Este descubrimiento sugiere que el Homo no fue la primera especie en usar herramientas.

Las pruebas infieren que las herramientas fueron utilizadas por el pariente humano Paranthropus, enterrando así la idea de que el Homo fue el primer antepasado que inventó esta clase de utensilios.

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Los arqueólogos han descubierto en un yacimiento del suroeste de Kenia herramientas de piedra de hasta tres millones de años de antigüedad, lo que las convierte en las más antiguas de su clase.

Y lo que es aún más sorprendente, las herramientas se encontraron junto a fósiles del homínido Paranthropus, que no es un antepasado de los humanos modernos.

Los descubrimientos refuerzan las teorías de que los homínidos no pertenecientes a nuestro género Homo también utilizaron herramientas de piedra. Además, retrasan en cientos de miles de años la fecha más antigua de la tecnología Oldowan, una tradición de fabricación de herramientas en África oriental que se remonta a principios del Paleolítico.

La paleoantropóloga Emma Finestone, conservadora adjunta de orígenes humanos del Museo de Historia Natural de Cleveland (Estados Unidos), afirma que hace años se sugirió que Paranthropus podría haber utilizado herramientas.

Sin embargo, señala que, en aquel entonces, la idea había perdido terreno en parte porque se pensaba que los homínidos (que sin duda utilizaban herramientas de piedra) eran más inteligentes, y porque los Paranthropus tenían dientes y mandíbulas grandes, lo que significaba que podrían no haber necesitado herramientas para procesar los alimentos. 

Ahora, la experta que formó parte del equipo que trabajó desde 2014 hasta 2022 en Nyayanga (un yacimiento arqueológico en el suroeste de Kenia, a orillas del lago Victoria) asegura que con este hallazgo su opinión ha cambiado. 

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Arriba:

Los científicos descubrieron dos molares de Paranthropus, un homínido que no es pariente directo del ser humano.

FOTOGRAFÍA DE S. E. BAILEY HOMA PENINSULA PALEOANTHROPOLOGY PROJECT.

Debajo:

La gran roca de la izquierda es el material de partida de los artefactos oldowanos. Los homínidos martilleaban virutas afiladas del núcleo de la roca para utilizarlas como herramientas.

FOTOGRAFÍA DE T.W. PLUMMER J.S. OLIVER, E. M. FINESTONE, HOMA PENINSULA PALEOANTHROPOLOGY PROJECT.

Un gran anfiteatro natural está repleto de herramientas de piedra (la mayoría fabricadas con rocas como cuarzo y riolita) y huesos fosilizados de animales que comieron los primeros homínidos. Las herramientas incluyen piezas afiladas para picar y raspar; los núcleos de piedra, o material de partida, de los que se extraían lascas; y los martillos utilizados para golpear los núcleos.

Herramientas oldowanas: un gran avance tecnológico

El equipo de investigación, dirigido por Thomas Plummer, ha identificado más de 300 herramientas Oldowan en el yacimiento a lo largo de casi 10 años; en 2019 también descubrieron un diente de Paranthropus. Desde entonces, se ha desenterrado un segundo diente de un individuo Paranthropus diferente en medio de una «dispersión» fosilizada de huesos de hipopótamo masacrados.

Mientras que la mayoría de la gente pensaba que este pariente del homo sapiens se basaba únicamente en sus robustos dientes y mandíbulas para comer, «nos encontramos a un Paranthropus en un yacimiento con herramientas de piedra y un hipopótamo descuartizado», sostiene Plummer, profesor de antropología del Queens College de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (Estados Unidos) y autor principal de un estudio que se ha publicado esta semana en Science.

Los investigadores no pueden asegurar que las herramientas fueran fabricadas y utilizadas por Paranthropus, porque homínidos de otros géneros (como Homo habilis) también frecuentaban la zona de Nyayanga. Pero es una gran posibilidad. 

Las herramientas y los dientes de Nyayanga se hallaron en sedimentos datados entre 2.6 y 3 millones de años. Plummer sugiere que las herramientas podrían pertenecer al extremo superior de ese intervalo, en torno a los 2.9 millones de años.

Core_and_flakesEjemplo de una herramienta de percusión oldowan hallada en el yacimiento de Nyayanga en 2016.FOTOGRAFÍA DE T.W. PLUMMER J.S. OLIVER, E. M. FINESTONE, HOMA PENINSULA PALEOANTHROPOLOGY PROJECT.

Hasta ahora, las primeras herramientas oldowanas tenían 2.6 millones de años y procedían de la región etíope de Afar, a más de 1200 kilómetros al norte.

Aunque en un yacimiento del noroeste de Kenia se han desenterrado herramientas de piedra aún más antiguas, datadas en 3.3 millones de años, el desarrollo de herramientas oldowanas más pequeñas y ligeras supuso un gran avance tecnológico.

A pesar de su aspecto tosco, estas herramientas se extendieron por gran parte de África e incluso fuera de ella, y siguieron siendo fabricadas y utilizadas durante más de un millón de años por diferentes especies de Homo.

«Las herramientas oldowanas son una tecnología realmente importante.

Destacan tanto en el espacio como en el tiempo», dice el experto.

Espera que futuros hallazgos de fósiles de Paranthropus puedan consolidar la idea de que este homínido no Homo podría haber fabricado las herramientas. 

Es más, habrá que volver a estudiar varios yacimientos posteriores en los que se han descubierto fósiles de Paranthropus cerca de herramientas de piedra: tal vez Paranthropus creó las herramientas, no Homo.

Carnicería de hipopótamos

Según Bernard Wood, paleoantropólogo de la Universidad George Washington (Estados Unidos), quien no participó en el estudio, otro aspecto interesante de los descubrimientos de Nyayanga es que los homínidos cazaban hipopótamos en esa época.

Algunos investigadores han sugerido que la matanza de animales tan grandes solo se produjo mucho más tarde, cuando los homínidos se hicieron más grandes y más expertos en la caza.

Hippo_skeletonEn el yacimiento de Nyayanga se encontraron artefactos oldowan entre esqueletos fosilizados de hipopótamos.FOTOGRAFÍA DE T.W. PLUMMER HOMA PENINSULA PALEOANTHROPOLOGY PROJECT.

«Nadie está diciendo que cazaran estos grandes animales, pero tal vez se toparon con ellos cuando estaban muriendo y se dieron cuenta de que podían utilizar la carne y los huesos. La gente ha especulado con que esto era probable, pero existen buenas pruebas arqueológicas», comenta el especialista.

El biólogo evolutivo humano Neil Roach, de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), que no participó en el estudio, añade que los simios y monos modernos, como los capuchinos, fabrican herramientas de piedra, por lo que cabría esperar que algunos homínidos no Homo utilizaran tales objetos.

«La vieja idea de que las herramientas aparecieron con el Homo hace unos dos millones de años se ha desvanecido, y este hallazgo ayuda a darla por concluida de forma repentina», concluye.

Imagen de portada: Los científicos han desenterrado más de 300 herramientas de piedra en el yacimiento de Nyanga, en el suroeste de Kenia (imagen de 2014, antes de la excavación).. FOTOGRAFÍA DE T.W. PLUMMER HOMA PENINSULA PALEOANTHROPOLOGY PROJECT.

FUENTE RESPONSABLE: National Geographic Ciencia. Por Tom Metcalfe. 16 de febrero 2023.

Sociedad y Cultura/Arqueología/Historia/Ancestros/Fósiles/Ciencia/ Herramientas/ Kenia/Seres humanos/Gente y cultura.

Los bonobos nos heredaron su caracter apacible a nivel evolutivo, revela un estudio.

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El carácter pacífico de los bonobos les permitió transmitirse conocimiento de generación en generación, asegura la Universidad de Harvard.

Los bonobos son animales pacíficos. Son tan proclives a estar en paz con los miembros de su comunidad, que tienen relaciones sexuales entre sí para disipar los conflictos que surgen todos los días. A diferencia de los chimpancés, que resuelven sus problemas con encuentros violentos, el carácter de los bonobos tiende a ser tranquilo y armónico.

Jane Goodall, la primatóloga británica, fue la primera en describir el comportamiento hostil que los chimpancés tienen al enfrentarse con sus rivales. En algunos casos, se enfrentan con otras especies de primates hasta la muerte. Por el contrario, los bonobos se caracterizan por cooperar entre sí, y llevar la vida en aras de evitar el conflicto.

De acuerdo con un estudio publicado recientemente en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), podría ser que los seres humanos hayamos heredado evolutivamente este carácter apacible de los bonobos. Aunque pudiera parecer lo contrario, nuestra especie es menos proclive a la violencia de lo que se pensaba. Ésta es la razón.

En busca del origen de la concordia

Bebé bonobo de 3 meses de edad mirando por encima de la espalda de su madre en el Santuario de Lola Ya Bonobo de la República Democrática del Congo. / Getty Images

 

Los autores del estudio son enfáticos en mencionar que los chimpancés no se consideran ancestros de los seres humanos. Por el contrario, son algo parecido a primos biológicos, que se desarrollaron de manera paralela en el árbol evolutivo de los primates. Sin embargo, los bonobos son primos mucho más cercanos a nosotros.

En la vasta familia de primates, «Los pacifistas, matriarcales, pansexuales y generosos bonobos,» explica el corresponsal de ciencia Javier Salas. Según el estudio, los seres humanos pudimos haber heredado su carácter apacible, en lugar de favorecer la violencia de los chimpancés.

Martin Surbeck formó parte del equipo de investigación de Harvard. Tras las observaciones en el comportamiento de ambas especies, el especialista señala lo siguiente:

“Creo que es justo decir que los humanos combinan características de ambas especies, pero a la luz de su capacidad para mantener relaciones pacíficas entre grupos, los humanos tienen un comportamiento más cercano a los bonobos”.

Los investigadores llegaron a esta conclusión tras observar las dinámicas sociales de dos grupos distintos, uno de bonobos y otro de chimpancés. A partir de ello, los científicos se percataron que la tolerancia es una característica de los bonobos, y podría esconder la raíz de cómo se gestiona la paz entre los seres humanos contemporáneos.

¿Naturalmente pacifistas?

A diferencia de los chimpancés, el carácter de los bonobos les permite tener más momentos de tranquilidad con los miembros de su clan. Es decir: no sólo se les ve compartiendo los alimentos, sino que juegan más entre ellos y parecen disfrutar profundamente de la compañía de los demás.

Al respecto, la bióloga Liran Samuni, coautora del estudio, explica lo siguiente:

“Al proporcionar una fuerte evidencia empírica de tolerancia entre grupos de bonobo que son claramente distintos entre sí, sugerimos que la tolerancia humana entre grupos tiene orígenes evolutivos profundos, un rasgo compartido con uno de nuestros parientes vivos más cercanos: el bonobo”.

Los bonobos de la República Democrática del Congo cazan juntos y pasan la tarde en compañía de sus familiares. Según los autores del estudio, esta cercanía les permite transmitirse conocimientos con más facilidad. Podría ser que los seres humanos hayamos heredado esta tolerancia, y así, haya nacido la cultura.

Si hubiéramos heredado el carácter hostil de los chimpancés, dicen los investigadores de Harvard, este intercambio de conocimientos hubiera sido prácticamente imposible. “Definitivamente, es una opción teórica que los chimpancés perdieron esta capacidad para cooperar”, concluye Surbeck. Parece ser que, al menos a nivel evolutivo, heredamos esta cepa pacifista —que a veces, más bien, parece omisa entre las relaciones humanas.

Imagen de portada:PAR DE BONOBOS ADULTOS ABRAZÁNDOSE EN L SANTUARIO DE LOLA YA BONOBO DE LA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO. / GETTY IMAGES

FUENTE RESPONSABLE: National Geographic en Español. Junio 2022

Investigación/Bonobos/Chimpancés/Primates/Seres humanos

 

¿ES POSIBLE QUE OTRAS ESPECIES DE HUMANOS COHABITEN EL PLANETA CON NOSOTROS?

La historia de la evolución entre los homínidos data, al menos, de hace 2 millones de años

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Desde aquel pasado remoto, varias especies de humanos proliferaron sobre nuestro planeta. En algún momento de la historia natural, en proceso que algunos científicos conciben como ‘azaroso’, las condiciones climáticas y la herencia genética dieron con el Homo sapiens sapiens.

Antes de nosotros, sin embargo, otras varias especies de humanos desfilaron por la Tierra. Así como sucede con los demás animales, cuyas ramas evolutivas persisten en la actualidad, ¿sería posible que otros homínidos parecidos a nosotros habiten la Tierra en la actualidad? 

Como paleontólogo y biólogo evolutivo, Nicholas R. Longrich podría tener una respuesta al respecto.

Paso a paso, durante millones de años

Fotografía: Bill O’Leary / The Washington Post via Getty Images.

La evolución no sólo depende de la genética. Por el contrario, como explica Longrich para The Conversation, es un proceso complicado que involucra varios factores en el ambiente.  Según sus años de experiencia en el campo, la humanidad evolucionó ‘paso a paso’, a lo largo de millones de años:

«Aparecieron mutaciones en nuestro ADN, se extendieron por la población, y nuestros ancestros poco a poco se fueron convirtiendo en algo más parecido a nosotros y, finalmente, aparecimos nosotros», escribe el especialista.

Sin embargo, el autor reconoce que los seres humanos tenemos algo ‘distinto’ a los demás miembros del reino animal. Hace más de un siglo, Charles Darwin explicó esta distinción con base en la creatividad humana en El origen del hombre (1871). Otras especies de homínidos, como los chimpancés, también la desarrollaron para su propio beneficio.

La creación de herramientas, el lenguaje corporal y la articulación de expresiones son comportamientos compartidos entre nuestra especie y otros simios. Parece ser que esta batería de habilidades fue herencia de las otras 20 especies de homínidos que, antiguamente, habitaron el planeta —incluso de manera simultánea, explica Longrich. Tal vez fueron más.

Un salto evolutivo difuso

En la actualidad, la teoría más aceptada hasta ahora es que otras especies anteriores de seres humanos se extinguieron. A falta de capacidades para adaptarse, sucumbieron ante las atrocidades del clima o las inclemencias del tiempo. Así lo explica Longrich:

«[…] la extinción de otros homínidos ha ayudado a crear la impresión de un abismo enorme e infranqueable que separa a nuestra especie del resto de la vida en la Tierra. Pero la división sería mucho menos clara si esas especies aún existieran. Lo que parece una línea divisoria brillante y nítida es en realidad un artefacto de extinción».

El autor reconoce que, al menos durante los primeros millones de años, la evolución de nuestra especie fue lenta. Y lo que es más: los primeros homínidos poco tienen que ver con cómo somos en la actualidad, a nivel físico y cognitivo. Este patrón se repitió hasta la aparición del Homo erectus que, además de caminar erguido, tenía dientes más finos y pequeños, y la capacidad de cazar.

A partir de entonces, las otras especies de seres humanos ya podían cazar colaborativamente y diseñar armas. Neandertales, denisovanos, Homo rhodesiensis e incluso los Homo sapiens arcaicos empezaron a desarrollar sus propias tecnologías, usando piedra y fuego. Eventualmente, integraron el arte a su vida en forma de joyas, pinturas rupestres e instrumentos musicales.

Sus restos son ‘sorprendentemente’ parecidos a los nuestros, a nivel genético y fisiológico, apunta Longrich.

Sin marcas claras en ‘fósiles o herramientas de piedra’

GETTY IMAGES

Existe evidencia de que los Neandertales y los Homo sapiens primigenios tuvieron relaciones sexuales entre sí, hace 300 mil años. No sería aventurado pensar que éstas y otras especies de humanos procrearon descendencia. Invariablemente, estas cruzas inciden en el camino evolutivo de nuestra especie.

La extinción de estos homínidos primitivos tomó miles de años. A pesar de siglos de investigación paleontológica, antropológica y genética, el salto entre especies sigue siendo difuso para la ciencia «[…] lo que sugiere que la diferencia fue algo que no deja marcas claras en fósiles o herramientas de piedra«, explica el biólogo evolutivo.

De cualquier manera, explica Longrich, habilidades que tradicionalmente se consideraban como ‘intrínsecamente humanas‘ se han rastreado en otras especies, que nada tienen que ver con nuestro camino evolutivo. El lenguaje y la cultura están presentes en diversos tipos de ballenas, por ejemplo:

«La palabra «humanidad» implica cuidarse y tener compasión por los demás, pero podría decirse que esa es una cualidad de los mamíferos, no de los humanos», escribe el especialista.

Aunque, efectivamente, parece que llevamos la delantera en términos evolutivos entre los homínidos, Longrich es enfático en decir que no somos los primeros —y que ciertamente no seremos los últimos. «Pero es posible imaginar otro curso evolutivo, una secuencia diferente de mutaciones y eventos históricos que llevaron a los arqueólogos neandertales a estudiar nuestros extraños cráneos con forma de burbuja, preguntándose cuán humanos éramos«, concluye el especialista.

Imagen de portada:  RYOJI IWATA / UNSPLASH

FUENTE RESPONSABLE: National Geographic

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