La clase obrera protagoniza esta excepcional exposición fotográfica.

El crítico de arte y fotógrafo catalán Jorge Ribalta ha sido el comisario de esta casi irrepetible exposición, ‘Genealogías documentales’, que alberga el Museo Reina Sofía hasta el próximo lunes, 27 de febrero. 

En ella se exhiben algunas fotografías antiguas, de mediados del siglo XIX, de las que apenas se cuentan ejemplares en el mundo. Ribalta propone una doble mirada para una doble revolución: la de la fotografía y la de las clases populares. Los pobres, los excluidos, el lumpen-proletariado…, la clase trabajadora en su conjunto es la protagonista de esta excepcional exposición.

Todo empezó en 2011, con la exposición Una luz dura, sin compasión. El movimiento de la fotografía obrera, 1926-1939. Ese fue el inicio de toda una narrativa que ha compuesto Ribalta para repensar la manera en que se ha utilizado el discurso documental en la historia de la fotografías.

“Partiendo de que lo documental no es puramente lo que se opone a la ficción, como se suele entender de forma un poco banalizada, ello aparece históricamente en los años 20 del pasado siglo para representar el nuevo protagonismo político adquirido por parte de la clase trabajadora”, en sus propias palabras. Es en este punto donde sobresalen fotografías publicadas en medios de comunicación comunistas de Alemania y la URSS, una suerte de autorrepresentación de la clase trabajadora ligada a su promoción.

El pequeño ciclo de exposiciones continuó en 2015, con Aún no. Sobre la reinvención del documental y la crítica de la modernidad, posicionada en los años 70, tras el mayo parisino del 68. “La historia de la preguerra, ese vínculo entre lo documental y la política del movimiento obrero, queda borrada por la Guerra Fría, al menos en Occidente, y solo cuando aparece una nueva generación de artistas politizados es cuando resurge”, explica Ribalta.

En esos años, además, se produce cierta historización del movimiento de la clase obrera entre lo documental y lo político. 

La muestra, por aquel entonces, sirvió para mapear la década larga de los 70 identificando los polos de debate y teorizando la relación entre lo documental y los movimientos sociales que, claramente, no eran iguales que cuatro décadas antes.

“En los años 30 la representación del trabajador era la del obrero industrial, muy masculinizado, en una fábrica. En los 70 las luchas políticas han adquirido otro cariz y sobresalen las minorías raciales y de género, se abordan las consecuencias del conflicto de Vietnam y el discurso poscolonial”, explica el comisario. 

Y en esa nueva constelación, la geografía también se diversifica dejando algo atrás al hombre blanco europeo y entrando de lleno latinoamericanos y africanos.

Dentro de este ciclo, Marc Pataut fue el protagonista de una tercera exposición que tuvo lugar en 2018. Esta especie de coda se centraba en su trabajo de forma monográfica: “Se trata de un caso emblemático de vínculo de práctica fotográfica y el surgimiento de los precarios y los movimientos de antiglobalización de los años 90”, enuncia Ribalta.

Pincha el siguiente link; si deseas ver el vídeo. Muchas gracias

Así llegamos a 2023, momento en el que Genealogías documentales viene a cerrar este hilo conductor entre fotografía y movimiento obrero y yendo a los inicios del mismo. 

“Esta mirada a la protohistoria, incluso antes de que surja el discurso documental como un arte específico, muy de los años 20, posee ciertas prácticas que se remontan casi al origen de la fotografía misma”, subraya el comisario.

De la mano, fotografía y revoluciones transitan desde 1848, año en el que se publica el Manifiesto Comunista y se da la primera revolución fotografiada y el nacimiento del movimiento obrero tal y como lo entendemos en la actualidad, hasta el surgimiento del movimiento obrero organizado ya a finales del siglo XIX y principios del XX. Ribalta, de esta forma, mapea las fuerzas, tendencias y discursos que anticipan el género documental propiamente dicho.

Los pobres, los excluidos, el lumpen-proletariado, la clase trabajadora en su conjunto es la protagonista en todas y cada una de las diferentes salas que cobijan esta excepcional exposición. 

La primera de ellas se concentra en 1848, aunque pronto da paso a la siguiente, dedicada a ese surgimiento de los estados-nación y las campañas fotográficas que les acompañan. Es ahí donde, pese a no existir todavía la fotografía como un hobby amateur, aparecen personajes populares, criados, vagabundos y gente de la calle, esas personas que vivían en la periferia de los monumentos nacionales.

Otra sala se concentra en los grandes ensanches llevados a cabo en algunas ciudades europeas como París, Madrid, Viena y Barcelona. Esas grandes reformas urbanas intentaron adecuar la ciudad a la industrialización, y de ahí el surgimiento de ese proletariado, los barrios pobres, la marginalidad urbana.

La siguiente estancia se centra en las primeras representaciones del trabajo industrial principalmente vinculadas a la fábrica y las obras públicas, así como la mina. 

Se trata de iconografías que en España, por ejemplo, ilustran la construcción del canal de Isabel II. “Además, todo ello se entrelaza con el trabajo forzado que se veían obligados a realizar los presos”, puntualiza Ribalta.

Los usos disciplinarios de la fotografía tienen una sala única. En ella aparecen los discursos médicos, antropológicos y judiciales tan en boga a finales del XIX. Es aquí donde los heridos en las guerras saltan al negativo y donde la fotografía antropológica construye un discursos de alteridad respecto al primitivo, el enfermo e, incluso, el considerado como criminal.

Escenas de trabajo en los talleres Krupp, Esen. Fotógrafo desconocido.

Escenas de trabajo en los talleres Krupp, Essen (Alemania), 1899. Fotógrafo desconocido.

Barricada en la rue de la Roquette, plaza de la Bastilla (París), 1871. Fotógrafo desconocido.

La muestra termina con una sala en la que se combinan imágenes de algunas revoluciones con las del nacimiento del movimiento obrero organizado, como los 1 de mayo o las Internacionales socialistas. 

Más ejemplos: la Comuna de París de 1871 y la Revolución rusa de 1917. 

Termina con Lewis Hine, “la gran figura emblemática del cambio de siglo que con su trabajo de denuncia del trabajo infantil para una organización se convirtió en el emblema de lo que sería el fotógrafo documental del siglo pasado”, ilustra el comisario. 

También aparece Paul Strand como “esa figura moderna que marca la transición en la segunda década del XX hacia lo que se entiende como fotografía moderna, también muy politizado”.

Genealogías documentales está ideada en ese tiempo algo lejano pero todavía temible de confinamiento pandémico. “Aquello hizo muy difícil la investigación e impidió la posibilidad de viajar. Hemos contado con una limitación muy ardua, además de que parece que la pandemia ha tenido cierto efecto en los museos y archivos a la hora de complicar los préstamos”, explica el fotógrafo y crítico de arte.

Ese ha sido el motivo por el que muchas instantáneas que a Ribalta le hubiera gustado exponer finalmente no cuelgan de las paredes del Reina Sofía, pero eso no es óbice para haber conseguido una muestra difícilmente igualable. 

“Hablamos de obras muy delicadas, sujetas a periodos muy largos de descanso y que de por sí es difícil obtener un préstamo. Sería muy raro volver a ver expuesto junto todo lo que hay aquí”, defiende el comisario. 

Sin ir más lejos, posiblemente es la primera vez que se hace algo como lo que hay en la sala centrada en 1848: “Hablamos de que a lo mejor en el mundo hay unas 10 fotografías de aquello y aquí hemos reunido cinco. Parece que no es nada, pero es realmente difícil”.

Las obras proceden de países como Francia, Inglaterra, Australia, Estados Unidos, Rusia, Alemania y España. 

Según el comisario, “esto tiene un coste astronómico. Primero el traslado de la obra, con varias personas miembros de los museos prestadores para supervisar el montaje, y luego hacer marcos especiales y vitrinas climatizadas. Toda esa parte de producción que conlleva el hecho de que se trata de obra antigua es extremadamente cara”.

Tal esfuerzo ha sido muy aplaudido por la comunidad académica centrada en la historia de la fotografía, y ya ha conseguido sus resultados. 

Por el Reina Sofía han pasado estudiantes de Alemania y de California, por ejemplo, que visitaban Madrid con motivo de la exposición. Además, el libro también está llamado a ser un éxito: “Reúne a 15 autores de diferentes países”, concluye Ribalta, “que escriben ensayos cortos pero componen un gran proyecto desde el punto de vista intelectual que interpela a la comunidad internacional formada por los estudiosos de la historia de la fotografía”.

Imagen de portada: George Bretz. Minero usando barrena de carbón. Mina de Carbón de Kohinoor, al este de Pensilvania (EE UU), 1884. Foto: Universidad de Maryland, condado de Baltimore.

FUENTE RESPONSABLE: El Asombrario & Co. Por Guillermo Martinez. 22 de febrero 2023.

Sociedad y Cultura/Muestra Fotográfica/Historia/Pobreza/ Confrontaciones/La clase obrera/Museo Reina Sofia; Madrid, España.

Philips anuncia un despido masivo de 6.000 trabajadores: no hay empresa tecnológica que se libre.

Introducción personal y breve:

En todos mis años de actividad laboral; jamás observe una sola empresa que distribuyera un porcentaje de sus ganancias entre su plantilla de emplead@s. Sí; se que hay casos. Pero son los menos.

Cualquier temblor producido por la economía globalizada y aún por la ineficiencia en el manejo de las propias empresas, a ello sumado a un proceso de desindicalización -que aclaremos en la mayoría de los casos responden a los intereses de los CEO´s de estas mismas empresas-desde hace décadas, provoca pérdidas de trabajo y lleva por consecuencia a mayor desempleo, mayor pobreza.

Desigualdad mayor al fin. 

La mansedumbre de la sociedad cumpliendo a rajatabla la “obediencia debida”; la seguirá  enfrentado a eso tan difícil que es “vivir de rodillas”…en un mundo caótico.

Si deseas profundizar en esta entrada; cliquea por favor adonde se encuentre escrito en color “azul”. Muchas gracias. 

Son malos tiempos para las tecnológicas. En las últimas semanas no hemos parado de ver más y más despidos de grandes y no tan grandes —Glovo anunciaba recortes en España hoy mismo—. Microsoft, Amazon, Meta, Salesforce, Twitter o Alphabet han ido anunciando despidos masivos, y ahora otra compañía del sector se suma a esta trágica tendencia.

Philips. En octubre de 2022 la multinacional holandesa contaba con 79.000 empleados en todo el mundo. Ya entonces anunció que despediría a 4.000 empleados (aproximadamente el 5%), pero ahora ha indicado que reducirá esa plantilla en 6.000 puestos adicionales a nivel mundial para 2025. De esos despidos, la mitad se ejecutarán en 2023.

Pérdidas. El motivo no es otro que la cuenta de resultados: la empresa ha perdido más de 1.500 millones de euros en el último año.  Según sus responsables, este «modelo operativo simplificado hará a Philips más ágil y competitiva, permitiendo que la compañía ofrezca innovaciones de mayor impacto para sus clientes, pacientes y consumidores». Además, destacan que gracias a esa reducción de plantilla tendrán «una estructura de costes significativamente reducida».

Todo problemas. En sus resultados financieros del cuarto trimestre de 2022 las ventas ascendieron un 3%, mientras que los ingresos a nivel anual tuvieron ese mismo (y ligero) crecimiento. Los responsables de la empresa achacaban la situación a «los retos operativos y de suministro, la bajada de ventas en China, y la guerra de Ucrania».

Respironics. En verano de 2021 la compañía tuvo que retirar del mercado varios dispositivos de respiración y ventiladores. Los efectos de aquel gran problema —más tarde se descartarían efectos nocivos— se han trasladado a todo un 2022 en el que las pérdidas en esa parte de negocio han sido enormes, y han contribuido a la bajada en el valor de las acciones de Philips, que en 2022 cayó cerca de un 50%.

Lenta recuperación. Con esta medida Philips espera afrontar los próximos meses de forma algo más positiva. La empresa indicó que el comienzo del año sera “lento”, y la cosa mejorará a lo largo de los próximos meses.

Imagen de portada: Philips

FUENTE RESPONSABLE: Xataka. Por Javier Pastor. Fuente de la historieta: Fandogamia. 30 de enero 2023.

Sociedad/Tecnología/Empresas/Negocios/Economía/Despidos/

Desempleo/Capitalismo/Distribución/Pobreza/Pensamiento crítico.

A qué niveles llegan la pobreza, la desigualdad y la corrupción en Estados Unidos y cómo se comparan con América Latina.

Todos sabemos el impacto que las preocupaciones sobre pobreza y corrupción tienen en las elecciones latinoamericanas.

Pero, ¿qué tan influyentes son estos dos factores en la política de Estados Unidos, que llega al momento crucial de las elecciones de mitad de período este martes 8 de noviembre?

Para responder esta pregunta, puede resultar útil primero establecer qué tan serio es el problema en Estados Unidos, comparado con lo que ocurre en América Latina.

Por lo general, los problemas de pobreza son de distinta magnitud en los países latinoamericanos, comparado con lo que se experimenta en Estados Unidos.

También es cierto que la percepción general de corrupción institucional es más seria en muchos de los países latinoamericanos, comparado con lo que ocurre en la nación norteamericana.

Pero, como le dicen varios expertos a BBC Mundo, esto no quiere decir que la ansiedad por la pobreza y la corrupción no estén influyendo también en elecciones en Estados Unidos.

Una persona mira su billetera con un dólar

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. Ambos son vistos como problemas recurrentes que, en muchos casos, convencen a los estadounidenses a votar en un sentido o en el otro.

Órdenes de magnitud distintos

Es por supuesto complejo comparar la pobreza en Estados Unidos, la nación mas poderosa de la tierra, con la que se ve en los países latinoamericanos.

No es lo mismo ser considerado pobre en Estados Unidos que en otros lados.

De acuerdo con la Oficina del Censo de Estados Unidos, en ese país una familia de dos adultos y dos niños es clasificada como pobre si el ingreso familiar no pasa de los US$26.000 anuales. Aproximadamente un 12% de la población estadounidense entra en esa calificación.

Sin embargo, a manera de ejemplo, una familia colombiana que ganara ese mismo monto de dinero, equivalente a unos 10 millones de pesos colombianos al mes, sería considerada holgadamente como parte de la clase media en esa nación sudamericana.

Una persona duerme en la calle entre unas mantas

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

Al intentar medir la pobreza estadounidense frente a la de los países latinoamericanos, los constantes cambios de valor de sus respectivas monedas, las diferencias en el costo de vida, la disponibilidad de ayudas estatales y otros factores socioeconómicos hacen que el solo monto salarial no sea la única variable a considerar.

El Banco Mundial ha intentado crear un índice que toma en cuenta algunas de estas diferencias en costo de vida y valor de las monedas para estimar qué porcentaje de la población vive con menos de US$2,15 al día, ajustados al poder adquisitivo de las distintas divisas.

Llegan de esa manera a una estimación del numero de gente enfrentando las dificultades de extrema pobreza en cada país.

Medido así, un 1% de la población estadounidense está en esa condición de pobreza absoluta.

Tienda en barrio pobre

AFP

Pobreza en Estados Unidos

  • 12%
  • Población en Estados Unidos viviendo en condiciones de pobreza

Fuente: Oficina del Censo

Según este método, hay menos pobres extremos en Chile, donde esta población vulnerable es el 0,7% del total.

En cambio, según el Banco Mundial, en México llegan al 3,1%, Guatemala al 9%, Colombia al 10,8%, Honduras al 12,7% y Haití al 29%.

Naciones Unidas tiene otro mecanismo, el del Índice de Desarrollo Humano, que, más allá del salario, examina qué tanto acceso tiene el grueso de la población a condiciones materiales de bienestar.

Una mujer camina frente a una tienda en Nueva York

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

En un índice de 0 a 1, donde el 1 refleja a las comunidades con mayor desarrollo humano, Chile, con un puntaje de 0.855, está muy cerca del 0.92 que obtiene Estados Unidos.

México, Brasil y Colombia obtienen 0.75. Mientras que Bolivia solo llega a 0.6 y Haití apenas alcanza 0.53.

Finalmente, está el prisma de la pobreza relativa y la desigualdad.

En muchos países, el impacto político de la pobreza está magnificado por la sensación de desigualdad.

Si los pobres consideran que los ricos tienen demasiado, es posible que aumente su sensación de indignación con el sistema.

El índice Gini mide el grado de desigualdad en una sociedad. Mientras más bajo sea el número, menos desigualdad hay.

De acuerdo con información del Banco Mundial, este índice llega a 41.5 para Estados Unidos. El mismo índice califica con 40.2 a Uruguay, una sociedad que, en esa medición, resulta más igualitaria.

En cambio, el índice Gini sube a 48.9 para Brasil, y a un 54.2 para Colombia, uno de los países peor librados en el mundo en ese sentido.

Un hombre participa de las elecciones de medio término en EE.UU.

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

De modo que al hacer la comparación de pobreza y desigualdad entre América Latina y Estados Unidos, la primera aclaración que hay que hacer es: qué país en América Latina, una región de enormes diferencias internas en los resultados de la lucha contra la pobreza.

Los efectos en la política de EE.UU.

En cualquier caso, los expertos indican que la pobreza estadounidense, aunque muchas veces sustancialmente menor que en América Latina, tiene efectos importantes en la política.

Eso cree Shailly Barnes, directora de políticas en el Kairos Center, un centro de pensamiento basado en Nueva York que busca soluciones a la pobreza en Estados Unidos.

«La narrativa común que se maneja sobre los pobres en Estados Unidos es que no participan en las elecciones y no les interesa la política. Hemos encontrado que eso no es cierto. En 2020 un número cercano a 60 millones de personas de bajos ingresos votaron en las elecciones presidenciales», asegura Barnes en conversación con BBC Mundo.

Barnes usa el ejemplo de lo que ocurrió en las pasadas elecciones de 2020 en el estado de Florida para mostrar la relevancia del tema de la pobreza en el mundo político estadounidense.

Un hombre reparte comida en Texas

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

Señala que fue un estado donde ganaron los republicanos, un partido cuyas políticas están tradicionalmente asociadas con más apoyo a los grandes empresarios.

Pero, recuerda Barnes, «ese mismo electorado de Florida aprobó en un referendo una medida que subía el salario mínimo vigente en el estado».

Sin embargo, a la experta le preocupa que muchas veces «nuestra política no responde a las necesidades o apremios de estas personas».

Advierte que al igual que pasa en muchos otros países, la ansiedad que puede estar generando la preocupación sobre la pobreza alimenta en Estados Unidos otros fenómenos políticos como el populismo.

«Hemos visto eso es la ultima década», explica Barnes, indicando, por ejemplo, el «uso de discursos racistas» por algunos políticos como respuesta a un electorado preocupado por el deterioro en sus niveles de bienestar material.

Las preocupaciones sobre la corrupción

Aparte de la pobreza, otro tema recurrente de discusión en la política latinoamericana contemporánea es la corrupción.

En general, pero no siempre, las mediciones sobre percepción de corrupción dejan mejor libradas a las instituciones de Estados Unidos que a las de los países latinos.

Pero nadie niega que es también un tema extremadamente del momento en la política del país norteamericano.

Una mujer lava la ropa en el campamento Necocli en Colombia.

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

Transparencia Internacional es uno de los organismos que intenta calificar y comparar con un índice la percepción pública acerca del grado de corrupción prevalente en muchos países.

La más reciente versión del índice señala que Dinamarca es la nación con menor percepción de corrupción, con un puntaje de 88 sobre 100.

Estados Unidos alcanza la posición 27, con 67 puntos, un resultado que lo pone al mismo nivel de Chile, y superado por Uruguay, ubicado en el puesto 18 con 73 puntos.

En cambio, Colombia sale en el puesto 87 con 33 puntos. Argentina ocupa el puesto 96 junto con Brasil, Guatemala el 150 y Venezuela el 177, apenas superando en esta tabla a tres países: Somalia, Siria y Sudan del Sur.

La discusión sobre corrupción, en cualquier caso, sacude la política estadounidense tanto o más que a muchos países latinoamericanos.

Basta recordar que uno de los gritos de batalla de Donald Trump en su victoriosa campaña presidencial de 2016 fue su promesa de «secar el pantano», como el entonces candidato se refería a la corrupción en Washington, ciudad creada sobre un pantano.

En este año, la discusión se ha centrado muchas veces en temas de supuesta corrupción electoral, le dice a BBC Mundo Gabriel Sanchez, experto asociado al centro de investigación Brookings Institute de Washington y catedrático de la Universidad de Nuevo Mexico.

La polémica alrededor de las elecciones presidenciales de 2020 y la derrota de Trump ha marcado la percepción del público estadounidense sobre corrupción, pese a que nunca se han encontrado evidencias de fraude en dichas elecciones.

El barrio Petare en Caracas, Venezuela.

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

«Estamos viendo niveles récord de información imprecisa dirigida a los latinos en este ciclo electoral, principalmente a los latinos hispanohablantes. Buena parte de ese contenido se enfoca en las continuas aseveraciones de Trump sobre el supuesto robo de las elecciones de 2020, lo que está ayudando a generar percepciones de corrupción entre algunos latinos», asegura Sanchez.

El experto identifica repercusiones de esta discusión en los comicios de mitad de período de este martes.

«Es evidente en sitios como Arizona, donde hay varios candidatos que se han aferrado al mensaje de campaña de Trump en el 2020 sobre corrupción electoral. Si ahora ocurre otra elección apretada, podría tomar varios días calcular los resultados, lo que podría alimentar las acusaciones de fraude electoral y generar mayor preocupación sobre la corrupción».

En un mundo interconectado e interdependiente, los discursos políticos de distintas partes del mundo se han vuelto más parecidos, incluso entre regiones tan distintas como Estados Unidos y América Latina.

Y pese a mostrar indicadores tan distintos en asuntos como la corrupción y la pobreza, la indignación ciudadana en torno a estos temas ayuda a explicar por lo menos algunos de los resultados electorales en ambos lugares.

Imagen de portada: GETTY IMAGES

FUENTE RESPONSABLE: Luis Fajardo; BBC Monitoring. 8 de noviembre 2022.

Sociedad/Economía/Pobreza/Política/América Latina/EE.UU.

La filósofa Adela Cortina reflexiona sobre la aporofobia, el rechazo al pobre.

La española compara la hospitalidad con la que se recibe al extranjero turista, frente a la xenofobia que parte de la sociedad transmite a refugiados políticos y migrantes sin recursos.

En el año 2017, la Fundación del Español Urgente, promovida por la Agencia Efe y BBVA, escogió “aporofobia” como la palabra del año 2017. Un neologismo que hace alusión al miedo, el rechazo o la aversión a los pobres.

La filósofa española Adela Cortina reflexiona sobre esta realidad y el término que la nombra en su libro Aporofobia, el rechazo al pobre, publicado en ese mismo año. En el prólogo del texto, se plantea el hecho de que “es el pobre el que molesta” y no el extranjero en sí, se evidencian las claras diferencias en el trato a los turistas y a los inmigrantes sin recursos y refugiados políticos.

Adela Cortina (Valencia, 1947) dirige la Fundación Étnor, Ética de los Negocios y las Organizaciones. Antigua catedrática de Ética en la Universidad de Valencia, obtuvo el Premio Internacional de Ensayo Jovellanos y el Premio nacional de ensayo.

Cercana a las éticas discursivas de Apel y Habermans, la filósofa establece la ética dialogada como una base fundamental para el desarrollo de una moral cívica, es decir, una ética mínima que haga posible la coexistencia de diversas concepciones éticas que se manifiestan en las sociedad pluralistas del mundo actual.

Os dejamos con el prólogo de su libro para reflexionar sobre la aporofobia:

adela cortina filosofa espanola pensamiento reflexion aporofobia odio pobre xenofobia inmigracion 1

“A lo largo del año 2016 llegaron a España algo más de 75 millones de turistas extranjeros. A las razones habituales para elegir nuestro país como destino turístico se sumaron los graves problemas surgidos en otros lugares, con lo cual aumentó notablemente el número de visitantes, que por lo general es ya muy alto.

Los medios de comunicación fueron dando la noticia con un entusiasmo rayano en la euforia, desglosando la cantidad un mes tras otro, y con el mismo entusiasmo la recibieron los oyentes, porque el turismo es la principal fuente de ingresos en España desde hace tiempo, pero aún más después del descalabro sufrido por el penoso capítulo de la construcción y el desastre de la crisis económica, financiera y política.

Crear empleo, que podría ir dejando de ser precario poco a poco, subir las cifras de la ocupación hotelera con todo lo que eso implica para bares, restaurantes y tiendas de todo tipo, es una de las promesas que siempre lleva aparejado el mundo del turismo.

Naturalmente, esos turistas vienen de otros países, son extranjeros, y esa es una excelente noticia. Incluso en ocasiones pertenecen a otras etnias y a otras razas, con todas las dificultades que entraña aclarar qué es eso de las etnias y las razas. 

En cualquier caso, si hubiera que buscar un adjetivo para designarlos, en español sería «extranjero», y en griego, «xénos». Un término, por desgracia, bien conocido, porque da lugar al vocablo xenofobia, que significa rechazo, miedo o aversión al extranjero, al que viene de fuera, al que no es de los nuestros, al forastero.

Pero si esto es así, surge una pregunta que, curiosamente, nadie plantea: ¿Despiertan esos turistas extranjeros al venir a nuestro país un sentimiento de xenofobia en la población española, esa expresión que, desgraciadamente, está de actualidad? ¿Se sienten rechazados, producen miedo o aversión, que es lo que significa en griego el vocablo «fobos»?

adela cortina filosofa espanola pensamiento reflexion aporofobia odio pobre xenofobia inmigracion 4

Pocas veces una pregunta ha tenido más fácil respuesta: no despiertan el menor rechazo, sino todo lo contrario. Las gentes se esfuerzan por atenderles en los hoteles, en las tiendas, en los apartamentos, en las playas y en las casas rurales. 

No solo les explican con todo detalle el trayecto más adecuado cuando preguntan una dirección, sino que incluso les acompañan hasta el lugar concreto. Se desviven por lograr que se encuentren a gusto, igual o mejor que en su propia casa. Que vuelvan es el deseo más extendido.

Imposible, pues, hablar aquí de xenofobia, por mucho que el término esté constantemente en la calle y en los medios de comunicación. Más bien tendríamos que hablar de xenofilia, de amor y amistad hacia el extranjero. 

Hacia este tipo de extranjero.

Claro que todo esto puede hacerse por elemental cortesía, por un básico sentido de hospitalidad ante el que viene de fuera, por un deseo natural de compartir con él las playas, el buen clima y el patrimonio artístico. A fin de cuentas, viene de antiguo la bien labrada tradición de la hospitalidad en Oriente y en Occidente, y muy especialmente en los países del sur de Europa.

Pero, desgraciadamente y si bien se piensa, no debe ser tan elemental esa actitud de acogida al forastero cuando se compara con otros casos de personas que también han venido de fuera de España en 2016 y desde mucho antes. Han venido del otro lado del Mediterráneo, se han jugado la vida, y la han perdido muchas veces por llegar a esa supuesta Tierra Prometida que es la Unión Europea.

Solo que en este caso no se trata de turistas, dispuestos a dejar dinero, más o menos según sus recursos o su prodigalidad. Se trata de refugiados políticos y de inmigrantes pobres. Son otro tipo de extranjeros. Su éxodo viene de muy lejos en el espacio y en el tiempo.

adela cortina filosofa espanola pensamiento reflexion aporofobia odio pobre xenofobia inmigracion 3

No les trae a nuestro país el atractivo del sol, las playas, la belleza natural y artística, y mucho menos nuestra proverbial hospitalidad, que con ellos ha dejado de serlo. Les arrancan de sus hogares la guerra, el hambre, la miseria, se ponen en manos de mafias explotadoras, embarcan en pateras e intentan por todos los medios llegar a nuestras costas. 

Miles de ellos mueren en el mar, y para los que llegan el suplicio continúa a través de tierras inhóspitas, poblaciones adversas, lugares de internamiento en pésimas condiciones y riesgo de devolución en caliente. El único, ínfimo consuelo, es que aquí no cabe añorar las ollas de Egipto, como hicieron los israelitas, según cuenta el libro del Éxodo.

Como sabemos, la crisis de refugiados políticos se recrudece en Europa desde 2007, y todavía más, desde 2011 con el comienzo de la guerra de Siria; aunque también es cierto que, al menos desde 2001, millones de personas huyen de conflictos bélicos.

Con todo, puede decirse que, junto con la llegada de los inmigrantes pobres, la crisis migratoria hacia Europa a partir de 2015 es la mayor después de la segunda guerra mundial. Sus protagonistas son personas desesperadas que huyen de Siria, Libia, Afganistán, Eritrea, Nigeria, Albania, Pakistán, Somalia, Irak, Sudán, Gambia o Bangladés, fundamentalmente a través de Grecia e Italia.

Sus historias no son ficticias, sino contundentemente reales. Los medios de comunicación dan la noticia un día tras otro, un mes tras otro, un año tras otro, con la atonía, con el conformismo y el discurso plano de lo que se cuenta como irremediable, cuando en realidad no lo es.

Es imposible no comparar la acogida entusiasta y hospitalaria con que se recibe a los extranjeros que vienen como turistas con el rechazo inmisericorde a la oleada de extranjeros pobres. Se les cierran las puertas, se levantan alambradas y murallas, se impide el traspaso de las fronteras.

Angela Merkel pierde votos en su país, incluso entre los suyos, precisamente por haber intentado mostrar un rostro amable y por persistir en su actitud de elemental humanidad, Inglaterra se niega a recibir inmigrantes y apuesta por el Brexit para cerrar sus filas, sube prodigiosamente el número de votantes y afiliados de los partidos nacionalistas en Francia, Austria, Alemania, Hungría, Holanda, y Donald Trump gana las elecciones, entre otras razones, por su promesa de deportar inmigrantes mexicanos y de levantar una muralla en la frontera con México. Y, al parecer, algunos de los votos provenían de antiguos inmigrantes, ya instalados en su nueva patria.

adela cortina filosofa espanola pensamiento reflexion aporofobia odio pobre xenofobia inmigracion 2

Realmente, no se puede llamar xenofilia al sentimiento que despiertan los refugiados políticos y los inmigrantes pobres en ninguno de los países. No es en modo alguno una actitud de amor y amistad hacia el extranjero. 

Pero tampoco es un sentimiento de xenofobia, porque lo que produce rechazo y aversión no es que vengan de fuera, que sean de otra raza o etnia, no molesta el extranjero por el hecho de serlo. Molesta, eso sí, que sean pobres, que vengan a complicar la vida a los que, mal que bien, nos vamos defendiendo, que no traigan al parecer recursos, sino problemas.

Y es que es el pobre el que molesta, el sin recursos, el desamparado, el que parece que no puede aportar nada positivo al PIB del país al que llega o en el que vive desde antiguo, el que, aparentemente al menos, no traerá más que complicaciones. 

De él cuentan los desaprensivos que engrosará los costes de la sanidad pública, quitará trabajo a los autóctonos, es un potencial terrorista, traerá valores muy sospechosos y removerá, sin duda, el «estar bien» de nuestras sociedades, en las que indudablemente hay pobreza y desigualdad, pero incomparablemente menor que la que sufren quienes huyen de las guerras y la miseria.

Por eso no puede decirse que estos son casos de xenofobia. Son muestras palpables de aporofobia, de rechazo, aversión, temor y desprecio hacia el pobre, hacia el desamparado que, al menos en apariencia, no puede devolver nada bueno a cambio…”.

Imagen de portada: Adela Cortina

FUENTE RESPONSABLE: Cultura Inquieta. Por Martín Toro. 15 de septiembre 2022. 

Sociedad y Cultura/Filosofía/Pobreza/Percepción/Desigualdad/ Xenofobia

 

 

 

 

En el aumento de la desigualdad se puede ver el futuro.

Las raíces económicas del avance de la derecha y la ultraderecha

De la traumática crisis global de la pandemia no emergió un mundo mejor. Por el contrario, en estos años hubo una aceleración de tendencias previas de concentración de riquezas y ampliación de las desigualdades. Este proceso provoca el crecimiento de la derecha y la ultraderecha, expresión de la insatisfacción y deterioro de la calidad de vida de grupos sociales frágiles, en especial el de los jóvenes.

Si deseas profundizar en esta entrada; por favor cliquea adonde está escrito en “azul”. Muchas gracias.

El anuncio de la Organización Mundial de la Salud de que la pandemia está por terminar y el símbolo de que en Argentina ya no es obligatorio el uso de barbijos invitan a evaluar el saldo económico, social y político de esta crisis global.

Es evidente que después de esta debacle traumática que atravesó a los países no emergió un mundo mejor, como el pensamiento mágico imaginó en los primeros meses de la irrupción de un virus desconocido que provocaba miles de muertes a diario. Por el contrario, hubo una aceleración de tendencias previas de concentración de riquezas y ampliación de las desigualdades.

Este proceso tiene su reflejo en el espacio político con el crecimiento de la derecha y la ultraderecha, expresión del descontento y deterioro de la calidad de vida de grupos sociales frágiles.

Las élites siempre se han identificado con las corrientes conservadoras y excluyentes, incluso con vertientes violentas, pero ahora la ampliación de ese universo hacia otros sectores socioeconómicos tiene su origen, fundamentalmente, en la profundización de la desigualdad y la insatisfacción por la ausencia de expectativas de un futuro aliviado. Esta crisis global ha castigado con más intensidad en términos económicos, sanitarios, educativos y de seguridad personal a una porción amplia de la población.

La crisis ha castigado con más intensidad en términos económicos, de salud, educativos y de seguridad personal a amplios grupos vulnerables.

Discurso de odio clasista

De esta manera se puede comprender la naturalización de discursos de odio clasista en ámbitos públicos y mediáticos, que en otros momentos eran políticamente incorrectos manifestarlos porque había una mayoría que los rechazaba.

En las democracias occidentales, las derechas y sus derivadas ultra (libertarios) avanzan montadas en una desigualdad creciente de un sistema neoliberal que no da respuestas a las necesidades básicas de las mayorías desplazadas, en especial a los jóvenes.

En Europa, cada una de las últimas elecciones refleja esta dinámica, y en América latina Brasil es una referencia ineludible en este sentido.

Después de cuatro años desastrosos en casi todos los ámbitos de la administración pública y la vida social, Jair Bolsonaro mantiene el apoyo de poco más de un tercio del electorado.

Lo mismo sucede en Argentina con la alianza macrista-radical luego de transitar la experiencia de un gobierno con resultados pésimos y, pese a ello, retiene la adhesión política de un porcentaje importante de la población prometiendo sus dirigentes que van a hacer lo mismo, peor y con más violencia.

El desafío entonces es múltiple porque no es solamente impulsar políticas públicas eficientes que ofrezcan expectativas de mejoras materiales, sino que también se requiere de una estrategia efectiva para neutralizar la acción del dispositivo mediático y política que crece y se beneficia de un sistema económico que profundiza la desigualdad.

Las derechas y sus derivadas ultra (libertarios) avanzan montadas en una desigualdad creciente del sistema neoliberal.

Descontento social pese al crecimiento económico

El punto de partida en Argentina de la insatisfacción socioeconómica de un sector amplio de la población, en especial por la pérdida de un horizonte de progreso, puede ser motivo de controversia.

Pero no hay muchas dudas para quienes respetan la rigurosidad de las evidencias de que el actual período de deterioro general comenzó en el gobierno de Macri, al provocar una brutal transferencia de ingresos con una primera gran devaluación y medidas posteriores que ahondaron la desorganización familiar con tarifazos y aumento del desempleo.

La pandemia, pese al diseño de una red económica de protección de emergencia, no permitió comenzar a ordenar el cuadro social. Y la estrategia de recuperación post pandemia no está alterando esta tendencia.

Por ese motivo existen variables macroeconómicas positivas, como las del crecimiento económico, expansión industrial y reducción de la desocupación, pero sin alterar las bases de la desigualdad, que se agudizan por la elevada inflación, la consiguiente insuficiencia de los ingresos de los hogares y el creciente endeudamiento familiar.

El Indec informó que 2 de 3 empleos creados son precarios en el segundo trimestre de este año, alcanzando el 37,8 por ciento del total, el porcentaje más elevado desde fines de 2008. Imagen: EFE.

Claroscuros del universo laboral

Las recientes cifras del mundo laboral local muestran esta situación crítica: descendió el desempleo hasta el 6,7 por ciento en el segundo trimestre de este año, el nivel más bajo de los últimos siete años, con tasas record de empleo y actividad.

Pero estas cifras positivas están acompañadas de una mayor informalidad laboral (2 de 3 empleos creados son precarios, alcanzando el 37,8 por ciento del total, el porcentaje más elevado desde fines de 2008) y retribuciones al empleo por debajo de la línea de pobreza.

Además, la trayectoria salarial al interior del universo de trabajadores refleja una marcada heterogeneidad, siendo el empleo asalariado formal el que puede, en la mayoría de las actividades, empatar la evolución de la inflación, sin poder todavía recuperar la pérdida del período 2015-2019. Mientras, el ingreso promedio del empleo informal se ubica varios escalones por debajo de los aumentos de precios.

Un porcentaje importante de hogares entonces no puede sostener niveles mínimos de ingresos para una vida cotidiana desahogada con todos sus miembros adultos trabajando, lo que impulsa el pluriempleo. De hecho, según el último informe del Indec, en los últimos doce meses el indicador de las personas que declararon estar sobreocupadas aumentó de 26,9 a 27,4 por ciento, equivalente a medio millón de trabajadores más en esas condiciones laborales.

Así se va consolidando un escenario de desigualdad que va construyendo sentido respecto a la falta de respuesta que brinda el actual sistema económico y político a la mayoría de la población, que deriva en que una parte de ella rechace las propuestas tradicionales de promesa de que el crecimiento económico general redundará en desarrollo personal y familiar.

La pandemia ha causado un drástico aumento de la pobreza en todo el mundo. Imagen: Bernardino Avila.

El escenario mundial de la desigualdad

El informe de la ONG Oxfam «Cómo la Covid 19 ha provocado una explosión de las desigualdades» ofrece una precisa radiografía del estado de situación mundial para entender las actuales tendencias políticas globales –y también local- de la radicalización hacia la derecha de sectores populares.

Uno de los datos más impactantes de este reporte indica que la riqueza de una pequeña élite mundial formada por 2755 milmillonarios ha crecido más durante la pandemia que en los últimos 14 años juntos.

Se trata del mayor incremento anual jamás registrado y se ha dado en todos los continentes. Este aumento es el resultado del fuerte aumento de los precios de los mercados de valores (el retroceso en este año apenas reduce en el margen las ganancias acumuladas), el apogeo de las entidades no reguladas y el auge del poder de los monopolios (en especial, las tecnológicas, como Amazon, Google, Facebook) y la privatización, junto a la erosión de las normativas, las alícuotas impositivas a las personas físicas y las empresas, los derechos laborales y los salarios. 

Elon Musk, dueño de Tesla y ahora de Twitter, es el hombre más rico del mundo. Imagen: AFP.

Las cuatro clave de un mundo con ricos cada vez más ricos y pobres cada vez más pobres

La investigación de Oxfam ofrece cuatro frentes de evaluación acerca de la creciente desigualdad que está provocando un incremento de la protesta social por el descontento de la población, en especial entre los jóvenes.

1. Se estima que las desigualdades contribuyen actualmente a la muerte de cerca de 21.300 personas al día; dicho de otra manera, a la muerte de una persona cada cuatro segundos. Se trata de una estimación conservadora de las muertes ocasionadas por el hambre, por la falta de acceso a servicios de salud y los efectos del cambio climático en países pobres, y por la violencia de género, arraigada en sistemas económicos patriarcales y sexistas, a la que se enfrentan las mujeres. Millones de personas aún estarían vivas si hubieran recibido a tiempo una vacuna contra la Covid-19. Pero se les negó esa oportunidad, mientras las grandes empresas farmacéuticas continúan conservando el monopolio de estas tecnologías.

2. Las desigualdades afectan de forma desproporcionada a la mayor parte de las personas que viven en situación de pobreza, las mujeres y las niñas, y las personas racializadas y en situación de exclusión. La pandemia ha causado un drástico aumento de la pobreza en todo el mundo. En algunos países, las personas en mayor situación de pobreza tienen casi cuatro veces más probabilidades de perder la vida por la Covid-19 que las más ricas. Al respecto, Oxfam entrega una cifra escandalosa: 252 personas poseen más riqueza que los mil millones de mujeres y niñas de África, América latina y el Caribe.

3. La concentración extrema de dinero, poder e influencia en manos de unos pocos tiene efectos perjudiciales para el resto de la humanidad por las consecuencias del calentamiento global. Los países ricos son responsables del 92 por ciento del exceso de emisiones de carbono. El 1 por ciento más rico duplican las emisiones de carbono de la mitad más pobre de la población mundial.

4. El crecimiento descomunal de la riqueza de los milmillonarios no es indicativo de una economía sana, sino consecuencia de un sistema económico nocivo. Oxfam afirma que las desigualdades extremas son una forma de violencia económica en la que las decisiones legislativas y políticas a nivel sistémico y estructural, diseñadas para favorecer a las personas más ricas y poderosas, perjudican directamente a la amplia mayoría de la población mundial y, especialmente, a las personas más pobres.

El huevo de la serpiente transmite la idea de que la crisis económica y social, el miedo generalizado y la indiferencia ante la injusticia siembran la semilla de lo que vendrá.

Billonarios

A medida que la pandemia se extendía por el mundo, los bancos centrales inyectaban billones de dólares en las economías de los países para mantener a flote la economía mundial. Buena parte de este estímulo económico ha ido a parar a los mercados financieros, y de ahí al patrimonio neto de los milmillonarios.

Desde el inicio de la pandemia, los gobiernos han inyectado 16 billones de dólares en la economía global, lo que ha contribuido ampliamente a que la riqueza de los milmillonarios se incrementara en cinco billones de dólares, al pasar de 8,6 a 13,8 billones de dólares.

La riqueza actual de las personas extremadamente ricas y el ritmo al que están acumulando riqueza no tienen precedente en la historia de la humanidad. Oxfam afirma que en Estados Unidos la concentración de riqueza en manos de las élites sobrepasa el punto máximo de la Edad Dorada de finales del siglo XIX.

En el último año, apunta esta ONG, se ha visto a milmillonarios viajar al espacio cuando gran parte de la población mundial se enfrentaba a sufrimientos y aumento de la pobreza. Por caso, Elon Musk, dueño de Tesla y ahora de Twitter, ha recibido miles de millones de dólares en subvenciones públicas, mientras infringe la legislación laboral y socava los esfuerzos de los trabajadores y trabajadoras para organizarse sindicalmente. El mismo comportamiento reaccionario se observa en Jeff Bezos, dueño de Amazon, quien compite con Musk por ser el hombre más rico del mundo.

El descontento social

Hablar sobre desigualdad se ha puesto de moda entre dirigentes políticos y empresariales mundiales. Sin embargo, las medidas para dar respuesta a la gravísima crisis de desigualdad son insuficientes.

El huevo de la serpiente transmite la idea de que la crisis económica y social, el miedo generalizado y la indiferencia ante la injusticia siembran la semilla de lo que vendrá.

En concreto, lo que está viniendo es una corriente política y social de derecha y ultraderecha que no dará respuesta a la desigualdad, sino que la profundizará, aunque sí está ocupando el espacio de canalización del descontento social de un sector de la población vulnerable.

De este modo, sin recibir respuesta del sistema a las expectativas de mejoras en las condiciones de vida, una porción importante de estos grupos sociales terminan legitimando políticos y políticas que van en contra de sus propios intereses al abrazar a la derecha económica. 

 

Imagen de portada: La pandemia ha acelerado las tendencias existentes de concentración de la riqueza y desigualdad económica. Foto : Bernardino Avila.

FUENTE RESPONSABLE: Página 12. Por Alfredo Zaiat

Sociedad/Política/Ultraderecha/Concentración de riqueza/Desigualdad social/Pobreza/Morbilidad/Post Pandemia de Coronavirus.

Los británicos mayores de 50 años que vuelven a vivir en casas compartidas por el aumento de los alquileres.

Cada vez son más las personas mayores de 50 años en Reino Unido que viven en un departamento o casa compartida por el aumento del precio de los alquileres.

Según el mayor sitio en internet de alquileres compartidos en el país -SpareRoom-, desde 2011 ha habido un incremento de 239% en personas de entre 55 y 64 años que buscan un lugar compartido para vivir, mientras que el aumento ha sido de 114% para el grupo etario de entre 45 y 54 años.

No obstante, la mayoría de personas que busca este tipo de vivienda tiene entre 25 y 34 años.

Casa para 13

Karen Miles, una mujer de 66 años, se mudó hace 5 a un casa con 13 personas para ahorrar dinero.

Antes vivía en un departamento de dos ambientes en las afueras de la ciudad de Eastbourne, en el sureste de Inglaterra, pero comenzó a tener dificultades para pagar el alquiler y las cuentas.

Sus compañeros de vivienda tienen edades que van desde los 20 hasta los 50 años.

Alquileres

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

Si bien se lleva bien con todos, no tienden a socializar juntos y Karen, que trabaja a tiempo parcial como ama de llaves, dice que compartir con personas más jóvenes puede resultar problemático.

Anteriormente tuvo problemas con algunos compañeros de piso que eran ruidosos y la cocina y el baño compartidos pueden ensuciarse rápidamente.

Sin embargo, reconoce que vivir con otra gente también tiene sus beneficios, como el tener alguien cerca para conversar.

«Si me mudara a algún lugar por mi cuenta creo que probablemente me sentiría un poco sola», le dice a la BBC.

Inquilinos «de por vida»

Karen ha tratado de buscar un piso de una habitación para alquilar, pero con el aumento de los precios ha tenido problemas para encontrar algo asequible.

También le gustaría compartir con amigos, pero dice que puede ser difícil para las personas mayores encontrar a alguien de la misma edad con quien alquilar.

«Mis amigas tienen esposos y familia, así que es difícil», le explica a la BBC.

Mujer mayor

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES

Muchas personas mayores tienen grandes dificultades para pagar el alquiler y las cuentas.

El director de comunicaciones de SpareRoom, Matt Hutchinson, dice que la razón principal por la que más personas mayores compartían la casa era la asequibilidad.

Según le dijo a BBC News, el aumento en el costo de alquilar y comprar una casa significaba que más personas compartían por más tiempo y se convertían en «inquilinos de por vida», mientras que las personas que habían terminado relaciones largas y originalmente podrían haber comprado o alquilado un apartamento de una habitación ahora ya no podían hacerlo.

Hutchinson cree que la tendencia continuará ya que la vivienda y otros costos aumentaran aún más.

Sarah Coles, analista de finanzas personales de la empresa financiera Hargreaves Lansdown, dice que las cifras oficiales también sugieren que los inquilinos están envejeciendo.

Y añadió que las cifras de la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS) sugieren que la crisis del costo de vida la sienten más los inquilinos que los propietarios, ya que gastan una mayor proporción de sus ingresos en vivienda.

Estigma

Además de las dificultades de encontrar a otras personas de edad similar para compartir casa, muchos sufren por el hecho de que todavía existe un estigma asociado al hecho de vivir en un sitio compartido a partir de cierta edad.

Susan Laybourn

FUENTE DE LA IMAGEN – SUSAN LAYBOURN. Susan solía vivir sola, pero comenzó a compartir la casa para ahorrar dinero.

Susan Laybourn, una mujer de 58 años que se mudó a una vivienda compartida para ahorrar dinero en marzo de 2020, dice que al principio se sentía «casi avergonzada» por no poder afrontar un alquiler sola.

«Ahora lo he aceptado y trato de ver lo que tiene de positivo, más que lo negativo», dice.

Imagen de portada: GETTY IMAGES

FUENTE RESPONSABLE: Redacción BBC News Mundo. 9 horas

Sociedad y Cultura/Reino Unido/Economía/Pobreza

Las comidas con las que 5 países intentan hacer frente a la crisis alimentaria global.

Los alimentos son cada vez más caros y, a veces, más escasos.

Es algo que está pasando en todo el mundo y que obliga a las personas a adaptarse a las nuevas circunstancias, aunque esto implique cambiar lo que comen.

Carreras nocturnas a Walmart en EE.UU.

Son las 4 de la tarde en pleno verano en Georgia y el aire se siente pegajoso cuando Donna Martin llega a su trabajo.

Otro día laboral significa otra batalla para alimentar a los niños de su distrito escolar.

Donna es directora de un servicio de alimentación que atiende a 4.200 niños como parte de un programa federal de comidas escolares gratuitas, pero en el último año ha estado luchando para obtener los alimentos que necesita.

«Solo tenemos dos supermercados para toda nuestra comunidad compuesta por 22.000 personas», dice.

«Es un verdadero desierto de comida».

Durante las vacaciones de verano, el equipo de Donna Martin preparó almuerzos para niños

FUENTE DE LA IMAGEN – BEN GRAY. Donna dirigió un programa de comidas de verano para 3000 niños.

La inflación anual del precio de los alimentos llegó al 10,9% en julio, la más alta desde 1979. A medida que los precios se disparan, algunos de los proveedores de alimentos de Donna ya no están interesados en alimentar a las escuelas.

«Me están diciendo: ‘Son muy exigentes y los márgenes simplemente no están ahí'», explica.

El programa federal de comidas escolares en EE.UU. está estrictamente regulado. Eso significa que productos como el pan rallado de un nugget de pollo debe ser integral y los alimentos deben ser bajos en azúcar y sal. Así que Donna tiene que buscar tipos específicos de todo, desde cereales hasta bagels o yogures.

Ella reconoce que sus proveedores también están luchando. Una escasez crónica de mano de obra significa que no pueden encontrar conductores y los precios del combustible han aumentado un 60% desde el año pasado.

Cuando los proveedores no cumplen, Donna tiene que ser ingeniosa. Recientemente no pudo comprar mantequilla de maní, que a los niños les encanta, así que la reemplazó con una salsa de frijoles.

«Sé que a los niños no les va a gustar mucho, pero tengo que darles algo de comer», dice.

A menudo, Donna y su personal tienen que pasar las mañanas y las noches asaltando los estantes de supermercados locales como Walmart.

«Todos los días durante una semana tuvimos que comprar todo el yogur del pueblo», explica.

«Hay muchos niños realmente emocionados de volver a la escuela y no quiero que digan: ‘Mamá, hoy no recibimos nuestros batidos'».

Una fruta al rescate en Sri Lanka

Curry de jaca de Anoma Paranathala

FUENTE DE LA IMAGEN – CHAMIL RUPASINGHE. Curry de yaca.

En lo que alguna vez fue un arrozal a las afueras de Kandy, en el centro de Sri Lanka, Anoma Kumari Paranathala está arrancando judías verdes y menta fresca del follaje laberíntico de su huerto.

Desde aquí es difícil imaginar el caos en otras partes del país, mientras el gobierno y la economía se desmoronan.

Hay escasez de todo: medicinas, combustible y alimentos. Incluso las personas con buenos trabajos luchan por comprar lo básico.

«Ahora la gente está preocupada por su futuro», dice Paranathala. «Tienen miedo de que no haya nada para comer».

La tierra pertenece a su familia. Comenzaron a plantar durante la pandemia solo por diversión y ahora es una cuestión de supervivencia.

Paranthala aprendió por sí misma cómo cultivar vegetales a partir de libros y videos de YouTube. Ahora tiene tomates, espinacas, calabazas, raíz de taro y batatas en su jardín.

No todo el mundo tiene la suerte de tener una gran extensión de tierra, pero muchos habitantes de Sri Lanka están recurriendo a otra fuente de alimento: los árboles de yaca.

«En todos los demás jardines, hay un árbol de yaca», dice Paranathala.

«Pero hasta hace poco, la gente no se fijaba en las yacas. Simplemente se caían de los árboles y se desperdiciaban».

Anoma y familia en su huerto

FUENTE DE LA IMAGEN – CHAMIL RUPASINGHE. Anoma y familia en su huerto.

Ella comenzó a hacer un curry cremoso de coco con la fruta, sustituyendo así los vegetales que ahora serían caros de comprar.

La yaca también aparece ahora en el kottu, un popular plato salteado que se vende como comida callejera. Y algunas personas están moliendo las semillas para hacer harina para pan, pasteles y roti.

La yaca apareció en los menús de los restaurantes de moda de todo el mundo como sustituto de la carne hace unos años, pero se necesitó una crisis para que se hiciera popular aquí, donde crece.

Entonces, ¿a qué sabe la fruta? «Es algo que no se puede describir», dice ella. «Es celestial».

Las panaderías en Nigeria se están «extinguiendo»

frijoles en pan

FUENTE DE LA IMAGEN – TOM SAATER- Frijoles en pan.

Por lo general, Emmanuel Onuorah tiene poco interés en la política: es panadero y solo quiere vender pan.

Pero recientemente en Nigeria, su trabajo se ha vuelto casi imposible.

«En el último año, la harina de trigo ha subido más de un 200%, el azúcar ha subido casi un 150% y los huevos que usamos para hornear han subido un 120%», dice.

«Estamos funcionando a pérdida», cuenta. Ha tenido que despedir a 305 de sus 350 empleados. «¿Cómo van a alimentar a sus familias?».

Como presidente de la Asociación de panaderos premium de Nigeria, está en el centro de un gremio. En julio, hizo que cerca de medio millón de panaderos cerraran sus negocios cuatro días en el marco de una protesta.

Esperaba que el gobierno se diera cuenta y redujera los impuestos sobre los productos que importan.

Una combinación de malas cosechas y una mayor demanda después de la pandemia hizo que los precios del trigo y el aceite vegetal se dispararan en todo el mundo. La invasión de Ucrania empeoró aún más las cosas.

En Nigeria, la mayoría de los ingredientes de una panadería son importados. Pero una barra de pan se vende por una fracción de lo que cuesta en Europa, por lo que es mucho más difícil absorber los aumentos de precios.

El país también tiene un suministro de energía público errático, por lo que la mayoría de las empresas utilizan generadores privados que queman diésel. Pero el precio del combustible ha aumentado un 30%.

Aunque es rico en petróleo, Nigeria tiene pocas refinerías de combustible y tiene que importar casi todo su diesel.

A pesar de que sus costos se triplicaron, Onuorah dice que solo puede aumentar sus precios en un 10-12%. Sus clientes no pueden pagar más que eso.

Emmanuel Onuorah en su panadería

FUENTE DE LA IMAGEN – TOM SAATER. Emmanuel Onuorah en su panadería.

«Los nigerianos están empobrecidos, las empresas están cerrando y los salarios están estancados, no se les puede sobrecargar», dice.

En promedio, los nigerianos gastan casi el 60% de sus ingresos en alimentos.

En EE.UU., por el contrario, esa cifra está más cerca del 7%.

Seguir así es insostenible para las panaderías. «No somos una asociación benéfica, estamos en el negocio para ser rentables».

«Pero seguimos avanzando», cuenta, «para que los nigerianos puedan comer».

Una olla comunal alimenta a 75 personas en Perú

Olla con pasta

FUENTE DE LA IMAGEN – GUADALUPE PARDO. La comida comunal ha cambiado de los guisos de carne a la pasta.

Subiendo por un camino accidentado en una colina que domina la ciudad de Lima, Justina Flores está tratando de averiguar qué va a cocinar hoy.

Es un problema que cada día es más difícil de resolver.

En el punto álgido de la pandemia, se reunió con 60 de sus vecinos para juntar la comida que tenían que cocinar.

La mayoría de los residentes de San Juan de Miraflores son trabajadores domésticos (cocineros, empleadas domésticas, niñeras y jardineros), pero al igual que Justina, la mayoría perdió su trabajo durante la pandemia y sus familias tenían hambre.

Comenzaron a cocinar en una olla afuera de la casa de Justina, con leña que recogieron como combustible. Luego construyeron una pequeña choza y un sacerdote local proporcionó una estufa. Justina pidió a los comerciantes del mercado que donaran alimentos que de otro modo se habrían desperdiciado.

Dos años después están alimentando a 75 personas, tres veces por semana. Justina, que trabajaba como asistente de cocina antes de la pandemia de covid, se ha convertido en una líder en su comunidad. «Sigo tocando puertas, buscando apoyo».

Solía hacer sustanciosos guisos de carne y verduras, servidos con arroz. Pero en los últimos meses, las donaciones se han reducido a un goteo y todos los tipos de alimentos son más difíciles de conseguir.

«Estamos desesperados, tuve que reducir las porciones», dice la Sra. Flores. Le cuesta conseguir cosas básicas como el arroz.

Justina makes her big pot

FUENTE DE LA IMAGEN – GUADALUPE PARDO. Justina prepara comida.

Lo que comenzó en abril como protestas de agricultores y trabajadores del transporte contra el aumento del costo del combustible y los fertilizantes ha llevado a una serie de huelgas que interrumpen aún más el suministro de alimentos.

Recientemente, debido al aumento de los costos, Justina tuvo que dejar de servir carne. Intentó con sangre, hígado, huesos y mollejas porque eran asequibles. Luego se volvieron demasiado caros y los reemplazó con huevos fritos.

Cuando el precio del petróleo se disparó, les dio huevos a las familias para que los cocinaran en casa. Ahora, tampoco hay huevos.

Así que hoy está sirviendo pasta con una salsa hecha de cebollas y hierbas.

Sin embargo, Justina no culpa a los agricultores por las huelgas o la escasez.

«Podemos cultivar alimentos aquí en Perú, pero el gobierno no está ayudando», concluye.

Un boicot de pollo en Jordania

cebollas fritas con arroz

FUENTE DE LA IMAGEN – AHMAD JABER. Cebollas fritas con arroz

El 22 de mayo, una cuenta anónima que tuiteaba en árabe instó a las personas a etiquetar imágenes de productos de pollo con el hashtag #Boycott_Greedy_Chicken_Companies.

Unos días después, en Jordania, Salam Nasralla regresaba del supermercado a su casa cuando vio que la campaña se viralizaba.

«Escuchamos sobre esto en todas partes, todos nuestros amigos y familiares hablaban de eso. Estaba en todas las redes sociales y la televisión», dice Nasralla.

Acababa de notar el aumento de precio en su propia lista de la compra. Como madre de dos hijos que cocina habitualmente para sus padres, hermanas, sobrinas y sobrinos, compra mucho pollo.

Se sintió obligada a participar.

Durante 10 días evitó el pollo, pero era difícil. Debido a que otras carnes y pescados son caros, Salam y su familia comen pollo casi todos los días.

Comían hummus, falafel o berenjena frita en lugar de carne. Doce días después de iniciada la campaña, el precio del pollo había bajado un tercio, casi US$1 (0,7 Dinar) el kilo.

Rami Barhoush, que administra granjas avícolas y mataderos, apoya la idea de los boicots, pero cree que fue un error.

Sus granjas han estado luchando con el aumento de los costos desde principios de año, especialmente para combustible y alimento para pollos.

Los factores globales se han combinado para hacer subir los precios de los combustibles y los cereales, debido a situaciones como el aumento en China de la población de cerdos después de la gripe porcina, la sequía en América del Sur y la guerra en Ucrania.

La familia Nasralla evitó el pollo durante 10 días

FUENTE DE LA IMAGEN – AHMAD JABER. La familia Nasralla evitó el pollo durante 10 días.

En Jordania, el gobierno propuso un tope de precio para el pollo.

Los criadores de pollos acordaron un tope hasta el final del Ramadán. Pero a principios de mayo, se vieron obligados a subir los precios, lo que provocó un repunte. Entonces comenzó el alboroto en las redes sociales.

«El pollo representaba el descontento con todos los precios en aumento de todo lo demás», dice.

Nasralla se alegró de ver que la protesta tuvo efecto, pero le preocupa que no haya llegado al corazón del problema.

«Desafortunadamente, son los pequeños agricultores y los vendedores de pollo los que más están sufriendo y no los grandes comerciantes que ponen precios altos en todo lo que necesita el granjero».

Imagen de portada: BEN GRAY. Una de las comidas escolares de Donna Martin: con salsa de frijoles sustituida por mantequilla de maní.

FUENTE RESPONSABLE: Stephanie Hegarty; Corresponsal de población BBC Mundo. 17 de agosto 2022.

Economía/Pobreza/Inflación/Sociedad/Nutrición/Alimentación

 

 

 

Afganistán: cómo se vive en Kabul y otras zonas del país un año después del regreso de los talibanes al poder.

Cuando llegas al aeropuerto internacional de Kabul, lo primero que notas son las mujeres, vestidas con pañuelos marrones y capas negras, sellando pasaportes.

La pista de aterrizaje, que hace un año fue escenario de una marea de personas en pánico desesperadas por escapar, ahora es mucho más tranquila y limpia. Filas de banderas blancas de los talibanes ondean en la brisa del verano: se han pintado vallas publicitarias de los viejos rostros famosos.

¿Qué hay más allá de esta puerta de entrada a un país que fue trastornado por una rápida toma de poder por parte de los talibanes?

Dejar el trabajo a los hombres

Los mensajes son sorprendentes, por decir lo menos.

«Quieren que le dé mi trabajo a mi hermano», escribe una mujer en una plataforma de mensajería.

«Nos ganamos nuestros puestos con nuestra experiencia y educación. Si aceptamos esto significa que nos hemos traicionado a nosotras mismas», declara otra.

Estoy sentada con algunos antiguos altos funcionarios del Ministerio de Finanzas que comparten sus mensajes.

Forman parte de un grupo de más de 60 mujeres, muchas de la Dirección de Ingresos de Afganistán, que se unieron después de que se les ordenara irse a casa en agosto pasado.

Funcionarias públicas en Afganistán

FUENTE DE LA IMAGEN – JACK GARLAND

Los talibanes dijeron a las funcionarias públicas que enviaran los CV de sus familiares varones que pudieran postularse para sus puestos de trabajo.

Aseguran que los funcionarios talibanes les dijeron: «Envíen los resúmenes curriculares de sus familiares varones que puedan postularse para sus trabajos».

«Este es mi trabajo», insiste una mujer que, como todas las mujeres de este grupo, pide ansiosa que se oculte su identidad. «Luché con mucha dificultad durante más de 17 años para conseguir este trabajo y terminar mi maestría. Ahora estamos de vuelta a cero».

En una llamada telefónica desde fuera de Afganistán, se nos une Amina Ahmady, quien fue directora general de este despacho.

Se las arregló para irse, pero esa tampoco es una salida.

«Estamos perdiendo nuestra identidad», lamenta. «El único lugar donde podemos guardarlo es en nuestro propio país».

El título de su grupo, «Mujeres líderes de Afganistán», les da fuerza. Lo que quieren es su trabajo.

Fueron las mujeres quienes aprovecharon los nuevos espacios de educación y oportunidades laborales durante dos décadas de compromiso internacional que terminaron con el régimen talibán.

Los funcionarios talibanes dicen que las mujeres siguen trabajando. Quienes lo hacen son principalmente personal médico, educadoras y trabajadoras de seguridad, incluso en el aeropuerto, en espacios frecuentados por mujeres.

Los talibanes también enfatizan que las mujeres, que alguna vez ocuparon alrededor de una cuarta parte de los empleos del gobierno, todavía reciben un pago, aunque una pequeña fracción de su salario.

Una exfuncionaria me cuenta cómo un guardia talibán la paró en la calle y criticó su velo islámico, o hiyab, aunque iba completamente cubierta.

«Tienes problemas más importantes que resolver que el hiyab», replicó, otro momento de la determinación de las mujeres de luchar por sus derechos dentro del islam.

El riesgo de hambruna

La escena parece idílica. Gavillas de trigo dorado brillan bajo el sol de verano en las remotas tierras altas centrales de Afganistán. Se puede escuchar un suave mugido de vacas.

Noor Mohammad, de 18 años, y Ahmad, de 25 años, siguen blandiendo sus hoces para limpiar un trozo de grano restante.

Un campo de trigo en Ghor

FUENTE DE LA IMAGEN – JACK GARLAND. A medida que se agotan los trabajos, los jóvenes se dedican a trabajos como la cosecha, que paga el equivalente a US$2 por día.

«Este año hay mucho menos trigo debido a la sequía», comenta Noor, con el sudor y la suciedad en su joven rostro. «Pero es el único trabajo que pude encontrar».

Un campo cosechado se extiende en la distancia detrás de nosotros. Han sido 10 días de trabajo agotador por parte de dos hombres en la flor de su vida por el equivalente a US$2 por día.

«Estaba estudiando ingeniería eléctrica pero tuve que abandonar la carrera para mantener a mi familia», explica. Su arrepentimiento es palpable.

La historia de Ahmad es igual de dolorosa. «Vendí mi moto para ir a Irán pero no encontraba trabajo», explica.

El empleo temporal en el vecino Irán solía ser una respuesta para los habitantes de una de las provincias más pobres de Afganistán. Pero el trabajo también ha disminuido en Irán.

«Damos la bienvenida a nuestros hermanos talibanes», dice Noor. «Pero necesitamos un gobierno que nos dé oportunidades».

Más temprano ese día, nos sentamos alrededor de una mesa de pino brillante con el gabinete provincial de Ghor, hombres con turbantes ubicados junto al gobernador talibán Ahmad Shah Din Dost, quien fue vicegobernador en la sombra durante la guerra.

«Todos estos problemas me entristecen», dice al enumerar la pobreza, las malas carreteras, la falta de acceso a los hospitales y las escuelas que no funcionan correctamente.

El final de la guerra significa que más agencias de ayuda ahora están trabajando aquí, incluso en distritos que antes estaban fuera de los límites. A principios de este año, se detectaron condiciones de hambruna en dos de los distritos más distantes de Ghor.

Pero la guerra no ha terminado para el gobernador Din Dost. Dice que fue encarcelado y torturado por las fuerzas estadounidenses. «No nos den más dolor», asevera. «No necesitamos ayuda de Occidente».

«¿Por qué Occidente siempre interfiere?», pregunta. «No cuestionamos cómo tratan a sus mujeres y hombres».

Gobernador talibán Ahmad Shah Din Dost

FUENTE DE LA IMAGEN – JACK GARLAND. El gobernador talibán Ahmad Shah Din Dost.

En los días siguientes, visitamos una escuela y una clínica de desnutrición, acompañados por miembros de su equipo.

«Afganistán necesita atención», dice Abdul Satar Mafaq, joven director de salud con educación universitaria de los talibanes, quien parece ser más pragmático. «Tenemos que salvar la vida de las personas y no es necesario que involucre la política».

Recuerdo lo que me dijo Noor Mohammad en el campo de trigo. «La pobreza y el hambre también es una lucha y es más grande que los tiroteos».

El cierre de escuelas para niñas

Sohaila, de 18 años, está emocionada.

La sigo por unas escaleras oscuras hasta el sótano del mercado exclusivo para mujeres de Herat, la antigua ciudad occidental conocida desde hace mucho tiempo por su cultura más abierta, su ciencia y su creatividad.

Es el primer día que abre este bazar: los talibanes lo cerraron el año pasado, y estuvo clausurado por la pandemia de covid-19 el año anterior.

Nos asomamos a través de la fachada de cristal de la tienda de ropa de su familia, que aún no está lista. Una fila de máquinas de coser se encuentra en la esquina, globos de corazones rojos cuelgan del techo.

Un mercado exclusivo para mujeres en Herat

FUENTE DE LA IMAGEN – JACK GARLAND. Un mercado exclusivo para mujeres en Herat.

«Hace una década, mi hermana abrió esta tienda cuando tenía 18 años», me dice Sohaila, compartiendo una historia resumida de la costura de su madre y abuela de vestidos tradicionales kuchi con estampados brillantes.

Su hermana también había abierto un club de internet y un restaurante.

Las instalaciones están mal iluminadas, pero en esta penumbra hay un rayo de luz para las mujeres que han pasado demasiado tiempo sentadas en casa.

Sohaila tiene otra historia para compartir.

«Los talibanes han cerrado las escuelas secundarias», comenta con naturalidad sobre algo que tiene enormes consecuencias para las adolescentes ambiciosas como ella.

La mayoría de las escuelas secundarias están cerradas por orden de los principales clérigos ultraconservadores de los talibanes, a pesar de que muchos afganos, incluidos miembros talibanes, han pedido que se vuelvan a abrir.

«Estoy en el grado 12. Si no me gradúo, no puedo ir a la universidad».

Le pregunto si puede ser la Sohaila que quiere ser en Afganistán. «Por supuesto», declara con confianza. «Es mi país y no quiero ir a otro».

Pero un año sin escuela debe haber sido duro. «No soy solo yo, son todas las chicas de Afganistán», comenta estoicamente.

«Es un triste recuerdo», asegura.

Sohaila

FUENTE DE LA IMAGEN – JACK GARLAND

Los talibanes cerraron escuelas para niñas en Afganistán proyectando un futuro incierto para muchas jóvenes como Sohaila.

Su voz se apaga mientras rompe a llorar.

«Yo era la mejor estudiante».

Imagen de portada:JACK GARLAND. Los talibanes tomaron el poder en Afganistán en agosto de 2021.

FUENTE RESPONSABLE: BBC News Mundo.Por Lyse Doucet, Kabul. Hace 8 horas.

Afganistán/Pobreza/Mujeres

 

 

 

 

«Soy un monstruo negro y tengo un coeficiente intelectual bajo»: los polémicos videos racistas que youtubers chinos graban en África para ganar dinero.

«¡Soy un monstruo negro! ¡Tengo un coeficiente intelectual bajo!»

En febrero de 2020, en las redes sociales en China apareció un denigrante video en el que se veía a un grupo de niños en situación de pobreza en distintos sitios de África repitiendo en mandarín los insultos racistas que les dictaba un camarógrafo anónimo.

El formato de la grabación es uno de los que se ha vuelto popular en los últimos años en China: videos de felicitaciones personalizadas, en los que personas en algún lugar de África, muchas de ellas negras y menores de edad, envían saludos en un idioma que ellas mismas muchas veces no entienden.

Todo esto mientras bailan y «se divierten» alrededor de una pizarra negra, en la que el mensaje de felicitación está escrito con tizas de distintos colores.

Los reporteros Runako Celina y Henry Mhango, del equipo de BBC Africa Eye, decidieron investigar el video con contenido racista de 2020 para intentar revelar la historia detrás de su grabación.

«Luego de que la controversia se desvaneció en las redes, yo no podía olvidarme de él. Como mujer negra viviendo en China, el video se había quedado grabado en mi cabeza. ¿Dónde fue grabado? ¿Por qué se hizo? ¿Quién es esa persona que tomó a un grupo de niños felices y emocionados y les hizo gritar algo tan denigrante?», se pregunta Runako.

Luego de meses de arduas investigaciones y videoanálisis forenses, nuestro equipo de BBC Africa Eye logró encontrar algunas respuestas.

El video

Un video en el que niños gritan "soy un monstruo negro"

Pie de foto,»Soy un monstruo negro», se les oye decir a los niños.

El «video del coeficiente intelectual», como se refieren a él Runako y Henry, es solo uno de una multitud de videos racistas que se encuentran en las redes sociales en China.

Pero para Runako, este video tuvo un impacto distinto. Uno de los factores que más polémica generó cuando se hizo público en 2020, fue el uso de un término que los niños repiten durante la grabación.

«La palabra que los niños están usando [en el video] es ‘heigui'», explica Runako, que se podría traducir como «monstruo negro» o «demonio negro».

«Pero en realidad» agrega, «es el equivalente chino de la palabra que comienza con N en inglés y que es uno de los peores insultos raciales», cuenta.

Como punto de partida de su búsqueda, Runako decidió contactar con expertos en videoanálisis forense para intentar buscar detalles que ayudaran a identificar el lugar de la grabación.

A través de elementos geográficos, topográficos y de señalización, los expertos lograron identificar que el video del coeficiente intelectual había sido grabado en una pequeña población rural de Malaui, en el sureste africano.

Investigación en el terreno

Entendiendo que necesitaría de alguien que conociera bien terreno, Runako decidió aliarse con Henry Mhango, un reportero investigativo local que ha trabajado con BBC Africa Eye destapando casos de abusos de los derechos humanos, corrupción y crímenes violentos en Malaui.

El periodista de Malawi, Henry Mhango

El periodista de Malawi, Henry Mhango.

«Cuando [Runako] me mostró el video del coeficiente intelectual, quedé en shock: los niños que gritaban esas frases denigrantes eran de Malaui. Había ocurrido debajo de nuestras narices, escondido a simple vista», explica Henry.

Armado con nada más que unas coordenadas geográficas, Henry se dirigió al sitio donde la evidencia señalaba que había sido grabado el video.

«La población está situada en un área perfecta para hacer negocios de manera discreta. Está escondida en la zona rural y solo se conecta con las autopistas a través de carreteras profundas».

Fue ahí donde, por primera vez, Henry escuchó un nombre. O más bien, un apodo: «Susu», que significa «tío» en mandarín.

Una grabación secreta

Grabación secreta de «Susu».

El periodista descubrió que Susu había llegado a vivir al área hacía algunos años y había grabado cientos de videos con la población local. Según contaron algunas personas del pueblo, lo habían recibido creyendo que venía a enseñarles a los pequeños a hablar mandarín.

Además, cuentan los reporteros, no es raro ver a personas de nacionalidad china en Malaui hoy en día: debido al creciente impulso de Pekín para expandir su influencia en África -a través de inversiones en infraestructura y la presencia de empresas y tecnología china- los pobladores locales se han empezado a acostumbrar a la presencia de extranjeros en el país.

Eso también hizo que algunos residentes creyeran que, a través de los videos, Susu iba a lograr conseguir traer ayuda económica de China para mejorar las condiciones de la empobrecida población.

El engaño

Los pobladores a los que entrevistó el equipo de BBC Africa Eye contaron que, a pesar de las horas que los niños pasaban con Susu, nunca aprendieron mandarín. Sabían decir algunas palabras, porque las aprendían mientras grababan los videos, pero nunca aprendieron qué significado tenía lo que estaban diciendo.

Lo que es aún peor, según contaron los pobladores locales, muchos de los niños que grababan videos con Susu habían dejado de ir a la escuela.

Un hombre ofrece papas a la francesa a unos niños en África

Muchos de los videos de Susu tenían contenido denigrante, burlándose de la pobreza de las personas en África.

«En vez de convertirse en los líderes del mañana, van a crecer sin educación. Terminarán pidiendo dinero o robando», aseguró una madre a los periodistas de la BBC.

Pero aunque Runako y Henry sabían que se estaban acercando a Susu, aún no tenían una imagen clara de qué aspecto tenía el hombre en realidad.

«Selfies y blogs nos dieron una primera imagen de quien podría ser el dueño [de los videos], un veinteañero. Entre las publicaciones, encontramos una única foto de una tarjeta de identificación nacional y finalmente tuvimos un nombre: Lu Ke», explicó Runako.

«Pero, ¿es este hombre Susu, el mismo que he estado siguiendo en la web? Y más importante, ¿es él quien hizo el video del coeficiente intelectual?».

Xiao Gulah, la imagen de los videos

Bright es un pequeño de 6 años que vive en la pequeña población rural de Kamwendo, en el occidente de Malaui, cerca de la frontera con Namibia.

Bright, un pequeño de 6 años

A sus 4 años, fue uno de los sujetos preferidos por Susu para sus videos.

Pero no solo era el sujeto preferido de Susu, sino que también lo era de la audiencia: Bright se volvió viral en las redes sociales en China, y llegó a ser una especie de «imagen no oficial» para este tipo de contenidos.

En estos ámbitos, a Bright lo conocen como Xiao Gulah.

En las páginas web que ofrecen estos videos, es común ver contenido acompañado de una foto en la que Bright aparece con los pulgares hacia arriba, como un gesto de aprobación.

Un video promocionado con la imagen de Bright

La imagen de Bright se viralizó en China.

Lo que Runako y Henry descubrieron detrás de la imagen dulce e inocente del pequeño en su rol de Xiao Gulah, fue una triste y vergonzosa historia de maltrato infantil.

«[Susu] nos pellizcaba cuando cometíamos un error y cuando hacíamos algo mal, nos golpeaba con un palo», les dijo el pequeño a nuestros periodistas, mientras su madre miraba con tristeza.

«Cuando yo trataba de llevármelo, el hombre volvía y se lo llevaba. Es muy doloroso para mi corazón. Nunca le vimos ningún beneficio», explicó la mujer.

Susu, el racista

Nuestros periodistas tenían cada vez más información sobre los videos, pero había un punto clave por aclarar: ¿había sido Susu quien había grabado el video del coeficiente intelectual?

Para poder averiguarlo, el equipo de BBC Africa Eye contactó a un periodista chino para que se hiciera pasar por un empresario que buscaba contratar los servicios de Lu Ke. Llevaría consigo una cámara escondida.

En una de varias conversaciones que sostuvieron, Susu empezó a hablar de su trabajo con las personas negras en África.

«No los trates como si fueran tus amigos», le dijo el hombre al periodista. 

«Nunca les tengas lástima, tienes que recordar eso. Nunca les tengas lástima. No importa su situación familiar, nunca les tengas lástima. Así es como debes tratar a la gente negra», se le escucha decir a Lu Ke en uno de los videos.

Una imagen de Susu en la cámara escondida

«No los trates como si fueran tus amigos», le dijo el hombre al periodista.

Con frases tan explícitas como las que quedaron registradas en video, los reporteros de BBC Africa Eye decidieron que había llegado la hora de buscar respuestas sobre el video del coeficiente intelectual.

Citaron nuevamente a Lu Ke para el mostrárselo y preguntarle si era de él.

«Sí, ese es mío», se ve al hombre responder con naturalidad.

Pero después de unos segundos, como si se hubiera acordado de algo, Susu se retractó: «No, espera, ese video no es mío. Lo hizo mi amigo […] te sugiero que no tengas ese video en tu teléfono. No dejes que la gente negra vea eso»

Susu rodeado de niños

Algunos videos muestran a Susu como el centro de atención de los chicos.

Según Runako, parecía que Susu hubiera dejado escapar un secreto, idea que se afianzó unos segundos después cuando el hombre mencionó la polémica que se había generado con la publicación original del video.

Haciéndose rico

Nuestro equipo descubrió que Susu estaba haciendo grandes cantidades de dinero con sus videos.

En una de las conversaciones grabadas a escondidas, se le ve ufanándose de grabar más de 380 videos en un solo día, algo que representaría ganancias de por lo menos US$11.000 en menos de 24 horas.

Cuando Runako le preguntó a la madre de Bright si había recibido algún tipo de ganancia por el trabajo de su hijo, la mujer dijo que no.

Fausika y Bright

«Es tan doloroso para mí, porque mi hijo ha sufrido mucho. Lo hacía gritar hasta que le salieran las venas [del cuello] durante tres días seguidos y al cuarto, volvía enfermo. Al cuarto día, el hombre chino llegaba con un pedazo de pollo, lo compartía con él y se lo llevaba a trabajar otra vez».

Los familiares de otros niños que aparecieron en el video, también reaccionaron con dolor.

La abuela de uno de los chicos, casi en lágrimas, dijo que Susu había «hecho ganancias con la gente pobre».

Familiares de niños que aparecen enlos videos de Susu

La confrontación

Luego de meses de investigaciones, y cargados con evidencia en su contra, los periodistas finalmente decidieron confrontar al Lu Ke en su casa.

Runako, acompañada por Henry, y ante la mirada curiosa de los locales, se acercó con decisión.

«Todos los chicos locales te llaman Susu, ¿verdad?», preguntó Runako.

Runako confronta a Susu

«Sí, sí»

«¿Cuál es la razón para hacer estos videos?»

«Quiero esparcir la cultura, la música y la danza de China. Incluso las palabras chinas, el lenguaje chino».

«Nuestras fuentes dicen que usted golpea a los chicos»

«No lo hice»

«Vimos el video en el que los hace decir ‘soy el diablo negro’. ¿Lo hizo?»

«Yo no hice ese video»

«Esto se considera explotación, ¿usted sabía eso?»

«Yo no los exploté»

Susu durante la confrontación

El hombre se defendió.

La investigación de la BBC mereció un comentario de la ministra de seguridad interior de Malawi, Jean Muonaowauza Sendeza, quien aseguró que Susu había violado leyes de protección de menores, y tendría que responder ante las autoridades.

Según le dijo la ministra al periodista Henry Mhango: «Se ha violado el acta de protección y justicia infantil y usaremos esta acta para que este individuo enfrente la ley. No permitiremos que extranjeros insulten a nuestros hijos, a nuestros ciudadanos».

La policía del país africano también anunció el inicio de una investigación.

Una investigación agridulce

Runako y Henry

Cansados de una conversación infructuosa, en la que Susu negó todo lo que el equipo de BBC Africa Eye había logrado comprobar, Runako y Henry abandonaron la población con una sensación «agridulce».

«Pasé tanto tiempo revisando los videos de Susu, preocupándome por lo que pasaba detrás de escena. Ahora, sabía la verdad», dice Runako.

«Pero mientras me preparaba para dejar a Henry, este descubrimiento se sintió agridulce: dulce porque junto a Henry habíamos logrado descubrir uno de los peores ejemplos del racismo al que todas [las personas de raza negra] nos enfrentamos, tanto en el continente como en la diáspora.»

Runako

«Pero amargo, porque ambos sabíamos que esto era más grande que Susu: sí, habíamos irrumpido la actividad de un hombre. Pero esta industria sigue en crecimiento, con la explotación diaria de niños de verdad, como Bright, para entretener a personas en sitios muy, muy lejanos…»

Henry está de acuerdo.

«Cuando miro mi país, pienso en todas las personas que aún se enfrentan a la pobreza […] Susu se aprovechó de su buena fé. Vino a Malaui y traicionó a nuestros niños…»

Esta historia es una adaptación del documental Racism for Sale de BBC Africa Eye. Puedes verlo completo (en inglés) aquí.

Imagen de portada: Gentileza de BBC News Mundo

FUENTE RESPONSABLE: Redacción BBC News Mundo.17 junio 2022, 04:06 GMT.

Sociedad y Cultura/Pobreza/Abuso infantil/Malaui/África/Infancia/ China