Las orcas devoran tiburones blancos y podrían estar detrás de su desaparición en Sudáfrica.

Este superdepredador del océano podría estar orillando a la extinción a poblaciones enteras de tiburones blancos, encontrados sin vida en Sudáfrica.

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Hace un par de años, una serie de cadáveres huecos de tiburones blancos encallaron en las costas sudafricanas. Desmembrados y sin hígados, las olas los arrojaron a la arena. Pareciera que el superdepredador marino estuviera siendo asechado por una especie más voraz.

Aunque el fenómeno ya se había estudiado con anterioridad, los biólogos sudafricanos se siguen sorprendiendo por la capacidad depredadora de las orcas. Recientemente, un equipo de investigación registró 8 cadáveres de tiburones blancos sin hígado. Lo más probable es que hayan sido víctimas de ataques de estos superdepredadores del sur.

A la caza del gran tiburón blanco

Una orca mamá con sus crías, jugando en el mar. Foto: Getty Images

Ante estas apariciones extrañas, Alisa Schulman-Janiger decidió investigar el caso. Como investigadora adjunta especializada en biología del Museo de Historia Natural del condado de Los Ángeles, Schulman-Janiger tenía un presentimiento de estos avistamientos. Recordó que, en 1997, toda la población de tiburones blancos abandonó de súbito su hábitat natural, en las cercanías del archipiélago.

En octubre de ese año, coincidentemente, se documentó el primer el primer avistamiento de orcas devorando tiburones blancos. El acontecimiento desconcertó a los biólogos marinos, ya que esta especie de tiburones se habían posicionado como los más letales de los mares. Desde aquel incidente, diversos científicos en el mundo se dedicaron a investigar cuál era la motivación de las ballenas para devorar los hígados de sus contrincantes blancos.

Fue entonces que Alisa Schulman-Janiger cayó en la cuenta. «Pensé que era un déjà-vu», destacó. Y quizás lo hubiera sido: el episodio ya se había visto antes. A partir del incidente del ’97, la perspectiva de la relación que guardan las orcas con los tiburones blancos cambiaría para siempre.

El verdadero superdepredador de los mares

Para 2017, el mismo patrón de comportamiento se había repetido: cinco tiburones blancos había aparecido sin vida (y sin hígado) en las costas del Cabo Occidental sudafricano. En esa ocasión, nadie presenció la matanza de los animales. Sin embargo, dados los acontecimientos en las últimas décadas, las orcas fueron las primeras sospechosas.

Actualmente, el 14 % de las especies de tiburones están amenazadas en Sudáfrica. Ya sea por la caza furtiva, la pesca indiscriminada o el hambre de las orcas, diversos tipos de tiburones han reducido sus poblaciones hasta límites alarmantes. De acuerdo con Anderson, la interacción entre estos dos depredadores puede afectar a la cadena trófica, que se refiere al ciclo natural descrito cuando un animal pasa sus nutrientes al otro al ser ingerido como alimento.

Esto podría producir un desequilibrio en los ecosistemas naturales de estas especies. La razón fundamental es que los tiburones buscan protección en otras zonas y al llegar, se comen a los lobos marinos cuando todavía no alcanzan su periodo reproductivo. Sin embargo, todavía no existe información suficiente para determinar una solución alternativa para mitigar la extinción de estos animales, o devolver la estabilidad a las profundidades marinas sudafricanas.

Imagen de portada: GETTY IMAGES

FUENTE RESPONSABLE: National Geographic en Español.

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Los tiburones están cada vez más cerca de las ciudades costeras.

 

A diferencia de los grandes depredadores terrestres, los marinos no evitan las zonas urbanas. Así lo ha demostrado una nueva investigación en la que han descubierto que los tiburones se acercan cada vez más a las ciudades atraídos por la actividad humana.

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Para algunos animales, como los gorriones o los mapaches, las ciudades no son ecosistemas ajenos,sino que han pasado a formar parte de su hábitat habitual. Su capacidad de adaptación a los entornos urbanos es tal que llegan a establecer vínculos muy estrechos, incluso de dependencia. Es lo que ocurre, por ejemplo, con los gorriones o las palomas. 

Otras especies, como los coyotes, se adaptan sin problema a los entornos urbano, unos ecosistemas nuevos para ellos en los que poco a poco aprenden a desenvolverse cada vez mejor. Es el caso de los coyotes o los jabalíes, capaces de adaptar sus comportamientos- y hasta sus dietas- a los entornos urbanos. Un tercer grupo, en el que se encuentran los lobos, son especies muy sensibles a los estragos causados por el hombre, con lo que suelen evitar a toda costa el contacto con grandes ciudades.

Sin embargo, hasta la fecha los investigadores no tenían demasiada información sobre cómo reacciona la fauna marina ante el imparable auge de la urbanización costera. Ahora, un nuevo estudio dirigido por científicos de la Escuela Rosentiel de Ciencias Marinas y Atmosféricas de la Universidad de Miami, ha arrojado nueva luz sobre este hecho a partir del análisis del comportamiento de tres especies de tiburones. Su conclusión no es nada esperanzadora: parece que los escualos se están acostumbrando cada vez más a nuestra presencia. Y eso es una mala noticia, tanto para nosotros como para ellos.

Gran tiburón blanco frente a la costa en Mossel Bay. Sudáfrica.

Gran tiburón blanco frente a la costa en Mossel Bay. Sudáfrica. Foto: Istock

Para realizar el experimento los investigadores siguieron los movimientos de tres especies de escualos (toro, la nodriza y el tiburón martillo), en aguas costeras cercanas a la ciudad de Miami. Esperaban que estas especies evitarán las zonas cercanas a la ciudad, pero los datos que recabaron les decían justamente lo contrario.

Los investigadores comprobaron que los tiburones no se inmutaban ante los sonidos y las luces urbanas.

«Nos sorprendió descubrir que los tiburones que rastreamos parecían no inmutarse ante los sonidos y las luces urbanas, a menudo cerca de la orilla, sin importar la hora del día», afirma Neil Hammerschlag, director del Programa de Investigación y Conservación de la Universidad de Miami y autor principal del estudio. En este sentido, los investigadores concluyeron que los comportamientos de los tiburones rastreados eran similares a los de las especies terrestres que pueden adaptarse a los entornos urbanos. Parecía que los tiburones no le hacían ascos a la actividad de las zonas costeras. Al revés, parecían interesados en las actividades humanas. Por ejemplo, se cree que acudían a las costas, atraídos, entre otras cuestiones, por el olor de las capturas descartadas por los pescadores cercanos al puerto.

La presencia de tiburones cerca de las costas podría tener consecuencias tanto para los escualos como para los humanos

El estudio, titulado Urban Sharks, Residency patterns of marine top predators in relation to a coastal metropolis, concluyó que la presencia de tiburones cerca de las costas podría tener consecuencias tanto para los escualos como para los humanos. 

«Al pasar tanto tiempo cerca de la costa, los tiburones corren el riesgo de exponerse a contaminantes tóxicos y a la pesca, lo que podría afectar a su salud y a sus tasas de supervivencia», dice Hammerschlag, quien alega asimismo que la presencia de escualos cerca de las urbes podrían traducirse en más encuentros con los humanos, y por consiguiente, en más accidentes o ataques. Futuras investigaciones ayudarán a arrojar nueva luz sobre el comportamiento de estos “tiburones urbanos”.

Imagen de portada: Adaptados a las costas

Grandes depredadores marinos como este tiburón martillo (en la foto), acuden cada vez con mayor frecuencia y pasan más tiempo cerca de las zonas urbanas, según un nuevo estudio. Esta conducta los expone en mayor medida a los efectos de la pesca y la contaminación.Foto: Istock

FUENTE RESPONSABLE: National Geographic España. Por Sergi Alcalde. Redactor de National Geographic España. Periodista de ciencia y medio ambiente. 8 de julio de 2022.

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