Covid: «Cuando las personas no tienen inmunidad son fábricas de variantes»

La detección de la variante ómicron en Sudáfrica a fines de noviembre supuso la aparición de nuevas incógnitas con respecto a la pandemia para el mundo entero.

Esto ocurre, además, en tiempos en que una mitad del mundo está vacunado, e incluso dando dosis de refuerzo, y otra mitad está con bajas o muy bajas tasas de inoculación.

El médico John Swartzberg, profesor emérito de la cátedra de enfermedades infecciosas y vacunación de la Universidad de California en Berkeley (EE.UU.), entiende que no haber logrado una vacunación masiva a nivel planetario, ya sea por falta de acceso a las dosis en algunos países como por el rechazo a las inyecciones contra la covid en otros, genera miles de millones de fábricas virales una por cada uno de esos individuos.

Serán ellos quienes producirán la próxima variante del coronavirus.

Swartzberg cree que, además, que el hemisferio norte puede padecer en las próximas semanas lo que él denomina una «tridemia», es decir, tres pandemias a la vez, y cree que la variante que aparezca en el mundo tras ómicron será la que transformará al SARS-CoV-2 de una pandemia a una endemia.

Este es un resumen de la entrevista que Swartzberg mantuvo con BBC Mundo.

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¿Cómo analiza el curso de la pandemia a tres semanas de la detección de ómicron en Sudáfrica?

Tengo una imagen bastante clara de las posibilidades para las próximas seis u ocho semanas y estoy muy preocupado por los tiempos potencialmente difíciles, más difíciles que los que estamos atravesando ahora.

En EE.UU. y en gran parte del mundo vemos en este momento un resurgimiento de delta. La pandemia de delta no ha desaparecido a pesar de que las noticias hablan mucho sobre ómicron. Todavía estamos en medio de una pandemia por la variante delta que está causando una morbilidad y mortalidad significativas, y luego, superpuesto a eso, está ómicron.

Ómicron en EE.UU. era el 0,7% de los casos hace una semana y ahora es de 2,8%, cuatro veces más. Si esto continúa así veremos a ómicron como la variante dominante en EE.UU. a principios de enero, mientras todavía estamos lidiando con la delta. A esto se le llama doble pandemia.

Pero mi preocupación es que no solo vamos a tener una doble pandemia, sino que vamos a tener una tridemia: ómicron más delta más influenza.

El año pasado tuvimos poco contagio de influenza, tanto en el hemisferio norte como en el sur, pero este año es posible que sea promedio. En un año promedio tenemos algunos cientos de miles de hospitalizaciones y entre 25.000 y 35.000 muertes en exceso en EE.UU.

Si se suman ómicron, delta e influenza al mismo tiempo en estos meses de diciembre, enero y febrero, realmente podríamos estar en un lugar muy difícil en las próximas ocho o diez semanas en EE.UU.

¿Cree que la gente ahora está más relajada respecto a las medidas no farmacológicas contra el covid y por eso volverá la influenza?

Si me hubieras preguntado antes de ómicron, la respuesta habría sido «sí». 

Hubo un gran brote de influenza el mes pasado en la Universidad de Michigan y también en la Universidad de Wisconsin. Eso ocurrió porque la gente estaba más relajada, y la influenza se propaga de la misma manera que el covid.

Pero si me preguntas ahora, cuando la gente está preocupada por ómicron e irán a buscar su vacuna de refuerzo o se vacunarán por primera vez debido a ese miedo, espero que eso también impulse a la gente a vacunarse contra la influenza y a tener mayores cuidados.

Así que no estoy seguro de poder decir que la gente está más relajada en este momento. Diré que, sin duda, ómicron llegó en una mala época del año, porque el clima frío (en el invierno boreal) lleva a la gente a estar en lugares cerrados y eso es peligroso. Además, es temporada de fiestas, cuando la gente suele viajar y reunirse para celebrar. Es el momento perfecto desde la perspectiva de ómicron, pero es un muy mal momento para nosotros.

Porcentaje de infectados con cada variante, según el país. Información de los casos detectados en las últimas dos semanas. Gráfico que muestra el porcentaje de infectados con cada variante según el país. Los datos corresponden al 13 de diciembre de 2021, salvo en los casos de Austria, Brasil, Ghana, Hong Kong, Irlanda, Japón, Malasia, Maldivas y Nigeria, que son al 29 de noviembre de 2021. Los restantes países del mundo no fueron incluidos por no tener cifras actualizadas del porcentaje de infectados con ómicron..

El 46% de los habitantes del mundo recibieron la pauta completa de la vacuna contra la covid. ¿Cuál es el riesgo de que haya personas que aún no se han vacunado?

Cuando las personas que no tienen inmunidad contra este virus se infectan se convierten en fábricas virales; producen miles de millones de partículas virales. Y si las personas son fábricas virales se convierten en fábricas de variantes, porque algunas de esos miles de millones serán una variante.

La mayoría de las variantes no tienen éxito, pero alguna lo tendrá. Ese es claramente el problema que tenemos. No tenemos suficientes personas con inmunidad, lo que permite que el virus siga encontrando hogar en seres humanos que funcionen como sus fábricas virales para producir más partículas virales, y eso significa más variantes.

La única forma de romper ese ciclo es vacunar a los seres humanos en una tasa mucho más alta que la que tenemos hoy en todo el mundo. De nada sirve que EE.UU. vacune a toda su población si el resto del mundo no está vacunado. El virus no reconoce nacionalidades. Simplemente buscará y encontrará seres humanos para infectar. Donde sea que estén, allí irá; en EE.UU, en Sudamérica, en África o donde sea.

¿Qué se puede esperar de una futura variante? ¿Debería ser menos dañina que ómicron?

En general, un virus respiratorio hace que estornude y tosa pero no me hace sentir muy mal, porque si tengo fiebre alta, dolores terribles en el cuerpo y no puedo levantarme de la cama, no podre contagiar a otros. Si los síntomas son mínimos pero solo produce tos y estornudos, igual voy a trabajar y hago cosas con otras personas. Eso propaga el virus y es su escenario ideal.

Si con ómicron el coronavirus evolucionó hacia un virus menos grave, esa evolución puede continuar y volverse más benigno. Sería algo muy bueno.

¿Es entonces ómicron el preludio de que la pandemia se transformará en endemia?

Puede ser. Dependerá de cuán benigna sea la enfermedad que causa. No es fácil ver más allá de dos meses, pero una posibilidad es que ómicron sea tan transmisible que infecte a casi todo el planeta. Y si no se convierte en una enfermedad realmente grave podría volverse endémica.

Pero mi suposición es que ómicron será primero reemplazada por otra variante, que será más apta para convertirse en una infección endémica. De todas formas este virus, el SARS-CoV-2, tiene muchos trucos bajo la manga, sigue mostrando estos trucos y sigue sorprendiéndonos. No tengo idea de cuánto tiempo tomará, pero sé que llegaremos allí.

¿Hasta cuándo cree que se deben contabilizar los casos, las hospitalizaciones y las muertes por covid?

Mientras siga siendo una enfermedad grave y amenace la capacidad de nuestros sistemas de salud, debemos vigilarlo muy de cerca con esos tres parámetros. Una vez que se convierte en una enfermedad mucho más benigna, no amenace la capacidad de nuestros hospitales y tengamos muchas menos muertes, podremos relajarnos.

Algunos antivacunas afirman que la vacunación no tiene sentido porque los vacunados también se enferman y transmiten la enfermedad. ¿Qué dice al respecto?

Vaya a cualquier hospital ahora mismo o vaya a una UCI y vea quién está hospitalizado con covid. Hay entre 10 y 15 pacientes no vacunados por cada vacunado. 

Es cierto que las personas pueden contraer la infección a pesar de haberse vacunado y sí, estamos viendo más infecciones en vacunados con ómicron de las que vimos con delta (y vimos más con delta que con alfa). Todo eso es muy cierto. Pero esas infecciones en vacunados son mucho menos graves y en general no llevan a las personas al hospital.

Hace 13 o 14 meses hablábamos de que las vacunas necesitarían un 50% de eficacia contra el contagio para ser aprobadas por la OMS. Algunas mostraron un 95% de eficacia, lo que superó con creces nuestras expectativas. Y no solo eso. También prevenían la transmisión, así que estaban haciendo mucho más de lo que esperábamos, y todos pensaron: «¡Vaya, esto es genial! Esto es lo que podemos esperar de las vacunas».

Francamente, esa era una expectativa no realista y ha sido decepcionante que las vacunas no prevengan las infecciones como nos gustaría. Sin embargo, afortunadamente nos protegen contra la hospitalización y la muerte.

Algunas personas recibieron dos inyecciones, pero ya no quieren una tercera.

Esta es una pandemia que está evolucionando, y nuestro conocimiento sobre cómo funcionan mejor las vacunas y cómo usarlas mejor aún está en evolución. El hecho de que ahora necesitemos una tercera dosis es una realidad. Y puede que necesitemos otra en seis meses o en un año, en dos o en diez. Nadie tiene la respuesta en este momento.

De todas formas, creo que hay una muy buena posibilidad de que no necesitemos otra durante un buen tiempo después de la tercera. Lo que la gente tiene que asumir es que «es lo que es». Después de un tiempo de haber recibido las dos dosis, la inmunidad disminuye y necesitamos una tercera inyección para mantenernos con vida y mantener con vida a nuestros seres queridos. Así que póntela. 

Es probable que no necesitemos una cuarta dosis, pero es una posibilidad, y si así fuera tendremos que recibir una cuarta dosis. Eso es lo que tenemos que hacer cuando estamos en medio de una pandemia.

Hay pocas letras restantes del alfabeto griego para nombrar variantes de covid. ¿Cree que se llegará al final del alfabeto?

No, no agotaremos el alfabeto griego porque tengo suficiente confianza en nuestra ciencia y en mis semejantes, hombres y mujeres, de que encontraremos una manera de salir de esta pandemia. Con esto quiero decir que confío en que se conseguirá vacunar a suficientes personas como para frenar la aparición de nuevas variantes.

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FUENTE RESPONSABLE: BBC News Mundo. Por Felipe Llambías. Diciembre 2021.

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Ómicron: elevan nivel de alerta de covid en Reino Unido ante la propagación de la nueva variante.

Reino Unido se enfrenta a una «emergencia ómicron».

Así lo afirmó el primer ministro Boris Johnson este domingo en una declaración televisada horas después de que las autoridades sanitarias elevaran de tres a cuatro el nivel de alerta ante la propagación de la variante ómicron del coronavirus.

«Me temo que ahora nos enfrentamos a una emergencia en nuestra lucha contra la nueva variante ómicron», dijo Johnson en un mensaje transmitido por el canal BBC One, en el que además instó a la población a recibir las vacunas de refuerzo.

Boris Johnson

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«Ahora está claro que dos dosis de la vacuna simplemente no son suficientes para dar el nivel de protección que todos necesitamos. Pero la buena noticia es que nuestros científicos confían en que con una tercera dosis, una dosis de refuerzo, todos podremos volver a aumentar nuestro nivel de protección», detalló.

La última vez que Reino Unido estuvo en el nivel cuatro fue en mayo pasado.

Previamente, las autoridades sanitarias de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte recomendaron la elevación del nivel de alerta debido a que el virus se está extendiendo de una forma acelerada.

People passing by the NHS covid-19 vaccination Centre direction sign in Westfield Shopping Centre.

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Los riesgos de contagio se miden mediante un sistema de cinco niveles codificados por colores: el cuarto, pintado de naranja, es un nivel alto o creciente de transmisión.

Este sistema es independiente de cualquier decisión gubernamental sobre el endurecimiento de las normas.

La preocupación de las autoridades sanitarias tiene base en que los primeros datos muestran que ómicron se está extendiendo mucho más rápido que Delta y que la protección de la vacuna contra la enfermedad sintomática de esa nueva variante es reducida.

Las personas se preparan para la Navidad en medio del incremento de casos de covid con la variante Ómicron

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«Los datos sobre la gravedad se aclararán en las próximas semanas, pero las hospitalizaciones por ómicron ya se están produciendo y es probable que aumenten rápidamente. El Servicio Nacional de Salud está actualmente bajo presión por los casos de no-covid», indicaron las autoridades.

«Pero, con una variante que se está extendiendo con una mayor transmisibilidad y una menor eficacia de la vacuna, es probable que esa presión crezca pronto».

Los responsables de salud pública instaron a la población a vacunarse y a recibir una dosis de refuerzo a quienes ya lo están. Señalaron que la gente debe mantener las habitaciones ventiladas, llevar mascarillas, hacerse pruebas periódicas y autoaislarse cuando presente síntomas.

Multitudes en las calles de Londres

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La recomendación se basa en que los primeros datos muestran que la administración de una tercera dosis de refuerzo evita que alrededor del 75% de las personas presente algún síntoma de covid por ómicron.

Los mayores de 30 años en Inglaterra y Escocia podrán programar sus dosis de refuerzo a partir del lunes, y en Escocia el rango entre 18 y 29 años a mediados de esta semana.

Gales, al igual que Inglaterra y Escocia, tiene como objetivo aplicar las vacunas de refuerzo a todos los adultos a más tardar a finales de enero, mientras que Irlanda del Norte ya lo está haciendo para mayores de 30 años y sin cita previa.

Gillian Patterson from Gateshead closes her eyes as a nurse prepares to give her her Covid-19 booster on December 08, 2021 in Newcastle upon Tyne, England.

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En Reino Unido se administraron el sábado más 500.000 vacunas de refuerzo, en el segundo día desde que comenzó el despliegue de la aplicación de terceras dosis.

También se han vuelto a actualizar las normas de autoaislamiento en Inglaterra.

A partir del martes, las personas totalmente vacunadas que entren en contacto con alguien contagiado con covid no tendrán que autoaislarse automáticamente, sino que se someterán a pruebas diarias durante siete días.

Se trata del último cambio en la normativa después de que el gobierno de introdujera nuevas medidas del Plan B, entre las que se incluyen los pasaportes covid para algunos eventos multitudinarios y el regreso al trabajo remoto desde casa.

Un comprador usando gorro navideño

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Por su parte, Gales y Escocia han dicho que las nuevas normas podrían llegar en las próximas semanas.

Anteriormente, el Secretario de Educación, Nadhim Zahawi, dijo que hay personas hospitalizadas con ómicron y que la variante representa un tercio de los casos en Londres.

Cuando se le preguntó si podía garantizar que todas las escuelas estarían abiertas en enero, Zahawi dijo que haría «todo lo posible», pero no lo aseguró.

Los científicos han afirmado que, sin más restricciones, Reino Unido se enfrenta a una importante oleada de ómicron en enero y que para abril el número de muertes por la variante podría oscilar entre 25.000 y 75.000, dependiendo de la eficacia de las vacunas.

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FUENTE RESPONSABLE: BBC News por Francesca Gillett. Diciembre 2021

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Covid: por qué es importante la tercera dosis contra la contagiosa variante ómicron.

La muy mutada variante ómicron ha propinado un golpe serio a la habilidad de las vacunas para protegernos del contagio del virus que produce covid.

Dos dosis de algunas vacunas no ofrecen casi ninguna protección contra una infección de ómicron, aunque todavía reducen considerablemente el riesgo de que te enfermes de gravedad y tengas que recibir asistencia hospitalaria.

Todas las vacunas se desarrollaron para combatir la primera versión del virus que surgió hace dos años.

¿Puede entonces una tercera vacuna o dosis de refuerzo de esas mismas vacunas originales marcar el cambio, o será que ómicron ya burló la protección que nos pueden dar?

Afortunadamente para nosotros, aunque que el contenido de las jeringas puede ser idéntico, una dosis de refuerzo no es simplemente más de lo mismo para el sistema inmune.

La protección que te da una tercera dosis es mayor, más amplia y con más memoria que la que tenías antes.

Escuela de covid

El sistema inmune tiene que aprender cómo se combate el coronavirus.

Una opción es que descubra cómo hacerlo sobre la marcha, cuando realmente te encuentras con el virus. Sin embargo, existe el riesgo de que se equivoque y termines seriamente grave.

Las vacunas funcionan más como asistir a la escuela: un entorno seguro donde tu sistema inmune puede aprender más sobre covid.

La primera dosis es la educación de escuela primaria que te da las bases fundamentales.

La segunda y tercera dosis son comparables a enviar tu sistema inmune a la escuela secundaria y a la universidad para profundizar dramáticamente su conocimiento. No es que se esté simplemente repitiendo la escuela primaria una y otra vez.

«El sistema inmune queda con un conocimiento y entendimiento más profundo del virus», explicó el profesor Jonathan Ball, un virólogo de la Universidad de Nottingham, Inglaterra.

Dijo que a pesar de todo lo que se habla de los viles trucos de ómicron, un sistema inmune altamente entrenado presenta «un ambiente increíblemente difícil y hostil» para el virus y sus variantes.

Una clase de universidad

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Una dosis de refuerzo es como enviar al sistema inmune a educarse en la universidad.

Los anticuerpos son los principales beneficiarios de esta educación.

Esas son unas proteínas pegajosas que se adhieren al exterior del coronavirus. Los anticuerpos neutralizantes pueden entorpecer el virus para que no pueda invadir tus células. Otros permanecen allí como el equivalente de una señal de luz intermitente de neón que anuncia: «maten este virus».

Una serie de estudios de laboratorio y datos del mundo real mostraron que los anticuerpos neutralizantes que tienes después de recibir dos dosis de una vacuna de covid eran menos efectivos contra la variante ómicron.

El profesor Danny Altmann, un inmunólogo del Imperial College en Londres, dijo que quedabas con «absolutamente nada» y eras «presa fácil para una infección».

Así que, hay que regresar a las clases.

Cada dosis de la vacuna desata otra ola de evolución de anticuerpos en el sistema inmune. Va en busca de mejores anticuerpos que puedan adherirse más firmemente al virus. Es un proceso llamado maduración de la afinidad.

«Tus anticuerpos adquieren mejor forma a medida que pasa el tiempo, se vuelven más refinados y más sofisticados», comentó el profesor Altmann.

Si estos anticuerpos pueden adherirse más fuertemente al coronavirus, les quedaría más difícil a las mutaciones de ómicron ayudarle a liberarse. Y aunque la nueva variante ha mutado considerablemente, sigue siendo el mismo virus fundamental y tiene partes que no han cambiado nada.

Dosis adicionales de la vacuna también hacen que el sistema inmune amplíe su repertorio de anticuerpos a medida que encuentra nuevas maneras de atacar el virus.

Varios países han acelerado sus programas de vacunación contra la covid, ofreciendo en particular las dosis de refuerzo.

Cuestión de números

No se trata únicamente de la calidad de los anticuerpos, también aumenta la cantidad con las dosis de refuerzo.

«Tienes más (anticuerpos), su concentración en la sangre aumenta y no sabemos por cuánto tiempo, pero entre más veces te vacunes la memoria inmune perdura más», señaló el profesor Charles Bangham de Imperial College.

El impacto de todo esto está claro en los mismos estudios que demostraron que dos dosis eran más débiles contra ómicron. La protección contra los síntomas de covid aumentó casi al 75% después de la tercera dosis.

En otras áreas del sistema inmune, la dosis de refuerzo también les están dando a nuestro cuerpo la delantera contra futuras variantes.

Las células B son la parte del cuerpo que produce anticuerpos en masa. Después de la dosis de refuerzo, algunas se desarrollan para producir esos anticuerpos súper pegajosos y altamente refinados. Otros pueden detectar el coronavirus, pero se mantienen sin madurar y flexibles.

«Estos pueden salir en diferentes direcciones y cuando proliferan empiezan a perseguir la nueva variante», dijo el profesor Ball.

Y luego vienen las células T que, una vez más, se vuelven más abundantes y mejor preparadas para atacar los virus de la covid en respuesta a la dosis de refuerzo.

Ilustración de anticuerpos atacando un coronavirus

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Las células T usan un truco diferente para detectar el virus y patrullar nuestro cuerpo en busca de cualquier señal de que las células están siendo infectadas de covid. Las células T reconocen parte del coronavirus que el mismo virus encuentra más difícil de mutar.

Así que, mientras ómicron se escabulle de nuestro sistema inmune, cada dosis de vacuna y, en efecto, cada infección, nos están dando a las defensas de nuestro cuerpo más herramientas para darle caza.

Todo esto es un buen augurio para las vacunas que nos protegen de enfermarnos gravemente.

«La inmunidad contra un virus casi nunca es absoluta -casi siempre te puedes volver a re infectarte y lo que quieres es que esa infección sea tan trivial que ni sabrás que la tienes o es muy leve», concluyó el profesor Bangham.

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FUENTE RESPONSABLE: BBC James Gallagher Corresponsal de Ciencia y Salud. Diciembre 2021.

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Covid: qué ha pasado con la inmunidad de rebaño a 2 años del inicio de la pandemia (y cómo afectan las nuevas variantes).

En 2020, durante los primeros meses de la pandemia, se popularizó un concepto que sonaba esperanzador: la inmunidad de rebaño.

El término se refiere a que cuando una gran parte de la población se vuelve inmune a una enfermedad, en este caso la covid-19, es poco probable que esa enfermedad se siga transmitiendo.

De esa manera, toda la población queda protegida, incluso los que no son inmunes a la enfermedad.

La inmunidad de rebaño se puede lograr luego de que suficiente cantidad de personas hayan tenido la enfermedad y desarrollen anticuerpos, o que gran porcentaje de la población se haya vacunado.

Tras dos años de pandemia, sin embargo, la complejidad del SARS-CoV-2 ha impedido que ocurra alguno de esos dos escenarios.

Según expertos consultados por BBC Mundo, hay varios factores que hacen que sea poco probable que se logre una inmunidad de rebaño contra la covid-19, y que por eso, los esfuerzos deben encaminarse hacia mantener la pandemia bajo control, no necesariamente eliminarla.

El comportamiento de las vacunas y su distribución desigual, y la aparición de nuevas variantes, son algunas de las principales razones que hacen ver la inmunidad de rebaño como una meta poco realista.

Existe, sin embargo, la posibilidad de lograr una «inmunidad de rebaño en la práctica», que podría ofrecer ciertos niveles de normalidad en la vida diaria.

Más allá de cual sea el escenario futuro, los expertos insisten en que la vacunación y las medidas de cuidado siguen siendo herramientas poderosas para avanzar en la lucha contra la covid-19.

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La evolución del virus

En los dos años de pandemia el SARS-CoV-2 ha evolucionado en variantes que, en algunos casos, le han permitido ser más contagioso y ser un poco más resistente al efecto de las vacunas.

El ejemplo más claro es la variante delta, que ha mostrado ser al menos dos veces más transmisible que el virus original.

Y en cuanto a ómicron, los primeros estudios sugieren que parece tener mayor capacidad de escapar la inmunización.

No obstante, las vacunas contra la covid-19 han demostrado ser efectivas para reducir significativamente el riesgo de desarrollar una enfermedad grave o morir.

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Las personas vacunadas, sin embargo, pueden contagiarse y contagiar a otros, aunque en menor medida que los no vacunados.

Eso es un primer factor de complicación.

«Con las vacunas que tenemos, aunque reduzcan la transmisión, el concepto de inmunidad de rebaño no tiene sentido», le dice a BBC Mundo Salvador Peiró, médico especialista en salud pública e investigador en farmacoepidemiología de FISABIO, una fundación de investigación biomédica dependiente de la Generalitat Valenciana, en España.

Y añade que con las tasas de transmisión que se están viendo con ómicron probablemente tenga aún menos sentido.

Entonces, aunque las vacunas salven vidas, no pueden evitar que el virus siga avanzando.

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Y el hecho de que el virus siga circulando genera una segunda complicación, y es que mientras el virus se siga transmitiendo, existe la posibilidad de que aparezcan nuevas variantes que sean más contagiosas, produzcan síntomas más severos o evadan el efecto de las vacunas.

«Cualquier parte con grandes números de infecciones, ya sea en vacunados o no vacunados, es una potencial fuente de nuevas variantes», le dice a BBC Mundo Caroline Colijn, investigadora en epidemiología y evolución de patógenos en la Universidad Simon Fraser en Vancouver, Canadá.

Y Colijn añade otro elemento, y es que el SARS-CoV-2 también contagia a los animales, con lo cual otras especies pueden actuar como una «reserva» del virus desde la cual puede volver a introducirse en los humanos.

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Protección menguante

Un tercer factor es que la inmunidad que logra una persona luego de vacunarse o tras recuperarse de la covid-19 puede disminuir con el tiempo, como lo indican los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos.

Según Shabir A. Madhi, decano de la facultad de Ciencias de la Salud y profesor de vacunación en la Universidad de Witwatersrand, Sudáfrica, la respuesta inmunitaria tras la infección o la vacuna dura aproximadamente entre seis a nueve meses.

Pero eso puede cambiar frente a la aparición de nuevas variantes, por lo que ya se están aplicando dosis de refuerzo que aumentan y fortalecen los anticuerpos tras varios meses de haber recibido la vacuna o haber padecido la enfermedad.

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Vacunación desigual

Un cuarto factor es la distribución inequitativa de las vacunas.

En países como Estados Unidos y Reino Unido, cerca del 70% de la población ya está vacunada con dos dosis.

Pero a nivel mundial, poco más de la mitad de la población ha recibido al menos una dosis.

Y en los países de más bajos ingresos solo el 6,3% ha recibido una dosis, según datos de Our World in Data.

Eso hace que en muchas partes del mundo aumente el riesgo de que el virus se siga propagando y que surjan nuevas variantes potencialmente peligrosas.

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«No vamos a ganar esto vacunando a los países ricos cada 6 meses», dice Colijn.

«Es de extrema importancia tener una mirada global y asegurarse de que las vacunas estén disponibles y se usen en todas partes del mundo».

En esencia, de nada sirve que un país esté completamente protegido mientras otras regiones del mundo sigan siendo vulnerables, porque el virus no conoce fronteras.

Utopía

«La inmunidad de rebaño para covid-19 es una utopía», le dice a BBC Mundo el doctor Mauricio Rodríguez, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y vocero de la comisión de dicho centro para temas relacionados con el coronavirus.

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Según Rodríguez, la inmunidad de rebaño aplica muy bien para grupos pequeños o delimitados.

«El problema con el covid es que tiene presencia en todos los grupos de edad, en todas las poblaciones, en todos lados, todo el tiempo», dice el experto.

«Es prácticamente imposible lograr la inmunidad de rebaño con el covid».

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Rodríguez indica que quizás a lo que se puede aspirar es lograr la inmunidad en ciertos grupos, como las personas mayores de 60 años o que tengan alguna condición que las haga más vulnerables ante el virus.

¿Cuál es la salida?

Según los expertos consultados por BBC Mundo, en vez de aspirar a suprimir el virus por completo, los esfuerzos deben encaminarse a acostumbrarnos a vivir con el virus, pero sin que represente una grave amenaza para la humanidad.

La meta es que se vuelva un virus endémico, es decir, que sigue circulando entre la población pero a un nivel manejable.

Llegar a ese punto es a lo que Peiró llama «tener un control funcional de la pandemia».

«No se trata de eliminar todos los casos, lo que esperamos es tener una situación inmunitaria con muy pocos casos graves», dice el experto.

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«No es que la gente no se infecte, es que no se nos llenen los hospitales de casos graves».

Peiró sostiene que la idea es que la covid se parezca cada vez más a un resfriado.

«El éxito de la pandemia es ver a los hospitales vacíos de casos de covid», dice.

Inmunidad en la práctica

Colijn sostiene que es poco probable lograr una inmunidad de rebaño, pero que sí es posible lograr una «inmunidad de rebaño en la práctica».

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Eso significa que si se aplican las vacunas de manera masiva y equitativa se pueden lograr niveles casi normales de actividad, sin necesidad de medidas más radicales como los confinamientos.

«Tenemos que pensar en qué medidas estamos dispuestos a mantener por siempre, quizás algunas de esas medidas son el uso de mascarillas, o los tests rápidos»; dice la experta.

«Dejar de ver a nuestros amigos o familiares probablemente no sea una de esas medidas, no podemos hacer eso por siempre».

Para lograr esa «inmunidad de rebaño en la práctica» y el «control funcional de la pandemia», los expertos coinciden en que es importante priorizar a los grupos más vulnerables en las campañas de vacunación.

test de covid

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La idea es lograr que la mayor cantidad de gente esté protegida contra la enfermedad grave.

«Las vacunas han logrado que podamos combatir la pandemia casi sin restricciones», dice Peiró.

«En otras circunstancias estaríamos todos encerrados, con más muertos y más hospitalizados, pero hemos tratado a delta con todo abierto, esto es gracias a las vacunas».

Ese escenario, en el que la combinación de la vacunación masiva e igualitaria, junto con medidas de cuidado se parece más a la etapa en la que estamos entrando.

«Estamos en una etapa de transición, pasando de una etapa de emergencia para luego estar en una etapa de endemia, que es cuando ya el virus va a estar circulando de forma más regular», dice Rodríguez.

«No hay que asustarse, tenemos que aprender a vivir con el virus», concluye el experto.

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FUENTE RESPONSABLE: BBC News Mundo. Por Carlos Serrano. Diciembre 2021.

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Covid: «El impacto psicológico por la pandemia y por ómicron puede ir agravándose con el tiempo»

Cuando en junio de 2020 consultamos a la psicóloga belga Elke Van Hoof, especialista en estrés y trauma, sobre el impacto de la pandemia en la salud mental, nos dijo que el confinamiento era «el mayor experimento psicológico de la historia».

Con el paso de los meses, psicólogos, psiquiatras y trabajadores especializados en salud mental de todo el mundo empezaron a advertir sobre el aumento en consultas por trastornos de ansiedad y depresión, entre otros.

Y hubo un reclamo generalizado a los gobiernos para que abordaran el tema de la salud mental en la pandemia.

Según un reciente estudio publicado por la revista científica European Neuropsychopharmacology (Neuropsicofarmacología europea) realizado durante la pandemia sobre más de 55.000 participantes de 40 países, se registraron múltiples y amplias vulnerabilidades, «desde ansiedad hasta la probable depresión y tendencias suicidas a través de la angustia».

El informe «Resultados del estudio internacional de salud mental covid-19 para la población general (COMET-G))» dice que «se detectó depresión probable en el 17,8% y angustia en el 16,7%. Un porcentaje significativo dijo haber registrado deterioro del estado mental, la dinámica familiar y el estilo de vida cotidiano».

También se encontró que «las personas con antecedentes de trastornos mentales tenían tasas más altas de depresión (31,8% frente a 13,1%)», entre otros resultados.

Gráfico de la variante Ómicron

Sin embargo, en todo este tiempo también se empezó a hablar de resiliencia, esa capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas.

Y con el conocimiento acumulado sobre cómo cuidarse del contagio de la enfermedad, la llegada de las múltiples vacunas y la disminución de casos de covid-19 en muchos sitios, varios países comenzaron a analizar la posibilidad de volver a una «pseudo» normalidad, mientras que varias empresas planeaban formatos de trabajo «híbrido» para la vuelta a la presencialidad.

Hasta que llegó ómicron.

La nueva variante del coronavirus calificada como preocupante por la Organización Mundial de la Salud pareció echar un manto de dudas sobre los planes de retornar a una vida parecida a la pre pandemia.

En medio de todo este clima enrarecido ante la incertidumbre por ómicron ¿qué pasa con nuestra salud mental?

«Población agobiada y agotada»

Los especialistas consultados por BBC Mundo coinciden en que ómicron aparece en un momento en que los indicadores de malestar general de la sociedad están en aumento.

Ilustración de una silueta con un cerebro con una nube y lluvia.

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Una nueva ‘ola’ de la pandemia acarrearía mayor estrés psicológico a una población agobiada y agotada»

Cristian Garay

Profesor e investigador de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires.

«No podemos saber a ciencia cierta en qué medida ómicron sea una variable que esté nublando la esperanza de salida de la pandemia y también impactando sobre todo en los síntomas depresivos» asegura Cristian Garay, profesor e investigador de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires.

Pero ciertamente «una nueva ‘ola’ de la pandemia acarrearía mayor estrés psicológico a una población agobiada y agotada», sostiene.

Del mismo modo, Hosanna Carina Rodríguez Morales, presidenta de la Federación Nacional de Salud en el Trabajo de México opina que «la variante ómicron llega en un punto álgido en el cual tenemos que evaluar que esto aún no termina (…) y que para la salud mental el impacto es aún mayor».

«Estábamos por terminar una etapa crítica, entrando a una nueva normalidad y (con ómicron) tenemos que hacer esta pausa de análisis y quizá retomar alguna medida de aislamiento. Se viene un gran reto para la salud mental que es difícil dimensionar», analiza.

Posibles síntomas

Como respuesta a esta nueva etapa de incertidumbre, los especialistas hablan de un aumento en los niveles de ansiedad y de trastornos psicológicos que pueden tener consecuencias físicas.

Una mujer con la mirada perdida mira a través de una ventana.

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«Las personas que no sepan manejar esta incertidumbre van a somatizar en cualquier otro tipo de patología», asegura a BBC Mundo Rodríguez que se especializa en la salud en el trabajo.

«Puede ser alguna patología gastrointestinal que sobre todo en estas fechas, con el cambio de comidas van a estar enfermas del estómago. También esperamos algunas crisis de ansiedad», añade.

Para el psicólogo Cristian Garay, el efecto de esta nueva etapa de incertidumbre dependerá de cuan afectada esté la persona por la pandemia hasta ahora.

«Supongamos que ómicron no llegue a tener (en América Latina) el impacto que haya tenido en Europa, igualmente hay un efecto que se mantiene porque muchas personas tuvieron que atravesar, por ejemplo, situaciones de duelos complicados por las dificultades en despedir a sus familiares», dice Garay.

«Muchas de esas personas tendrán el inicio de una depresión o si la tenían previamente, esa depresión se va a agravar», agrega.

Ilustración de una silueta con un cerebro con una nube y tormenta.

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Por la incertidumbre por ómicron sobre todo esperamos crisis de ansiedad»

Hosanna Carina Rodríguez Morales

Presidenta de la Federación Nacional de Salud en el Trabajo de México

«Y después están las personas que pueden experimentar estrés postraumático por las situaciones de internación. Ese estrés postraumático puede llegar a ser crónico como les pasa a las víctimas de una guerra o quienes son combatientes o excombatientes», aclara Garay que participó del estudio global sobre salud mental durante la pandemia.

Esas secuelas psicológicas pueden durar meses o años.

«El impacto psicológico por la pandemia y por ómicron puede ir agravándose con el tiempo», resume.

Qué hacer para prevenir

No todo es negativo en esta etapa de incertidumbre.

«Las personas que ya tengan un poquito de más fortaleza podrán superar esta etapa. Y las personas que no, tendremos que trabajar con ellas para fortalecer la resiliencia», dice Rodríguez.

Sin embargo, la especialista en salud en el trabajo destaca que no todas las empresas cuentan con un sistema para brindar ayuda a aquellos trabajadores que no puedan canalizar las emociones.

También describe que es un área difícil de tratar porque «no es algo que podamos medir muy fácilmente. No podemos medir cómo un trabajar percibe sus miedos y sus ansiedades».

Una mujer en la cama iluminada con el teléfono.

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Pero, existen algunos consejos para cuidar nuestra salud mental que podemos aplicar individualmente.

«Hacer algunas pausas activas. Tener algunos minutos para salir y hacer una especie de ejercicio que oxigene y que cambien tu rutina hace la diferencia», es una de las opciones, sostiene Rodríguez.

«Efectivamente reducir el sedentarismo. Eso impacta mucho en la salud general y en la salud mental», refuerza Garay.

El psicólogo destaca otro elemento al que siempre hay que prestarle atención y más en momentos de incertidumbre: el sueño.

«El sueño es fundamental para el cerebro y para la salud mental. También nos ayuda mucho a la regulación emocional», dice.

Y, por último, «también estar muy atento al consumo de sustancias estimulantes como la cafeína en todas sus formas porque favorece al estado de alerta que se retroalimenta con la incertidumbre, con el estado de preparación para el peligro y la ansiedad», concluye.

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FUENTE RESPONSABLE: BBC News Mundo.Por Analia Llorente. Diciembre 2021

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Covid | «Alrededor del 80% de las personas que están en Urgencias con coronavirus y necesitan soporte respiratorio no están vacunadas”: el crudo relato de una enfermera en Londres.

María Santomil, de 34 años, trabaja en el hospital de St. Mary’s, en Londres, desde julio de 2014.(Imagen de portada).

«Estamos agotados; mentalmente exhaustos».

La frase la repite varias veces María Santomil, una enfermera española que trabaja en Urgencias del Hospital de St. Mary’s, en Londres.

Desde que aparecieron los primeros casos de covid-19 en el Reino Unido, Santomil ha estado en la primera línea de batalla contra una pandemia que ha estresado fuertemente al servicio británico de salud pública (NHS, por sus siglas en inglés), así como también a muchos otros sistemas sanitarios en el mundo.

Ahora, con la aparición de la nueva variante Ómicron —que obligó a Inglaterra a re-imponer medidas restrictivas como el uso de mascarilla o pruebas PCR para los viajeros—, la situación se ha vuelto a complicar en un lugar donde, hasta la fecha, se han reportado más de 400 casos de esta cepa.

«Vivimos esperando que algo bueno va a pasar pero ese final, esa luz al final del túnel, no llega nunca», afirma María Santomil.

En conversación con BBC Mundo, la enfermera aborda parte de las dificultades que está enfrentando hoy el personal de salud, la frustración que viven día a día al atender a personas que, en su mayoría, no se vacunan y el cansancio que muchos acumulan a casi dos años de la aparición del coronavirus.

Este es su relato en primera persona.

Línea

Los inicios de la pandemia fueron muy difíciles.

Era algo nuevo, no había preparación, no había equipamientos de protección, nada. La gente se moría, fue una situación de shock muy grande, los sanitarios lo pasamos muy mal.

Memorial de víctimas de la covid-19 en Reino Unido.

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En enero del 2020, Reino Unido registró más de 1.300 muertes al día a causa de la covid-19.

Cuando nos empezaron a vacunar, en diciembre del año pasado, hubo una luz de esperanza.

Empezaron a decir que con las vacunas íbamos a poder viajar, a movernos, era como la luz al final del túnel. Pero realmente no fue tan así.

Porque simplemente es algo cíclico, que ya hemos visto en el último año y medio.

Hay una mejora, se reajusta el espacio de las camas de Urgencia, pero luego los casos vuelven a aumentar, y tenemos que volver a mover todo otra vez.

Hemos visto que alrededor del 80% de las personas que están en la zona de Urgencias con coronavirus, y necesitan soporte respiratorio, no está vacunada.

Muchos se niegan a creer que tienen covid-19. Te dicen: «No, esto es neumonía».

Me llama la atención que no solamente son jóvenes. Sino que mucha gente de 40, 50 o 60 años que nunca se quiso poner la vacuna y que termina muy enferma.

Campaña anti vacuna en Reino Unido.

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En Reino Unido, así como en otros lugares de Europa y el mundo, ha habido grupos que se resisten a vacunarse contra la covid-19.

Porque es cierto que los números de las hospitalizaciones han bajado. Pero la gente que no está vacunada se sigue enfermando igual de grave.

«A veces perdemos la fe en la raza humana»

El tema de la vacunación es algo muy sensible, especialmente porque nosotros estamos muy conscientes y lo hemos vivido tan de cerca que no conozco absolutamente a nadie del hospital que no haya querido vacunarse.

Y es que nadie se quiere arriesgar precisamente porque hemos visto lo que hace la covid. Y nos da miedo. Entonces nos parece muy injusta, egoísta e ignorante la gente que, sin razón, dice: ‘No, no me quiero vacunar’.

Todos son libres de pensar lo que quieran, de que hay una conspiración detrás o lo que sea. Pero lo que nosotros hemos visto no tiene nada de conspiración. Aquí hay gente que se enferma gravemente y que se muere.

Muchas personas te dicen que no se vacunan porque no creen en ellas.

Y tienes que respetarlo. Pero intentas decirle: yo entiendo que tengas miedo porque es algo muy novedoso, pero se ha visto en la historia que hay enfermedades que fueron erradicadas gracias a las vacunas. Y obviamente están muy testeadas.

Y después piensas: esta es gente que quizás no duda en comer cinco hamburguesas McDonald’s a la semana o lleva 20 años tomando la píldora anticonceptiva sabiendo que tiene muchísimos efectos secundarios. Pero eso no lo cuestionan.

En cambio esto, que es algo de salud pública, lo cuestionan. Eso me enfada muchísimo. Porque además pretenden que des el 100% de ti para salvarlos.

Vacuna contra la covid-19

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A veces tenemos situaciones surrealistas de gente que empieza a hacer lives en Facebook o videos para TikTok, diciendo que tienen covid.

Me dan ganas de decirles: «¿En qué mundo vives?». Muchas veces perdemos la fe en la raza humana. Perdemos la fe en el sentido común.

Es muy cansador. Hay días en que lo toleras mejor pero otros en que no.

«Estamos todos aburridos»

Ahora mismo, una de las dificultades más grandes que tenemos en el hospital es precisamente la gente que no se adhiere a las recomendaciones de llevar mascarilla.

Yo entiendo que hasta hace muy poco el gobierno (de Boris Johnson) decía que no era mandatorio. Pero en el hospital hemos dicho desde el principio que tienen que llevarla.

La semana pasada tuve que decirle mínimo a 20 o 30 personas que por favor se pusieran la mascarilla. Y encima me preguntaban: «Y ¿por qué?». Pero ¿cómo que por qué?

Hay gente que dice que está en su derecho de no ponérsela. Otros que simplemente están aburridos del coronavirus.

Dos personas caminan por Londres con mascarilla.

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Ante la aparición de la nueva variante ómicron, Reino Unido volvió a imponer medidas restrictivas como el uso de la mascarilla en el transporte público y el comercio.

Y mira, aburridos estamos todos. Yo llevo dos años poniéndome una mascarilla 12 horas al día. Y tengo compañeros que tienen asma, problemas respiratorios, y la llevan igual. Así que el hecho de que te agobie la mascarilla no es una excusa.

O, por ejemplo, cuando hacemos los test de coronavirus, muchas personas te dicen que no les gusta, que es horrible.

Y yo les respondo: nosotros lo tenemos que hacer cuatro veces a la semana para que tú estés tranquilo y yo pueda venir a trabajar para ayudarte.

Algunos te agradecen. Pero esas gracias no tienen que darlas aplaudiendo o diciéndolas.

Lo que queremos realmente es que se vacunen, que se cuiden y que cuando les pidamos que se pongan la mascarilla, lo hagan. Es lo único que estamos pidiendo. Y no es por nosotros, es por todos.

Es frustrante porque aunque hagas lo imposible, te adhieras a las restricciones, si hay dos personas que no lo hacen, entonces tu trabajo no valdrá de nada.

Lo que estamos viviendo ahora con ómicron, no hace más que probar que por mucho que unos países o determinado número de gente lo haga bien, si esto no es un esfuerzo global, no hay manera de salir.

No se va a poder hacer nada y seguiremos en esta situación cíclica.

«Se nos está acabando la paciencia»

Somos sanitarios pero también somos personas. Echamos de menos a nuestras familias como todo el mundo; nos han cambiado mucho los planes. Estamos más cansados que nadie, probablemente.

Y se nos está acabando la paciencia. Lo ves en temas como, por ejemplo, las bajas laborales.

Personal de salud en la UCI

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Desde la aparición de la covid-19, el personal de salud en Reino Unido y el mundo ha estado bajo una presión muy fuerte.

Estamos teniendo muchos problemas de personal. Uno, porque hay gente que se infecta o que se enferma de otras cosas, pero también porque hasta ahora estábamos tirando mucho del personal, haciendo muchas horas extras.

Porque pensábamos: «De esta salimos todos juntos». Pero dos años más tarde, estamos cansados, mentalmente exhaustos.

La adrenalina que teníamos al principio, por esta enfermedad tan novedosa, ya se fue.

Antes, cuando te decían que por viajar tenías que hacer cuarentena, uno pensaba: pues no, esperaré. Ahora es distinto. Llevo 1 año sin ver a mi familia, me voy a ir así tenga que hacer cuarentena. Y eso afecta mucho al personal.

Estamos mentalizados de que el virus no se va a acabar. Conscientes de que nosotros probablemente vamos a tener que estar con mascarilla años; muchísimos años. Incluso de manera permanente.

Pero el problema es la incertidumbre, el preguntarse hasta cuándo va a pasar esto. ¿Hasta qué punto seguirá impactando la vida de las personas? De no poder ir a trabajar o no poder llevar a mi niño a la guardería porque yo tengo fiebre.

También queremos disfrutar de la vida cuando no estamos trabajando. Y creo que esa es la parte que los sanitarios estamos llevando peor.

Porque es agotador ver que no sales del círculo. De ese círculo vicioso en que todo es covid.

Imagen de portada: Gentileza de María Santomil

FUENTE RESPONSABLE: BBC News Mundo. Fernanda Paúl. Diciembre 2021

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