¿Sueñan los monos mecanógrafos con Pierre Menard?

Hay un entusiasmo por la capacidad creciente de las inteligencias artificiales de escribir textos indistinguibles de los de una pluma humana.

Hace tiempo, en el siglo pasado, circulaba por ahí un sobrino de tres años que era capaz de hacer lo que un pintor de vanguardia. Ahora la inteligencia artificial te escribe La dama de las camelias en diecisiete minutos. 

De manos como esas, las regordetas de un niño dibujante y las incorpóreas pero de seis dedos de una IA, depende el futuro de la humanidad, el nuestro. ¡Ojalá usen bien ese poder! 

Recurro a esas dos imágenes porque me parece que tienen un aire parecido, y aunque no se puedan superponer exactamente, coinciden en cierta vibración. 

Su cruce genera el chispazo iluminador. En realidad no nos hablan ni del niño, ni de Picasso o Alejandro Dumas, ni de la Inteligencia Artificial. 

¿De qué, entonces? Quizá coincidan en el punto de vista sobre las cosas. 

Voy a tratar de diseccionarlo todo, hasta que me canse, a ver si llego a alguna conclusión, porque al sentarme a escribir yo quería defender a los humanos en la lucha contra los robots, pero todas las frases que traía pensadas se me han antojado de pronto banales y, sobre todo, reproducibles por un robot parlante. 

Y las ideas, ¿no son más impersonales aún que las combinaciones de palabras? De modo que solo me queda el gusto de pasar un rato aquí sentada atendiendo a lo que se me vaya ocurriendo.

Pero no me provoques, robotillo digresor de mi ring imaginario. Ya me centro y empiezo por el niño dibujante. Es un niño muy pequeño con el que la persona que habla tiene un vínculo familiar. El niño, cuando dibuja, no sabe colocar los rasgos de la cara. Cada ojo lo coloca en un paralelo diferente. O los brazos los hace demasiado cortos, o asimétricos. 

¡Es que no le sale! El niño tiene dos características: su corta edad y su relación de parentesco con el que habla. 

Yo me lo imagino siempre enfrascado en su dibujo y ajeno a la comparación de que está siendo objeto. Venía su ejemplo muchas veces a la mente cuando se estaba delante de un cuadro no realista: “esto lo pinta mi sobrino de tres años”. 

Lo de que tenga tres años se puede interpretar como que todavía le falta mucha vida por delante y tiene que aprender muchas cosas, es como decir “alguien con muy poca pericia”, o también alguien que no es capaz de reproducir la realidad, o que no sabe que en algún momento ha sido consensuado que la realidad es lo que fotografía un objetivo de 50 mm. 

De ahí se deduce que lo que se valora en el cuadro es algo entre la destreza técnica y la adecuación a un consenso y que el que no cumple estos requisitos no es que no le dé la gana, es que aún no sabe dominar el lápiz porque tiene tres años. O visto de otro modo: todos pintaremos como Alma-Tadema desde el día que cumplamos veintiocho.

Lo de que fuera su sobrino no siempre se decía, pero utilizo esta versión de la frase porque creo que tener al alcance de la mano al segundo objeto de la comparación (el primero es el pintor sobrevalorado) refuerza el menosprecio: “hasta alguien al que veo día sí, día no” (hasta alguien así de cotidiano, hasta alguien al que yo le he hecho un bocadillo, hasta alguien a quien yo voy a buscar al colegio) es capaz de hacer eso. 

Es curioso, porque es una manera de auto menosprecio. Pero en fin, quizá algo que se interponga entre el niño de tres años y las paredes de la galería es que el niño no sale con mujeres a las que triplica la edad, no es un drogadicto, no es un insolente o −más corto− un sol con la prensa, no derrocha la pasta, no estuvo en fiestas con Andy Warhol, etcétera: todo lo que tiene que ver con el fetichismo, la mitomanía y otras cosas determinantes para la admiración y el mercado. 

Pero aparte de todo eso, ¿y a mí qué me cuentas? ¿Qué me quieres decir con eso sobre el mérito y el resultado? También un mono tecleando sin parar consiguió escribir el Quijote.

Pero estoy siendo tramposa. Casi nadie dice ya que su sobrino pinta mejor que Picasso.  

¿Quién no está ya en el consenso de que decir eso es como reconocer que eres un paleto redomado que no se entera? En realidad lo más probable es que nadie lo haya dicho nunca. Sigo desde aquí con las inteligencias artificiales que escriben novelas (ellas, por el momento, sí que se tienen que basar en lo que se ha dicho antes).

En mi temblequeante comparación con lo del garabato infantil, las inteligencias adoptarían el papel equivalente al del niño. 

Pero en este caso quien queda como un impostor, o al menos como alguien cuya producción no tiene tanto mérito, es el autor antiguo que ha tenido que escribir su novelita como un arriero medieval. 

Triste esfuerzo, porque podía haber dedicado el tiempo a tomar café en la terraza del Flore o a meter la cabeza, si la tuviera, en el horno. 

Antes había un niño que dibujaba muy mal, ahora una IA que escribe muy bien. Curiosamente coinciden ahí, en ese espejo cruzado al que les han convocado los opinadores. 

El entusiasmo por la capacidad creciente de las inteligencias artificiales de escribir textos indistinguibles de los de una pluma humana se puede entender al menos por dos razones: por el afán de lucro rápido (gallina de los huevos de oro) o por la muy natural fascinación con que lo artificial remeda nuestras costumbres y funcionamientos (aquí intuyo concomitancias con la atracción que nos provocan las casas de muñecas o todo lo que juega con las escalas; en realidad con los muñecos en general). 

Ahora parece una revolución que los chatbots escriban sinopsis o resúmenes, pero no entiendo la asombrosa dificultad de hacerlo uno mismo. 

¿Estaré ahora hablando igual que alguien del pasado que dijera que para qué queríamos una lavadora si podíamos ir a lavar las sábanas al río? 

Lo cierto es que mientras escribo mis sábanas dan vueltas en el tambor eléctrico, que me permite entregarme a estas interesantes divagaciones. ¡Oh, tambor y sábanas, imágenes de mi cerebro y mis ideas!, o viceversa. 

Bueno, por volver al tema o a donde sea, no sé por qué no podríamos nosotros ocuparnos de nuestras frases, que tienen su raíz en las cosas que nos pasan y que a su vez provocan que se encarnen experiencias nuevas. 

Lo más interesante de los robots sería que nos contasen sus puntos de vista. Lo que sí creo es que si dejamos que sean ellos quienes lo escriban todo, de aquí a diez años no quedará nadie que quiera leer nada. 

No porque no sea interesante, que ya se verá, sino porque habremos sido expulsados de la partida de futbolín. Oh, humanos, antiguos patinadores sobre el hielo impracticable de las palabras.

Imagen de portada: Gentileza de Letras Libres.

FUENTE RESPONSABLE: Letras Libres. Por Bárbara Mingo Costales. 14 de febrero 2023.

Sociedad y Cultura/IA/Inteligencia Artificial/Robots/Sarcasmos de una nueva realidad.

Así es Optimus, el robot humanoide que presentó Elon Musk y que cuesta menos de 20 mil dólares

Una maravilla tecnológica que el magnate tecnológico presentó en vivo y en directo.

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A través de una presentación de repercusión mundial, Tesla mostró a Optimus, el robot de aspecto humanoide especialmente diseñado para realizar aquellas tareas «repetitivas y aburridas» para los humanos.

Dos versiones de un mismo prototipo

La presentación se dio en el marco del Tesla’s AI Day, es decir, el Día de la Inteligencia Artificial de Tesla, evento en el cual fue presentado el primer prototipo funcional de Optimus, un robot que según sus creadores costará «probablemente menos de 20 mil dólares» y saldrá a la venta dentro de los próximos tres o cinco años.

Tesla presentó dos versiones prototípicas de Optimus: una versión sin carcasa exterior, que permitió observar los cables y componentes del androide mientras se movía; y una versión completamente recubierta pero que aún no se encuentra operativa, a tal punto que necesitó de la ayuda de algunos operarios para desplazarse.

El encargado de las tareas aburridas

«El robot puede hacer mucho más de lo que acabamos de mostrar», comentó en primera instancia Elon Musk, «desde entregar paquetes, a trabajar en fábricas o ser el jardinero perfecto», detalló sobre las tareas que Optimus será capaz de desempeñar, principalmente aquellas que son aburridas o monótonas.

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https://twitter.com/i/status/1576020755657072641

Conocido durante mucho tiempo como Tesla Bot, Optimus representa un enorme potencial, al menos desde la perspectiva de Elon Musk, quien cree que sus ventas podrían ser aún más significativas que las ventas de vehículos autónomos, acaso uno de los principales ingresos que hoy genera Tesla.

Una misma Inteligencia Artificial

Detrás de Optimus, un desarrollo a cargo de ingenieros mecánicos, ingenieros eléctricos, ingenieros de controles y de software, operan los mismos sistemas de Inteligencia Artificial que actualmente controlan el movimiento de todos los vehículos eléctricos de conducción autónoma de Tesla.

De hecho, durante la conferencia de presentación, Elon Musk afirmó que “Tesla es posiblemente la compañía de robótica más grande del mundo”, y que sus vehículos de conducción autónoma son “básicamente robots semi-inteligentes sobre ruedas”.

Escepticismo

Sin embargo, a contramano de los anuncios optimistas de Elon Musk, son muchos los especialistas en el desarrollo de Inteligencia Artificial que consideran prácticamente imposible que un robot autónomo pueda realizar las tareas que hacen los humanos antes de finales de 2023, tal y como espera Musk.

Según los especialistas, ni siquiera la compañía estadounidense Boston Dynamics, que lleva décadas en el desarrollo de ingeniería y robótica, ha logrado dar a luz un prototipo de robot completamente funcional.

Imagen de portada: Istock

FUENTE RESPONSABLE: History Latinoamérica. 3 de octubre 2022.

Robots/Elon Musk/Inteligencia Artificial

En China hay tantos coches y tan poco espacio, que ya recurren a los robots para aparcar.

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La lucha por ganar espacio a los coches en las superpobladas ciudades de China se libra, entre otras cosas, con armas como la tecnología y la robótica. Muestra de ello son los denominados aparcamientos inteligentesque llevan años en desarrollo en el país y cada vez son más numerosos. También, los aparcamientos en diagonal’.

Ahora van un paso más allá con “robots aparcacoches” que se encargan de colocar los coches en los aparcamientos aprovechando el espacio al milímetro. También pueden desplazarnos desde el exterior de unas oficinas, por ejemplo, al interior de un garaje.

Un robot aparcacoches que también podrá ser “robot-grúa”

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parking valet—parking robot

El último invento chino en materia de robots capaces de aparcar coches por sí mismos puede cumplir con varios propósitos: desde hacer las veces de aparcacoches en zonas muy concurridas de oficinas, por ejemplo, a funcionar como “robot grúa” si fuera necesario para retirar coches mal aparcados de la vía.

Un vídeo en el que se ve cómo se utiliza un robot para cambiar de sitio los coches aparcados en doble fila en un aparcamiento está haciéndose muy popular en las redes.

Las imágenes muestran un robot deslizándose por debajo de los vehículos, adaptándose a ellos “para cogerlos” y moverlos a otro lugar, mientras es controlado por una persona desde el exterior.

Se trata de ‘Combo’, un robot que la empresa tecnológica Shenzhen Shanyi Technologies lleva desarrollando seis años y cuya tecnología “se basa en la automatización avanzada y la inteligencia artificial”, según reza su web. Gracias a sus múltiples sensores y una central externa de control, parece moverse sin ningún tipo de problema por su entorno.

Esta empresa, especializada en los denominados aparcamientos inteligentes, aún no ha revelado ningún dato técnico acerca del robot como por ejemplo sus dimensiones o capacidades, aunque muestra en varios vídeos la esencia de su funcionamiento.

Foto: Shenzhen Shanyi Technologies

Según sus creadores, estos robots están especialmente pensados para trabajar en espacios tanto públicos como privados y “pueden desempeñar su actividad por ejemplo en distritos comerciales, edificios de oficinas, barrios residenciales hospitales, fábricas y concesionarios de coches e incluso prestar sus servicios a los bomberos y a la policía”.

Por el momento, y con el apoyo de las autoridades chinas, “estos robots aparcacoches” ya operan en varios garajes de ciudades como en Wuxi (al este de China y cerca de Shanghái) y forman parte de varios proyectos gubernamentales como las zonas empresariales de las ciudades de Jining y Liaoning o la zona comercial de Jiaozuo.

Se desconoce si acabarán formando parte de algún plan para operar como “coche grúa” de las autoridades chinas pero, en el caso del gigante asiático, todo es posible.

El boom de los “robots de servicio” en China

En China, factores como el envejecimiento de la población y la escasez de mano de obra impulsan cada vez más el crecimiento de la automatización robótica.

Según datos de la Federación Internacional de Robótica (IFR) la industria robótica en China es una de las más importantes del mundo desde 2016, y no deja de crecer: solo el año pasado firmó un nuevo récord de 243.300 instalaciones, 44 % más en comparación con 2020.

Ya en 2020 la densidad de robots del país en la industria manufacturera ascendía a 246 robots industriales por cada 10.000 empleados, cuando hace diez años, era de solo 15 unidades.

El gobierno chino tiene planes ambiciosos para seguir impulsando este mercado, pues a través de su plan de política industrial Made in China 2025 (MIC 2025), identifica la industria de la robótica como un sector estratégicamente importante junto con la inteligencia artificial y la automatización.

Para aumentar su presencia en el mercado de los robots a nivel mundial, el gobierno chino apoya a las empresas que implementan la automatización robótica en industrias clave, como la fabricación de automóviles, la electrónica, los electrodomésticos y la logística.

Robots

También tiene activos varios programas de incentivos para fomentar el desarrollo y la investigación, que pasan por ofrecer subsidios a los fabricantes de robots y empresas de automatización, préstamos a bajo interés, desgravaciones fiscales o ventajas en cuanto a alquiler de terrenos, por ejemplo.

Así, la industria robótica China aún tiene mucho margen de crecimiento, y no solo en cuanto a los robots industriales, sino también en lo que respecta a los denominados “robots de servicio” como los de Shenzhen Shanyi Technologies.

Este tipo de robots definidos por la IFR como “los que operan de forma semiautónoma o totalmente autónoma para brindar servicios para la salud humana o el mantenimiento de equipos” en ámbitos como el de la salud/dispositivos médicos, finanzas, almacenamiento/logística o incluso servicios de atención al cliente, catering, limpieza e incluso acompañamiento son cada vez más comunes en China.

¡ Incluso tienen robots patrulla de varios tipos ! Uno de los ejemplos más sonados fue el del “perro robot que patrullaba las calles de Shangai vigilando que los ciudadanos cumpliesen con el confinamiento decretado por el coronavirus y llevaba incorporado un altavoz en su espalda para dictar las instrucciones de seguridad.

Imagen de portada: Aparcamiento de un automóvil.

FUENTE RESPONSABLE: Motor Pasión. Por Irene Mendoza. 3 de octubre 2022.

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