El hombre que convirtió a Perú en el mayor exportador de una fruta que apenas existía en el país.

Hasta hace pocos años, Perú apenas producía arándanos.

Hoy, es es el mayor exportador del mundo y empresas agropecuarias de todo el planeta invierten en el país para sumarse a un boom para el que no se atisba un final.

«Cuando empezamos apenas se producían y hoy Perú se ha convertido en la meca de los arándanos», le dice a BBC Mundo Carlos Gereda, fundador de la compañía Inka ‘s Berries y referente en la producción de estos frutos en el país sudamericano.

Él fue el pionero, el primero en detectar el potencial de su país como superficie de cultivo de un fruto que no se daba en él y lanzarse a explotarlo. Es el gran artífice de la explosión de los últimos años.

Esta es su historia.

Todo empezó en Chile

Desde su despacho en una torre de oficinas del distrito limeño de Magdalena del Mar, Gereda recuerda que su proyecto comenzó en 2002, tras un viaje de unos amigos de su padre a Chile, precisamente el país al que Perú ha acabado desbancando en el mercado regional.

«Yo estudiaba entonces Ingeniería y Gestión Empresarial, pero era agricultor de corazón, porque mis padres eran agricultores en Chincha, y mi padre descubrió por unos amigos que habían viajado a Chile el éxito que tenía la industria del arándano allí», cuenta.

Tras viajar él mismo a Chile para verlo con sus propios ojos, Gereda se embarcó en una aventura en la que no muchos creían. «La literatura decía que en Perú no se podían producir arándanos porque no hay suficientes horas-frío», recuerda.

En agricultura se conoce como hora-frío a las horas en las que la temperatura no supera los 7 grados centígrados. En Perú, eso solo sucede en zonas de la sierra andina, pero producir allí no era una opción.

«La logística allí es muy difícil, porque es una zona muy agreste y tiene poco acceso», explica Gereda.

«Las grandes empresas agrícolas están en la costa, y sabía que para ser rentable nuestra industria debía ser capaz de producir ahí».

Pero la árida costa peruana, un desierto en su mayor parte, no invitaba al optimismo.

Cultivo de arándanos peruano visto desde el aire.

FUENTE DE LA IMAGEN, CORTESÍA.. El desafío era que el arándano creciera en la desértica costa peruana.

Comenzó entonces la búsqueda de una variante de la planta que se pudiera producir en el ambiente templado del litoral peruano.

Había que encontrar una variedad de arbusto del género Vaccinium, las plantas de las que se obtienen los arándanos, capaz de reproducirse y producir en el seco e inhóspito ambiente en el que Gereda soñaba instalar su negocio.

«En 2006 empecé a buscar plantas para traer a Perú, pero me encontré con la sorpresa de que había que pedirlas a Estados Unidos o Chile y demoraban entre dos o tres años en llegar, además de que tenían un costo muy alto».

Arándanos

FUENTE DE LA IMAGEN, ROSS WOODHALL / GETTY. Gereda probó con 14 variedades de plantas para lograr producir arándanos en Perú.

Convencido de que su proyecto requería producir las plantas en Perú, Gereda se hizo con más de 10.000 plantas de 14 variedades diferentes en Chile para probarlas en Perú.

Inició entonces un proyecto en colaboración con el Instituto de Biotecnología (IBT) de la Universidad Nacional Agraria La Molina para clonarlas in vitro por reproducción meristemática, un método que permite la creación de nuevas plantas a partir de un tejido vegetal llamado meristemo.

Es un procedimiento que se ha hecho habitual en las últimas décadas para obtener cultivos más sanos o con características específicas.

Se abrieron así dos caminos paralelos. Mientras Gereda probaba las 14 variedades chilenas en los terrenos de su familia en Chincha, los científicos del IBT buscaban en el laboratorio la forma de propagarlas in vitro.

En 2008, llegó el ansiado eureka. «Los científicos del IBT nos informaron de que habían dado con el modo de reproducirlas in vitro y yo por mi cuenta había comprobado que cuatro de las 14 variedades chilenas funcionaban bien».

Al año siguiente, fundó su empresa y empezó a proveer a cuatro compañías agropecuarias que comenzaron a producir arándanos con sus plantas y acabaron comprobando que los mejores resultados se alcanzaban con la variedad Biloxi, una de las cuatro chilenas, que ha sido el motor de la revolución del arándano peruano en los últimos años.

«Para que Perú se convirtiera en un jugador en el mercado mundial era imprescindible tener fruta entre finales de agosto e inicios de diciembre, porque en esas fechas nadie más la tiene en el mundo, y en eso brilló la variedad Biloxi», explica Gereda.

Los arándanos y Perú, hoy

Hoy, Inka ‘s Berries, la compañía fundada por Gereda, ha crecido significativamente.

Produce las plantas con las que abastece a los principales actores de la agroexportación peruana, pero también sus propias cosechas de arándanos, que envía al mercado europeo, principalmente a Alemania.

Tiene cultivos en cuatro puntos del país, con 2.000 hectáreas de superficie cultivada y 600 empleados fijos que pueden llegar a ser 3.000 cuando empieza la campaña.

Tres trabajadoras en un campo de arándanos en Perú.

FUENTE DE LA IMAGEN, CORTESÍA. La empresa que fundó Carlos Gereda tiene hoy 600 empleados fijos.

Otros muchos siguieron su estela.

Perú se convirtió en un imán para el capital extranjero que busca invertir en la producción de arándanos, y compañías de Estados Unidos, Australia, España y otros países se han instalado en los terrenos en los que nadie antes de Carlos pensó que allí podían crecer.

La competencia ahora es tal que ha hecho caer el precio del kilo de arándano hasta mínimos históricos en el país.

Y lo que un día fue un inconveniente, el clima templado del litoral peruano, se ha convertido en una ventaja diferencial, ya que Perú puede seguir produciendo en los meses de verano, en los que sus competidores chilenos no pueden por las altas temperaturas que se alcanzan en su país.

Con más de 261.000 toneladas anuales, Perú se ha convertido así en el tercer productor mundial, solo por detrás de China y Estados Unidos, y en el mayor exportador, con Estados Unidos como su principal cliente.

Según el último informe anual de la Organización Internacional del Arándano (IBO, por sus siglas en inglés), Perú ingresó más de US$1.200 millones en 2021 por sus exportaciones de este pequeño fruto.

Aunque las previsiones son las de que se mantenga el aumento de la producción, los últimos meses no han sido fáciles para quienes, como Gereda, viven del arándano en Perú, debido al conflicto político suscitado tras la caída del expresidente Pedro Castillo y las protestas contra el gobierno de su sucesora, Dina Boluarte.

«La industria ha sido muy golpeada porque muchos campos han tenido que parar sus labores de exportación. Estoy de acuerdo en que todos tienen el derecho a protestar, pero los demás tambien tienen el derecho a trabajar y llevarles comida a sus hijos», afirma.

Para Gereda, el éxito de su negocio es mucho más que un mero proyecto empresarial. «Una de las grandes satisfacciones que tengo en la vida es la de haber contribuido al comienzo de esta industria».

Imagen de portada: CORTESÍA. Carlos Gereda fue pionero en percibir el potencial de Perú como productor de arándanos.

FUENTE RESPONSABLE: Guillermo D. Olmo; Corresponsal de BBC News Mundo en Perú. 2 de marzo 2023.

Sociedad y Cultura/Perú/Economía/América Latina/Agricultura/ Ciencia/Alimentación.

El misterio de Caral: la ciudad más antigua del continente americano, construida hace 5.000 años. 

Al norte del Perú, se encuentran los vestigios de la civilización más antigua que erigió monumentos en América. Su cuidad sagrada fue Caral: la más vieja del continente.

Existe la idea de que la cuna de las civilizaciones viejas está en Mesopotamia, hace más de tres milenios. Sin embargo, en América ya se estaban sentando las bases de un pueblo un poco más antiguo. Al norte del Perú, en la región central y occidental de América Latina, una ciudad sagrada con organización política y social ya existía 2 mil años antes. Detrás de decenas de templos y complejos habitacionales estuvieron los habitantes de Caral, la ciudad más antigua del continente.

En la actualidad, sólo quedan ruinas de la ciudad sagrada de Caral, el pueblo que recibe el mismo nombre que su capital. Los vestigios más antiguos, según el Ministerio de Cultura del Perú, están datados de hace aproximadamente 5 milenios. Por la distancia histórica que nos separa de la fundación de esta urbe, los arqueólogos peruanos la describen como uno de «focos originarios de cultura en el mundo«. Ésta es su historia.

Las primeras pirámides que se elevaron sobre los Andes

Imágenes satelitales Maxar del sitio arqueológico de Caral, Perú. / GETTY IMAGES

El sitio arqueológico de Caral se ha investigado durante, al menos, treinta años. En ese espacio de tiempo, los arqueólogos han desenterrado edificios de talla monumental en forma de pirámides. Posiblemente, las primeras que se construyeron en los Andes. Éste fue el centro de la vida en la ciudad sagrada, ya que ahí se celebraban los eventos ceremoniales, políticos y sociales por igual.

Así también, las pirámides fueron el símbolo del poderío económico y militar de Caral. Ahí era donde los curacas, o los líderes religiosos del pueblo, llevaban a cabo las fiestas más importantes a lo largo del año. Cada una estaba alineada al ciclo calendárico que, según el Ministerio de Cultura local, emulaba los ciclos de la naturaleza.

Emplazado en una meseta desértica que bordea al valle del río Supe,  y se ubica temporalmente hacia el periodo arcaico tardío de los Andes Centrales. En total, se han registrado 6 estructuras piramidales, que «atestigua el grado de desarrollo y complejidad alcanzado por la civilización de Caral», según la describió la UNESCO.

Estas estructuras religiosas arrojan luz sobre las complejas funciones ceremoniales que se llevaron a cabo en la ciudad sagrada. No sólo eso: de una sólida ideología religiosa, y de la tecnología precisa que se necesitó para construirlas.

Ciudad Caral: la cabeza de una red de civilizaciones antiguas

Ruinas en el sitio de Caral. | Crédito: Aaron Heredia/NurPhoto via Getty Images

Previo al descubrimiento de las pirámides en Caral, los historiadores y arqueólogos pensaban que en la región de los Andes sólo se había desarrollado la agricultura de algunos tubérculos. Esta concepción errónea cambió tras el Proyecto Especial Arqueológico Caral – Supe (PEACS) que, en 1994, desveló la grandeza de la ciudad sagrada —la más antigua del continente.

No fue hasta 2009 que Caral fue catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO:

«La ciudad, excepcionalmente bien preservada, es impresionante por la concepción y complejidad de sus elementos arquitectónicos y espaciales, sobre todo las plataformas monumentales de piedra y tierra y los patios circulares bajos», según la describe la institución.

Wikimedia Commons

Después de los resultados que arrojó el PEACS, los investigadores determinaron que éste fue el origen de los demás pueblos que lograron desarrollarse en la región norcentral andina. Se sabe que los curacas —o principales, como se ha traducido al español— rigieron la zona con la misma tradición. Por ello, estas civilizaciones también se alinearon a las creencias y usanzas de Caral:

  • Áspero
  • Allpacoto
  • Miraya
  • Kotosh
  • La Galgada

La religión les mantuvo unidos como medio de cohesión y coerción, según lo describió r la Dr. Ruth Shady, lideresa del proyecto original. Con lo anterior, se asume que Caral fue la cabeza de todas esta red de civilizaciones antiguas. En la actualidad, se le tiene como un sitio arqueológico de calidad ‘excepcional’, de acuerdo con el Ministerio de Cultura del Perú.

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Valores de la civilización Caral para el Perú y el mundo

Imagen de portada:  ZONA ARQUEOLÓGICA CARAL

FUENTE RESPONSABLE: National Geographic en Español. Por

Sociedad y Cultura/Arqueología/Historia/América Latina/Ciudades abandonadas/Perú.

Las remotas ruinas incas que ‘rivalizan’ con las del Machu Picchu.

Una caminata en lo alto de los Andes peruanos revela deslumbrantes edificios antiguos, vistas estelares y un misterioso arte basado en llamas.

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Las llamas parecen estar pastando por todas partes en las montañas de Perú, pero ninguna es tan memorable como el rebaño que atesora el conjunto de Choquequirao, un extenso complejo arqueológico precolombino en el sur de los Andes peruanos. Aquí, las rocas blancas incrustadas en las paredes de las terrazas de piedra de esquisto gris representan dos docenas de llamas, que impresionan tanto a los turistas como a los arqueólogos.

«No hay nada igual en los Andes»: El arte rupestre incrustado en las terrazas de piedra de Choquequirao representa un desfile de llamas.FOTOGRAFÍA DE VICTOR ZEA DIAZ, NATIONAL GEOGRAPHIC.

«No hay nada parecido en los Andes. Fue una innovación artística anterior al siglo XVI y nunca más se repitió», dice Gori-Tumi Echevarría, especializado en arte rupestre prehistórico y que ha trabajado en el sitio desde que las llamas fueron desenterradas en 2005.

Choquequirao, o Choque para los locales, es un primo del más visitado Machu Picchu. Construido por los incas, incluye salas ceremoniales, cámaras que en su día albergaron momias, intrincadas terrazas de cultivo y cientos de edificios en los que trabajaban y vivían los pueblos antiguos. Las llamas (en perpetua procesión hacia la plaza central de las ruinas, donde sus parientes reales habrían sido sacrificados) son la atracción estrella.

La ruta hacia Choquequirao, de 3000 metros de altura, no es apta para pusilánimes. La mayoría de los excursionistas tardan dos o tres días en ir y volver, a lo largo de un sendero de 62 kilómetros que a menudo abraza la ladera del acantilado mientras el río Apurímac corre por debajo. La ruta está salpicada de rocas y de ramas espinosas.

Un arriero y sus caballos en el camino a Choquequirao.

Un arriero y sus caballos en el camino a Choquequirao. Mientras que muchos viajeros recorren a pie la ruta de 62 kilómetros a gran altitud hacia y desde las ruinas, otros montan en animales de carga durante parte o todo el trayecto. FOTOGRAFÍA DE VICTOR ZEA DIAZ, NATIONAL GEOGRAPHIC

Los gruesos muros de piedra y la construcción en terrazas caracterizan el asentamiento de Choquequirao, que los estudiosos creen que los incas construyeron en los siglos XV y XVI. FOTOGRAFÍA DE VICTOR ZEA DIAZ, NATIONAL GEOGRAPHIC

Pero cada dedo del pie que se golpea y cada brazo que se araña merece la pena por las vistas de los Andes nevados, los impresionantes pastos y las enigmáticas estructuras del camino.

A Choquequirao sólo se puede acceder a pie (con personas o con mulas). Esto podría cambiar si las autoridades peruanas aceptan una propuesta de 2011 para crear un teleférico que lleve a los visitantes a la base de las ruinas. Sus defensores afirman que el teleférico aumentaría el turismo (y aportaría ingresos) sin detener a los excursionistas en el proceso. Los opositores sostienen que el teleférico no sólo estropearía Choquequirao, sino que también podría hacer que todo el complejo se derrumbara.

Por el momento, la lejanía del lugar y la dificultad para llegar a sus ruinas hacen que conserve un carácter mágico y mítico. Pero, ¿el progreso cambiará todo eso?

Una «cuna de oro» mítica

Choquequirao, traducido como «cuna de oro» en la lengua quechua indígena de Perú, se encuentra en una ruta utilizada por los pueblos precolombinos para desplazarse entre las cumbres andinas y las tierras bajas de la selva. Tanto este lugar como Machu Picchu (43 kilómetros al noreste) fueron cartografiados en la década de 1910 por el explorador estadounidense Hiram Bingham, que dirigió cuatro expediciones a la zona patrocinadas por la Universidad de Yale y la National Geographic Society.

FOTOGRAFÍA DE VICTOR ZEA DIAZ, NATIONAL GEOGRAPHIC

Los dos sitios han evolucionado de forma muy diferente desde los esfuerzos de Bingham por cartografiarlos. En la década de 1920, Machu Picchu fue anunciada (incorrectamente) como una «ciudad perdida», lo que provocó un aumento del turismo. El complejo de terrazas se convirtió en la postal de Perú para el mundo, una ciudadela en la cima de la montaña a la que se podía acceder por un sendero o por una combinación de tren y autobús. En 1983, fue inscrito en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, y el número de viajeros aumentó aún más. En los primeros seis meses de 2022, el sitio atrajo a casi 413 000 visitantes, según el Ministerio de Comercio y Turismo de Perú.

Choquequirao, en cambio, solo recibió 2353 excursionistas en el primer semestre de este año. Esa no es la única diferencia. Mientras que la mayoría de los visitantes de Machu Picchu pasan por la pequeña ciudad de Aguas Calientes, con su abundante comida y alojamiento, la ruta a Choquequirao carece de muchas comodidades. Llegar hasta allí es, como muchos prefieren, una aventura.

Tesoros por descubrir

Al igual que Machu Picchu, Choquequirao muestra la progresión de las técnicas de construcción incaicas, comenzando con sencillas estructuras de piedra y evolucionando hacia bloques macizos finamente tallados que se entrelazan como piezas de puzzle. El corazón de Choquequirao, con sus nichos para momias y su plataforma de sacrificios ceremoniales, es más pequeño que lo que los turistas ven en Machu Picchu, pero el complejo en sí es mucho mayor.

Arriba:

Los turistas y su guía exploran la parte superior del sitio arqueológico de Choquequirao. El complejo es más grande que el Machu Picchu, aunque se ha excavado menos.

Abajo:

Pablo Guevara, un turista de Cusco, visitó Choquequirao en mayo de 2022.

FOTOGRAFÍAS DE VICTOR ZEA DIAZ, NATIONAL GEOGRAPHIC

El tamaño y la lejanía de Choquequirao hacen que gran parte del sitio nunca haya sido excavado. Nelson Sierra, que dirige una empresa de senderismo de alta montaña, Ritisuyo, señala las elevaciones cubiertas de viñas que se elevan más allá del claro central. No se trata de pequeñas colinas, sino de estructuras derrumbadas reclamadas por la densa vegetación. «Todavía hace falta mucho trabajo aquí, pero restaurarlo todo sería un trabajo enorme», dice.

Cuando los excursionistas se acercan a las ruinas, lo primero que ven son las terrazas, plataformas escalonadas que convierten las laderas en tierra cultivable, y que todavía utilizan los agricultores del altiplano peruano. Choquequirao tiene kilómetros y kilómetros de terrazas, la mayoría aún enterradas. Las terrazas se extienden desde la cima de las ruinas casi kilómetro y medio hacia el río Apurímac.

Mabel Covarrubias, cuya familia ha vivido en la cercana comunidad de Marampata durante más de un siglo, dice que sus antepasados utilizaron las terrazas para sembrar y pastorear el ganado hasta la década de 1980.

El trabajo en las terrazas llevó a los arqueólogos a las llamas de piedra. Sus cuerpos de piedra blanca contrastan con las paredes grises, sugiriendo profundidad y dimensión. Reflejan la luz del sol cuando los rayos inciden por primera vez cada mañana. Según Echevarría, las terrazas de llamas podrían haberse construido como una ofrenda simbólica al dios del sol, incluso cuando no había animales vivos disponibles para el sacrificio.

Pegatinas cubren un cartel de las ruinas de Choquequirao.
Al igual que muchas personas que viven en la ruta de Choquequirao, Samuel Quispe trabaja en ...

Arriba:

Pegatinas cubren un cartel de las ruinas de Choquequirao.

Abajo:

Al igual que muchas personas que viven en la ruta de Choquequirao, Samuel Quispe trabaja en el sector del turismo, atendiendo a los excursionistas con un campamento para pasar la noche y con transporte a caballo y mula.

FOTOGRAFÍAS DE VICTOR ZEA DIAZ, NATIONAL GEOGRAPHIC

Esta conjetura forma parte de una larga lista de suposiciones sobre el lugar. «Existen muchos mitos en torno a Choquequirao», dice Echevarría. De hecho, Bingham y varios exploradores e investigadores han lanzado teorías sobre los orígenes de Choquequirao, su relación con otras ruinas y el papel que desempeñó durante el Imperio Inca.

En primer lugar, existe un mito fundacional que sostiene que Manco Inca, el líder de la resistencia inca del siglo XV, se refugió aquí en la ciudadela durante parte de los 40 años en los que libró una guerra de guerrillas contra los españoles.

«Es una bonita historia, pero no tiene nada que ver con la realidad», dice Echevarría. «No me cabe duda de que Manco Inca estuvo en Choquequirao, como estuvo en Machu Picchu, pero no se construyó para la resistencia».

Samuel Quispe, que ha trabajado como guardia, guía y restaurador en Choquequirao desde la década de 1990, postula que el complejo fue construido por los chanca, rivales de los incas en la vecina región de Apurímac en los siglos XIV y XV. Echevarría rebate esta teoría, pues cree que la mayoría de las estructuras se levantaron durante la expansión del Imperio Inca en el siglo XV.

El enigma del teleférico

El descubrimiento de las llamas ha centrado la atención en las ruinas y ha creado el mito más reciente, que sigue ganando adeptos debido a la complicada política peruana.

La ex primera dama de Perú, Eliane Karp, contribuyó a conseguir ayuda financiera para impulsar la restauración de Choquequirao en 2002. Ahora, ella y su marido, el ex presidente Alejandro Toledo, están bajo sospecha por presunta corrupción. Aunque ninguna de las acusaciones está relacionada con Choquequirao, la controversia ha puesto en tela de juicio todo lo que la pareja hizo mientras estuvo en el poder. Se rumorea que Karp entró en Choquequirao en helicóptero para sacar cajas de artefactos dorados. 

Los turistas disfrutan de una vista de Choquequirao desde una de sus muchas terrazas.Los turistas disfrutan de una vista de Choquequirao desde una de sus muchas terrazas. FOTOGRAFÍA DE VICTOR ZEA DIAZ, NATIONAL GEOGRAPHIC

Karp no acarreó oro, pero sí impulsó un teleférico para acceder a Choquequirao. En teoría, el tranvía podría ser bueno para el turismo peruano y las economías locales. Pero sigue dividiendo a las comunidades, los arqueólogos y los políticos que deben aprobar su financiación.

Un argumento potente, y que ha hecho estragos en torno a Machu Picchu, es el impacto de los turistas en las ruinas. En 2016, la UNESCO amenazó con poner al Machu Picchu en una lista de «peligro» debido al número de visitantes. Además de provocar la llegada de más visitantes, un sistema de teleférico facilitaría dañar el frágil sitio.

Algunos se quejan de que el acceso masivo al lugar sagrado podría arruinar su atractivo remoto y desconocido, así como los grupos de turismo de base que ahora atraen a la gente. Melchora Puga, que ofrece alojamiento y un restaurante en Chiquisca, en el lado de Apurímac del sendero, teme que el teleférico la obligue a ella y a otros a abandonar su modo de vida.

«Dependemos del turismo. El teleférico sería como matar las raíces de un árbol y pensar que el árbol podría vivir. No sobreviviríamos», dice Puga.

Los viajeros Etienne Casas y Lea Luong cenan con el guía local Jorge Luis Roldán en ...
Trabajadores de la construcción levantan un nuevo edificio en Marampata, un pueblo cercano a Choquequirao con ...

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Los viajeros Etienne Casas y Lea Luong cenan con el guía local Jorge Luis Roldán en un campamento de Marampata, a menos de tres kilómetros de Choquequirao.

Abajo:

Trabajadores de la construcción levantan un nuevo edificio en Marampata, un pueblo cercano a Choquequirao con alojamientos turísticos y restaurantes.

FOTOGRAFÍAS DE VICTOR ZEA DIAZ, NATIONAL GEOGRAPHIC

Quispe, que ahora es un arriero semiretirado, dice que el teleférico eliminaría los medios de vida de una serie de proveedores de servicios cuyos negocios quedarían al margen de un rápido viaje en teleférico. Uno de sus siete hijos, José Luis, es arriero, mientras que otro trabaja en el proyecto gubernamental de restauración de más terrazas de Choquequirao. La familia regenta una pequeña tienda y un camping en Cocamasana, a lo largo del camino.

El teleférico sigue en el limbo. Pero esto no molesta a la mayoría de los excursionistas. 

«Lo atractivo de Choquequirao es que lleva tiempo, así que hay que comprometerse a hacerlo», dice Madison McDonald, de 26 años, de Houston, Texas (Estados Unidos), que visitó Choquequirao en mayo.

Sierra, de Ritisuyo Travel, dice que el Gobierno debería centrarse en mejorar la infraestructura existente en lugar de discutir sobre un teleférico. «El mantenimiento del sendero y la mejora de los servicios permitirían un mayor flujo de turistas y asegurarían el sustento local. No sería como Machu Picchu, pero la gente que visita Choquequirao no está interesada en otro Machu Picchu. Choquequirao es el sitio acompañante perfecto».

Un par de excursionistas regresan al campamento de Capuilyoc, una de las primeras estaciones de paso ...

Un par de excursionistas regresan al campamento de Capuilyoc, una de las primeras estaciones de paso en la ruta hacia Choquequirao.FOTOGRAFÍA DE VICTOR ZEA DIAZ

Yain Tapia contempla su ciudad natal, el pueblo de Marampata. Es uno de los pocos lugares con servicios para los excursionistas en el camino a Choquequirao.FOTOGRAFÍA DE VICTOR ZEA DIAZ, NATIONAL GEOGRAPHIC.

Imagen de portada: En los Andes peruanos, a las ruinas del antiguo asentamiento inca de Choquequirao sólo se puede llegar a pie o en mula, aunque un proyecto de teleférico podría hacer más accesible el lugar. FOTOGRAFÍA DE VICTOR ZEA DIAZ, NATIONAL GEOGRAPHIC

FUENTE RESPONSABLE: NATIONAL GEOGRAPHIC. Por Lucien Chauvin.* Lucien Chauvin es escritor y colaborador habitual de National Geographic, con sede en Sudamérica. Victor Zea es fotógrafo en Perú. Síguelo en Instagram.3 de noviembre 2022.

Sociedad y Cultura/Arqueología/Arquitectura/Perú/Conservación del Patrimonio Histórico.

Chancay, el megapuerto estratégico para el comercio con Asia que China construye en Perú (y el impacto que ya genera).

Chancay era hace no tanto tiempo un tranquilo enclave pesquero y agrícola en la costa central de Perú frecuentado por turistas y por las aves marinas que migran estacionalmente hacia y desde Canadá y Estados Unidos.

Paseando por sus calles junto al Pacífico bajo la bruma pertinaz típica del invierno austral en esta parte de Perú, nada haçía pensar que esta localidad de 63.400 habitantes albergará en pocos años un megapuerto que cambiará radicalmente su fisonomía y se convertirá en un eslabón clave del comercio entre América Latina y China.

Hoy, los lugareños conversan como siempre junto a lo que un día fueron dos muelles de madera y desde las cebicherías del paseo tratan de convencer a gritos al visitante de que su menú es el mejor. Pero desde finales del año pasado un ruido intermitente y violento interrumpe la rutina de los chancayanos, el de las explosiones con los que los operarios aplanan el terreno donde se levantaba un cerro del que apenas queda nada.

Cosco Shipping Ports, uno de los colosos empresariales del Estado chino, construye en este lugar a 80 kilómetros al norte de Lima el Terminal Portuario Multipropósito de Chancay, una infraestructura colosal que supondrá un nuevo hito de la presencia e influencia chinas en Perú y en toda América Latina.

El megapuerto será uno de los puntos preferentes para la salida de las materias primas que la región exporta a China, como el cobre y otros minerales que Perú produce en abundancia, y por su tamaño y volumen de operaciones está llamado a convertirse en un centro neurálgico del comercio internacional.

«Las dimensiones son tan notables que todo indica que Chancay se va a convertir en un punto crítico para los envíos a China y a toda Asia», le djio a BBC Mundo Margaret Myers, experta en Asia y América Latina de The Dialogue, un centro de análisis estadounidense.

Se trata de una inversión enorme, US$3.600 millones según las proyecciones oficiales, y una compleja obra de ingeniería ya en curso con la que el gobierno peruano espera atraer alrededor de un 50% de los cerca de US$580.000 millones que mueve cada año el comercio entre China y América del Sur.

Tan ambicioso proyecto está, sin embargo, envuelto en la polémica. Sus promotores, principalmente el gobierno chino y el peruano, aseguran que impulsará el desarrollo de la zona, el empleo y los intercambios, pero sus detractores alertan de su impacto social y denuncian daños al medio ambiente.

Mapa con la ubicación del puerto de Chancay.

Un macroproyecto desde que llegó China

La idea de construir un puerto complementario para aliviar la congestión del de El Callao, principal punto de llegada de mercancías a Perú, llevaba tiempo sobre la mesa. Pero fue la llegada de capital chino lo que lo hizo arrancar definitivamente en Chancay.

Todo cobró otra dimensión con la entrada de Cosco Shipping en el proyecto. El terminal de Chancay contará con capacidad para que atraquen los buques de carga más grandes del mundo, los que pueden transportar más de 18.000 contenedores. En un principio contará con cuatro puntos de amarre, pero más tarde podrían llegar a ser quince, y ya son visibles los espigones kilométricos en los que atracarán los cargueros.

Para construir el puerto se demolió uno de los cerros que configuran el paisaje de acantilados típico de esta zona de la costa central del Perú y para conectarlo con la cercana Carretera Panamericana se excava bajo el núcleo poblado de Chancay un túnel de 1,8 kilómetros que tendrá tres carriles para circulación de vehículos, dos cintas para el transporte de carga a granel sólida y tuberías para los líquidos.

Habrá también grandes áreas de almacenaje de contenedores, estacionamiento de vehículos pesados, oficinas y aduanas.

Obras del túnel bajo Chancay.

FUENTE DE LA IMAGEN – PRESIDENCIA DE PERÚ. Un gran túnel bajo Chancay conecta el puerto con la Carretera Panamericana.

De acuerdo con el Ministerio de Transportes y Comunicaciones peruano, Chancay se convertirá en un «hub» regional que enlazará con los vecinos Chile, Ecuador y Colombia. Y el embajador chino en Perú, Liang Yu, vaticinó que «va a fomentar el desarrollo en gran medida de todo el país porque tendrá la capacidad de exportar mercancías hacia el mundo».

La vasta obra ha sido inscrita en la llamada Nueva Ruta de la Seda, oficialmente Iniciativa de la Franja y la Ruta, un plan de inversiones masivas para construir grandes proyectos de infraestructura en todo el mundo lanzado por el presidente chino Xi Jinping en 2013.

«Durante mucho tiempo, Perú ha sido un socio muy importante para China y su implicación ha sido bienvenida en Perú, por lo que el país se ha vuelto muy atractivo para las inversiones chinas», señala la experta Myers.

Myers explica que «China lleva años en una estrategia de proyección al exterior que impulsa a sus compañías a salir a buscar recursos naturales y mercados para la exportación de sus productos, y Perú ha sido importante porque es un proveedor crítico de minerales, sobre todo cobre, del que hay mucha demanda en China».

Prueba de esa relación especial es que China se ha convertido en el principal socio comercial del país andino, por delante de Estados Unidos, y el futuro puerto de Chancay está llamado a potenciarla.

Vista aérea del futuro puerto de Chancay

FUENTE DE LA IMAGEN – PRESIDENCIA DE PERÚ.. El mega puerto de Chancay alterará completamente la fisonomía del lugar.

Juan Barranzuela, hasta hace pocas semanas ministro de Transportes de Perú, le dijo a BBC Mundo antes de dejar el cargo que el proyecto de Chancay sitúa a su país en un «posicionamiento estratégico internacional que aventaja incluso a países como Chile, que tenían la preeminencia en el intercambio comercial con el Asia-Pacífico».

Según él, el megapuerto actuará como «un disparador de la economía nacional y permitirá una colocación especial de Perú en el ámbito internacional».

La supuesta ventaja competitiva respecto al vecino Chile es un argumento repetido por el gobierno, que apoya decididamente el proyecto, como dejó clara la visita del presidente Pedro Castillo a las obras en el mes de marzo.

De acuerdo con las estimaciones de la embajada china en Perú, la construcción del puerto genera 1.300 puestos de trabajo directos, a los que se sumarían otros 5.000 entre directos e indirectos cuando entre en funcionamiento.

Pero no todos están convencidos de que el proyecto sea un buen trato para Perú, un país donde la actividad de las compañías extranjeras despierta mucha polémica y lleva tiempo en el centro del debate público.

En 2018, un grupo de organizaciones civiles presentó un recurso contra el Estudio de Impacto Ambiental realizado por la empresa Cosco Shipping.

Contrataron al biólogo marino alemán Stefan Austermühle, quien elaboró un informe en el que denunciaba que la construcción del puerto causaría daños irreparables al humedal de Santa Rosa, un paraje de 77 hectáreas contiguo a los terrenos donde se construye el puerto en el que tienen su santuario cerca de un centenar de especies de aves, ahora afectadas por las voladuras y el trajín de camiones y maquinaria pesada.

Dos aves, en el humedal de Santa Rosa.

FUENTE DE LA IMAGEN – CORTESÍA. El puerto se construye junto a un humedal frecuentado por aves migratorias.

El informe de Austermühle señaló otros efectos que la compañía no había reportado en su estudio inicial, como la erosión de las costas a causa de los inmensos corrimientos de tierras y el impacto en la fauna marina del intenso tráfico de buques de gran calado que traerá consigo el puerto.

Austermühle le dijo a BBC Mundo que el «estudio presentado por la compañía trabajaba con metodologías no adecuadas para esconder y reducir los impactos aprovechándose de la ignorancia de las autoridades peruanas».

Tras recibir el informe de Austermühle, el Servicio Nacional para la Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles (Senace) de Perú solicitó a la compañía que hiciera modificaciones a su Estudio de Impacto Ambiental y acabaron cambiando algunos aspectos del proyecto. Entre otras cosas, se instalaron unos enormes tubos que hoy atraviesan la playa de Chancay de lado a lado.

Playa de Chancay atravesada por los enormes tubos de contención del agua.

FUENTE DE LA IMAGEN – G. D. OLMO. Se instalaron unos enormes tubos para frenar la subida de las aguas, pero hay expertos que cuestionan la eficacia de la medida.

Austermühle explica que «son unos geotubos que se utilizan para contener la subida de las aguas», pero asegura que «es una tecnología que ha fallado ya en muchos otros lugares y no soluciona el problema de la erosión costera». Un problema más para una zona que fue de las afectadas el pasado enero por el derrame de petróleo de una refinería de la compañía española Repsol.

La embajada china en Perú respondió por escrito a una solicitud de comentarios de BBC Mundo y señaló que «el proceso de evaluación del estudio de impacto ambiental ha cumplido con todas las leyes y reglamentos peruanos» y con «los más altos estándares internacionales».

La representación china indicó que «las opiniones de Austermühle fueron recibidas y respondidas técnicamente» y finalmente «desestimadas por el Senace». También alegó que el Estudio de Impacto Ambiental finalmente aprobado incluye al humedal de Santa Rosa en el Área de Influencia Indirecta del proyecto, por lo que se establecen acciones específicas para protegerlo.

Grietas

Los daños al entorno no son el único motivo de queja.

Míriam Arce, presidenta de la Asociación en Defensa de las Viviendas y el Medio Ambiente del puerto de Chancay, un colectivo vecinal que reclama la reubicación del puerto, denuncia que «muchos vecinos han visto cómo aparecían grietas en sus casas y hay barrios enteros que tienen que ser evacuados a diario por las voladuras».

«Estamos sufriendo daños psicológicos. Nadie sabe lo que es vivir todo el día con el sobresalto de las explosiones», comenta Arce, que llegó a plantear el problema al presidente Castillo en Yauyos, en uno de los Consejos de Ministros que el mandatario suele celebrar en lugares públicos alejados de Lima.

Castillo la escuchó y la emplazó a contactar con el ministro de Transportes y Comunicaciones, pero Arce asegura que todos sus intentos de hacerlo fueron en vano.

El entonces ministro Barranzuela reconoció en su conversación con BBC Mundo que «las demoliciones y el corrimiento de tierras están produciendo inestabilidad en los suelos y el colapso de algunas viviendas».

Pedro Castillo estrecha la mano de trabajadores en la obra de Chancay.

FUENTE DE LA IMAGEN – PRESIDENCIA DE PERÚ.. El presidente Castillo apoyó el puerto con una visita a las obras el pasado marzo.

Barranzuela tenía previsto reunirse con representantes de la embajada china y de la empresa constructora para abordar los problemas denunciados por los vecinos a finales de agosto, pero fue destituido por Castillo antes de poder hacerlo.

Es uno de los 68 ministros que, según el recuento de la agencia Bloomberg, ha cambiado el presidente en el poco más de un año que lleva en el cargo.

Su sucesor en el cargo, Geiner Alvarado, no ha tomado hasta ahora cartas en el asunto. El Ministerio de Transportes dijo a BBC Mundo que el ministro no haría declaraciones sobre el puerto de Chancay hasta que se aclare su situación tras verse implicado en el caso de presunta corrupción en la adjudicación de obras públicas por el que la Fiscalía investiga a Castillo y a varios miembros de su familia, y que ha llevado a la cárcel a su cuñada.

Alvarado ha tenido que declarar ante la Fiscalía y el Congreso ha iniciado un proceso que podría terminar en su destitución.

Barcos de pesca abandonados en la playa de Chancay.

FUENTE DE LA IMAGEN – G. D. OLMO. Algunos en Chancay lamentan que la llegada del puerto ha terminado con la pesca artesanal habitual en la zona.

Mientras tanto, en Chancay, sus pobladores conviven con las obras del puerto, que ocupan gran parte del núcleo urbano.

Desde la parte del acantilado que no han laminado las explosiones, William Jurado, chancayano de nacimiento, señala a los barcos pesqueros fondeados frente a la playa. «Aquí vivíamos tranquilos con la pesca y el turismo, pero todo eso se acabó ya».

Su gran preocupación es que el puerto termine por expandirse y acabe devorando el humedal por el que le gusta pasear contemplando las gaviotas, golondrinas, chorlos playeros, gallaretas y patos que revolotean en él.

«Siento una gran indignación», afirma.

Pero no todos aquí parecen compartir su pesar y en los últimos tiempos han llegado a Chancay nuevos pobladores atraídos por las expectativas de crecimiento y oportunidades en torno al puerto.

«Ya hay quien ha empezado a ocupar terrenos del humedal porque piensan en venderlos en el futuro», cuenta Davila.

A la salida de la pequeña ciudad, un aviso señala el signo de los tiempos.

«Compro terrenos junto al megapuerto».

Imagen de portada: PRENSA PRESIDENCIA DE PERÚ. El megapuerto de Chancay se construye en la costa central de Perú.

FUENTE RESPONSABLE: Guillermo D. Olmo@BBCgolmo. Corresponsal de BBC News Mundo.  8 de septiembre 2022.

Sociedad y Cultura/Perú/China/Economía/Negocios/Geopolítica.

 

Descubierta una estatuilla de madera en Chan Chan, la Capital del Reino Chimú, en Perú.

Las excavaciones en el norte de este sitio arqueológico situado en la costa norte de Perú, una zona conocida como Huaca Takaynamo, han sacado a la luz una pequeña escultura de madera que conserva aún restos de su decoración original.

Chan Chan, la impresionante ciudad de barro que fue la capital del reino chimú, una civilización que dominó la costa norte de Perú entre los años 1000 y 1470 d.C. hasta su conquista por el Imperio inca hacia 1470, continúa proporcionando gratas sorpresas a los arqueólogos que allí excavan. Esta vez los investigadores han anunciado el hallazgo de una excepcional escultura de madera, en perfecto estado de conservación, que se ha localizado durante la excavación y recuperación de una zona del sitio arqueológico conocida como Huaca Takaynamo, situada al norte del complejo.

Arturo Paredes Núñez, jefe de la Unidad de Investigación, Conservación y Puesta en Valor del Proyecto Especial Complejo Arqueológico Chan Chan, del Ministerio de Cultura de Perú, ha destacado las características de este singular hallazgo: «Las tallas o esculturas en madera chimúes son fijas o móviles. Las primeras se documentan en el ingreso de algunos conjuntos amurallados de Chan Chan, a partir de un segmento no tallado que, al ser enterrado, fija la porción tallada del elemento en el suelo. La escultura móvil [como es el caso de la que acaba de ser descubierta] carece de tal elemento y frecuentemente ha sido documentada en algunas huacas», ha señalado el arqueólogo.

Panorámica de la ciudad de barro chimú de Chan Chan, cerca de Trujillo, en la costa norte de Perú.Foto: iStock

UNA FIGURILLA SINGULAR

La escultura de madera exhumada en la Huaca Takaynamo, con una antigüedad de entre 850 y 1.400 años y que representa, según los investigadores, a un cargador de andas, está tocada con un gorro de forma trapezoidal decorado con siete bandas verticales de colores. La parte inferior muestra una banda horizontal de tonos oscuros. El rostro de la figura es plano y ovalado, pintado de color rojo. La nariz es recta y sobresaliente, y los ojos almendrados y las orejas circulares conservan restos de una resina de color negruzco que seguramente sirvió, según los investigadores, para fijar placas de nácar. En cuanto al cuerpo, se conservan parte de los brazos, flexionados, y también las piernas. Asimismo va vestida con una especie de faldellín de forma triangular decorado en sus bordes con pequeñas bandas rectangulares.

La nariz es recta y sobresaliente, los ojos almendrados y las orejas circulares conservan restos de una resina de color negruzco.

Imagen que muestra la figura completa, tal como fue descubierta por los arqueólogos.Foto: Dirección Desconcentrada de Cultura de la Libertad

Durante las excavaciones, también se han desenterrado, junto a la escultura, semillas de nectandra (un género de plantas con flores) que tal vez formaron parte de un collar (alguna de ellas conserva aún fragmentos de hilo insertados). Asimismo, debajo de la figura se halló una especie de bolsa negra, decorada con hilos de color marrón y blanco. «Este hallazgo se suma a evidencias significativas que ratifican la función ceremonial de un edificio periférico a Chan Chan, cuya intervención se alinea con el Plan Maestro para la Conservación y Manejo del Complejo Arqueológico Chan Chan y enriquece el conocimiento de un bien inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial», concluye César Gálvez Mora, director del Proyecto Especial Complejo Arqueológico Chan Chan.

Imagen de portada: Detalle del rostro de la figura de madera descubierta durante la última campaña de excavaciones en Chan Chan. Foto: Dirección Desconcentrada de Cultura de la Libertad.

FUENTE RESPONSABLE: Historia National Geographic. Por Carme Mayans, Redactora. 7 de julio 2022.

Perú/Arqueología/Descubrimientos/Actualidad

 

Chalcobamba, la montaña rica en cobre que enfrenta a una gran minera china con unos jóvenes peruanos.

Sentado en el cerro Chalcobamba, a casi 4.700 metros de altura en los Andes peruanos, Romualdo Ochoa, líder de la comunidad indígena de Huancuire, proclama: «Hemos venido con nuestros animales para recuperar nuestras tierras».

Desde aquí arriba, donde los pocos forasteros que llegan suelen sucumbir al mal de altura, Ochoa divisa el estrecho valle en la región Apurímac en que su comunidad ha vivido durante siglos dedicada a las tareas del campo.

El líder indígena, como otros hombres del lugar, pasa últimamente más tiempo subido a las alturas de Chalcobamba que en los campos donde se recogen las papas y pastan las ovejas.

Le cuesta expresarse en español, idioma que aprendió con 21 años, pero su mensaje está claro. Chalcobamba les pertenece a los indígenas de Huancuire. Es «el legado de sus ancestros».

El problema es que una gigantesca multinacional china de la minería, MMG, también dice que Chalcobamba es suyo.

Pero ni los documentos que esgrime la minera, ni el permiso que le concedió el Ministerio de Energía y Minas para empezar a explotar las riquezas minerales que esconde esta montaña rocosa son argumentos suficientes para los indígenas de Huancuire, que permanecen acampados aquí, combatiendo las gélidas temperaturas de la noche en las alturas andinas a base de mucho abrigo y caldo de cordero.

Armados con sus warakas, la tradicional honda indígena, se dicen resueltos a repeler cualquier intento de arrebatarles una montaña que consideran suya desde tiempo inmemorial.

Han colocado en la cima una bandera de Perú y desde ahí hacen guardia día y noche.

Indígena en campamento de vigilancia sobre Chalcobamba.

FUENTE DE LA IMAGEN – FLOR RUIZ. Indígena en campamento de vigilancia sobre Chalcobamba.

El litigio comenzó en 2013, cuando la compañía china y los líderes de la comunidad huancuire firmaron un contrato por el que MMG adquirió los terrenos de Chalcobamba, pero las nuevas generaciones de indígenas aseguran que la compañía engañó a sus mayores en las negociaciones aprovechándose de su ignorancia.

«No sabían leer y escribir, no sabían castellano, y fueron engañados para apropiarse de nuestras tierras», dice su líder actual.

A cientos de kilómetros de allí, en Lima, donde se ubica la sede de MMG en Perú, su gerente de asuntos legales, Claudio Cáceres, le dio a BBC Mundo una versión diferente.

«Pagamos por la compraventa 122 millones de soles (unos US$ 32,2 millones al cambio actual) en 2013. En 2017 la comunidad pretendió desconocer esa compraventa y firmamos una transacción judicial para cerrar cualquier controversia por la que pagamos 100 millones (de soles)».

Los indígenas niegan haber recibido estas cantidades.

Comuneros hacen guardia y cocinan en la montaña.

FUENTE DE LA IMAGEN – FLOR RUIZ. Los comuneros hacen guardia día y noche para evitar que la minera recupere los terrenos.

Las diferencias se mantienen y ya ha habido enfrentamientos.

El último el pasado 31 de mayo, cuando personal de la compañía trató de acceder a Chalcobamba escoltado por la policía. Según los comuneros, uno de ellos resultó herido por un perdigón lanzado por la policía. La minera habló en un comunicado de «algunos heridos y contusos en los efectivos de la PNP (Policía Nacional de Perú) y personal de mantenimiento».

No era la primera vez que se producían episodios de violencia en la zona, en la que el gobierno de Pedro Castillo decretó el estado de emergencia el pasado abril para encauzar la situación.

Pero, ¿por qué es tan importante este paraje montañoso y aislado?

La respuesta está al otro lado de la montaña, en la gigantesca mina Las Bambas, propiedad de MMG, un descomunal mordisco a la cordillera andina cuya vista domina el paisaje.

Los datos dan una idea de la magnitud de Las Bambas.

Es una de las minas de cobre más grandes del mundo y según MMG, cuyo principal accionista es una compañía estatal china, se trata de la mayor inversión que Pekín ha hecho nunca en una mina en el extranjero.

Solo el año pasado produjo 290.000 toneladas de cobre y en sus primero cinco años de actividad sumó dos millones de toneladas. Las reservas se calculan en unos 5.630 millones de toneladas, a explotar durante los 18 años de vida útil de la mina.

«Las Bambas es la segunda empresa minera más importante de América Latina y está llegando al 2% del Producto Interno Bruto de Perú», explicó Roberto Sánchez Palomino, ministro de Comercio Exterior de Perú.

Pero la producción en los últimos años ha comenzado a decaer. Por eso MMG quiere abrir cuanto antes un segundo tajo de explotación en Chalcobamba.

Troy Hey, gerente general de MMG, le dijo a BBC Mundo que «Chalcobamba es crítico para mantener los niveles de producción de Las Bambas».

Troy Hey.

FUENTE DE LA IMAGEN – FLOR RUIZ

Troy Hey, directivo de la compañía, asegura que MMG pierde dinero cada día que no puede acceder a Chalcobamba.

El directivo lamenta que el proyecto se ha visto retrasado por la demora en la concesión de los permisos necesarios. Ahora que todo está listo y que el precio del cobre alcanza niveles récord en los mercados internacionales, solo la resistencia de los alrededor de 400 indígenas de Huancuire impide llevarlo a cabo.

El pasado 9 de junio, la compañía y los indígenas firmaron una tregua de 30 días para negociar, pero MMG se comprometió a no iniciar la explotación del cerro de la discordia en ese plazo.

«Si no obtenemos acceso a esa mina y no podemos desarrollar las operaciones, perdemos dinero cada día», se queja Hey.

El potencial de Chalcobamba se percibe a simple vista. El tono rojizo del cobre se aprecia en las rocas y los indígenas ya han comenzado a hacer allí a escala artesanal lo que MMG lleva años haciendo a escala industrial en Las Bambas: sacarlo y venderlo.

En un mundo cada vez más dependiente de los dispositivos electrónicos y al que el calentamiento global empuja hacia alternativas a los combustibles fósiles, el cobre se ha convertido en uno de los artículos más demandados.

El shock en los mercados energéticos provocado por la guerra de Ucrania no ha hecho sino acentuar la tendencia.

Y Perú, segundo productor mundial del mineral después de Chile, se ha convertido en el escenario de cada vez más conflictos entre las multinacionales que lo extraen y comunidades locales que creen que el trato recibido no es justo, en medio de reproches al presidente Pedro Castillo y su aparente incapacidad para encauzar un problema cuyo precio ya paga la economía nacional.

Un informe de la Defensoría del Pueblo publicado el 7 de junio señala que 86 de los 130 conflictos sociales en curso en Perú están relacionados con la acción de compañías mineras y otro estudio del Banco de Crédito del Perú arrojó que la producción minera nacional cayó un 0,5% el pasado marzo.

Tajo principal de Las Bambas.

FUENTE DE LA IMAGEN – FLOR RUIZ. Las Bambas está paralizada, pero no es la primera vez.

Para el ministro Sánchez Palomina, «el país está perdiendo una oportunidad» al no beneficiarse todo lo que podría de los altos precios de las materias primas.

Pero las divergencias en torno a Las Bambas no son nada nuevo.

La mina ha visto paralizada su producción cerca de 400 días desde que comenzó a operar en 2016. En 2015 tres personas murieron en enfrentamientos con la policía en una protesta contra su entrada en funcionamiento.

Map

Además de Huancuire, otras comunidades vecinas como Chila, Fuerabamba, Choaquere, Purmamarca y Chuicuni están en pie de lucha contra Las Bambas y han bloqueado los accesos a la mina para impedirle producir. Cada una tiene su propia lista de quejas, en la que destacan el incumplimiento de la promesa de darles trabajo en la instalación y supuestos daños al medio ambiente.

El pulso en torno a Las Bambas y la negativa de la comunidad de Huancuire a cumplir el contrato que sus mayores firmaron sobre Chalcobamba se ha convertido en un problema nacional y el envío de sucesivas comitivas de ministros y cada vez más agentes de policía a la zona no han servido hasta ahora para solucionarlo.

Cuando el pasado 19 de mayo el primer Ministro, Aníbal Torres, viajó a la zona para reunirse con los comuneros, fue recibido con gritos de protesta y se marchó sin que se llegara a ningún acuerdo, como pudo presenciar BBC Mundo.

Se trata de un asunto incómodo para Castillo, que prometió en la campaña una nueva relación con las compañías extranjeras para que su actividad redunde en beneficio de los peruanos y que fue candidato de un partido, Perú Libre, que aboga por la nacionalización de los recursos naturales.

Baltazar Lantarón, gobernador de Apurímac, tiene claro que la mina parada no es un buen negocio. Según sus cálculos, Las Bambas aporta un 70% del PIB de la región. «Aparte de generar ingresos, genera trabajos también», indica en conversación con BBC Mundo.

Los más preocupados son quienes dependen de la mina para comer. Según cálculos sindicales son aproximadamente 9.000 los empleos directos e indirectos en peligro por la paralización de la mina. Uno de los que se ha quedado de momento sin trabajo es Eyner Arredondo.

«Sin poder trabajar nos sentimos en la calle, en la nada. En Apurímac prácticamente todo el pueblo apoyó a este gobierno. Pero nos hemos sentido defraudados».

Einer Arredondo, en su casa.

FUENTE DE LA IMAGEN – FLOR RUIZ. Eyner Arredondo es uno de los muchos empleados de la mina que teme por su futuro.

El ministro Sánchez Palomino, que ha viajado varias veces a la zona para desbloquear el conflicto, recuerda que Castillo lleva menos de un año en el gobierno y para un problema tan complejo, no existen «soluciones de un día a otro».

Tensión en la mina

En su última paralización forzada, la tensión se palpa en la mina. Un fuerte dispositivo de seguridad custodia unas instalaciones, en las que impera una extraña calma lejos de la febril actividad de otras épocas.

Un nutrido contingente de policías equipados con material antidisturbios recibe a los reporteros, sobre los que vuela alguna pedrada intimidatoria del grupo de comuneros apostados a la entrada.

Al otro lado de la valla de acceso, media docena de autos carbonizados. Según el personal de seguridad de la compañía, los comuneros los quemaron en sus ataques a las instalaciones.

En un alto sobre el tajo principal, los vehículos de acarreo, gigantescos camiones encargados de transportar el mineral en bruto, llevan semanas estacionados. La única maquinaria en funcionamiento es la que se encarga de asegurar su mantenimiento.

Los trabajadores respiraron aliviados con la tregua temporal que ha permitido el reinicio de las operaciones de la mina, pero temen que la falta de una solución de fondo provoque nuevos bloqueos y les deje otra vez en la calle.

Pero en Huancuire las cosas se ven de manera radicalmente diferente.

Mujer y niño en campo de papas.

FUENTE DE LA IMAGEN – FLOR RUIZ. La mayoría en Huancuire se dedican a trabajar la papa y otros cultivos.

Familias enteras pasan el día dedicadas a recolectar papas. Montañas de ellas se agrupan junto a los sembrados. Al mediodía, hacen una pausa y cocinan algunas bajo la tierra para comerlas con algo de queso casero mientras conversan animadamente en quechua.

«El Estado nunca pisó aquí»

Una de las más jóvenes es Ruth Candia Ochoa. A sus 25 años, el suyo es un caso poco frecuente en la comunidad. Marchó a Arequipa a formarse y ahora de vuelta es una de sus dirigentes y completa sus estudios de Administración de Empresas.

Pese a su juventud, dice recordar la época en la que sus mayores rendían ofrendas rituales a Chalcobamba y otros cerros, a los que veían como montañas sagradas. Por eso lamenta especialmente la cesión de Chalcobamba.

«A medida que han pasado los años, la gente se ha dado cuenta de que no hubo ningún progreso en la comunidad», afirma.

«Nosotros necesitamos espacio para la ganadería y para la agricultura, y los ancianos se dan cuenta de que cedieron la mitad del territorio a cambio de nada. Por eso los jóvenes estamos en pie de lucha».

Ruth Candia Ochoa, en primer plano.

FUENTE DE LA IMAGEN – FLOR RUIZ. Ruth Candia Ochoa es una de las jóvenes de Huancuire que ha decidido rebelarse contra el acuerdo firmado por sus mayores.

Candia asegura que tienen la lección aprendida y esta vez no cederán ni ante la compañía ni ante el Estado, que según ella nunca antes se interesó por ellos.

«Ni un alcalde pisó nunca aquí antes de que apareciera la minería».

Ruth, como otros jóvenes de la comunidad, se siente dolida por cómo se ve el conflicto desde otros lugares de Perú. «Nos critican en las redes sociales, diciendo que queremos plata y más plata, que no somos capaces de pensar en otras personas. En nosotros nunca ha pensado nadie».

«Si la empresa se va después de explotar todos estos recursos, ¿quién se acordará de nosotros?»

Imagen de portada:

FUENTE RESPONSABLE: BBC News Mundo en Perú. Por Guillermo D. Olmo, corresponsal de la BBC. Junio 2022

América Latina/Perú/Economía/Pueblos indígenas del Perú/China

 

 

El hallazgo de esta red de canales cerca de la ciudad inca de Machu Picchu fue hecho por parte de un equipo de investigadores polacos.

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Machu Picchu es una de las Nuevas 7 Maravillas del Mundo Moderno y una de las razones principales por las que miles de turistas acuden cada año a Perú a ser testigos de su grandeza. Cuando parecía que la historia lo sabía todo acerca de este complejo arqueológico, nuevos secretos salen a la luz. El último de ellos fue el descubrimiento de una red de canales fluviales oculta bajo el manto de la espesa selva que rodea a Machu Picchu.

El hallazgo fue hecho por parte de un equipo de investigadores polacos y publicado en la revista Journal of Archaeological Science. Se trata de alrededor de una docena de pequeñas estructuras que se encuentran a menos de cinco millas de los restos de la ciudad inca del siglo XV, justo en las afueras del sitio ceremonial de Chachabamba.

Los investigadores recurrieron al uso de nuevas tecnologías como el escáner LiDAR, utilizado por primera vez en la región, debido a lo complicado que resulta explorar una zona densamente poblada por vegetación.

“Solo personas muy privilegiadas podían llegar a Machu Picchu”

Chachabamba se encuentra en el valle de Vilcanota, al sureste de Perú. Los restos arqueológicos ubicados en ese sitio son un altar principal de piedra rodeado por catorce baños que probablemente eran usados para abluciones rituales.

El agua fluía hasta el sitio a través de canales alimentados por el río Urubamba, según la subdirectora de organización y desarrollo del Centro de Estudios Andinos de la Universidad de Varsovia, Dominika Sieczkowska, quien dirigió la investigación.

«Solo personas muy privilegiadas podían llegar a Machu Picchu, porque era un lugar muy especial», dijo Sieczkowska. «Cuando ibas allí, tenías que parar en Chachabamba para tomar un baño espiritual para estar limpio y puro para llegar a Machu Picchu», agregó.

Antes de llegar a Machu Picchu, los visitantes tenían que parar en Chachabamba para tomar un baño espiritual y estar limpios y puros, según las conclusiones del grupo de expertos. Por lo tanto, esta red de canales servía precisamente como objetos rituales para llevar a cabo esa limpieza.

Uno de los canales hallados en el sitio arqueológico de Chachabamba. Foto: Fundacja PAP

El culto al agua entre los incas.

La relación entre Machu Picchu y el agua no es nueva. Una de las maravillas arquitectónicas de la ciudad son las fuentes litúrgicas que abastecían de agua a toda la ciudad, además de una red subterránea de canales de irrigación construida para alimentar las terrazas agrícolas.

En diversos puntos de la ciudadela se han encontrado con el correr de los años una serie de recintos rectangulares y circulares, andenes, muros de contención, canales de agua, y “contextos funerarios” que evidencian que en Machu Picchu el agua no era solo una necesidad de la vida diaria sino que se rendía culto al agua.

Río Urubamba. Foto: Getty Images

El Río Urubamba, al que los incas conocieron como Willkamayu, fue sagrado para ellos: el agua simbolizaba lo masculino, la Pachamama (madre tierra) simboliza lo femenino; al juntarse, ambos forman la fertilidad.

A lo largo de su historia, los incas rindieron tributo a reconocidas deidades como el Inti (Sol), Pacha Mama (Tierra) e Illapa (Rayo).

Al lado de ellas, otra divinidad adorada fue Mama Qocha, Madre de todas las aguas. Mama Qocha no solo ayudaba a calmar la bravura de algunos ríos, sino también para que dichas afluencias fueran fuente de alimento.

Una ciudad enigmática que sigue fascinando.

La ciudad inca más famosa la historia fue construida a mediados del siglo XV. Su nombre significa montaña vieja, y se ubica a unos 2453 msnm, en un premonitorio rocoso entre Machu Picchu y Huayna Picchu.

Se cree que fue una de las residencias del noveno inca del Tahuantinsuyo, Pachacútec. También se encuentran  los restos de un santuario. Es frecuente que durante la subida los viajeros sientan el mal de altura.

La ruta que los viajeros hacen desde Aguas Calientes para llegar al Santuario histórico de Machu Picchu fue popularizada por Hiram Bingham, profesor de Yale, a principios del siglo XX. Este sitio fue declarado patrimonio de la humanidad en 1983.

Si deseas ver el video; pincha acá…

Machu Picchu 101 | National Geographic

Imagen de portada: Gentileza de National Geographic

FUENTE RESPONSABLE: NATIONAL GEOGRAPHIC

Arqueología/Machu Pichu/Incas/Peru/Hallazgo

«Fue como descender sobre otro planeta»: qué encontraron los primeros científicos en bajar hasta los 8.000 metros de profundidad de la fosa de Atacama.

Durante años, los oceanógrafos chilenos Osvaldo Ulloa y Rubén Escribano se habían imaginado en sus conversaciones cómo sería el paisaje alienígena de la fosa de Atacama, esa impresionante hendedura que cae a más de 8.000 metros de profundidad frente a las costas de Chile y Perú y que ningún ser humano había visto directamente.

Ulloa y Escribano, director y subdirector respectivamente del Instituto Milenio de Oceanografía en la Universidad de Concepción, en Chile, se habían resignado a estudiar la Fosa desde la superficie.

Junto con su equipo habían mapeado por primera vez parte de la topografía de la Fosa. Durante la Expedición Atacamex en 2018 habían tomado algunas fotos, videos, muestras de agua y ADN de las extrañas criaturas que habitan el fondo de este inframundo.

Mapa mostrando la ubicación de la Fosa de Atacama

Dado que llegar hasta esas ultra profundidades es técnicamente más o menos como ir a la Luna, soñar con ser testigos presenciales de su objeto de estudio nunca fue una opción… Hasta ahora.

Ambos científicos descendieron al lugar la pasada semana con la expedición del explorador estadounidense Víctor Vescovo, quien en 2019 se convirtió en la primera persona en visitar los cinco puntos más profundos de los cinco océanos piloteando un sumergible especialmente construido para ese propósito.

Ulloa, Escribano y Vescovo son los primeros seres humanos en descender a la Fosa.

Ulloa y Escibano.

FUENTE DE LA IMAGEN – ANGELA POSADA. Osvaldo Ulloa (derecha) y Rubén Escibano.

Cada uno de los dos viajes duró un total de diez horas, para lo cual los acuanautas tuvieron literalmente que deshidratarse la noche anterior, llevar ropa de abrigo y asegurarse de empacar un emparedado.

En dos inmersiones separadas, Ulloa primero y Escribano después abordaron junto con Vescovo una pequeñísima esfera de titanio cubierta por un grueso revestimiento protector de espuma sintética, construida por Triton Submarines en la Florida.

Bautizado como el Limiting Factor, en honor a las novelas de ficción de Ian Banks, el sumergible es la maravilla tecnológica que está abriendo en forma rutinaria las puertas a la exploración de la llamada zona hadal de los océanos, es decir, todo lo que hay por debajo de los 6.000 metros.

«Esta fue la aventura de mi vida y una cúspide en mi carrera como investigador en ciencias del mar», dijo a BBC Mundo Ulloa, de 60 años, minutos después de esa inmersión y ya sobre el buque nodriza Pressure Drop.

Silencio y música en el fondo del mar

«El interior de la esfera es gris oscuro, tiene dos cómodas sillas, y está recubierto con tanques de oxígeno e interruptores para toda la electrónica. En la parte inferior hay tres ventanas ojo de buey que permiten la vista del fondo marino. Me impresionó la suavidad de la travesía, y el silencio, solo interrumpido por las comunicaciones con la superficie».

El descenso al punto más profundo de la fosa — 8.069 metros, según los mapas que se habían hecho el día anterior— les tomó tres horas y media. Ulloa imaginó que se iba a aburrir, pero entre momentos de conversación con Vescovo, terminaron escuchando música.

Osvaldo Ulloa

FUENTE DE LA IMAGEN – NICK VEROLA – CALADAN OCEANIC

Ulloa puso una canción del cantautor chileno Manuel García haciendo dúo con Mon Laferte, y le mostró a Vescovo fotos de sus hijos, que viven en Suecia. A su vez, Vescovo escogió Tequila Sunrise, del grupo The Eagles y le habló de sus motivaciones para terminar explorando las profundidades. Luego, entre risas, decidieron que al regreso tendrían tiempo de ver un trozo de la serie española El Cid. Y así fue.

En algún momento durante el descenso comieron la mitad de sus emparedados: de atún, para Vescovo, y de ensalada de huevo para Ulloa.

Una vez en el fondo, Vescovo maniobró la nave sobrevolando un terreno asombroso de valles, crestas y otras formaciones rocosas que arrojarán importante información en cuanto a la geología característica de esta región del planeta.

«Nos llamó la atención también la gran cantidad de holoturias, una especie de pepino marino que se ha hallado en otras fosas, pero que aquí estaban presentes con gran abundancia», dice Ulloa.

«Pero si hay algo que yo, como microbiólogo, quería en esta expedición era encontrar tapices de colonias de microbios. Y por eso, verlos con mis propios ojos fue algo extraordinario, la confirmación por primera vez de su existencia en la fosa de Atacama y a más de 8.000 metros».

Holutorias

FUENTE DE LA IMAGEN – VICTOR VESCOVO/CALADAN OCEANIC. Imagen de las holoturias, una especie de pepino marino que se ha hallado en otras fosas.

Gusanos arquitectos de ciudades

Para Rubén Escribano, de 64 años, la experiencia, dos días después, fue igualmente intensa.

Puesto que su interés es la fauna, Vescovo descendió únicamente hasta los 7.330 metros, explorando el talud oriental de la fosa en busca de más abundancia de organismos.

Encontraron criaturas inesperadas para tales profundidades como corales de agua fría y una solitaria estrella de mar. También pudieron observar animales presentes en mayores cantidades que en cualquier otra fosa estudiada hasta ahora, incluyendo gusanos poliquetos, crustáceos anfípodos y otros seres hadales que apenas ahora se comienzan a estudiar.

«A mí me dijeron que teníamos que estudiar la fosa, pero no me dijeron que teníamos que ir a ella», bromeó Escribano tan pronto salió del sumergible y puso los pies en cubierta.

«Fue algo mágico; como descender sobre otro planeta y ver las estructuras construidas por estos seres. Imaginé que eran ciudades pequeñitas hechas por los gusanos y crustáceos que hacen caminos en el sedimento».

Ulloa y Vescovo en la cápsula.

FUENTE DE LA IMAGEN -NICK VEROLA – CALADAN. El sumergible Limiting Factor se llama así en honor a las novelas de ficción de Ian Banks.

La Expedición Atacama Hadal también realizó mapas de alta resolución de varios trechos de la fosa de Atacama, que con 5.900 kilómetros de extensión es una de las grietas más largas de las profundidades oceánicas, una estructura formidable que nace donde la placa de Nazca se hunde bajo la de Suramérica, lo que causa los terremotos y tsunamis que azotan a esta región.

Los mapas serán claves para determinar el lugar óptimo donde instalar los sensores de un futuro proyecto para establecer el primer sistema de observación anclado en el océano profundo, un titánico esfuerzo en ciernes de la comunidad científica chilena.

Estudiar cómo cambian en el tiempo las condiciones físicas, geoquímicas y biológicas presentes en la zona aportaría la base científica que podrá utilizarse para observar eventualmente los efectos del cambio climático en las altas profundidades y comprender mejor los procesos que causan los grandes terremotos y tsunamis en la región.

«Hemos tenido un acceso único hacia dar un salto a la ciencia oceanográfica chilena, y confío en que este logro va a inspirar a las nuevas generaciones», dijo Ulloa.

Por su parte, Vescovo dice estar comprometido con el esfuerzo de continuar cartografiando decenas de miles de kilómetros cuadrados por mes para apoyar la iniciativa GEBCO 2030, que busca completar el mapa de todo el lecho marino para el año 2030.

Imagen de portada:NICK VEROLA – CALADAN OCEANIC. Osvaldo Ulloa momentos antes del descenso.

FUENTE RESPONSABLE: Por Ángela Posada-Swafford. Especial BBC Mundo. Buque Pressure Drop. Enero 2022

Ciencia/Chile/Perú

 

Encontraron en Perú una momia preincaica atada con sogas.

Hallazgo arqueológico

Pertenece a un joven, de entre 18 y 22 años, que luce con el rostro cubierto por sus manos. Tiene entre 1.200 a 800 años de antigüedad.

Arqueólogos peruanos hallaron una momia preincaica de entre 1.200 a 800 años de antigüedad atada con sogas mientras excavaban en un milenario complejo urbano de barro en la periferia de Lima.

Los restos pertenecen a una persona de sexo masculino, que tendría entre 18 a 22 años en el momento de su muerte y que luce el rostro cubierto por sus manos.

El descubrimiento ocurrió dentro de una cámara funeraria de unos tres metros de largo y a una profundidad de 1,40 metros en el sitio arqueológico Cajamarquilla, al este de Lima.

«Hemos logrado el descubrimiento de una momia que se encontraba ubicada al interior de una estructura funeraria de forma cónica subterránea y al ver las características se trataba de una momia que se encontraba amarrada con soguillas», dijo a la agencia de noticias AFP el arqueólogo Pieter Van Dalen, responsable del proyecto Cajamarquilla.

«Es una característica peculiar y única de este contexto funerario», destacó Van Dalen sobre el hallazgo en esta excavación.

«La momia habría sido enterrada entre el año 800 a 1200 después de Cristo», afirmó.

A un lado de la momia se encontró el esqueleto de un cuy andino (conejillo de indias) y de lo que parece ser un perro, según los investigadores de la Universidad de San Marcos.

En la cámara funeraria también se descubrieron restos de maíz y otros vegetales.

Cajamarquilla «era un centro urbano donde se desarrollaban múltiples funciones, tiene una gran variedad de sectores, administrativos, domésticos, residenciales», abundó Van Dalen.

Según el investigador, Cajamarquilla «es una ciudad muy grande que pudo haber albergado entre 10.000 y 20.000 personas en un total de 167 hectáreas».

Se construyó hacia el año 200 antes de Cristo y estuvo ocupada hasta el año 1500.

Cajamarquilla se localiza a 24 kilómetros l este de Lima y es uno de los complejos arqueológicos más grandes de la ciudad.

Imagen de portada: Gentileza de Universidad de San Marcos. Perú

FUENTE RESPONSABLE: CADENA 3. Córdoba. Argentina.

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Fordlandia, la utopía industrial que Henry Ford quiso construir en medio de la selva amazónica.

En 1928, el prestigio del magnate estadounidense Henry Ford como líder industrial era universal, y no sólo por ser uno de los hombres más ricos del mundo.

Su nombre evocaba la promesa de una deslumbrante revolución tecnológica a la manera que mucho más tarde lo harían personajes como Steve Jobs.

A los 39 años había fundado la Ford Motor Company, que se convertiría en una de las compañías más grandes y rentables del mundo.

Había patrocinado el desarrollo de la técnica de producción en cadena que le ayudó a fabricar en masa el primer automóvil que la clase media podía pagar, y a transformar los carros en un medio de transporte práctico que tendría un profundo impacto en el futuro.

El secreto del vehículo estrella de Ford, el Modelo T, era poder ser producido más rápido que nunca antes.

Tras todos esos logros, a los 65 años de edad, estaba listo para darle el banderazo de partida oficial a un proyecto faraónico que plasmaría su nombre y sembraría sus ideas en una tierra salvaje: la fundación de una ciudad estilo estadounidense en el estado brasileño de Pará.

En el Amazonas

En ese momento, la selva brasileña había dejado de ser lo que fue desde 1879 hasta 1912, cuando controlaba el comercio de caucho en una época en la que ese oro gomoso gobernaba el mundo.

Las industrias de América del Norte y Europa eran insaciables, y los árboles Hevea brasiliensis, originarios de la cuenca del Amazonas, crecían silvestres en la selva tropical guardando en sus troncos un látex lechoso que producía el caucho de más alta calidad del planeta.

Fordlandia desde el río

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

Desde el río, tras navegar en medio de la selva, Fordlandia puede parecer como una ilusión óptica.

Pero el explorador Henry Wickham logró llevarse miles de semillas del preciado árbol, con las que eventualmente se pudo hacer lo que nunca se había logrado en la selva amazónica: tener una plantación de Hevea brasiliensis.

El comercio del caucho pasó a manos del que todavía era el Imperio británico.

Para 1928, la región del Amazonas -que en el pasado producía el 95% del caucho del mundo- satisfacía apenas el 2,3% de la demanda global.

La noticia de que Henry Ford llegaba a reactivar la maltrecha economía y presentar una nueva forma de vida no podía ser más bienvenida por los residentes del norte de Brasil.

Escultura de un hombre sacando la sabia de un árbol

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Una escultura en la plaza central muestra el impulsor del proyecto: el preciado caucho del Amazonas.

El nuevo imperio contra los antiguos

Por su parte, el magnate estadounidense había tramado su plan con la intención de producir su propia fuente de caucho, necesario para fabricar neumáticos y piezas de automóviles como válvulas, mangueras y juntas.

En la década de 1920, la Ford Motor Company controlaba prácticamente todas las materias primas que utilizaba para hacer los autos, desde el vidrio hasta la madera y el hierro.

Pero el caucho estaba controlado por los europeos que los producían en sus colonias, y a él no le caía en gracia que fueran ellos los que fijaban los precios.

Es por eso que hace 90 años, dos buques mercantiles cargados con equipamiento y mobiliario navegaron por el río Tapajós, que era la única vía de acceso para llegar a los 110.000 kilómetros cuadrados en los que, poco después de que atracaran, se fundaría Fordlandia.

Fachada de edificio que dice: Bienvenidos a Fordlandia

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«No iremos a Sudamérica para ganar dinero, sino para ayudar a desarrollar esa tierra maravillosa y fértil», declaró Ford en 1928.

La visión de Ford

Sin embargo, Ford no era sólo un hábil hombre de negocios; era también famoso por sus ideas.

Por un lado, era uno de los más destacados antisemitas de su época, y lo dejaba claro por medio de su periódico y otros escritos, así como en sus reglas respecto a los judíos que trabajaban en su dominio.

Por otro lado, se le atribuye algo conocido como el «fordismo», que es descrito como la producción en masa de bienes económicos junto con altos salarios para los trabajadores.

Efectivamente, en 1914 -por ejemplo- había proclamado que todos los trabajadores de Ford recibirían un salario diario de US$5, el equivalente de US$126 de hoy, doblando el salario mínimo de entonces.

Para él, las empresas, por su propio bien, debían asegurarse de que sus empleados pudieran pagar los productos que producían, para impulsar el consumo. Si bien el pago de salarios más altos podía reducir las ganancias temporalmente, a largo plazo ganarían más y la economía sería más sostenible.

Ford en una foto colgada de una pared en Fordlandia

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Ford -en una foto colgada de una pared en Fordlandia- estaba llevando «la magia del hombre blanco» a la jungla, para cultivar no sólo «caucho sino también a los recolectores de caucho», según reportó el The Washington Post de la época.

Ford estaba convencido de que los valores que habían hecho que su compañía fuera un éxito mejorarían el carácter de las poblaciones en cualquier otro lugar del planeta.

Plantando su ideal

El plan para Fordlandia era detallado.

Ford había crecido en una granja y, como a muchos, la nostalgia le hacía creer que no había nada mejor que los pueblos del medio oeste de Estados Unidos.

Casa en Fordlandia

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No todas las casas eran iguales pero toda la vivienda era gratuita.

Casa en Fordlandia

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Hay casas que siguen en pie y habitadas, algunas por personas que nacieron cuando Fordlandia era de Ford.

Una vez se pudo construir, con diseño de cuadrícula, fueron apareciendo caminos de concreto iluminados por lámparas, casas prefabricadas en Michigan y organizadas en un barrio llamado Villa Americana para los estadounidenses -con agua corriente-, y otro para los nativos.

Además, una piscina comunitaria, hospitales, escuelas, generadores, un aserradero, una torre de agua, así como tiendas, restaurantes, y hasta un salón de entretenimiento, en el que se presentaban películas de Hollywood y se organizaban danzas.

Y por supuesto, una fábrica de caucho.

Fábrica por fuera

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Uno de los edificios de la fábrica.

Interior de la fábrica.

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La fábrica, por dentro.

Maquinaria "Made in USA".

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La maquinaria que usaban era «Made in USA».

Forma y contenido

Pero las aspiraciones para Fordlandia abarcaban mucho más.

Desencantado con la sociedad burda que había emergido de ese capitalismo industrial que él mismo había ayudado a crear, Ford soñaba con construir un lugar acorde con sus ideales.

Si bien a los trabajadores les ofrecía un buen sueldo, además de vivienda, salud y educación gratuita, tenían que ceñirse a lo que el dueño consideraba «valores estadounidenses».

El centro de la plaza.

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El centro de la plaza.

Eso significaba desde horarios de trabajo de 9 a 5, como en Detroit, a pesar de que el calor en el Amazonas imponía otros ritmos, hasta edictos de comportamiento, que incluían una dieta estricta y la prohibición de bebidas alcohólicas.

Con los pasatiempos, se hacía énfasis en la jardinería, el golf y quien quisiera bailar, lo podía hacer, siempre y cuando fueran bailes country de cuartetos.

Ese trasplante cultural causó varios de los problemas que aquejaron a Fordlandia durante los 17 años que fue de Ford.

Iglesia

FUENTE DE LA IMAGEN – JOEL AUERBACH

Aunque la religión no era parte del proyecto, lo que mejor conservado está es la iglesia.

Épica aventura, épico fracaso

La batalla fue cuesta arriba en varios frentes.

Hubo frecuentes sublevaciones de los trabajadores, incluida una en diciembre de 1930 en la que el personal directivo tuvo que escapar en barco y apelar al dueño de la línea aérea Pan Am para que llevara en uno de sus aviones personal militar brasileño al área.

Los administradores estadounidenses, por su parte, tampoco resultaron ser ideales: sus pocos conocimientos de todo lo que les rodeaba -particularmente de agricultura- los llevaban a cometer graves errores.

Cruces en el cementerio

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La selva tropical le trajo la muerte a muchos.

En los primeros dos años, la ciudad tuvo numerosos gerentes. Algunos no pudieron adaptarse a las condiciones en el Amazonas y sufrieron crisis nerviosas. Hubo uno que se ahogó en el río en medio de una tormenta y otro que se fue después de que tres de sus hijos murieran de fiebres tropicales.

La selva también reclamó víctimas entre los trabajadores brasileños que llegaron a realizar el sueño del magnate estadounidense.

Y las plantaciones sufrieron el mismo destino que las que muchos otros habían intentado crear en esas tierras.

Ruinas

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La selva resultó más fuerte que el sueño americano.

El clima que hacía florecer los árboles también favorecía las plagas y enfermedades que habían evolucionado con el árbol durante milenios. La plantación en campos monocultivos los hacía más susceptibles a la infestación.

Aunque la producción fue mejor en otra plantación llamada belterra, para lo que más sirvió el territorio de Ford en Brasil fue para alojar militares estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial.

En 1945, los estadounidenses finalmente empacaron y se fueron a casa, dejando atrás a los fantasmas.

Aunque nunca puso un pie en Fordlandia, Ford invirtió casi dos décadas y una fortuna en su sueño amazónico.

Quiso domar el capitalismo industrial y el inconquistable Amazonas pero sobrestimó su fuerza.

Llave abandonada

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Imagen de portada: Gentileza de GETTY IMAGES

FUENTE RESPONSABLE: Redacción BBC News Mundo. Octubre 2018

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