ser los de antes?
No creo. El mundo sanitario ha salido muy tocado, estoy tratando a muchos profesionales con estrés postraumático, eso por un lado. Luego, por primera vez en la historia moderna, cuando ves a alguien lo primero que mides es el riesgo que supone para ti, antes que el amor que le tienes o las ganas de abrazarla. Ese freno en las relaciones humanas es muy dañino y no creo que recuperemos la normalidad y volvamos a ser como éramos. Algo se nos ha quedado en la cabeza. Llegas un poco tarde a casa y sientes que estás cometiendo una ilegalidad. Soy una mujer casada con cuatro hijos y me siento como cuando salías de adolescente y mentías a tus padres. Ha llegado un punto en el que hasta lo normal te da miedo. No creo que lo perdamos nunca del todo.
¿Qué más secuelas han quedado?
Nos ha dejado muy tocados. Nos ha quitado la ilusión de lo cotidiano, de organizar un viaje, una cena… Eso que se llama felicidad, que es una palabra que evito porque se ha convertido en eslogan, viene por tener ilusiones sencillas todos los días. Cualquier cosa. Y ahora muchas son imposibles.
¿Ha ayudado, al menos, a normalizar hablar sobre salud mental?
Creo que ha aligerado el tabú, que si ahora hablas mismo hablas de que estás mal se te juzga con menos dureza porque se entiende que algo te ha podido pasar para que estés sufriendo: lo has pasado mal, has perdido a alguien, no tienes estabilidad laboral, tienes miedo… Y otra cosa que ha hecho mucho bien es el caso de Simone Biles en los Juegos, porque demasiada gente tiene la sensación de que si eres una persona extremadamente exitosa, todo te va bien: le das a un botón y a ser número 1. Andrés Iniesta, con quien tengo muy buena relación, se deprimió en el mejor momento de su carrera. La vulnerabilidad del ser humano es inmensa y no necesitas un problema tangible para estar mal. Me gustaría que hubiera más campaña y más implementación, por supuesto, pero ahora hay mucha más gente pidiendo ayuda porque se ha sentido profundamente vulnerable.
Con el caso de Biles, hubo una corriente de opinión que consideraba que no era ejemplo de nada.
A lo largo de la historia, y sobre todo en los últimos años que cada vez hay más presión, ha habido muchísimos deportistas de élite que se han roto… pero no lo han dicho. He conocido y tratado a muchísimos que tuvieron que tomar medicación y no estaban bien, pero no lo dijeron públicamente porque era una señal de debilidad mal vista por la sociedad. Lo ocultaban con una lesión física y cosas así. La gente quiere que esos ídolos no les fallen, que sean máquinas perfectas, y eso es un problema porque es falso. Biles tuvo el valor de decirlo y a partir de ahora muchos darán ese mismo paso. La presión a la que están sometidos es tremenda y, sí, es su trabajo, pero eso no inmuniza. Todos los trabajos de mucha exigencia multiplican el riesgo de romperte, sea un futbolista o un cirujano. Eso no te hace peor en él ni quiere decir que no aguanten la presión, porque la mayoría ni nos acercamos a sospechar lo que soportan. Lo que hay que pensar es a qué punto tiene que llegar alguien como Biles, con todas las situaciones extremas a las que se ha enfrentado y superado, para que decida parar.
Dices en el libro que somos una sociedad adicta a las emociones, ¿eso es positivo o negativo?
Es un hecho, sin más. Nos hemos convertido en una sociedad con drogodependencia emocional: una emoción y otra y otra. Eso provoca chispazos de dopamina y placer, pero a la larga genera un gran bajón y un gran vacío en tu vida. Vives a base de emociones instantáneas, quiero esto, lo compro, lo miro, lo encargo, lo tengo y ahora necesito más. Y, luego, cuando luego tienes que profundizar en un tema, no puedes, porque has descuidado el desarrollo de la corteza prefrontal que es la que se encarga de la atención, la concentración, tomar buenas decisiones y tener la fuerza de voluntad para posponer las recompensas. Es la primera vez en la historia en que los jóvenes son menos inteligentes que la generación anterior, y lo son porque su corteza prefrontal es adicta a experiencias vibrantes. Por eso les pides que lean un texto entero o que tengan una conversación profunda y no pueden. Esa profundización requiere salir de la gratificación instantánea y, como no aporta emoción, no lo hacen. Lees un titular y no lees la noticia, mandas un whatsapp y te ahorras una conversación, miras Instagram y te das por enterado sobre la otra persona…Otra consecuencia: es la primera vez en la historia en que la gente tiene más facilidad para hablar de sexo que para hablar de amor.
Bueno, eso no es malo.
No, pero demuestra que ahora el tabú es sentimental. El otro día una paciente se escandalizaba porque llevaba un año con su novio y él pretendía que conociese a sus padres. ¡Un año y le parecía pronto! La quería ver hace 15 años (risas).
¿Las aplicaciones tipo Tinder son la solución o problema?
Cuando tu acudes a Tinder puedes hacerlo buscando pareja, buscando sexo, porque estás solo, porque estás triste y quieres que alguien te toque y te haga caso… La sensación de abandono y fragilidad que crea la soledad en mucha gente es enorme. El problema, y es algo que me perturba profundamente, es que en estas aplicaciones te eligen por la imagen. Por mucho que te maquees para la foto, eres como eres. Nos hemos hartado a decir lo importante que es acabar con esa obsesión por lo físico, pero las aplicaciones que ahora mismo definen la vida sentimental de millones de personas lo hacen sólo en función de una imagen. Una foto lo decide todo. Eso está generando un vértigo tremendo en mucha gente, porque muy pocos pasamos ese filtro. El ghosting, por ejemplo, esa gente que queda una vez contigo y desaparece sin dar explicaciones, es muy habitual y un golpe tremendo para la autoestima. Dejas de tratar a las personas como tales, son objetos, meros inputs o emociones momentáneas. Se crean traumas nuevos y el número de gente que sufre debido a Tinder es muy superior al de gente a la que le sale bien.
Como padre agonías que soy, me estás inquietando.
Pues tengo más. Otro asunto muy preocupante es la hipersexualización de las niñas en la sociedad actual. Visten de una forma muy provocativa hasta con nueve, diez o 12 años y no es que yo sea una puritana, pero quemar etapas antes de tiempo es muy peligroso para el desarrollo del ser humano. En todo, eh. Lo mismo con la niña de nueve años que se mueve como una de 17 que con la de dos años que pretendemos que conozca diez idiomas. Todos los psiquiatras, psicólogos y médicos sabemos que para llegar lo más sanos posibles a la edad adulta es muy importante haber vivido las etapas cada una en su momento. Cualquier padre que lea estas líneas sabe a qué me refiero y el vértigo que sentimos a veces. La sociedad se ha acelerado y pocas cosas funcionan mejor para el cerebro que ir despacio.
Hablabas antes del vértigo ante la soledad. ¿El confinamiento nos ha enseñado a llevarla mejor?
No, al contrario, nos ha hecho más conscientes de ella. Ahora mismo, el gran drama del primer mundo es la soledad. La gente se siente profundamente sola. Ya no es, como era antes, la soledad de los ancianos en las residencias. Es el chaval de 15 años que palía su soledad en las redes, el joven de 25 que no tiene pareja ni trabajo estable y se encuentra perdido, el de 30 que ha tenido hijos y le sobrepasa completamente la conciliación… Hay una sensación de soledad enorme, mucha gente ha vivido como un drama estarlo durante la pandemia y ahora se obsesiona con que no le vuelva a pasar. Hay una soledad elegida que ayuda al crecimiento personal y se vive de forma sana, pero cuando has estado solo encerrado en tu casa, la mayoría de la gente ha sufrido muchísimo.
Antes eras muy crítica con las pantallas, ¿te ha cambiado la pandemia la perspectiva?
Es evidente que las pantallas han ayudado muchísimo a superar esta época. Sin ellas, sin videoconferencias, series, películas, etc., hubiese sido aún más terrible. Pero ahora se multiplica el problema. Nos hemos enganchado todavía más, sobre todo los jóvenes que han vivido año y pico online: los amigos, las clases, el ocio… Todo en la pantalla. Y como son muy adictivas, salir de eso y volver a conectar con las relaciones humanas reales va a ser super complicado. Hemos sido fantasmas por las calles durante meses, ni una cara ni una sonrisa, y ahora tenemos que perder el miedo a reconectar. No va a ser fácil.
Imagen de portada: Gentileza de Bernardo Díaz
FUENTE RESPONSABLE: El Mundo – La entrevista final por Iñako Díaz-Guerra @InakoDiazGuerra – Madrid- España.
Introducción: Me he atrevido a realizar una pequeña introducción en este título que tanto -creo- nos preocupa a todos, porque me aterroriza lo que está sucediendo en mi país y seguramente en muchos otros en el mundo. Creemos que por haber tenido una o dos dosis de vacunas meramente experimentales-Moderna;Pfizer;Sputnik;Sinopharm;etc.- estamos inmunizados y nos podemos dar el placer de relajarnos. Así me han sorprendido las medidas de flexibilización–relajación- adoptadas tanto en la ciudad de Buenos Aires, como a nivel nacional. Estás medidas que fueron desde el inicio de la pandemia, prenda de ataques del oficialismo y la oposición por más que mediáticamente se haya intentado maquillar, criticando recíprocamente lo que la ciudad adoptaba como medidas sanitarias o así la provincia de Buenos Aires (que aglutina aproximadamente a una población de 16,7 millones (2015) de habitantes, en su mayoría clase media baja, baja e indigentes). “La vida versus la economía” fueron los estandartes de unos y otros. Privó al inicio la cordura y se fumó la pipa de la paz; adoptando y aplicando medidas conjuntas. Pero eso ya es historia; desde hace tiempo. Más anteriormente a las últimas elecciones PASO, para determinar las elecciones legislativas del mes de noviembre – que se realizaron este mes con el menor porcentaje de concurrencia de la historia. Mi hermana falleció el año pasado por el COVID, a pesar de que había sido hospitalizada por otra enfermedad; este año tambien un amigo con neumonía bilateral se fue de vacaciones. Quien escribe se contagió el pasado año. Millones de argentinos se contagiaron y decenas de miles fallecieron.
Ahora se eliminan las restricciones y el libre albedrío prosperará entre la población (Señaló las medidas publicadas por el períodico Página 12), la que está absolutamente dividida no solo políticamente, sino por llevar o no barbijo más seguir con las medidas de prevención.
En mi caso; como digo siempre prefiere perder una batalla pero no la guerra. Así que voy a promocionar el NO relajamiento de las medidas de prevención, considerando que la ciencia hasta el momento ha afirmado que las vacunas -vuelvo a reiterar, experimentales- protegen al individuo entre 6 y 9 meses.
Les doy a conocer las medidas que han salido publicadas y quien lo desee; comentame si esta aberrante decisión se ha tomado en tu país y que repercusión ha tenido.
Muchas gracias. Saludos de luz.
Tapabocas, reuniones, discotecas y fiestas
📌 Se levanta la obligatoriedad de uso de tapabocas al aire libre cuando se esté circulando en forma individual y cuando no haya aglomerado de personas. Continúa siendo obligatorio su uso en lugares cerrados (aulas, cine, teatro, ámbitos de trabajo, transporte público, espectáculos y eventos masivos) y al aire libre cuando haya aglomerados de personas. «Recomendamos su uso en todas las actividades donde haya gente alrededor incluso al aire libre cuando estamos reunidos con personas», remarcó Vizzotti.
Reuniones sociales sin límites de personas cumpliendo las medidas de prevención, tapabocas, distancia y ventilación. Tanto en el espacio público como en los domicilios.
📌Aforo del 100 por ciento en actividades económicas, industriales, comerciales, de servicios, religiosas, culturales, deportivas, recreativas y sociales en lugares cerrados manteniendo las medidas de prevención, tapaboca, distancia y ventilación.
📌Autorización de viajes de jubilados y jubiladas y de egresados, con protocolos específicos para esta actividad.
📌Autorización de discotecas con aforo del 50 por ciento, con esquema completo de vacuna (14 días previos al evento). «Esta es la situación de mayor riesgo de brote, teniendo en cuenta la variante delta», aclaró la ministra.
📌 Los salones de fiestas, bailes o actividades similares quedan habilitados para personas que acrediten esquema completo de vacunación (14 días previos al evento) o quienes tengan una dosis más un test diagnóstico (PCR o Antígeno) negativo dentro de las 48 horas previas al evento. «Habrá un protocolo especial para las fiestas de 15 o para menores de 17 años mientras avance la vacunación en los y las adolescentes», aclaró Vizzotti.
📌Se autorizan los eventos masivos de más de 1.000 personas. A partir del 1° de octubre se habilitan con aforo del 50 por ciento y con un protocolo específico que se realizará con todos los actores involucrados.
Apertura de fronteras
La ministra presentó un esquema de apertura gradual y cuidada de fronteras, con fechas estimadas, que deberán ser confirmadas con Migraciones, la ANAC y otras autoridades.
📌24 de septiembre: eliminación del aislamiento a argentinos, residentes y extranjeros que vengan por trabajo y estén autorizados por la autoridad migratoria.
📌1° de Octubre: autorización ingreso de extranjeros de países limítrofes sin aislamiento. Apertura de fronteras terrestres a pedido de gobernadores (con corredores seguros aprobados por la autoridad sanitaria con cupo definido por la capacidad de cada jurisdicción).
📌 Entre el 1° de octubre y 1° de noviembre incremento del cupo de ingreso progresivo en todos los corredores seguros, aeropuertos, puertos y terrestres.
📌1° de noviembre se autoriza ingreso de todos los extranjeros
Para ingresar al país se solicitará:
-Esquema de vacunación completo, con fecha de última aplicación por lo menos 14 días previos al arribo al país.
-Test de PCR negativa en las 72 horas previas al embarque, o antígeno en el punto de ingreso hasta que defina la autoridad sanitaria.
-Test de PCR al día 5 a 7 del arribo hasta que lo defina la autoridad sanitaria.
Aquellas personas que no presenten esquema de vacunación completo incluyendo los menores deberán realizar cuarentena, test de antígeno al ingreso y test PCR al día 7.
Al momento de alcanzar el 50 por ciento de la población completamente vacunada se dejará de realizar test de antígeno al ingreso (salvo los no vacunados) y PCR al día 5-7 y se podrá levantar el cupo. Ya que de esta manera se minimiza el impacto del aumento de hospitalizaciones y muertes.
“Estas nuevas aperturas son posibles en base a un esfuerzo enorme que hizo la República Argentina y nuestro gobierno. Los resultados nos hablan de una situación en la que podemos seguir profundizando la flexibilización de medidas de cuidado”, sostuvo el jefe de Gabinete, quien remarcó que el país seguirá avanzando hacia la eliminación de restricciones siempre y cuando las medidas sanitarias acompañen.
FUENTE: Página 12
Disculpas; ahora vayamos al título de la entrada.
Lo aprendido con el COVID-19 cambiará tanto el mundo en 20 años como los antibióticos aparecieron en el siglo XX.
Si deseas profundizar sobre este interesante tema, cliquea por favor en aquello que observes subrayado o “en negrita”. Muchas gracias.
La tecnología que está detrás de las vacunas ARNm, que Moderna y BioNTech- Pfizer han diseñado para combatir el COVID-19, nos está dando algunas noticias esperanzadoras en el campo de la biomedicina.
En primer lugar, BioNTech, la empresa alemana que colabora con Pfizer en una de las vacunas de la COVID-19, ha anunciado ensayosen humanos para vacunas contra el cáncer utilizando tecnología de ARNm o ARN mensajero. Moderna, por su parte,ha presentado datos preclínicosa propósito de una vacuna respiratoria 3 en 1: además de proteger contra el COVID-19, también lo haría contra la gripe y el virus sincicial respiratorio (VSR), un virus muy común que ocasiona síntomas leves similares a los del resfriado.
Cambio de las reglas del juego
La pandemia ha supuesto un espaldarazo para la ciencia y la investigación médica y, particularmente, para la tecnología ARN mensajero. Esta tecnología, empleada en las vacunas de Pfizer y Moderna, puede que en poco tiempo cambie las reglas del juego para muchas otras enfermedades.
Esto es posible gracias a la versatilidad de las plataformas de ARNm, que son más rápidas y fáciles de usar que las que subyacen a la fabricación basada en proteínas de las vacunas tradicionales. Y, si bien es aún prematuro hacer cualquier tipo de predicción, algunos,como el periodista científico Derek Thompson, sugieren que la tecnología de ARNm podría hacerlo que la Guerra Fría hizo por el microchip.O que en apenas veinte años, cambiará la sociedad de la misma forma en que los antibióticos cambian el siglo XX.
Las vacunas de ARNmson un nuevo tipo de vacunasque protegen contra enfermedades infecciosas, pero a diferencias de las tradicionales, a fin de despertar la respuesta inmunitaria, no inyecta el germen atenuado o inactivado en nuestros organismos. En lugar de eso, las vacunas de ARNm enseñan a nuestras células a producir una proteína que desencadena una respuesta inmunitaria dentro de nuestro organismo. Esa respuesta inmunitaria, que produce anticuerpos, es la que nos protege de infecciones si el virus real ingresa a nuestros organismos. De alguna manera, pues, estas vacunas enseñan usan el código de nuestro cuerpo para fabricar sus propias defensas.
Así, las vacunas de ARNm no contienen el virus vivo que causa el COVID-19. Tampoco afectan nuestro ADN ni interactúan con él de ninguna forma. El ARNm nunca penetra al núcleo celular, que es donde está nuestro ADN. La célula se descompone y se deshace del ARNm al poco tiempo de haber terminado de usar sus instrucciones.
El fin de los virus respiratorios
Moderna, animado por el éxito de su vacuna COVID-19, empezó hace poco una fase 1/2 de ensayos de su inyección basada en ARNm para la gripe estacional, dirigida a cuatro cepas diferentes. Finalmenteha anunciadodatos preclínicos positivos para una sola inyección que combina las vacunas contra el COVID-19, el virus sincicial respiratorio (VSR) y la gripe. Es decir, que han logrado combinar 6 ARNm contra 3 virus respiratorios diferentes en una vacuna única: refuerzo COVID-19 + refuerzo VSR + refuerzo contra la gripe.
El virus sincicial respiratorio (VSR), un virus muy común que ocasiona síntomas leves similares a los del resfriado pero que resulta peligroso en bebés. La ribavirina es el único medicamento antiviral autorizado actualmente para el tratamiento del VSR en niños, aunque su uso sigue siendo controvertido.La gripe estacional mata a más de medio millón de personas al año. Y coronavirus SARS-CoV-2, responsable de la enfermedad COVID-19, avanza por todo el planeta sumando más de 4,6 millones de fallecidos (sólo en Estados Unidos,una de cada 500 personas ya ha muerto por esta causa).
Así pues, losdatos preclínicos positivosde Moderna, que muestran que han combinado con éxito los ARNm contra la variante COVID actual, el virus sincitial respiratorio y cuatro cepas de gripe en una sola inyección, son noticias más que esperanzadoras para la humanidad.
Combinar diferentes vacunas no es algo raro y novedoso. Los bebés reciben vacunas MMRque mezclan el sarampión, las paperas y la rubéola. También recibenvacunas DPTpara la difteria, la tos ferina y el tétanos, mientras que la vacuna anual contra la gripe es en realidad una mezcla de cuatro cepas diferentes del virus de la gripe.
Sin embargo, las vacunas actuales contra la gripe solo ofrecenalrededor del 40% al 60% de eficacia,algo que podría cambiar a mejor gracias a la tecnología ARNm. Además, la gripe es un candidato perfecto para esta tecnología, porque si bien el virus cambia rápidamente, las vacunas de ARNm se pueden desarrollar muy rápidamente, lo que significa que los fabricantes pueden alterar rápidamente sus vacunas si la predicción anual de la cepa que probablemente circulará en la temporada siguiente resulta ser incorrecta. Otra ventaja de las vacunas de ARNm es su capacidad de combinar diferentes antígenos para proteger contra múltiples virus. La versatilidad y rapidez de la tecnología ARNm, pues, no tiene paragón.
Por ello, la plataforma de ARNm, potencialmente, permitiría fabricar vacunas contra todo, desde enfermedades infecciosas hasta enfermedades cardíacas e incluso cáncer.
Una célula cancerosa solo es una célula averiada, y todos empezamos a tener células averiadas al poco de nacer. Cada vez que aparece una célula averiada se pone en marcha nuestro sistema inmunitario, que se encarga de identificar y eliminar. Cuando nos diagnostican cáncer, la situación ha alcanzado tal punto que las células averiadas ya son muchas y se están multiplicando descontroladamente. Y eso explica por qué podemos llamarlo «vacuna» y no tratamiento contra el cáncer.
Esta potencial vacuna se administraría a personas que ya tienen cáncer en lugar de prevenir el cáncer, pero funciona creando una respuesta inmunitaria contra las células cancerosas, entendiendo el cáncer como un proceso continuo más que un patógeno. Con todo, dependiendo del tipo de cáncer, podría ser posible crear vacunas preventivas para personas con riesgo a desarrollar ciertos tipos de cáncer (por ejemplo, las personas con una mutación BRCA2 tienen un alto riesgo de desarrollar cáncer de mama).
El ARN mensajero tiene muchas ventajas para combatir el cáncer, de nuevo por su versatilidad y capacidad de desarrollar vacunas personalizadas para mutaciones concretas del tumor de cada paciente. Por otra parte, el ARN mensajero puede utilizarse para que nuestras células produzcan proteínas inmunoestimuladoras o queinhiban los puntos de control inmunitariosde manera que el tumor ya no pueda pasar desapercibido en un diagnóstico.
Esta idea no es nueva, porque hace más de cien años que se intenta abordar el cáncer a través de la vacunación. No obstante, estos primeros intentos en los que se inyectaban células del propio tumor del paciente no tuvieron éxito en su mayor parte. Desde entonces, se ha seguido trabajando incansablemente en el desarrollo de terapias que permitan usar el sistema inmune contra los tumores, y hace alrededor de veinte añosempezaron los primeros ensayos clínicos con ARN mensajero.Tras la pandemia, sin embargo, se han invertido tantos recursos que todo el conocimiento adquirido permite aplicarse a nuevos objetivos que hasta ahora no estaban en el horizonte de nadie. La pandemia nos proporcionó cantidades masivas de datos que normalmente no podrían haberse obtenido.
Por si no fueran suficientes noticias esperanzadoras, la tecnología ARNm todavía tiene que darnos muchas más sorpresas.BioNTech también ha anunciado hace unas semanasque está preparando una vacuna contra una de las enfermedades más mortíferas del mundo: la malaria. Y, actualmente, hay en marcha más de 200 ensayos clínicospara desarrollar vacunas con esta tecnología.
Por consiguiente, todo lo malo que nos ha traído el COVID-19 también ha implicado una mayor inversión de recursos y una enorme adquisición de nuevos conocimientos, de nuevas ideas, que finalmente nos puede permitir dar un salto cuántico en el tratamiento de muchas de las dolencias que llevan siglos, incluso milenios, acompañándonos.
Imagen de portada: Gentileza de XALAKA
FUENTE: XALAKA por Sergio Parra /Medicina/Investigación/Salud/Virus/COVID19/Vacunas/Sociedad.
El inquietante dato de Unicef sobre la mala alimentación de los niños tras la pandemia
«Durante este año y medio de pandemia, ha sido mucho más difícil para las familias comer sano. Madres y padres perdieron sus ingresos y los precios de los alimentos subieron», dijo Jean Gough, directora de Unicef para América Latina y el Caribe.
Tres de cada diez niños y adolescentes viven con sobrepeso en América Latina y el Caribe, en medio de una crisis generada por la pandemia de coronavirus, que amenaza con empeorar la alimentación de los menores, advirtió hoy el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
«En los últimos años, cada vez más niños, niñas y adolescentes tienen sobrepeso en América Latina y el Caribe», señaló Unicef en un comunicado, reproducido por la agencia de noticias AFP.
«Actualmente, se estima que al menos tres de cada diez niños» entre los 5 y 19 años «viven con sobrepeso en la región», agregó Unicef, con sede en Panamá para América Latina y el Caribe.
Según esta agencia de las Naciones Unidas, las causas de la obesidad infantil se producen por la falta de actividad física y el consumo de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas, que son de fácil acceso, bajo costo y alta promoción en medios masivos de comunicación.
Unicef también advierte que durante la pandemia se ha intensificado el problema con el acceso limitado a una alimentación saludable y una menor capacidad adquisitiva, agregó AFP.
«Durante este año y medio de pandemia, ha sido mucho más difícil para las familias comer sano. Madres y padres perdieron sus ingresos y los precios de los alimentos subieron», dijo Jean Gough, directora de Unicef para América Latina y el Caribe.
«Además, con el cierre de las escuelas, muchos niños y niñas dejaron de recibir alimentación escolar y se limitaron las opciones y espacios para realizar actividad física. Antes de la Covid-19 prevenir la obesidad era imprescindible y ahora es más urgente que nunca», agregó Gough.
Unicef instó a los países de la región a fortalecer e implementar leyes y marcos normativos para garantizar la calidad de la alimentación en los hogares y escuelas.
También pidió incentivar la recuperación de los programas de alimentación escolar, el acceso a alimentos más saludables para las familias y promover más espacios e iniciativas para la actividad física.
«El contexto de la Covid-19 representa una ventana de oportunidad para prevenir el sobrepeso desde la primera infancia y para toda la vida. Hoy en día es posible que cada niño y niña en América Latina y el Caribe crezca con alimentos saludables, pero solo si unimos nuestras fuerzas», indicó Gough.