Las diez obras imprescindibles de Van Gogh.

A la edad de 37 años, Vincent Van Gogh dejó tras de sí un extenso legado con aproximadamente unos 900 cuadros y más de 1.600 dibujos. No obstante, el pintor holandés fue ignorado en su tiempo y obtuvo el reconocimiento de forma póstuma. El aprecio por su arte aumentó de tal manera que hoy las reproducciones de sus obras han inundado la cultura pop.

1 de 10

Zapatos viejos (1886)

Entre 1885 y 1888, Van Gogh llega a pintar once cuadros con botas o zapatos como protagonistas. En esta ocasión vemos unos zapatos viejos y embarrados, llenos de tierra, tal vez por la labranza, por lo que las primeras interpretaciones comentaban que el artista holandés hacía referencia a alguien del mundo rural, tema principal de sus obras más tempranas, etapa en la que el artista se definía como «un pintor de campesinos». Sin embargo, aquí Van Gogh no hace alusión a nada de lo mencionado, sino que refleja los tumbos que él mismo ha ido dando por la vida para descubrir cuál era su vocación, los miles de pasos que recorrió, sus alegrías y sufrimientos. Según el historiador del arte Miguel Calvo Santos, estos zapatos viejos «son en definitiva entes llenos de vida encarnados en algo inerte y reflejos sinceros del alma del artista».

Web Gallery of Art

2 de 10

Árboles y maleza (1887)

​Si bien es sabido la influencia del arte japonés en alguna de sus obras, existe una palabra en Japón que describe a la perfección este cuadro: Komorebi, la luz del sol que se filtra a través de las hojas de un árbol. Y con la misma precisión de esta palabra, Van Gogh sabe capturar esta escena con colores vivos para reflejar el baile de luces que producen las hojas con pinceladas cortas de tonalidades verdes y amarillas. «A veces son precisamente estos lugares los que uno necesita para conseguir calma», escribió el pintor pelirrojo a su hermano Theo.

3 de 10

Terraza de Café por la noche (1888)

​Para Vincent el color lo era todo. En este cuadro se puede ver cómo enfatiza el contraste entre el azul frío de la noche y el amarillo cálido de la lámpara de la terraza que brilla con tal fuerza que puede llegar a cegar al espectador. Con el color es capaz de lograr profundidad, texturas, volumen, sensaciones y sentimientos. Todo a la vez logrando unificar los colores. En sus cartas, Van Gogh describe la escena que captura en este cuadro: «Un café por la noche visto desde fuera. En la terraza están sentadas pequeñas figuras bebiendo. Un enorme farol amarillo ilumina la terraza, la fachada de la casa, la acera, e incluso extiende su resplandor hasta la calle adoquinada que adquiere una tonalidad rosa-violeta. Las fachadas de las otras casas de la calle, que se alarga bajo el cielo estrellado, son azul oscuras o violetas; ante ellas se encuentra un árbol verde. Aquí tienes un cuadro nocturno sin negro, sólo con un bello azul, con violeta y verde; y en este ambiente la plaza iluminada se tiñe de un pálido amarillo azufre y verde limón… Sé que lo normal es sacar un boceto de la noche y luego pintarlo durante el día, pero a mí me gusta hacerlo en el momento… lo malo es que al trabajar así, con lo oscuro que está, puedo confundir los tonos de los colores… pero es la única manera de acabar con las escenas convencionales de nocturnos con sus pobres y cetrinas luces blanquecinas».

Web Gallery of Art

4 de 10

La silla de Van Gogh (1888)

​Si nuestro pintor pelirrojo fue capaz de autorretratarse en dos pares de botas, también es capaz de hacerlo a través de esta silla de madera con asiento de mimbre tejido sobre el que reposa una pipa y un montoncito de tabaco; cosas que en cierto modo representaban al artista. Además de utilizar tonos azulados y anaranjados tan característicos suyos. De la misma manera pinta otra silla, la de Gauguin, a quien admiraba e invitó a vivir y trabajar juntos. Con la destreza y astucia para elegir a la perfección cada detalle del cuadro, el pintor holandés refleja toda la sencillez y la humildad con la que vivió su vida así como el vacío y la soledad que sintió a lo largo de su vida. Se podría decir que la silla se encuentra vacía porque no hay nadie sentado en ellas, pero en realidad no lo están: las pertenencias del artista sugieren su viva presencia.

Web Gallery of Art

5 de 10

Dormitorio en Arlés (1888)

​«Te envío un pequeño croquis para darte una idea a lo menos del giro que toma el trabajo. […] Esta vez es simplemente mi dormitorio; sólo que el color debe predominar aquí, dando con su simplificación un estilo más grande a las cosas y llegar a sugerir el reposo o el sueño en general. En fon, con la vista del cuadro debe descansar la cabeza o más bien la imaginación», llega a escribir Van Gogh a su querido hermano sobre su habitación en Arlés. Existen tres versiones de este cuadro donde quiere expresar la tranquilidad y resaltar la sencillez de su dormitorio mediante el simbolismo de los colores.

Web Gallery of Art

6 de 10

La casa amarilla (1888)

​Vincent tenía un sueño: crear una comunidad de artistas en una casa alquilada de Arlés en la que todos vivirían y trabajarían felizmente mientras compartirían sus pensamientos sobre las grandes preguntas de la vida. El primero en ser invitado fue Gauguin, aunque su convivencia no acabó nada bien. Dejando esta parte de la historia a un lado, para Van Gogh, la casa amarilla significó un volver a empezar su carrera artística en la calidez de un hogar representado por el predominante color amarillo del cuadro.

Web Gallery of Art

7 de 10

Autorretrato (1889)

​Van Gogh envió el cuadro a su querido hermano Theo acompañado de una carta que decía lo siguiente: «Necesitarás estudiar el cuadro por un tiempo. Espero que notes que mis expresiones faciales se han vuelto mucho más tranquilas, aunque mis ojos tienen la misma mirada insegura que antes, o eso me parece a mí». Situado en el centro de la composición, frunciendo ligeramente el ceño, pero con una actitud calmada mira fijamente al espectador. El pintor holandés llegó a pintar más de 30 autorretratos. Esto se debe a que había muy pocas personas que quisiesen posar para sus cuadros.

Web Gallery of Art

8 de 10

Noche estrellada (1889)

​Tal vez uno de los cuadros con los que identificamos al pintor pelirrojo. La escena representa el paisaje que miraba Van Gogh por la ventana del sanatorio de Saint-Rémy. Por estas fechas se sentía cada vez más acechado por las alucinaciones. Cuando miraba el cielo estrellado, las estrellas parecían vibrar y lo mismo sucedía cuando observaba los cipreses del jardín que parecían vibrar. Este movimiento consigue plasmarlo en el lienzo a través de las líneas curvas. «Mirar a las estrellas siempre me pone a soñar. ¿Por qué, me pregunto, no deberían los puntos brillantes del cielo ser tan accesibles como los puntos negros del mapa de Francia? Así como tomamos el tren para llegar a Tarascon o Rouen, tomamos la muerte para llegar a una estrella», deja escrito en sus cartas a Theo.

Web Gallery of Art

9 de 10

Almendro en flor (1890)

​«Me he puesto inmediatamente a hacer un cuadro para él, un lienzo para colgar en su dormitorio: unas gruesas ramas de almendro en flor blanco sobre un fondo de cielo azul». Con estas palabras se dirige Van Gogh a su madre en respuesta a la noticia del nacimiento de su sobrino. La primavera llegó a Arles, la ciudad que fue fuente de inspiración para el pintor e influido por los grabados japoneses pinta este elogio al renacer de la Naturaleza, la pureza de una nueva vida y la fragilidad de la misma. Van Gogh pinta con optimismo este cuadro por la nueva vida de su sobrino y la posibilidad de una renovada oportunidad en su futuro artístico, sin embargo, tres meses después de finalizar esta obra, el artista se quitaría la vida.

Web Gallery of Art

10 de 10

Campo de trigo con cuervos (1890)

​Esta obra ha sido considerada como una de las últimas obras de Vincent van Gogh, si no la última, donde refleja a partes iguales su esperanza por el futuro y el vaticinio de su desafortunada muerte. Pintó este lienzo pocos días antes de su suicidio. Forma parte de una serie de cuadros que realizó tras dar largos paseos por la región de Auvers con el fin de reorganizar sus emociones. En sus cartas, el pintor holandés reconoció que pretendía expresar la tristeza y «soledad extrema» que sentía en aquella época.

​Pocos días después de acabar esta pintura, un 27 de Julio de 1890, Vincent salió a un campo similar a este y se pegó un tiro en el estómago.

Web Gallery of Art

Imagen de portada: Campo de Girasoles. Vincent van Gogh

FUENTE RESPONSABLE: El Debate. España. Por Sarah Durwin. 16 de julio 2022.

Sociedad y Cultura/Pintura/Genios virtuosos/Van Gogh

Encuentran un autorretrato de Vincent van Gogh escondido en un lienzo de 1885.

El hallazgo fue gracias al uso de rayos X aplicados a una obra conservada en la Galería Nacional de Escocia.

Si deseas profundizar esta entrada; cliquea por favor donde se encuentre escrito en “azul”.

Vincent van Gogh, el artista nacido en 1853 en los Países Bajos, solía pintar sobre todo lienzo que encontraba: trapos, manteles, telas usadas, por eso no resultó extraño descubrir que detrás de una pintura suya de 1885 había un autorretrato que no había sido descubierto hasta la actualidad. Gracias al uso de rayos X se pudo constatar la existencia de esta obra detrás del Retrato de una campesina con cofia blanca, que pertenece a la colección de la Galería Nacional de Escocia.

Los encargados de hacer la evaluación fueron los expertos de esa galería que tiene el cuadro en su poder desde 1960, pero el hallazgo fue absolutamente casual. La razón por la que dieron con el autorretrato fue que estaban analizando el cuadro de la campesina para una exposición titulada A Taste of Impressionism (El gusto del impresionismo).

Exhibición inmersiva “Imagine Van Gogh”

La exposición se llevará adelante y se sumarán las imágenes captadas en rayos X, para que el público pueda observar el autorretrato y, una vez finalizada la muestra, avanzarán en la restauración del cuadro del rostro del pintor. Francés Fowle, conservadora de la sala escocesa declaró a The Guardian que el proceso “debe hacerse con mucho cuidado y no queremos apresurarnos”.

“Este período en el que comenzó a producir autorretratos fue clave en el desarrollo de su estilo maduro, cuando comenzó a experimentar con su propia pincelada distintiva. Van Gogh fue un pensador muy independiente y desarrolló su nuevo estilo radical muy rápido”, destacó la especialista.

Louis van Tilborgh, desde el museo que lleva el nombre del artista en Ámsterdam, aseguró a El País de España que se trata de un autorretrato auténtico y que “encaja en una especie de serie, porque Van Gogh tiene al menos ocho cuadros en los que se pintó a sí mismo por detrás del lienzo”. 

Van Gogh camuflado y olvidado

Según se pudo reconstruir el cuadro de la campesina fue adquirido en 1923 por Evelyn Saint Croix Fleming, la madre de Ian, el autor de los libros del espía James Bond y en 1960 llegó al museo.

La campesina retratada pudo haber sido Gordina de Groot, apodada Sien, que también aparece entre los comensales de la tela Familia comiendo patatas de 1885. 

Imagen de portada:Autorretrato oculto de Van Gogh descubierto detrás de una pintura anterior.

FUENTE RESPONSABLE: Perfil. Argentina. 15 de julio 2022.

Sociedad y Cultura/Pintura/Van Gogh/Rayos X/Impresionismo

 

Willem, el ‘bisnieto’ de Vincent Van Gogh que hoy custodia sus obras de arte: «Yo no pinto ni un poco».

ENTREVISTA 

El asesor del museo

El holandés visitó Madrid este septiembre, con motivo de la inauguración de Meet Vincent Van Gogh, la exposición sobre el pintor que se presenta en Madrid, hasta enero de 2022.

 

El 2 de junio de 1973, el gobierno neerlandés inauguró el Museo Van Gogh, la conocida pinacoteca, ubicada en Ámsterdam, en la que se despliega el legado de Vincent Van Gogh. 

Es decir, una colección de 700 pinturas que, antes de exhibirse en un espacio público, descansaban en la casa de Willem, el sobrino bisnieto del artista, quien además de ser el asesor de su museo, se dedica a recorrer el mundo hablando sobre su «tío». Es más, el pasado 29 de septiembre, Willem aterrizó en Madrid para asistir a la inauguración del Meet Vincent Van Gogh, la «nueva experiencia inmersiva», que se presenta en el Espacio Ibercaja.

«Me gusta mucho Madrid. Hay mucho arte para ver y la gente es muy amable. La comida también es deliciosa. Tenéis unos vinos increíbles. Como el Rioja o el Ribera del Duero. 

Pero lo que más me gusta es que hasta el 9 de enero vais a poder disfrutar de Meet Van Gogh. Una experiencia increíble, con la que vais a poder sumergiros en el mundo de Vincent, pisar sus huellas, sentir la emoción de su arte y conocer distintos pasajes de su vida», comentó Willem en una entrevista con LOC, en la que también desvela varios secretos de su archiconocido pariente.

«Me gustaría que la gente supiera que Vincent era un artista que nunca se daba por vencido. Siempre exploraba cosas nuevas. Por ejemplo, en una de estas salas se exhiben cerca de 800 pinturas y la verdad es que todas se ven diferentes. 

Porque la misión de Vincent era explorar el arte y creo que eso interesa mucho. Vincent podía pintar el retrato de un campesino, las olas del mar, los girasoles, la naturaleza, dos amigos, a un cartero, un café, su casa o su habitación… Y por eso creo que su pintura sigue tan vigente. Como todo el mundo toma café o tiene un dormitorio es fácil sentir una conexión con él», relata.

Asimismo, Willem piensa que muchas personas pueden sentirse identificadas con los procesos artísticos de Van Gogh. De hecho, a él mismo le hubiese gustado analizar a su «tío» y conocer, en profundidad, su trabajo. «Si Vincent estuviese vivo, creo que me encantaría salir con él y observar mientras trabaja, ver cómo pinta. 

Eso es lo que más relevante me parece. Es impresionante la cantidad de pinturas que realizó. En 10 años realizó 1.000 pinturas -de las cuales solo 860 sólo son conocidas- y algunas fueron hechas en solo un día. Y eso me provoca mucha curiosidad», cuenta Willem, quien creció rodeado de sus creaciones.

Y es que el abuelo de Willem era el hijo de Theo, el hermano más querido de Vincent, a quien envió la mitad de sus pinturas. Esa es la razón por la que gran parte de sus obras estaban en la casa de sus familiares. 

«Conozco gran parte de los cuadros de Vincent. Pero mi favorito es Almendro en flor. Creo que es una de las pinturas más hermosas que se han hecho en la historia. Además, el Almendro es uno de mis preferidos, porque Vincent le dedicó ese cuadro a su sobrino, mi abuelo, quien en su adultez decidió compartir la colección con el mundo y abrir el Museo Van Gogh. Creo que eso es muy emotivo», explica.

Pero los cuadros no es lo único que Willem heredó… Sino también las cerca de 600 cartas que Vincent envió a Theo, contándole sobre su vida, sus penas y sus labores artísticas. «He leído casi todas esas cartas, pero he tardado 20 años en hacerlo. 

Mi carta favorita es una en la que Vincent le escribe a Theo ‘nosotros tenemos cierta responsabilidad con la próxima generación’. Le dice algo como ‘las estrellas en el cielo iluminaran a las próximas generaciones de artistas’. Esa es una de mis citas favoritas», menciona Willem. No obstante, el holandés debe reconocer que las palabras de sus antepasados no lo han inspirado lo suficiente como para convertirse en pintor.

«Yo no pinto ni un poco. Una vez lo intenté. Pero no quedé muy contento con los resultados. Tomé clases de pintura, pero creo que no es lo mío. Me gusta el arte, pero me siento mejor como asesor que como artista», afirma sobre su actual misión en el Museo Van Gogh. 

«Me gusta mucho trabajar en el museo, es muy reconfortante y a la vez desafiante. Ahora nos enfrentamos al reto de volver a recibir al público tras el covid, además de garantizar el acceso a la colección para las generaciones futuras. Creo que lo que hacemos es muy inspirador. Sobre todo ahora, que estamos próximos a nuestro aniversario número 50», finaliza.

Imagen de Portada: Gentileza de El Mundo España

FUENTE RESPONSABLE: El Mundo España por Andrea M. Rosa del Pino

Cultura/Pintura/Van Gogh/Entrevista

La historia no contada de la obra maestra de Van Gogh que nadie se tomó en serio.

«LOS COMEDORES DE PATATAS»

Los radiantes girasoles hicieron mundialmente famoso a Vincent van Gogh. Hasta hoy. Pero su primera gran obra fue muy diferente: oscura, los personajes toscos y casi grotescos. Un fracaso con consecuencias.

Cinco personas están sentadas en una estrecha cocina cenando. Los rostros son toscos y distorsionados. Narices bulbosas, manos huesudas y nudosas. Todo es oscuro, sombrío. «Los comedores de patatas» es una de las primeras obras maestras de Vincent van Gogh (1853-1890). No obstante, el pintor holandés se hizo mundialmente famoso con Los girasoles y sus paisajes del sur de Francia inundados de luz. 

Por primera vez, el Museo Van Gogh de Ámsterdam dedica una exposición exclusivamente a esta especial obra temprana del pintor. A partir del pasado viernes se expondrán unos 50 cuadros, bocetos, dibujos y cartas. Su objetivo es contar la historia del cuadro. Una «historia de ambición y perseverancia», como dijo este jueves (08.10.2021) la directora del museo, Emily Gordenker.

«El cuadro nunca se vendió ni se expuso en vida de Van Gogh». Sin embargo, hoy en día es mundialmente famoso y se considera una obra clave en el desarrollo del pintor, agregó.  

Uno de los cuadros «más pensados» de Van Gogh

Vincent van Gogh pintó «De aardappel eters» en 1885 durante un periodo tormentoso que pasó con sus padres en Nuenen, en el sureste de los Países Bajos. Había realizado numerosos estudios y bocetos para ello. Es uno de los cuadros «más pensados» de Van Gogh, dijo Bregje Gerritse, conservadora del museo.  

«Él no buscaba la perfección técnica con su cuadro (…). Para él, el cuadro era un éxito, y aunque no usó el término ‘obra maestra’, la consideró similar a Los girasoles, su Dormitorio en Arlés o La Berceuse», explica Gerritse.

El propio pintor lo describió, no obstante, como un «examen de maestro» y, según Gerritse, quería hacer su gran salto al éxito con él. Pero el cuadro fracasó. Van Gogh fue muy criticado, sobre todo por los colores tan sombríos y la representación distorsionada de las personas. 

Por primera vez, el Museo Van Gogh de Ámsterdam se centra exclusivamente en una exposición en la historia de la primera obra maestra del pintor holandés: Los comedores de patatas. Alrededor de 50 pinturas, bocetos, dibujos y cartas se expondrán a partir del 08.10.2021.

Por primera vez, el Museo Van Gogh de Ámsterdam se centra exclusivamente en una exposición en la historia de la primera obra maestra del pintor holandés: «Los comedores de patatas». Alrededor de 50 pinturas, bocetos, dibujos y cartas se expondrán a partir del 08.10.2021.

Van Gogh: «Este es mi mejor trabajo»

«En 1887, escribió a su hermana Guillermina: ‘Este es mi mejor trabajo’. Eso es muy interesante porque por ese entonces él ya había ido a París, había cambiado sus métodos de trabajo y su estilo, más hacia los colores brillantes, pero aún tenía en mente el cuadro oscuro de Nuenen», dice la conservadora.

Van Gogh había pintado a cinco personas de una familia de campesinos, cenando a la luz de una lámpara de aceite. Frente a ellos, en la tosca mesa de madera, hay un cuenco de patatas humeantes. Una mujer está sirviendo café. El museo ha hecho recrear una maqueta a tamaño natural de esta escena.  

Representación de la dura vida campesina

Van Gogh quería representar la dura realidad de la vida campesina, una vida que él mismo admiraba. Mostró deliberadamente a los personajes con rostros toscos y manos de trabajo huesudas, dijo Gerritse. 

«Van Gogh quería mostrar a los campesinos en toda su crudeza». Los colores eran terrosos, oscuros como la tierra, escribió. El color de los rostros era el de «una patata bien desempolvada, sin pelar, por supuesto».  

Empolvada sobre la repisa de la chimenea de Theo

Pero el cuadro no supuso el ansiado salto en el mercado del arte de París. A su hermano, el comerciante de arte Theo, no le gustó: la colocó sobre la chimenea, ni se molestó en ofrecer a la venta, a pesar de que Van Gogh la quería de tarjeta de presentación. 

Por otra parte, su amigo, el pintor Anthon van Rappard, también la juzgó con dureza, diciendo que era fea y tosca. «¡Venga ya! Creo que el arte es demasiado relevante como para tratarlo con tanta arrogancia», le dijo Van Rappard, en una crítica que marcó el final de su amistad.

Sin embargo, Van Gogh siguió adelante con ella y durante toda su vida la consideró una de sus mejores obras, y sin duda una de las más importantes.

El mensaje era más importante que la anatomía correcta y la perfección técnica, había explicado. El arte no tenía que ser bello, decía, sino honesto. «Quiero pintar lo que siento y sentir lo que pinto». Al final de su vida, incluso se planteó pintar una nueva versión de «Los comedores de patatas».

Imagen de portada: Gentileza de Colección del Museo Van Gogh, Ámsterdam.

FUENTE RESPONSABLE: DW Made for minds.FEW (dpa, EFE)

Van Gogh/Los comedores de patatas/´Pintura/Historia

/Obra maestra/Theo

Subastarán un cuadro de Vincent Van Gogh que lleva un siglo sin darse a conocer al público.

Dos casas de subastas anunciaron que presentarán al público un cuadro del artista neerlandés que llevaba 100 años oculto. La obra, que fue pintada en 1887, muestra a una pareja paseando por Montmartre, en París.

Un cuadro de Vincent Van Gogh que lleva un siglo sin verse en público será subastado en marzo con un precio de venta estimado de entre 5 y 8 millones de euros (entre 6 y 9,7 millones de dólares), anunciaron el miércoles (24.02.2021) las casas Sotheby’s y Mirabaud Mercier.

La obra «Escena de calle en Montmartre (Callejón de los dos hermanos y del Molino de Pimienta)» fue pintada en la primavera de 1887 durante el período que Van Gogh pasó en París (1886-1888) y muestra a una pareja paseando por la colina de Montmartre.

Esta pintura, que ha estado en una colección privada francesa durante un siglo y que no ha sido vista en público desde entonces, será la estrella de la subasta de arte impresionista que ambas casas celebrarán en París el 25 de marzo.

Sobre el recorrido del cuadro desde que Van Gogh lo pintó en 1887, el comisario de la venta, Fabien Mirabaud, dijo en rueda de prensa que creen que «se lo quedó Théo, su hermano, que pasó por algunos intermediarios desconocidos y que antes de 1920 ya estaba en manos de la familia que lo ha poseído desde entonces».

Las dos casas de subastas eludieron dar detalles sobre la identidad de la familia, pero explicaron que una de las condiciones que se puso para la subasta fue que se celebrará en París, donde les gustaría que se quedara, «aunque han asumido que es posible que termine en el extranjero», matizó Fabien Mirabaud, de la firma que lleva su nombre.

El lugar que eligió Van Gogh para su obra

Sobre la escena del cuadro, la directora de Arte Impresionista de Sotheby’s, Aurélie Vandevoorde, indicó que en aquella época la parisina colina de Montmartre tenía dos partes: «una más urbanizada, con los conocidos cabarets, y una más rural, con huertos, molinos, cobertizos… Esa es la parte que retrató Van Gogh».

El pintor neerlandés «prefirió mostrar una escena bucólica antes que un retrato de las salas de baile o los cabarets del barrio», añadió Mirabaud.

Los expertos que gestionan esta puja confían en que se alcance el precio de salida estimado, que es de entrada inferior, por ejemplo, al que logró en 2020 un paisaje campestre del mismo pintor vendido en los Países Bajos por 15 millones de euros (más de 18 millones de dólares).

El neerlandés Van Gogh (1853-1890) vivió en París entre 1886 y 1888, un período en el que coincidió con algunos de los principales artistas de la época, como Gauguin, Pissarro o Toulouse-Lautrec, contactos que marcaron una fuerte evolución en su pintura, con la que destacó en el postimpresionismo y el expresionismo.

Imagen de portada: Gentileza de Made for Minds

FUENTE RESPONSABLE: Made for Minds-JU (afp, efe, es.euronews.com, bbc.com).

Van Gogh/Obra oculta/Subasta/Pintura/Escena de calle en Montmartre