Así ha sido fulminado el primer tanque ruso Terminator con un disparo de artillería en Ucrania.

Las fuerzas armadas ucranianas difunden un vídeo en el que se ve como es destruido el avanzado carro ruso cerca de Kreminna.

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El nuevo carro de combate ruso Terminator es uno de los emblemas de la industria militar rusa

Su puesta de largo en la guerra de Ucrania el pasado mes de mayo despertó parabienes entre los propagandistas militares cercanos al Kremlin. Se trata de un vehículo blindado con múltiples armas que hasta ahora ha tenido un buen desempeño en el conflicto, según informaciones de expertos militares. 

Sin embargo, en las últimas horas, el Ejército ucraniano ha difundido un vídeo en el que se ve un Terminator destruido por el impacto de artillería cerca de la ciudad de Kreminma, en el este de Ucrania.

Existen pocas unidades de este tanque ruso, cuya entrada en servicio es bastante reciente. 

La protección del Terminator -conocido así por la gran cantidad de armas que lleva- incluye una nueva armadura reactiva explosiva Relikt diseñada para frenar proyectiles antitanque. Por estos dos motivos, la destrucción de este ejemplar supone un triunfo táctico para las fuerzas armadas ucranianas. Y así lo han hecho saber en las redes sociales.

En su página de Facebook, miembros del 140º Batallón de Reconocimiento del Cuerpo de Marines de Ucrania explican que ayudaron en esta operación al compartir las coordenadas del tanque ruso con las fuerzas de artillería que se encontraban cerca de la posición del blindado. «Este vehículo de combate supuestamente invencible y único se quema tan bien como el resto de la chatarra rusa. ¡Gloria a los marinos! ¡Gloria a Ucrania!», escriben en la página de Facebook miembros del citado batallón.

En el vídeo se aprecia a Terminator detenido en un camino en medio de una llanura cuando de repente es atacado por disparos de artillería. Se desconoce qué tipo de munición acabó reduciendo al carro ruso y dejándolo envuelto en llamas.

Existen dos variantes de Terminator, pero no se sabe con cuál se corresponde el carro destruido por las fuerzas de Kiev.

El fabricante de este carro usó el chasis de un tanque T-72 para su diseño y se le añadió una nueva torreta a control remoto que porta una gran variedad de armas: cuatro lanzamisiles Ataka 9M120 (que puede alcanzar objetivos de hasta 6 kilómetros), dos cañones automáticos 2A42 de 30 milímetros (que pueden usarse contra las fuerzas de infantería y helicópteros), dos lanzagranadas AG-17D y una ametralladora PKT coaxial de 7,62 mm. El vehículo puede alcanzar una velocidad de 60 km/h y es operado por una tripulación de cinco personas.

Las características de este tanque le permiten desenvolverse de forma óptima en combates de alta intensidad en entornos urbanos. La mala experiencia rusa en las guerras de Chechenia inspiró a las autoridades militares para diseñar un vehículo blindado especialmente preparado para este contexto. En general, los tanque rusos son más bajos, dicen expertos, y pasan más desapercibidos, pero les cuesta más enfrentarse a equipos antitanques que disparan desde arriba.

Según la plataforma de seguimiento de la guerra Oryx, Rusia ya habría perdido casi la mitad de los tanques que estaban en servicio activo antes de la invasión de Ucrania el pasado 24 de febrero. 

La cifra de bajas, según esta fuente, asciende a 1.688, pero considera que es probable que las pérdidas reales sean aún mayores, ya que sus estadísticas se basan en imágenes y videos disponibles online.

Terminator fue mostrado al público por primera vez durante el desfile militar anual en la Plaza Roja en 2018 y posteriormente participó en operaciones de Rusia en la guerra de Siria.

Imagen de portada: Un tanque de apoyo BMPT-72 Terminator del Ejército ruso. larazon

FUENTE RESPONSABLE: La Razón. España. Por Alberto Tejedor. 10 de febrero 2023.

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Guerra en Ucrania: Banksy realizó un grafiti en un edificio destruido en Borodyanka.

El artista callejero confirmó en sus redes sociales la autoría de la imagen de una niña gimnasta en pleno ejercicio de equilibrio en esa ciudad en ruinas por la invasión de las tropas rusas.

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Tres obras atribuidas a Banksy aparecieron en la ciudad ucraniana de Borodyanka, una de las más castigadas por las bombas rusas desde el inicio de la invasión. Este viernes, en su cuenta de Instagram (@banksy) el misterioso artista compartió la imagen de una de ellas, donde se ve a una niña gimnasta que hace una pirueta entre los escombros de un edificio en ruinas. Cabe recordar que a mediados de marzo, la gimnasta ucraniana Katya Dyachenko, de apenas once años, murió cuando un misil ruso se estrelló contra su casa, en Mariupol.

También se le atribuyeron otras dos imágenes en la misma ciudad cercana a Kiev. En una, un chico judoca derriba a un hombre fornido -algunos lo encuentran similar al mandatario ruso Vladimir Putin- con técnica y estilo (a la manera de Banksy); en otra, se ven las siluetas de un niño y una niña balanceándose en un subibaja. Las obras del artista británico insinúan no solo que los niños son las víctimas indefensas de cualquier guerra sino también que, pese al conflicto bélico, la vida se abre paso. Según un informe que el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos dio a conocer a mediados de agosto, hasta ese entonces se habían registrado 972 víctimas infantiles, de las cuales 362 murieron y 610 resultaron heridas. Sin embargo, para Unicef el número real es más elevado.

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Conversación

Nataliya Gumenyuk

@ngumenyuk

Bansky’s graffiti from Borodyanka. He got it right.

Imagen
Imagen

6:20 a. m. · 12 nov. 2022·Twitter for iPhone

No obstante, la obra que el artista de identidad desconocida compartió en redes para revelar su paso por Ucrania es de la niña gimnasta haciendo equilibrio entre los escombros de un edificio devastado por las bombas. En su cuenta de Instagram, agregó una sencilla leyenda que funciona como epígrafe: “Borodyanka, Ucrania”. Muchos seguidores agradecieron al artista con mensajes y emojis de corazones con los colores de la bandera de Ucrania.

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Conversación

Anna Purtova

@Purtova_aa

This is our gymnast Katya Dyachenko. She is 11. Died under the rubble of her house in Mariupol when a Russian shell hit it over the day. She could have had a bright future ahead of her as a young Ukrainian champion. But in a second she’s just gone. Close the sky…please. @NATO

Traducido del inglés al

Esta es nuestra gimnasta Katya Dyachenko. Tiene 11 años. Murió bajo los escombros de su casa en Mariupol cuando un proyectil ruso la golpeó durante el día. Podría haber tenido un futuro brillante por delante como joven campeona de Ucrania. Pero en un segundo ella simplemente se ha ido. Cierra el cielo… por favor. @NATO

5:38 p. m. · 23 mar. 2022·Twitter for iPhone

Esta ciudad, ubicada al noroeste de Kiev, es una de las localidades más golpeadas por los bombardeos junto con Bucha, Irpin y Hostomel, y estuvo ocupada hasta abril. Luego de ser liberada por las fuerzas ucranianas, se hallaron docenas de fosas comunes donde habían sido enterrados los cuerpos de civiles torturados y asesinados. Putin había ordenado la utilización de bombas de racimo en las áreas pobladas de Borodyanka. Los crímenes de guerra rusos han sido denunciados por países, organismos internacionales, entidades humanitarias y también por artistas.

Mientras tanto, en Buenos Aires se puede visitar la muestra inmersiva Banksy. Genius or Vandal? que hasta la fecha ha recibido más de un millón de visitas en su gira mundial. Emplazada en el predio de La Rural, propone un recorrido a través de más de setenta obras realizadas con diferentes técnicas: óleo o acrílico sobre lienzo, espray sobre lienzo y madera, serigrafías de edición limitada, esténciles sobre metal u hormigón, esculturas, instalaciones, videos, fotografías y “experiencias” de realidad virtual. Hoy y mañana se ofrece una promoción de 40% de descuento en el precio de las entradas. Ni genio ni vándalo: Bansky es un aliado de los niños en la causa contra la guerra.

Imagen de portada: Una niña gimnasta en pleno ejercicio de equilibrio sobre cascotes de escombro (Banksy)

FUENTE RESPONSABLE: La Nación. Por Daniel Gigena. 12 de noviembre 2022.

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Qué busca Rusia con los criticados referendos en los territorios ucranianos ocupados que comenzaron este viernes.

Las votaciones en distintos referendos sobre la incorporación a Rusia de los territorios ucranianos de Lugansk, Donetsk, Jersón y Zaporiyia, en el este del país, comenzaron este viernes según informaron los medios locales.

Este proceso, al que no solo el gobierno de Ucrania sino gran parte de los países que condenan la invasión rusa a este país rechaza, se prolongará hasta el próximo 27 de septiembre.

En un comunicado, el gobierno ruso, a través de la jefa del organismo electoral de Rusia, afirmó que dará todo el apoyo necesario a los habitantes de las regiones «liberadas» para que puedan participar en este proceso.

«Todos los miembros de los comisiones electorales, más de 5.000 personas, comenzaron su labor», declaró a la agencia Interfax la jefa de la comisión electoral instalada en la región de Zaporiyia, Galina Katiuschenko.

Katiuschenko explicó que por medidas de seguridad durante los primeros cuatro días de votación los ciudadanos de estos territorios podrían votar desde sus casas o en lugares especiales y que solo el propio 27 de septiembre serán abiertos los colegios electorales habituales.

GETTY IMAGES. Una delegada electoral lleva una urna durante el primer dia de votación por el referendo en la región del Donbás, este de Ucrania.

A pesar de que Rusia ha respaldado los referendos, de acuerdo a los expertos militares su ejército ocupa poco más de la mitad de las regiones de Donetsk y Zaporiyia.

Aunque sí controla totalmente las zonas de Lugansk y Jersón.

Por su parte, el gobierno de Ucrania, que rechaza con vehemencia la realización de estos referendos, acusa a las fuerzas rusas de manipular a los electores en los territorios ocupados.

Estas votaciones también han sido duramente criticadas por varios líderes en Occidente.

El presidente de EE.UU., Joe Biden, calificó durante su discurso en la Asamblea General de la ONU de «falsos» los referendos y acusó a Rusia de «querer acabar con el derecho de Ucrania a existir como Estado».

¿Cuál es el objetivo de los referendos?

Después del inicio de la invasión, el pasado febrero, la intención de Moscú ha sido apoderarse principalmente de los territorios ubicados en la región del Donbás, en el este de Ucrania.

De hecho, allí concentró su estrategia militar una vez desistió de intentar capturar Kyiv, la capital del país.

Sin embargo, en las últimas semanas la contraofensiva del ejército ucraniano ha logrado recapturar cerca de 3.000 kilómetros de territorio y liberar varias ciudades que estaban bajo el control ruso, lo que ha hecho que Moscú cambie de planes.

Primero, convocó a 300.000 reservistas para reforzar su empeño militar en Ucrania.

Votación del referendo.

FUENTE DE LA IMAGEN – GETTY IMAGES. Las votaciones se hacen cerca de la casa de los habitantes de estas zonas del este de Ucrania por motivos de seguridad.

Y segundo, confirmó el apoyo a la celebración de los referendos que buscan anexar estos territorios a Rusia, con un propósito principal: poder afirmar que su territorio está siendo atacado por armas de la OTAN y otros países de Occidente.

A esto se suma que, con los 300.000 nuevos soldados que ha convocado, Rusia podría vigilar y proteger cerca de 1.000 kilómetros de frontera.

Esta estrategia ya fue utilizada por Moscú en 2014, cuando logró anexar Crimea después de una serie de incursiones militares y posteriormente realizó un referendo, que no fue aceptado por varios países alrededor del mundo.

Las últimas acciones ordenadas por Vladimir Putin han sido ampliamente rechazadas por representantes de gobiernos de Occidente, como el presidente Biden y la presidenta de la Comisión de la Unión Europea, Ursula von der Leyen.

¿Algo cambiará?

Sin embargo, a pesar del afán ruso, lo cierto es que al menos dos de las ciudades donde comenzaron los referendos no son zonas dominadas completamente por el ejército ruso.

Estas ciudades son Jersón y Zaporiyia, donde las fuerzas de Moscú todavía no han podido dispersar la contraofensiva del ejército ucraniano.

Por esa razón, en conversación con la BBC, un asesor del ministro de Defensa de Ucrania, Yuriy Sak, anotó que los referendos estaban condenados al fracaso.

«Estamos viendo que las poblaciones locales están todas a favor de regresar a Ucrania», señaló.

En cualquier caso, Kyiv dice que cualquiera sea el resultado de estas votaciones no cambiará su estrategia y sus fuerzas seguirán presionando para liberar los territorios.

Ejercito de Ucrania.

En las últimas semanas, el ejército ucraniano ha logrado recapturar un amplio territorio en el este de Ucrania.

Por su parte, el analista ruso Alexander Baunov señala que, aunque es cierto que redefinir las áreas ocupadas como territorio ruso probablemente no detendrá al ejército de Ucrania, envía un mensaje a las poblaciones que tiene bajo su control.

Y agrega, que «la esperanza del Kremlin es que los países de Occidente que apoyan a Ucrania se resistan a que sus armas sean disparadas contra territorios declarados por Moscú como rusos».

Así, cobra sentido la anotación que hizo Putin esta semana sobre «utilizar todos los medios a su disposición para proteger a Rusia».

Esto pone sobre el tapete, como lo indica Bainov, el uso de armas nucleares.

Finalmente, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, habló de una «escalada peligrosa», pero reafirmó la posición de Washington de que ningún reclamo ruso sobre suelo ucraniano podría quitarle el derecho a Ucrania a defenderse.

Incluso Turquía, que ha tratado de desempeñar un papel mediador, ha condenado la votación como ilegítima.

Imagen de portada:GETTY IMAGES. Las votaciones comenzaron en varias zonas en el este de Ucrania.

FUENTE RESPONSABLE: Redacción BBC News Mundo. 23 de septiembre 2022.

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¿Sirve para algo la poesía? Una semana conviviendo con una poetisa ucraniana.

«Para Yuliya hay un tipo de nacionalismo que es bueno y es constructivo, para mí no hay nacionalismo bueno».

Todo el mundo desea pertenecer a un país con una cultura viva, y hablar una lengua que haya servido de herramienta para engendrar alguna obra literaria de la que se pueda presumir (no en vano nos referimos al castellano como la lengua de Cervantes), pero nadie está dispuesto a sostener a los novelistas ni mucho menos a los poetas, los auténticos parias de las letras sin cuyas creaciones una lengua no merecería respeto internacional alguno.

A lo que sí hay bastante disposición es a invitar a los plumillas a dar la chapa en todo tipo de saraos y a pagarles una copa después –ya se sabe que en este gremio a veces uno se conforma con que le presten atención en una sobremesa–. Si uno está de racha, puede que incluso le inviten a una residencia o a un festival de literatura en algún lugar exótico. 

Este verano, que no me salían las cuentas para ir más allá del pueblo de mi abuela, tuve la fortuna de recibir al principio de junio una invitación al Festival de Literatura Mediterránea de Malta, que se celebra en un fuerte de La Valeta la última semana de agosto, y por cuya asistencia me daban además un estipendio diario para comer y una pequeña paga por recitar. 

No sabía absolutamente nada de aquel festival pero acepté siempre y cuando pudiera ir con mi mujer, petición que me fue concedida y vi cómo de repente se nos resolvía esa escapada que todo matrimonio cuarentón debe hacer para huir de su familia y recuperar la condición de novios durante unos días o por el contrario, para comprobar definitivamente que ya la cosa no tiene solución posible.

Nunca habríamos elegido La Valeta como destino para una escapada, pero a caballo regalado ya se sabe. De Malta una persona de mi generación por lo general solo acertaría a decir que es un país al que le metimos doce goles en los ochenta. Si uno es medio cultureta, sabe que a Corto Maltés le da cierto caché de desclasado romántico su condición de maltés y si además ha visto The Maltese Falcon de John Huston, algo le sonará eso de los caballeros de la poderosa orden de Malta. Poco más en todo caso. 

Tras una semana de inmersión profunda puedo hacer una breve introducción al lugar. Malta es el país más pequeño de la UE, es un archipiélago de tres islas cuyo territorio de trescientos kilómetros cuadrados equivale a poco más que la mitad de Ibiza, la mayor de las islas es Malta y está densamente poblada, la menor se llama Comino y está deshabitada y luego hay otra más rural que se llama Gozo. 

En este mínimo espacio se apelotonan medio millón de habitantes además de cantidades ingentes de turistas, que duplican la población de la isla. Ninguna isla en el Mediterráneo tiene un carácter insular tan marcado como Malta. Para empezar este país es junto con Chipre uno de los dos únicos estados insulares del Mediterráneo, pero puede decirse que Chipre está políticamente atada al continente por la ocupación turca del norte de la isla, y también lo está culturalmente al compartir idioma con Grecia y con Turquía. 

El resto de islas de este mar pertenecen a países del continente y ninguna tiene lengua propia a excepción del sardo, que es una lengua en vías de ser sustituida por el italiano.

Estas islas no están atadas a ningún país del continente –de hecho fueron colonia de otras islas, Reino Unido, país del que Malta se independizó en los sesenta– y además posee un idioma propio, el maltés, que tiene su origen en el dialecto árabe medieval que se originó en Sicilia. Es decir, es un idioma surgido en una isla y trasplantado a otra que está ochenta kilómetros más al sur. Por el camino, el maltés ha articulado sobre su gramática árabe miles de palabras italianas, inglesas y de donde hiciera falta, por Malta han pasado todos. 

La Valeta es la encarnación del idioma maltés: decenas de iglesias barrocas desde donde se oyen a ancianos feligreses de ojos negros y tez tostada rezar rosarios en algo que suena a árabe, viejos palacetes bellamente descoloridos y desconchados al más puro estilo italiano, en cada fachada imágenes católicas con velas prendidas que conviven con iconos civiles del mundo sajón como las rojas cabinas de teléfono y los rojos buzones del Royal Mail, coches con volante a la derecha que circulan por la izquierda bajo banderolas y estandartes de santos católicos con sus nombres arabizados, tipo San Girgor il-Kbir. Todo parece una fabricación de una inteligencia artificial a la que se la ha pedido que sintetice un mundo fantástico a partir de datos e imágenes de Londres, Nápoles, una isla griega y un barrio de Argel.  

La comunidad de hablantes es de unos 400.000, y casi todos alternan el maltés con inglés e italiano, pues según me cuentan los organizadores del festival, el maltés sigue teniendo el estigma en su propio país de ser el idioma de la cocina, un idioma doméstico sin el lustre del prestigio literario. 

Este es un estigma contra el que luchan los esforzados organizadores de este festival de bajo presupuesto que tiene entre sus objetivos conectar a autores de países del Mediterráneo con autores locales y promover lazos entre ellos para evitar que el diminuto círculo de la literatura maltesa caiga en la total irrelevancia. Lo que se nos pide pues a los asistentes a este festival es que dediquemos las mañanas que yo esperaba pasar nadando en alguna cala de aguas turquesas a un taller de traducción de poesía, en que todos nos traducimos a todos usando el inglés como lengua franca y preparando el material que será leído en maltés y en otras lenguas en un evento de dos días en un patio del imponente Fuerte de Sant Elmo que guarda la entrada al puerto natural más grande del Mediterráneo, antaño defendido por los legendarios caballeros de la Orden de Malta.

En una pequeña estancia de este fuerte nos reunimos de nueve a 12 el poeta italiano Claudio Pozzani, la poetisa argelina Lamis Saidi, la poetisa ucraniana Yuliya Musakovska, los autores locales Aleks Farrugia, Antoinette Borg y Adrian Grima. 

Yo soy el único que me he presentado al festival con mi pareja, un neceser lleno de cremas de sol, toallas de playa, unos Montecristo para las sobremesas, gafas de bucear y las mejores calas de la isla marcadas en mi cuenta de Google Maps. Tengo claro que esta es mi verdadera semana de vacaciones, pero trato de que no se noten demasiado mis verdaderas prioridades.

Al entrar el primer día en el Fuerte de Sant Elmo, veo que bajo las murallas hay unas rocas con unas precarias escaleras oxidadas para tirarse al agua, casetas de pescadores reconvertidas en merenderos para bañistas locales y un chiringuito favela rio encaramado en la orilla que pone música de los ochenta y anuncia en una pizarra con muy mala letra que hay cheeseburgers y Aperol spritz a módicos precios. 

Es todo lo que necesito para ser feliz, pienso. Marco la ubicación del lugar en WhatsApp y se la envío a mi mujer, aquí es donde nos vamos a encontrar en el momento en que el reloj marque las doce y termine el taller de traducción que justifica mi presencia en la isla.

Soy el único de los invitados internacionales que llega con chanclas, bermudas y una bolsa con accesorios de bañista a nuestro primer encuentro. Lamis Saidi tiene el pelo cubierto con el heyab, y va recatadamente vestida. Yuliya lleva un vestido largo y un gesto perpetuamente circunspecto, Claudio viene elegantemente vestido con camisa y pantalones largos de lino blanco. Los escritores malteses también van con pantalones largos, zapatos y camisa.

Soy consciente de que sin haber abierto la boca he delatado en el primer minuto mis verdaderas intenciones. El resto del grupo hará saber las suyas en una ronda de presentaciones, donde todos revelan de una manera directa o inconsciente su relación con la poesía y sus objetivos para este festival de literatura. 

Yuliya viene desde Lviv, al este de Ucrania, fue la primera escritora en ser convocada porque este año todo festival cultural ha de dar voz a un representante de Ucrania. 

Los poemas que nos trae para traducir son todos muy recientes, es una poesía de tiempos de guerra, explícita, angustiosa y descarnada. Nos hace saber sin tapujos que viene con una misión, tiene un mensaje para la minúscula nación maltesa, está aquí para denunciar a Rusia y tiene reivindicaciones concretas: la cancelación de la cultura rusa mientras dure la guerra y la suspensión de todos los visados a los ciudadanos rusos. 

Malta está llena de turistas de aquel estado terrorista que disfrutan del sol y de la playa mientras el ejército ruso ocupa su país y asesina a los compatriotas de Yuliya. 

Lamis también tiene su agenda política, reivindica la voz de su país y tarda poco en hacer una enmienda a la cosmovisión colonialista, en cuanto le hablamos en francés deja claro que es un idioma que ha dejado de ser la lengua preferente de los intelectuales de Argelia. Los autores malteses nos hablan de su lucha por mantener la pujanza del idioma local, pues un idioma que no produce poesías o novelas que permitan a su comunidad de hablantes asombrarse y entender el mundo en el que viven, es un idioma condenado a muerte: la suya es una misión de supervivencia. 

Claudio es prudente y parco en palabras, un hombre de sesenta y un años muy bien llevados, que tarda en presentarse un cuarto del tiempo que los demás han empleado, se guarda de hacer cualquier proclamación y se limita a decir que es poeta a tiempo completo y que organiza un festival de poesía todos los años en Génova. No hace falta decir más para haber dicho más que todos solo con eso. 

Los demás asistentes han tenido que confesar que tienen empleos en otras cosas, es decir, que a lo sumo son poetas de fin de semana y fiestas de guardar. Busco a Claudio discretamente en internet y veo que por el festival que dirige han pasado nada menos que Lou Reed, Fernando Arrabal, Lydia Lunch, Richard Hell, Jodorowsky y Ferlinghetti.

Tras las presentaciones iniciales, escogemos los poemas de los otros autores que queremos traducir con mimo para que puedan reencarnarse en otra lengua. Todos han hecho el trabajo previo de traducir previamente al inglés –la lengua franca de este taller de traducción– una selección de sus textos, y ahora nos sentamos con los otros poetas para ir revisando verso a verso, preguntándoles qué es exactamente lo que han querido decir en su idioma original, de modo que se conserve la esencia al trasladar imágenes y metáforas por ese alambicado camino que va desde el idioma de partida hasta la lengua franca y de ésta a nuestras respectivas lenguas. 

El resultado final de ese trabajo del taller serán los poemas que leeremos en varias lenguas el fin de semana ante el público maltés que acuda al festival. Yo he sido bastante vago y solo he presentado los únicos poemas que tenía ya en inglés desde hace mucho tiempo, que son los que escribí cuando tenía 22 años, era estudiante de literatura en Boston y solo quería impresionar a alguna chica de clase.

De repente me vi a mis 46 años en bermudas y chanclas, con una intrascendente colección de poemas de amor adolescente, ante poetas que acudían con misiones de enorme trascendencia a aquel pequeño festival en Malta, y empecé a considerar entonces si debía encontrar algún texto con suficiente sustancia para ser presentado al reducido público que se esperaba para el fin de semana y que iba a recibir la tremenda descarga emocional de aquellas poetisas que escriben con la convicción de que sus versos pueden tener un impacto en el mundo, aunque el mundo no sea más que los cuatro gatos a los que aún les importa la poesía en uno de los países más diminutos del planeta. 

Pronto comencé a sospechar que lo que me había parecido una mamandurria que me iba a permitir gozar de una semana en una isla del Mediterráneo a solas con mi mujer tenía el peligro de convertirse en una cuestión filosófica sobre el sentido de escribir poesía, una pregunta de la que afortunadamente me había liberado hace años y para la cual, a estas alturas de la vida, tras comprobar la absoluta irrelevancia de cada verso que he escrito, me hubiera contentado con responder cínicamente que solo había valido para pasar una semana de agosto en Malta. 

Antes de que me diera tiempo a seleccionar qué poemas míos en inglés iba a elegir para recitar, si una oda a una chica que comía sándwiches de mantequilla de cacahuete en el autobús que me llevaba a la universidad u otro sobre la terraza donde tomábamos cervezas tras salir de clase, sonó una ruidosa sirena en el fuerte que no supe identificar. 

Uno de los presentes preguntó qué era eso, y uno de los organizadores malteses nos explicó que en el fuerte la sirena siempre sonaba a las doce. En ese momento se me cayó el bolígrafo de la mano y plegué mi portátil, era la señal para salir corriendo al chiringuito donde me esperaba mi mujer. 

Luego me fijé en la cara descompuesta de Yuliya, la poetisa ucraniana, y en ese momento caí en cuenta que aquella era la típica sirena de alarma para avisar de un bombardeo aéreo –algo que sólo he escuchado en películas. 

Por lo visto, nos explicó el maltés, el fuerte además del escenario del festival de literatura, es sede del museo de la guerra de Malta, y la sirena es una de las atracciones de aquel museo que recuerda cómo la pequeña isla fue inmisericordemente bombardeada durante la segunda guerra mundial. 

Se sucedieron entonces las palabras de consuelo para Yuliya, que tras ese sonido no pudo evitar caer en una profunda angustia y empezar a relatarnos el trauma de su día a día en la Ucrania de hoy donde esas sirenas suenan cada dos por tres. No parecía de recibo salir a por el primer chapuzón del día frente al chiringuito donde ya me esperaba mi mujer, procedía quedarme a escuchar su sobrecogedor testimonio de una guerra que como a tantos, ya empezaba a causarme cierta indiferencia.

Cuando ya pude ir por fin al chiringuito recibí un email de la organización confirmando el orden de las actuaciones para el fin de semana. 

A mí me tocaba recitar justo después de Yuliya, que no solo iba a leer, sino que iba a hacer una auténtica performance multimedia con música y vídeo junto a su compatriota Marijka, una cantante que venía desde Kiev solo para la ocasión. Los poemas de Yuliya que yo había traducido esa mañana no eran precisamente ligeros, y empecé a preocuparme mucho por el ridículo que podría hacer si recitaba una oda a aquella chica a la que observaba comer sándwiches en el autobús a un público que acababa de escuchar a dos mujeres que vienen de la guerra y pronto volverían a ella para declamar versos como estos:

El cuerpo de mi patria

Han estado mirando

Al cuerpo desnudo y destrozado de mi patria.

Tomando y publicando fotos,vídeos en alta resolución.

Se quedaron atónitos, lo denunciaron

Consternados, chasqueaban sus lenguas. 

Animándola y jaleándola en voz alta.

Sorprendidos de que siga viva.

Impresionados por su coraje y resistencia.

Le ofrecieron comida y bebida,toallitas húmedas,un lecho donde dormir,un permiso de trabajo,

todo esto gratis,mientras un perro enloquecido le arrancaba de su cuerpo pedazos sangrientos de carne,una pulgada de su carótida.

Toda una multitud de gente totalmente armada se juntó, pero ninguno se atrevió a tirar del gatillo para evitar la sacudida del retroceso. 

Estaba claro que debía encontrar algo que pudiera mantenerse a flote en la turbulenta estela que dejaría la actuación de Yuliya. En tiempos de guerra la poesía adquiere importancia y se hace por fin útil, es una medicina potente y barata que sirve de soporte emocional en el frente, que ofrece palabras a gente que necesita desesperadamente poner un cierto orden al ruido de la guerra en su cabeza y a la vez es una voz que agita las conciencias de manera más eficaz y perenne que el chorro constante de noticias en la prensa.

A uno le vienen inmediatamente a la cabeza versos de Alberti, Miguel Hernández o César Vallejo compuestos durante la Guerra Civil, que hoy en día son recordados más que ninguna batalla concreta de aquella guerra. 

Pero no basta servir a una buena causa para hacer buena poesía o para hacer buen arte de ningún tipo. De hecho la probabilidad de incurrir en tópicos, cursilerías y  grandilocuencias aumenta cuanto más grande, urgente y terrible sea la causa a la que uno pretende servir. 

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Uno no puede dejar de pensar en algunas esculturas bochornosas que se han hecho con mejor fe que criterio estético a la memoria de las víctimas del terrorismo, sirva de ejemplo el espanto que hay en la Plaza de la República Dominicana  de Madrid o ese cilindro incomprensible que hay en una rotonda frente a la Estación de Atocha. 

Mientras nadaba bajo un baluarte del fuerte de Sant Elmo, que a tantos atacantes habría hecho frente, me preguntaba qué tipo de poeta habría sido yo en una guerra, el que escribe según caen las bombas, el que queda enmudecido y paralizado ante el terror y tarda años en escribir sobre lo vivido o el que abandona su país, y se niega a que la barbarie le dicte con prisas los temas de su poesía y se apodere completamente de su mirada. 

Cernuda que pertenece a este último tipo, escribió esto con lo que no puedo estar más de acuerdo: «Durante los años de la guerra civil hubo excesivo acopio de versos, tanto de un lado como de otro; y aunque la consigna fuera «cantar al pueblo», de un lado, y de otro «cantar la causa», ni unos cantos ni otros, productos de ambas consignas (era inevitable), sobrevivieron al conflicto. La destrucción y la muerte, sea bajo tal o cual pretexto, no se pueden cantar ni mucho menos glorificar; quienes por ellas han tenido que pasar, y sobrevivieron a la catástrofe, acaso puedan utilizarlas más tarde, como experiencias humanas; pero en otro contexto, donde sería ya difícil reconocerlas bajo su apariencia bestial primera.»

Tras una tarde de zozobra en el chiringuito donde me preguntaba qué podía yo recitar después de la poetisa ucraniana, a la vez que me azotaban el tímpano con Glenn Medeiros y la lambada, tuvimos en el Archivo Nacional de Malta un sarao con canapés y vinos para encontrarnos con la crema de la intelectualidad maltesa. 

Allí se le pidió a Claudio, el veterano del grupo, que recitara unos poemas para amenizar la velada y entonces entendimos del todo cómo era posible que alguien viviera de la poesía, y es que Claudio no vive de escribir poesía, sino de actuarla, interpretarla y darle forma a lo que escribe en un escenario. El cuerpo, la voz y los gestos de Claudio se transformaban totalmente cuando entraba en modo rapsoda. No lee sus poemas sino que los interpreta, para él la poesía no es un producto de la mente hecho para ser abandonado en la página de un libro, sino que explora hasta el final las posibilidades físicas de la voz humana, el ritmo del lenguaje y la musicalidad de las palabras. 

Ver y escuchar a Claudio recitar sus poemas en italiano con la misma elegancia y naturalidad con que se viste es comprender que a veces la poesía, como la buena música, ni siquiera necesita que uno entienda la lengua en la que está compuesta, basta con gozar las posibilidades de la voz humana, el diapasón de los versos, la emoción no impostada que vive en los timbres de las sílabas y las inflexiones de las frases. Uno no debe olvidar nunca, pensé, que por mucha fuerza que tenga el poema que elija, la poesía nace muerta en un escenario si no tiene algo de eso gracia que Claudio sabía darle. 

Durante el piscolabis le comenté a Yuliya mi descubrimiento del chiringuito playero en las faldas del fuerte, y le sugerí que viniera a darse un baño al día siguiente. 

Yuliya no estaba para darse baños ni para disfrutar de una semana en el Mediterráneo lejos de la guerra de su país. Me dejó claro que ella venía casi con la actitud de quien viaja en misión diplomática. 

Daban ganas de decirle, «venga mujer, si ya estás aquí, date un buen chapuzón, tómate una cerveza en una tumbona y coge fuerzas para lo que viene, que la cosa va para rato». 

Yuliya me miraba con cara de tú-no-te-has-enterado-de-qué-va-la-vida, y me dice que no tiene tiempo para chapuzones, tiene que ensayar muy bien su performance para el sábado. No sé por qué, me siento algo provocado por su solemnidad y me dan muchas ganas de decirle a Yuliya que yo también he conocido la tragedia en la vida y que no hay que tomarse a uno mismo tan en serio, que no pasa nada por darse un chapuzón, nada va a cambiar por ello, pero no he tomado suficiente vino como para perder del todo la prudencia y me limito a decirle que me parece admirable que de verdad crea tanto en la poesía como para dejar a los suyos en Ucrania y venir hasta Malta a recitar.

Yuliya me dijo entonces que no hay público pequeño ni público de segunda categoría, ella va a todos los sitios donde estén dispuestos a escucharla, lleva ya media docena de festivales y con que pueda dejar su mensaje en un puñado de personas le basta, cada persona y cada corazón ganado para su causa es importante, igual que lo es que el testimonio de la guerra no llegue solo por las noticias, sino por lo que alguien que está ahí pueda contar de viva voz. 

La poesía para ella es muy importante, no puede entenderlo de otra manera, sobre todo cuando hay una potencia como Rusia negando que exista tal cosa como la nación ucraniana, es la poesía la que da identidad, sustancia y adherencia emocional a una lengua me viene a decir y me recuerda que cuando Stalin empezó con sus purgas (Rusia nunca fue buen vecino por lo visto), lo primero que hizo en Ucrania es aniquilar a los escritores y poetas que a principios del siglo XX habían empezado un resurgir de la cultura ucraniana y reivindicaban con sus escritos una lengua que hasta entonces estaba considerada como un dialecto de campesinos. 

Para Yuliya hay un tipo de nacionalismo que es bueno y es constructivo, para mí no hay nacionalismo bueno, y quisiera haberle dicho que la principal razón de sus males es el nacionalismo de su agresor. 

Siempre me pareció que todo nacionalista piensa que hay un nacionalismo bueno, que es el propio, y otro malo que es el del vecino, pero no le digo nada a Yuliya porque esta ya es la opinión de quien ve con enorme escepticismo y cierta aversión cualquier intento de ser la voz de un pueblo. 

Seguramente en momentos de enorme oscuridad hay quien necesite que alguien le de una voz con la que pueda hablar bonito, y Yuliya siente que eso es lo que puede hacer en esos momentos por su gente, poner su habilidad al servicio de la causa. Para ella estar aquí no es fácil, cuando se separa de su hijo y su marido (que tiene algún tipo de discapacidad) para acudir a uno de estos festivales, pasa tanto miedo de que les ocurra algo en su ausencia que estos se trasladan a Polonia hasta que ella termine su actuación y entonces vuelven todos juntos a casa. 

Y lo cierto es que no se puede saber qué va a pasar, cada día hay un castigo aleatorio a los civiles, como aquellos que iban en un tren y les cayó un misil probablemente como represalia por el coche bomba en Moscú. Esto pasó estando nosotros en Malta, y Yuliya no pudo llegar a las nueve de la mañana al taller de traducción por la enorme angustia que le había generado esa noticia. No la vi relajada ni un minuto hasta que terminó su performance, que acompañó de un discurso en el que pidió enardecida el boicot total a Rusia y el cierre de fronteras ante un público conmovido.

«A veces ayuda ponerle palabras a los sentimientos, para eso sigo creyendo que sirve la poesía, porque los sentimientos que no aprenden a hablar tampoco saben callarse, solo hacen ruido, cuando no aúllan, gimen»

A mí me tocó subir después al escenario, pensé en hacer una broma y decirles que si pensaban que yo les iba a subir un poco el ánimo después de lo de Yuliya, iban listos, pero opté por no hacer la gracia. 

Al final había escogido el último poema que había escrito, que es un poema de duelo para una amiga que perdió a su hermano el otoño pasado, unos días antes del noveno aniversario de la muerte del mío. Apenas escribo poemas ya, pero como dice Yuliya, es cierto que a veces ayuda ponerle palabras a los sentimientos, para eso sigo creyendo que sirve la poesía, porque los sentimientos que no aprenden a hablar tampoco saben callarse, solo hacen ruido, cuando no aúllan, gimen. 

Por otro lado, aquellos sentimientos que no encuentran palabras adecuadas terminan por enloquecernos. El puñado de poemas que he escrito en los últimos diez años es sobre el duelo y han sido para consumo privado de familiares y amigos, pero escribo de los dramas que nos van a ocurrir a todos, y es que aún después de haber convivido una semana con Yuliya y de traducir sus poemas sobre la guerra, sigo pensando que el hombre no tiene más patria que la muerte ni más pueblo que el de los vivientes. 

Invité a Claudio a que leyera con su voz prodigiosa la traducción de mi poema al italiano (lengua que casi todos entienden en esa isla) y después a Antoinette Borg, escritora maltesa, a leer su traducción al maltés. 

Cuando ya el público maltés lo había entendido en su idioma, lo leí yo en español para que vieran cómo sonaba y traté de infundirle algo de esa vida que Claudio da a lo que lee en alto. No naufragué en la estela de Yuliya, más bien supe aprovechar el estado en que me dejó al público y tras ese poema inicial les llevé a otros poemas más risueños y adolescentes sin problema.

Para entonces Yuliya se estaba tomando por fin una copa de vino con una sonrisa en la cara, su misión estaba cumplida, ahora podía disfrutar por fin de la belleza de La Valeta y del buen ambiente de ese pequeño festival hasta la mañana siguiente en que volvería a Ucrania. Yo brindé con ella, le di un abrazo y le prometí que cuando llegara de vuelta a España, escribiría esta crónica e incluiría los poemas suyos que había traducido, por si es cierto que la poesía sirve para algo. Uno ya lo he puesto, aquí tienen los otros dos: 

El niño espartano

La guerra que has estado llevando

En el bolsillo de tu camisa

te ha roído cual zorro un agujero.

Tu corazón no deja de caerse.

Estoy zurciéndote ese roto,

Juntando firmemente los bordes

Con mis dedos tiesos y entumecidos.

Espero que se mantenga cerrado un poco más. 

Cuando la ciudad se duerme

Despiertan negras orugas: las cicatrices

Que un día serán esas polillas con el dibujo de una calavera en el lomo.

La ciudad exhala vapor por su nariz

Y dispone sus colinas como cuernos.

Tienes visiones de los rostros de tus compañeros

Al fondo del lago–

Es cuento infantil que se ha hecho real.

Daba igual que fueras un niño educado, que respetaras a los mayores, y te contentaras con poco.

En realidad no existe tal cosa como la justicia.

La taza rayada de acero de la que nunca te desprendes,

Tu sueño ligero, y tu odio acérrimo a los fuegos artificiales.

Qué afortunado, pudo haber perdido mucho más,

Está casi entero, dicen.

Me has escogido por mis dedos hábiles y sensibles.

Me siento cómodo sujetando una aguja con ellos. 

El zorro se asoma fuera de tu bolsillo,

Relamiéndose los belfos, recordando a qué sabía mi pájaro de la paz.

La oración de mi madre

Oigo a mi madre llorar por primera vez,

está al teléfono.

Una flor recia y radiante, mi madre.

Una belleza del Cáucaso, a sus sesenta y ocho.

Un puerto seguro con su ciudadela.

Madre mía, una encarnación

De los diez mandamientos,

Consuelo y apoyo para su vecino.

¿Cómo puede un humano hacerle esto a otro?

¿Qué lo hace posible?

¿Por qué no se los ha tragado la tierra,a estos brutos,¿Por qué no los ha devuelto al útero?¿Por qué el rayo no les ha fundido?

El bárbaro hiede a vapores de alcohol y podredumbre,degollando el nuevo día con dedos sucios y voraces.

Rompe huesos, alegre en la matanza de todo cuanto vive en extático ritual de autodestrucción.

Madre, mi flor, no llores más.

Verás como al final la oscuridad les consume,cómo Cristo solo ha sido temporalmente suplantado por el severo Dios del Antiguo Testamento.

Imagen de portada: Aaron Burden | Unsplash

FUENTE RESPONSABLE: The Objective. Por Jacobo Bergareche.Creador y productor de varias series de televisión. Director de proyectos de ficción en Onza TV. Autor de ‘Playas’ (TF Editores, 2004), ‘Estaciones de Regreso’ (Círculo de Tiza, 2017), ‘Aventuras en Bodytown’ (Beascoa, 2017) y ‘Los Días Perfectos’ (Libros del Asteroide, 2021). 2 de septiembre 2022.

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Revelaron la identidad de «María Adela”, la 007 rusa que fingió ser vendedora de joyas para espiar a la OTAN.

Se informa que este artículo puede resultar una “falsa noticia” habiendo realizado el relevamiento de la fuente y su origen. Quien lo desee podrá corroborarlo por su cuenta. Muchas gracias.

Olga Kolobova es miembro de la infame red rusa de «ilegales» encubiertos que dedican su vida a conseguir los objetivos del Kremlin. Haciéndose pasar por una joyera peruana, espió para Rusia durante doce años y y viajó por Europa, Asia y Medio Oriente. Nadie sabe dónde está ahora.

La identidad de una espía rusa que operó durante más de una década para obtener acceso a los secretos de la OTAN fue revelada en una impactante investigación de Bellingcat, un sitio web especializado en verificación e investigación a través de inteligencia de fuentes.

La revelación plantea graves dudas de seguridad para la OTAN y las agencias de inteligencia occidentales, especialmente en medio de la guerra de Rusia en Ucrania y la feroz amenaza del presidente ruso, Vladimir Putin, si las fuerzas occidentales se unen a la lucha.

Se trata de Olga Kolobova, miembro del servicio de inteligencia militar ruso, el GRU, quien comenzó a espiar en Italia en 2006 cuando asumió la identidad de «María Adela Kuhfeldt Rivera”, según Bellingcat.

Olga Kolobova, miembro del servicio de inteligencia militar ruso, el GRU, comenzó a espiar en Italia en 2006 cuando asumió la identidad de «María Adela Kuhfeldt Rivera”.

Según Bellingcat, María estableció su joyería en Nápoles -sede del Comando de Fuerzas Conjuntas Aliadas de la OTAN- y abrió un club nocturno.

Aunque era hija de un oficial militar ruso, «María” se presentaba como hija de madre peruana y padre alemán, decía que había nacido en Perú pero que fue abandonada siendo niña en Moscú y que fue criada por padres adoptivos. Estuvo casada con un peruano que murió misteriosamente en Italia después de un breve matrimonio.

Durante años viajó por Europa y se mudó a Malta y Roma en 2010, donde se hizo amiga de Marcelle D’Argy Smith, ex editora de la revista Cosmopolitan, antes de volar a París y registrar una marca comercial para abrir una empresa de joyería. Bellingcat reveló que, en realidad, Kolobova vendía joyas de imitación fabricadas en China

María estableció su joyería en Nápoles -sede del Comando de Fuerzas Conjuntas Aliadas de la OTAN- y abrió un club nocturno, cuya naturaleza divertida y extrovertida le permitió entablar amistades y romances con decenas de empleados de la OTAN e incluso coroneles de alto rango.

Aunque era hija de un oficial militar ruso, «María” se presentaba como hija de madre peruana y padre alemán, decía que había nacido en Perú pero que fue abandonada en Moscú.

María estableció su joyería «Serein» en Nápoles, sede del Comando de Fuerzas Conjuntas Aliadas de la OTAN.

Gracias a estos engaños se hizo amiga de docenas de oficiales militares europeos y estadounidenses para que divulgaran información confidencial para sus jefes en el Kremlin.

Se cree que la agente asistió a numerosos eventos organizados por la OTAN o el ejército de EEUU, incluidos los bailes de la OTAN, cenas para recaudar fondos y bailes anuales del Cuerpo de Marines estadounidenses, además de hacer innumerables visitas a domicilio a las residencias personales de muchos funcionarios de la OTAN.

Además de su sólida red de amigos y parejas esporádicas con funcionarios de la OTAN, Kolobova también viajó mucho por Europa, el sudeste de Asia y el Medio Oriente, destinos que, según ella, estaban relacionados con su negocio de joyería «Serein”.

Estuvo casada con un peruano que murió misteriosamente en Italia después de un breve matrimonio.

Durante años viajó por Europa y se mudó a Malta y Roma en 2010, donde se hizo amiga de Marcelle D’Argy Smith, ex editora de la revista Cosmopolitan (ambas en el centro de la foto).

«No hay evidencia de que los servicios de contrainteligencia occidentales o el propio servicio de seguridad interna de la OTAN estuvieran al tanto de la presencia de una espía militar ruso ubicado estratégicamente cerca del Centro de Comando de Fuerzas Conjuntas de la OTAN en Europa”, dice la investigación.

Kolobova regresó a Moscú en 2018 después de doce años de espionaje y nunca fue capturada, por lo que Bellingcat cree que fue llamada «apresuradamente” por sus superiores. No se sabe si la misión de la agente fue un éxito o un fracaso.

Se cree que ahora la espía, de alrededor de 40 años, era parte del programa de «ilegales” de Rusia, una red de agentes que se someten a años de intenso entrenamiento para prepararlos para asignaciones a largo plazo en el extranjero.

Se cree que Kolobova era parte del programa de «ilegales” de Rusia, una red de agentes que se someten a años de intenso entrenamiento para prepararlos para asignaciones a largo plazo en el extranjero.

Una vez preparados, los «ilegales» reciben identidades falsas cuidadosamente elaboradas y se insertan en un país donde pasan años o incluso décadas viviendo una doble vida.

Tienen la misión de entablar lazos importantes para los rusos y, en algunos casos, incluso formar una familia y criar hijos mientras persiguen en secreto objetivos.

La última publicación de Facebook compartida por «María” unos meses después de que se fue de Italia decía que «padecía cáncer” y se sometió a quimioterapia, probablemente una estratagema diseñada para ayudarla a desaparecer sin despertar sospechas.

Bellingcat no cree que Kolobova haya salido de Rusia desde que terminó su misión en Nápoles en 2018. Se afirma que tiene dos propiedades inmobiliarias en su país y, si bien los investigadores desconocen sus actividades actuales, es poco probable que haya abandonado el arte del espionaje.

La última publicación de Facebook compartida por «María” unos meses después de que se fue de Italia decía que tenía que «padecía cáncer” y se sometió a quimioterapia.

Imagen de portada: Olga Kolobova es miembro de la infame red rusa de “ilegales” encubiertos que dedican su vida a conseguir los objetivos rusos. | BELLINGCAT

FUENTE RESPONSABLE: Perfil. Argentina. 29 de agosto 2022.

Olga Kolobova/Espía rusa/Espionaje/María Adela Kuhfeldt Rivera/Rusia/Ucrania.

 

 

Los desesperados esfuerzos de Rusia para reclutar nuevos soldados para la guerra en Ucrania.

La ciudad de Volosovo, cerca de San Petersburgo, está dominada por los altavoces.

Como muchas ciudades de Rusia, en Volosovo hay altavoces instalados en los postes altos que bordean las calles principales. Tradicionalmente se utilizan para difundir música durante las fiestas patrias. Ahora, sin embargo, tienen un propósito diferente.

«Se están formando dos batallones de artillería de voluntarios. Invitamos a sumarse a hombres de 18 a 60 años», gritan los altavoces.

Es un mensaje que se repite a lo largo y ancho de este vasto país. En las redes sociales, la televisión y las vallas publicitarias, se insta a los hombres a firmar contratos a corto plazo con el ejército para luchar en Ucrania.

Ante las pérdidas significativas de soldados en el conflicto, las autoridades rusas han lanzado una campaña de reclutamiento para el ejército.

Detengo a un hombre en la calle en Volosovo y le pregunto si apoya la convocatoria de voluntarios. «¡Sí! Si fuera joven iría, pero estoy demasiado viejo», asegura apretando los puños. «¡Deberíamos bombardearlos!».

Sin embargo, la mayoría de la gente parece menos entusiasta. «[La guerra] es demasiado dolorosa para siquiera hablar de ella», dice una mujer. «Matar a tus hermanos está mal».

Le pregunto qué diría si uno de sus familiares quisiera unirse. «¿Por qué ir? Solo sus cuerpos serán devueltos».

Y muchos cuerpos lo son.

Un soldado ruso parado junto al símbolo Z, a favor de Rusia.

FUENTE DE LA IMAGEN – REUTERS.Los videos de reclutamiento instan a los jóvenes a unirse al ejército ruso.

Señal de desesperación

Rusia no publica cifras, pero funcionarios occidentales dicen que entre 70.000 y 80.000 soldados rusos han muerto o han resultado heridos desde que el gobierno del presidente Vladimir Putin lanzó su invasión hace seis meses.

Para atraer nuevos reclutas, las autoridades ofrecen a los voluntarios enormes sumas de dinero, terrenos e incluso lugares privilegiados para sus hijos en las escuelas rusas.

Los reclutadores incluso han visitado prisiones rusas para inscribir a los reclusos, prometiéndoles libertad y dinero.

El periodista de investigación Roman Dobrokhotov dice que la campaña de reclutamiento es una señal de desesperación por parte de las autoridades: «Este no es el tipo de soldados necesarios para una guerra victoriosa. El Kremlin todavía espera que la cantidad pueda ganar a la calidad. Que puedan captar a cientos de miles de personas desesperadas con sus deudas y simplemente arrojarlas a la zona de conflicto».

Soldado ruso

FUENTE DE LA IMAGEN – REUTERS. Las autoridades convocan a hombres entre 18 a 60 años para convertirse en soldados en Ucrania.

A pesar de las asombrosas cantidades de efectivo que se ofrecen a los posibles reclutas (hasta US$5.700 al mes en algunos casos), Dobrokhotov dice que la realidad es diferente.

«La gente no ve este dinero», dice. «Están regresando [de Ucrania] ahora y nos cuentan a los periodistas cómo fueron engañados. Esto también está influyendo en la situación, esta falta de confianza en nuestro gobierno, por lo que no creo que esta estrategia tenga éxito».

Sin embargo, algunos están felices de unirse.

El hijo de Nina Chubarina, Yevgeny, dejó su pueblo en la región norte de Karelia para unirse a un batallón de voluntarios. Nina dice que a su hijo, que no tenía experiencia militar, le dieron un arma y lo enviaron directamente a Ucrania.

Murió pocos días después. Tenía 24 años.

Nina Chubarina

Nina Chubarina dice que trató de evitar que su hijo peleara en Ucrania.

El dolor de los familiares

Nina accede a encontrarse conmigo en un parque cerca de Moscú, donde ha encontrado trabajo a tiempo parcial en una fábrica de pan. Afirma que la monótona tarea de empacar panes le quita la mente de la pérdida de su hijo.

Recuerda haberle suplicado que no fuera a Ucrania. «Traté de disuadirlo. Lloré. Le dije: ‘¡Hay una guerra, te matarán!’ Él dijo: ‘Mamá, todo estará bien'».

Nina critica cómo las autoridades reclutan voluntarios para luchar en Ucrania.

«¡Simplemente los envían como pollitos tontos! Apenas habían sostenido un arma antes. Son carne de cañón. Los generales piensan: ‘Tenemos un voluntario: ¡genial, adelante!'».

No todos están dispuestos a alistarse como Yevgeny.

Al viajar por este país, uno no tiene la impresión de que el pueblo ruso está totalmente detrás de la «operación militar especial», como le gusta llamarla al Kremlin.

Yevgeny Chubarin.

Yevgeny Chubarin murió a los pocos días de unirse al ejército ruso para luchar en Ucrania.

La cantidad de automóviles en las carreteras rusas que muestran el símbolo «Z», a favor de la guerra, es relativamente baja. Los expertos dicen que el número de voluntarios que se unen también lo es.

El analista militar Pavel Luzin cree que la gente no está lista para sacrificarse por su presidente.

«El problema del Kremlin es que la mayoría de los rusos no están dispuestos a morir por Putin o por la restauración del ‘gran imperio’. El reclutamiento no es posible en las circunstancias actuales porque no hay consenso civil en Rusia para la guerra.

«Compare esto con Ucrania. Los ucranianos están listos para luchar», añadió.

Agradecimientos para Alla Konstantinova de Mediazona.

Imagen de portada: GETTY IMAGES

FUENTE RESPONSABLE: Por Will Vernon. Volosovo, al oeste de Rusia. 25 de agosto 2022.

Sociedad/Guerra/Rusia/Ucrania.

 

 

 

 

 

Guerra en Ucrania: 6 gráficos que muestran el devastador impacto de los 6 primeros meses de conflicto.

Han pasado seis meses desde que comenzó la guerra en Ucrania.

El 24 de febrero, el presidente ruso Vladimir Putin declaró en un discurso televisivo una «operación militar especial» en la región ucraniana del Donbás. Al mismo tiempo, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas le pedía parar.

Las sirenas de ataque aéreo sonaron sobre Kyiv, la capital ucraniana, y el presidente Volodymyr Zelensky advirtió que «si alguien intenta arrebatar nuestra tierra, nuestra libertad, nuestras vidas… nos defenderemos».

Fue el momento en que las vidas de muchas personas cambiaron para siempre.

En este día de la Independencia de Ucrania y sin vistas del fin de la guerra, analizamos su impacto a través de seis gráficos, desde el avance ruso ante el número de personas muertas y desplazadas.

1. Ucrania antes de la invasión

Mapa de Ucrania antes de la invasión

Antes de la invasión, separatistas prorrusos controlaban cantidades significativas de territorio en el Donbás, en el este de Ucrania.

El 21 de febrero, el presidente Putin anunció que reconocía la independencia de dos regiones separatistas, autoproclamadas como Repúblicas Popular de Donetsk y la República Popular de Luhansk.

El movimiento fue condenado por Ucrania, la OTAN y Occidente y luego permitió a Putin trasladar sus tropas a Ucrania.

En este punto, Rusia ya había anexado Crimea en 2014, aunque la mayoría de países reconocen esta península como parte de Ucrania.

2. Ucrania seis meses después

Áreas de control militar ruso en Ucrania.

Tras seis meses de invasión, Rusia ha avanzado ganando terreno en el este.

Pero Moscú se ha visto obligado a abandonar enormes extensiones de tierra cerca de Kyiv y otras ciudades importantes en el norte de Ucrania de las que se había apoderado al comienzo del conflicto.

Las fuerzas rusas ahora controlan toda la región de Luhansk y continúan haciendo pequeños avances en Donetsk.

La ciudad de Járkov ha sido bombardeada con dureza por meses.

La evacuación de tropas ucranianas de la acería Azovstal de Mariupol en mayo, luego de un asedio largo y sangriento, dio a Rusia un puente de tierra hasta Crimea y el control completo del Mar de Azov, tomando toda la costa sudeste de Ucrania.

Rusia mantiene el control militar sobre Crimea, aunque en agosto ha sido atacada con explosiones alrededor de la base aérea de Belbek en Sebastopol, usada para lanzar ataques sobre Ucrania.

En el sur, Jersón fue la primea ciudad ucraniana en caer ante las fuerzas rusas, pero ahora Ucrania intenta recuperarla utilizando artillería de largo alcance contra puentes sobre el río Dniéper.

3.Número de muertos

Muertes reportadas en Ucrania

Es complicado registrar el número real de muertes en cualquier conflicto.

Un análisis de la BBC a través del Proyecto de Datos de Eventos y Ubicación de Conflictos Armados, un grupo sin fines de lucro con sede en EE.UU., sitúa el número de muertos en más de 13.000 desde el comienzo de la guerra.

Pero los expertos dicen que es probable que el número total de muertes registradas esté subestimado.

Ucrania y Rusia dicen que los muertos ascienden a decenas de miles, aunque sus reclamos no encajan y no pueden identificarse de forma independiente.

Naciones Unidas ha dicho que los datos ofrecidos por los involucrados en el conflicto no son verídicos.

4. Número de desplazados

Desplazados en Ucrania desde el inicio del conflicto.

Al menos 12 millones de personas han huido de sus hogares desde el comienzo de la invasión en Ucrania, según las Naciones Unidas.

Más de cinco millones se han ido a países vecinos, mientras que se estima que otros siete millones se encuentran desplazados dentro de la propia Ucrania.

Sin embargo, cientos de miles de refugiados han podido regresar a su país, especialmente en ciudades como Kyiv.

Se estima que más de 6,4 millones de refugiados han salido de Ucrania hacia Europa desde el comienzo de la invasión hasta el pasado 17 de agosto, de acuerdo al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Algunos ucranianos han viajado a Rusia desde Luhansk y Donetsk. Putin ha dicho que sus fuerzas evacuaron a 140.000 civiles desde Mariupol e insistió en que ninguno de ellos fue forzado a irse a Rusia, pero grupos de voluntarios afirman haber ayudado a miles de ucranianos a abandonar Rusia.

Muchos refugiados se han ido de Ucrania hacia Polonia o Alemania.

5. Los daños causados

Ucrania: pérdidas por valor de US$104.000 millones durante la guerra . Daños totales (miles de millones de dólares).  A 8 de junio de 2022. "Otros" incluye automóviles, terrenos, depósitos de petróleo, edificios administrativos, etc..

Seis meses después, el daño físico de la guerra en Ucrania es evidente.

Donde alguna vez estuvieron casas y grandes edificios, solo quedan escombros de bloques de apartamentos enteros derrumbados.

La pérdida estimada de viviendas durante la guerra hasta el 8 de junio asciende a US$39.000 millones, según la Escuela de Economía de Kyiv.

En total, la cifra aumenta a US$104.000 millones en pérdidas de infraestructuras.

6. El impacto global en los alimentos

Exportaciones de trigo de Ucrania

La guerra ha contribuido a una crisis mundial de alimentos.

Muchos países dependen de las exportaciones de trigo de Ucrania pero Rusia ha estado bloqueando los puertos ucranianos desde febrero.

Seis meses después, se ha llegado a un acuerdo que permite a Ucrania reanudar sus exportaciones.

Según los términos del acuerdo, Rusia acordó no atacar a los puertos mientras los envíos están en tránsito y Ucrania acordó que sus buques de guerra guiarán a los de carga a través de aguas minadas.

Varios barcos transportando granos abandonaron los puertos del mar Negro de Ucrania, pero los críticos temen que muchos no puedan obtener la seguridad necesaria para regresar.

El acuerdo ha sido de los pocos avances diplomáticos de la guerra hasta el momento y Turquía y la ONU ayudaron a negociarlo.

El secretario general de la ONU Antonio Guterres, quien participó en las negociaciones, instó a las partes a continuar trabajando «de buena fe» para que se mantenga el acuerdo.

El presidente turco Recep Tayyip Erdogan dijo que el acuerdo de granos podría ser la base para las conversaciones de paz, pero pocos comparten el entusiasmo.

El presidente Zelensky dijo que las negociaciones solo pueden comenzar después de que Rusia abandone el territorio invadido.

Imagen de portada: GETTY IMAGES

FUENTE RESPONSABLE: Lorna Hankin, Equipos de Periodismo Visual y Datos. BBC World Service. 24 de agosto 2022. Actualizado 4 horas.

Rusia/Ucrania/Conflicto Rusia-Ucrania.

 

Cómo opera el “ejército en la sombra” de Ucrania, los partisanos tras las líneas enemigas rusas.

Mientras el Ejército ucraniano intensifica sus ataques sobre Jersón como antesala a la ofensiva para recuperar la región, otra fuerza trabaja en paralelo.

Se trata de un «ejército en la sombra» leal a Kyiv, una red de agentes e informadores que operan tras las líneas enemigas.

La BBC habló con estos combatientes. Un viaje que incluyó un recorrido a través de un paisaje de campos de girasoles amarillos y cielo azul hasta Mykolaiv, la ciudad más importante controlada por Ucrania al oeste de Jersón y que se ha convertido en el cuartel general de los partisanos en el frente sur.

Al atravesar los puestos militares de control se ven carteles gigantes en las carreteras que muestran una figura sin rostro y encapuchada junto a una advertencia: «En Jersón los partisanos lo ven todo». La imagen está pensada para poner nerviosos a los ocupantes rusos y levantar la moral de quienes viven atrapados bajo su dominio.

«La resistencia no es un grupo, es resistencia total», insiste el hombre que está frente a mí, con la voz ligeramente amortiguada por una máscara negra que se ha subido del cuello para que no pueda ver su rostro mientras lo filmamos en una habitación que no puedo describir. Lo llamaré Sasha.

Preparándose para el peor escenario

Poco antes de que la guerra estallara, Ucrania reforzó sus Fuerzas Especiales en parte para construir un movimiento de resistencia. Incluso publicó un folleto en PDF sobre cómo ser un buen partisano, con instrucciones sobre actos subversivos como pinchar los neumáticos de los vehículos de los ocupantes, añadir azúcar a sus depósitos de gasolina o negarse a seguir las órdenes en el trabajo. «Quéjate de todo», es una de las sugerencias.

Un cartel de la resistencia ucraniana

Uno de los carteles que advierte a los «colaboracionistas» que «En Jersón: Los partisanos ven todo».

Pero el equipo de informadores de Sasha tiene un papel más activo: seguir los movimientos de las tropas rusas dentro de Jersón.

«Digamos que ayer vimos un nuevo objetivo, entonces lo enviamos a los militares y en uno o dos días ha desaparecido», explica, mientras vemos algunos de los videos que envía cada día desde la región vecina. Uno de ellos lo grabó un hombre que pasó por delante de una base militar y filmó vehículos rusos; otro es de las imágenes de las cámaras de seguridad al paso de los camiones rusos pintados con sus gigantescas Z.

Sasha describe a sus «agentes» como ucranianos «que no han perdido la esperanza en la victoria y quieren que nuestro país sea liberado».

«Por supuesto que tienen miedo», admite, aunque agrega: «Pero servir a su país es más importante».

Junto a Sasha trabaja un equipo que vuela aviones no tripulados en Jersón para detectar objetivos para los militares. Son civiles, no soldados, todos son voluntarios y recaudan fondos en las redes sociales para pagar sus costosos equipos.

El responsable cultivaba plantas decorativas antes de la guerra, pero Serhii cuenta que se unió a la lucha para liberar el sur después de ver los cadáveres de civiles ejecutados en Bucha durante la ocupación rusa en esa zona. «No podía quedarme en casa después de eso», dijo.

La tarea que eligió en su lugar es extremadamente peligrosa. Su equipo de cuatro personas es bombardeado por los rusos cada vez que sale, aunque nadie ha muerto. «Sé que hasta cierto punto es una cuestión de azar», afirma Serhii encogiendo sus hombros y esbozando una sonrisa. «Pero si me pasa a mí sabré que fue por una buena causa».

El partisano Serhii sentado en un edificio en ruinas

Serhii se unió a la resistencia ucraniana luego de conocer lo ocurrido en la localidad de Bucha, vecina de Kyiv.

Impedir la anexión

Los partisanos luchan para evitar que el dominio ruso sobre Jersón sea permanente, obstaculizando el referéndum que Moscú parece estar planeando organizar en la zona. Rusia ya ha introducido su moneda, el rublo, sus redes de telefonía, y está haciendo llegar su propaganda desde los canales de televisión estatales a los hogares ucranianos, mientras que los periodistas locales han huido o están en el campo de batalla.

El jefe en funciones de la región, Dmytro Butrii, ahora exiliado en Mykolaiv, insiste en que una votación sobre la adhesión a Rusia sería una «falsedad total» y no sería reconocida por ningún gobierno «civilizado».

Hoy en día eso no le importa mucho a Moscú.

Para Rusia, la región es estratégica: es la fuente de agua para Crimea, que se anexionó ilegalmente en 2014, y el último tramo de un muy discutido «puente terrestre» con la península.

El jefe de la ocupada región de Jersón

El jefe de la región de Jersón, Dmytro Butrii, ahora exilado en la zona controlada por Kyiv, califica de «farsa» cualquier referendo organizado por Moscú.

Contra los colaboracionistas

Algunos lugareños han cambiado de bando para ayudar a los rusos. Por eso, el equipo de Sasha está construyendo una base de datos de esos «colaboradores». «Es para que nadie pueda alegar después que estuvo con la resistencia», explica.

Pero también buscan intimidar. Los partisanos pegan carteles amenazantes en el exterior de las casas de los colaboradores con diseños que incluyen la cara de la persona y un ataúd, o un cartel de «Se busca» que ofrece grandes recompensas por su muerte. Los activistas fotografían entonces los resultados para enviárselos a Sasha.

«Hay muchas pintadas y carteles contra la ocupación en las calles (…) Eso demuestra que hay mucha gente que no tiene miedo: en una ciudad con patrullas militares por todas partes, se las arreglan para imprimir folletos y pasearse con pegamento cuando podrían detenerlos en cualquier momento y las cosas acabarían muy mal», relata Sasha.

También se han registrado intentos de asesinato contra los que se han unido a los invasores. Un bloguero fue tiroteado, un funcionario de la administración instalada por los rusos fue asesinado y otros han resultado heridos con coches bombas. Las figuras más destacadas que han cambiado de bando llevan ahora un chaleco antibalas como norma. Los entrevistados niegan alguna vinculación con estos hechos, pero no los condenan.

«Aparte de traidor y escoria, no tengo otras palabras para ellos», dice Sasha, quien justifica: «Son nuestro enemigo».

¿Liberación u ocupación?

El presidente ruso Vladimir Putin sigue afirmando que la invasión de Ucrania es una operación de «liberación», pero en Jersón sus tropas gobiernan a través de la fuerza y el miedo.

El partisano Sasha

La corresponsal de la BBC en Ucrania entrevistando al líder partisano Sasha.

Desde que las fuerzas rusas se hicieron con la región en marzo, cientos de personas han sido detenidas, muchas de ellas torturadas. Algunos han desaparecido, sin que se sepa nada de ellas durante semanas. Otros han sido hallados muertos o devueltos a sus familiares en bolsas para cadáveres.

Fuentes del interior de la ciudad describen a los soldados patrullando las calles y a los autobuses detenidos al azar para revisar a todos los que están dentro. El más mínimo indicio de apoyo al gobierno ucraniano, tan pequeño como un mensaje o una foto en tu teléfono, puede provocar un arresto.

Cada vez que Oleh sonríe en el espejo, los espacios donde estaban sus dientes son un recordatorio de las palizas que sufrió mientras era interrogado por los rusos. Cuenta que también le rompieron siete costillas, tres de las cuales aún no se han curado. Su nombre no es realmente Oleh, pero es el que se le da para proteger su identidad.

Miembro de la resistencia, fue testigo de la tortura de otro prisionero, Denys Mironov, quien murió a manos de los rusos.

Oleh relata con escalofriante detalle lo que ocurrió después del 27 de marzo, cuando él y Denys fueron secuestrados en la calle. Asegura que sufrió constantes palizas en las primeras horas de su cautiverio, con descargas eléctricas y asfixias, así como amenazas de muerte. Está seguro de que sus interrogadores eran del FSB, el heredero de la KGB soviética.

Reconoce que hubo momentos en los que contempló la posibilidad de acabar con su vida, y llegó a atacar a un guardia para que le dispararan.

Un cartel de la resistencia ucraniana

Uno de los carteles de la resistencia que está en una carretera de Ucrania y que dice: «Zaporizhzhia, tierra de muerte para los invasores»

«Buscaban nazis, así que me golpearon porque soy calvo. Pensaban que habían cogido a un maldito nazi. Cuando me desnudaron, vieron que tenía calzoncillos de los Simpsons, así que dijeron que era un agente estadounidense y me castigaron por ello», relata.

Un mes antes, cuando los rusos invadieron el país, Oleh y Denys se habían unido a la defensa territorial, el Ejército de voluntarios de Ucrania. 

Pero gran parte de los militares fueron liquidados con las primeras explosiones y las fuerzas que quedaban en Jersón se vieron rápidamente superadas. Así que los hombres se convirtieron en partisanos, trabajando contra los rusos desde dentro.

«Obtuvimos información sobre dónde se encontraban sus fuerzas y cuándo se movían, y se la pasamos a los militares», explica Oleh, quien asegura que estuvo involucrado en muchas más actividades de las que no puede hablar.

Otro partisano describe cómo ayudó a las fuerzas ucranianas a escapar en botes a través del río Dnipro cuando estaban rodeados, y cómo robó armas a los rusos. «Te contaré el resto cuando ganemos», dice riendo.

Algunos detenidos no vuelven con vida

Denys, un hombre de 43 años con esposa e hijo y un negocio de frutas antes de la guerra, empezó a conducir una furgoneta por Jersón para repartir comida y de paso recabar información sobre el enemigo. Él y Oleh también recogieron armas, preparándose para unirse a la esperada contraofensiva ucraniana. Sin embargo, fueron detenidos y torturados.

La BBC pidió al FSB que explicara lo ocurrido a estos hombres y a otros, pero no respondió.

A mitad de la primera noche de cautiverio Oleh volvió a ver a Denys. Para entonces apenas podía caminar y le costaba respirar. Aun así, los guardias le golpearon más. «En la ingle, luego en la cara, después dos hombres con porras le bajaron los pantalones y empezaron a golpearle cerca de los riñones», dice Oleh.

Una foto de Denys Mironov

FUENTE DE LA IMAGEN – FAMILY HANDOUT

Denys Mironov, vecino de Jersón, pasó a engrosar la lista de víctimas de la ocupación rusa a la localidad ucraniana.

«Estaba claro que le habían perforado los pulmones y que estaba muy malherido», comenta. «Pero si se le hubieran ayudado, se podría haber evitado su muerte. Fue horrible».

El 18 de abril, los hombres fueron trasladados a una prisión en Crimea y, al día siguiente, Denys fue finalmente llevado a un hospital militar, donde Oleh pensó que se recuperaría.

La familia de Denys Mironov supo de su muerte un mes después de su detención, cuando fue devuelto a Ucrania como parte de un intercambio de cuerpos.

Muchas personas abandonaron Jersón poco después de que los rusos tomaran el control. El gobierno de Kyiv instó recientemente a otros a evacuar, advirtiendo que era inminente una operación militar para retomar la región. Pero salir no es fácil.

Las autoridades rusas limitan el número de vehículos que cruzan la línea del frente y sólo permiten entrar en las zonas controladas por Ucrania por la carretera que se dirige al norte de Zaporizhzhia. 

Los múltiples puestos de control militar que hay en el camino impiden el paso a los hombres ucranianos en edad de combatir. Incluso las mujeres y los niños se enfrentan a semanas de espera para conseguir una plaza en los autobuses de evacuación gratuitos, o a un precio exorbitante para conseguir una plaza en un coche privado.

Sin embargo, cientos de personas siguen huyendo cada día.

Los desplazados de Jersón

Los desplazados de Jersón en uno de los puntos de recepción instalados en la vecina región de Zaporizhzhia.

Lo que cuentan los desplazados

No se puede viajar a la ocupada Jersón, pero el estado de ánimo de los que huyen de ella revela muchas cosas sobre la vida allí. Incluso en el territorio controlado por Ucrania, la gente es cautelosa con lo que dice. «¿Verán esto los rusos?», quieren saber algunos de los recién llegados antes de que se les grabe. Otros sacuden la cabeza y se apartan del micrófono.

«Es difícil, los rusos están por todas partes», dice Alexandra, mientras hace rebotar a su bebé Nastya sobre sus rodillas en la parte trasera de un coche. 

Dentro de la tienda de campaña de ayuda, una mujer mayor está de pie con dos bolsas a sus pies, con aspecto perdido y solitario. Luchando con las lágrimas, Svitlana cuenta que huyó de Jersón porque tiene los nervios destrozados, pero que su marido se ha negado a acompañarla. «Dice que está esperando a que el Ejército ucraniano venga a liberarnos», dice.

Cuando empieza a caer la noche y llegan más vehículos, un hombre admite que su propia familia está huyendo de algo más que de los misiles. «Sabemos que la gente está desapareciendo, es cierto», me dice, sin dar su nombre. «En Jersón no se sale por la noche».

El peligro de los bombardeos ha aumentado en los últimos días a ambos lados de la línea del frente sur.

En Mykolaiv, los días suelen empezar con explosiones a partir de las 4 de la mañana. En el sur, las bases de lanzamiento rusas están tan cerca que la sirena de aviso sólo suena después del primer misil. Una mañana, refugiados en el sótano de un hotel, el equipo de la BBC contó al menos 20 explosiones en la ciudad, algunas lo suficientemente cerca como para hacer temblar el edificio.

Las ruinas de un edificio en Mykolaiv

El derruido edificio de la administración regional en Mykolaiv, el cual fue bombardeado por las fuerzas rusas.

Pero los ataques ucranianos también han aumentado, tanto en número como en impacto, ya que las armas más potentes suministradas por Occidente han llegado a la región y están marcando la diferencia. Los residentes de Jersón han registrado múltiples ataques contra depósitos de munición rusos. Los puentes que cruzan el Dnipro, incluido el Antonivskiy, también han sido atacados en múltiples ocasiones, interrumpiendo las líneas de suministro rusas.

La ofensiva para retomar la ciudad podría estar acercándose.

Sasha cree que muchos de los que siguen en la ciudad están dispuestos a luchar. Los entrevistados por la BBC dicen que el apoyo al gobierno ruso es mínimo y los registros, detenciones y palizas de los últimos meses lo han reducido aún más.

«Cuando el ejército empiece a invadir, la gente estará preparada y ayudará», sentencia Sasha.

Pese a su propia y brutal experiencia bajo custodia rusa, Oleh ya está de vuelta en el frente sur para luchar por su ciudad natal junto al ejército partisano de Ucrania.

«Pueden tomar el territorio, pero no pueden tomar a la gente», dijo. «Los rusos nunca estarán seguros en Jersón, porque la gente no los quiere allí. No los aceptan».

Imagen de portada: BBC News

FUENTE RESPONSABLE: Sarah Rainsford. BBC News, corresponsal en la Europa del Este. Hace 2 horas.

Conflicto Rusia-Ucrania/Ucrania/Sector Militar

 

 

 

 

 

 

El crucial rol de los drones en la guerra de Ucrania (y quiénes los suministran).

En la guerra de Ucrania se están utilizando miles de drones para detectar posiciones enemigas, lanzar misiles y disparar directamente la artillería.

Ambas partes están desplegando drones militares especialmente diseñados y drones comerciales ampliamente vendidos.

¿Qué drones militares tienen Ucrania y Rusia?

El principal dron militar de Ucrania es el Bayraktar TB2 de fabricación turca. Es aproximadamente del tamaño de un avión pequeño, tiene cámaras a bordo y puede armarse con bombas guiadas por láser.

Ucrania comenzó la guerra con una flota de «menos de 50» de estos, dice Jack Watling del grupo de expertos Royal United Services Institute (Rusi).

Rusia utiliza principalmente el Orlan-10 «más pequeño y básico», explica. «Rusia comenzó la guerra con algunos miles de ellos, y puede que le queden algunos cientos».

Estos drones también tienen cámaras y pueden transportar pequeñas bombas.

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¿Qué tan efectivos son los drones militares?

Los drones de ambos lados son más efectivos cuando se usan para encontrar objetivos enemigos y guiar el fuego de artillería hacia ellos.

«Las fuerzas rusas pueden apuntar con sus armas al enemigo en solo tres a cinco minutos después de que un dron Orlan-10 detecta un objetivo», indica Watling.

Sin ellos, un ataque podría tardar en llevarse a cabo entre 20 y 30 minutos, agrega.

Martina Miron, investigadora de estudios de defensa en el King ‘s College de Londres, dice que los drones han permitido a Ucrania estirar sus fuerzas limitadas.

«En el pasado, si querías buscar posiciones enemigas tenías que enviar unidades de fuerzas especiales a hacerlo y podías perder algunos soldados», señala. «Ahora, todo lo que estás arriesgando es un dron».

drones Orlan-10 de Rusia

FUENTE DE LA IMAGEN – EPA. Los drones Orlan-10 de Rusia pueden atacar en minutos el fuego de artillería de las posiciones enemigas.

En las primeras semanas de la guerra, los drones Bayraktar de Ucrania fueron ampliamente elogiados.

«Se les mostró atacando objetivos como depósitos de municiones, y jugaron un papel en el hundimiento del [buque de guerra] Moskva», dice Miron.

Sin embargo, muchos Bayraktars han sido destruidos por los sistemas de defensa aérea de Rusia.

«Son grandes, se mueven con relativa lentitud y vuelan solo a una altura media, lo que los hace fáciles de derribar», afirma Watling.

¿Cómo se utilizan los drones no militares?

Los drones militares son costosos de reemplazar: un solo Bayraktar TB2 cuesta alrededor de US$2 millones.

Entonces, ambas partes, pero especialmente Ucrania, están recurriendo a modelos comerciales pequeños, como el DJI Mavic 3, que cuesta alrededor de US$2.000.

BBC

Un fabricante de drones ucraniano estima que las fuerzas del país tienen 6.000 drones, pero es imposible confirmarlo.

Los drones comerciales pueden equiparse con bombas pequeñas.

Sin embargo, se utilizan principalmente para detectar tropas enemigas y ataques directos.

«Ucrania no tiene tanta munición como Rusia», señala Miron. «Tener ‘ojos en el cielo’ para detectar objetivos y dirigir el fuego de artillería significa que pueden hacer un mejor uso de lo que poseen».

Los drones comerciales son mucho menos potentes que los militares.

El alcance del DJI Mavic es de solo 30 km y solo puede volar durante 46 minutos.

Los drones más baratos y pequeños vuelan incluso menos tiempo y cubren distancias más cortas.

¿Cómo se defiende cada bando de los drones?

Rusia usa defensas de radar contra drones militares y dispositivos electrónicos contra los comerciales, dice Martina Miron.

«Las fuerzas rusas tienen el rifle Stupor, que dispara pulsos electromagnéticos», agrega. Esto impide que los drones comerciales puedan navegar usando GPS.

Las fuerzas rusas también han utilizado sistemas en línea como Aeroscope para detectar e interrumpir las comunicaciones entre los drones comerciales y sus operadores.

Pueden hacer que el dron se estrelle o regrese a la base, y pueden evitar que envíe información.

El dron ucraniano promedio apenas dura una semana, según un informe de Rusia.

¿Quiénes están suministrando drones?

Rusia ahora está comprando drones militares Shahid de Irán, según la Casa Blanca.

Las fuerzas rebeldes hutíes en Yemen los usaron para atacar objetivos en Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.

Estados Unidos está suministrando a Ucrania unos 700 drones militares «kamikaze» Switchblade.

Estos están cargados de explosivos. Flotan en el aire hasta que encuentran su objetivo.

BBC

La compañía SpaceX de Elon Musk está proporcionando su sistema de comunicaciones por satélite Starlink a Ucrania. Esto crea un vínculo seguro entre los drones comerciales y los operadores.

DJI ahora ha dejado de suministrar drones a Rusia o Ucrania.

¿Cómo paga Ucrania los drones?

Ucrania hizo un pedido de financiamiento colectivo para comprar 200 drones militares.

«Además de los drones grandes como el [Bayraktar] TB2, están buscando drones de reconocimiento pequeños y de alas fijas», afirma Jack Watling.

Kalush Orchestra, el grupo ucraniano ganador del Festival de la Canción de Eurovisión, vendieron el trofeo por US$900.000 que donaron a la campaña de drones. Con eso se comprarán tres drones PD-2 de fabricación ucraniana.

Imagen de portada: GETTY IMAGES

FUENTE RESPONSABLE: Redacción BBC News Mundo. 28 de julio 2022

Conflicto Rusia-Ucrania/Drones/Sector militar/Guerra/Ucrania

 

 

 

 

 

Rusia anuncia que reducirá aún más su suministro de gas, causando preocupación en Europa.

El gigante energético ruso Gazprom anunció que recortará drásticamente el suministro de gas a la Unión Europea a través de su gasoducto principal debido a trabajos de mantenimiento.

Estos trabajos en el gasoducto Nord Stream 1 reducirán la producción diaria de gas al 20%, cortando a la mitad el nivel actual de suministro.

El gobierno alemán dijo que no había ninguna razón técnica para limitar el suministro de gas.

Con esta medida de Gazprom, es probable que a los países de la UE les resulte más difícil reponer sus reservas de gas antes del invierno.

El gasoducto Nord Stream 1, que bombea gas de Rusia a Alemania, ha estado funcionando muy por debajo de su capacidad durante semanas y se cerró por completo para una pausa de mantenimiento de 10 días a principios de este mes.

Rusia suministró a la UE el 40% de su gas el año pasado, y Bruselas ha acusado a Rusia de utilizar la energía como arma.

La Comisión Europea ha instado a los países a reducir el uso de gas en un 15% durante los próximos siete meses, después de que Rusia advirtiera que podría rebajar o detener los suministros por completo.

Según la propuesta, el objetivo voluntario podría volverse obligatorio en caso de emergencia.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha dicho que la perspectiva de que Rusia corte todos los suministros a la UE es un «escenario probable».

El martes, los ministros de energía se reunirán en Bruselas en un intento de aprobar los planes. Pero se esperan numerosas opciones de exclusión en medio de la resistencia de algunos estados miembro, como España y Portugal.

Precios disparados

Los precios mayoristas del gas se han disparado desde que Rusia invadió Ucrania en febrero, con un impacto en cadena en las facturas de energía de los consumidores.

En reacción al anuncio de Gazprom, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, dijo que se trataba de «una guerra de gas abierta que Rusia está librando contra una Europa unida; así es exactamente como debe percibirse».

Gazprom dijo que la última reducción en el suministro comenzará a las 04:00 GMT del miércoles debido a la «condición técnica» de una de las dos últimas turbinas operativas.

Pero una portavoz del Ministerio de Economía alemán dijo a la agencia de noticias AFP: «Según la información que tenemos, no hay ninguna razón técnica para una reducción de las entregas».

El Kremlin sostiene que es un socio energético confiable y culpa a las sanciones occidentales por la reciente interrupción del suministro de gas a la UE.

Gazprom dice que el regreso retrasado, debido a las sanciones, de los equipos reparados en Canadá lo ha obligado a mantener el flujo de gas a través de Nord Stream 1 a solo el 40% de su capacidad.

«Nuestro producto, nuestras reglas. No jugamos con reglas que no creamos», dijo el director ejecutivo de Gazprom, Alexei Miller.

Es probable que la reducción continua en el suministro de gas a través de Nord Stream 1 dificulte que los países repongan sus reservas antes del invierno, cuando el uso de gas es mucho mayor.

Gazprom ha cortado por completo el suministro de gas a Bulgaria, Dinamarca, Finlandia, Países Bajos y Polonia, por su negativa a cumplir con una orden del Kremlin de pagar sus facturas en rublos, en lugar de euros o dólares.

Imagen de portada: GETTY IMAGES

FUENTE RESPONSABLE: Jennifer Meierhans BBC News. 26 de julio 2022

Economía/Rusia/Vladimir Putin/Ucrania